Revista nº3 Mfyn

Mfyn

milmarcosfotografiaynaturaleza.com

número 3

2023

Entrevista a ana retamero romero,, el bálsamo de fierabrás

paseriformes, nuestra mayor riqueza 50 ANIVERSARIO DEL P.N. TABLAS DE DAIMIEL

hornos de miel, historia milenaria paraje el picazo

PO STE R CE N TRA CA LEN L DA R 20 IO 24

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editorial

El 28 de junio de 1973 nace el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, uno de los dos parques naturales con los que cuenta la comunidad de Castilla-La Mancha. Este año se ha cumplido, por tanto, el 50 aniversario de su creación. Y poco o nada ha cambiado desde entonces.

Los problemas que entonces acuciaban al humedal y que desencadenaron su declaración como parque nacional para preservar su ecosistema, siguen siendo los mismos que hoy en día: la sobreexplotación de sus acuíferos para regadíos en sus zonas aledañas, que hace que las Tablas se sequen y mueran lentamente. Este problema se acrecienta especialmente en años secos, como lo fue el 2022. Ni los puntuales trasvases de agua desde el río Tajo, ni los esfuerzos por controlar la explotación de sus acuíferos o la adquisición de algunas fincas adyacentes para evitar la proliferación de estos regadíos, logran parar la sangría. Tan solo algún año de buenas lluvias han logrado que el ecosistema se recupere de forma espectacular, demostrando la gran capacidad de regeneración de este enclave. Es un claro ejemplo de la importancia de una buena gestión de los recursos hídricos para la conservación de la vida natural en nuestro entorno.

En unos tiempos como los actuales, en los que las repercusiones catastróficas que está provocando el cambio climático, y cuyas previsiones no mejoran las expectativas, es vital dar la debida importancia, no solo al máximo aprovechamiento de las reservas de agua, sino al propio uso que todos y cada uno de nosotros hacemos de este recurso natural que, no por ser natural, es infinito. Y es casi obligatorio hacerlo, no solo por preservar el futuro de las Tablas de Daimiel, o de cualquier otro ecosistema, sino por preservar nuestro propio futuro.

Porque nos conviene, ¡larga vida a las Tablas de Daimiel!.

Alejandro Lambán Herrero

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sumario Editorial………………………………..........…………….....……página 2

Los hornos de miel.…….……..........…….………...……….página 5

Paseriformes,símbolo de biodiversidad.….........……página 9

Efecto seda........……………………………........……página 17

Entrevista a Ana Retamero.............…………………….página 19

Romero, el bálsamo de Fierabrás...….......….….……página 25

Opinión: Joaquin Araujo...........................................página 30

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Hornos de miel

medio ambiente

Historia milenaria

Una de las muchas cosas que caracterizaron a los romanos fue su capacidad para ingeniar y construir cantidad de cosas que han sobrevivido al paso de los siglos: acueductos, carreteras, arcos, herramientas… En una de las zonas más frías de península, la llamada Siberia española, existen un tipo de construcciones cuyo concepto (no se sabe si también diseño) se atribuye a los romanos: los hornos de miel. Algo que parece bastante factible dada la existencia de este tipo de construcciones, casi idénticas, en zonas más orientales del antiguo y vasto imperio romano (Grecia, Malta…)

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Un horno de miel no es otra cosa que una construcción ideada para alojar varias colmenas de abejas, las productoras de la miel, principal fuente de azúcar en la antigüedad y cuyas propiedades beneficiosas para la salud ya conocían los galenos romanos.

El diseño es simple: tres muros de piedra con techado y puerta de acceso y una pared frontal formada por cubículos, a modo de nichos, donde se alojarán las colmenas y comunicados estos hacia el exterior por un agujero, llamado piquera, para que puedan entrar y salir las abejas y hacia el interior por unas puertas de madera para poder acceder a retirar tan preciado alimento.

No es casualidad que este tipo de construcción se diera, como hemos dicho, en una de las zonas más frías de la península ibérica. Es de suponer que la idea de los romanos era proteger las colmenas de las bajas temperaturas de los duros inviernos hispanos para, de esta forma, asegurarse la producción de este alimento, apreciadísimo en los tiempos de la Roma imperial.

Los requisitos para su construcción eran claros: zonas de monte bajo ricas en plantas aromáticas (salvia, romero, espliego, ajedrea…), poder orientar la entrada de las colmenas hacia el sur y, de esta manera, protegerlas más del frío y, a poder ser, acceso cercano al agua. Los materiales utilizados eran, generalmente y por necesidad, los naturales de la zona.

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Es más que probable que no haya sobrevivido ninguno de estos hipotéticos hornos de miel construidos en la época romana, pero si ha perdurado el concepto y su uso. Perfeccionado durante siglos y hasta hace no muchos años, en Milmarcos se usaba este método de producción de miel. El monte de Milmarcos está jalonado de cantidad de estas construcciones, en mejor o peor estado, que han pasado de generación en generación.

Todavía hay algunos, pocos, testigos y ejemplo de otros tiempos y otras formas, que están en uso, más como orgullo y apuesta personal que como negocio: la producción de un horno de miel está supeditada a la floración de la zona en la que se encuentra. Evidentemente, un horno de miel carece de la ventaja que tienen las colmenas móviles, capaces de ser desplazadas a zonas de más floración y cuya producción, por tanto, es mayor.

En Milmarcos hay, conocidos a día de hoy, hasta 43 hornos de miel repartidos por su término. Probablemente hubo muchos más que han desaparecido con el paso de los años y también es probable que, de vez en cuando, descubramos alguna más de estas históricas construcciones. Testigos olvidados de formas de vida más duras.

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"Los hornos de miel vienen a ser una forma de poner a las abejas a tu servicio. Es como ser pastores de abejas"

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Paseriformes

fauna

Símbolo de biodiversidad En casi todos los ecosistemas, las aves suelen ser los vertebrados que más abundan, muy por encima de los mamíferos. Y dentro del grupo de aves, el orden de los paseriformes son las más abundantes: representando más del 50 % del total. Aunque esto, no tiene mucho mérito, ya que dentro de este orden están incluidas muchas especies de aves.

En la definición de paseriforme vienen exigidas algunas condiciones: aves de pequeño tamaño, granívoras, insectívoras u omnívoras, con alas bien desarrolladas y cuyas patas están provistas de tres dedos delanteros y un dedo, llamado pulgar, hacia atrás (anisodactilia para los entendidos). Con estas características ya vemos que una gran mayoría de aves pertenecen a este orden, aunque con grandes diferencias de detalles estéticos, costumbres, alimentación, reproducción… Aves tan dispares como el gorrión, carbonero, herrerillo, mito, golondrinas, jilgueros, o como el cuervo, mirlo, oropéndola, pertenecen a este orden.

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Si tenemos en cuenta esta cantidad y su disparidad, es de esperar que la variedad de actividad, en lo que respecta a las aves dentro de un mismo ecosistema, sea enorme. Desde gorriones, eminentemente aves de carácter urbano (aunque tristemente se ven cada vez menos), con sus algarabías a la hora de luchar por la comida que se encuentran o sus poses inverosímiles cuando beben en las fuentes, hasta los herrerillos o carboneros, más campestres, con sus alegres colores y sus simpáticos cantos. Desde el omnipresente mirlo, saltarín y acróbata y su melódico canto, hasta el arrendajo, desconfiado y tímido donde los haya, cuya voz estridente sirve de aviso a todas las aves que la rodean. Desde la popular golondrina, viajera incansable cada otoño y cada primavera, que vuelve cada año para criar, hasta el escribano triguero, presente todo el año en nuestros campos, defendiendo con sus trinos su trocito de mundo. Desde la esquiva curruca, cuyo nido a menudo teje en el suelo entre arbustos, hasta la llamativa oropéndola, experta en tejer nidos colgantes con gran precisión. Desde el ruiseñor, gran consumidor de insectos, hasta el jilguero, compulsivo buscador de semillas, o el cuervo, experto consumidor de todo tipo de alimentos.

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Como vemos, entre los paseriformes no solo existen diferencias de forma, color o tamaño, sino también en su forma de vida, de reproducirse, de alimentarse… Todo esto es lo que da riqueza a un ecosistema: la variedad de especies y su interacción e incluso competencia.

Biodiversidad es la palabra clave. Ese es el quid de la cuestión. Es la biodiversidad la que hace posible la vida de los diferentes ecosistemas. La que hace que cada uno de sus componentes es clave para el adecuado funcionamiento de la vida en nuestro planeta.

La que hace que una especie expansiva pueda ser controlada por otra que la consuma y que esta, a su vez, sea controlada por otra que la deprede. Y si además uno de estos escalones, como pueda ser el que ocupan los paseriformes, está ocupado por gran cantidad y variedad de individuos, con roles diferentes cada uno de ellos, se puede decir que el ecosistema goza de buena salud.

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El Picazo

medio ambiente

y el mirador del Kurda

En algún momento, años ha, algún lugareño vio un pico muy alto y, sin pensarlo mucho y en un alarde de originalidad, empezó a llamarlo el picazo. Es una teoría posible. Y aunque en el término de Milmarcos Valdeherrero sería el pico más alto con sus 1266 metros, es verdad que en el conjunto de montes del Picazo, su pico más alto alcanza los 1283 metros, aunque está dentro del término de Fuentelsaz, y claro, en esos tiempos las “fronteras” no eran las mismas ni tampoco había ganas de medir alturas de montes.

Situado al sureste del municipio y muy cercano a él, hoy en día el Picazo está “ocupado” por un parque eólico de siete turbinas de 2000 kW cada una, repartidas a lo largo de todo el conjunto, junto con un centro repetidor de señal radiotelefónica. De un manantial de su falda se extrae el agua que abastece el municipio de Milmarcos. Se puede decir que, por su posición, es un balcón hacia el pueblo.

Pinares en sus laderas, algunas fuentes, alguna cueva que otra, riscos, pequeños vallejos...

Todo lo necesario para albergar la fauna y flora típica de este tipo de biotopo. Es común cruzarse con algún corzo al atardecer o al amanecer. Incluso se empiezan a ver y disfrutar algunas cabras montesas, abundantes en zonas cercanas. El zorro es otro habitual de la zona junto con cantidad y variedad de aves. Águilas surcan a menudo su cielo en busca de alguna oportunidad de caza. Los buitres, que anidan en cercanos riscales, también se ven a menudo a la búsqueda de alguna carroña de la que alimentarse.

La ladera más cercana al municipio, la más escarpada, alberga una cueva, llamada del moro, cuya leyenda es tan centenaria como las versiones que existen, aunque todas ellas con un denominador común: un habitante ocasional de origen musulmán cuya actividad trueca de aventura a tropelía, según quien haga de orador.

Y como a veces los nombres nacen de forma popular, yo mismo gusto de llamar a un lugar de uno de esos montes el mirador del kurda, en honor a alguien anónimo en lo general, pero importante en lo particular, para el que el lugar tenía algo especial.

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El efecto seda en fotografia

tecnica

Qué es y cómo sonseguirlo

¿Habéis visto alguna vez una fotografía en la que el agua aparece como si fuera de algodón? A este tipo de efecto en fotografía se le llama efecto seda y vamos a conocer un poco de él.

Básicamente, el efecto seda se consigue aplicando a la escena un valor de velocidad de obturación muy bajo en nuestra cámara, de tal forma que el sensor captará los objetos estáticos con la definición habitual, pero todo lo que esté en movimiento lo captará de forma difuminada. Evidentemente, esta exposición tan prolongada a plena luz del día es imposible de conseguir con los parámetros usuales de nuestras cámaras, ya que la fotografía saldría totalmente sobre-expuesta, pero para esto existen los filtros de densidad neutra, que no es otra cosa que una ponerles una especie de “gafas de sol” a nuestros objetivos ópticos.

Hagamos un ejemplo práctico; imaginemos un precioso salto de agua en un día despejado, una cámara con un objetivo para paisaje, un trípode y, nuestro filtro de densidad neutra que aplicaremos delante del objetivo y que no va a alterar la luz que llega al sensor, pero sí su intensidad, por lo que lograremos más tiempo de exposición para conseguir una correcta fotografía.

Partamos de una exposición normal: ISO 100, apertura f/22 (para conseguir máxima profundidad de campo) y una apertura de velocidad tan lenta como el filtro de densidad neutra nos permita, ya que existen de varios tipos que pueden conseguir una mayor o menor absorción neutra de longitudes de onda de la luz que entra al sensor de la cámara. Tanto más se conseguirá este efecto cuanto mayor sea el tiempo de exposición. Una exposición de 30 segundos sería más que adecuada, pero para ello necesitaremos un filtro de densidad neutro que nos aporte al menos ocho o nueve pasos de obturación en nuestro caso. Otra cosa a tener en cuenta es que tendremos problemas para usar el autofoco de nuestra cámara y poder enfocar correctamente con el filtro puesto por lo que, seguramente, habrá que enfocar primero y colocarlo después. Esto se debe a que estos filtros son casi opacos y el autofoco de la cámara no es capaz de enfocar a través de él.

Finalmente, y después de tener todo esto en cuenta, el resultado final es una escena en el que todo lo que esté estático aparecerá bien expuesto y nítido, y todo lo que esté en movimiento, si este es continuo como una corriente de agua, aparecerá de forma difuminada, o no aparecerá si es un movimiento fugaz y solitario, como un ave que cruce, por ejemplo.

Es un buen ejercicio fotográfico cuyos resultados casi siempre son llamativos.

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Ana Retamero

entrevista

Luces, texturas, colores, formas… son sus armas. Su pasión por la naturaleza, su motivación.

Andaluza, de Alhama de Granada, licenciada en biología y docente en un centro de enseñanza secundaria. De vocación tardía, descubrió que, con la fotografía, lograba captar la belleza y singularidad de la naturaleza en los pequeños detalles. A poco que veamos su trabajo nos daremos cuenta de la sensibilidad de Ana para encontrar esas composiciones que la naturaleza muestra solo a determinadas miradas. Porque eso es precisamente de lo que Ana puede presumir: una mirada educada para ver esos pequeños universos naturales que hay a nuestro alrededor. Y además saber encontrar la composición ideal en el momento idóneo, aunque ello suponga esperar el instante adecuado.

Ganadora de múltiples premios nacionales e internacionales (GDT- European Wildlife Photographer of The Year, National history museum-Photographer of the Year 2009…) todos ellos relacionados en torno a la naturaleza. Ha publicado artículos en revistas tan prestigiosas y de largo recorrido como Quercus o en Iris, revista de fotografía de naturaleza de la asociación Aefona, entre otras.

Conozcamos un poco más de esta bióloga, antes que fotógrafa (aunque, egoístamente, no estemos de acuerdo). Centrémonos en su “yo” fotográfico.

Amablemente nos responde algunas preguntas. ¿Te defines como bióloga antes que fotógrafa, pero, sinceramente, ¿cuál de las dos pasiones te satisface más?

-Las dos se complementan perfectamente y eso me permite disfrutar doblemente. Las fotografías de naturaleza me ayudan a mis clases de Biología y Geología, y con ellas, mediante juegos, proyecciones o exposiciones mejoro la motivación de mis alumnos. Creo que no cambiaría una por otra, pero sí es verdad que echo en falta poder disponer de más tiempo para dedicar a la fotografía.

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Para los que no conocen tu trabajo, a poco que se interesen, en seguida te descubrirán como fotógrafa de naturaleza ¿sientes alguna curiosidad por otro tipo de fotografía?

-No soy de las personas que van a todas partes con la cámara, por lo que me limito a llevarla cuando voy a realizar fotografías de naturaleza, aunque también me atrae mucho hacer fotos que reflejen tradiciones o cultura popular.

Se nota tu pasión por la naturaleza ¿Todo fotógrafo de naturaleza encierra un defensor de ella, en primera línea?

-En la mayoría de los casos creo que sí, sobre todo en aquellos fotógrafos que ya eran amantes de la naturaleza y llegaron a la fotografía como un complemento a su afición.

España tiene una riqueza natural enorme y variada. ¿Cómo valoras el estado de conservación del medio natural en nuestro país?

-Creo que tiene que mejorar mucho, ya que algunas zonas como el litoral están claramente alteradas y aún hoy en día, sigue incumpliéndose la normativa, como muestran las construcciones ilegales, o la pesca en zonas restringidas, etc. Por otro lado, algunas de nuestras especies emblemáticas, como el lobo, no pasan por su mejor momento. Me parece que no podemos sentirnos muy orgullosos del estado de conservación de nuestro medio natural, ni de la protección de nuestras especies, pero tampoco quiero ser demasiado pesimista y reconozco que en muchos aspectos se está llevando a cabo un buen trabajo que está dando o dará buenos resultados.

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Se nota tu pasión por la naturaleza ¿Todo fotógrafo de naturaleza encierra un defensor de ella, en primera línea?

-En la mayoría de los casos creo que sí, sobre todo en aquellos fotógrafos que ya eran amantes de la naturaleza y llegaron a la fotografía como un complemento a su afición.

Has comentado en alguna ocasión que, a veces, una buena foto de naturaleza surge en los sitios más inusuales o más cercanos ¿Es tu práctica habitual o sueles planificar sitios concretos?

-Las dos cosas. Suelo repetir las visitas a lugares cercanos por una simple cuestión de proximidad y por lo tanto de tiempo invertido en el desplazamiento y es allí, donde suelo llevarme grandes sorpresas cuando encuentro motivos fotográficos que no esperaba o imaginaba. Por otro lado, me gusta planificar bien los viajes que voy a realizar, pensando en los paisajes y las especies que podré capturar.

En fotografía de naturaleza, la paciencia es una virtud. ¿Tienes alguna táctica, truco o consejo que puedas darnos?

-En mi caso, cuando llego a un sitio suelo observar tranquilamente el entorno, muchas veces incluso sin la cámara, hasta que la vista se acostumbra al espacio, las formas, los colores, las dimensiones… Es entonces, cuando empiezo a descubrir especies que pasaban desapercibidas, texturas llamativas, repeticiones, ritmos y preparo la cámara y comienzo a encuadrar. Si me gusta el motivo elegido entra en juego la paciencia para repetir la foto con ligeras modificaciones hasta realizar la que me resulte más atractiva.

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¿Y después, pierdes mucho tiempo en el procesado de las imágenes?

-No, en absoluto, aunque a mí me parece mucho porque es la parte que menos me gusta de la fotografía.

Pregunta obligada ¿Cuál es tu equipo habitual de trabajo?

-Una cámara reflex que tengo que renovar, un objetivo para macro-fotografía que suele ser el más utilizado, un teleobjetivo 80-400 y un gran angular. ¿Y cuál fue tu primera cámara fotográfica?

-Una cámara analógica con la que hacía algunas diapositivas, pero no fue hasta que tuve la primera cámara digital compacta que no me apasioné por la fotografía.

Mirando al futuro ¿un proyecto que nos puedas desvelar?

-Esta pregunta me inquieta un poco porque debería tener alguno pero no lo tengo. Creo que segui aprendiendo de fotografía, descubriendo nuevos puntos de vista de nuestras especies y enclave naturales.

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¿Un viaje en el horizonte?

-Volver a las colonias de cría de frailecillos, alcatraces y otras aves marinas de la costa escocesa.

Un fotógrafo del que nos recomiendes su trabajo.

-Son muchos los fotógrafos que me gustan y que sigo sus trabajos, y de diferentes especialidades. Los que más admiro son aquellos que además de realizar buenas tomas, están implicados en la conservación y con la ética del fotógrafo de naturaleza.

Y por último algo que también solemos pedir: un deseo para esta maravillosa profesión.

-Que seamos capaces de seguir emocionando con nuestras fotografías, promoviendo el deseo de profundizar en el conocimiento del medio natural y fomentando el interés por su conservación.

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Romero

flora

El bálsamo de Fierabrás

«Es un bálsamo, de quien tengo la receta en la memoria, con el cual no hay que tener temor a la muerte, ni hay pensar morir de ferida alguna. Y ansí, cuando yo le haga y te le dé, no tienes más que hacer sino que, cuando vieres que en alguna batalla me han partido por medio del cuerpo (como muchas veces suele acontecer), bonitamente la parte del cuerpo que hubiere caído en el suelo, y con mucha sotileza, antes que la sangre se yele, la pondrás sobre la otra mitad que quedare en la silla, advirtiendo de encajallo igualmente y al justo; luego me darás a beber solos dos tragos del bálsamo que he dicho, y verás me quedar más sano que una manzana » Esta es la explicación que Don Quijote da a Sancho Panza en la famosa obra de Miguel de Cervantes, respecto al famoso bálsamo de Fierabrás. Bálsamo del que más adelante da su fórmula: aceite, vino, sal y romero. Desde luego no es que nos vayamos a creer las virtudes milagrosas de tal ungüento, pero sí que podemos dar por buenas alguna de las virtudes de uno de sus componentes: el romero.

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Esta planta aromática, perteneciente a las llamadas labiadas, crece en forma de arbusto llegando a alcanzar una altura de 150 centímetros. Se trata de un arbusto perenne, bastante frondoso cuando las condiciones son favorables y muy ramificado. Está presente en casi todos los países del arco mediterráneo y propio de zonas áridas y de poca humedad.

Es conocido desde antiguo su uso medicinal y como condimento. Los egipcios se hacían acompañar por un ramito de romero para aromatizar su viaje al más allá. Los griegos primero y los romanos después le otorgaban propiedades regenerativas. Los árabes lo usaban como plaguicida. E incluso allá por el siglo XVI se tenía fe en el poder de su humo, cuando era quemado, para combatir las epidemias. Aún hoy la medicina popular le atribuye propiedades de cicatrización de heridas y antiparasitario aplicando la cocción de dicha planta en forma de compresa.

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Actualmente , su explotación va encaminada para usos culinarios en forma de especia, de perfumería y farmacológicos. Sus hojas contienen aceites esenciales y un buen número de principios activos de distintas características que pueden formar parte de distintas formulaciones farmacéuticas. Su esencia se utiliza para preparar el conocido alcohol de romero, tan usado popularmente para los dolores musculares y de articulaciones. Sus extractos se usan también para la elaboración de licores, fabricación de jabones, desodorantes, cosméticos, perfumes…

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Al margen de su uso comercial o popular, es un habitual en jardinería, por su poca exigencia de agua y cuidados. Suele florecer varias veces a lo largo de todo el año, con pequeñas flores azules, blancas, rosas o púrpuras, muy olorosas, muy apreciadas por las abejas, aunque de poca vistosidad estética aparente. El simple hecho de disponer a voluntad y de forma natural de esta especie es suficiente para tenerlo en nuestro jardín.

En el monte, el romero, junto con el tomillo (otra aromática de peso) y algunas otras herbáceas, son los amos del lugar. Basta con dar un paseo por el campo para, aún sin mirar y solo con oler, apreciar su presencia. Ya cuando miras descubres el ir y venir de los pequeños insectos en busca de su néctar. Es esa naturaleza, la pequeña, la cercana, la cotidiana, tan importante como todo lo demás. Y es que, ya sea en nuestro jardín o allí fuera, en el monte, siempre tendremos la oportunidad de hacer nuestro “bálsamo de Fierabrás” 28

"Levántate, Sancho, si puedes y llama al alcalde desta fortaleza y procura que se me dé un poco de aceite, vino, sal y romero para hacer el salutífero bálsamo" Don Quijote de la Mancha

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opinion

Joaquín Araujo “Cuando un árbol es condenado a equivocarse por culpa del clima, es condenado también a fracasar. Porque una floración de otoño jamás va a dar fruto.”

"El agua tiene capacidad de autodepuración.

Es fascinante. El disolvente universal, el líquido de la higiene, de la limpieza, tiene una extraordinaria capacidad de limpiarse a sí misma. Pero, claro, cuando hablamos de «dejar en paz al agua» no nos referimos solo a que corra libre, quiere decir también dejar de contaminar, dejar de abusar de ella… En resumen, evitar las infinitas torpezas que se cometen contra lo más esencial para la vida, que es el agua"

Naturalista y escritor de varios libros, Joaquin Araujo ha dirigido y realizado varias series y documentales para la televisión

"El agua libre, el agua que sigue su ciclo hídrico natural, el agua que discurre por los ríos y que impregna las raíces de los bosques, es infinitamente más importante, más productiva y más necesaria que cualquier agua sometida a un uso productivo, industrial, agrícola o doméstico. Porque produce vida. El agua lo que hace es crear vida por todas partes."

"Si consideramos que el agua es un recurso, estamos perdidos. Ese concepto de mercancía, de algo para la utilidad exclusiva de los humanos, es lo que ha llevado al medioambiente al estado en el que está."

"Desde el punto de vista ético, la energía nuclear es lo más injusto que se pueda imaginar, porque genera unos residuos peligrosos durante 15.000 o 20.000 años.

Mientras haya terremotos, mientras haya tsunamis, mientras haya accidentes como los ya constatados [Harrisburg, Chernóbil, Fukushima…] o mientras haya cabrones como Putin, que puede lanzar un proyectil que pegue en una central nuclear, no se puede poner ni un euro ahí. Hay que cerrarlas todas cuanto antes."

Extractos de la entrevista realizada a Joaquin Araujo en Climatica.lamarea.com 30

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