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No había presencia de sangre en guagua de Verdejo
ó Defensa presentará cinco testigos adicionales
Istra Pacheco >ipacheco@elvocero.com
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@istrapacheco
El análisis forense que se hizo el 2 de mayo de 2021 en el interior de la guagua Dodge Durango, color negro, propiedad de Félix Verdejo, tres días después del asesinato de Keishla Rodríguez Ortiz, concluyó que no había presencia allí de sangre, ni siquiera que se haya limpiado.
Alex Cintrón Castellanos, supervisor de los investigadores forenses del Instituto de Ciencias Forenses (ICF), con 19 años de experiencia, dijo que tomó fotos del vehículo luego de que las autoridades lo incautaron.
Al mostrarse en sala las imágenes, se podía apreciar lo que parecía ser un poco de tierra en la alfombra debajo de los pedales de acelerar y frenar. En el compartimiento entre los asientos, detrás de la palanca de cambios, había múltiples monedas y sobre ellas había una hebilla metálica -de las que se usan para dubi en el pelo- a la que, según el testigo, se le hicieron pruebas de ADN, pero cuyo resultado no se informó en sala.
En la parte posterior del vehículo había un asiento protector para menores del lado derecho, así como una bolsa de basura en el piso y numerosos papeles en los bolsillos de los asientos de al frente, pero que dan hacia atrás.
En el baúl había un bulto color negro, en cuyo interior había guantes de boxeo. A un lado había un cochecito de juguete en tonos rosados.
El testigo de la defensa dijo que preparó una solución con el reactivo para detectar sangre, pero al aplicarla en distintas partes de la guagua no hubo ninguna reacción.
“En el vehículo no hubo luminiscencia”, afirmó como parte de su testimonio en la sala del juez Pedro Delgado Hernández, como parte del decimoséptimo día de juicio.
El coacusado y testigo estrella Luis Cádiz Martínez alegó que luego de lanzar el cuerpo de Keishla desde el puente Teodoro Moscoso a la laguna, regresó con Verdejo al residencial Luis Lloréns Torres y allí, en su negocio de lavado de carro, le pasó la aspiradora al carro de Verdejo y un paño con clorox sobre el “dash” del vehículo.
Según el testimonio previo de la patóloga forense Rosa Rodríguez Castillo, quien realizó la autopsia a Keishla, las fracturas que la víctima presentaba en la nariz debieron haberle provocado algún sangrado.
Más adelante, a preguntas del fiscal Jonathan Gottfried, el testigo confirmó que si se hubiese limpiado el carro completo con una alta concentración de clorox se afectaba la posibilidad de levantar ADN, pero no quedó claro si se tomaron muestras del vehículo para determinar la presencia de material genético.
Por otra parte, la investigadora forense Ana Arroyo Sánchez, quien tiene 21 años de experiencia, indicó que uno de los casquillos de bala que se levantó en la escena era de un arma calibre 40 milímetros y otro calibre 9 milímetros. El segundo tenía un plástico verde en uno de los extremos, similar a las balas de salva.
Dijo que cercano al lugar sobre el puente Teodoro Moscoso, desde donde se entiende que lanzaron el cuerpo de Keishla el 29 de abril de 2021, había dos manchas de aparente sangre, una de menos de un centímetro, sobre las que sí se tomaron muestras. La testigo dijo que no le constaba el resultado de las pruebas realizadas a las muestras.
Sin embargo, en el fogueo por una objeción entre fiscalía y defensa sobre cómo se formuló una pregunta de ese tema, la fiscal Jeannette Collazo estableció que estaba de acuerdo con la defensa en que ninguna de las dos manchas se trataba de sangre. Otra mancha que se detectó en el lugar, resultó ser arena, dijo la testigo.
Asimismo se mostró una foto de los agentes de la Policía e investigadores forenses sobre el puente y a mano izquierda se apreciaba una guagua Honda Pilot color negro cuya tablilla terminaba en 694, aunque no se distinguían las letras. Los agentes se veían muy cercanos al vehículo.
Sin embargo, nunca se estableció si se trataba de la misma guagua que, según el exjefe de la División de Homicidios de la Policía, teniente José Bonilla Ruiz, dijo du- rante su testimonio que vio el 1 de mayo de 2021 mientras realizaban la pesquisa, con Verdejo sentado en el asiento de atrás y que después estaba estacionada frente a la residencia en Caguas en la que la Policía localizó al expúgil esa noche para entregarle la orden de allanamiento de su arma Glock y las llaves de la Dodge Durango.
La testigo dijo, observando la fotografía, que los cristales de la guagua se veían oscuros.
El especialista en balística Edward Pérez Benítez, supervisor de marcas de herramientas y armas de fuego del ICF, dijo que evaluó los dos casquillos de bala que se recuperaron en el puente y confirmó que uno era .40 milímetros y el otro pertenecía a una bala de salva, calibre .9 milímetros. Ambos estaban bastante mutilados y estableció que pudieron haber rodado o llegado allí de cualquier manera por su forma cilíndrica.
El testigo dijo, en el contrainterrogatorio de la fiscalía, que no se podía establecer cuándo se dispararon las balas, pero por su condición pudo haber sido semanas o meses. Tampoco puede decir desde dónde, pero que en una situación hipotética, si alguien se inclina sobre el puente y dispara con la mano extendida, es muy posible que los casquillos salgan expulsados y caigan al agua, lo que confirmaría la versión de Cádiz Martínez de que al disparar al cuerpo de Keishla, tras lanzarlo, aunque no apuntó directamente a ella, los casquillos cayeron en la laguna.
Pérez Benítez certificó que no hizo ningún otro análisis relacionado con el caso, por lo que no hizo estudios sobre el arma Glock 9 milímetros que la Policía le ocupó a Verdejo.
De otro lado, el juez excusó a otro jurado, aunque no se ofrecieron las razones. Se trató del #10, un hombre residente en Guaynabo que trabaja en el sector privado, es soltero y tiene una hija de “casi” dos años. En sustitución entró la suplente #3, una mujer residente en San Juan, que trabaja como especialista en pequeños negocios, casada, con dos hijos de 30 y 27 años.

Ahora el jurado está compuesto por un total de ocho hombres y cuatro mujeres. El juicio continuará el lunes a las 9:00 de la mañana.
El juez le explicó al jurado que la defensa traerá cinco testigos adicionales, de los cuales uno es un patólogo forense que estará disponible el jueves. Una vez concluya esa etapa, la fiscalía podrá decidir si trae algún testigo de refutación.
Mientras tanto, las partes comenzarán a discutir a puerta cerrada las instrucciones que se le dará al jurado. Y cuando concluya toda la presentación de prueba, se harán los argumentos finales, y luego se darán las instrucciones, para que el jurado pueda finalmente deliberar.
Verdejo enfrenta cuatro cargos: robo a mano armada o “carjacking” que terminó en la muerte de una persona, secuestro que terminó en la muerte de una persona, asesinato de un menor por nacer y portación de un arma de fuego durante la comisión de un delito violento.
Su coacusado se declaró culpable de dos cargos: carjacking que resultó en la muerte de una persona y matar a un menor no nacido.











