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El crecimiento económico de México

to económico es sólo uno, pero hasta la fecha se sigue midiendo de manera distinta, lo que produce resultados diferentes. En caso de que el lector deba hacer un pronóstico del crecimiento mundial para este año, puede usar cualquiera de ellos y, una vez que se obtenga el resultado real, dejar claro que estaba agregando de acuerdo con el método que más cerca esté de la realidad.

La mayoría de los historiadores económicos estiman que México sufrió un estancamiento económico desde que obtuvo su independencia en 1821 hasta 1875, al considerar que el crecimiento promedio del pib fue muy similar al de su población. Esta situación cambió durante la dictadura de Porfirio Díaz (1876-1911) que logró la internacionalización de la economía y empezó a desarrollar la infraestructura para conectar a las ciudades con las zonas rurales. La Revolución mexicana (1911-1917) tuvo fuertes repercusiones en la producción de bienes y servicios, y provocó la depresión económica más larga en la historia de este país. Los efectos de la crisis de 1929 en Estados Unidos combinados con la Guerra Cristera en México provocaron bajas del pib en varios periodos, entre los que destaca 1932, en donde el pib se redujo en 14.00%, la mayor caída que se ha obtenido en un año. Desde entonces, México decidió concentrarse en el mercado interno mediante la sustitución de importaciones, una nueva política energética y la rectoría del estado en la economía.

Entre 1950 y 1970 se implementó una política de desarrollo estabilizador que buscaba altos niveles de crecimiento económico combinados con mejores salarios reales de los trabajadores y estabilidad en los niveles de precios. En los siguientes doce años, y como consecuencia del descubrimiento de grandes campos petroleros, se cambió parte de la política para implementar el desarrollo compartido que buscaba lograr una mejor distribución del ingreso mediante la expansión del gasto público. Este ejercicio terminó con altos déficits fiscales que

tuvieron que ser financiados con deuda denominada en dólares, que provocó la devaluación del peso y disminuciones en el pib.

Como consecuencia de lo anterior, se instaló un nuevo modelo (neoliberal) entre 1982 y 2018, basado en la apertura del país al exterior (globalización), cuyo mejor ejemplo lo constituye la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan) en 1994. El actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, declaró formalmente el fin de la política neoliberal, el 17 de marzo de 2019, en su discurso de clausura del Foro Nacional para la Elaboración del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024. Éstas fueron las palabras que usó: «Declaramos formalmente, desde Palacio Nacional, el fin de la política neoliberal. Aparejada, esa política o modelo neoliberal, con su política económica de pillaje, antipopular y entreguista. Quedan abolidas las dos cosas, el modelo neoliberal y su política económica de pillaje, antipopular y entreguista».

El presidente ha propuesto el modelo posneoliberal que él mismo resume como «progreso con justicia, con un modelo de crecimiento con bienestar». En particular, busca un crecimiento económico anual promedio del 4% con una redistribución sin intermediarios del ingreso y la riqueza. Este porcentaje es prácticamente el doble del crecimiento promedio que se obtuvo en los últimos 36 años. Algunos analistas están contentos de que haya dejado el término liberal y le haya llevado la contra al presidente Putin, de Rusia, quien en junio de 2019 declaró al periódico Financial Times que el liberalismo es un remanente disfuncional del pasado.

López Obrador ha dejado muy claro que el mercado no sustituye al Estado, por lo que trata de separar el poder político del económico, eliminando las influencias de los empresarios y combatiendo a la corrupción «de arriba hacia abajo». Por un lado, da a entender que prefiere la rectoría del Estado sobre la economía, pero por el otro mantiene la disciplina fiscal y la independencia de la política monetaria. Además, el apoyo al libre comercio lo ha manifestado con la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (t-mec) que es la nueva versión negociada del tlcan.

Con el objeto de usar una serie histórica de largo alcance, se recurre a los trabajos del doctor Jonathan Heath, actual subgobernador del Banco de México, quien desde hace más de tres décadas ha encade-

nado todas las series del pib que han publicado el inegi y su antecesora, la Dirección General de Estadística. Además, incluyó estimaciones de la tesis doctoral de Juan Moreno para los años faltantes de 1911 a 1921. El doctor Heath no sólo publicó una magnífica gráfica en la página 71 de su libro Lo que indican los indicadores, sino que mantiene actualizada la base de datos tomando como año base el 2013, y ha tenido la amabilidad de compartirla con el autor de este libro. Con tales elementos, y con la estimación del decrecimiento realizada por el fmi para este año, se puede analizar la gráfica 1.6 que muestra las tasas de cambio en el pib de México entre 1896 y 2020. En términos generales, se nota una gran volatilidad en los cambios porcentuales del pib, con excepción del periodo comprendido entre 1933 y 1981. Resulta obvio que muchos políticos quieran regresar a esta etapa del desarrollo de México, con la salvedad de que las condiciones internas y externas eran diferentes a las que imperan actualmente.

Gráfica 1.6 Cambios porcentuales en el PIB total de México 1896-2020

15.00%

10.00%

5.00%

0.00% 1896 1900 1904 1908 1912 1916 1920 1924 1928 1932 1936 1940 1944 1948 1952 1956 1960 1964 1968 1972 1976 1980 1984 1988 1992 1996 2000 2004 2008 2012 2016 2020

-5.00%

-10.00%

-15.00%

Fuente: base de datos del Dr. Jonathan Heath. Se agregó el año 2020 con base en la estimación del fmi.

Los mayores incrementos se obtuvieron en 1903 y 1964 con montos del 10.40% y 11.00%. Las peores caídas se dieron en 1914 y 1932 con números del 10.00% y 14.00% respectivamente, aunada a la que el fmi estima para 2020 que asciende a 10.50%. Desde el inicio del periodo neoliberal, en 1982, se han presentado nueve resultados negativos, que han tenido importantes consecuencias para el patrimonio de los ciudadanos, en especial en 1994, 2009 y en el estimado para 2020. De los 125 años de historia del crecimiento económico, que se muestran en la gráfica 1.6, 103 son cambios porcentuales al alza y 22 son cambios negativos. Esto comprueba lo que se dijo anteriormente: casi todos los países del mundo han tenido un número mayor de resultados positivos que negativos.

Si usted, lector, tuviera que pronosticar si México obtendrá en 2021 un resultado positivo o negativo, podría utilizar las frecuencias del pasado para decidir que existe una probabilidad del 82% de un crecimiento económico y del 18% de una contracción. El problema es que el pasado no siempre es un buen predictor del futuro. En términos generales, los cambios en el pib no son bien modelados con probabilidades, ya que se trata de un proceso no estacionario que modifica el valor de sus parámetros con el paso del tiempo. Es decir, no se trata de una situación de riesgo, sino de incertidumbre, en la que la intuición, la información cualitativa, el ubicarse en el contexto específico y el análisis fundamental dan mejores resultados que el uso de probabilidades.

Algunos analistas hablan también de la posibilidad de obtener un crecimiento que consideran potencial o ideal, entendido como la tasa máxima de cambio en el pib que no genera presiones inflacionarias o como la tendencia del pib en el largo plazo. Consideran que, aunque no se trata de un límite técnico a la producción de bienes y servicios, es posible medir un nivel que no genere presiones inflacionarias que puedan poner en aprietos al propio crecimiento económico. A la diferencia entre el pib observado y el pib potencial se le llama la brecha de producción. Cuando el resultado es positivo indica que se está creciendo por arriba de su potencial, lo que presiona los precios al alza. Cuando es negativo se puede tratar de una capacidad ociosa de las empresas, con una economía por debajo de su potencial y sin presio-

nes inflacionarias. Este concepto no se puede observar en la práctica, por lo que existen muchas formas de medirlo indirectamente. El Banco de México lo estima una vez al año y, sin especificar la fecha, lo da a conocer en alguno de sus informes trimestrales. El Fondo Monetario Internacional (fmi) incluye una serie histórica en las revisiones anuales que hace de la economía mexicana y muestra una brecha negativa de 1.1% para 2020, dato que no incluye los efectos del Gran Confinamiento, lo que la hará mucho más pronunciada.

Para completar el análisis, se presentan de manera simultánea los cambios en el pib total, junto con las variaciones del pib por habitante. En este caso, se utiliza una serie de tiempo más corta que va de 1961 a 2017, que se detalla en la gráfica 1.7.

Gráfica 1.7 Cambios del PIB de México

Por habitante

11 9 7 5 3 1 -1 -3 1961 -5 -7 -9 1968 1975 1982 1989

Fuente: Banco Mundial. Precios constantes de 2010.

Total

1996 2003 2010 2017

Es evidente que existe una alta correlación entre los cambios en el pib total (serie en color naranja) y las variaciones en el pib per cápita (serie en color azul). También sobresale que cuando analizamos los cambios positivos, el pib total es mayor al pib por habitante, y cuando observamos las variaciones negativas, sucede lo contrario. Daniel Kahneman (Premio Nobel de Economía) y Amos Tversky (q. e. p. d.) muestran la aversión que tienen las personas a las pérdidas al concluir que, para muchas de ellas, las pérdidas pesan dos veces el valor

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