Reivindico a Crista como una escritora de culto. Una mujer a descubrir. Una poeta susceptible de embriagarnos con perfumes de penumbra, más allá de la soporífera y artificial protección de la cordura, de la que tanto ansiamos desprendernos. Gracias, jefa Dark, por abrirnos las puertas oxidadas, a la par que bellas, de tu particular jardín de extremidad, que riegas cada noche con la marea silenciosa de tus lágrimas.
J.M.Vara (editor)