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EL VOCERO / viernes, 20 de julio de 2012
Un líder de su tiempo
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uerto Rico ha tenido tres gobernadores que han dirigido el País en tiempos difíciles; Luis Muñoz Marín, Carlos Romero Barceló y Luis Fortuño. En cuanto a Muñoz, su historial político es elocuente; tuvo que tomar decisiones difíciles desde que era presidente del Senado. Y siendo líder de un partido en que la mayoría de sus legisladores y alcaldes abrazaban el ideal de Independencia y en el que el País pasaba por momentos de infortunio por los estragos de la Segunda Guerra Mundial, buscó la manera de que el Partido Popular –que él fundó– se moviera hacia el centro político, defendiendo y reafirmando el valor histórico en el pueblo de la ciudadanía americana y de las instituciones de gobierno de Estados Unidos en Puerto Rico. Sobre Carlos Romero Barceló debemos recordar que su segundo cuatrienio coincidió con una de las peores recesiones económicas que Puerto Rico haya experimentado en el siglo XX. A eso debemos sumar la enorme cantidad de recortes en fondos federales que la administración del presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, le hizo a Puerto Rico. La recesión y los recortes causaron despidos masivos y las arcas del gobierno se vieron afectadas. Durante ese cuatrienio, el gobierno de Carlos Romero Barceló tuvo que reinventarse para poder salir adelante. Además, debemos significar que en esos años la Legislatura de Puerto Rico la controlaba el Partido Popular y la obstrucción a la gestión pública fue una acción concertada y consuetudinaria. Fue en los primeros meses de 1985 –durante la entrante gobernación de Rafael Hernández Colón– que funcionarios de la nueva administración reconocieron que las medidas tomadas por Romero Barceló fueron de gran ayuda para que la proa del barco gubernamental se dirigiera a puerto seguro. Luis Fortuño se adelantó a todos los
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gobiernos socialistas de Europa y América Latina, como también se adelantó a muchos gobiernos estatales en Estados Unidos. En cada uno de estos casos las medidas fueron tomadas tarde y la recuperación económica se ha convertido en un signo de interrogación. Sin embargo, en el caso de Puerto Rico las medidas se tomaron en los primeros meses de su gobernación. Lo irónico del caso es que estas
cheques emitidos de una totalidad de alrededor de $900 millones en deuda con los suplidores. Muchos de esos cheques estaban guardados en gavetas y en cajas de cartón. Por otro lado, se negociaron convenios colectivos sin haber dinero en el fisco para honrar los mismos; una crasa incompetencia administrativa y una clara violación de ley. El crédito del País estaba deteriorado y la tarjeta de salud de los pobres de esta tierra al borde de la quiebra. ¿Y qué hizo Fortuño? Tomó de inmediato las medidas correctivas para evitar la quiebra gubernamental y evitar que el crédito de Puerto Rico siguiera afectándose, y logró insuflarle salud fiscal al gobierno y a la economía. Las medidas tomadas permitieron bajarle las contribuciones sobre ingresos al Pueblo, al igual que imponerle contribuciones a las grandes empresas. Creó las Escuelas del Siglo 21, fortaleció y expandió la cobertura de la tarjeta de salud, evitó el incremento en el costo del agua para los abonados y ha iniciado un programa abarcador para la reducción del costo de energía y la dependencia en los combustibles fósiles. Lo que nunca hicieron Sila y Aníbal. Además, su intolerancia hacia la corrupción ha sido manifiesta. Todo esto Luis Fortuño lo ha hecho solo, en el silencio de su soledad. Durante toda su administración ha tenido la Prensa en contra, el ataque continuo de la oposición, y los detractores dentro de su propio partido, mayormente en el Senado, que se han desempeñado como obstaculizadores, en lugar de colaboradores. Un líder como Luis Fortuño que solo, contra viento y marea, en confianza plena en la fe y voluntad del Pueblo, ha podido enderezar las finanzas del gobierno y darle rumbo cierto a la esperanza de los puertorriqueños es, verdaderamente, un líder de su tiempo. EL VOCERO / Archivo / Willín Rodríguez
Maricelis Rivera Santos
medidas tomadas por Luis Fortuño rebasan las etiquetas o estereotipos ideológicos que pudieron habérsele hecho pocos años atrás. Son medidas tomadas tanto por gobiernos de derecha, como de centro e izquierda. Medidas pensadas en el pragmatismo económico y político con efecto directo en la eficiencia de la gerencia en la administración pública. Lo encontrado en las agencias de gobierno por el equipo de Fortuño fue una escena surrealista, por no decir dantesca. Con un déficit no reportado de $3,400 millones, no había efectivo en caja para pagar
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