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Guatemala, viernes 10 de marzo de 2017 Cortesía: William Cameros
No.1 refiere una sesión previa que se realizó días antes (el 15 de abril de ese año) para organizar a un grupo de caballeros, con el fin de iniciar pláticas para la formación de la Asociación, que debía contar con autorización del capellán. El acta dice que en otra ocasión se reunieron con el director, Federico Nanne, quien les dio permiso para proceder. Es decir que el acta No.1 no corresponde con la primera sesión y que fue un grupo de particulares los que tuvieron la iniciativa de reactivar el cortejo. Dentro de los firmantes se encontraban los señores Roberto Orantes, Raúl Torres, Oswaldo Aquino, José Luis Aquino, Jorge Flores, Antonio Urías, René Fernández y otras personas, a quienes en el acta se les agradece el empeño que pusieron. Las actas de la 2 a la13 consignan todas las acciones que tuvieron lugar entre junio de 1955 y febrero de 1956. Los acontecimientos más significativos fueron: la formación de la junta directiva, la formulación de los estatutos de la Asociación y su nombre, la solicitud de aprobación ante el Arzobispado, la fijación de lo necesario para que se fortaleciera el culto a Jesús del Rescate, sus días de veneración, la realización de la procesión, la cuota de los asociados, etcétera. Y aunque se enfrentaron varios problemas, finalmente se estabilizó la situación y se logró el magno evento. Es importante anotar que el culto de la Virgen se le delegó a un grupo de damas que trabajaban simultáneamente en la Asociación de Virgen de Dolores.
Las procesiones reviven el espíritu piadoso. Cortesía: William Cameros
El resurgimiento
El Acta No. 10 ( 9 de enero de 1956) registró otro hecho relevante: se solicitó formalmente el permiso para efectuar la procesión el Miércoles Santo de dicho año, con nota dirigida “a la curia” como lo reportó la junta directiva. La copia fue encontrada en el libro de Estado de Cuenta de la Asociación de Jesús Nazareno del Rescate, dirigida al arzobispo metropolitano de Guatemala, monseñor Mariano Rosell y Arellano, en Palacio Arzobispal. Los firmantes solicitaban que concediera autorización para “llevar a efecto el resurgimiento de la procesión” y revivir aún más la fe cristiana, especialmente a Jesús Nazareno del Rescate. Para entonces el señor José Luis Aquino fungía como presidente y se comprometió a recolectar las firmas que acompañarían el escrito, al cual se adjuntó el reglamento de la Asociación aprobado por los miembros activos. El documento aporta dos datos notables: que la iglesia se encontraba sin recursos económicos, y que la procesión no salía desde hacía 15 años, lo que confirma la información que se compartió líneas arriba: la última vez que había salido a las calles fue en la Semana Santa de 1940. Durante ese mes de enero de 1956 se estableció cuál sería el día que se rendiría culto a Jesús: se escogieron los domingos de Cuaresma para evitar competir con otros nazarenos que se ponían en veneración los viernes. La primera fecha se le otorgó a la familia Valladares Molina. También se estableció el calendario de festividades, el día de velación de Jesús, que se fijó para el Martes Santo, los medios de captación de recursos (incluyendo la rifa de un reloj de pulsera), constante registro de nuevos socios, las comisiones para el culto, estrategias de propaganda, ya fuera radial o escrita por medio de volantes, etcétera. El Acta No. 13, del 22 de febrero de 1956, es trascendental porque registra la lectura de
que se efectuara la procesión, saliendo del templo de Santa Teresa a las 15:00 y retornando a las 21:00, con el permiso de llevar bandas, con orden de que tome razón la Policía Nacional. También se encuentran los recibos del pago del respectivo arbitrio. El más interesante de los registros detalla los gastos de la procesión de 1956: se recaudaron Q1,172.28, por medio de donativos y venta de turnos. Algunos de los costos reportados fueron: túnica y corona de espinas de Jesús Nazareno: Q112.00; cabellera y túnica de María Magdalena: Q40.15; hechura e iluminación de andas de Jesús Nazareno y Santísima Virgen Q200.00; banda para procesión: Q 165.00; estandarte: Q81.02. Lo gastado suma Q1,051.93, quedando un saldo a favor en caja de Q120.35 (Libro de Cuentas de la Asociación de Jesús Nazareno del Rescate, Estado de Cuentas, consultado en febrero de 2016).
Revivir
Tarjeta extraordinaria de marzo de 1959.
la resolución proveniente del Arzobispado con la autorización para efectuar la procesión el Miércoles Santo. En esta fecha se designaron los puestos de los socios para las inscripciones, una mesa para caballeros y una para señoras. Un socio ofreció un disco de marchas para todos los domingos de Cuaresma, cuando sería la venta de turnos. En el acta dice que Jesús estrenará túnica y corona de espinas. El acta siguiente está fechada hasta octubre de 1956, sin noticias de lo acontecido en Semana Santa. Otro grupo de documentos del libro de cuentas contiene las certificaciones de Gobernación Departamental, que otorgó licencia para
Tal vez vale notar que las actas dejan entrever que la principal preocupación del turbulento inicio de la asociación fue el culto a Jesús del Rescate, a la Virgen de Dolores y, sobre todo volver a organizar la procesión. En ningún momento se traslucen dobles intenciones políticas o económicas. También se encontró el borrador del programa de actividades de la Cuaresma y Semana Santa de 1956. Detallaba las actividades de todos los viernes y los domingos de Cuaresma, el Viernes de Dolores, Domingo de Ramos y toda la Semana Santa: ritos, misas, bendición de ramos, velación y, sobre todo, el miércoles anuncia: “Solemne Procesión” (Libro de Cuentas de la Asociación de Jesús del Rescate). Este esfuerzo de reconstrucción histórica de Jesús del Rescate y su procesión, que llega a su tercera entrega, con los pocos registros a los que se ha tenido acceso, se ha hecho con el fin de continuar con el espíritu que tuvo un grupo de devotos hace más de 60 años: “Revivir aún más la fe cristiana, especialmente a Jesús Nazareno del Rescate”. *Historiador