PRÁCTICAS PROMETEDORAS EN DESARROLLO JUVENIL
Marzo, 2014
Reintegrando a los jóvenes en riesgo en la educación
Mi Nuevo Plan de Vida (MNPV) se gestó con el propósito de lograr que los jóvenes en condiciones de mayor riesgo accedan a los servicios sociales y sean asistidos para insertarse en un empleo o puedan recibir la formación básica para obtenerlo, desde una visión sistémica: la juventud en su interrelación con la familia, la comunidad, la escuela y las instituciones locales. MNPV es un proyecto financiado por USAID, coejecutado por Catholic Relief Services (CRS) y Cáritas en El Salvador. La apuesta del eje de educación era brindarle a los jóvenes nuevas herramientas para que se incorporaran de nuevo a su centro educativo como personas que valoran la oportunidad para cambiar su vida. El proyecto perseguía que los jóvenes encontraran un empleo o se convirtieran en emprendedores para que así pudieran crear sus propios negocios y organizarse para beneficio de su comunidad. Se trabajó con jóvenes de entre 16 y 25 años, de escasos recursos, sin estudio o a punto de ser expulsados (condicionados por ser “problemáticos”), sin trabajo y expuestos a la violencia en su zona de residencia.
aprender herramientas que antes no conocían para trabajar con jóvenes y transformar conflictos.
El personal docente recibió capacitaciones en temáticas de disciplina en el aula, emprendedurismo y Familias Fuertes (sesiones dirigidas a reducir factores de riesgo relacionados con la familia y contribuir con estrategias de protección tanto para jóvenes como para sus padres o tutores). Sus profesores vieron así una oportunidad de
2. La formación debe empezar desde el personal docente, quienes deben recibir capacitaciones en temas de manejo y resolución de conflictos, cultura de paz, trabajo con jóvenes en riesgo, por mencionar algunos temas.
Para implementar adecuadamente el programa, debe seguirse la siguiente estrategia: 1. El centro educativo con el que se trabaje debe garantizar involucramiento, disponibilidad y flexibilidad por parte de todos los actores: el joven, la familia del joven, el personal docente, la dirección del instituto, el asesor pedagógico regional y el mismo Plan Educativo Anual (PEA) y Plan Educativo Institucional (PEI).
3. El abordaje debe ser integral, permitiendo incluir en la currícula del centro educativo las temáticas propuestas por el plan de formación de Mi Nuevo Plan de Vida (MNPV) para docentes, estudiantes y padres y madres de familia (a través de la Escuela para Padres).
Entre los principales logros se pueden destacar:
4. Garantizar que el proceso no termine cuando el proyecto se acaba, debe considerarse que los centros escolares se comprometan a darle continuidad a este enfoque.
a) Para los jóvenes que ya habían abandonado sus estudios, el programa los conectó con una de las seis modalidades flexibles del Ministerio de Educación a través de EDUCAME (cuyo propósito es flexibilizar la oferta de los servicios educativos en tercer ciclo y bachillerato a través de la implementación de nuevas modalidades de atención y de entrega de los mismos, a fin de disminuir la sobre edad y reintegrar en el sistema educativo a jóvenes que interrumpieron su formación académica) y los cursos vocacionales ofrecidos a través de INSAFORP. Estas opciones fueron aprovechadas especialmente por jóvenes que ya tenían sobre edad, por madres solteras y por otras mujeres que fueron obligadas a dejar la escuela por diferentes razones, pues esto permitía que se dedicaran al trabajo reproductivo y productivo.
5. La evaluación regular durante el proceso con el alumnado debe verificar el nivel de adaptación de los jóvenes e involucrar iniciativas que puedan surgir de ellos. Algunos retos que se presentaron en este eje de educación fueron: • Aprender metodologías propias para trabajar con jóvenes en aulas escolares, pues la población por salón es alta y los espacios son pequeños. • Cumplir los horarios de trabajo de los estudiantes, tiempo hora-clase, trabajar de lunes a viernes y respetar períodos de exámenes, entregas de trabajo o vacaciones. • El proceso de formación debía pensarse para el estudiantado y para el plantel docente, por lo que hubo que preparar una currícula para ambos sectores. • Hubo que sumarse a la Escuela de Padres, ya que el involucramiento de los padres y las madres en estos procesos es vital.
Se logró que 409 jóvenes volvieran a sus estudios o se evitó que fueran expulsados de la escuela. Para lograr esto, se implementaron dos diferentes estrategias:
b) A la vez, Cáritas siguió una estrategia adicional con jóvenes que todavía se encontraban estudiando pero que estaban a un paso de dejarlo. De esta manera, el trabajo junto a los jóvenes en los centros escolares permitió que no abandonaran sus estudios. En varios de los centros también se pudo aprovechar de otras oportunidades existentes, por ejemplo el aprovechamiento de las granjas o huertos escolares en El Congo, Sonsonate y en Ciudad Delgado, en los que se involucraron jóvenes de MNPV.