Desnuda y sin tregua
Para darte Tengo para darte entre las manos esta luz que creció con tu risa desde el primer día que te vi con otros ojos esos que hoy húmedos recuerdan tus manos tus besos esos que vierten este delgado silencio que nos corta esos que te aman con esta contradictoria suerte Sólo eso puedo darte la llama ardiente que descubriste con tus pasos el deseo que habita en mis entrañas inmensamente abiertas por tus labios las corrientes los colores las visiones —la esperanza— 99 Amanda Castro