Entrelazan miradas ¡algo traman, algo viene…! Efectivamente, mi descrédito como ser humano. El de trabajador ya me lo han arrebatado. Me sangran las encías de tanta impotencia. ¿Qué pasó de mi aliento?, ¡devolvédmelo, sé que es mío! Abortasteis hasta mi Libertad. Desgraciado indeseable. ¡Me pesan los ojos! Pero nunca jamás, una tercera vez, tus asquerosos dedos encima de mi piel. Papá, ya no pregunto ni por el mañana… Sencillamente, ¿tendré hoy para comer?
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