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DESDE LA CABINA
Bill Lavender bill@marsaylmedia.com
Así Son las Cosas
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En este editorial no voy a hablar sobre la avalancha de muertes que sucedieron durante la campaña de fumigación de 2021. Estoy seguro de que ya todos están al corriente. Sin embargo, me gustaría plantear dos temas que están indirectamente relacionados.
Los informes indican que este año ocurrirá la cosecha más grande de maíz desde el inicio de lo que se conoce en toda la industria como la “corrida del maíz”. Mientras escribo esto, la cosecha del maíz sigue en marcha. Para muchos, estas aproximadamente seis semanas de vuelo desde que sale el primer rayo de sol hasta que el mismo se pone al atardecer, marcarán una diferencia significativa en el bolsillo de operadores y pilotos. Esto es algo bueno y, en general, la cosecha del maíz ha sido una bendición.
El reloj no se detiene y cada acre necesita ser fumigada. Con razón, la tensión aumenta y con frecuencia se presenta la receta perfecta para un accidente. Para algunos, lamentablemente, se ha convertido en la última campaña de su carrera.
Un piloto ha muerto el mes pasado en un accidente que involucró la pérdida de un ala de un Dromader en vuelo. Esta no fue la primera vez que se ha desprendido un ala en un Dromader. Sé de tres accidentes de pérdida de alas en Dromader. Sorprendentemente, sólo una terminó con la muerte del piloto. Sin embargo, el accidente de julio fue el cuarto accidente fatal. Puede que haya habido más.
Un AD (Directiva de Aeronavegabilidad) de la FAA y un Boletín de Servicio de Fábrica Melex siguieron de cerca el tercer accidente que ocurrió en septiembre de 2000. Ese AD requiere la inspección cada 500 horas o anualmente, lo que ocurra primero, a través de corriente de los puntos de conexión del ala al fuselaje de la aeronave. No sé si el Dromader del accidente de Julio de este año fue inspeccionado correctamente, o incluso si fue inspeccionado. Si se hubiera inspeccionado correctamente, en mi opinión, es posible que sea necesario revisar los requisitos del AD.
Mi hijo, Graham, acaba de regresar del festival AirVenture en Oshkosh que se realizó el mes pasado. La NAAA tuvo su propio stand. Michael Hutchins llevó un AT802 y el piloto de la fábrica de Thrush, Terry Humphry, voló en un 510P Thrush. Estos dos aviones ofrecieron vuelos de demostración para los miles de espectadores. Varios voluntarios asistieron al stand de NAAA para responder preguntas sobre aviación agrícola. Se trata de excelentes relaciones públicas para la industria. Si conoce o ve a alguno de los voluntarios, o a un miembro de la NAAA, asegúrese de agradecerles por su arduo trabajo.
Comencé el párrafo anterior refiriéndome a Graham, quien creció en la industria de la aviación agrícola; primero como yo, teniendo a su padre piloto agrícola y en años posteriores como editor de AgAir Update. La mayoría de los cambios que se han visto durante los últimos años en AgAir Update y la formación de AerialFire han sido fruto de los esfuerzos realizados por Graham. Ha sido un gran acierto para la empresa.
He estado tirando de la cuerda de la aviación agrícola durante más de 48 años. Ha llegado el momento de dar un paso atrás y dejar que la juventud se haga cargo. El pasado 1 de enero, vendí AgAir Update y su publicación hermana, AerialFire, a un hombre que trabaja bien, Graham. Permaneceré trabajando como consultor, lo que significa que todavía me verán en muchas convenciones y en otros lugares. No verá muchos cambios en AAU, excepto mejoras. Además, Graham ha estado dirigiendo cosas durante hace ya varios años.
Probablemente debería haberme retirado antes. Casi tres meses después de jubilarme, tuve un derrame cerebral moderado en el lado derecho. Puedo decir sin reservas, que fue un evento que cambió mi vida. Si no hubiera sido por la dedicación de Graham, su esposa Holly, mi esposa Sandy y mi hija Casey, es posible que no hubiera sobrevivido las tres semanas en terapia intensiva. Han pasado cuatro meses desde que volví a casa del hospital. Mejoro todos los días, pase de estar boca arriba con cuidadores de atención médica domiciliaria las 24 horas a estar en una silla de ruedas, luego a un andador de 4 ruedas, y a un andador de 2 ruedas, más tarde a un bastón y ahora estoy caminando dos millas todas las mañanas, lo que voy aumentando de a poco con cada paseo. Si hay algo que pudiera decir sobre este “evento”, es que me dio un aprecio mucho mayor por Dios y la familia.
Hasta la próxima, Keep Turning…