5 minute read

Homenaje a Campo Elías Galindo

Next Article
Contenido

Contenido

A la memoria de mi papa Campo Elias Galindo Alvarez

Por: Oriana Galindo Muñoz

Advertisement

“Cuando los hombres se destruyen los unos contra los otros, van dejando en el camino su condición humana y van perdiendo todo sentido de solidaridad y de consideración por el dolor ajeno”.

Campo Elías Galindo

Con todo el dolor, pero sobre todo con el más inmenso amor estas palabras para decirle al mundo el regocijo que me produce haber tenido a mi papá lo que lo tuve y haberlo disfrutado todos estos años de mi vida. Estas palabras también para agradecerle a él por su incondicionalidad y cariño, por su ejemplo y su luminosidad, hoy vive en mi corazón y en el de todos los que lo amamos desde donde cuidaremos su legado y su memoria. Toda la vida quise estar a la altura de mi papá, ser digna de él y de ser reconocida como su hija; siempre anhelé y busqué esa mirada de alegría, aprobación y orgullo de su parte, frente a las elecciones que fui haciendo en mi vida. En el fondo siempre quise parecérmele. Creo que desde que era muy niña supe que mi papá era extraordinario. La gente se refería a él como un hombre muy inteligente y admirado y respetado, yo hacía eco de esos comentarios y pensaba que yo también quería ser como él. Desde muy pequeña, de sus manos hermosas veía orecer la caligrafía más perfecta con la que escribía como si cada palabra fuera sagrada, empecé en eso tan simple a querer copiarle y siempre he tratado de escribir con muy buena letra y de conservar en orden mis papeles como lo hacía él con una disciplina casi religiosa. Sabía desde siempre que mi papá era diferente, que sus preocupaciones e intereses eran distintos a los de la mayoría, pero también sabía que por eso era reconocido y que de alguna manera lo que él hacía distinto, lo hacía bueno, excepcionalmente

bueno entre todos los muchos hombres y mujeres. desde su primera juventud, desde las primeras Aprecié siempre su mesura y austeridad; la luces de su razón la emancipación social, la justicia, serenidad que siempre transmitía, tranquilo, pero la libertad y autonomía de la humanidad toda; la claro y contundente como su voz y sus palabras defensa de la vida como un don y una promesa que que creo fueron su mayor don y la expresión de su había que hacer cumplir a punta de lucha y más maravilloso poder que reposaba en sus perseverancia; siempre dispuesto a dar y darse por pensamientos e ideas. los más débiles, por los excluidos y los perdedores Mi papá me enseñó que el mundo era un lugar de la modernidad y el desarrollo. enorme, hermoso, diverso y convulso; me lo Mi papá fue un real revolucionario (¡lo escribo con enseñó de muchas maneras: me regaló en un tanto orgullo!), fue un soñador, pero al mismo cumpleaños un globo terráqueo en el que me tiempo un trabajador inagotable, con un mostró países, ríos, desiertos y océanos mientras compromiso y unas convicciones envidiables. No me narraba la historia de esos parajes lejanos. Me perdió tiempo de su vida en rencores, liviandades enseñó a montar en bicicleta y a no tener miedo de o caprichos del ego. Sabía que para mirar bien al futuro y construirlo digno para todas y todos, había que descifrar muy bien las claves de la historia con un pensamiento agudo y crítico, pero también sabía muy bien que había que actuar y movilizarse con pasión y amor para construir y alcanzar la utopía; creía en la solidaridad, en la hermandad entre todos los hombres y las mujeres y en tejer siempre con seguir pedaleando aun después de que él me soltara; me enseñó a jugar ajedrez y nunca pude vencerlo, creo que con el tiempo se volvió un poco aburrido para él, pero seguía intentando enseñarme, p o r q u e s i e m p r e f u e increíblemente paciente. Me enseñó a disfrutar de la música y a cantar canciones con el alma, intentando buena “Ni los indiferentes ni “ entonación como paseó muchas ve la ce suya. s en Me sus los ignorantes los en diferentes, paz y par desde la razón a la paz, tan hombros desde donde yo me sentía en la atalaya más alta del mundo y el corazón se me paran nunca Son tantísimas sus enseñanzas, anhelada por él para este triste país. elevaba y me palp dicha por ser su niña. itaba de las guerras” son pro tantas funda las vidas mente, que tocó que su Su goce por los placeres herencia y su legado son un simples de la vida, sus libros, sus papeles, sus escritos, marcaron mi crecimiento. Estar metida en medio de conversaciones que sostenía con amigos, a sus pies debajo de algún escritorio (como cuando me llevó a Bogotá orgullo y un honor que mi hermano y yo y toda mi familia siempre defenderemos; le contaré a mi hijo del gran hombre que fue, le contaré que se alegró de su llegada y que bromeamos sobre cómo sería de abuelo, le “ mientras él participaba de discusiones y foros a contaré que me dijo siempre que un hijo era un propósito de la Constituyente del 91), estar motor de transformación, de lucha, que con los persiguiendo sus zancadas ágiles con mis pasos hijos se siembra la esperanza de un mañana mejor, cortos bien agarrada de sus manos de gigante, de un mundo más humano, donde nadie nunca saliendo y entrando por el camino arbolado de la tenga que vivir un dolor tan inmenso como el que Universidad Nacional, que fue nuestra casa y sufrimos quienes lo amamos hoy. nuestro hogar durante buena parte de nuestras Buen viaje papá adorado, abrazo tu memoria con vidas… hoy todas esas cosas me aparecen en la toda mi alma. memoria como postales de una vida y de un amor Oriana Galindo Muñoz que increíblemente me arrebató la violencia más 5 de octubre de 2020 vil. Ya de adolescente entendía muy bien el propósito y sentido de la vida de mi papá, que fue también

This article is from: