El crimen de la guerra se publicó en 1895 (veintiséis años después de su redacción) en el volumen II de los Escritos póstumos, y si bien no se ocultó a los lectores que la edición no había sido preparada sobre la base de originales “listos para ser publicados”, los borradores conservados fueron disfrazados de “texto”: alteraron la progresión temporal del discurso, crearon capítulos en los que mezclaron piezas de las diferentes etapas de elaboración y les adjudicaron títulos que no estaban en el original y, por añadidura, algunos pasajes fueron excluidos de la publicación. El estudio crítico-genético, elaborado a partir de los manuscritos autógrafos que se conservan en la Fundación Furt, reconstruye un proceso conceptual significativo y permite introducirse en “el taller de escritura alberdiano”.