Leyendas - Gustavo Adolfo Bécquer, fragmento promocional

Page 9

Bécquer

5

Leyendas

Junto con unos amigotes, Julio Nombela y Luís García Luna, montaron un fancine con lo que iban tirando y además dando caña a los autores consagrados, Campoamor, Echegaray, y al mundillo literario de la época. Y a todo esto saliendo de marcha, que como uno es bohemio y español, tiene que estar en las tabernas hasta las tantas enganchado al vino de cuatro perras, al láudano y a la absenta, que si lo toma Byron bueno tiene que ser. -¿A ti te gusta Byron, Nombela? -A mí lo que más. -Pues ala, págate otra. Por lo visto salían de marcha y a dominguear por Toledo, ciudad que sería la gran cuna literaria del poeta. Siempre vemos a la gente de épocas pasadas idealizados por una pátina de respetabilidad dada por el tiempo, pero hay que recordar que Gus Fito tenía por aquel entonces 20 años, no tenía que dar cuentas a nadie y que, junto a los otros dos nombrados arriba y su hermano Valeriano, tenían que montar unas en el Zocodover de aúpa, aún más cuando en el siglo XIX español estaba muy de moda eso de ir cargado con una navaja de tres palmos y siete muelles. Para ir tirando Gus Fito se puso a trabajar, mientras escribía, en la oficina de la Dirección de Bienes Nacionales, que debía ser un curro la mar de entretenido, del cual le echan cuando su jefe le pilla dibujando en horas de trabajo. Eso tuvo que ser para verlo. Al palo de encontrarse parado cuando no existía el subsidio de desempleo, se le une que empieza a sufrir de tuberculosis. -¡Anda como Byron! -Vete a la mierda Nombela. Y entre eso y las visitas a Toledo, que debía tener por aquel entonces más iglesias que bares, le entra un tonillo místico religioso que le inspira algunas de sus obras más enciclopédicas y aburridas. Pero cuando más deprimido se encontraba, cuando el pesimismo se asentaba en su alma y comenzaba a reflejarse en sus escritos, llegó Julia. Julia Espín era una rubia de ojos azules y de poquita carne para los gustos de la época, así que para los nuestros actuales debía estar bastante bien. Ella fue la causante de que se escribiese uno de los versos más hermosos y más revienta virginidades de la historia: ¿Qué Es Poesía? ¿Qué es poesía?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas? Poesía eres tú. Pero Julia era una chica cabal, sabía que montándoselo bien podría conseguir un buen marido que la pudiera dar una vida acorde a sus pretensiones. Bécquer podría ser guapo, tenía el morbo de ser un golferas y sí, escribía de miedo. Estaba bien para según qué cosas pero no para algo serio.

www.edicionesaContracorriente.com


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.