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{ Congreso Internacional “La Psicología en la Educación” }
UTN
Introducción La universidad contemporánea debe enfrentar las exigencias y desafíos propios del devenir sociocultural del siglo XXI en la dinámica de sus funciones sustantivas de docencia, investigación y proyección social, en el contexto de la sociedad del conocimiento, la globalización, la internacionalización, innovación y transferencia del conocimiento. En este nuevo escenario, para garantizar su papel como un bien público y social, como una institución sin fronteras, responsable de la calidad de la educación para el bienestar y desarrollo sostenible de los pueblos, por una parte, la calidad de la docencia a implementar y la renovación de los métodos y estrategias de enseñanza para los nuevos contextos de aprendizaje dentro y fuera del aula y mediados por las TICs se constituyen en elementos estratégicos a dinamizarse en planes de mejoramiento que impulsen programas de formación docente y de gestión de apoyos para el funcionamiento eficiente y eficaz de las instituciones universitarias y, por otra parte, se hace imperiosa la presencia de un docente universitario que con liderazgo e identidad se convierta en un gestor del conocimiento y de la investigación. Es así como se ha dicho que: La gestión con calidad y calidez de la enseñanza y del aprendizaje se garantiza cuando el maestro, dadas las condiciones científico-técnicas del conocimiento, implementa alternativas metodológicas innovadoras, estrategias de enseñanza pertinentes y rentables, estrategias dinámicas y colaborativas de enseñanza para cualificar su quehacer y así asegurar la calidad de la educación y la formación integral de la persona. Estrategias que posibiliten no solamente mirar, comprender e incidir en las formas de aprendizaje del estudiante, sino también el ser consciente de la necesidad de las innovaciones pedagógicas para enfrentar los retos y exigencias científico-sociales de la época contemporánea (Calvache L. J. Edmundo, Londoño M. Pilar, 2010, p. 12). La nueva responsabilidad social de las Universidades requiere de un profesor protagonista del cambio y de la innovación, de un profesor que atesore un gran perfil de competencias profesionales en los conocimientos docentes y pedagógicos para que pueda desarrollar adecuadamente sus nuevas y complejas funciones inherentes al ejercicio docente a nivel de la educación superior, para que pueda garantizar los aprendizajes significativos en la dinámica del nuevo paradigma educativo centrado en el aprendizaje más que en los procesos de enseñanza, para que oriente su actuación más como un mediador y orientador de los aprendizajes que como un mero reproductor y transmisor de los conocimientos. Si el presente siglo XXI es un tiempo de innovaciones y complejidades, la formación del profesorado y fundamentalmente universitario como una propuesta real y efectiva a los cambios económicos, sociales y culturales, debe orientarse con una nueva óptica de profesionalización, con altos niveles de competencia disciplinar, investigativa, pedagógica y tecnológica, en la búsqueda de un docente alternativo científicamente preparado, humanamente comprensivo y capaz de despertar en los educados la imaginación, la creatividad, su espíritu crítico y su respeto por la dignidad humana y de la naturaleza. La meta es dejar de concebir la docencia universitaria como una acción empírica e intuitiva y la enseñanza como una simple transmisión de conocimientos que otros han elaborado ya sea de una disciplina, una profesión o una asignatura. Ahora, enseñar es secundario, lo relevante es apoyar a alguien para que aprenda; la planeación de un curso es más que organizar unos objetivos para pretender que el estudiante realice una serie de conductas evidenciables o una serie de pasos dados en una guía(Pinilla-Roa, 2015, p. 159). Como en el actual contexto socio-educativo mundial al profesor universitario se le atribuye todo una gama de responsabilidades y funciones encaminadas a lograr la calidad de la educación y por ende el desarrollo humano y social, su formación en la teoría y en la práctica debe estar revestida de altos conocimientos en la disciplina como un saber docente y de suficientes competencias pedagógicas (conocimiento de la pedagogía y saberes pedagógicos), aspectos a detectar a través de la investigación para dar respuesta a interrogantes como: ¿Quién es el profesor universitario que ofrece los cursos académicos y tecnológicos en los Programas de Postgrado? , ¿Cómo enseña el profesor universitario?, ¿Cuál es la formación disciplinar inicial y especializada del profesor universitario en los Programas de Postgrado (Formación Docente) y cuál el saber y la práctica de enseñanza predominantes (Saber pedagógico?). El profesor universitario, sobre todo cuando su ejercicio se desarrolla a nivel de postgrados donde el