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Zaguán Literario 02

Proyector de vidas

Cuando a alguien le pregunto si es posible vivir muchas vidas todos me responden que no, ¿pero están en lo cierto? En mi opinión no, uno todos los días puede vivir muchas vidas, y eso no significa que dejen la suya. Mucha gente me tirará de loca y dirá que estoy perdiendo todos los tornillos, pero lo que digo es cierto, no cabe duda. Y es que puedo decir que como 3 veces al mes puedes vivir una nueva vida, puedes experimentarla de una manera en la que nadie más lo permite. ¿Que si es caro? Claro, es carísimo, pero nadie más te da una oportunidad como esta y a mi parecer vale la pena, porque por un momento

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puedes olvidarte de todo lo demás, son unas horas que disfrutas y que te alegran, que te hacen experimentar un sentimiento que nunca habías sentido, te despierta todo aquello que lo demás no hace y aún así la gente sigue diciendo que no han vivido. Porque no estoy hablando de algo que sea extraño para alguien, creo que todos aquellos que lean lo han hecho, sólo que no se han dado cuenta, o a lo mejor no ven las cosas de la forma en la que yo las veo y es completamente válido, pero no me pueden decir que no han vivido otras vidas. ¿No fuiste alguna vez un mago? ¿No fuiste alguna vez poseído? ¿No fuiste una princesa en busca de tu príncipe? ¿No fuiste un agente tratando de completar una misión imposible? Si has contestado afirmativamente al menos a una pregunta, temo informarte que sí has vivido más vidas de las que crees.

Eso es lo increíble del cine. Puedes quedarte sentada experimentado todo aquello que pasa enfrente de tus ojos; algunas personas me tachan de loca, ¿pero estoy verdaderamente loca? Si analizo el objetivo del cine voy a decir que nos trata de hacer sentir lo que pasa, no por algo hay miles de películas que hablan del amor, de la guerra, del trabajo. El simple objetivo del cine es que por medio de una pantalla y un reflector, puedas experimentar sentimientos, que puedas emocionarte por todas esas cosas que pasan enfrente de tus ojos. De qué serviría hacer una película de drama si no logras identificarte por lo menos en una cosa con el protagonista, o una comedia en la que no puedas reír de las ocurrencias del protagonista. Porque cuando ves una película eso es lo que pasa, a lo mejor no se dan cuenta, pero miles de veces han llorado, han reído, se han enojado con alguna película, pero la realidad es que no están llorando por lo que está pasando en su vida, sino porque quieran o no están viviendo una vida que no es suya, se están logrando identificar con lo que está pasando; simplemente porque son humanos y porque aunque no queramos, tenemos la empatía pegada en nuestros huesos. Luis Amara diría ahorita que esa es mi experiencia, que estoy escribiendo este ensayo por mi experiencia personal, que definitivamente todo esto es subjetivo. ¿Pero lo es en realidad? ¿Soy la única que piensa esto? Yo no lo creo, a lo mejor en serio estoy perdiendo los tornillos, y que es mi

amor por el cine el que me hace hablar a lo menso, pero no lo creo. No creo que sea posible que alguien sea incapaz de sentir cosas al entrar a una sala, sentarse y ver diferentes perspectivas de la vida. Si un hombre pierde a su hijo, me gustaría pensar que todos en la sala llorarían o por lo menos que mostraran algún signo de tristeza, algo… lo que sea. Alguien que no reaccione a cualquier cosa que se proyecte no puede ser humano, pero volviendo a las palabras de Amara, todo es subjetivo; mi punto de vista es subjetivo. Por ahora yo vuelvo a insistir que he vivido muchas vidas, que esas salas en las que me he sentado me han permitido entrar a un nuevo mundo el cual me permite soñar, el cual me permite vivir. Sé que vivir muchas vidas puede llegar a generar ciertos sentimientos no gratos, y que en ciertas cosas puede ser muy abrumador, porque al terminar de vivir esta experiencia volvemos a caer en nuestra vida y ese es uno de los peores golpes. Los golpes de realidad. Porque a pesar de disfrutar por unas horas esa maravillosa experiencia, sigue siendo difícil ver que las vidas que desearías tener no son las que estás viviendo ahorita. Y aún así todos siguen yendo a las salas de cine para poder disfrutar de aquellas vidas que nunca vivirán, o que a lo mejor, si tienen la suerte necesaria, podrían llegar a vivirlas. Todo esto viene de un proyector, que a mi parecer es el proyector de vidas.

MÓNICA GONZÁLEZ URRUCHÚA

12 de agosto de 1995 en México, D. F.Actualmente estudia la carrera de Comunicaciónen la Universidad Panamericanaen el Distrito Federal. Busca especializarseen la rama de producción cinematográfica,al igual que en guionismo. En su tiempolibre le gusta leer y escribir con músicacomo compañía. No tiene un escritor favorito,cada libro que ha leído ha sido unafuente de conocimiento por lo que cree que

cualquier cosa que se lea es buena. Ama laspelículas (en especial las de superhéroes)le encantan las fotografías. Le gusta másverlas que hacerlas, pero nunca se niega elgusto de poder retratar la realidad o bienhacer realidad su propia fantasía