Real Madrid

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Suplemento de MIRROR magazine


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¿Qué Sucede en el Equipo Blanco? Siendo el Real Madrid tan de extremos, arrollador en el triunfo y calamitoso en la manera en la que ha entregado su corona después de tantos años de felicidad continental, busca la gente responsables para explicar cómo ha sido posible semejante descalabro. Hay para todos, claro, y más en un club con tantas facciones y mitos, tan ensalzado el espíritu peleón de Juanito como los diamantes de los fichajes más mediáticos del momento. Fallan los jugadores, fallan los técnicos y falla también la directiva en su máxima expresión, salpicada la figura de Florentino Pérez en una temporada nefasta desde que el Madrid se coló en la placentera vida de la selección española en Krasnodar. Ahí, en ese junio asfixiante por las tierras rusas, empezó el principio del desastre. Lo peor, y siempre es fácil hablar a toro pasado, es que ya olía algo raro cuando Zinedine Zidane dejó tirado al equipo después de abrazar su tercera Champions seguida. Dio una pista gorda el francés, pero, como casi siempre, con la barriga llena cuesta intuir que algún día se va a pasar hambre. Sin embargo, sería óptimo ubicar el inicio de este viaje hacia la autodestrucción con aquella eliminación copera ante el Leganés, un bochorno mes de enero que Zidane entendió como su adiós y al que únicamente los analgésicos europeos le llevaron a completar el curso, incluso algo distanciado de Florentino hasta que se descorchó otra vez el champán en Kiev. Muchos indicios Hay muchos motivos, muchísimos, para hablar abiertamente de una mala planificación deportiva en el Real Madrid. También los hubo antes, claro, pero se ampliaba la sala de trofeos y eso ocultaba todo lo demás, tan real una cosa como la otra. Nada ni nadie puede empañar esas cuatro Copas de Europa en cinco años, pero había indicios suficientes (los papeles discretos en la Liga y en la Copa, sin ir más lejos) como para pensar en una regeneración pacífica y sensata, nada que ver con las prisas que implica un fuego descontrolado como el de ahora.


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Para empezar, la planificación deportiva, lo lleva implícito el nombre, debería ser competencia de un especialista en la materia, una figura inexistente en el Real Madrid porque es Florentino quien compra y vende cromos. El pasado verano, y sin que haya quedado muy claro ese asunto, se fue sin pena ni gloria Cristiano Ronaldo por un puñado de millones y no llegó nadie. Entiéndase ese nadie, pues Odriozola o Mariano no son jugadores del mismo escalafón. Con una corriente hasta cierto punto pasiva, el pueblo aceptó que se suplirían los goles del portugués con el despertar de Benzema, Bale y Asensio, y todos tan felices hasta que llegaron las primeras curvas. No se fichó a un delantero en condiciones, a un delantero pata negra de verdad, y el Real Madrid encadenó cientos de minutos en blanco, un récord sonrojante. Alguien pensó en que Benzema sería, por arte de magia, un goleador nato y que Bale, imposible de descifrar este muchacho, era el líder natural de este conjunto. Agua, ni una cosa ni la otra. Los dos, por cierto, son de los chicos preferidos del presidente. Florentino Pérez, con José Ángel Sánchez, es el padre de este lustro de alegría, aunque también lleva la firma en el estrépito de esta temporada, por algo este club es tan presidencialista. Julen Lopetegui, con el beneplácito de Sergio Ramos y el resto de internacionales españoles, nunca fue una opción que entusiasmara, ni a las corbatas ni a la propia afición, y lo peor del tema es que su defunción en el banquillo se daba casi por hecha antes de empezar. 139 días después, Lopetegui cobraba su segundo finiquito al caer 5-1 en el clásico con un comunicado hiriente y muy agresivo, un ajuste de cuentas extraño. Por cierto, contó el vasco hace unos días que Florentino Pérez nunca le comunicó a la cara que estaba en la calle, un dato a tener en cuenta y más después de la trascendencia mundial de su contratación. Se parcheó con Solari, al que se renovó después de victorias obligatorias ante Melillas y demás, y tampoco el argentino ha salido bien. En marzo, al equipo se le presenta un final de curso deprimente y larguísimo, y no vale comprar la moto del subcampeonato liguero. Que esto es el Real Madrid, por favor. Toca, sabiendo Europa de sus necesidades, buscar entrenador y rastrear un mercado al que no se acude desde hace tiempo, no al menos para comprar figuras. Lo primero, y puede que lo más importante, será


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encontrar a un técnico, pero debería Florentino Pérez dejarle actuar con voz en mando y no meterse hasta la cocina. Habrá que firmar cartas de despido en la plantilla, que siempre cuesta y más después de tanta armonía, pero esto es fútbol y aquí no vale el pasado. Habrá que firmar nuevos contratos, seduciendo a los mejores a partir de la historia de un escudo celestial ya que, seguramente será así, no se puede luchar en igualdad contra otros equipos Estado. Y habrá que entender que la gente quiere que un club de fútbol se dedique a eso, al fútbol, a los goles, a ganar. Porque, por muy bonito que vaya a quedar el estadio, si en el césped no pasan cosas bonitas, sirve de muy poco que las butacas sean las más cómodas del planeta y que haya calefacción.

Florentino Pérez, “el cacique” del Real Madrid


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Zidane pide que el Madrid acometa antes la renovación de la plantilla

El adiós de Zinedine Zidane después de conquistar tres veces seguidas la Champions League, algo que nadie más había conseguido en la era moderna del torneo, fue toda una sorpresa que cogió desprevenidos tanto a los aficionados como al propio Real Madrid. Sin embargo, el técnico galo lo tenía claro y así lo explicó en la rueda de prensa de despedida, en la que dejó algunas claves de lo que hoy le está pasando al equipo. Zidane comprobó que el club no tenía previsto cubrir la marcha de Cristiano Ronaldo, que había pedido salir, y tampoco quería tomar decisiones drásticas con algunos de los futbolistas que habían llevado al Real Madrid a uno de sus momentos más gloriosos. Eso, unido a que en LaLiga habían quedado a 17 puntos del Barcelona convenció al francés de que era el momento de dejar el banquillo. «Pienso que este equipo debe seguir ganando y necesitaba un cambio. El equipo necesitaba otro discurso y otra metodología de trabajo» se explicó Zidane. «Hay momentos complicados en que podemos


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cuestionarnos si soy la persona adecuada. Los jugadores necesitan un cambio. Este es un club exigente, apretamos mucho a los jugadores y hay un momento en que no se puede pedir más». «Hay etapas en la vida en que uno debe saber cuándo parar. Lo hago por el bien del equipo. Conmigo hubiese sido complicado ganar el año que viene. No quiero acabar mal. Quiero terminar cuando todo va bien. Ya lo hice como jugador. No veo tan claro seguir ganando y hay que hacer un cambio». Esos cambios a los que tantas veces se refirió Zidane en su adiós, más allá del inquilino del banquillo no se produjeron y, como aventuró el galo, el Real Madrid ha dejado de ganar.


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Mourinho o Klopp, si falla Zidane

La experiencia es un grado y en el Real Madrid es un doctorado. No puede atrasar la ejecución de los fichajes a la llegada del entrenador de turno porque los tiempos son una presión extraordinaria para los grandes clubes, rodeados de otros equipos que pujan por el mismo futbolista. El club blanco contrató a Vinicius hace veinte meses mientras el Bayern, el Chelsea y los dos Manchester luchaban por el mismo objetivo. La filosofía del Real Madrid da prioridad a realizar las contrataciones de acuerdo a su dirección deportiva, sin depender del técnico, sea Mourinho, Klopp o Zidane. Pero el francés es un caso especial. Su estilo de fútbol casa con el del equipo madrileño. Desea dominar los partidos sin dar mil toques «centrocuentistas», atacar con velocidad para rematar en cuatro pases y utilizar el contragolpe para desatascar situaciones. Y los refuerzos que desearía para el Real Madrid, si acepta la proposición de Florentino Pérez, concuerdan con los que el club atacará una vez finalizada la temporada. Hazard, Eriksen, Militao, Kane, Mbappé, Neymar y Junior Firpo forman parte de esa lista. Unas


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adquisiciones que también aceptarán Mourinho, Klopp o Low si uno de ellos es el elegido. La terna está abierta. «Zidane, Mourinho, Klopp, todos están en la lista de candidatos a entrenar al Real Madrid la próxima temporada», señala el club. «No tenemos ninguna prisa, lo único importante es elegir bien». La entidad observa que Mourinho se postula cada día con descaro para dirigir al Real Madrid ya. A la entidad no le importa la tensa relación que el portugués mantenía con la prensa española hace seis años. Si es el seleccionado, será por su capacidad para hacer un cambio total del equipo. Conte también está libre. Klopp se encuentra a expensas de lo que haga el Liverpool para contestar. Low debe decidir si deja la selección alemana para venir «al Real». Allegri ya ha dicho que deja a la Juventus y «espera» al Real Madrid. Y Zidane tiene en su mano ser de nuevo el entrenador blanco. Emilio Butragueño es el hombre que contactó con Zinedine para ofrecerle el mando de la nueva plantilla una vez acabada la temporada. Es el enlace para conseguir su retorno. El marsellés se lo piensa. El club madrileño hará la lista de bajas sin inmiscuir en ese trabajo ingrato al entrenador que finalmente sucederá a Solari. Una lista de descartes que, como la de posibles altas, también se encuentra muy definida. El mal rendimiento de varios futbolistas a lo largo de la campaña les ha señalado sin dejar opción a otra opinión. Después, todo dependerá de las ofertas o de los intercambios que pueden hacerse con otros equipos. Un refuerzo por línea Las cartas están marcadas. El proyecto del Real Madrid es renovar el plantel con un fichaje importante por línea, que pueden ser dos en el ataque, novedades que significarán la baja de al menos cinco hombres. Zidane concuerda con la planificación de la dirección deportiva, porque algunos de esos refuerzos ya los deseaba el año pasado a ntes de marcharse. El objetivo es fichar un defensa central que luche junto a Varane por el puesto, un lateral izquierdo que compita con Reguilón, un centrocampista, un delantero de creación como Hazard y un ariete. El caso del extremo belga es un fichaje específico.


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Militao, actualmente defensa del Oporto, sería el central. Cuesta 50 millones. Jesús Vallejo, roto por las lesiones, se marcharía cedido para disfrutar de una continuidad de partidos y comprobar si se gana el regreso al primer plantel. El bético Junior Firpo es el lateral izquierdo. El Real Madrid está dispuesto a pagar 30 millones. La explosión de Reguilón ha cubierto una posición que necesitaba sangre nueva ante el ocaso físico de Marcelo, lacerado por seis lesiones en medio año. Junior puede venir para competir con Reguilón y hacer crecer el nivel en ese puesto, que estaría muy bien resguardado. Marcelo ya ha manifestado que si no cuentan con él se marchará. Tiene una oferta de la Juventus. Eriksen es el primer mediocampista creador que desea el conjunto blanco. El primer problema es su precio, 140 millones. El segundo es negociar con Daniel Levy, presidente del Tottenham, que también constata que el Madrid incluye en su ristra de fichajes otro jugador de su plantel, Kane, cuyo coste sitúa en 200 millones. El United pretende a Bale Hazard, figura del Chelsea, es el otro reto del club blanco. Su precio ronda los 125 millones, pues si no es traspasado este verano quedará libre en 2020. El castigo internacional impuesto al equipo londinense, q ue no puede fichar durante un año, es un problema que fustiga la operación. Mbappé y Neymar son las otras cartas guardadas para la delantera. Bale, Isco y Mariano forman el «pack» inicial de posibles traspasos que dejarían hueco a los fichajes en la línea media y en la delantera. El galés es pretendido por el Manchester United, pero podría retornar al Tottenham en un intercambio con Eriksen. Mariano dependerá del ariete que se contrate, una apuesta prioritaria en el nuevo proyecto.


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Los refuerzos de Zidane para revolucionar al Real Madrid Tras el colapso del equipo en apenas una semana que le ha dejado fuera de la pelea por la Copa del Rey, la Liga y la Champions League, el Real Madrid mira al futuro y a una posible revolución en su plantilla para reconducir la situación. Una de las opciones que maneja el club para dar un golpe de timón es el regreso de Zinedine Zidane al banquillo. El técnico galo ya avisó cuando se marchó de lo que podría ocurrir. Entonces, avisó, era preciso un cambio para seguir ganando. Sin embargo es ahora cuando puede producirse ese cambio y él podría estar al frente. Más allá de las salidas que tengan que firmar desde la planta noble del Santiago Bernabéu, también habrá que incorporar nuevos talentos, con hambre de triunfo y que cubran las carencias que el equipo ha evidenciado en esta calamitosa temporada. Un ariete El año pasado sabía que Cristiano Ronaldo se iría y consideraba necesario la contratación de un «nueve» rematador de nivel internacional que ahora es un objetivo imprescindible. Un central Zidane soportó la temporada anterior los problemas de la falta de un central de galones cuando Ramos y Varane fueron baja. La marcha de Vallejo debe significar la llegada de un «stopper» de calidad.


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Un delantero de regate Apoya la llegada del belga Eden Hazard porque aportaría soluciones incisivas por las bandas, si bien su salida del Chelsea se ha complicado tras la sanción de la UEFA al club londinense. Un medio de ataque Quiere un centrocampista que dispare a puerta, una solución extraordinaria de remate que el Real Madrid no tiene, pues Toni Kroos y Luka Modric no responden a este perfil.

El belga Eden Hazard


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Sergio Ramos Versus Florentino Pérez

La experiencia lo dicta: es mejor no hablar hasta el día después. Pero a veces hay que explotar por algún lado. En la fatídica noche contra el Ajax faltó liderazgo en el césped, el que Ramos impone. Forzó la amonestación en el partido de ida en Ámsterdam creyendo que el equipo pasaría a los cuartos de final con el 1 2 cosechado fuera. Después reconoció en televisión, que fue lo peor de todo, que la había provocado y quiso rectificar en una segunda comparecencia ante la prensa desplazada en Holanda. La UEFA le sancionó con dos partidos. En el club no entienden por qué forzó la tarjeta y por qué Solari no tuvo la autoridad de frenar esa situación. Todo se unió como un compendio de errores que han echado al Madrid de Europa.


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Es mejor no hablar en caliente, porque se explota, pero quizá es lo que necesitaban todos. Ramos ha hecho muy mal las cosas con su tarjeta amarilla y su reconocimiento público de ella. Su baja fue letal ante el Ajax en el Bernabéu. El presidente dio un rapapolvo al equipo y el capitán defendió a la plantilla. Florentino Pérez subrayó que el sevillano tampoco había rendido esta temporada y el central habló de mala planificación. Todos los trapos se lavaron en la cocina blanca Y la bomba estalló en el vestuario. Florentino Pérez y Sergio Ramos, enfadados y calientes por la eliminación en Europa, no controlaron su decepción y hablaron con sangra cálida en el fragor de la noche. Bronca verbal. Discusión. Enganchada al fragor de la eliminación y con las cabezas calientes y enojadas. Tras el 1-4 del Ajax, Florentino Pérez bajó al vestuario, como es habitual, para hablar con los jugadores. El presidente suele estar más atento con los futbolistas cuando las cosas salen mal. Les anima habitualmente ante los golpes y las derrotas. Pero la derrota ante el Ajax, deportivamente vergonzosa y muy grave para los intereses del club, suscitó un momento diferente que evocaba la situación. El presidente achacó al equipo falta de rendimiento en todas las competiciones y el capitán respondió que faltó una buena planificación de la plantilla. Todo se calentó. El dirigente del club habló con la plantilla y les achacó falta de dedicación y de compromiso con lo que se jugaba la entidad, que perdió los tres posibles títulos en una semana. El presidente madridista, enfadado por la eliminación en la Champions, se presentó en el vestuario y culpó a los jugadores por su actitud en el partido y po su flojo rendimiento en general a lo largo de temporada. En siete días han perdido la Liga, la Copa y la Champions y Florentino Pérez manifestó:«Es una vergüenza». El máximo responsable de la casa blanca llegó a decir que los jugadores tenían demasiados días libres. En pleno rapapolvo, Sergio Ramos salió a la palestra, como capitán, para defender a los futbolistas y adujo que el problema del equipo era que tampoco hubo una buena planificación de la plantilla. El defensa señaló el pasado sábado, en la derrota liguera ante el Barcelona por 0-1, que faltaba un goleador. El presidente le contestó que él tampoco había rendido bien esta temporada y


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en la cabeza de todos estaba la errónea decisión de forzar la tarjeta amarilla en Holanda, que le impidió jugar el partido de vuelta ante el Ajax. Calientes por la tensa conversación, el capitán llegó a decirle al dirigente: «Tú me pagas y me voy». Hay enfado con Ramos por su gran error de publicitar ante la prensa la provocación de la amonestación en Holanda. En el Bernabéu grabó un programa con Amazon y con el 0-2 cortó el documental para animar al equipo en el descanso. En el club no entienden por qué forzó la tarjeta y por qué no le frenó Solari. Para colmo, el jaleo se produjo en un momento crítico para el club por haber sido goleado por el equipo holandés en el Bernabéu, un día que Ramos no jugaba por cumplir una sanción y para mayor inri estaba en un palco privado con cámaras a su alrededor para grabar un documental privado que le siguió durante todo el día, en el coche, antes de disputarse el encuentro. Esto tampoco había sentado bien en el club, aunque es verdad que Ramos cortó la grabación con el 0-2 y bajó al vestuario en el descanso para animar a sus compañeros. En ese mismo vestuario, una hora más tarde, vivió este encontronazo con el presidente, ya sin Amazon grabando y con ninguna gana de documentales.


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Solari: el Inútil Si te sabes incapaz de gestionar en una plaza de trabajo, eres un peligroso irresponsable al aceptar esa plaza Solari ha perdido toda la confianza del club y de la afición blanca. El técnico argentino está en la rampa de salida y, desde las oficinas del Santiago Bernabéu, ya ha comenzado el casting para contratar a su sucesor. Lo que ha ocurrido esta última semana ha condenado al entrenador. Y es que, aunque tenía contrato hasta 2021, tenía una cláusula que permitía a Florentino Pérez echarle este verano sin tener que pagarle los años restantes. Todo ello, tenía visos de que sucedería si no ganase ningún título. Como así ocurrirá. Mala gestión del vestuario Sin embargo, en el vestuario habrá muchos jugadores que se alegren de la marcha del técnico argentino. No ha sabido llevar a un vestuario exigente y se ha ido de las manos. Demasiados frentes abiertos para llevar unos meses en el cargo. Isco, Asensio, Marcelo, Bale, Ceballos, Brahim, Keylor y compañía son algunos de los que respirarán tranquilos cuando le vean salir por la puerta. Y es que no sólo han sido las decisiones deportivas lo que han molestado en una parte de la plantilla. La basura de Solari “¿Sabes lo que hace Solari?”, es la pregunta que sobrevuela el entorno del RealMadrid y que tiene mosqueado al madridismo, en una de las peores semanas de la historia del club.


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Cuentan desde dentro del vestuario que ha intentado ser el nuevo Zidane e imponer su ley, sin embargo no le ha salido bien porque no tiene el crédito y el caché del francés. Además, sólo ha dado la oportunidad a los jugadores de su confianza. Vinícius, Lucas Vázquez y Reguilón fueron los más beneficiados. Además, le acusan de rencoroso. Y es que, después de todos los enfrentamientos con Isco, no dio su brazo a torcer ni cuando ha tenido que utilizar a los mismos y estaban muy cansados.


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