Edición 13 de Enero 2014

Page 23

EL VOCERO DE PUERTO RICO >LUNES, 13 DE ENERO DE 2014

> 23

Opinión LAS VOCES DE PUERTO RICO HABLAN EN EL VOCERO

José M. Saldaña Ex Presidente de la Universidad de Puerto Rico

EL LECTOR

OPINA

Responsabilidad Congresional La Ley Foraker, fue aprobada por el Congreso de los Estados Unidos en 1900 para organizar el gobierno civil de Puerto Rico. La isla estaría representada ante el Congreso por un Comisionado Residente elegido por el pueblo puertorriqueño quien sería miembro sin voto de la Cámara de Representantes. En el 1901 surgieron asuntos relacionados con el estatus conocidos como los Casos Insulares. Como resultado de estos, el Tribunal Supremo determinó que Puerto Rico no era parte de Estados Unidos. Se consideró a Puerto Rico como un territorio “no incorporado” en el cual la Constitución y Carta de Derechos de Estados Unidos solo aplicarían parcialmente. En 1917, con la aprobación de la Ley Jones, el Congreso declaró a Puerto Rico territorio “organizado pero no incorporado”. Se le otorgó la ciudadanía estadounidense a las personas nacidas en la isla y se modificó la estructura del poder legislativo para incluir un Senado y una Cámara de Representantes. Tanto la Ley Foraker como la Ley Jones estipularon que las leyes federales de Estados Unidos aplicarían en general a la isla. En 1947, bajo la presidencia de Harry Truman se autorizó al pueblo puertorriqueño a elegir su propio gobernador, siendo electo por voto popular Luis Muñoz Marín. En 1950, el Congreso aprobó la Ley 600 de Relaciones Federales autorizando a Puerto Rico a redactar su propia constitución “sobre asuntos de incumbencia puramente locales”, requiriendo que se estableciera un gobierno representativo y una carta de derechos. La Constitución fue redactada, aprobada -sujeta a condicionespor el Congreso, ratificada por el pueblo el 3 de marzo 1952 y firmada el 3 de julio 1952 por el Presidente Truman como Ley Pública

82-447. El gobernador Muñoz, promulgó la Constitución el 25 de julio de ese mismo año. Este proceso, avalado por el pueblo puertorriqueño en un referéndum, creó lo que se denominó “Estado Libre Asociado de Puerto Rico”. Sin embargo las relaciones entre Puerto Rico y Estados Unidos continuaron definidas por la Constitución de Estados Unidos y la Ley de Relaciones Federales. Puerto Rico consintió ser un territorio no incorporado - una colonia - bajo los poderes plenarios del Congreso, sin los poderes de 2 senadores, 6 representantes y sin el voto presidencial, restringiéndose así nuestro pleno desarrollo social y económico. Los Estados Unidos nos otorgó una serie de subsidios y concesiones como exenciones contributivas a las empresas establecidas en la isla bajo la sección 936 del código de rentas internas y la entrada privilegiada al mercado de la nación. Esas se convirtieron en los pilares del modelo económico colonial que propició algún desarrollo por un tiempo. Sin embargo, cuando se eliminó la 936 y la globalización abrió el acceso de infinidad de naciones al mercado de los Estados Unidos, se aceleró el colapso y quiebra de ese modelo económico que por décadas daba signos de deterioro. A esto contribuyó grandemente la irresponsabilidad fiscal de gobernantes que pretendieron hacernos creer que vivíamos en el mejor de dos mundos. El 6 de noviembre del 2012 por primera vez retiramos el consentimiento al estatus colonial, incapacitante e indigno que lacera tanto nuestra autoestima como la reputación y el prestigio de los Estados Unidos como paladín de la democracia y la igualdad. El Congreso tiene ahora la palabra.

José Castrodad, Ph.D. Periodista y Educador

El monstruo que está allá afuera

A tono con nuestra política editorial, de brindar espacio a todas las voces que componen nuestra comunidad, El Vocero de Puerto Rico ha reservado este espacio para que nuestros lectores puedan plasmar sus opiniones o preocupaciones respecto a los asuntos que les atañen. Asimismo, si usted o algún miembro de su familia tiene alguna necesidad o si existe alguna deficiencia en su comunidad y quiere dejarlo saber, este es el espacio idóneo para ello. Solamente tiene que escribirnos a Cartas del Lector/ El Vocero; correo electrónico www.elvoce ro.com o dirección El Vocero de Puerto Rico 206 Ave. Constitución, San Juan, PR 00901 Envie sus cartas a: redacción@elvocero.com

Si les digo que nuestra educación pública es un desastre, muchos estarán de acuerdo conmigo. Pero, si les digo que además está aliada a las injusticias y a las iniquidades y sobre todo, a perpetuarlas, me dirán: ¡este tipo está loco! Explíquese, me requerirán, y a eso voy. Denuncio que nuestro sistema concentra en cómo y qué los niños deben aprender pero no le enseñamos a qué hacer con lo que aprenden y mucho menos a pensar y muy poco a emitir juicios valorativos. De hecho, la educación nuestra está orientada a satisfacer las necesidades de conocimientos del estado, a preparar a las futuras generaciones con las destrezas que necesita la economía industrial y a reproducir lo que existe sin pensar que mediante ello se reproducen también las injusticias y desigualdades que todos conocemos. Denuncio que el currículo no está orientado hacia lo que debe: darle herramientas al estudiante para sobrevivir económicamente, ok, y a convivir con otros en un sistema de muchos. Todo lo contrario, nuestro sistema educativo pone a competir a cada uno de nuestros niños con cada otro, en una especie de sálvese quien pueda. La mayoría de nosotros nos conformamos con que nuestros hijos saquen A o B en las clases porque ello, supuestamente, denota su grado de inteligencia superior y al resto le decimos brutos o inadaptados. De estos, sacamos todavía a los mejores y los mandamos a las universidades. Buscamos a los mejores y discriminamos con los de menos capacidades, aun cuando sus deficiencias puede que no partan de lo natural sino de su condición de marginalidad. De estos, uno más que otro logra repechar la jalda, pero el resto deserta de la escuela o se gradúa para la nada. Provocan, como si fuera parte de una libre selección natural - lo que es erróneo - para que unas clases de ese mismo sistema puedan ser dedicadas a recortar la grama, lavar los carros, vender zapatos, atender las cajas registradoras y a un inmenso grupo resto le ayudaremos en sus necesidades básicas con cupones

y caseríos, para que no se subleven y comiencen a robar y a matar. Por otro lado, allá, afuera de los planteles, vive un monstruo creado para no verse. Permanece, invisible para los ojos no entrenados. Lo han vestido de colores, sonidos y magia. Ese monstruo, no es otra cosa que el espectáculo de consumismo de excesos y las maniobras de poder y prevalecer en el tope de la economía, que produce y reproduce las injusticias y las desigualdades de clase. Pretenden que toda la sociedad se convierta en una Plaza Las Américas, donde todo está a la venta. Denuncio que nuestras escuelas no les enseña a nuestros niños a desbaratar la fantasía del espectáculo y verle las entrañas. Todo lo contrario, buscamos que sean tragados por ella y que compren y compren, más y más. Ningún sistema social o educativo debe estar exento a cambios. Uno de los asuntos que más preocupa es que el currículo de nuestro sistema educativo está dirigido exclusivamente a desarrollar destrezas cognoscitivas sin tomar en cuenta si ello es suficiente para satisfacer las ansiedades y necesidades de los estudiantes y de nuestra democracia. Recuerdo los dolores de cabeza que tuve para aprender la tabla periódica en el curso de Química y hasta la fecha de hoy, nadie me ha justificado tal sacrificio. Lo mismo ocurrió con el curso de Trigonometría.De esa misma manera, nunca me enseñaron a dirimir diferencias de manera pacífica, de dialogar en lugar de pelear, de lograr consensos en lugar de tratar de prevalecer, a pensar que las matemáticas me ayudarán a economizar en mis compras y que era algo más allá que la clase de las diez de la mañana, a pensar que la química me ayudará a evitar que contamine las aguas de los ríos que me voy a beber luego al saber de los contaminantes y así por el estilo. Creo que hay mucho que cambiar y dejar esa cantaleta de las reformas de distritos y regiones y enfocar en lo importante: en el currículo.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.