Un intento por entender lo que siento

Page 1


Yael Ariel Agustin Peña
Vámonos a donde tú quieras

Vámonos a donde tú quieras, a cuando tú quieras, estoy libre.

Cada recuerdo en mi memoria, cada espacio en mi corazón, cada sonrisa en mis labios, te pertenecen.

Olvidemos el ahora y el mañana, exploremos ese vacío donde el tiempo no existe y solo somos tú yyo. Donde jamás te irás, juntos, contando los granitos de arena en la playa y los mil y un pasos que da un ciempiés...

Vámonos a donde tú quieras.

El pequeño pinzon

Había una vez un pequeño pinzón. No molestaba a nadie, ni esperaba ser objeto de atención; solo volaba en su soledad, disfrutando del cielo a sus anchas.

Era feliz volando sin ser notado, tenía su rutina y su camino, que repitió innumerables veces en su cabeza.

A veces, lo que es bonito no es para poseerlo, ni para encerrarlo en una jaula.

Tal vez no lo notaste, pero cuando lo atrapaste, el pinzón no cantaba por placer, cantaba como un grito desesperado por ser liberado.

Estaba infeliz y aislado, un pájaro tan hermoso atrapado en una jaula de cristal.

Te extraño IV

¿Cómo es que te vas… y ya te extraño?

No debería.

No te mueres, solo te vas lejos… pero te extraño.

Aún no te has ido, y te extraño

como si fuera una despedida prematura, como si no debiera ser así.

No eres mío, ni lo has sido, ni lo serás… pero te extraño.

Es por tu bien, lo sé.

Necesitas crecer, volar, ser mejor.

Y aún así, no quiero… porque te extraño.

¿Cómo dejo ir a quien me hizo sentir como en casa?

¿Cómo dejo de extrañarte?

Aún no te vas, y ya te extraño.

Porque aunque nunca fuiste mío, si hoy me siento triste, la primera persona a la que llamaría… serías tú.

Si necesito un abrazo, sería el tuyo.

Si busco una sonrisa, sería la tuya.

Te extraño, y aún… no te has ido.

V¿Por qué no puedes mirarme?

¿Por qué no puedes mirarme?

No quiero interferir en tu felicidad, pero me es imposible no preguntarme si acaso tengo una oportunidad. Quiero decir…

en un mundo donde las matemáticas rigen y la lógica reina,

¿no existe siquiera una posibilidad?

¿Qué tengo que hacer para llamar tu atención?

Estoy perdiendo la cabeza y estoy solo… aquí, justo enfrente de ti.

¿Acaso se siente así?

Como un salto de fe en un abismo interminable, sabiendo que jamás seré yo a quien salves.

¿Cómo te explico que quiero ser yo la causante de tus sonrisas, la razón detrás de tu emoción?

¿Por qué no puedes mirarme?

Olvido

Debo olvidarme de ti, sí… de ti y de todo tu yo.

Perfecto tu dolor; yo siento lo que tú sientes.

¿Y por qué olvidar?

¿Por qué esa absurda, repentina obsesión por olvidar?

Sepultar nuestro pasado es condenarnos a una vida miserable, a ser alguien sin propósito. Y aunque amar no signifique poseer, me gusta pensar que alguna vez… me tuviste a mí.

Juntos otra vez

Es raro cómo te conocí y sentí que te necesitaba, como si, al mirarte a los ojos por primera vez, hubiera tenido un destello del pasado… uno donde estuvimos juntos: como amigos, compañeros, aliados.

Sentí tu presencia tan familiar, una confianza instantánea sin haberte conocido desde lo más profundo del alma.

Como si siempre me hubiera faltado algo: una melodía, una pieza, un fragmento perdido de mi rompecabezas.

Estoy segura de que no es la primera vez que nos conocemos.

Tal vez en estos cuerpos sí… pero esta sensación fue más profunda que una simple sonrisa amigable.

Podría reconocerte en cualquier forma o cuerpo, con solo mirarte a los ojos, como si fueran una ventana a lo que alguna vez fuiste.

Tus ojos me hicieron encontrarte otra vez. Volví a encontrar a mi dulce melodía.

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.