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Para que nadie hable
Para que nadie enturbie nuestro amor unjo mis manos con tu líquida pasión prisionera de tus besos finalmente unidas en las tardes de verano
Para que nadie hable ni bien ni mal de nuestra vida juntas armamos días eternos con los aros de los años compartidos —papeles que otros niegan y dioses aceptan— esta vida nuestra no tiene juez ni presidente porque la hacemos vos y yo con nuestros llantos —carreritas de hospital infusiones dolorosas y esperanzas— porque esta vida nuestra la construimos
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sólo para nosotras qué importa entonces lo que digan las noticias el veto fálico de un destructor de sueños si mi amor entre tus brazos no tiene límite igual que el sol