Pioneros del diseño Los libros en la edad media Hace casi seiscientos años, se cree que en 1455, aparecía el primer libro impreso con tipografía móvil. Johannes Gutenberg había ideado un sistema para conseguir que un artículo considerado de lujo, por la dificultad de su producción, pudiera tener una difusión amplia a bajos costes. Así creaba la imprenta. O la perfeccionaba, puesto que los historiadores del libro consideran que las primeras y más rudimentarias imprentas surgieron en Asia, siglos antes de que Gutenberg diera a conocer la que generalmente se acepta como primera obra impresa: la denominada Biblia de cuarenta y dos líneas. Pero el libro, como instrumento de difusión de la cultura y el saber, tiene una antigüedad mucho más remota. Los investigadores miran a la Mesopotamia del siglo VII antes de nuestra era, para
hablar de los primeros «libros». Se trataba de unas tabletas de arcilla en las que se escribía con unos tallos vegetales en forma de cuña, que dan nombre a la grafía cuneiforme considerada como el primer sistema de escritura. Este tipo de libros versaba sobre cuestiones muy variadas como la narración de hechos béli-
cos, la astrología, textos literarios, medicina o gramática.
A lo largo de siglos, los primeros libros fueron evolucionando y conocieron continuas innovaciones tendentes a hacerlos más manejables y legibles. Como los de papiro en Egipto, con hojas escritas por una cara y unidas por sus extremos hasta formar tiras de hasta veinte metros, que se enrollaban en torno a una varilla. Este sistema perduró durante muchos años hasta que se llegó al formato del libro actual.
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