
7 minute read
Parte 3. El pib y más allá
El PIB y más allá
El bienestar económico no puede ser medido adecuadamente a menos que la distribución personal del ingreso sea conocida.
Simon Kuznets, 1934
No cabe duda de que el PIB es la superestrella de los indicadores. Rutger Hoekstra, 2019 e la mano de la División de Estadística que forma parte del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, y a través de su coordinación del Sistema de Cuentas Nacionales (scn), el pib navegó como el principal indicador para evaluar el progreso de la producción de bienes y servicios de un país. Una vez más se reitera que el pib viene de un sistema de cuentas negociado en el seno de la Organización de las Naciones Unidas (onu), pero, con el correr del tiempo, se han creado algunas historias a su alrededor. El título de este libro alude justamente a que el pib está rodeado de muchas cuentas y de algunos cuentos.
El pib empieza a tener críticas, competidores y compañeros desde muy temprano en su vida. En el primer capítulo se mencionó brevemente cómo en la década de los sesenta el
senador Robert F. Kennedy consideraba que el producto nacional bruto (pnb), la versión anterior al producto interno bruto (pib), contabilizaba cosas «malas» o «dañinas» para los seres humanos e ignoraba muchas otras estimadas como «buenas». Continuando con los políticos, en la década de los setenta, el rey de Bután declaró que la felicidad nacional bruta (fnb) era más importante que el producto nacional bruto (pnb), y cuando el país se convirtió en una monarquía parlamentaria en 2008, el concepto de la fnb quedó plasmado en la constitución y se creó una estructura institucional para dar seguimiento a dicho concepto. Para todo esto, se creó el índice de felicidad nacional bruta que trata de medir la calidad de vida de los habitantes a través de nueve dimensiones usando 33 indicadores.
La fnb surgió como respuesta ante las críticas a los altos niveles de pobreza imperantes en Bután, para lo cual el rey decidió cambiar la atención del pib a este concepto basado fundamentalmente en el budismo. Quería presentar a su país como uno de los más felices del mundo, con datos y encuestas procesados por el mismo gobierno. Es indudable que este pequeño país asiático con cerca de 800,000 habitantes ha tenido avances importantes en varios rubros de su economía basada en la agricultura y en la generación de energía hidroeléctrica; sin embargo, el Reporte Mundial de la Felicidad, que ha sido publicado desde 2012 para apoyar a la Comisión de Bienestar y Felicidad de la onu, y que utiliza datos derivados de la encuesta mundial Gallup, lo ubica, en su edición de 2019, en el lugar número 95 de 156 países.
El primer compañero con peso del pib se deriva del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud), que inició con el reporte y el índice de desarrollo humano en 1990. En esta primera edición dejó claro que, aunque el crecimiento del pib es absolutamente necesario, debe ir acompañado de otras medidas relacionadas con la salud y la educación de la gente. Es decir, se pasó de hablar del desarrollo económico concentrado en el crecimiento, al desarrollo humano enfocado en la gente. En este contexto, el pib sobrevivió como parte de un triunvirato que incluía también la salud y la educación de las personas.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo existe desde 1965 y provee de asistencia técnica a más de 170 países y territorios en el mundo. En 2018 generó ingresos por 5.5 billones de dólares de varias fuentes que incluyen donaciones públicas y privadas. El Reporte del Desarrollo Humano es su publicación emblemática, y existe independencia en su elaboración, que está validada por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Todo esto sirve para explicar el hecho de que la División de Estadística de la onu y el pnud muchas veces trabajan en la misma dirección, pero otras aplican herramientas de medición y realizan recomendaciones distintas.
Tres años después del lanzamiento del Reporte del Desarrollo Humano publicado por el pnud, la División de Estadística de la onu terminó de negociar la cuarta revisión del sistema de cuentas nacionales (snc) en donde presenta las denominadas cuentas satélites como una forma de completar al núcleo central, las cuales aportan incluso indicadores físicos que acompañan a los monetarios. Esto responde parcialmente a la consideración del tema del medioambiente, ya que continúa existiendo una correlación positiva entre el crecimiento del pib y la emisión de contaminantes. Es aquí donde se establece la estructura general de la contabilidad ambiental que desde entonces acompaña la medición del pib. De todas las cuentas satélites, la ecológica es la más compleja e importante para nuestro futuro. Las agencias nacionales de estadística ya producen de manera periódica la cuenta satélite del medioambiente y en este capítulo se presentará un detalle del caso de México.
El Banco Mundial entra a la escena de la historia del pib en 2006 con la publicación de la obra ¿Dónde está la riqueza de las naciones?,
que presenta como un indicador complementario del pib. Como se ha mencionado en este libro, el pib es un flujo que corresponde a un periodo determinado, lo que contrasta con la riqueza, que mide los recursos en un momento dado del tiempo. El primero es equiparable al estado de resultados de una compañía y el segundo, al balance general que muestra sus activos y los derechos sobre los mismos. Este esfuerzo del Banco Mundial ha continuado hasta la fecha, lo que ha consolidado una base de datos de 141 países y territorios que va desde 1995 hasta 2014. Es encomiable el esfuerzo de dicho organismo internacional por medir la riqueza de los países, y ojalá se continúe haciendo con una frecuencia mayor. Sin embargo, resulta paradójico que teniendo como objetivo prioritario el combate a la pobreza realice estudios que tienen que ver con la riqueza. ¿Será por eso por lo que muchos políticos argumentan que la mejor forma de atacar la pobreza es mediante la generación de riqueza?
A principios de 2008, casi de manera concurrente con las primeras manifestaciones de la Gran Recesión, el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, estableció una Comisión para la Medición del Desempeño Económico y el Progreso Social. Reunió a más de veinte economistas e investigadores sociales y se apoyó fuertemente en la plataforma de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (ocde) que tiene su base en París. Estuvo presidida por Joseph E. Stiglitz, Premio Nobel de Economía en 2001, por Amartya K. Sen, quién también obtuvo ese mismo reconocimiento en 1998, y por Jean-Paul Fitoussi, presidente del Centro de Investigación Económica de Sciences Po. En septiembre de 2009, la Comisión entregó su reporte, que fue publicado en el libro Midiendo incorrectamente nuestras vidas: ¿por qué el PIB no encaja? El documento no sólo reconoce los problemas del pib, descritos en dicho libro, sino que también habla de la calidad de vida de las personas y del desarrollo sostenible y el medioambiente. Propone cambiar el énfasis de la estadística en el cálculo del pib, ya que no siempre es un buen indicador del éxito de un país. El nuevo foco debería fijarse en un conjunto de medidas que determinen el bienestar de las personas.
El reporte de la Comisión considera que es imposible capturar en un solo indicador, como el pib, la complejidad alrededor del bienestar
de la sociedad. Por lo mismo, recomienda pasar de usar una medida (pib) a un tablero de indicadores. El panel de instrumentos de un automóvil es un buen ejemplo de que un tablero de indicadores es necesario. El velocímetro sirve para no exceder los límites de velocidad y evitar sanciones; se tiene un indicador que permite saber cuánto combustible queda y estimar el número de kilómetros que se pueden recorrer antes de parar a recargar el tanque de gasolina; también existen indicadores de temperatura del refrigerante y de la carga de la batería. Intentar administrar una economía sin indicadores es cómo manejar un auto sin instrumentos.
El reporte aporta un total de doce recomendaciones. Las primeras cinco son necesarias para pasar de la medición del pib al concepto de bienestar y se presentan en el siguiente párrafo. Aunque no se detallan aquí, existen seis recomendaciones más para atender el carácter multidimensional del bienestar en sus aspectos objetivos y subjetivos, así como una última relacionada con los indicadores físicos del medioambiente.
Las recomendaciones para transitar de la producción al bienestar son: 1. Cuando se tenga que evaluar el bienestar material, observar el ingreso y el consumo, en lugar de la producción. 2. Hacer hincapié en la perspectiva de los hogares. Es mejor analizar el ingreso o el consumo real de los hogares que el pib por habitante. 3. Considerar el ingreso y el consumo, junto con la riqueza. Se debe construir el balance general tanto de los hogares como de otros sectores, y de la economía como un todo. 4. Dar mayor importancia a la distribución del ingreso, el consumo y la riqueza. Es mejor usar la mediana que el promedio aritmético en cada una de las variables mencionadas. Se debe acompañar con otra información de la distribución del ingreso, el consumo y la riqueza. 5. Ampliar las medidas del ingreso con actividades que no son de mercado. El ocio y los servicios del hogar para consumo propio son ejemplos de esto último.