Variaciones, música clásica y jazz. Mayo 2010

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jazz entrevista

¿Cómo surge la posibilidad de grabar este disco y además con un sello británico? Después de unos años y gracias al apoyo de algunos buenos amigos que me animaban a ello. El sello ha sido una buena oportunidad para que pueda trabajar fuera de España. ¿Por qué eligió Zurich y Nueva York para registrarlo? Porque las circunstancias lo hicieron posible y la economía también. Además los músicos estaban en esas ciudades. ¿Fue complicado grabarlo habida cuenta de la cantidad de gente que participa y de los sitios tan distantes donde estaban? No, para nada. Todos eran muy profesionales y contacté con todo el mundo con mucha antelación. Participan músicos como Antonio Sánchez y Mark Turner. ¿Cómo surgió la posibilidad de grabar con ellos?, ¿los eligió usted o le fueron sugeridos? Yo los tenía en mente, eran los músicos que quería para esa producción y les conocía personalmente. Algunos fueron profesores míos. Fue sencillo. ¿Diría que sus discos son muy autobiográficos? No, en absoluto. Canto músicas que me gustan o canciones que me hacen vibrar de una manera determinada. ¿Por qué eligió esas seis canciones de su padre?, ¿tuvo que hacer muchos arreglos y “aggiornarlos”? La elección de los temas fue algo en lo que invertí un poquito de tiempo con mi director musical Chris Wiesendanger; elegimos las canciones que yo

quise realmente, los temas que también por su composición original nos permitían desarrollarlos mejor en el contexto musical jazzístico. ¿Qué significa su padre para usted musicalmente? Muchísimo, pues es la persona que me enseñó a amar la música. ¿Qué más se puede decir sobre su relación con la música después de “Me decidí por la música”? Poco más. He nacido escuchando a mi padre tocar la guitarra, cantando desde muy pequeña con él, estudiando en casa, escuchando a mi padre componer siempre... esto es lo mío (risas). Lo tuve muy claro desde siempre. ¿Por qué decidió incluir Tres morillas? Porque es un tema que me encanta, es muy andaluz. Y creo que sigue siendo actual pese a que data del s. XV: unas niñas moras que se convierten en cristianas... He tenido casos cercanos de amigos emigrantes que para poder ser aceptados y trabajar, también han tendido que cambiarse el nombre o decir que son cristianos... ¡ironías de la vida! En vez de Mustafá se ponen nombres como John o Frank porque si no no encuentran curro o encuentran mucho rechazo. Aunque de Granada, no hace usted eso que se ha dado en llamar “jazz flamenco”. ¿Dónde se ubicaría? Bueno, yo hago mi música. Soy una música de jazz andaluza y tengo y valoro mucho y bebo de mis raíces, por supuesto; pero además de otras muchas fuentes. Podemos decir que me siento Afro-Flamenca... (risas).

¿La vendedora de poesía es su homenaje al flamenco? Podemos decir que fue una sugerencia de mi padre en la que quise hacer un guiño a mis raíces e invitar a un gran amigo, el cantaor Antonio Campos. ¿Qué es Granada para usted y su música? Pues mi casa. Mi verdadero hogar, y mis raíces a las que siempre me gusta volver. Incluye un par de bossas, ¿qué relación mantiene con la música brasileña? Los músicos brasileros que me escuchan coinciden en que tengo alma brasilera, no sé... A mí me gusta, me mueve mucho emocionalmente y creo que me pasa con algunas músicas populares y de raíz. Si tuviera que elegir un single de este disco, ¿por cual se decidiría? Simpatía. Con todo esto de las descargas gratuitas de música en internet, con la caída del mercado discográfico... ¿merece la pena seguir grabando discos? Bueno. A mí este tema de los piratas... como que no me afecta mucho. Y si la gente descarga temas y les gusta luego vienen al concierto y me compran el CD. Los músicos de jazz vendemos los discos en los conciertos, así que por mí no hay ningún problema. El disco es la tarjeta de visita de un artista, lo que hace que sea visible una carrera, lo que te permite evolucionar. Yo seguiré grabando y trabajando con la misma ilusión o más que al principio...

CELIA MUR Simpatía Rhythm&Muse La escucha de este disco produce desde el primer momento una gran corriente de simpatía: está bien interpretado, con una Celia Mur en lo mejor de su carrera, tiene unas hermosas canciones y los músicos que participan se muestran espléndidos a lo largo de las diez canciones que componen este Simpatía. El disco confirma a su intérprete como una de las mejores de la actualidad. Tiene mucho de familiar, pues seis de las canciones que canta están compuestas por su padre, Antonio Fernández de Moya. De este magnífico trabajo, que sin duda estará entre los mejores de este año, hay que destacar canciones como Se me olvidó tu nombre, Te pueden decir, Me decidí por la música y La vendedora de poesía. Celia Mur ha dicho que en este proyecto ha querido recoger algunos de los temas más hermosos de su padre y otras canciones que ayudan al corazón a latir con mucha fuerza. Y lo ha logrado con creces. Entre los músicos que la acompañan hay que destacar al pianista Chris Wiesendanger que hace un trabajo exquisito tanto a su instrumento como en los arreglos. Lo dicho: un gran disco. No lo dejen pasar.

JOSÉ MANUEL PÉREZ REY

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