Desnuda y sin tregua
Gato negro Misingo negro que acompaña nuestro lecho —un brinquito por acá y te muerdo— nuestras pláticas extendidas él a mis pies o en tus brazos Me entrego sin amarras bajo el ronco sonido de tu pecho y su pezón en flor No sabe este pequeño de ecos y de sangre ni de amor —¿o sabe él más que yo?—
81 Amanda Castro