EL JARDÍN DE MORAVIA Por Luna Andrea Fernández
Foto de Luna Andrea Fernández
La ciudad de Medellín (Colombia) recibió en 2016 el Premio Lee Kuan Yew World City Prize, considerado el Nobel de las Ciudades, como colofón a su admirable transformación. Pasó de ser la urbe más violenta del mundo a convertirse en un referente de resiliencia y desarrollo urbano centrado en las personas. La Alcaldía de Medellín tomó la decisión en 1977 de llevar al morro de esa zona el botadero de basura municipal a cielo abierto. Ello provocó que centenares de familias desplazadas por el conflicto armado que padecía el país o seducidas por el auge económico de la ciudad –que para ese entonces era el epicentro industrial de Colombia- se instalaran en Moravia, haciendo del reciclaje de basura su medio de subsistencia. Para 1984, 17.000 personas ya vivían en el Morro de Moravia, momento en el que la administración municipal decidió clausurar el botadero de basura.
El morro de Moravia, el antiguo botadero de Medellín entre 1974 y 1984, hoy presenta otra cara.
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a Administración municipal se ha encargado en los últimos años, con ayuda de líderes del sector, de embellecer este lugar que hoy es uno de los jardines más grandes de Medellín. Así mismo, en lo alto de Moravia hay diez esculturas elaboradas por personas que habitan en el lugar. Lo característico de estas es que fueron hechas con materiales reciclables como botellas, tapas, bolsas y material de construcción. Hoy en día este lugar es visitado por propios y visitantes, desde donde se puede también tener una de las vistas más bellas de la ciudad, además de aprender sobre la historia difícil y violenta que por muchos años reinó en Moravia.
Debieron pasar 20 años para buscar una solución a esta área urbana degradada. En 2004 se definió el “Proyecto de Intervención Integral de Moravia y su área de influencia”. Allí fueron identificadas 2.224 familias entre 1,5 millones de toneladas de desechos. 9