EL VOCERO DE PUERTO RICO > MARTES, 16 DE ENERO DE 2018
EL MUNDO >15
Mientras se presentaba ante los miembros de la prensa en su vuelo a Santiago, Chile, el papa Francisco recibió una reproducción del automóvil usado por el padre Alberto Hurtado, un santo chileno. >AP
Tensión por visita del papa Francisco El sumo pontífice inicia su viaje a Chile en medio de protestas por casos de abuso sexual en las iglesias
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The Associated Press
SANTIAGO DE CHILE — La visita del papa Francisco a Chile siempre iba a ser tensa, pero ha encontrado un nivel de oposición sin precedentes con varios ataques incendiarios contra iglesias católicas ayer antes de que arribara a ese país y las protestas de chilenos hartos de abusos sexuales de sacerdotes y de maniobras para ocultar los casos. Francisco llega a un país donde en torno al 60% de la gente se declara católica, pero la Iglesia ha perdido la influencia y autoridad moral de las que disfrutó debido a escándalos sexuales, a la secularización y a un clero desconectado de la realidad. El papa intentará revertir esa tendencia durante su visita de tres días, que inicia su programa hoy con una serie de visitas protocolarias a Iglesia y Estado. Después hará un viaje de otros tres días al vecino Perú. En Chile tiene previstos encuentros con migrantes, indígenas mapuche y víctimas de la dictadura militar entre 1973 y 1990. Está por ver si recibirá a sobrevivientes de abusos sexuales. No hay una reunión agendada, aunque esos encuentros no suelen anunciarse con antelación.
Escándalo de abuso sexual El reverendo Fernando Karadima parecía un sacerdote ideal entre la élite en Santiago de Chile. Pero tenía un lado oscuro y abusó de docenas de menores durante décadas mientras sus superiores de la Iglesia miraban para otro lado o le protegían. Las acusaciones contra Karadima se remontan a la década de 1980, pero la escalada de sus crímenes no quedó clara hasta que las víctimas hicieron públicas sus denuncias en 2010. El Vaticano le declaró culpable de abusar sexualmente de menores en 2011. El único castigo de Karadima fue ser enviado por la Iglesia a un convento para pasar el resto de sus días en oración, lo que molestó a muchos chilenos.
La iglesia chilena se ganó un respeto generalizado durante el régimen del general Augusto Pinochet porque habló contra las violaciones de derechos humanos del Ejército, pero empezó a perder prestigio en 2010
cuando las víctimas de un carismático sacerdote con contactos políticos hicieron públicas sus acusaciones de que las había besado y manoseado.
Abre heridas caso contra reverendo
Los líderes locales de la Iglesia habían ignorado durante años las quejas contra el reverendo Fernando Karadima, pero se vieron obligadas a abrir una investigación oficial después de que las víctimas hicieran públicas sus denuncias y la fiscalía chilena abriera una pesquisa. El Vaticano condenó en 2011 a Karadima a una vida de “penitencia y oración” por sus crímenes, pero la cúpula de la Iglesia no ha recuperado la confianza de los chilenos tras haber ocultado los delitos de Karadima durante tanto tiempo. “El caso Karadima creó una herida atroz”, dijo el embajador de Chile ante la Santa Sede, Mariano Fernández Amunategui. Él y otros dentro del Vaticano hablan abiertamente de una Iglesia chilena “en crisis” como resultado, una llamativa admisión del precio que se ha cobrado el escándalo en una Iglesia con tanta influencia política que ayudó a frenar las leyes que legalizaban el divorcio y el aborto hasta hace poco.