Nº 3 V DE VIGUETA

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La famosa escena de la bañera tardó en rodarse 1 semana, con 77 ángulos de cámara distintos y 50 cortes; ¡una escena de 3 minutos que ocupó una de las 7 semanas de rodaje! Además, ¿sabías que la sangre de la bañera es chocolate? La casa sigue en pie en los Estudios Universal en California ¿Sabías que Norman Bates está basado en el asesino en serie Ed Gein? Gein también fue inspiración para personajes como Hannibal Lecter o La matanza de Texas. La escalera que articula la casa de los Bates fue diseñada en concordancia a la estética neogótica que albergaba la habitación de Mrs. Bates. Además, el ángulo de pendiente de la misma se cambió numerosas veces hasta lograr que la escena del asesinato del inspector de policía quedara de la manera más dramática posible.

¿Sabías que Mrs. Bates tuvo su propia silla entre el elenco, haciendo creer a todos los actores que en cualquier momento se podría incorporar la actriz que daría vida a la madre de Norman? Janet Leigh tuvo que descubrir en primicia el cadáver de Mrs. Bates en su camerino; esto es algo que Hitchcock hizo con la intención de comprobar qué realismo había conseguido con su trabajo para el final de la trama de la película El diseño de la casa de los Bates está basado en el modelo del psicoanálisis de las tres capas del ego. La planta superior, donde encontramos a la madre, se trata del superego, los momentos en la vida que marcan la personalidad y la autoestima de la persona. La planta baja corresponde al ego que mostramos al mundo, lo que nos hace aparentar ser normales ante la sociedad que nos rodea. Finalmente el sotano representa al ID, la parte innata de nuestro ser que corresponde a los trastornos y a lo que geneticamente heredamos.

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ENTREVISTA A

PABLO WILSON H

by TRAGALUZ. Maquetado por ALETHEIA

oy entrevistamos a Pablo Wilson, ¿cómo prefieres, Pablo o Wilson? Eeeh… a ver, aquí en Madrid mucha gente me llama Wilson, pero me gusta mi nombre, Pablo.

Pues bien, Pablo: presentas tu primera novela, «Elefante», publicada por la Editorial Ades, ¿cuándo escribes en qué piensas? Lo primero en lo que pienso es en lo que estoy escribiendo; también creo que cuando te pones a escribir piensas en por qué te pones a escribir y en por qué necesitas hacerlo de esa manera y no expresarte de otra forma, de tantas como hay. También depende del momento y, supongo, en cada uno tienes una razón diferente para escribir. Con esta novela quería dar a conocer cómo veo la situación de los jóvenes ahora, en esta edad en la que estamos, cuando se supone que ya empezamos a ser adultos, a tener el control sobre nuestras cosas y en la que, en realidad, no estamos solos como se nos ha dicho siempre, sino que tenemos que enlazar con otra gente. Al final, la vida es la suma de las relaciones que tenemos con las personas que se cruzan con nosotros mientras nosotros seguimos adelante. Eso es un poco lo que quería decir con la novela. O sea, que va un poco de relaciones, ¿no? Sí, de cómo una persona joven, a lo mejor en una situación un poco especial o límite, se relaciona con el mundo en el que está, que es el que es.

Entre la gente que ha leído tu novela, ¿cuál es la que más te gusta, tu favorita? Bueno, es gracioso porque cuando empecé a jugar con el hecho de que la novela se pareciera mucho a mi vida, introduje personajes que son amigos míos, que eran ellos físicamente y en su forma de actuar, pero no era su historia. En lugar de hacer una dedicatoria a alguien, le incluyes como personaje. Y ha sido muy gracioso ver cómo reaccionaba esa gente al leer la novela. Por ejemplo, la antagonista de la novela está basada en una amiga. Y a ella le hacía gracia esa situación, llegándose a preguntar si era la imagen que tenía de ella; tuve que explicarle que no, que las cosas van surgiendo y son así. ¿Qué buscas cuando escribes Elefante? Aparte de intentar darle esta historia, este regalo, a tu amigo. La novela habla mucho y tiene disertaciones sobre ese momento en el que estamos los jóvenes de ya no ser niños y empezar a ser adultos, pasados los 20 años. Y supongo que uno de los grandes triunfos de este sistema es que estamos concienciados de que tenemos que ir solos y tenemos que ir avanzando apartando a gente. Y esa es la raíz de los problemas que tenemos ahora socialmente. Pienso que lo importante es avanzar relacionándose con la gente y viendo que no estamos solos, que hay que ayudarse y no ir apartando a la gente. Esa es un poco la filosofía que tiene detrás Elefante.

Arquitectura es una carrera con muchos estímulos y en la que vas aprendiendo cosas y al final todo va alimentándote.

El libro que estás presentando ahora, «Elefante», ¿hace cuánto tiempo empezaste a escribirlo? Pues la idea empezó a mediados de agosto, cuando estaba terminando el verano, pero todavía era verano. Y acabó siendo novela lo que duró medio curso, desde septiembre hasta diciembre. La mayor parte de la novela es el diario de un personaje, y yo lo iba escribiendo con él: si yo escribía el 7 de diciembre, el personaje escribía ese día también. Era una manera de ponerme a trabajar cada día; además, es divertido el juego de que si algún día no escribo, el personaje tampoco escribe.

¿Se podría decir que este personaje es un alter ego de ti mismo? ¿Hay un poco de Pablo y de Wilson? Se juega mucho a eso, aunque empecé a escribir la novela para un amigo que lo estaba pasando mal porque había perdido a un familiar. Una vez mi amigo me dijo: «un día vendrá un gran escritor y escribirá mi historia», así que, mientras llega ese gran escritor, estoy yo, que soy un escritor normal, y la cuento. Y sí, es verdad que, al escribir todos los días con este formato diario, acaban apareciendo opiniones personales en la novela. Y cuando me di cuenta de que pasaba eso, empecé a jugar con el hecho de si soy yo, no soy yo; aparezco en la novela, pero no soy el protagonista. Así que no, no es autobiográfica. Para escribir algo bonito ¿hay que ser una persona depresiva? Pues espero que no. Intento ser una persona simpática y amable y con luces.

¿Cuándo sabes que lo que has escrito está terminado? ¿Tienes el final en la cabeza cuando empiezas a escribir o te acabas topando con él? Con Elefante me ha pasado una cosa curiosa, yo sabía cuál era el final de la novela, pero cuando acabó, me di cuenta de que faltaban cosas, que era necesario algo más. Sabía que quien leyera el libro lo sentiría también. Entonces añadí un epílogo, dos en realidad, que surgieron conforme los escribía, aunque parezca utópico. Y, de repente, me di cuenta de que había cambiado lo que yo pensaba que ocurría en la novela, se estaba enfocando de otra manera, que encajó. Fue entonces cuando me dije «sí, este es el final». ¿En qué te ha ayudado estudiar Arquitectura para escribir? Me ha ayudado, sobre todo, a darme cuenta de que, cuando parece que no hay tiempo para hacer cosas, lo hay, que puedes sacarlo. Puede que tengas que dormir un poco menos, pero tienes tiempo para hacerlo. En todo caso, creo que la carrera no me ha ayudado de una forma clara o fija; es una carrera con muchos estímulos y en la que vas aprendiendo cosas, donde todo va alimentándote. Tampoco sabría decir una cosa clara. ¿Cómo definirías la sensación que dejan tus textos? Eso igual se lo tendrías que preguntar a la gente que lo lee. ¿Los re-lees? Sí, los re-leo y cada vez que lo hago me gustan menos, como que veo más fallos y me digo: «hay que cambiar esto». Por esto mismo, intento no re-leerlos mucho. Y aun así, salvo que sea una


falta ortográfica o algo del estilo, intento no cambiarlo, porque soy muy fiel a lo primero que sale, porque al final lo primero que te sale son los sentimientos o las sensaciones que tienes en ese momento. Y si luego lo cambias, lo que estás cambiando es el envase, por así decirlo. Soy un poco reticente a re-leer cosas y corregir el fondo, a lo mejor la forma sí pero no el fondo. Cuando re-leo cosas, no sé por qué, tengo la sensación de que falla algo, así que prefiero quedarme con la primera impresión que es buena, que suele ser buena. ¿Cuáles son tus tres escritores top? De los últimos años, Mircea Cărtărescu, un escritor rumano. Leí su libro Nostalgia y me pareció lo más bello que había leído nunca, la forma de escribir, la sensación que te crea, incluso la edición del libro, que era muy atractiva. Para mi es ahora top. También me gusta mucho Rafael Chirbes, aunque sea otro estilo totalmente diferente. Además, en su novela Crematorio, aborda el boom arquitectónico que ha habido, sobre todo, en la costa valenciana. Y así, por poner otro autor, Adolfo Bioy Casares, de origen sudamericano; el primer libro que leí de este autor fue El diario de la guerra del cerdo. Me gusta mucho lo cotidiano, lo que pasa día a día, y esta novela es muy cotidiana, cuenta cosas que no parece que estén ahí. Esa forma que tiene de escribir hace que te creas que eso puede estar pasando. ¿En qué momento llegó el Pablo del pasado y dijo, « lo publico»? Fue realmente para no se quedara en el cajón. Escribir, al final, es un trabajo que, primero, es para ti, y, luego, para los demás. No es tanto por pensar que has trabajado mucho tiempo en algo y quieres que se vea, o ver los frutos que da. En realidad, lo escribes para ti, pero al mismo tiempo piensas que has hecho algo que quieres que vea la gente para que opine sobre ello y te den su opinión, una crítica constructiva. Los personajes, al final, son como hijos tuyos, ¿cuál es tu actitud con ellos? ¿Hay algunos que te caen mal? ¿Algunos de los que te puedas enamorar? ¿Has planeado hacerles la vida imposible dentro de la historia porque no te gustan? Algunos son hijos y otros son hermanos, otros son primos; hay un momento en el que empiezas a tratarlos de frente, de tú a tú, no como si los controlaras. Es similar a lo que ocurrió con el Epílogo: toman la rienda. La relación con los personajes es de conocimiento, de cómo actúan. Yo sé cómo son los personajes y, claro, hay personajes a los que querrías matar. Pero, por el bien de la historia y para que no sea una lista de cosas que yo quiero tengo que dejarlos vivir. Sí hay personajes a los que tengo asco o de los que pienso que son malísimos, aunque también ocurre al revés. Da pena terminar una novela por dejar un personaje, sobre todo cuando sabes que no puedes continuar con ese personaje. ¿Evitas escribir cuando estas feliz? ¿Intentas utilizar todo el registro de emociones o te aferras solo a una porque es la que de verdad te inspira? Creo que cuando estás feliz, contento o las cosas van bien, también pueden surgir cosas interesantes y eso se puede ver bastante bien en la manera de escribir. Yo creo que escribir contento y feliz también sirve, no solamente triste. ¿Y a ti cuál es la que forma de escribir que más te gusta? Hay que reconocer que cuando estás en modo depresivo salen cosas que igual en otro momento no lo harían, eso es así, pero prefiero escribir feliz porque significa que estoy contento. Por el momento preferiría escribir contento, pero si es verdad que, por algo, cuando estas enfadado o con sentimientos negativos de decepción o tristeza, o nostálgico se crean cosas interesantes. Últimamente hay un culto a la belleza de lo triste, de lo feo, de lo negativo, ¿cómo ves eso? Sí, parece que lo negativo vende bien, y que a la gente le gusta

leerlo. A lo mejor es porque nos gusta conocer la miseria de los demás, nos gusta ver lo mal que está el otro para ver que nosotros no estamos tan mal. O igual es para empatizar, o porque igual lees algo y lo identificas con cómo te sientes tú. Supongo que esa manera de escribir estando triste o enfadado tiene su tirón. ¿Qué te ha aportado escribir? ¿Te ha servido de terapia o para aprender cosas de ti que no conocías? Sí, he podido conocer cosas de mi que tenía guardadas o escondidas, que, a lo mejor, no quería reconocer que eran así y que han ido saliendo. Y también de alguna forma es algo catártico. Una catarsis. ¿Qué lees y qué no lees? En realidad, intento no decirle que no a nada, porque si sé que algo no me va a gustar no lo leo. Por ejemplo, 50 sombras de Grey, no lo he leído, pero sé que igual en algún momento lo leo para saber de verdad por qué no me gustan. Y tengo curiosidad por las cosas que no me gustan. Creo que es un género que ha surgido y me parece fascinante que sea así. Tengo especial curiosidad por ese género. De pequeño leí una saga de libros que me marcó, mezclaba fantasía, realismo y un poco de western, La torre oscura de Stephen King. Bueno, no es para niños pero lo leí cuando lo que tenía que haber leído era Harry Potter que, además, eran 7 libros. También está Juego de Tronos, que he intentado leerlo. No sabía que no me fuera a gustar pero cuando he empezado a leerlo, por alguna razón, no he podido seguir, y también quiero saber por qué pasa eso. Me pasa con todas las cosas que no me gustan, no solamente con libros. Pero ¿te pasa solo con los libros o con la serie sí que puedes? No, la serie tampoco la he visto, pero porque te vas comiendo spoilers por internet y ya sé dónde está la serie, qué es lo que ha pasado, y no he visto ni un capítulo. Es curioso porque eso solo pasa con las series, al final con los libros no hay tanto spoiler. Claro. Ojalá que hubiera tensión ahí, que la gente terminara de leer Elefante y empezara a hacer críticas, como en Filmaffinity cuando dicen «lo siguiente es spoiler». O alguien que piense, «buah, voy a reventar la novela». Quiero decir, es una pena para la gente que no se lo haya leído y todo eso, pero le da un caché de la ostia. Sí que es cierto que en las clases de lengua te dicen de qué va cada novela y te la destripan antes de que te la tengas que leer. Me acuerdo del profesor de Teoría del cine, que siempre te contaba el final en la charla previa a la película y me preguntaba por qué no podía hacer eso después, porque te pasabas dos horas de la película sabiendo que el tío se tiraba del edificio. •








Nº 003 | 6 de noviembre de 2017 | vdevigueta.com es un diario asociado de EL DIARIO DE RAMIRO

Felicidad.

by Mamba negra

La felicidad no existe. Nunca existió en mi . Nunca existirá en nosotros.

zos, abandona y deja que la vida la domine, cree ser feliz pero no es libre. Nadie es libre.

Tú me dices que eres feliz porque ves belleza en este mundo. Porque a pesar de todas las cruentas acciones del ser humano, hay algo bello en él; hay algo alegre en el mundo que hace que seas feliz. Y me lo dices tú, y me lo dices tú, una y otra vez. Tú, él, ella, el otro, la otra vosotros… Os empeñáis en afirmar que hay que ser feliz, que seamos felices, que a pesar de todo vosotros lo sois, o lo habéis llegado a ser alguna vez.

Tú me dices que eres feliz. Me lo decís vosotros. Pero os veo luchar por ideales. Veo reclamar vuestros derechos. Veo expresar vuestras quejas. Veo que habláis de cambio. Y veo que estáis equivocados. Si fueseis plenamente felices, ¿A caso quisierais cambiar algo? ¿No descansaríais eternamente, intentando no hacer nada que enturbiara vuestra felicidad?

Una bolsa, flotando en el aire, a su merced; bailando con gesto ágil, con gracia. Alegre y despreocupada fluye su danza. En el suelo las hojas de otoño. Sí, todo es bello. Sí, hasta una bolsa es bella. Su danza puede ser por un instante la cosa más bonita. Un día otoñal, calmado, tan sólo alterado por la brisa del aire, la vida, que susurra a la bolsa. Qué bonito lo veis… Seamos felices, el mundo es bello… ¡Mentira! vuestra “felicidad” os cegó. Esa bolsa es cada uno de nosotros, y el viento es la vida. Tú ves una bolsa bailando despreocupadamente, yo veo un alma atormentada, vagando a merced de la vida, yendo de un sitio a otro, tratando de escapar en vano, y, tras inútiles esfuer-

No, la felicidad no existe. Ni existirá por el bien de la humanidad. Porque donde más progreso hay, donde más pensamiento hay, donde más vida hay, no tiene cabida la felicidad. Yo soy libre, libre de la felicidad. Duele, sí, pero tengo los ojos abiertos de par en par. No vivo engañado. Porque la felicidad no existe sino treguas, pausas en el dolor de la vida, del mundo. Dolor que siente quien libre es y piensa. Dolor que siente quien se atreve a vivir, dolor que siente aquel que es humano al completo y no un eslabón de la cadena, y no una bella bolsa movida por el aire, realizando un bonito baile. No, amigo, la felicidad no existe.


Si la sombra del ciprés es alargada, la de Le Corbusier más. by Impluvium ¿Qué tienen en común Le Corbusier, el clan Kardashian y tu amiga, la que nunca va a proyectos? Seguramente más cosas de las que creemos, pero la cosa más importante es el cotilleo, que todos tenemos de eso. Hay salseo histórico desde el principio de la humanidad. Una cosa que mola de todas las anécdotas es que podemos saber lo que hay detrás de la persona, lo de verdad, no lo que nos quieren enseñar, como en las fotos de Instagram. Y hablando de fotos que todos conocemos, y quien no, tiene suerte, la famoseta foto de Le Corbusier pintando desnudo. Pues hay una situación interesante detrás de esa foto, una mujer de hecho: la «rivalidad» entre el rancio de Carlos Eduardo y Eileen Gray. Eileen Gray era una señora irlandesa, diseñadora, artista, creadora de la silla Bidendum, entre otras muchas cosas, además de bisexual y un poquito pasota en lo que se refería a seguir las normas de su tiempo. Eileen mantuvo una relación bastante larga con el arquitecto rumano Jean Badovici, editor de una importante revista de arquitectura, y para ambos ella misma proyectó, con todo detalle un refugio aislado para los dos: la casa E-1027. La villa es un icono del movimiento moderno, tanto que el propio Le Corbusier, amigo de Jean, se quedó muy impactado cuando la visitó. Se dice y comenta que a Le Corbu le dolió un poco en el ego que alguien que era mujer y diseñadora hubiese hecho una obra así, interpretando un poco libremente sus normas arquitectónicas y que él no tuviese nada que ver. Por eso no paraba de proponer pintar sus conocidos murales figurativos en las paredes neutras de la casa, en lo que él pensaba que iba a ser una aportación de mejora. A Gray, por supuesto, no le daba la gana que alterasen una obra que tan rigurosamente había pensado. Lo que pasó a continuación es un poco confuso, pero parece ser que Jean invitó a Le Corbusier a la casa y allí él pintó sus deseadísimos murales, que poco tenían que ver con el carácter del conjunto. De hecho, tapó con uno de ellos uno de la propia Eileen. Además, para más inri, se hizo la famosa foto desnudo pintándolos, lo que personalmente me parece un poquito de recochineo.

Parece que Eileen nunca volvió a pisar la casa por ver violada su obra de tal manera y que, además, después de todo, en las publicacio­nes que mostraban los murales años después no la mencionaban si quiera como diseñadora de la E-1027. Se acabó por pensar que cierta parte de la autoría de la obra era del propio Le Corbusier. La cosa no quedó ahí, nuestro amigo acabó por comprar una parcela a escasos 20m por encima de la E-1027 para hacerse su Cabannon, que contrasta enormemente con ella, rompiendo totalmente el carácter de refugio aislado que tenía con el entorno. Además, consiguió que una amistad suya comprase la vivienda en subasta pública. La villa está abierta al público desde 2015 y estos murales se han considerado intocables en su restauración, trastocando claramente el sentido original del proyecto. De este relato hay mucho escrito, hay cartas entre los protagonistas, interpretaciones y recientemente se ha hecho alguna película, pero los hechos son los hechos. Esta historia me sirve para hacer dos reflexiones: La primera es que Le Corbu es una mezcla entre un postureta instagramer en nuestro tiempo, como Dulceida, y Pitbull porque él quería parasitar toda producción que se hiciese. La segunda es como las mujeres están prácticamente borradas o con menos peso del que debiesen de nuestra formación, habiendo ejemplos que nos pueden enseñar mucho como Eileen Gray. Desgraciadamente, más de una, más de dos y más de tres veces han sido tapadas por sus compañeros de profesión hombres, y otras tantas veces de manera premeditada o en base a una rivalidad como en esta situación. Es una pena, pero también es bastante probable que si no hubiese sido por la intervención del gigante de la arquitectura (Le Corbusier, no Ikea) quizás esta obra nunca se hubiese restaurado o no la conocería ni la mitad de gente. Yo misma nunca había oído hablar de esta villa, ni de esta señora, ni tampoco de muchas otras en tercero de carrera. Es URGENTE y ya obligatorio que todas estas mujeres sean añadidas y reconocidas en una formación tan rica como debe ser la nuestra. Los profesores deberían, sin escusas, revisar y añadir en sus temarios y nosotros, como alumnos, interesamos y reivindicar porque al final es la única manera en la que se pueden conseguir las cosas.













de

iñeta

Cimentaciones ilustradas: Ensayo Lambre

“Vosotros no sois expansivos, pero claro,...”

Dibujos e idea: Cimentación Volátil Inspiración:ClasedeMecánicadeSuelosdeGarcía Gamallo

“Pues a ver.... ... normal.” “...Imagináosquesoisuna muestradeterrenotipoa”

“...queosvienenyospegan unapalizasinvenira cuento...”

“..yquedespuésdedejaros magulladosydoloridos..”

“...osdanunaduchadeagua fría.”

“Normalqueseos hinchenlasnarices.”





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