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Cómplice de Verdejo confesó a su hermano parte del crimen de Keishla

ó También atribuye a exboxeador una activa participación en el mundo del narcotráfico

Istra Pacheco >ipacheco@elvocero.com

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@istrapacheco

El viernes 30 de abril de 2021, un día después de la desaparición de Keishla Rodríguez Ortiz, su auto fue hallado en Canóvanas. Tan pronto Ricardo Cádiz Martínez vio en las noticias las imágenes del auto, lo reconoció y supo que su hermano Luis Antonio Cádiz Martínez le había mentido el día antes.

Cuando Ricardo fue a reclamarle a su hermano Luis Antonio, este ni siquiera lo dejó hablar y de inmediato le pidió perdón. Así lo contó ayer Ricardo Cádiz Martínez desde el banquillo de los testigos en el juicio contra Félix Verdejo, quien enfrenta cuatro cargos relacionados con el asesinato de Keishla.

“Él comenzó a llorar antes de hablar. Lo que hacía era pedirme perdón. (Me dijo que) él y Félix habían matado a alguien. Él había dicho que había llegado a la casa de la fémina. Él (Luis) estaba en la guagua con él (Félix). Ella se montó. Él, mi hermano, estaba en la parte de atrás”, declaró.

“¿Qué indicó su hermano le pasó a la mujer?”, le preguntó el fiscal Jonathan Gottfried.

“En ese momento no estaba bien, me había explicado que Félix había golpeado a la fémina. Él me había dicho que la habían golpeado y le habían inyectado drogas. No me dijo qué hicieron después. Solamente lloraba y me pedía perdón”, narró.

Se trata de la primera vez que algún testigo de la Fiscalía vincula directamente a Verdejo y a su cómplice Luis Antonio Cádiz Martínez con el asesinato de Keishla. Luis Antonio se declaró culpable de un cargo relacionado con su participación en el asesinato.

Ricardo Cádiz Martínez, de 31 años, dijo que la tía de la mamá de sus hijos, quien es policía, escuchó la confesión de Luis Antonio y dijo que podía ayudarlos a buscar un abogado y le recomendó a Edwin Prado.

Ricardo alegó que ese mismo viernes se comunicó por teléfono con el abogado que no estaba en Puerto Rico y dijo que en “la desesperación de ayudar” a su hermano le ofreció a Prado pagarle con “dinero o con drogas”. Aseguró que finalmente nunca le pagó.

El sábado 1 de mayo de 2021, cuando Prado regresó a la Isla, su hermano fue a la oficina del abogado entre las 7:00 y las 8:00 de la noche. Nunca más lo volvió a ver.

El testigo se quebró en llanto, cuando contó en sala que el domingo 2 de mayo de 2021, día de su cumpleaños, llegó a la casa de la mamá de sus hijos y allí tenían un bizcocho que Luis Antonio había comprado el sábado. Dijo que no encontraba cómo decirle a su mamá que Luis Antonio no iba a llegar porque ya se había entregado a las autoridades federales.

Según su testimonio, el día del crimen, cuando salió de su casa en el residencial Luis Lloréns Torres, entre las 10:00 y las

10:30 de la mañana, vio a Verdejo montado en su guagua y lo saludó de lejos.

Su hermano Luis Antonio, que tenía un negocio de lavado de carros, estaba también allí y le dijo que tenía que devolverle a un cliente el vehículo que acababa de lavar y le pidió que lo acompañara porque no tenía cómo regresar. Ricardo aprovechó que otro amigo -a quien no identificó- estaba allí y se fueron, Luis Antonio en el carro del “cliente”, mientras que él y su amigo lo seguían en una guagua Lexus negra.

Así fue como llegaron a Canóvanas, dejaron el vehículo que resultó ser el de Keishla, y regresaron los tres en la guagua Lexus.

Ricardo contó también que el lunes 26 de abril de 2021 Verdejo lo llamó por teléfono para pedirle que le consiguiera unas pastillas abortivas, a lo que él respondió que se asegurara de que la persona, en efecto, iba a abortar o de lo contrario no se las conseguiría. Posteriormente, Verdejo lo contactó por en ese momento no estaba bien, me había explicado que Félix había golpeado a la fémina. Él me había dicho que la habían golpeado y le habían inyectado drogas. No me dijo qué hicieron después. solamente lloraba y me pedía perdón.

Ricardo Cádiz

videollamada diciéndole que la persona no iba a abortar.

“(Se veía) un poquito desesperado. Yo le dije que lo cogiera suave, que me viera a mí que tengo tres (hijos) y uno no es mío. Él me dijo que no éramos iguales, porque él era una figura pública y que no quería perder su carrera ni su familia”, declaró.

El fiscal Gottfried preguntó si Verdejo le indicó quién era la mujer embarazada. Ri- cardo alegó que no y que tampco mencionó a Keishla en esa comunicación.

Otras revelaciones de Ricardo Cádiz Martínez que paralizaron al público en la sala incluyeron el mensaje que le envió Verdejo a través de Snapchat diciéndole que su hermano Luis Antonio tenía que inventar “una película” para justificar las veces que habría pasado por el puente el 29 de abril de 2021, día en que se perpetró el asesinato contra Keishla. Del mismo modo, causó reacciones la declaración de que Verdejo participó con él en la venta de por lo menos tres kilos de cocaína durante la pandemia, por lo que cobró decenas de miles dólares.

“Mera necesito a Tony (Luis Antonio Cádiz Martínez). Voy a llegar a donde ti allí con la gente que está trabajando conmigo. Es para hacer una película de más o menos lo que hicimos a esa hora. Como que pasamos por allí y llevamos algo para esa haría (área) después del puente dile que piense la casa de alguien y cerca como para pasar de nuevo en la frecuencia que lo hizo en el puente”, leía el mensaje presentado como evidencia que Ricardo dijo que no se lo enseñó a la Policía ni a su hermano por entender que estaba en peligro.

En torno a la venta de drogas, dijo que un día recibió una llamada y Verdejo estaba al lado suyo.

Dijo que al colgar “le pregunté si conocía a alguien que me pudiera conseguir (cocaína). Él me dijo que sí”. Al otro día (Verdejo) llegó con el kilo e hicimos la venta”, consignó sobre la primera vez que “trabajaron juntos”.

Por ese kilo, dijo, les pagaron $24,000, de los cuales Ricardo obtuvo como ganancia $500 y Verdejo obtuvo $23,500.

A preguntas de la Fiscalía, Ricardo admitió que como a los 17 años vendió drogas, mayormente crack, por turnos cortos en un punto de venta en el residencial Lloréns Torres, “pero no kilos así“.

Hubo al menos dos transacciones más en las que Ricardo tenía un cliente y Verdejo, según el testigo, suplía la droga. Relató que al hacer las entregas, el exboxeador se quedaba en su guagua Dodge Durango color negra y Ricardo intercambiaba la cocaína por el dinero. Se comunicaban por medio de celulares prepagados que cambiaban aproximadamente una vez al mes.

Admitió que para 2021 tomaba entre 20 a 30 pastillas Percocet diarias para estar “tranquilo”, pero negó que eso afectara su memoria. Eventualmente, se declaró culpable de un cargo a nivel federal por conspiración para la posesión de sustancias controladas con intención de distribuirlas, específicamente cocaína.

En sala se mostró como evidencia el acuerdo de cooperación que firmó tan reciente como el 17 de mayo de 2023, en los que se enfatiza que debe decir toda la verdad o se le podría acusar de varios cargos, como perjurio y obstrucción a la Justicia.

Ricardo dijo que las autoridades federales le presentaron un cargo después que dio información sobre sus andanzas y aseguró que en algunas de las entrevistas que tuvo con agentes mientras estaba en prisión en Estados Unidos por otros cargos las hizo sin tener un abogado presente.

El abogado de Verdejo, Jason Delgado González, buscaba minar la credibilidad del testigo y lo llevó a dar detalles sobre las ventas y consumo de drogas que hacía.

Expareja clona celular

De otra parte, Eliz Marie Santiago Sierra, quien era la compañera de Verdejo al mo-

Me dijo que se iba entregar, y yo le pregunté que por qué, si él me dijo que no había hecho nada, y él me pidió que lo perdonara… Me dijo que le tenían un cargo de narcotráfico.

Eliz Marie Santiago Sierra excompañera sentimental de Félix Verdejo mento del crimen por el que se le acusa al exboxeador, reconoció que llegó a “clonar dos o tres veces” el celular del expúgil a través de una aplicación que permitía ver y mantener varias cuentas en WhatsApp.

Sin embargo, y a pesar de las preguntas de la abogada Gabriela José Cintrón, negó que pudiese usar la aplicación para enviar mensajes como si fueran generados desde el celular de Verdejo.

Luego, la fiscal Jeannette Collazo le preguntó directamente si había enviado alguna vez mensajes como si fuera el exboxeador, a lo que Santiago Sierra respondió que no.

Santiago Sierra reconoció además que en algunas ocasiones manejaba la guagua Dodge Durango color negra de Verdejo, pero detalló que específicamente el 29 de abril de 2021, día en que desapareció Keishla, ella no manejó ese vehículo.

Esa noche, entre las 7:00 y 8:00, verdejo salió de la casa a ver a sus abogados y no regresó a dormir. Santiago Sierra dijo desconocer dónde durmió. El 30 de abril, Verdejo se presentó en su casa temprano para buscar ropa porque ese día tenía cita en el Cuartel General de la Policía.

El domingo, 2 de mayo, Santiago Sierra habló con Verdejo en una llamada en conferencia con la mamá de él, en la que lloró y nuevamente le pidió perdón, pero por dejarla sola con Miranda.

“Me dijo que se iba a entregar, y yo le pregunté que por qué, si él me dijo que no había hecho nada, y él me pidió que lo perdonara… Me dijo que le tenían un cargo de narcotráfico”, declaró.

La defensa de Verdejo Sánchez también insistió en las preguntas acerca de la fobia del exboxeador a las agujas. Santiago Sierra dijo que aunque no ha visto los vídeos, sabe que su equipo de entrenamiento y amistades lo grababan por el “espectáculo” que hacía cada vez que veía alguna.

Según la Fiscalía, a Keishla le inyectaron drogas antes de lanzarla a la laguna San José. La mujer dijo que buscó ayuda a víctimas de violencia, y al explicar, comenzó a llorar y tuvo que hacer una pausa. Luego contó que recibió mensajes insultantes, acusándola de ser la autora del crimen de Keishla, diciéndole que “ojalá le hicieran lo mismo a Miranda”, o que ella debería morir.

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