


Arquitectura Participante
Diseño Arquitectónico IV
Docente: Dr. Arq. Carlos Bardales Orduña
Universidad Nacional de Trujillo
Autores:
Est. Arq. Arboleda Hoyos Adriano
Est. Arq. Bermudez Jara Zaira
Est. Arq. Huaman Lopez Jonathan
Est. Arq. Paredes Ibañez Romina
Est. Arq. Trujillano Rucoba Tracy
Est. Arq. Ulloa Araujo Christelle


En las calles mas polvorientas del Perú , la arquitectura se ha visto mas como un lujo que una necesidad . En un país donde la brecha entre ricos y pobres es abismal, la falta de acceso a una buena vivienda es una realidad dolorosa para muchos. Los habitantes de estas comunidades observan como otros con mas recursos, pueden permitirse casas espaciosas y seguras. Donde el estado debería darles voz solo les da la espalda
Al observar esta realidad , es que un grupo de estudiantes de Arquitectura y Urbanismo que cursan el V ciclo en la Universidad Nacional de Trujillo , desarrollaron este presente libro titulado ”A UN SOLO PASO”, el cual documentará nuestro proceso de diseño e intervención en uno de los lugares más aledaños de Trujillo, a través de la aplicación de una Arquitectura Participante . Con la colaboración de todos y su creatividad se construirán sueños en lugar de muros,dándoles la oportunidad de recuperar su voz y su dignidad.
Al elaborar este libro buscamos que pueda servir de voz , para las personas que lamentablemente no pueden tenerla , asimismo esperamos que pueda ser de guía para los que buscan implementar la arquitectura participante, en proyectos o para incluso sus propias comunidades . Puesto que somos un solo equipo , que tiene un solo objetivo de por medio, el cual es mejorar la calidad de vida de las personas. Cada ciudad resalta lo más valioso de su gente, y cómo es que nos comportamos con ella, pero ¿estás dispuesto a mejorarla?, porque siempre se puede estar ‘’A un solo paso’’ Los Autores

LA ARQUITECTURA PARTICIPANTE








Autores: Arboleda Hoyos Adriano Alfonso, Bermúdez Jara Zaira, Huamán López Jonathan David, Paredes Ibáñez Romina Anthuane, Trujillano Rucoba Tracy Thamar, Ulloa Araujo Karito Christelle.
La diversidad en el Perú está presente en muchos aspectos, empezando desde las diversas comunidades y los ecosistemas multiculturales, hasta el propio territorio y sus exuberantes climas; esto se refleja a través de las diferentes regiones tanto de la costa, la sierra y selva.

El arquitecto es un personaje que tiene la capacidad de adaptarse a diferentes situaciones, abordar desafíos específicos y urgentes, desde lo más básico que es diseñar y construir un edificio destinado a diversas actividades, hasta lo más íntimo que es el compartir y participar con una comunidad. En este sentido, la arquitectura no solo se trata de crear estructuras que sean impresionantes, sino también de proporcionar soluciones prácticas y sostenibles a diversas dificultades que se presentan constantemente.
Además, refuerza la importancia de darle vida a aquellos lugares apartados por la misma sociedad que se encuentra fragmentada debido a la corrupción y la desigualdad social; el Perú es uno de los principales países que más se ve afectado por estas problemáticas.
La arquitectura, también desempeña un papel fundamental en la configuración del entorno urbano y rural, se erige como una disciplina crucial con impactos que afectan la calidad de vida de las personas y el desarrollo socioeconómico en general; en un país como el Perú existen modelos de planificación y proyectos que son abordados a gran escala, en su mayoría no son realizadas o se quedan en el abandono, debido a la falta de empatía y compromiso con los ciudadanos que tienen las autoridades que representan a la población peruana.

Por el contrario, en lugar de buscar una solución apropiada, las autoridades se esconden bajo acciones que generan un alivio temporal, como los famosos ¨bonos¨ que pueden parecer una buena acción en el momento, pero que a largo plazo no resulta beneficiario para la población, ya que este no aborda el problema de raíz como la informalidad laboral o la falta de acceso a servicios básicos; convirtiéndose en un circulo vicioso donde el estado calma a los ciudadanos con migajas para que estos no continúen reclamando por sus derechos.
Entonces, conociendo la realidad que se vive en nuestro país ¿Será importante el rol del arquitecto en la comunidad o en un país tercermundista como el Perú? ¿Cómo podría el arquitecto involucrarse y tratar de ayudar a aquellos grupos apartados?
La respuesta se encuentra en realizar acciones que vayan mano a mano, el arquitecto junto a la comunidad, quienes puedan compartir sus vivencias y sabiduría sobre el lugar que ellos mismos habitan y que
conocen su propia historia, para apoyarse en ella y proyectarse a futuro con la ayuda de un profesional, quien sirve como una gran herramienta para llevar a la realidad sus sueños; con esta iniciativa poco a poco se lograría obtener una ciudad más plena y consolidada; a todo esto se le denomina “Arquitectura Participante”, el cual es un nuevo término, una nueva perspectiva de ver la ciudad y la importancia de enfatizar al sujeto como protagonista, en lugar de dedicarse solo al objeto arquitectónico (Arq. Javier Vera Cubas, 2021).
La arquitectura participante, a pesar de ser un nuevo término para la sociedad, a generado altas expectativas entre los profesionales que la van conociendo, además, de las nuevas generaciones que se vienen instruyendo con este nuevo concepto.
La ciudad no es una página en blanco, hay una preexistencia, en la que es primordial aprender a construir sobre lo construido, y con este nuevo enfoque de arquitectura participante, se toma en cuenta la contemplación
de la realidad en la que vivimos, lo cotidiano, lo que sucede dentro de un barrio o una comunidad, y como ésta puede ser aprovechada sin necesidad de empezar de cero; las ciudades son capas y capas de historias, cada una percibida de distintas formas por sus habitantes, quienes con sus actividades diarias dan vida a cada espacio de su territorio, de esta manera crean lo que se denomina ciudad; no el significado erróneo de que las edificaciones gigantes conforman a la ciudad, sino, quién lo habita y cómo lo habita.

Al ser participe se interpreta mucho mejor la problemática, ya que el arquitecto se pone en los zapatos del ciudadano, entendiéndolo y adquiriendo información de la comunidad para crear en conjunto alguna solución con todos los conocimientos adquiridos como profesional, ya que a través de sus obras tiene el poder de proponer y diseñar ambientes que disminuyan los perjuicios del gobierno corrupto que favorece a algunos sectores mientras deja en el olvido a otros.
Y es que detrás de una buena arquitectura, de un arquitecto con todas sus letras y de una arquitecta responsable con su pueblo, siempre estará el usuario como prioridad. Un claro ejemplo de este hecho es el arquitecto Javier Vera Cubas con su proyecto urbano integrador Fitekantropus, el cuál
más que un modelo urbano es un paradigma de ciudad en el que a través de un análisis de siete pasos se llegó a la conclusión que no deseaban realizar una intervención que se quede en el olvido sino que perdure en el tiempo.
Además, durante este proyecto se priorizó el vínculo entre la comunidad y la arquitectura, ¿Cómo es que sucede esta relación entre ambos grupos?¿Es difícil crear este tipo de vínculo?, en este caso, los proyectistas llegaron con la mentalidad de aprender de los mismos habitantes del sitio, no para imponer sus ideas modernas e innovadoras, sino para escuchar y contemplar al usuario y sus necesidades, inclusive hacerlos partícipes del proceso de mejora que quieren para estos sectores olvidados.

En ese caso, podemos decir que la arquitectura participante, puede desempeñar un papel importante en la revitalización de áreas urbanas degradadas y sobre todo en la unión social, en el cual, los participantes de la comunidad contribuyen a mejorar la calidad de vida, dado que adquieren habilidades y conocimientos prácticos relacionados con la construcción y el mantenimiento de estructuras. Mientras que por parte de los profesionales, adquieren un sentimiento más humanista, en el que empiezan a pensar, aprender y desaprender para realizar las cosas como si fuesen ellos mismos los que habitarán el espacio.
Asimismo, la población junto al profesional a cargo, se vuelven más conscientes de los recursos y métodos utilizados en la creación y mantenimiento de sus espacios, que en su mayoría son públicos dejados en el abandono, por lo que se fomenta un enfoque sostenible y de aprovechamiento de lo ya existente. Hoy en día, muchos de nosotros no poseemos la capacidad de
ponerse en el lugar de los que realmente lo necesitan, creando muros invisibles de concreto que nos apartan del objetivo principal y más importante que es trabajar en unión social, el colaborar con aquellos que enfrentan desafíos sociales, económicos y culturales, no solo contribuirá a la mejora de su calidad de vida, sino que fortalecerá el tejido social en el que vivimos. Empleando al fin lo que se quiere lograr con la arquitectura participante, un reflejo de la identidad cultural, un sentido de pertenencia y orgullo entre quienes habitan los espacios públicos, es decir, una arquitectura de la gente.
REFERENCIAS:
ETSAM. (17 de febrero de 2021).
Javier Vera Cubas: 'Proyecto Fitekantropus'. [Video].
Redacción. (20 de abril de 2016). Arquitectura y democracia: Conversación con Alejandro Haiek Marquina, P. (23 de noviembre de 2021). ¿Son los bonos buenos para la economía?.