La alimentación saludable de los seres humanos debe contener cantidades adecuadas
de macronutrientes (proteínas, grasas, sacáridos), de micronutrientes (vitaminas,
minerales y elementos trasa) y agua. Los macronutrientes son la fuente de energía
que el cuerpo necesita para su crecimiento y desarrollo; y los micronutrientes ayudan
al funcionamiento del organismo.
Los sacáridos son la fuente de energía disponible más rápida e importante para
nuestro organismo. Son esenciales para el buen funcionamiento del cerebro y el sistema
nervioso central y para garantizar un nivel constante de glucosa en la sangre.
Según las recomendaciones dietéticas actuales, los sacáridos, deberían aportar entre
el 55 y 60 % de la ingesta total de energía, es decir, la dosis diaria recomendada de
sacáridos es aproximadamente 300 g. Los sacáridos simples o de absorción rápida
(monosacáridos, disacáridos) se digieren rápidamente aumentando el nivel de glucosa
en la sangre, mientras que los sacáridos complejos