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Guatemala i viernes 22 de junio i 2012
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La herencia
Sin pedir nada
“Soy visionaria porque tuve una madre igual”.
“Los homenajes, sinceramente, los he recibido porque me los han ofrecido”.
una
Julia Urrutia Castellanos, mentora visionaria Maestra, poeta y pionera en la lucha feminista. Se ha hecho acreedora de condecoraciones, como las Palmas Magisteriales, la Orden Francisco Marroquín y la del Consejo Nacional de Mujeres, además de la medalla que lleva su nombre y la Orden del Quetzal. Patricia Palacios
patricia.palacios@ dca.com.gt
La medalla Julia Urrutia Castellanos, creada en 1999 y entregada anualmente a una maestra sobresaliente, es un ejemplo de la vida de esta mentora. Fue educadora durante 20 años y cuenta que cuando se graduó del Belén fue el ministro de Educación quien le dio el nombramiento, que ella nunca pidió. Muy orgullosa, dice: “Soy belemita. Con el tiempo fui subdirectora de ese establecimiento. Y no olvide que las belemitas siempre hemos estado pendientes de luchar por la mujer”. A sus 88 años sigue enseñando. Sus ojos brillan cuando relata su trayectoria en el magisterio y la lu-
De pensamiento amplio y convesación amena, Julia Urrutia se siente orgullosa de ser belemita. cha por los derechos de las mujeres. De pensamiento amplio y conversación amena y rica en datos e historia, Julia Urrutia Castellanos es una mujer culta y visionaria, lo que, según sus palabras, se lo debe a su madre, pues ella le enseñó a ser así. El sólo escu-
charla es conocer parte de la lucha femenina en el país, para lograr, por medio de la educación, ser responsable y, por ende, consciente del propio quehacer como parte de una nación. Su carácter fuerte y proactivo la llevó a hablar (pese a que lo hizo en una época difícil) de
educación sexual y planificación familiar en las más recónditas aldeas, donde la ignorancia sobre el tema lo hacía prohibido para las mujeres. Cuenta que cuando era docente de Aprofam tuvo que utilizar estrategias para ser escuchada, ya que los pobladores no querían ni oír del asunto, pues estaban desinformados. “Una vez llevamos una leche en cuyo envase se leía la palabra ‘estéril’, y las lugareñas no la quisieron porque les dijeron que las dejaría estériles. Así era de difícil llegar con conocimiento a las poblaciones”. Es cofundadora de la Oficina Nacional de la Mujer (Onam), a petición de la Comisión Interamericana de Mujeres. Comenta que Guatemala es el único país
A sus 88 años, Julia Urrutia aún enseña. Con orgullo muestra que no ha cumplido con tener un Ministerio de la Mujer, como existe en el resto de Latinoamérica. Recuerda el incidente vivido con el entonces presidente Efraín Ríos Montt, quien no autorizó la creación de esta instancia porque por fuerza, como dice doña Julia, quería unirlo a la familia, y ese no era el objetivo.
La Orden del Quetzal
La pedagoga Julia Isabel
Urrutia Castellanos ya había recibido reconocimientos por ser parte del grupo de profesoras que tuvieron un papel protagónico en la Revolución de 1944 y por su legado como maestra. Por tal razón, la Onam solicitó al Ministerio de Relaciones Exteriores su condecoración con la Orden del Quetzal, petición a la que se adhirieron innumerables organizaciones de mujeres, instituciones públicas y amis-