La representacion política. Génesis y crisis de un concepto - Giuseppe Duso

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Capítulo I - La representación y el arcano de la idea: introducción al problema llega a la existencia y opera en la historia”.11 La indicación de la centralidad de la representación para la forma política nos señala la originalidad del problema y nos impulsa hacia una interrogación más radical en torno al sentido y a la estructura del representar.

2 para una historia de la representación política moderna La posición hobbesiana nos resulta útil no solo para problematizar el esquema determinado por el uso corriente del concepto en cuestión, sino también para mostrar el punto de partida de un trecho fundamental de la lectura histórica del concepto, en el cual toma forma la ciencia política moderna y la misma forma del Estado, tal como se va delineando hasta el Estado de derecho kantiano. La herencia pesada y agobiante de la reflexión teórica que caracteriza esta época, condiciona también el debate contemporáneo, que tiene su punto de partida en la crisis de la teoría del Estado y en las tentativas de redefinición que se dan sobre todo en la década de 1920 en territorio germano. Es significativo recordar que un concepto de acción representativa capaz de comportar el reflejo de la voluntad de quienes expresan el mandato y, por ende, instruyen y controlan continuamente al representante, no aparece para nada conforme con la teoría del Estado que se delinea desde Hobbes en adelante, sino, más bien con el modo en que se concibe la representación en el contexto de la sociedad estamental. En efecto, el mandato imperativo se encuentra –como se dijo arriba– ambientado en ese tipo de sociedad y, entonces, el representante va a la asamblea con instrucciones precisas sobre su modo de actuar, del cual debe dar cuenta puntualmente.12 Esto presupone la existencia de sujetos políticos que tienen una autonomía y voluntad propias y participan en las decisiones de una instancia de poder jerárquicamente superior. En la teoría hobbesiana, en cambio, no hay nada preconstituido con respecto al cuerpo común, excepto los individuos y sus movimientos. No hay un poder político preexistente que deba ser transmitido: la tentativa consiste, más bien en fundar el poder mismo y mostrar su génesis. El pueblo, entendido como unidad, 11 Cf. E. Voegelin. La nueva ciencia de la política, op. cit., p. 56. 12 Esto fue emblemáticamente expresado por Althusius en su Politica, cuando al bosquejar la imagen de los representantes de las diversas agrupaciones en la asamblea provincial, dice que estos deben rendir cuenta de lo que han hecho “en cuanto vuelven a casa” (J. Althusius. Politica methodice digesta atque exemplis sacris et profanis illustrata. Herborn, 1614, tercera edición reproducción facsimilar: Aalen, Scientia Verlag, 1981, VIII, 66).

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