El Eafitense Edición -112 / Universidad EAFIT

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Edición número | 2017-1 M e d e l l í n

C o l o m b i a

S u r a m é r i c a

ISSN 0124-3624

“Un país no se puede construir si no hay unos elementos éticos que todos compartan” Adela Cortina

Sueños de futuro y cultura de paz: la universidad de cara al posconflicto La información en la era de la posverdad: retos, mea culpas y antídotos Huellas de dinosaurio


RECTOR VICERRECTOR SECRETARIO GENERAL COMITÉ EDITORIAL

COLABORADORES

DIRECCIÓN EDICIÓN DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN

Juan Luis Mejía Arango Julio Acosta Arango Hugo Alberto Castaño Zapata Juan Luis Mejía Arango Alejandro Gómez Valencia Ana Silvia Gallo Vélez Catalina Gómez Toro Catalina Suárez Restrepo Claudia Ivonne Giraldo Gómez Félix Londoño González Héctor Abad Faciolince Jorge Giraldo Ramírez José Fernando Martínez Cadavid Juan Carlos López Díez Juan Carlos Luján Sáenz Juan Darío Restrepo Ángel Adriana Cooper Alejandro Gómez Valencia Ana Cristina Restrepo Jiménez Bibiana Andrea Moná Giraldo Camilo Tamayo Gómez Daniel Rojas Arboleda Eduardo Bermúdez Pérez Felipe Restrepo David Jonathan Montoya Correa Jorge Iván Bonilla Vélez José Alejandro Pérez Monsalve Juan Carlos Sosa Juan Fernando Rojas Trujillo Juliana González-Rivera Juliana Zuluaga Tamayo Karen Osorno Varela Leila Guerriero Linda Vidal Murillo Manuela Saldarriaga Hernández Margarita Zuluaga Esquivel Mario Alberto Duque Cardozo Mónica Henao Cálad Natalia Mojica Herazo Nathalia Franco Pérez Paula Andrea Colorado Chávez Sara Ruiz Montoya Sebastián Aguirre Eastman Sol Astrid Giraldo Escobar

Campus principal Universidad EAFIT Carrera 49 7 Sur-50 Teléfono: (57) (4) 2619500 Ext. 9820 Medellín, Colombia

EAFIT Llanogrande Kilómetro 3.5 Vía Don Diego-Rionegro Teléfono: (57) (4) 2619562

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ISSN 0124-3624

Departamento de Comunicación Área de Información y Prensa Juan Carlos Luján Sáenz Área de Comunicación Creativa César Franco Restrepo

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Róbinson Henao Cañón.

FOTOGRAFÍAS

Róbinson Henao Cañón No 112, 2017-1

Las opiniones expresadas en este medio de comunicación son responsabilidad de sus autores y no corresponden a una posición institucional de la Universidad EAFIT. Vigilada Mineducación

MISIÓN La Universidad EAFIT tiene la Misión de contribuir al progreso social, económico, científico y cultural del país, mediante el desarrollo de programas de pregrado y de posgrado –en un ambiente de pluralismo ideológico y de excelencia académica– para la formación de personas competentes internacionalmente; y con la realización de procesos de investigación científica y aplicada, en interacción permanente con los sectores empresarial, gubernamental y académico.


Foto: Róbinson Henao

Obra de Alejandro Castaño Correa en la exposición Babel, del Centro de Artes de EAFIT.


Contenido | Secciones Academia Página Verde Opinión

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“Si caemos en mínimos de humanidad, entonces nos deshumanizamos”

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Elogio del amateur

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No ha llegado el tiempo del silencio

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El medio ambiente en Medellín, Bogotá y Pereira, entre percepciones y realidades

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El Código de Policía y Convivencia: entre amores y odios

Actualidad Tecnología Investigación

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EAFIT reitera su reflexión alrededor de la ética

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Sueños de futuro y cultura de paz: la universidad de cara al posconflicto

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La información en la era de la posverdad: retos, mea culpas y antídotos

68

El Jordán: un siglo de memoria, diez años de rescate

88

Los pasos del escorpión y otros ensayos de Julio César Londoño

Cultura Crónica urbana Institucional

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El ángel de ‘Vida’

34

Vuelco: la voz de otra Colombia

54

EAFIT y Purdue, una amistad tejida desde la academia

76

Trump: del proteccionismo al nuevo desorden mundial

92

A darle la vuelta a los recursos para tener una economía circular


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Huellas de dinosaurio

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EAFIT innova con espacios vanguardistas que conjugan infraestructura y concepto

134

Babel es un hueco

150

En la innovación, igual que en el arte, si no se descubre no existe

166

Un nuevo hito del diseño, la ingeniería, la estética y la eficiencia

104

La Red de Liderazgo Juvenil, un niño inquieto con mucho futuro

122

Joël Dicker y su vida de éxitos y letras tempranas

140

Ana María y Víctor, dos talentos musicales eafitenses que traspasan fronteras

156

Con la mira puesta en la calidad de la educación superior

110

Tras cuatro décadas los contadores cuentan su historia

128

“Los colombianos pueden aplicar su coraje en ciencia y tecnología”: Toby Stuart

146

Idiomas y Educación Continua EAFIT, aprendizaje de clase mundial

160

EAFIT preparó un curso a la medida de la Policía


Foto: Róbinson Henao

Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, en la presentación del Centro de Integridad de la Universidad.

EDITORIAL

La integridad,

un valor para toda la vida Juan Luis Mejía Arango Rector Universidad EAFIT

El titular de prensa es reciente: Transparencia en campaña, ¿un imposible? En esa misma edición también se lee: El riesgo de corrupción no baja en la nación. Y el espectro se amplía a otros titulares: El monstruo de la gran corrupción; La locomotora de la corrupción o Colombia, epicentro del escándalo de

corrupción que sacude a España. La política, el deporte, las entidades públicas, las privadas y toda clase de instituciones son el escenario de esta lamentable situación, en la que muchos ciudadanos ceden ante los tentáculos de la ilegalidad y dejan de lado un valor como la integridad, que se asocia a otros como la probidad, la rectitud y la honestidad. Esa estructura de valores, que normalmente comienza a forjarse en el hogar y cuyo refuerzo se da en espacios tradicionales


como la escuela o el colegio, debe preservarse como un imperativo en la vida personal y laboral, tema en el que toma relevancia el papel que cumple la universidad como institución, si se tiene en cuenta que es en este lugar donde se adquieren los conocimientos y las competencias para ejercer una profesión, y esto no solo desde una perspectiva técnica, sino desde una mirada integral que abarca al ser humano en su totalidad. En EAFIT, cada semestre, se desarrollan las jornadas de inducción para los estudiantes de pregrado, en donde se les recuerda a los jóvenes alumnos de primer semestre que a la Universidad no se viene a sacar notas, sino a formarse como ciudadanos, asunto que se vive en todo momento, ya sea en las aulas como en los espacios abiertos del campus, donde los muchachos cuentan con diversas posibilidades artísticas, deportivas o de proyección para complementar sus estudios. Es que para EAFIT la integridad es uno de sus Valores Institucionales, lo que sin duda es un mensaje de confianza para la sociedad misma, pues de acá, de estas aulas y de estos recintos, debe emerger un ser humano probo, y comprometido con su país y con un mundo abocado a cambios de todo tipo. Y si estamos convencidos de esa responsabilidad es porque la universidad, como institución formadora, no es ajena a los problemas que vive el entorno en el que se encuentra. Las instituciones de educación superior no pueden estar en una torre de cristal, aisladas de la realidad. Por el contrario, al también experimentar situaciones incómodas y decepcionantes como el fraude, deben alzar su voz en todo momento y plantear reflexiones que permitan superar comportamientos de este tipo y volverlos positivos, moralmente acordes con la estructura de valores. Por esto, en esa gran idea de universidad que de manera permanente está en construc-

ción y en la que también están comprometidos conceptos como la ciencia, la academia y la cultura, consideramos la integridad como un valor fundamental para reforzar esos cimientos. De ahí que en este 2017 se le haya puesto punto final a un ciclo, como fue el programa Atreverse a Pensar, para darle paso a uno más pertinente e incluyente: el Centro de Integridad de EAFIT, un centro de pensamiento cuya presentación en sociedad contó con la presencia de la filósofa y catedrática española Adela Cortina como invitada central. Y si se le dio vida a esta nueva unidad es porque se requiere ir más a fondo, ser más punzantes y exhortar a que las reflexiones sean mucho más profundas, pues los cambios de comportamientos no pueden supeditarse a la expedición de más y más normas, sino en revisar de forma continua las actuaciones y las respuestas ante hechos que pongan a prueba esa estructura de valores. En ese sentido, qué mejor lugar que la universidad para plantear ese análisis, y para creer en que habrá cambios que redunden en seres humanos más integrales y en un país donde palabras como corrupción o escándalo sean puro asunto de la historia y nunca más del presente. EAFIT pone al servicio de todo su entorno, tanto del sector gubernamental como del privado, su Centro de Integridad con un único fin: seguir transformando comportamientos en beneficio de una mejor ciudad, una mejor región y un mejor país. El statu quo de la sociedad no nos llena ni nos conforma, por el contrario, debe invitarnos a la reflexión, análisis que debe involucrar a diversos estamentos y a actuar en bloque. Este es un compromiso con las actuales y futuras generaciones que no se puede pasar por alto, y más en una Colombia que tras las penurias del conflicto no quiere seguir a la vera del camino de la historia.


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Foto: Rรณbinson Henao


Academia

“Si caemos en mínimos de humanidad, entonces nos deshumanizamos” La filósofa Adela Cortina visitó a Medellín, luego de unos 20 años, para inaugurar el Centro de Integridad de EAFIT. La académica española impartió la conferencia Educación desde el ser. El sentido de la ética en la construcción de una sociedad justa e incluyente, en la que abordó temas como la cooperación, la inclusión social, la diferencia entre bienestar y bienser, y la excelencia entendida como un reto permanente de superarse a sí mismo, en una búsqueda de alcanzar el máximo potencial, y así contribuir a la humanidad.

Nathalia Franco Pérez

Jefa del Centro de Integridad de EAFIT

¿Por qué decidió dedicar gran parte de su vida académica al tema de la ética y, específicamente, a la ética aplicada? En principio esto tiene una historia muy clara y es que cuando en España pasamos del momento autoritario, con el gobierno de Franco, a una sociedad democrática, algunos de nosotros nos preocupamos pensando en si podía haber alguna ética que fuera común a todos los españoles porque se pensaba que, si ya no íbamos a seguir con la línea anterior, no iba a haber una ética común. Cada cual pensaría como quisiera, como la vieja frase de Dostoyevsky “si Dios no existe, todo está permitido”. Algunos nos preocupamos por este tema y pensamos que sí era importante que hubiera una ética cívica, una ética de los ciudadanos. Creíamos, y yo sigo creyendo, que un país no se puede construir si no hay unos elementos éticos que todos compartan, y yo creo decir que sí que los hay tanto en Colombia como en España, lo cual es una buena noticia. UNIVERSIDAD EAFIT

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Foto: Róbinson Henao

La presentación del Centro de Integridad de EAFIT, en la que estuvo presente Adela Cortina, cerró con una presentación a cargo del Ensamble Coral El Grilo, bajo la dirección de Manuel Oviedo Vélez, profesor de la Escuela de Derecho.

Yo creo que hay un avance en la consciencia moral, pero en las realizaciones no sé si tanto.

Usted ha afirmado que en la humanidad, efectivamente, se ha visto un progreso moral, aunque existan personas que ahora se sientan desesperanzadas y que perciban que hay un retroceso. ¿En qué hemos avanzado, éticamente hablando? Yo creo que hay un avance en la consciencia moral, pero en las realizaciones no sé si tanto. En nuestras sociedades hay un conjunto de temas que son absolutamente reprobables como podría ser la esclavitud: es verdad que hay esclavos, pero no se admite en el ámbito de consciencia, se entiende que no debe de haber esclavitud, que los varones son iguales a las mujeres, que todas las razas son exactamente iguales, que no debería de haber pobres y ricos. Esto lo vamos admitiendo en el ámbito de consciencia moral y, en este sentido, sí creo que hay un progreso, porque en tiempos anteriores la esclavitud era permitida y, además, era legal; mujeres y varones no eran tratados por igual, tampoco 12

las diferentes razas y grupos. En eso ha habido un proceso. Otra cosa es, y creo que ahí está el desconcierto y el descontento de muchas gentes, el nivel de las realizaciones: no realizamos todas las declaraciones, en la vida corriente no se acaba de plasmar eso que en el nivel de consciencia sí que reconocemos. En ese sentido, sí ha habido progreso, pero tendríamos que ajustar las realizaciones a las declaraciones. ¿Cómo definiría la integridad?, ¿es una virtud, es un valor, es alcanzable? La integridad es un valor cuando se entiende por actuar de acuerdo como se piensa, y además siempre que se piense bien, porque ahí está el peligro, si no se piensa bien más vale que no. Entonces, la integridad tiene que ver con llevar a la práctica todo aquello que pensamos que realmente es bueno, que realmente es valioso y, en esa línea, practicar la coherencia con lo que se piensa.


Academia

Foto: Róbinson Henao

En el campus eafitense hay mensajes sobre integridad que invitan a la reflexión.

En el medio y en el largo plazo a nadie le interesa tener a un amigo que es tramposo, tener a un amigo que engaña.

Hay distintos niveles de integridad: existe la integridad personal, pero también está una integridad muy interesante que es la profesional. En cada una de las profesiones existen unos valores y unas metas que le dan sentido a esa profesión, y el buen profesional es el que percibe esas metas e incorpora esos valores. Eso es ser íntegro en ese nivel. Existe también la integridad en el poder político que está relacionado con no prestarse a cohechos, a fraudes, a sobornos, a perversiones y lo mismo ocurre en la empresa porque cuando hay prácticas corruptas, siempre tiene que haber un político, un empresario que entran en esto. En ese sentido, los niveles de integridad son muy diversos, pero yo en este momento, viendo que hay tal diversidad, los definiría en relación con los valores de una ética cívica, de una sociedad democrática que serían los valores de libertad, igualdad y solidaridad.

Justamente hablando de integridad, recientemente se inauguró el Centro de Integridad de EAFIT. ¿Por qué cree que apostarle a un proyecto como este es importante? Es muy importante porque, por una parte, qué duda cabe de que –en todos los campos de la vida social, así como en las universidades– hay casos de corrupción, de fraude y de trampa que son perjudiciales para toda la sociedad, pero, sobre todo, para los más débiles. Pero yo creo que el centro es muy bueno no solo porque con este se tratan de evitar los casos de corrupción, sino que se trata de empoderar a las gentes, formarlas positivamente, darles fuerzas y darles energía, digamos, darles vitaminas que son importantes para estar sano. Darles vitaminas para que esos casos no les tienten siquiera porque no les parezca ni siquiera presentable que alguien pueda plagiar en un artículo, que alguien pueda copiar en un examen o que pueda utilizar un certificado falso o falsearlo. Creo que lo importante del centro es educar en positivo y educar éticamente para que haya gente tan convencida de que hay cosas que no tienen ningún sentido hacerlas, porque eso no es lo valioso para la vida humana, que ni siquiera piensen en ello. Entonces creo UNIVERSIDAD EAFIT

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Justamente da pie para la siguiente pregunta y es que se ha probado que actuar con entereza, con rectitud, genera equilibrio y armonía en la vida. ¿Por qué tantas personas seguirán eligiendo el otro camino, el de actuar sin integridad? Porque yo creo que estamos muy equivocados, que hay una equivocación social bastante grande. Las gentes creemos que con hacer trampas, con hacer pequeñas “trapicherías”, salimos ganando más individualmente y eso no es cierto porque una persona que actúa de una manera falsa, al final los demás acaban sabiéndolo y pierde su reputación y genera desconfianza. En el medio y en el largo plazo a nadie le interesa tener a un amigo que es tramposo, tener a un amigo que engaña, es decir, que la destrucción de confianza es algo muy perverso para la propia persona que está equivocada y que está engañada, haciendo una acción errónea en ese sentido. Por eso me parece que esto es una cuestión no solo de ética sino también de inteligencia. Hay que ser inteligentes y darse cuenta de que en este mundo hay que trabajar para el medio y el largo plazo, no solo para el corto plazo. En el corto plazo yo puedo conseguir una ventaja, pero en el medio y largo plazo pierdo mucho. Uno de sus grandes aportes académicos ha sido el de Ética mínima, que publicó en 1986. Cuéntenos: ¿qué entraña esta propuesta en el marco del individuo, pero también, en el marco de la sociedad? En la humanidad hay unos mínimos éticos, que serían los mínimos de justicia, por debajo de los cuales no se puede caer sin llegar a una inhumanidad. Decía Ortega y Gasset, y es una expresión que a mí me gusta mucho: “el tigre no puede destigrarse, pero la humanidad puede deshumanizarse”. Creo que es algo a tener muy en cuenta porque si caemos en mínimos de 14

Foto: Róbinson Henao

que es muy bueno que se haya creado este centro con ese afán proactivo, con ese afán positivo y sería estupendo que se replicara en muchas otras universidades, no solo de Colombia, sino también de muchos más lugares.

Adela Cortina es docente de ética y filosofía política en la Universidad de Valencia. A su vez, es, entre otros cargos, integrante de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Estuvo en EAFIT en febrero de 2017.

humanidad, entonces nos deshumanizamos. En Ética mínima lo que se intentaba ver es qué valores son esos por debajo de los cuales no se puede caer de ninguna manera, y serían los valores fundamentalmente de esa ética en la que preferimos la libertad que la esclavitud, la igualdad que la desigualdad, la solidaridad a la insolidaridad y el diálogo para resolver los conflictos de la violencia. Creo que esos son mínimos éticos, y después añadiríamos que unos mínimos éticos de justicia son los derechos humanos de primera y segunda generación que son irrenunciables también.


de tener muy buenos amigos, pero también de tener a un compañero que es Jesús Conill, con el que hacemos la vida porque el mes que viene va a ser ya 40 años que decidimos envejecer juntos. Nos apoyamos mutuamente, hemos hecho nuestra vida en común y creo que eso ha sido uno de los mejores regalos que he recibido en la vida. Por último, a propósito de su libro publicado en 2013 ¿Para qué sirve realmente la ética? La ética sirve para forjarse un buen carácter, para generar buenos hábitos, hábitos que conduzcan a la justicia y a la felicidad, y para ayudarnos a entender que es mucho más inteligente cooperar que tratar de destacar, de entrar en conflicto, y de conseguir lo más posible, caiga quien caiga. La cooperación es más inteligente que el conflicto y, sobre todo, que todos los seres humanos son sumamente valiosos, que hay que respetarlos porque tienen dignidad y hay que cuidar de la naturaleza porque también es valiosa. Creo que la ética sirve para comprender todo eso y, al fin de cuentas, la vida, entonces, es mucho más positiva.

Entrevista completa con Adela Cortina

Foto: Róbinson Henao

En un plano más personal, ¿quién la ha inspirado para ser quien es hoy desde lo académico, humano y espiritual? Desde lo académico yo siempre he dicho que tengo un maestro alemán y un maestro español. Soy de las personas que cuando acabé la carrera, fui a Alemania porque en España pensábamos que no se podía hacer filosofía más que en Alemania; y efectivamente Jesús, quien es mi marido, y yo nos montamos en nuestro carro y nos fuimos a Alemania a formarnos más, y allá conocimos a un profesor que para nosotros ha sido esencial que es Karl Otto Apel, quien es el creador de la ética del discurso junto con Jürgen Habermas. De ellos aprendimos una ética muy importante que es la ética del discurso, y con el tiempo he intentado ir modulándola un poco, añadiéndole una serie de elementos hasta lo que hoy conocemos como una ética de la razón cordial. Esa sería la línea alemana. Pero me gusta también la línea española, de José Luis Aranguren, a quien conocí y que se convirtió en muy buen amigo. Yo creo que me complementó con la parte aristotélica y no tan kantiana, con la parte de la forja del carácter como algo importante para la ética, la búsqueda de la felicidad. Por supuesto, en la trastienda quedaría Kant. Personalmente, hay tal cantidad de personas que me han influido y yo siempre he dicho que para muchos de nosotros lo que más nos ha cambiado en la vida y nos ha llevado a hacer ética no es los libros que hemos leído sino las personas que hemos conocido, porque cuando se conoce a una persona que vive a fondo aquello que dice y aquello en que cree, es cuando el ejemplo te hace ir en una línea y no en otra. Para completar en el plano personal, como decía muchas veces Aranguen: “la felicidad no es algo que se consigue por el puro esfuerzo, sino que es también objeto de los regalos que se reciben en la vida, del don de aquello que sabes acoger”, y yo he tenido la suerte

Quienes deseen ver la entrevista completa con la filósofa española Adela Cortina pueden dirigirse al siguiente enlace: https://www.youtube. com/watch?v=OOAI7Ye653s UNIVERSIDAD EAFIT

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Academia

La ética sirve para forjarse un buen carácter, para generar buenos hábitos, hábitos que conduzcan a la justicia y a la felicidad, y para ayudarnos a entender que es mucho más inteligente cooperar que tratar de destacar.


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Foto: Rรณbinson Henao


La Universidad cuenta con un Centro de Integridad para, entre otros temas, fomentar la educación con sentido y generar procesos edificantes en la academia, además de reflexionar sobre la ética y la misma integridad. Esta unidad, que se inauguró el 23 de febrero de 2017, surge como una evolución del programa Atreverse a Pensar. Jonathan Montoya Correa

Periodista Área de Información y Prensa EAFIT

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olombia se ubica, con 37 puntos, en el puesto 90 del Índice de Transparencia Internacional 2016. Teniendo en cuenta que esta medición se basa en una escala donde la cercanía a los 100 puntos indica mayor transparencia y la tendencia hacia el cero es un indicador de corrupción, se trata de una cifra preocupante y que debería generar una reflexión sobre la situación actual del país. En otras clasificaciones como el Informe

Academia

EAFIT reitera su reflexión alrededor de la ética del Reputation Institute 2016, el panorama tampoco es prometedor. Allí, en la posición 60 y con un puntaje de 42.46, el país se ubica en la franja naranja, lo que indica una reputación débil en el ámbito mundial, en contraposición con las naciones de la franja verde. En ambas mediciones los países escandinavos, además de Australia, Nueva Zelanda y Suiza, siguen ocupando las primeras posiciones. Llegar al nivel de estas naciones, o simplemente mejorar la ubicación, es una tarea ardua y que implica un cambio de paradigma, de comportamientos, de formas de ver la vida y, sobre todo, de una reflexión profunda sobre la integridad, la ética y la moral. “En un país donde hay una divergencia entre los ideales individuales y colectivos, con grandes escándalos de corrupción y donde las instituciones han perdido su legitimidad, se hace aún más necesario fomentar la crítica y la autoevaluación. Y las instituciones académicas están llamadas a ser parte activa de ese proceso”, señala Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT. Por ese motivo, desde el jueves 23 de febrero, la Universidad presentó a la sociedad el Centro de Integridad de EAFIT, un espacio orientado a promover el debate, la reflexión y la investigación en torno a estos temas. UNIVERSIDAD EAFIT

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“En un país donde hay una divergencia entre los ideales individuales y colectivos, con grandes escándalos de corrupción y donde las instituciones han perdido su legitimidad, se hace aún más necesario fomentar la crítica y la autoevaluación. Y las instituciones académicas están llamadas a ser parte activa de ese proceso”, señala Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT.

Esta unidad, que surge como una evolución de Atreverse a Pensar, tiene como principal objetivo fomentar la cultura ciudadana, y motivar en los estudiantes una educación con sentido cooperativo y que genere procesos edificantes. Para su inauguración la dependencia contó con la presencia de Adela Cortina, filósofa española y catedrática de la Universidad de Valencia. En su conferencia –Educación desde el ser: el sentido de la ética en la construcción de una sociedad justa e incluyente– la académica abarcó temas como la ética cívica, la educación en valores y la conciencia del ser humano e, igualmente, destacó el papel de las universidades en la función de crear una educación desde el ser. Se trató de una afirmación que coincidió con las palabras del Rector durante el acto de lanzamiento y en las que mencionó que la Universidad no es un producto concluido, “sino un proceso en permanente construcción, y en el que la integridad debe ser un tema fundamental en esa idea de construcción”. Para el directivo, las universidades tienen la responsabilidad de pronunciarse frente a la falta de ética e integridad, y de crear estrategias que ayuden a cambiar los comportamientos desde el aula de clase. “Hace seis años también nos preocupaba este país y lanzamos el proyecto institucional Atreverse a Pensar sin el ánimo de ser moralistas. Esta iniciativa despertó conciencias, generó inquietudes y llevó un mensaje a muchas instancias dentro y fuera del campus. Ahora queremos ir un paso más allá, y estamos muy orgullosos de iniciar un nuevo ciclo con el Centro de Integridad y de contar con Adela Cortina como madrina”, puntualiza el Rector.

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La evolución de Atreverse a Pensar La integridad es una construcción constante, un trabajo continuo y un proceso dinámico que, en EAFIT, ahora será jalonado a través de su nuevo Centro de Integridad. Y para lograr este propósito, la dependencia se apoya en los más de seis años de trayectoria de Atreverse a Pensar, en sus experiencias con los 10.600 estudiantes que han participado en sus talleres, y las cerca de 110 instituciones públicas y privadas que fueron beneficiadas por sus conferencias y sus actividades, y entre las que se incluyen EPM, Sura, Columbus School, Universidad Icesi, Fundación Universitaria de Popayán, y los colegios San José de Las Vegas (Medellín), Horizontes (Rionegro) y Colombo Británico (Envigado), entre otros. “El Centro de Integridad es una evolución del programa Atreverse a Pensar. En 2012 habíamos contemplado la opción de crear una oficina de integridad tomando como modelo algunas instituciones pares en el mundo. Sin embargo, nos dimos cuenta de que debíamos madurar algunos de nuestros procesos. Hoy, después de seis fases comunicacionales, sentimos que es el momento preciso para crearlo”, recuerda Nathalia Franco Pérez, jefa de la recién fundada unidad. El centro está estructurado en tres ejes de trabajo: educación, investigación y proyección social. Estas líneas de acción están enmarcadas en el concepto de cocreación, que fue vital durante los orígenes de Atreverse a Pensar. “Queremos que este centro sea un punto de llegada y de partida para reflexionar sobre la integridad, pero tenemos claro que no podemos ser, únicamente, un centro de pensamiento, sino también acompañar a los estudiantes y a los profesores para que el


Academia

Foto: Róbinson Henao

Durante seis años el programa Atreverse a Pensar ha planteado una reflexión en EAFIT alrededor del tema de la integridad.

ejercicio académico sea abordado con pasión, compromiso y, por supuesto, con integridad”, anota Nathalia. Y agrega que el Centro de Integridad no funcionará como un ente que sanciona, sino como un espacio abierto a escuchar a los eafitenses, a cocrear con ellos y a construir unas mejores prácticas”.

Los retos en educación, investigación y proyección Integrantes del centro visitan cada semestre algunas de las aulas de clase para coordinar un espacio de reflexión y análisis sobre el lugar de la integridad en la cultura y la formación, y conversar con los estudiantes y los docentes sobre la gestión de la recién fundada unidad. Este ejercicio, que hace parte de una investigación cualitativa que actualmente adelanta el centro, en conjunto con la Escuela de Administración, se suscribe a dos de los ejes de trabajo de la unidad: el educativo y el investigativo, y en los que el trabajo con los estudiantes y docentes es fundamental. En el investigativo el objetivo estará encaminado a comprender en profundidad el fenómeno de la integridad y, específicamente, el de la integridad académica. Se trata, en

palabras de Nathalia, de un elemento ampliamente estudiado en los Estados Unidos, Canadá y Australia, pero que necesita ser fortalecido en el país. Finalmente, el frente de proyección responde a un compromiso de responsabilidad social con la ciudad, la región y el país. Y aunque inicialmente el principal público de interés del centro será la comunidad académica, la unidad tendrá las puertas abiertas a todas las entidades oficiales y privadas que tengan la misma necesidad de repensar el papel del ser humano, la ética y la integridad, y de generar un diálogo sobre estos aspectos. Se trata de una visión que, a diferencia de la gestión con Atreverse a Pensar, ya no se concentra en el tema del fraude académico, considerado como un síntoma social, sino en acciones más integrales que profundicen sobre la educación y ayuden a desarrollar un pensamiento crítico que será fundamental en la toma de decisiones. El centro está integrado por Nathalia Franco Pérez y Monserrat Ordóñez Echeverri, egresada del pregrado en Psicología de la Universidad. Las dos eafitenses han participado en el proceso de creación desde 2016, año en el que recibieron el aval del Consejo Superior de la Institución para la creación de la dependencia. UNIVERSIDAD EAFIT

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Foto: Róbinson Henao

El ángel de ‘Vida’

Momento en que Héctor Abad Faciolince, director de la Biblioteca Luis Echavarría Villegas de EAFIT, entrega a Patricia Engel la obra del maestro Hugo Zapata que la acredita como ganadora del PBNC.

“La voz narradora, sofisticada, económica y precisa es la de un personaje femenino duro, nihilista y sumamente verosímil con una mirada sin condescendencia por sí mismo ni por el mundo que lo rodea. Este libro tiene temas y personajes construidos a partir de una fuerte contemporaneidad”: Acta del jurado del tercer Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana, que entregaron EAFIT, Grupo Familia y Caracol Televisión a la escritora colombo estadounidense Patricia Engel por su libro Vida. 20


Docente del Departamento de Comunicación Social de EAFIT

M

ujer, hija de inmigrantes colombianos, desconocida en el círculo literario nacional. Escribe en inglés. Habla el castellano muy bien, eso sí, con cierto acento anglo-americano salpicado con inflexiones paisas. Precisa en la palabra y reservada en el gesto, Patricia Engel García es la autora de Vida, la obra merecedora del tercer Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana (PBNC), que entregaron EAFIT, Grupo Familia y Caracol TV la noche del 25 de enero de 2017 en el Auditorio Fundadores de la Universidad.

Engel –ángel, en alemán– no alecciona con sus escritos ni reivindica a nadie. Sabina, la protagonista de la obra, es una suerte de alter ego (intermitente) de la autora. El ángel de ‘Vida’ está en el poder las palabras, en mostrar a través de un relato. Después de las dos primeras ediciones del evento, en la cuales el PBNC fue otorgado a un par de autores reconocidos en el mundo editorial como Juan Esteban Constaín (El hombre que no fue Jueves) y Andrés Felipe Solano (Corea: apuntes desde la cuerda floja) sería posible asumir que la entrega del galardón a los cuentos de Patricia Engel fue un acto de corrección política. Los otros finalistas que compitieron con la autora fueron Ricardo Silva Romero (postulado por segundo año, esta vez con Historia oficial del amor) y Santiago Gamboa (Volver al oscuro valle). Sin embargo, esa sospecha es controvertible: por una parte, no hubo unanimidad entre el jurado; y por otra, la lectura de cualquiera de los nueve relatos de Patricia Engel le permite comprender al lector que está frente a una escritora que domina la técnica narrativa, cuya mirada está suficientemente afinada para desafiar el peso y la lentitud de la cotidianidad, sin cargas emotivas ni trucos innecesarios. Sin engaños.

Dice el veredicto del jurado, presidido por la cronista argentina Leila Guerriero: “[…] No es la historia clásica de migrantes latinos en Estados Unidos, sino la de una familia de clase media ya instalada en el país, cuya problemática no pasa por los temas previsibles y varias veces contados: delincuencia, adicciones, desempleo, problemas migratorios, etc., sino por un desajuste casi existencial, sobre todo por parte de su protagonista femenina”. Engel –ángel, en alemán– no alecciona con sus escritos ni reivindica a nadie. Sabina, la protagonista de la obra, es una suerte de alter ego (intermitente) de la autora. El ángel de ‘Vida’ está en el poder las palabras, en mostrar a través de un relato.

La abuela Luisa Luisa Vélez Toro nació en el seno de una numerosa familia paisa. Herbert Engel era un austríaco que había llegado a Medellín para trabajar con una gran compañía, justo antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial. Puesto que era judío, no pudo regresar a su país natal. Conoció a Luisa, se convirtió al catolicismo (iba a la iglesia, en Navidad se disfrazaba de Papá Noel), y se casó con ella. Se radicaron en la capital antioqueña y tuvieron nueve hijos. El primero de ellos fue Richard, el padre de Patricia. La última casa de los abuelos Engel Vélez se ubicó en La Castellana (Medellín). Después se mudaron a los Estados Unidos. El abuelo Herbert falleció cuando Patricia tenía 12 años. Quiso un funeral como lo dicta la tradición judía. Justo antes de la lectura del veredicto del PBNC, Patricia Engel subió al escenario del Auditorio Fundadores para presentar su obra ante el público. Entonces evocó la escritura de su abuela, quien jamás escribió para publicar, solo para sí misma. “Mi abuela Luisa siempre escribía, desde muy niña. Durante su tiempo privado, escribía cartas larguísimas, muy poéticas, dirigidas a todo el mundo: a la familia que dejó en Colombia, a los parientes que habían emigrado a otros países, y a nosotros, que vivíamos cerca”. UNIVERSIDAD EAFIT

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Cultura

Ana Cristina Restrepo Jiménez


Foto: Róbinson Henao

“Publicar por primera vez es muy difícil porque hay mucha competencia, muchos libros, muchos escritores. Solo puedo hablar de cómo es en los Estados Unidos” dos hijos a quienes bautizaron con sus mismos nombres: Richard y Patricia. A Richard, el padre, siempre le ha gustado pintar, tomar fotografías, diseñar. Años atrás, las extensas jornadas laborales le impedían entregarse del todo a su pasión: “Mi papá tiene ojo para el arte en lo que sea”. Hoy, los Engel García viven en New Jersey.

Escribir para vivir (y viceversa)

Cuando era niña, Patricia Engel quiso ser artista plástica. Luego, por su abuela, llegó a la lectura y a la escritura.

Insertaba detrás el rodillo de su máquina de escribir un “papel finísimo como cebolla”, en el que consignaba cuentos, relatos y poemas. Cuando la abuela Luisa murió, nadie supo del paradero de las cajas con sus escritos. “Algún tío las debe tener guardadas”, cavila Patricia frente a una ventana, desde la que observa la bahía de Miami (Estados Unidos). Su estudio de escritura se ubica en el undécimo piso de un edificio cercano al Downtown. De niña, pasaba los días dibujando, quería ser artista plástica, pero fue a través de su abuela como descubrió la lectura y la escritura. Lo demás pasó a un segundo plano. Los padres de la escritora se conocieron en Nueva York. Su madre, Patricia García, bogotana, había llegado a la Gran Manzana con su madre y hermanas. Richard, que entonces tenía 22 años, residía en la misma ciudad con su familia. En los Estados Unidos, la pareja trabajó en una fábrica de decoración de vidrio. Tuvieron 22

A los 18 años, Patricia dejó la casa de sus padres en New Jersey. Estudió Literatura Francesa e Historia del Arte en la Universidad de Nueva York (NYU). Al culminar el pregrado se mudó a París. Vivía en la casa de una condesa que alquilaba cuartos para jovencitas extranjeras. Su habitación propia, con baño compartido, ubicada en el Quartier Saint Germain, 7e arrondissement, quedaba a media hora en metro de la universidad. Escribía sin pausa, mientras se debatía entre dos planos paralelos: sus estudios académicos y su mundo privado, aferrado a la escritura. “Escribía con una cierta inocencia, para mí, sin ser consciente de la crítica, ni de opiniones”: no albergaba la esperanza de que sus libros fueran publicados. Patricia regresó a Nueva York, donde trabajó varios años hasta que decidió intentar hacer una vida como escritora. Ingresó a una maestría en Escritura Creativa en Miami, ciudad donde reside desde el año 2004. Tan pronto terminó el curso, escribió Vida: ¡descubrió que un libro suyo podía ser vendido! Solo, entonces, entendió que había comenzado su carrera profesional como escritora. “Publicar por primera vez es muy difícil porque hay mucha competencia, muchos libros, muchos escritores. Solo puedo hablar de cómo es en los Estados Unidos”. Engel continúa: “Yo lo hice de una forma bastan-


Me encanta leer y escribir ficción porque encuentro mucha libertad en la ficción. Uno tiene permiso de hacer lo que quiera con la ficción. En otras narraciones hay que ser fiel a la realidad, a las fechas, a los datos, las encuentro más rígidas . Las tres obras de Patricia Engel están escritas originalmente en inglés: Vida (2010, traducción al español, 2016); No es amor, es solo París (2013) y Las venas del mar (2016); y han sido traducidas al español, polaco, griego y francés. Otros países angloparlantes, como Canadá e Inglaterra, venden en sus estanterías los libros de esta autora. Vida ha recibido otros reconocimientos: fue finalista del Premio Pen/Hemingway, destacado como Notable Book por The New York Times y ganador del Florida Book Award. La obra de Engel ha recibido otros premios: No es amor, es solo París ganó el International Latino Book Award y el premio de lectoras Elle; también fue recomendado por Los Angeles Times, Time Out New York y Flavorwire. Su más reciente novela, Las venas del mar, fue nominada a mejor libro del año 2016 por el San Francisco Chronicle, Electric Literature y Entropy.

Amor al arte “Los artistas de mi familia eran lo que yo considero artistas de verdad: hacían el arte para ellos mismos, pero no por fama ni ambición ni dinero. Lo hacían por amor al arte” … ¿Qué sucede cuando llega a la academia después de la relación sensorial y emocional con el arte que aprendió de su familia? Los ejemplos que yo tenía de artistas en mi familia eran de gente que tenía otras carreras y hacían su arte en su tiempo libre, cuando podían. Siempre imaginé que me iba a tocar tener una carrera totalmente distinta, separada, y que iba a encontrar la forma de escribir libros en mi tiempo libre; o sea, no tenía conocimiento de la posibilidad de que uno pudiera ser un escritor de tiempo completo, de hacerlo profesionalmente. Cuando estudia Literatura Francesa usted lee en idioma original, ¿cuáles autores conquistan su atención? Albert Camus, Colette, Anaïs Nin, Romain Gary, Marcel Proust. Hay muchos. Una vez decide ser escritora, ¿cómo asume esa nueva disciplina y forma de vida? Disciplina nunca me ha hecho falta porque lo hacía para mí misma, podía sentarme a escribir horas y horas. Lo que me hacía falta era formación y un poco de conocimiento: aproveché los talleres y también aprendí a ser más disciplinada todavía. Hay veces, cuando la vida me permite, trato de escribir una o dos horas, pero hay veces que simplemente no puedo porque estoy viajando o tengo otros compromisos. ¿Tiene una metodología definida, una ruta más o menos constante en su proceso creativo? Cambia. Eso cambia de libro a libro. Cuando me siento a escribir un libro, generalmente tengo una montaña de cuadernos y libros porque hago bastante investigación antes de empezar. Tomo notas, siempre los estoy mirando mientras estoy escribiendo. Por ejemplo, ahora estoy trabajando en un par de cuentos cortos y aquí tengo un cuaderno, con notas cortas, UNIVERSIDAD EAFIT

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Cultura

te tradicional: empecé publicando cuentos cortos en revistas, hasta que gané un par de premios. Hice la maestría y, finalmente, unos agentes empezaron a leer mis cuentos y a interesarse por lo que yo tenía que escribir. Aquí la industria de la publicación funciona por medio de agentes literarios”. Solía compartir sus textos con algunas amistades, antes de pasarlos a su editor. Sus libros más recientes los ha compartido con su agente, su editora, y con una amiga que “no es escritora, pero es muy buena lectora”. Sin embargo, Patricia dice que está tan acostumbrada a trabajar sola, que es su propia editora: “Siento de una manera muy primitiva cuando un cuento o una novela no está funcionando bien”. No conserva ningún tipo de vínculo sentimental con las obras cuando no funcionan bien.


Hoy, se concentra en la escritura de dos nuevas obras: una colección de relatos, la segunda parte de Vida, continuación de la cotidianidad de Sabina; y después, una novela. que lo mantengo aquí, cerca. Siempre mantengo referencias, pero me enfoco en escribir y sigo escribiendo sin parar, lo más que puedo. ¿Elabora un plan de trabajo? Antes de escribir una novela paso por mucha preparación. Trato de perfeccionar bastante el proyecto antes de empezar a escribir, por eso tomo muchas notas. Si estoy escribiendo un cuento corto o algo así, a veces empiezo con una idea muy pequeñita, arranco con eso y puedo seguir y terminar el cuento completo. Cuando lee, ¿lo hace con el interés del aprendiz o también logra disfrutar la lectura? Ambas. Depende: si estoy haciendo investigaciones, estoy leyendo con un propósito. Pero también me gusta leer solamente para leer. ¿Por qué dedicarse solo a la ficción? Me encanta leer y escribir ficción porque encuentro mucha libertad. Uno tiene permiso de hacer lo que quiera con la ficción. En otras narraciones hay que ser fiel a la realidad, a las fechas, a los datos, las encuentro más rígidas. Me gusta la ficción porque es una manera de experimentar la vida. En la ficción puedes estar mirando para afuera, para adentro, para el lado, para el pasado, para el futuro, muchas cosas a la misma vez. ¿Se siente más a gusto cuando escribe novelas o cuentos? Escribir una novela cuesta mucho más que escribir un cuento de 20 páginas. Escribir una novela puede tomar más o menos tiempo que una colección de cuentos cortos: todo depende. Mi último libro me tomó como cuatro años. Con No es amor, es solo París, me demoré dos. Con Vida, como un año y medio. Pero también hay ciertos proyectos que aparentan ser más simples, pero son más complicados para escribir. Uno no puede decir que un proyecto

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es más fácil simplemente por el número de páginas o por el tema: todo para mí es algo complicado, y si no fuera así no podría estar lo suficientemente interesada para terminar el proyecto. Para mí tiene que ser duro. Tiene que ser un reto o si no me aburro y lo dejo. ¿Ha tenido “abortos literarios”? ¿Qué pasa con esos textos? [Risas] Se botan. Cuando ya me desconecto, es para siempre. En su obra es muy evidente su interés por la cotidianidad, sobre todo del inmigrante, ¿qué tipo de temas no le interesan? Bueno, uno no debe decir jamás, porque los gustos cambian, pero en este momento no me interesa escribir, por ejemplo, cuentos de horror. No me gustan las películas de horror porque me da demasiado miedo. Tampoco me interesa mucho la fantasía. Me gustan las cosas fantásticas, detalles fantásticos o surreales, pero no me conecto con mundos de fantasía, de ciencia ficción. El día al día de su “otra tierra”, la cotidianidad colombiana, por ejemplo, de Medellín, ¿ha pasado por sus proyectos de escritura? Tengo mucha familia en Medellín, he ido muchas veces. La cosa es que tengo que pensar en las cosas a las que tengo acceso; como no nací en Medellín, ni he vivido allí, siempre es limitada mi percepción. Pero me encanta Medellín y cada vez lo entiendo de una manera más profunda. Vida no necesariamente tiene un final como conclusión, cierre o moraleja, ¿Cómo sabe que ha terminado un libro? Por instinto. Igual: uno sabe cuando no se ha terminado, cuando no está lo suficientemente bueno y hay que regresar a revisar, a editarlo. Es puro instinto.


Algunas personas sostienen que hay literatura femenina, ¿cuál es su posición? No sé, la verdad no pienso mucho en esas cosas ni en esos términos. A la gente le gusta ponerle nombre a todo. Yo simplemente escribo. Si me pongo a pensar en mis obras, que estoy escribiendo algo femenino, simplemente lo estoy limitando. Escribo como escribo. Pasa con mucha frecuencia que hay hombres que me dicen que se identifican mucho con mis personajes. No me conecto mucho con eso de literatura femenina: soy mujer, todos mis personajes son mujeres; y valoro mucho, me parecen fascinantes las vidas de las mujeres. Nunca hablamos de la literatura masculina, no entiendo por qué la literatura escrita por mujeres tiene que pasar por esas barreras. Con cierta frecuencia se escuchan críticas al mercado editorial que exige a los escritores su participación en festivales literarios que desconcentran, pero logran elevar su perfil… Yo todavía me divierto mucho en esas cosas. Es verdad que te quitan tiempo, pero es algo muy positivo. Eso de poder compartir la literatura con los lectores y poder ir como lectora a escuchar escritores es algo que me parece muy lindo, muy especial, un privilegio que no existe en todos los países. Si tengo la buena fortuna de ser invitada, siempre trato de ir.

Vida de Engel Patricia Engel creció con la música en su familia: un tío pianista; otro, director de música clásica; su hermano Richard y algunos

primos interpretan instrumentos. Ella toca melodías básicas en la guitarra. La lista de canciones de su dispositivo incluye rock (como AC/DC o Aerosmith), salsa (La Fania All Stars o Joe Arroyo); y artistas colombianos de vanguardia en las emisoras, como Bomba Estéreo y Carlos Vives. Le gusta el reguetón, en especial El Chacal. Bach, Chopin y Debussy también caben en esta playlist. En sus anaqueles, en su historia lectora y como escritora, destaca los cuentos de Gabriel García Márquez, y la obra de otros autores como Laura Restrepo, Jorge Franco, Santiago Gamboa, Margarita García Robayo y Juan Gabriel Vásquez. La ganadora del tercer PBNC ha ofrecido talleres de narrativa en la Universidad de Miami, y viaja con frecuencia para hacer el mismo ejercicio en otras universidades. También participa de lecturas y presentaciones. En la actualidad, es la editora literaria de Miami Rail, una revista de cultura que se especializa en poesía, ficción, crónicas, narraciones y ensayos. Después de haber recibido el galardón en EAFIT, Patricia Engel se esfuerza para que el triunfo no la afecte (viajes, entrevistas, compromisos inherentes a la vida de una escritora exitosa): intenta preservar su habitual aislamiento artístico y la disciplina de siempre: “Protejo mi tiempo privado para poder escribir”. Hoy, se concentra en la escritura de dos nuevas obras: una colección de relatos, la segunda parte de Vida, continuación de la cotidianidad de Sabina; y después, una novela; cuyo ángel no estará ni en la protagonista ni en la historia… sino en las palabras, en la manera de relatar la vida. UNIVERSIDAD EAFIT

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Cultura

Foto: Cortesía Patricia Engel

Patricia Engel es la primera mujer que logra el premio que entregan EAFIT, Grupo Familia y Caracol TV.


Elogio del amateur

Foto: Rรณbinson Henao

El siguiente es el discurso que la escritora argentina Leila Guerriero, presidente del jurado del Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana (PBNC), leyรณ la noche del 25 de enero de 2017, en el Auditorio Fundadores, durante la entrega del reconocimiento.

Leila Guerriero ha estado en varias ocasiones en EAFIT en labores relacionadas con su oficio de escritora.

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Escritora Presidente del Jurado del Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana (PBNC)

Q

uiero advertirles algo: este texto está repleto de citas. Y no porque sea más fácil armar un discurso recortando de allí y pegando acá, sino porque tengo muchas preguntas y casi ninguna respuesta. No sé cuántos de ustedes buscan un maestro. Yo no, y tampoco sé si lo querría. Pero a veces, cuando algunas preguntas flotan como un humor malsano dentro de mi cabeza, además de alegrarme de que nadie pueda verlas, extraño a mis mayores. Fogwill, por ejemplo; Homero Alsina Thevenet, por ejemplo. Piglia, por ejemplo. Gente que no daba consejos pero que podía darse cuenta de todo y entonces decir “Cuidado”, o “No te preocupes, eso no va a pasar”. Gente cargada de experiencia y de una lucidez visionaria y bondadosa.

Decía Clarice Lispector que la escritura es una maldición, pero una maldición que salva: “Es una maldición –decíaporque obliga y arrastra, como un vicio penoso del cual es imposible librarse. Y es una salvación porque salva el día que se vive y que nunca se entiende a menos que se escriba” . En el año 2005, en un discurso excepcional que dio durante una ceremonia de graduación en la universidad de Kenyon (Estados Unidos), el escritor norteamericano David Foster Wallace dijo esto: “Hay partes enormes de la vida adulta americana de las que nadie habla en los discursos de las ceremonias de graduación. Y una de esas partes incluye el aburrimiento, la rutina y las pequeñas frustraciones”. Parafraseándolo, podría decirse que hay partes enormes de la vida del escritor de las que nadie habla en los discursos de entrega de premios. Y en casi ningún otro sitio. Y no son partes tan inofensivas como el aburrimiento, la rutina y las pequeñas frustraciones. Son, más bien, toneladas de chatarra espacial orbitando sin rumbo, saludablemente lejos o

peligrosamente cerca del cerebro y el corazón del escritor. Inseguridades de todo tipo –“¿no se me agotarán las ideas, no escribía mejor hace 10 años, cómo encontraré algo para decir ahora que parece que lo he dicho todo?”- y contradicciones viles que no son sino formas de todo tipo de inseguridades: “¿por qué, si adoro a mis hijos, me molesta tanto tener que dejar a un lado mi novela para ir al acto del colegio; por qué, si adoro a mi mujer, no puedo escribir si ella está en casa; por qué, ahora que no están ni mis hijos ni mi mujer, de todos modos, no escribo?”. Atontado por el choque masivo contra preguntas nunca respondidas que nunca responderá, el escritor se aferra a la única tabla de salvación que tiene: seguir escribiendo. Aún, cuando sea una tabla de salvación hecha de hierro candente. Decía Clarice Lispector que la escritura es una maldición, pero una maldición que salva: “Es una maldición –decía- porque obliga y arrastra, como un vicio penoso del cual es imposible librarse. Y es una salvación porque salva el día que se vive y que nunca se entiende a menos que se escriba”. Alguien podría pensar: “Si les resulta tan insoportable, ¿por qué no dejan de hacerlo?”. Yo no estoy equipada con las dosis de cinismo necesarias para decir eso y se me ocurrió que una ceremonia como esta era un buen momento para hablar acerca de toda esa chatarra mental que empieza a orbitar de manera muy insistente cuando el escritor se transforma en alguien con obra publicada y, por tanto, expuesta a sus pares, a los lectores, a la crítica y a reconocimientos como este. Hace más o menos un año vi una película que se llama El final de la gira, y está basada en la entrevista que David Lipsky, por entonces un joven periodista de Rolling Stone, le hizo a David Foster Wallace durante la gira de presentación de La broma infinita, publicada en 1996. Foster Wallace ya era el autor de La escoba del sistema, de 1987, y de los espléndidos relatos de La niña del pelo raro, de 1989. Pero fue esa novela de mil páginas la que estalló con la potencia de un evento de dimensiones jurásicas en el rostro de la literatura norteamericana. Hacia el final de la entrevista, Lipsky y Wallace se despiden. Lipsky UNIVERSIDAD EAFIT

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Cultura

Leila Guerriero


le pregunta: “¿No es genial que la gente hable de vos como de un escritor muy sólido?”. Foster Wallace lo mira con piedad y le dice: “Va a ser interesante hablar con vos en unos años”. “¿Por qué?”, pregunta Lipsky. Y Foster Wallace responde: “Lo peor que hay en el hecho de que todos te presten mucha atención es que también vas a tener ‘atención negativa’. Y si eso te afecta, el calibre del arma que te apunta ha aumentado de una 22 a una 45”. Todo sabemos cómo terminó Foster Wallace, que decía que “la tarea de la buena escritura era la de darles calma a los perturbados y perturbar a los que están calmados”: se ahorcó en 2008, en el garaje de su casa, después de haber llevado mucha calma y maravillosa perturbación a varios lectores, pero sin poder comprar, para sí mismo, un buen estado de ánimo. Yo nunca me he atrevido a separar por completo esa muerte del retorcimiento psíquico, nunca resuelto, que producen esa atención excesiva, su temible reverso (el olvido: ¿todo eso estará siempre ahí, ¿qué pasa si desaparece?) y su aún más temible abismo acechante: la insatisfacción: ¿qué pasa si todo eso no me alcanza?, ¿qué pasa si descubro que nunca será suficiente, qué pasa si me doy cuenta de que todo es cada vez peor? En el pequeño ensayo que abre una antología editada por Robin Robertson, cuyo título es Humillaciones: relatos de escritores sobre sus vergüenzas en público, Margaret Atwood advierte que “las humillaciones nunca cesan” y las divide en tres etapas: “la edad antigua (cuando no eres nadie y, paradójicamente, todo duele más), la edad media (cuando comienzas a ser alguien conocido y todo duele más), y la edad moderna (cuando eres rico y famoso y premiado y, paradójicamente, todo duele más)”. Atwood se refiere a las humillaciones por las que pasa el escritor como participante de congresos, ferias y festivales. Pero lo mismo podría aplicarse a esa forma de exposición que consiste en someter la obra al juicio de los otros. En el año 2010 entrevisté a Ricardo Piglia. El acababa de sacar Blanco nocturno, su primera novela desde Plata quemada, que era de 1997. Estábamos hablando hacía rato cuando le pregunté: “¿Hubo un momento en 28

el que te sintieras escritor, en el que dijeras “ya está”?”. Piglia me cazó al vuelo. Entendió que yo quería preguntarle algo que no se puede preguntar: que yo quería preguntarle cómo se hace para seguir siendo Piglia después de ser Piglia, cómo se sigue escribiendo después de Respiración artificial, su novela publicada en 1980 que produjo un terremoto en las letras patrias y cuyas ondas concéntricas todavía se sienten. Entendió que quería preguntarle si con la publicación de Blanco nocturno se sentía temeroso, si dudaba, si se preguntaba “¿Soy ahora mejor de lo que ya fui?”. Y Piglia, que sabía tanto de literatura como de naturaleza humana, me miró con esos ojos llenos de picardía e inteligencia, atentos y afables y burlones, y, como quien dice “Piba, a papá mono con bananas verdes”, me dijo: “Cada profesión tiene su enfermedad. La enfermedad del escritor suele ser una mezcla de narcisismo, con arrogancia, con competitividad, que son todos elementos que forman parte del trabajo. No se puede ser un escritor si no hay algo de eso. Pero si tuviera que contestarte...” Hizo una pausa, se rascó el nudillo y me dijo: “Vos lo debés saber. Uno nunca está seguro del todo. Uno siempre tiene que empezar de cero. No porque uno tenga algo ya publicado está más seguro. Pero es importante tener una cierta incertidumbre. La incertidumbre está conectada con lo que la literatura es, con el deseo. Hay como chispazos. Como epifanías. Y de pronto no, todo es una llanura. Y de pronto hay otra vez conexiones maravillosas. Y eso buscamos, creo. Pero nunca podemos estar seguros, ni tener la arrogancia de creer que uno tiene la llave para acceder a esos lugares. Uno avanza relativamente. Con el tiempo, tiene más destreza. Pero no hay que pensar que la obra de uno avanza. Son momentos. Uno puede saber cómo era estar ahí, en esos momentos. Pero sólo los reconocés cuando te vuelve a pasar y decís: Era esto, era esto”. Presentarse a un premio implica, al menos, dos cosas: querer ganarlo y creer que uno tiene las condiciones para hacerlo. Para eso hacen falta convicción y coraje. Quien presenta su obra está diciendo: “He aquí lo que he hecho, léanme entre mis pares”.


Leila Guerriero la noche del 25 de enero en el Auditorio Fundadores de EAFIT.

Para volver a mi santo patrono, en su ensayo La naturaleza de la diversión, Foster Wallace decía: “La mejor metáfora que conozco sobre lo que es ser un escritor de ficción aparece en la novela de Don DeLillo Mao II, donde el autor describe un libro a medio escribir como un niño horriblemente deforme que sigue al escritor allá adonde vaya, gateando tras él (arrastrándose por el suelo de restaurantes donde el escritor trata de comer, apareciendo al pie de su cama en cuanto abre los ojos por la mañana, etc.), horriblemente anormal, hidrocefálico y con unos brazos atrofiados que parecen aletas e incontinente y retrasado y babeando fluido cerebroespinal, mientras lloriquea y farfulla y grita reclamando amor, reclamando la única cosa que su monstruosidad le garantiza conseguir: la completa atención del escritor. La figura del niño deforme es perfecta porque refleja la mezcla de repulsión y amor que el escritor (...) siente por aquello en lo que está trabajando. (...) Y aun así el niño es tuyo, y lo quieres y lo subes a tus rodillas y lo haces saltar y limpias el fluido cerebroespinal de su barbilla con el puño de tu única camisa limpia (...) Quieres mucho a tu niño. Y quieres que los demás también lo quieran cuando (...) le llegue el momento de salir a la calle y enfrentarse al mundo”. Formar parte de un jurado implica señalar a uno y decir “Vos, entre tus pares”. Hay algo hermoso y noble en eso. Pero señalar a uno podría hacer que parte de todos los aerolitos que forman esa chatarra voladora impacta-

ra, con mayor o menor potencia, en el plexo de quienes no fueron señalados. Yo quisiera, entonces, recuperar una idea que funciona como un sistema de eyección con aterrizaje asegurado en las únicas tierras que importan: las tierras de la escritura. Es la idea de la incertidumbre de la que hablaba Piglia: uno nunca está seguro del todo, uno siempre tiene que empezar de cero, uno sólo avanza relativamente. Uno, agregaría yo, siempre es un aprendiz de brujo. Un amateur. El entusiasmo virginal y la taquicardia espantada, la sensación vibrante y aterradora de que todo está por comenzar, de que nada ha sucedido todavía: eso es, creo, escribir. En los años 90, en una entrevista con el Paris Review, cuando ya había hecho varios y notorios cambios de rumbo (de las novelas densas del comienzo a la levedad zumbona de Pantaleón y las visitadoras y, de allí, al artefacto histórico tozudamente literario de La guerra del fin del mundo), Mario Vargas Llosa dijo: “Me rehúso a admitir la posibilidad de que mis mejores años quedaron atrás, y no lo admitiría incluso si me enfrentaran con la evidencia”. En 2010, cuando recibió el Nobel, dijo algo que, a mí, me sonó más como una advertencia a sí mismo: “Este premio no me convertirá en estatua. Tengo muchos proyectos por delante”. Me gustaría terminar, entonces, con esa convicción: la convicción de que, sin pensar en el resultado y contra todas las evidencias, la única forma de escribir a lo grande es pasarse la vida empezando a escribir. UNIVERSIDAD EAFIT

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Cultura

Foto: Róbinson Henao

Presentarse a un premio implica, al menos, dos cosas: querer ganarlo y creer que uno tiene las condiciones para hacerlo. Para eso hacen falta convicción y coraje.


Sueños de futuro y cultura de paz:

Foto: Róbinson Henao

la universidad de cara al posconflicto

En relación con la fase de posacuerdo que en la actualidad vive Colombia vale preguntarse cuál será el papel de la universidad, vista como institución, en este lapso histórico. En la imagen la Universidad Nacional sede Medellín.

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Camilo Tamayo Gómez

Docente de la Escuela de Humanidades de EAFIT Con aportes del profesor Jorge Iván Bonilla Vélez

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l escribir estas líneas las Farc empiezan a entregar sus armas a una comisión de verificación de las Naciones Unidas en cada una de las 26 zonas y puntos veredales dispuestos para tal fin, a lo largo y ancho del país. Así mismo, el 29 de mayo de 2017 fue dispuesto como la fecha en que esta guerrilla deberá haber entregado todo su armamento (conocido en el argot del proceso de negociación como el día D+180) lo cual, en plata blanca, significa que ese día las Farc dejarán de ser un grupo armado. Los 450 observadores que conforman esta comisión de desarme, que está integrada por miembros de la ONU, del Gobierno colombiano y de la guerrilla, recibirán la totalidad de las armas para proceder, en paralelo, a planificar y verificar la destrucción del armamento estable e inestable, como lo son las minas, los explosivos y las municiones. En suma, se es testigo no solo del fin de más de 50 años de lucha armada de este grupo insurgente contra el Estado colombiano, sino de la transformación de las Farc a un movimiento político. En una de esas 26 zonas y puntos veredales, seguramente, se encontrarán de nuevo Diana Marcela (28 años), Johana (19 años), Mayerli (18 años), Sofía (19 años), Carolina

(18 años), Yeimi (23 años), Derly (24 años), Yiceth (18 años), Yuri (18 años) y Rubiela (32 años). Todas ellas hicieron parte de un especial fotoperiodístico publicado por el periódico británico The Guardian, el 16 de septiembre de 2016 y titulado Colombia: Farc’s female fighters, then and now (Colombia: las mujeres guerreras de las Farc, antes y después), en el que se muestran fotografías de 10 mujeres pertenecientes a este grupo guerrillero, primero, en su uniforme camuflado y, luego, vestidas de civil, acompañadas cada una de un pie de foto en el que se reseña brevemente lo que estas mujeres piensan hacer una vez comience su proceso de reinserción a la sociedad como fruto del acuerdo de paz alcanzado con el gobierno colombiano.

Al leer las aspiraciones de estas futuras excombatientes, hay algo que llama la atención: todas tienen la meta de estudiar, todas quieren ir a la universidad. Al leer las aspiraciones de estas futuras excombatientes, hay algo que llama la atención: todas tienen la meta de estudiar, todas quieren ir a la universidad. Diana Marcela, por ejemplo, quiere terminar su bachillerato y estudiar luego fotografía; Johana, Mayerli y Yiceth buscarán ser enfermeras en un futuro; Sofía quiere estudiar Derecho; Carolina y Yuri UNIVERSIDAD EAFIT

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Actualidad

Construir país a partir del posacuerdo es un reto que también deben asumir las instituciones de educación superior. Respeto por el otro e ir mermando de manera progresiva las posiciones polarizadas son aspectos que deben promoverse en los campus universitarios.


Foto: Róbinson Henao

sus estudios. En este reporte se señala que la posibilidad de educación contribuye a disminuir el riesgo de los excombatientes a nuevas vinculaciones a grupos armados ilegales, logra mejorar sus condiciones y capacidades para acceder al mercado laboral y, sobre todo, permite la participación en procesos de formación del ejercicio pleno de su “nueva ciudadanía”, lo cual empodera socialmente a los antiguos combatientes, facilita procesos de reconstrucción social y genera grados de capital social en comunidades que fueron afectadas por la guerra.

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial está extensamente documentado que la educación desempeña un papel crucial en la terminación de los conflictos armados y en los procesos venideros de reconstrucción del tejido social que se desprenden de las etapas de posconflicto.

La universidad colombiana tiene el compromiso de entregar respuestas a las generaciones presentes y futuras en cuanto al rumbo que requiere el país. En la imagen, el campus de la Universidad Pontificia Bolivariana.

Ingeniería; Yeimi optaría por Nuevas Tecnologías, mientras que Derly quiere ser médica algún día y, finalmente, Rubiela ambiciona ser odontóloga. Se trata de 10 propósitos que pretenden ser materializados, 10 deseos particulares que se han formado en el vaivén del conflicto armado. Pero sus aspiraciones no son nuevas. Si se revisa el documento Análisis del desarme, desmovilización y reintegración (DDR) en Colombia 2006-Junio 2014, realizado por la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) y la Contraloría General de la República en 2014, se puede apreciar que el 96 por ciento de los adultos desmovilizados, hombres y mujeres, tienen como una de sus principales metas, ya sea empezar, retomar o culminar 32

Bajo este contexto vale la pena preguntarse, ¿están las universidades colombianas preparadas para asumir el reto de formar en competencias profesionales y dimensiones ciudadanas a quienes alguna vez fueron combatientes? ¿Qué procesos deben generar las universidades colombianas con el ánimo de (re)crear modelos pedagógicos y escenarios de interacción que faciliten la reconstrucción social del país? Con estas preguntas como telón de fondo existen dos retos que se consolidan como estratégicos para abordar la relación entre la universidad y el posconflicto.

Construir una cultura de paz desde la academia Desde el final de la Segunda Guerra Mundial está extensamente documentado que la educación desempeña un papel crucial en la terminación de los conflictos armados y en los procesos venideros de reconstrucción del tejido social que se desprenden de las etapas de posacuerdo. Principalmente, la academia puede desempeñar un papel activo en dos


Actualidad Foto: Róbinson Henao

La universidad puede cumplir dos papeles en el posacuerdo: apoyar procesos de consolidación en áreas territoriales y generar espacios de democratización donde haya aún radicalización. En la imagen la Universidad de Antioquia.

Hay que tener muy presente que la construcción de una cultura de paz también pasa por hacer de esta un “medio ambiente” o, si se prefiere, un “escenario” de encuentro y convergencia. cuestiones fundamentales: por una parte, en apoyar procesos de consolidación de la paz en las áreas territoriales más fuertemente golpeadas por el conflicto armado; y, por otra parte, la de participar en la generación de espacios de democratización, apertura y reconciliación en contextos sociales frágiles, donde la radicalización es aún muy latente debido a tantos años de confrontación, estigmatización y soberanías en disputa. Igualmente, está documentado que los procesos de formación son fundamentales para lograr transformar las ideas e imaginarios de la guerra por otros sentidos donde la resolución violenta hacia las diferencias o conflictos no sea el común proceder. La guerra es más que todo una construcción social y, por ende, deconstruir y transformar los

significados y apropiaciones de la misma es de suma importancia para transitar hacia la convivencia pacífica. En otras palabras, esta deconstrucción del sentido de la guerra es fundamental cuando se asume que en los procesos de transición a la democracia (como los que han vivido las naciones gobernadas por élites autoritarias de poder) o de superación de conflictos internos (como los que han vivido las naciones en guerras domésticas) se tiene presente que el asunto no es solo “enseñar” la paz, o volverla apenas un “contenido más” distribuido en un plan de estudios. Por el contrario, hay que tener muy presente que la construcción de una cultura de paz también pasa por hacer de esta un “medio ambiente” o, si se prefiere, un “escenario” de encuentro y convergencia, donde se UNIVERSIDAD EAFIT

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Foto: Róbinson Henao

En las universidades públicas y privadas se requiere del compromiso de todos los estamentos para que la "cultura de paz" se propague. En la imagen el campus eafitense.

Las universidades deben ser escenarios sociales y culturales, además de educativos, propicios para aterrizar en la realidad cotidiana eso denominado como “cultura de paz”. pueden experimentar procesos de creación, argumentación e imaginación en los que el aula de clase es, por supuesto, un espacio privilegiado, pero no el único, pues además de esta se encuentra el campus más general y performativo que es la universidad, con sus corredores y jardines, bibliotecas y lugares de estudio, auditorios y lugares de paso, de encuentro entre otros. Pero, sobre todo, donde se vive la universidad de cara a una ciudad, una región, un país. Así, en los contextos posteriores al conflicto armado, la institución educativa, en general, tiene el reto de trabajar por las transformaciones sociales necesarias para que las futuras generaciones no vivan, ni sufran, los padecimientos sobrellevados en los años de la guerra. Aquí el primer desafío es claro: las universidades deben ser escenarios sociales y culturales, además de educativos, propicios para aterrizar en la realidad cotidiana eso denominado como “cultura de paz”, que, palabras más, palabras menos, significa alcanzar colectivamente los mínimos necesarios para que todos puedan vivir en una sociedad que garantice los derechos, potencie 34

las creatividades, respete las diferencias y permita generar grados de bienestar para todos en común. Trabajar en procesos pedagógicos sobre “cómo vivir en paz” es un reto mayúsculo, pues es el primer paso para construir un nuevo pacto social en el cual se vea al otro no como un enemigo a vencer sino a alguien con quien construir, soñar y, por supuesto, discrepar sin temor a retaliaciones, miedos o venganzas en un proceso que invita, además, a un ejercicio público de las palabras, las razones, las emociones y los afectos.

Construcción de cohesión social desde las aulas Es importante recordar que las instituciones educativas son decisivas para la continuación de los esfuerzos contra la guerra y son también actores y escenarios clave para desarrollar una paz sostenible a largo plazo. El proceso de construcción de paz, cuando cesa un conflicto armado, es complejo, pero es allí donde la universidad debe sacar a relucir sus capacidades creativas y de


Uno de los mayores aportes que podría hacer la academia sería la de participar decididamente en la prevención del resurgimiento de nuevos conflictos armados. Iniciativas educativas como las que se realizaron en Liberia (África) para generar procesos de formación a exniños-soldados en ambientes de “aulas abiertas de diálogo” como estrategia pedagógica para reconectar a los niños con su comunidad y su territorio inmediato después de la guerra, o proyectos como los implementados en Sierra Leona (África) y Kósovo (Europa) para dotar de “habilidades para la vida” a excombatientes en los cuales los estudiantes experimentaban didácticamente con “ponerse en el lugar del otro” a través de pedagogía de roles, pueden ser algunos ejemplos de estos espacios alternos de formación para contextos particulares. De igual forma, varios académicos señalan que en el contexto posterior a un conflicto armado las responsabilidades primordiales de las instituciones de educación son la de crear cohesión social, desarrollar un sentido de confianza en común, promover un espíritu de colaboración entre los antiguos antagonistas para edificar la paz local y, sobre todo, propender por la reconciliación entre los diferentes sectores de la sociedad que antes estaban en pugna. De esto se deriva la importancia de crear nuevos modelos pedagógicos que per-

mitan llevar a buen puerto las exigencias de estas responsabilidades. Uno de los mayores aportes que podría hacer la academia sería la de participar decididamente en la prevención del resurgimiento de nuevos conflictos armados, lo cual subraya la importancia de este actor social para lograr la normalización de las condiciones de vida de los afectados por la guerra. Así, el segundo reto de la academia es el de poder fomentar la confianza e integración entre excombatientes y ciudadanos en sus aulas de clase y en sus procesos de formación, de modo que esto permita consolidar el respeto al otro, ayudando entonces a reconstruir las relaciones sociales rotas. Aquí es importante enfatizar, aún más, el papel determinante de las instituciones educativas para restablecer el sentido de ciudadanía y pertenencia colectiva a la sociedad, tanto de los excombatientes como, sobre todo, de las víctimas del conflicto armado a través de la participación en procesos de formación. En palabras mayores, y para concluir, el principal reto de la academia es asumir su responsabilidad histórica de ayudar a que las posturas radicales presentes en la sociedad se transformen en espacios de discusión respetuosos, que conlleven, así, a que esa otrora “cultura” que impuso la guerra ceda su lugar en la vida cotidiana gracias, entre otras cosas, al trabajo realizado en aulas de clase y en procesos de formación. Las democracias resultantes de los conflictos armados que tuvieron una fuerte presencia militar, como la colombiana, se pueden consolidar de una manera menos incierta en la medida en que la universidad en plural ayude a jalonar procesos que permitan recuperar la naturaleza y el papel de los ciudadanos y los excombatientes en la reconstrucción social de su contexto inmediato. Aquí es donde se tendrá la más dura prueba: cómo lograr que las expectativas de Diana Marcela, Johana, Mayerli (junto con los de otros cientos de excombatientes y las miles de víctimas) ayuden a construir un país más plural, incluyente, equitativo y respetuoso de la diferencia. UNIVERSIDAD EAFIT

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Actualidad

movilización pedagógica para que desde el diálogo abierto, y desde el respeto a la diferencia, se puedan construir espacios alternos de formación, como una medida necesaria para reparar las capacidades de diálogo que fueron completamente resquebrajadas por las dinámicas propias de la guerra. En suma, la cimentación de esos nuevos espacios de formación pasa por revindicar el valor de la palabra del otro, de la de uno mismo, y las implicaciones de esa “otra palabra” en la construcción de la vida en sociedad.


Foto: Andrés Arroyave

Vuelco: la voz de otra Colombia

“Fundirse, desaparecer. La idea es volverse liviano, muy liviano, para entrar en la historia del otro, hasta el punto en que no se dé cuenta de que estás ahí”. Esta es una crónica multimedia escrita por Sara Ruiz, egresada de Comunicación Social de EAFIT, quien en septiembre de 2016 viajó a los Llanos del Yarí (Meta) a la última convención de las Farc. Se trata de un documento periodístico que combina varios formatos.

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Egresada del pregrado en Comunicación Social de EAFIT

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Foto: cortesía Sara Ruiz

ntonio sabe algo que yo no sé: cuántos anillos tiene cada planeta del sistema solar. “En las Farc nos lo enseñan todo”, susurra y sonríe. Levanta la mirada, que es como la mía, de veinteañero con ganas de comerse el mundo. Me entrega una hoja de cuaderno rayada con tinta roja y azul: es un examen de geografía, calificado con una “B” que pudo ser “E” si el tiempo le hubiera alcanzado para responder las 10 preguntas planteadas por el profesor. Para dar con Antonio hay que viajar un día entero hasta los Llanos del Yarí, en el límite entre Meta y Caquetá. Aunque él hace parte del frente 15 del bloque sur de las Farc, viajó hasta el centro del país junto con 50 compañeros para participar en la Conferencia que en toda la historia del grupo guerrillero estuvo más cerca de ser la última (septiembre de 2016).

Retén La vereda donde se ubicó el campamento del frente 15 es un llano de pasto seco que cobijan estrellas fugaces y lluvias torrenciales, a siete horas de San Vicente del Caguán, un poblado donde motos y camiones levantan el polvo, y la humedad lo adhiere a la piel.

En el camino hay dos retenes: uno del Ejército, a dos kilómetros de San Vicente, en la Y de Campohermoso, que divide el camino hacia Brisas del Diamante y el municipio de La Macarena; y otro de la guerrilla, en medio de la selva del Yarí. Acosta vigila en el primer retén. Es boyacense, de cara rosada y cinco años de servicio militar en Caquetá. Juega con su fusil mientras habla, como si tuviera un tic nervioso, como si no le gustara conversar por mucho tiempo. El rifle es igual al que portan los guerrilleros del segundo retén. Recuerdo el de Gilbert: un Galil 223 que le robó a un policía durante una emboscada y que, aunque está cargado, hace meses no lo utiliza. Me explicó cómo se arma y se desarma, pero no le puse atención. Me concentré en el cargador lleno de balas que manipulaba con maestría. Me regaló dos. Dos disparos menos. Mientras su compañero pide cédulas o pasaportes encerrado en una trinchera, Acosta cuenta que el acuerdo de paz con las Farc no marcaría ninguna diferencia en su vida. Su rutina seguirá siendo esperar, bajo el sol de los llanos, que llegue su mes de vacaciones para regresar a Boyacá.

Dantas En Caquetá, además de vacas, hay venados, capibaras y dantas, que están en vía de extinción. Hay letreros en la carretera: para quien cace una danta, un millón de pesos de multa. Firma, Junta de Acción Comunal. Las dantas “son muy sabrosas y muy mansitas”, dice Luis Fernando, quien hizo varios trayectos en chiva de San Vicente a El Diamante con motivo de la Décima Conferencia Guerrillera. Su trabajo era verificar que ningún pasajero despistado se quedara en las paradas; y bajarse y pisar la carretera empantanada en la oscuridad para asegurarse de que el vehículo no se atascara. A Luis Fernando le gusta comer dantas. Tiene 29 años, trabaja en la ebanistería de su papá y solo ha salido de Caquetá una vez, cuando clasificó a un concurso de UNIVERSIDAD EAFIT

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Actualidad

Sara Ruiz Montoya


La voz de la autora

Foto: cortesía Sara Ruiz

"Quise adentrarme –así fuera por pocos días – al corazón de las Farc. A conversar con guerrilleros rasos, a comer como ellos, a dormir como ellos, a vivir como ellos. El acuerdo de paz estaba a punto de refrendarse. Era la oportunidad para conocer lo que tantos en mi entorno se reducen a señalar". "Me fui para los Llanos del Yarí el 16 de septiembre de 2016. Era viernes. Salí de Bogotá en un bus al final de la tarde. Llegué a San Vicente del Caguán, Caquetá, el sábado al mediodía. Una chiva llena de periodistas arrancó desde el pueblo a las dos, y llegó a la vereda El Diamante, donde se llevaba a cabo la Décima Conferencia guerrillera, casi a la medianoche". Palabras de la egresada Sara Ruiz sobre su trabajo periodístico.

matemáticas y el examen final era en Zipaquirá. Luis Fernando votó sí en el plebiscito porque “todos merecemos una segunda oportunidad”.

Caleta Los guerrilleros son buenos anfitriones. Dieron a más de 200 periodistas la opción gratuita de dormir en sus dos campamentos: uno del bloque sur, otro del oriental. Antonio se encargó de recibir y acomodar en sus caletas a periodistas, profesores y simpatizantes del partido comunista. Él le asignó a cada uno camas con toldillo, sábanas y cobijas con olor a algodón y poliéster nuevos. Ofreció tres comidas diarias y explicó el funcionamiento de las letrinas: hoyos en la tierra para orinar y zanjas largas para los residuos sólidos, rodeados de costales verdes y una puerta de palos y cabuya. La primera noche que pasé en el campamento, un periodista borracho me despertó. Alegaba que la caleta donde estaba era suya. Quería que me levantara y me fuera a buscar otra. Me amenazó con llamar al comandante, pero se quejó con Antonio. Él no le hizo caso, le asignó otra cama. Nadie me dijo nada, el borracho nunca tuvo rostro para mí. 38

Nícol A Antonio le gusta la economía “porque habla del pan de nosotros, de cada día. ¿De qué sirve tanta plata, si no hay qué comer?” La mascota del campamento del frente 15 se llama Nícol y es un conejo gris, blanco y marrón. Se acurruca en los brazos de cualquier guerrillero y come lo mismo que ellos: arroz y legumbres. A nadie se le ocurriría comerse a Nícol. No hace falta. Hay una despensa que la ecónoma del grupo, Margot, manda a surtir cada 20 días al caserío más cercano. Ella es quien determina qué se cocina y qué se necesita para que 50 combatientes no tengan hambre. Una libra de arroz alcanza para cinco personas, y se come todos los días con plátano y pasta, carne o lentejas. El mercado de un día para cinco guerrilleros vale 30.000 pesos en promedio. El de un mes, para 50, vale más o menos nueve millones de pesos. El conejo descansa boca arriba contra el pecho de Humberto, un enfermero empírico de 40 años que lleva 25 en la guerrilla. “A mí no me reclutaron las Farc. Me reclutó el Estado”, dice. Los ojos de Humberto no tienen ningún brillo. Aunque su familia está de acuerdo con su lucha, la extraña cada diciembre. “Cuando me movilice quiero vivir en una finca, en Caquetá,


Actualidad Foto: cortesía Sara Ruiz

y ejercer la enfermería que aprendí aquí, en las filas farianas”. Antonio, por su parte, llegó a la guerrilla porque, dice, nunca tuvo educación. A eso de las nueve, en la ranchería del campamento se cocina caldo de verduras: la media mañana de guerrilleros y periodistas, y el desayuno de Nícol.

Moscas Cada campamento guerrillero tiene su propio caño, que hace las veces de ducha, lavadero, lavamanos y lavaplatos. Está construido con tablas y un plástico negro que hace que el agua limpia circule separada de la usada, que corre hasta desembocar en una quebrada más grande. El caño del frente Oswaldo Patiño, del bloque oriental, a dos kilómetros del campamento de Antonio, no es así. Es una quebrada cristalina, no muy profunda, que sirve de piscina durante las tardes. En la orilla, guerrilleros y visitantes, durante los días del evento, jugaron y compartieron jabón rey para quitarse el sudor y el polvo. La Décima Conferencia fue toda una puesta en escena para periodistas, que rodearon como moscas cualquier manifestación humana de la guerrilla, como los baños de

quebrada en pantaloncillos y brasier, las vestimentas y accesorios con motivos de Manuel Marulanda y Jacobo Arenas, y las parejas de novios de hace años que se conocieron en las filas farianas. A eso se sumó la restricción de entrada a la prensa a las reuniones de la cúpula guerrillera. Cuando avalaban el ingreso, no se hablaba de ningún tema trascendente, o las subcomisiones estaban reunidas aparte. Para conocer información concreta del secretariado había que solicitar entrevistas mediante un formato escrito o camuflarse, sin credencial, entre guerrilleros. De lo contrario, podrían obtenerse testimonios como el que me dio Santrich después de un concierto de los Carrangueros de Ráquira: “Me imagino una Colombia donde, dentro de 10 años, los niños puedan correr libres por el campo”. Así, todo el peso de las cámaras y el destello de los flashes fue para combatientes rasos, que casi recitaban respuestas mecánicas entre sonrisas: “Llegué aquí porque quise”, “Estoy orgulloso de pertenecer a las Farc”.

Camarada “Uno debería llevar una vida con lo necesario”, dice Antonio. Imagino que se refería a la UNIVERSIDAD EAFIT

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Foto: cortesía Sara Ruiz

naturaleza y a cubrir las necesidades básicas a partir de lo que ella ofrece. Sin embargo, creo que la valentía de las mujeres podría medirse por el uso de las letrinas. Una noche me negué a usarlas y terminé por pedir el baño prestado a Pablo Catatumbo. Era la cabaña número cinco del complejo donde se instaló el secretariado, y no medía más de veinte metros cuadrados. Eran las diez de la noche, pude infiltrarme sin credencial de periodista. Catatumbo, tendido en un camarote de madera sin lijar, conversaba con Pastor Alape. Sin levantarse, me apretó la mano: “Adelante, compañera”. Señaló el fondo del chalet, donde estaba el sanitario. Continuó la conversación. Elogiaba agudeza y talento de las mujeres del comité de comunicaciones de las Farc. Fueron tres minutos. Solo recuerdo que la papelera del baño era una bolsa negra de basura, que la puerta del baño era una cortina de plástico y que en el lavamanos había un desodorante Speed Stick de gel y una loción de Yanbal. Afuera de la cabaña pasaba Yira Castro, comandante encargada del plan piloto de desminado. Me contó que lo que menos teme del posconflicto es la relación Ejército-Farc. 40

Según Yira, es posible –y ha visto– que un general y una guerrillera bailen en una fiesta, que un militar vaya como parrillero en una moto que conduce un miliciano, y que los dos bandos se reúnan para compartir una torta de cumpleaños. Pensé en Antonio: “Nosotros entendemos que nuestro enemigo no es el hijo de Santos ni de Uribe, ni los Ardila Lulle. Los que vienen a combatirnos son nuestros hermanos”.

Sueño En el campamento del frente 15 se instalaron dos cocinas que la guerrilla llama ranchas y siempre estuvieron funcionando: una para 50 guerrilleros y otra para 100 periodistas. A las siete se cocinaba el desayuno, a las nueve la media mañana, a las once el almuerzo, a las dos el algo, a las cuatro la cena… y alcanzó para todos. A Jhensy, de 20 años, le gusta trabajar en la rancha. Debía preparar alrededor de 20 libras de arroz y 15 de lentejas para el almuerzo de los invitados. Usa pañoletas de colores en la cabeza y un par de aretas de fantasía que no son de ella, son de las Farc.


Actualidad Foto: cortesía Sara Ruiz

“A veces nos llevan al pueblo más cercano y nos dan plata para comprar ropa de civil y accesorios. Aquí no solo nos dan uniformes, comida y fusil. Nos lo dan todo, para todos”, cuenta Jhensy. “En las Farc no hay bien privado”, dice Antonio. “América es nuestra. Somos nosotros los que debemos construir nuestro modelo económico, no copiarlo de afuera”. Él quiere vivir en una comunidad donde todo sea de todos. Habría utilizado para el servicio social el dinero que el Estado le diera una vez se desmovilizara. “Nosotros no nos vamos a desintegrar. vamos a seguir siendo un movimiento político, colectivo. Serviré en lo que me ordenen hacer. Si me ponen a repartir tinto, pues ahí estaré”. En 10 años, Antonio se ve como un profesional en medios audiovisuales, como fotógrafo y bailarín de tango. “Todo parece una utopía, pero los sueños se hacen realidad”. La primera ciudad que Antonio visite cuando se firme algún acuerdo y se dé la movilización será Medellín. Dice que quiere conocer el verde de las montañas y del estadio en un partido del Atlético Nacional.

Vuelco Mi teléfono quedó anotado, con letra de estudiante de primaria, en un cuaderno grapado con las tareas de Matemáticas, Historia y Geografía de Antonio. También con algunas notas y cuentos que escribe en soledad y que no comparte con nadie. Recuerdo las palabras de uno de los comandantes del frente 18, de Antioquia: “La guerrilla es una universidad”. Según él, la mejor de todas. Antonio prometió llamarme una vez se movilizara a la vida civil. La vida en la guerrilla corre al compás de la experiencia, de las conversaciones, de las sonrisas de personas que son iguales a mí. Allí está concentrada la energía de un mundo casi paralelo –la otra Colombia– donde quienes se sintieron sin derechos, como Antonio, conformaron su propio mundo, su ritmo de vida marcado por el sol, la lluvia, los animales y las necesidades del cuerpo. En las Farc conocí una lucha que no es mía pero es de los míos, una pelea de sangre que sé que se va a terminar y que, por la vía política, un día, valdrá la pena.

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Foto: Rรณbinson Henao


Cultura

No ha llegado el tiempo del silencio Acaba de tocar una serie de tres conciertos. Que se despedía, dijeron, pero no. La maestra Blanca Uribe Espitia todavía no ve dibujada la figura del silencio en su pentagrama. Mario Alberto Duque Cardozo

Estudiante de la maestría en Escrituras Creativas de EAFIT

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iene apenas 11 años. Acaba de interpretar el Concierto en Re Mayor para piano y orquesta, de Haydn. El público en el Teatro Ópera ¿aplaude? No, ovaciona. Interpretación magnífica, dice la reseña del concierto en el diario. Consagración como artista, anota el artículo de prensa. La niña pianista, la llaman. Es marzo de 1952. Un par de meses antes, en Bogotá, había recibido esa misma admiración, las mismas palmas batiéndose ruidosas en el Teatro Colón. Fue el piano el que me eligió, asegura ahora, a los 77 años y tras tantos conciertos como es posible concebir. Busca el recuerdo y lo trae al presente: las fiestas en la casa de su abuela, los hermanos Uribe reunidos, los amigos, la música. Su papá —¡Cómo lo adora!, se le nota. ¡Qué gran músico era!, dice— se pone al saxofón y le saca un par de notas, suficientes para que ella se emocione toda. Había guitarras, flautas, violines y vaya uno a saber cuáles instrumentos más en cada convite. Pudo haberse enamorado de cualquiera de ellos: de los de viento, de los de cuerda,

de los de percusión... Pero yo siempre llegaba a una casa y me paraba al lado del piano. Se estaba quieta, viéndolo tocar, sintiéndolo, embelesada por el sonido, por las teclas. —Bueno, parece que a la niña le gusta el piano —dijo la madre. —Piano será, entonces —respondió el padre. Pone los dedos sobre el escritorio de su oficina y los pasea sobre la superficie como si lo que tocara no fuera aglomerado sino el marfil de aquel piano vertical que quién sabe de dónde sacó su mamá y en el cual la abuela le impartió las primeras lecciones. Viejo, bellísimo, evoca. Hasta aquí puedo enseñarle yo, dijo la abuela, pero la niña quería y podía más. La memoria le trae sin problemas los nombres de quienes le revelaron los secretos escondidos entre madera y macillos. Es que tuve muchísima suerte, porque todos mis profesores fueron muy buenos: Elvira Pardo de Escobar, en Bogotá; el maestro Pietro Mascheroni, en Bellas Artes, ya en Medellín; doña Lucía Manighetti, quien le cambió el rumbo o quien se lo terminó de dar, mejor. UNIVERSIDAD EAFIT

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Foto: Róbinson Henao

Porque fue por ella, por la maestra Manighetti que Blanca Uribe Espitia está ahí, el piano en silencio esperando su entrada. Es, de nuevo, 1952. El Teatro Colón lleno, primero; el Ópera repleto, después. No recuerdo haber tenido terror, como lo siento ahora, que quiero irme corriendo antes de salir al escenario. Tiene clara la imagen, sí, de su madre angustiada porque sonaban los violines y los chelos y ella nada que ponía los dedos sobre el teclado. Mi mamá, tan nerviosa, pobrecita, se asustó cuando la orquesta empezó a tocar y yo nada que entraba. ¡Qué segundos largos, Dios, y la niña nada que toca! Y entonces la niña entró. Vivace. Un poco adagio, Rondo all’Ungarese. Y luego los aplausos, todos.

Música y soledad ¿Cuántas veces se habrá repetido la escena? El piano esperándola, con o sin orquesta. Y, de pronto, ella en el escenario y cientos de aplausos que la acompañan en su camino al instrumento. Lo mismo cuando tenía 11 años, que 23, 36, 40 o 76, siempre es lo mismo. Tal vez hay más cariño ahora, más admiración. Camina, hace una reverencia, agradece, sonríe al público (porque si hay algo que acompaña es la sonrisa y la risa, también), se acomoda en la banqueta y, antes de empezar a perseguir las notas con los dedos, presionando aquí, soltando allá, anuncia, De Luis A. Calvo, el vals Gentleman. Y, entonces, toca. Y está sola, como cuando, con 13 años, abrigo rojo y sombrero azul, aterrizó en el aeropuerto de Miami (Estados Unidos) para empezar el largo viaje musical que la llevó de ser una niña talentosa a convertirse en la maestra Blanca. Había que leer el diario de la época. Jueves, 26 de noviembre de 1953. Sección Ecos y comentarios (El Colombiano). Página cinco. La nota va firmada por Ra-Vel. Con especial satisfacción registramos el viaje que acaba de emprender la joven pianista Blanca Uribe E. a los Estados Unidos, en donde seguirá un curso de piano bajo la dirección de un renombrado profesor. Pero la 44

Blanca Uribe, maestra emérita de EAFIT, en El Ágora, espacio del campus universitario contiguo al Departamento de Música.

satisfacción es doble por el hecho que tendrá buena y saludable repercusión en nuestro ambiente cultural y por el sabio precedente que deja sentado.

Y ella, en cambio, varada en inmigración. Alguien, algún funcionario despistado, marcó en los papeles de ingreso que la niña Blanca Uribe Espitia era portadora de una ameba contagiosa. Le dieron dos opciones. La primera: devolverse por donde vino. Después de la gran despedida que me hicieron, de la niña pianista y la prensa, volver el día siguiente diciendo que tengo amebas, eso no era posible. La alternativa era ser recluida en un hospital. Cinco días le dijeron. Fueron diez. Resolvieron enviar un telegrama a Colombia,


Si la vida viniera con banda musical, en alguna parte alguien haría sonar la Suite Iberia, de Albeinz. Recuerda Blanca que su mamá habló con el filántropo. Le contó de su tío en Kansas, del conservatorio, de las dificultades de enviar para allá a la niña pianista. Y don Diego, el apasionado por Mozart, por Beethoven: —Arréglenle el viaje, que yo me hago cargo. Y con el viaje, la soledad ganó una discípula y el piano una maestra. Yo toda la vida he estado sola, pero no me he sentido sola. He tenido grandes colegas, maravillosos amigos. ¿Se siente sola aún? Ya no tanto, porque desde que me regresé a Colombia estoy rodeada de sobrinos, de hermanos y de hijos putativos. Pero esos años en Kansas, esos años en Viena (que sumaron una década de estudios, pa-

trocinados todos por Diego Echavarría Misas), esos años por fuera (más de 50, con regresos a menudo), los palió con libros y con el apoyo de la familia. Y con Schubert, Debussy, Haydn, Chopin, Stravinsky, Schumann, Mendelssohn... ¿Escoger uno preferido? Difícil, no tengo uno. Suelo pensar que la obra que estoy estudiando es mi preferida, ya vendrá otra. Tocar todas las sonatas de Beethoven me da una relación especial con él. Pero me encanta Mozart, me encanta Chopin. Y tarde en mi vida descubrí la música española y me encantaba tocarla. Si la vida viniera con banda musical, en alguna parte alguien haría sonar la Suite Iberia, de Albeinz, darle play a las grabaciones que ella hizo en Londres, reproducir el LP, hacer girar los reel-to-reel que la maestra guarda en su casa en El Retiro (Oriente de Antioquia).

El eterno retorno Es 20 de septiembre de 1971. Blanca está en Medellín para cerrar con su interpretación el Festival Musical de la ciudad. No tocó. En cambio, marchó en una multitud, vestida de negro, acompañando a Benedicta Zur Nieden de Echavarría, a doña Dita, a la viuda, como los acompañó en Cleveland, en donde quemaron los últimos cartuchos intentando salvar a Isolda. Recuerda ahora que habló con él esa tarde de su secuestro, aquel 8 de agosto lejano en el tiempo. Recuerda también que doña Dita le dijo: sé que te tienes que ir. Yo entiendo que te tienes que ir. Vete tranquila. Si algo pasa, no te devuelvas para Colombia. Pero ahí estuvo, en el cortejo fúnebre despidiendo a su mecenas, a su amigo. Él estaba en Viena cuando yo me gané un concurso, evoca la maestra. Es que lo que ellos hicieron por mí no hay manera de retribuirlo. Con la música, quizá. Es 15 de octubre de 1973. En la página cinco del diario El Colombiano, en la sección Notas Culturales firmada por Gabriel Villa Villa, invitan a un concierto de la genial pianista colombiana en el Pablo Tobón Uribe antes de viajar a Europa a cumplir importantes compromisos artísticos en Alemania, UNIVERSIDAD EAFIT

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Cultura

escueto como todos los telegramas: Familia Angulo invitome a su casa, pudo haber dicho. A que no adivinan dónde estoy, les escribió a sus padres en una carta que envió desde su reclusión en el pabellón de enfermedades contagiosas. Pero ese viaje empezó antes. Empezó, también, en aquel concierto del Ópera. — ¡Ay, la tiene que oír Diego, la tiene que oír Diego! —le dijo doña Sofía Echavarría Misas, la presidenta de la Orquesta. Y la oyó. En el teatro, primero. A mí me volvió a invitar la orquesta a tocar en 1953. Fue un concierto a principios de año y ahí, entre el público estaba don Diego, Diego Echavarría Misas. Toqué una obra de Mendelssohn y él fue con la niña a saludarme y me invitó a su casa. Hasta Sucre arriba, ya llegando a la iglesia de Manrique, llegó la limusina para llevar a Blanca a El Poblado. Ya te podrás imaginar esa llegada al Castillo. Esas cosas sí no se olvidan nunca. Los conciertos sí. Pero eso: ¡las fuentes, Isolda, doña Dita! Estaba además un chelista que venía mucho a Colombia, Adolfo Odnoposoff, con su esposa, pianista. Le pidieron que tocara y tocó. ¿Qué? La memoria no le trae el recuerdo completo.


Foto: Róbinson Henao

La maestra Blanca Uribe es una de las docentes que le ha dado vida al programa de Música en EAFIT. En esta imagen aparece la noche en que recibió, en marzo de 2017, el premio El Colombiano Ejemplar.

Cuando volví de Estados Unidos la primera vez aterricé en el Olaya Herrera y vi esa belleza de montañas, que en ese entonces no estaban llenas de casas. Siempre habían estado ahí, pero solo entonces las vi de verdad, y desde ese momento fueron como una añoranza.

Inglaterra y otros países. Hay entusiasmo en el público melófilo de Medellín, escribe el articulista. Es 25 de julio de 1983. El diario anuncia que Blanca Uribe tocará en el Pablo Tobón Uribe a favor de Medicáncer. Valor de las boletas: $800, $600, $400 y $200. Soy una esclava del piano, titula una entrevista con la maestra en esa misma edición. ¿Lo es aún? Le he ido mermando un poquito. Es que este no es solo un trabajo intelectual, de conocer, de estilos... Es un trabajo físico. Los conciertos me los sé, los tengo aquí, en la cabeza, pero hay que estudiarlos. Pero eso también lo hace interesante. Es 12 de julio de 1985. La pianista ha vuelto a la ciudad para el Concierto No. 7 de la Orquesta Sinfónica de Antioquia. Se celebran los 40 años de esta institución. El programa, que la tiene como solista, está compuesto 46

por la Obertura para un festival académico. Op. 80. de Brahms; Concierto N° 4. en Sol Mayor, Op. 58. para piano y orquesta, de Beethoven, y la Sinfonía N° 4. en Fa Menor. Op. 36, de Tchaikovsky. Blanca Uribe lleva ya 32 años fuera de Colombia. Es 5 de marzo de 1991. La página Cultural del diario anuncia el concierto a cuatro manos de Blanca Uribe y Harold Martina en el Teatro Metropolitano. Interpretarán a Mozart y Stravisnky. Es 15 de agosto de 1996. Hay un homenaje musical para el crítico de cine Luis Alberto Álvarez y la encargada del recital es Blanca Uribe. Es 17 de octubre de 2002. ¡Qué manera de estar presente, Blanquita! En la foto se la ve sentada junto a Teresita Gómez, ensayando para el concierto de celebración de los 50 años del Teatro Pablo Tobón Uribe. Tocaba más lejos de su tierra, sin duda.


Como aquella vez que se presentó con la Orquesta de Filadelfia. O aquella otra con la de la Radio de Berlín, cuando las emisoras aún tenían sus propias orquestas. Allí toqué uno de los instrumentos más bellos que yo he tocado. Fue el cuarto concierto de Beethoven. Pero le hacía falta Medellín. Cuando volví de Estados Unidos la primera vez aterricé en el Olaya Herrera y vi esa belleza de montañas, que en ese entonces no estaban llenas de casas. Siempre habían estado ahí, pero solo entonces las vi de verdad, y desde ese momento fueron como una añoranza. El camino de regreso a la ciudad estaba sembrado con migas de pan de la docencia.

La maestra Ahí está la alumna de Elvira Pardo, de Mascheroni, de Lucía Manighetti, de Wiktor Labunski, de Richard Hauser, de Rosina Lhevinne, de Martin Canin. La estudiante de la Academia de Música y Arte Dramático de Viena y de la Escuela Juilliard de Nueva York es ahora docente. Estoy dando clases desde 1968. Empecé en una escuela que era para niños de 4 a 80 años, decía su director. Necesitaba un trabajo y admito que no empecé como maestra por pasión, pero ha sido una pasión que ha crecido conmigo. Compartió su saber en el Vassar College de Nueva York, en la Universidad de Nueva York y en la Escuela Eastman de Rochester. Y ahora, en EAFIT. La tentó con un par de clases magistrales la maestra Cecilia Espinosa Arango, cuando la Universidad abrió su programa de Música. Y Blanca, que siempre pensó en volver, en vivir entre montañas, cayó en la tentación y aquí sigue. Es 23 de febrero de 2017. El maestro Andrés Orozco dirige. La orquesta es la Filarmónica de Bogotá. La pianista es Blanca Uribe. Dijeron que eran sus conciertos de despedi-

da, pero no, imposible, no puede. Acusa cansancio, es cierto. La música de cámara, con colegas, con violín, con chelo... Eso uno lo puedo dejar. Me encanta sentarme al piano a estudiar. Me gusta estar con el instrumento, pero a veces quiero hacer otras cosas. Leer, pasear a Sisi y a Eco. A pesar de tocar durante tantos años, la memoria... Hay que concentrarse más para que no se nos olvide nada. Yo, que me paso buscando las gafas todo el día. Pero cede, se deja convencer y vuelve al escenario. Estudié con tantísimo placer. Y sí, fue una sensación muy bonita, una energía muy bonita sentir otra vez al público. Vuelve a poner los dedos sobre el escritorio, piano, pianissimo, pianississimo.

Sus lecturas ¿Cómo se escapa uno de la soledad? Leyendo. Ese es un camino. La maestra Blanca Uribe lo descubrió y lo anduvo. “La primera vez fue en el colegio, en Estados Unidos. Tal vez estaba en primero o segundo de bachillerato. Se me apareció Dickens, se me apareció Grandes esperanzas”. Y siguió leyendo. Se tragó completo al buen Charles. En Viena no paraba de leer en inglés. Y luego intentó leer en alemán. “Iba al Burgtheater, que es una belleza, para ir a ver las grandes obras: Goethe, Schiller... No entendía ni la cuarta parte, pero era un gusto oír el idioma”. La lista se le hizo larga. “Empecé a leer cositas: Stefan Zweig. Me quedé como seis meses leyendo un par de páginas de Thomas Mann. Herman Hesse. García Márquez. Laura Restrepo. Me enamoré de Gardeazábal hace muchos años. Agatha Christie. Me acuerdo de los rusos, de leer El maestro y Margarita, de Bulgakov. Y de Dovstoievski, también. Para que vea que era sofisticadita de vez en cuando. La hija de Galileo, de Sobel. ¡Qué libro tan bello!”.

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Cultura

Es 23 de febrero de 2017. El maestro Andrés Orozco dirige. La orquesta es la Filarmónica de Bogotá. La pianista es Blanca Uribe. Dijeron que eran sus conciertos de despedida, pero no, imposible, no puede. Acusa cansancio, es cierto.


La información en la era de la posverdad: retos, mea culpas y antídotos Juliana González-Rivera

Docente del pregrado en Comunicación Social de EAFIT

Tanto se ha querido decir en el último tiempo con el concepto posverdad que es necesario detallar qué abarca su espectro.

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eguro que cuando el dramaturgo Steve Tesich utilizó en 1992 el término posverdad, en un artículo para la revista The Nation, no se imaginó que 15 años después el neologismo sería incluido en el diccionario. El texto describía lo que el autor llamó entonces “Síndrome Watergate”, por el cual los escándalos y las revelaciones sobre la presidencia de Nixon, la administración Reagan o la guerra del Golfo no generaban indignación en los norteamericanos sino, por el contrario, una especie de desprecio por las verdades incómodas. “En lugar de mirar los hechos, nos distanciamos de la verdad. Asociamos ‘verdad’ con ‘malas noticias’ –y no queríamos malas noticias–, olvidando lo vitales que son para la salud de la Nación”. Tesich concluía que las implicaciones para el futuro de Estados Unidos serían terribles: “Antes, los dictadores debían trabajar duro para suprimir la verdad. Pero nosotros, con nuestras acciones, les estamos diciendo que eso ya no es necesario. Como seres libres,


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En la era de la información, ¿quién dice la verdad?, ¿o no hay verdad?, ¿o cuántas verdades existen?

El término pretende describir la conmoción que han supuesto el Brexit, la derrota de Hillary Clinton y el triunfo del No en el Plebiscito por la paz en Colombia, acontecimientos que sobrepasan las expectativas racionales y responden más a cuestiones emocionales que a la razón o la lógica.

hemos decidido libremente que queremos vivir en el mundo de la posverdad”. Sus palabras resultaron visionarias. Parecen escritas para el periódico de esta mañana. Y así lo confirmó en noviembre pasado la Oxford University Press al elegir ‘post-truth’ como la palabra del año, para “denotar circunstancias en que los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal”. El término pretende describir la conmoción que han supuesto el Brexit, la derrota de Hillary Clinton y el triunfo del No en el Plebiscito por la paz en Colombia, acontecimientos que sobrepasan las expectativas racionales y responden más a cuestiones emocionales que a la razón o la lógica. The Economist lo

explicaba en su artículo Art of lie, a propósito del resultado de las elecciones americanas: “Donald Trump es el máximo exponente de la política ‘posverdad’: una confianza en afirmaciones que se ‘sienten verdad’ pero no se apoyan en la realidad”. Entre otras razones, el término fue elegido porque su uso aumentó dos mil por ciento respecto al año 2015. Alex Grijelmo indica que el prefijo post (abreviado en pos) se usa para denotar una situación ya superada, pero no necesariamente desaparecida: “así, al mencionar ‘la era posindustrial’ no se pretende señalar que no existan industrias, sino que ese sector dejó de ejercer su papel fundamental. De igual modo, era posverdad no significa que la verdad se haya evaporado, sino que ha dejado de ser prioritaria”. UNIVERSIDAD EAFIT

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La verdad, entonces, se volvió incómoda para la opinión pública.

Ejemplos Los ejemplos de posverdad son muchos. Solo en el último año, en los Estados Unidos circuló un falso certificado de nacimiento de Barack Obama, según el cual el presidente no habría nacido en Hawái sino en Kenia. A su vez, la extrema derecha, para desacreditar el Obamacare, proclamó la existencia de un “comité de la muerte”, un supuesto grupo de médicos que podía decidir, por su cuenta, practicar la eutanasia a enfermos crónicos y ancianos en los hospitales. También tuvo mucho eco un supuesto mensaje en el que el Papa Francisco pedía el voto por el candidato republicano (960.000 likes y compartidos), otro que aseguraba que Bill Clinton había violado a una niña de 13 años y uno más según el cual Hillary estaría involucrada en varias 50

muertes, entre ellas la de un agente del FBI que había filtrado sus correos electrónicos.

Ahora la gente se informa por Facebook, a través de lo que otras personas comparten, lo que se puede comparar con lo que antes era el "dicen por ahí", y esas fuentes casi nunca son confiables. En Colombia, por Facebook y WhatsApp, circularon cadenas que afirmaban que, de ganar el Sí, cada colombiano tendría que adoptar un secuestrado, que Timochenko sería candidato presidencial y que los votos del No serían cambiados gracias a los lapiceros borrables que se instalarían en las mesas de votación. También se alegaba una supuesta ideología de género en el Acuerdo de paz, que


La verdad en los tiempos de Facebook y Twitter Una de las razones que explican la propagación de contenidos dudosos tiene que ver con cuestiones psicológicas y de dinámicas de redes. Investigadores como Yochai Benkler, de la Universidad de Harvard, apuntan a que los seres humanos con intereses afines tienden a encontrarse –hoy ayudados por las plataformas sociales en Internet–, y crean clústeres en los que grupos de individuos, con informaciones acomodaticias, ratifican entre sí sus creencias descartando los datos que apuntan en direcciones opuestas a sus prejuicios. Esto genera burbujas de información en las que solo ven contenidos afines a sus pensamientos y sus amigos. Y esto preocupa, especialmente, cuando estudios como los del Pew Research Center confirman que el 62 por ciento de las personas emplean las redes sociales para informarse. Como explica Bill Maher, comentarista político estadounidense, antes los ciudadanos iban a los periódicos, se informaban en la prensa tradicional, porque sabían que en las redacciones se diferenciaba claramente la verdad de la ficción, porque había gente que había estudiado para hacer ese trabajo. Pero ahora la gente se informa por Facebook, a través de lo que otras personas comparten, lo que se puede comparar con lo que antes era el “dicen por ahí”, y esas fuentes casi nunca son confiables. En vez de lo que se produce en una sala de redacción, se fían de lo que comparte una tía, una prima o un desconocido. Y esas mismas personas creen que si una noticia es relevante, ya los alcan-

zará. Pero no es cierto, ya que en las redes esa noticia importante compite con memes, fotos de cumpleaños, payasos locos, videos virales y algoritmos. De hecho, hay estudios que confirman que, durante la recta final de la campaña presidencial en los Estados Unidos, las noticias falsas tuvieron más comentarios, ‘me gusta’ y compartidos que las noticias reales. Investigadores como Filippo Menczer, del Observatorio de Redes Sociales de la Universidad de Indiana, concluyen que ya no hay casi ninguna diferencia entre la popularidad de artículos desinformativos y artículos con información fiable. El número de shares es prácticamente el mismo. En otras palabras, no hay ninguna ventaja en decir la verdad. Además, hay otros datos que resultan todavía más alarmantes: según informa también el Pew Research Center, el 23 por ciento de las personas admite haber compartido noticias que luego resultaron falsas, y el 14 por ciento a sabiendas de que lo eran. Y todo esto sucede apenas unos meses después de que Facebook despidiera a los 18 editores que seleccionaban las noticias destacadas en el timeline de sus usuarios en favor de un algoritmo para hacer ese trabajo. La plataforma fue acusada de influir en el resultado de las elecciones por ser una de las principales plataformas para la difusión masiva de noticias falsas. Y aunque Mark Zuckerberg, en principio, intentó distanciar a su plataforma de la polémica, ha terminado sumándose a los esfuerzos de Google para impedir la publicidad de páginas web que promueven bulos informativos, así como los grandes medios han fortalecido sus equipos de verificadores de datos. Es verdad que las noticias falsas por sí solas no explican el resultado del Brexit, a Trump o el No, pero sí es claro que la dieta informativa ha resultado determinante.

La verdad, ¿irrelevante? El triunfo de la posverdad ha llevado a muchos analistas a hablar de un cambio de paUNIVERSIDAD EAFIT

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este implicaba una eliminación de subsidios a los más pobres y que una supuesta ley Roy Barreras obligaría a aportar el 7 por ciento de la pensión para el sostenimiento de las bases guerrilleras. Todo falso, que en estos tiempos no sobra repetirlo, pero mentiras orquestadas desde las altas esferas y que millones de ciudadanos creyeron y ayudaron a difundir en cada muro de sus redes sociales.


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Es verdad que las noticias falsas por sí solas no explican el resultado del Brexit, a Trump o el No, pero sí es claro que la dieta informativa ha resultado determinante.

Muchas audiencias se informan en redes sociales, lo que puede hacer más propensa la posibilidad de ser engañados, pues en esos canales se promueve información falsa.

radigma. Es cierto que el embuste informativo ha existido siempre –como recordaba un periodista hace poco, los sofistas griegos ya eran maestros en manejar el lenguaje para demostrar que el veloz Aquiles nunca podría alcanzar a la tortuga–, pero sí preocupa el hecho de que la verdad parece haber dejado de ser relevante. Mucho de lo que hoy se afirma como verdadero ya no tiene ninguna base en la realidad y abundan los supuestos expertos dispuestos a demostrar cualquier afirmación por dinero, cercanía con el poder o posibilidad de influencia, mientras el resto difunde esos bulos por ignorancia. 52

Si estamos de acuerdo en que la democracia y la libertad se basan en la evidencia y la verdad, el periodismo y su misión de informar cobran de nuevo toda su importancia. De hecho, la prensa es una de las pocas instituciones –junto con la ciencia, la justicia, y el sector educativo– que puede realmente construir defensas sólidas contra los peligros que conlleva la posverdad, entre estos la manipulación, la alienación, la aniquilación del pensamiento crítico y las derivas autoritarias que desembocan luego en totalitarismos. Ante una sociedad emocional que actúa y vota por miedo, rabia, descontento, proteccio-


David Alandete: “un algoritmo nunca podrá hacer periodismo, pero puede aprender a identificar a aquellos que lo hacen, por el bien de todos”. El problema es el periodismo, en la pelea por la rentabilidad y los clics, que también ha incurrido en el favorecimiento de la emotividad de la audiencia en detrimento del pensamiento crítico. Los contenidos pasaron a ser menos importantes que sus efectos virales. Como escribió Martín Caparrós en El País, comunicar, contar, analizar y hacer preguntas ha dejado de estar antes que el tráfico. Craig Silverman, editor de BuzzFeed Canadá, explica que muy a menudo las organizaciones de noticias han contribuido en la propagación de falsedades y contenidos dudosos, polucionando el flujo de información digital, necesitados igualmente del tirón de la viralidad. También The Economist, en su artículo Yes, I lie to you, lo explicaba: “La fragmentación de las fuentes informativas ha creado un mundo atomizado en el que las mentiras, los rumores y los chismes se propagan a una velocidad alarmante. Las mentiras que se comparten ampliamente en las redes sociales, cuyos miembros confían más en sus iguales que en cualquier medio de comunica-

ción, adquieren rápidamente la apariencia de verdad. Las supuestas evidencias hacen que la gente descarte rápidamente los hechos para creer en esas que ratifican creencias muy solidificadas. Y la falsa objetividad del periodismo tampoco ayuda. En aras de ese equilibrio, muchas veces se incurre en el error de dar el mismo espacio a la verdad y a la mentira. Y según eso, todo es relativo. Todo es opinable. Y es la sociedad la que paga el costo”.

¿Qué hacer entonces? Es cierto que en la elección de Donald Trump la prensa tiene gran parte de responsabilidad. Las cadenas de televisión y periódicos norteamericanos le dieron al candidato la mayor exposición mediática en la historia de Estados Unidos: cubrieron cada rally de campaña; lo hicieron ver como presidente antes de serlo y, durante las primarias, recibió tres veces más cobertura que el resto de los candidatos republicanos y el doble que Hillary Clinton y Bernie Sanders juntos. Esto, sumado a la guerra de los clics, sus errores históricos y su aporte en la contaminación del flujo informativo, obliga a la prensa a hacer un mea culpa y todos los esfuerzos para recuperar el respeto del público. Pero la solución al problema de la posverdad no pasa solo por los periodistas. La responsabilidad recae también en las redes sociales. Facebook, Twitter y compañía deberán ser más transparentes respecto a sus algoritmos y trabajar de la mano de profesionales de la información –ya empiezan a hacerlo– para incorporar fórmulas que refuercen menos las creencias de los usuarios en pro de más información basada en hechos. Algoritmos que eviten la propagación de noticias falsas y privilegien los contenidos de quienes invierten en sus contenidos, que someten sus productos mediáticos a controles de calidad y rinden cuentas. Como escribe David AlanUNIVERSIDAD EAFIT

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nismo e inconformidad, ante el fracaso de los líderes tradicionales, dirigentes que no dicen la verdad y ciudadanos a los que hace tiempo les dejó de importar la cosa pública, la prensa debe recuperar su histórico papel de Cuarto poder, pero, primero, la confianza y credibilidad que le ha perdido el ciudadano. Ante las mentiras que crean una imagen falsa del mundo –armas en Irak, teorías conspiratorias, manipulación del ciudadano en procesos electorales– está llamada a posicionarse de nuevo como fuente primera, fiable y competente por encima de blogs anónimos, portales seudoinformativos y fuentes de calidad cuestionable.


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dete: “un algoritmo nunca podrá hacer periodismo, pero puede aprender a identificar a aquellos que lo hacen, por el bien de todos”. A su vez, los ciudadanos deben asumir su responsabilidad como usuarios, hacer un esfuerzo adicional al consumir y producir en las redes sociales. Antes de compartir un contenido deben preguntarse: ¿Alguien ha verificado esta información? ¿Es esta una fuente primaria y confiable o, por el contrario, tiene algún interés involucrado en la noticia? ¿Suele, este medio de comunicación, corregir informaciones tendenciosas o equivocadas o más bien insiste en contenidos ambiguos o teorías conspiratorias? Como recuerda Brooke Borel, periodista científico norteamericano, todos deben recordar que cada que se da un Me gusta nuestros contactos se convierten en audiencia de ese contenido. Un clic es una firma. Un signo de aprobación. Y las cosas empezarán a cambiar si no se pierde de vista ese postulado.

Motivos para el optimismo La verdad ha perdido valor. La gente es cada vez más indiferente a las evidencias, las prue54

bas, los hechos comprobados. Es cierto. Pero quizá aún queden razones para no ser tan pesimistas. En contraste con el auge de las noticias falsas, a finales de enero, The New York Times confirmaba que había sumado, a sus casi dos millones de abonados a su edición digital, casi trecientos mil nuevos suscriptores en el último trimestre de 2016, un crecimiento del 19 por ciento respecto al trimestre anterior. También The Wall Street Journal añadió 113 mil lectores en ese mismo periodo. El número de suscriptores del Financial Times subió un 6 por ciento y canales como CNN y MSNBC ven crecer sus índices de audiencia en casi un 40 por ciento, según informa Nielsen. A su vez, las voces de los ciudadanos se escuchan cada vez con más fuerza y parecen sumarse al desafío. Sucedió con la marcha multitudinaria de mujeres tras la posesión de Donald Trump, las manifestaciones de cientos de personas frente al edificio del NYT declarándole su apoyo tras los ataques del presidente vía Twitter o los cerca de 80 millones de dólares en donaciones que recibió la Unión Americana de Libertades individuales después de las elecciones, cuyo número de miembros también se ha casi duplicado desde entonces. Como escribe Joseph Stiglitz, la luz de esperanza en el nubarrón Trump está en este nuevo sentido de solidaridad con respecto a los valores fundamentales, tales como la tolerancia y la igualdad, que ahora se sustentan por la toma de conciencia del fanatismo y misoginia. Pero quizá el primerísimo primer paso consista en volver a llamar las cosas por su nombre, y en vez de hablar de posverdad o aceptar los hechos alternativos que propone la jefa de prensa de la Casa Blanca, volver a hablar de bulo, estafa, falsedad y mentira. Porque de lo contrario sucederá como en el 1984 de George Orwell, cuando el pueblo aceptaba que el Ministerio de la Verdad reemplazara oscuridad por inluz o inoscuro, caliente por infrio e inbueno para decir malo, con el fin de “no es aumentar, sino disminuir el área del pensamiento, objetivo que puede


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Si la verdad deja de importar, su poder para resolver los problemas de una sociedad se ve realmente perjudicado. conseguirse reduciendo el número de palabras al mínimo indispensable”. Porque no puede olvidarse que es precisamente el lenguaje el que posibilita el raciocinio y que en la verdad está una de las bases de la civilización y la democracia. Si la verdad deja de importar, su poder para resolver los problemas de una sociedad se ve realmente perjudicado. Como escribe Jonathan Freedland en The Guardian, ahora la gente trata los datos igual que a las opiniones: descarta las que no le gustan. Y si no importan los datos entonces tampoco puede existir el consenso: no se podría creer en nada de lo que se ve y todo podría ser una conspiración, un mito o un engaño. Siempre habrá quien diga que los muertos en Alepo o el niño rescatado allí son un montaje, y quien negará el cambio climático a pesar del grosor de las evidencias. Pero hay que hacer más esfuerzos para que sus mentiras y negación de la evidencia no tengan un altavoz tan vasto.

Y no es el tiempo de seguir hablando de la muerte del periodismo sino lo contrario: del periodismo con futuro, con profesionales capaces de asumir todos estos desafíos. Menuda contradicción sería que, en la Sociedad de la información, se continuase más desinformados que nunca, o no tuvieran cabida los profesionales de la información. Como dijo el escritor David Roberts, en un partido se necesitan referees, no todos pueden ser jugadores. Hace tiempo que distintas teorías posmodernas y otras más antiguas empezaron a cuestionar la verdad en favor de una versión más plural y relativa. Pero la realidad –esa palabra que Nabokov decía que no significaba nada sin comillas– no es sinónimo de verdad, hechos y datos. La realidad puede ser múltiple, porosa, ambigua, pero no así los hechos y los datos. Esos son simples, obvios, inmodificables. El agua sigue mojando. El sol sale todos los días. UNIVERSIDAD EAFIT

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EAFIT y Purdue, una amistad tejida desde la academia 56


Paula Andrea Colorado Chávez

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El fortalecimiento de capacidades que empezaron en temas de ingeniería, pero que han migrado hacia otras áreas del conocimiento como tecnología, educación y ciencias, es solo un ejemplo de lo que han sido cerca de siete años de una alianza estratégica que ha permitido el trabajo colaborativo entre docentes, investigadores y estudiantes de las universidades EAFIT y Purdue (Estados Unidos). Ahora son dos instituciones amigas.

aime Alejandro Pérez Heredia empezó a escribir su historia laboral y a culminar su historia académica, en el ámbito de la supercomputación, siendo estudiante de Ingeniería de Sistemas de EAFIT. Hoy, ya como egresado y enfocado en temas de desarrollo web para la empresa danesa Jysk Fynske Medier, mira atrás y reconoce que fue gracias a la alianza entre EAFIT y una de las universidades más importantes de los Estados Unidos como se impulsó su presente profesional. Aunque hoy el trabajo de Jaime no se relaciona con el súper cómputo, fue a través de esta área como logró expandir sus horizontes académicos, gracias a la materialización de la alianza entre EAFIT y un socio internacional interesado en apoyar la generación y transmisión de nuevo conocimiento: la Universidad de Purdue (Estados Unidos). Esa relación, que inició en temas de ingeniería y que ha ido migrando a tecnología, ciencias, educación, entre otras áreas del conocimiento, surgió en desarrollo de una colaboración entre académicos de las escuelas de Ingeniería –tanto de Purdue como de EAFIT– justo en un momento en el que la universidad estadounidense, ubicada en el estado de Indiana, le apostó a tener un impacto internacional. Así, con ese propósito, en 2010 se lanzó la iniciativa Purdue Colombia, que priorizó aspectos como el intercambio de conocimiento y la formación de capital humano para aportar en los ámbitos científico e, incluso, empresarial. Fue, entonces, cuando las principales universidades acreditadas del país –entre públicas y privadas– empezaron a sumarse a la iniciativa, que incluyó a EAFIT que, para 2012, recibió en su campus una transferencia de maquinaria –procedente de Purdue– para promover la computación de alto rendimiento. Así es como, gracias a la conformación del Centro de Computación Científica Apolo, estudiantes como Jaime han logrado tener experiencias de conocimiento e inmersión no solo dentro de la Institución, sino por fuera del país. UNIVERSIDAD EAFIT

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Y es que esa colaboración constante entre ambas instituciones, por ejemplo, le permitió, junto a tres de sus compañeros, viajar –durante tres meses–, en 2013, al Summer Undergraduate Research Fellowship (Surf), programa de Purdue, que apoya a los estudiantes para formarse en el ámbito investigativo, teniendo la posibilidad de trabajar en proyectos y conocer más a fondo sobre la computación de alto rendimiento.

“Lo que se hizo el año pasado con Apolo, si se hubiera hecho con una máquina sencilla, de escritorio, se habría demorado 128 años”, Juan Guillermo Lalinde. “En esa aventura logré ver una cultura diferente y un ambiente académico más abierto, donde el campus era parte de la ciudad. Allí pude descubrir nuevas fronteras, saber que más allá del pregrado había un mundo investigativo muy grande y que no estaba limitado por una universidad, sino por la colaboración de muchas”, anota el egresado de Ingeniería de Sistemas. Sin embargo, más allá de la experiencia formativa, que les ha permitido a estudiantes, ya no solo de Ingeniería sino de escuelas como Ciencias, ampliar sus horizontes académicos, Purdue ha realizado un acompañamiento permanente, que, para el caso de Apolo, ha contado con un soporte técnico constante. En este sentido, Juan Diego Velásquez, director general de Planificación Estratégica y Evaluación de la Universidad de Purdue, indica que el éxito de esta iniciativa no radica en la maquinaria, sino en el acompañamiento, el entrenamiento y el trabajo conjunto entre EAFIT y Purdue.

De EAFIT a las grandes ligas Apolo es un nombre con doble significado: en primer lugar, hace alusión al dios griego del Sol, a quien se le asocia con la luz de la verdad. En segundo lugar, se le relaciona con el nombre que recibió la misión de Nasa –en la década de 58

1960– donde participó Neil Armstrong, egresado de la Universidad de Purdue, convirtiéndose en el primer hombre en pisar la Luna. Sin embargo, más allá de esto, Apolo es un conjunto de máquinas que trabajan en paralelo para apoyar al ámbito investigativo e industrial, en la aceleración de tiempos de ejecución de simulaciones computacionales. Esto permite que los procesos que podrían tomar, incluso años, puedan realizarse en días u horas. Gracias a este centro, EAFIT no solo ha dado sus primeros pasos en supercomputación, sino que ha logrado vincular a varios estudiantes. “En Apolo participan estudiantes de semilleros de investigación y materias de pregrado, a quienes vamos seleccionando como monitores para que aprendan temas de alto rendimiento, programación, paralelización, entre otros, y así vayan haciendo carrera”, explica Juan David Pineda Cárdenas, director técnico de Apolo. Por esta razón, cuando en 2014 la Universidad de Purdue invitó a EAFIT a conformar un equipo mixto para participar en un concurso de súper computo internacional, Apolo ya había logrado importantes avances con los estudiantes, lo que facilitó el proceso de participación. En este sentido, para los eafitenses no fue un problema trabajar mano a mano, de forma virtual, con estudiantes de Purdue. Así, en noviembre de 2014 viajaron a Nueva Orleans (Estados Unidos) para participar en el Student Cluster Competition, en desarrollo del congreso Supercomputing, que se realiza en desarrollo de la supercomputación. “Cuando regresamos a Colombia nos dijeron que se había obtenido un buen resultado –se estima que el equipo pudo alcanzar, aproximadamente, entre el sexto y el séptimo lugar–. Entonces, Purdue nos propuso participar, de nuevo, en el concurso que se llevaría a cabo en Alemania en 2015”, afirma Juan Guillermo Lalinde Pulido, director científico de Apolo. De esta forma, durante su actuación en Alemania, los eafitenses fueron invitados a participar de forma independiente en la próxima competencia, dado que Purdue no podría participar porque su tutor se desempeñaría como director del evento.


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Este es parte del equipo eafitense que ha mantenido una relación directa con Apolo. Hay representantes de la Oficina de Relaciones Internacionales, de Proyecto 50, y de las escuelas de Ciencias y de Ingeniería.

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Apolo es un proyecto de transferencia de conocimiento que permite grandes análisis de datos.

“Purdue tiene una política declarada de que su impacto sea mundial. Eso se ve reflejado en iniciativas como Global Engineering Programs. Por eso, la relación con EAFIT y con Colombia -como país- no es aleatoria. Esto implica que debemos ser capaces de hablar al mismo nivel y aprovechar las oportunidades que se nos presentan”, Juan David Ortega.

“Se conformó el equipo y la propuesta fue clasificada para la final. Entonces, en noviembre de 2015, se viajó a Austin (Texas, Estados Unidos). Allí, tuvimos apoyo de Purdue, con la instalación de una máquina Hewlett Packard –su proveedor–, la cual nosotros administramos de forma remota”, resalta Juan Guillermo. Finalmente, en 2016, los eafitenses fueron invitados a participar del Asia Student Challenge, donde sobrepasaron, incluso, equipos de universidades como Purdue y el Massachusetts Institute of Technology (MIT). Ya, a finales del mismo año, clasificaron para competir de nuevo, en los Estados Unidos, esta vez con el patrocinio de IBM y con el apoyo de Purdue, quien les suministró un tutor y costeó el viaje de unos de los participantes. Actualmente, Apolo se encuentra trabajando con Crea –grupo de la Escuela de Administración– para conformar un equipo extendido con estudiantes de Ingeniería de Sistemas y de Administración que puedan trabajar tanto la parte técnica como logística. “Sembramos una semilla que, ahora, está dando sus primeros frutos. Apolo ha sido el punto de convergencia de muchas entidades para trabajar en proyectos y ha creci60

do gracias a que Purdue nos ha mostrado el camino en temas de supercomputación”, resalta Juan David.

Una apuesta hacia la movilidad académica Pero, además de Apolo, toda esa experiencia de colaboración que se ha gestado entre ambas universidades se ha logrado consolidar a partir de otras iniciativas, como es el caso de la movilidad académica. Oluwatoni Adetayo, por ejemplo, es un estudiante de Ingeniería Química de la Universidad de Purdue que viajó a Colombia, en 2016, con un interés claro: conocer una nueva cultura, aprender español y realizar, durante un semestre, un intercambio con el pregrado en Ingeniería de Procesos. “Me decidí por EAFIT porque sus académicos tienen una reputación muy fuerte. Además, era el lugar perfecto para desarrollarme como profesional y empezar mi carrera como un ingeniero global”, afirma. ​ En este sentido, gracias a un convenio de intercambios estudiantiles entre EAFIT y Purdue, la Universidad ha recibido a cerca de 15


estudiantes, quienes, como Oluwatoni, buscan una experiencia inmersiva, de intercambio cultural y de conocimiento. Además, la Institución ha enviado a cerca de seis de sus estudiantes a realizar un semestre académico en la institución estadounidense. Según Marcela Wolff López, jefa de la Oficina de Relaciones Internacionales (ORI) de EAFIT, ese proceso ha sido posible gracias a la confianza que se ha generado con Purdue y al compromiso que hay desde la Institución por garantizar un proceso de aprendizaje exitoso para los estudiantes extranjeros. Así, firme en su propósito de internacionalización, EAFIT ha logrado participar, de la mano de Purdue, en iniciativas como la Fuerza de los 100K de las Américas, una apuesta del Gobierno de los Estados Unidos para fortalecer el intercambio académico entre países de América Latina y el Caribe con este país norteamericano. “La primera convocatoria para América Latina la presentó EAFIT con Purdue como socio estratégico. Así fue como vinieron los primeros cinco estudiantes de esa institución a estudiar un semestre en la Universidad. Ya, para la novena convocatoria, Purdue presentó una propuesta, en alianza con EAFIT y con la Universidad del Norte (Barranquilla), para traer a 30 alumnos de ingeniería, al año, a Colombia, además de enviar a 20 más al resto de América Latina”, destaca Wolff. En este sentido, y teniendo en cuenta que esos procesos de intercambio se han focalizado en un primer momento con la Escuela de Ingeniería de EAFIT, su decano, Alberto Rodríguez García, indica que se han preparado para el programa a través de cursos ofrecidos en inglés. “Esto es importante para la escuela porque el hecho de tener cursos en inglés nos permite no solo recibir a gente de Purdue, sino a estudiantes de otras latitudes del mundo que no tengan dominio del español”, señala el Decano.

Por su parte, el director General de Planificación Estratégica y Evaluación de Purdue destaca que este tipo de propuestas les permite “construir los primeros pinos para desarrollar otras iniciativas conjuntas entre las dos universidades”. Además, señala, que EAFIT es la institución que más estudiantes de Purdue ha recibido en Colombia. Otro aspecto importante, en desarrollo de la alianza, han sido las misiones académicas que desde Purdue se han realizado hacia EAFIT. Un ejemplo de esto es la visita de 10 estudiantes de esa institución, pertenecientes a las áreas de ingeniería química, ingeniería industrial y tecnología de construcción para realizar un curso sobre la resolución de problemáticas internacionales a partir de planteamientos locales. Enrico Martínez, docente de Purdue, quien los acompañó en la visita, indica que además de evidenciar la alianza entre ambas instituciones, esta fue una oportunidad para conocer empresas en otros contextos. “Nos encontramos con unos enfoques bien definidos y estructurados, que evidencian cómo los jóvenes pueden desarrollar empresas con impacto en la sociedad”, enfatiza. ​ Por otro lado, Marcela Wolff resalta, también, un trabajo fuerte en proyectos de investigación conjuntos y coautorías. Además, señala que se han presentado propuestas para la National Science Fundation (NSF). En este sentido, el docente Juan Guillermo Lalinde participó, a través de Purdue, en la creación de un curso que cuenta con el apoyo del Centro para Ciencias de la Información –financiado por la NSF– que aproxima a estudiantes, de diferentes áreas del conocimiento, a las ciencias de la información y a sus implicaciones en la actualidad. “Nosotros lo que hemos hecho como escuela es una acción de reconocimiento mutuo. Eso genera un relacionamiento en investigación, en cuanto a concursos conUNIVERSIDAD EAFIT

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De acuerdo con la jefa de la Oficina de Relaciones Internacionales de EAFIT, la relación con Purdue ha permitido afianzar, también, el tema de innovación educativa, gestión curricular y metodología de enseñanza. Esto, a partir de una visita realizada a Purdue -en desarrollo del encuentro Universidades del Futuro-.


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El equipo de Apolo, centro de computación que tiene su sede en el cuarto piso del Edificio de Ingenierías.

Para el Decano de la Escuela de Ingeniería todos los proyectos, las iniciativas y las oportunidades de movilidad para estudiantes y profesores demuestran más que una alianza, una relación de amistad y un camino al relacionamiento exitoso entre ambas instituciones. juntos, estudiantes que viajan, pasantías y proyectos de grado de maestría”, resalta Alberto Rodríguez.

Educación para el mundo De acuerdo con la jefa de la Oficina de Relaciones Internacionales de EAFIT, la relación con Purdue ha permitido afianzar, también, el tema de innovación educativa, gestión curricular y metodología de enseñanza. Esto, a partir de una visita realizada a Purdue –en desarrollo del encuentro Universidades del Futuro–. “El rector Juan Luis Mejía (EAFIT) conoció a Chantal Levesque-Bristol, directora del Centro de excelencia instruccional de Purdue. Allí nos mostraron nuevas tendencias metodológicas de aula invertida y de currículos con enfoques diferentes: donde el profesor tiene un papel de acompañante y de asesor”, señala Marcela. A su vez, enfatiza en que esa colaboración ha tenido una gran incidencia en proyectos de infraestructura que se están desarrollando en el campus eafitense. Es ahí cuando Proyecto 50, bajo el liderazgo de la profesora Claudia Zea Restrepo, empezó a trabajar –de la mano de Chantal– en temas de innovación en la educación. Esto, a través del Programa Impact de Purdue. Por otro lado, Marcela resalta que, en parte, ese 62

esfuerzo en temáticas educativas se evidencia con el hecho de que un egresado y un docente de EAFIT estén en Purdue realizando sus estudios doctorales. Uno de ellos es Juan David Ortega Álvarez, docente del Departamento de Ingeniería de Procesos de EAFIT, quien adelanta su doctorado en Educación en Ingeniería. Así, gracias a una beca de un año que ofrece la institución estadounidense para cursar materias, conocer la planta docente y sus diferentes áreas de investigación, el profesor viajó a Indiana a mediados de 2014 para iniciar sus estudios, y del segundo año en adelante con una beca otorgada por Colciencias. Ortega explica que eligió ese programa, ya que cuando fue jefe del Departamento de Ingeniería de Procesos de EAFIT, se dio cuenta de la necesidad de tener en la Institución docentes con una instrucción formal en educación. “Hay una percepción incompleta de que educación en ingeniería se trata de aprender a ser mejor profesor. Esto no está errado, pero es incompleto: como doctorado se trata de un programa de investigación cuyo objetivo es, desde la literatura científica, encontrar buenas prácticas. Y es que no solo se trata de dar clase, sino de mejorar temas de inclusión, de diversidad y de experiencias formativas”, explica el docente, quien enfatiza que dentro


Oportunidades para el agro Cuando nació la Escuela de Ciencias de la Universidad EAFIT, Elizabeth Taparowsky, decana asociada de Investigación y Ciencias de Purdue, llegó a la Institución para conocer –de la mano de Luciano Ángel Toro y los jefes de los diferentes departamentos que componen la Escuela de Ciencias– lo que se podría hacer de forma conjunta. Esto coincidió con un interés nacional de crear iniciativas que favorecieran el campo desde el punto de vista agrícola. Y es que con todo el proceso de posacuerdo se abrieron posibilidades para este sector, teniendo en cuenta, por ejemplo, la disponibilidad de tierras y la variedad de trópicos en el país. Además del hecho de que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Colombia podría llegar a convertirse en despensa agrícola para el mundo. Así, entonces, teniendo en cuenta el interés de EAFIT por apoyar estas temáticas, buscó a Purdue como líder mundial de programas académicos enmarcados en agrociencias y fue, entonces, cuando en el marco de dicha coyuntura, Bernard Engel, jefe del Departamento de Ingeniería Agrícola y Biológica de Purdue, visitó la Universidad para participar de un encuentro con las escuelas de Ciencias, Ingeniería, y Economía y Finanzas. “En ese momento nos dimos cuenta de que la Escuela de Ciencias podía aportar mucho a ese proceso, y específicamente desde el Departamento de Ciencias Biológicas, que podría servir de plataforma para relaciones con los departamentos de Ciencias Físicas,

Ciencias Matemáticas y Ciencias de la Tierra”, puntualiza Diego Fernando Villanueva Mejía, jefe del Departamento de Ciencias Biológicas de la Institución. Por su parte, Marcela Wolff indica que la llegada de la delegación de la Escuela de Ciencias de Purdue a EAFIT abrió una gran cantidad de posibilidades de colaboración para plantear objetivos comunes desde la movilidad, la docencia y la investigación. En ese sentido, tanto Luciano como Diego viajaron a Purdue. “Producto de ese viaje surgió el hecho de que ya tengamos la primera estudiante de la Escuela de Ciencias de EAFIT haciendo una pasantía de investigación –durante seis meses en Purdue–. Salomé Colorado Hernández trabaja con el doctor William Cramer en temas de biología estructural. Además, otro de nuestros estudiantes, Camilo García Botero, viajará en julio para trabajar con la profesora Ximena Bernal”, señala Diego. El Jefe del Departamento de Ciencias Biológicas de EAFIT afirma, además, que entre colegas se están dando posibilidades de desarrollar proyectos de investigación en conjunto. Esto no solo permitirá que los eafitenses puedan aprender de temas relacionados con agrociencias, sino que se podrán exponer las capacidades locales en términos de recurso humano y científico, que hay en este campo. Así, pues, las visitas permanentes entre ambas universidades para apalancar iniciativas en diferentes áreas del conocimiento son la evidencia del compromiso, la confianza y la amistad que se ha gestado. Pero, además, esta alianza estratégica ejemplifica los esfuerzos de EAFIT por fortalecer sus procesos de internacionalización. “La internacionalización es un medio para alcanzar las metas de calidad y de impacto de una institución. Tener un socio internacional del nivel de Purdue, confiable, con quien hay transferencia de conocimiento y con quien puede haber transferencia de tecnologías, representa un gana-gana necesario. Aquí tenemos una alianza que nos lleva a transformarnos y a evolucionar”, finaliza Marcela Wolff. UNIVERSIDAD EAFIT

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de esta temática también se incluye el diseño de cursos, actividades y contenidos que permiten impactar la práctica docente desde diferentes ámbitos. Así pues, para el Decano de la Escuela de Ingeniería, todos los proyectos, las iniciativas y las oportunidades de movilidad para estudiantes y profesores demuestran más que una alianza, una relación de amistad y un camino al relacionamiento exitoso entre ambas instituciones.


El medio ambiente

en MedellĂ­n, BogotĂĄ y Pereira, entre percepciones y realidades

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Actualidad

Las encuestas de percepción ciudadana de la Red de Ciudades Cómo Vamos evidencian las preocupaciones que tienen sus habitantes en temas ambientales, un aviso para la construcción de políticas públicas por parte de sus gobernantes. EAFIT es uno de los socios de Medellín Cómo Vamos. Sebastián Aguirre Eastman Colaborador

asumir una posición crítica frente al papel de las autoridades y las organizaciones civiles, sino también sobre sus deberes como integrantes de la sociedad. El medio ambiente, de acuerdo con Omar Orestegui, director de Bogotá Cómo Vamos, cada vez escala más en el temario de la agenda pública, lo que propicia mayores discusiones sobre las necesidades que tiene cada territorio en este asunto, pero, a su vez, acerca de las responsabilidades que recaen entre quienes deben participar en las tomas de decisiones que los afecten. Sin embargo, los discursos contrastan con la poca destinación de recursos por parte de

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a calidad del aire y el agua en Medellín; la contaminación visual en Pereira; y la crítica situación de ríos, quebradas y humedales en Bogotá son los asuntos ambientales que más les preocupan a sus ciudadanos de acuerdo con las encuestas de percepción ciudadana 2016 realizadas por la Red de Ciudades Cómo Vamos en estas tres capitales. En estas, los niveles de satisfacción de los encuestados con el estado del medio ambiente en sus territorios no superaron el 30-35 por ciento. En contraposición, los líderes de la red en cada ciudad reclaman una mayor corresponsabilidad ciudadana para no solo

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Cerca de 700 mil habitantes tiene Pereira. Medellín, por su parte, cuenta con más de 3.300.000 pobladores, sumando los 10 municipios del Valle de Aburrá. Bogotá cuenta con más de 8 millones. las administraciones municipales hacia los asuntos ambientales. De acuerdo con los informes entregados por Medellín Cómo Vamos año tras año, en la capital antioqueña la inversión municipal en medio ambiente no ha superado el 2 por ciento anual en el último lustro; en Bogotá las cifras son muy similares, según los reportes oficiales, y un informe del periódico El Diario (Pereira), publicado en julio de 2016, reportó que el presupuesto en Pereira para estos temas no superaba el 1,5 por ciento del total municipal e, incluso, reflejaba en ocasiones cifras por debajo del 1 por ciento desde 2012.

Aire y agua, las preocupaciones en Medellín La Encuesta de Percepción Ciudadana 2016, en Medellín, reportó que el mayor nivel de satisfacción de la ciudadanía en esta capital estaba en la cantidad de árboles (50 por ciento), pero los niveles bajaron cuando se les mencionó las basuras (26 por ciento), la contaminación visual (20 por ciento), los escombros (20 por ciento), el ruido (19 por ciento), el agua (14 por ciento) y, por último, el aire (13 por ciento), algo que parece lógico teniendo en cuenta las difíciles condiciones atmosféricas que experimentó el Valle de Aburrá en los años recientes, cuando en marzo de 2016 y 2017 se declaró la emergencia ambiental por la alta cantidad de presencia de partículas contaminantes en el aire y se tomaron algunas medidas restrictivas en circulación vehicular y peatonal, además de la operación industrial para procurar proteger la salud de sus habitantes. De acuerdo con Luis Miguel Roldán, profesional adscrito a Medellín Cómo Vamos, es notorio que la gente percibe que la calidad del aire no es la mejor en la región y, por tanto, en la encuesta muestra su insatisfacción no solo con el problema en sí mismo, sino con 66


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La congestión vehicular que experimentan ciudades como Medellín afecta de una manera u otra al medio ambiente.

las acciones administrativas que se desarrollan para mejorar la situación. Pese a esto, recalca el especialista, durante la reunión en noviembre de 2016 de la mesa temática sobre medio ambiente que tiene el programa, los especialistas invitados coincidieron en que aún la ciudadanía no es consciente de las afectaciones que este problema provoca en su salud. “Como la gente no percibe inmediatamente los daños que la mala calidad del aire les genera, cree que no es un asunto que la toque, entonces dentro de sus acciones para ayudar al medio ambiente no incluye las relacionadas con este tema, aun cuando es consciente de su gravedad”, dice Luis Miguel, quien, además, resalta la necesidad de que se eleven los niveles de corresponsabilidad ciudadana, sin esperar a que sean solo las autoridades las que actúen. Deben tomarse iniciativas por voluntad propia y por pequeñas que sean. En este sentido, el profesional sugiere que, para que haya una correlación entre la percepción de la gente y sus acciones cotidianas, se realicen estudios epidemiológicos que demuestren el impacto que la calidad del aire tiene en la salud de las personas, y así motivar a que haya mayores iniciativas tanto de las autoridades como de la misma ciudadanía para que se pase de la percepción a la acción, como ocurre, por ejemplo, con otros asuntos como no arrojar basuras a las calles,

quebradas o ríos, que según la encuesta lo aplican el 78 por ciento de los consultados, mientras que el 69 por ciento manifestó que ahorra agua y el 60 por ciento desconecta los aparatos electrónicos que no usa en casa.

En Bogotá hay insatisfacción con la contaminación de las fuentes hídricas El río Bogotá y sus afluentes han sido, desde hace varios años, uno de los dolores de cabeza para sus gobernantes y habitantes, al que no le ha valido ninguna clase de remedio para solucionar sus problemas de contaminación. De hecho, el año pasado la Gobernación de Cundinamarca anunció una inversión cercana a los 450 mil millones de pesos para atender los cerca de 365 kilómetros de extensión que tiene. Si a eso se le suman los más de 200 ríos, quebradas y humedales con que cuenta la ciudad (según el sitio web de la Administración Municipal), es evidente lo importante que son estos cuerpos de agua para los bogotanos. Así lo demostró la Encuesta de Percepción Ciudadana 2016 en la capital del país, en la que el 79 por ciento de los encuestados manifestó estar insatisfecho con la contaminación de sus fuentes hídricas, mientras un porcentaje muy similar, el 78 por ciento, dijo estarlo, pero con la mala calidad del aire, aun cuando UNIVERSIDAD EAFIT

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“Todavía la incidencia que tienen programas como la Red de Ciudades Cómo Vamos es muy local, aún no tenemos la capacidad de realizar aportes en el ámbito nacional. Nos falta tener más incidencia en los ministerios. Por ahora estamos en 14 ciudades con 11 programas”: Alejandro García, coordinador de la Red de Ciudades Cómo Vamos.

La calidad del aire tanto en Medellín como en Bogotá no es buena. No obstante, la capital colombiana no ha tenido emergencias como la metrópoli antioqueña.

en esta ciudad no se han tenido emergencias como las que vivió Medellín en 2016 y 2017, sin decir que el aire que allí se respira sea de buena calidad. En cuanto a las acciones para cuidar el medio ambiente, el 82 por ciento de los encuestados dijo cuidar el agua, el 76 por ciento no arrojar basuras a las calles y quebradas, el 68 por ciento reciclar, el 63 por ciento desconectar aparatos electrónicos y el 41 por ciento no llevar bolsas plásticas al supermercado. La gran preocupación para Omar Orestegui, de Bogotá Cómo Vamos, es que además de expresar su insatisfacción con el estado medioambiental de su ciudad, los bogotanos poco suelen participar en las discusiones so68

bre este y otros asuntos. En resumen, el líder del programa insinúa que pocas veces la gente recuerda que tiene deberes como ciudadano que no debe eludir y que, en general, hay apatía frente a estos temas cuando llega la hora de opinar de forma colectiva, y solo lo hacen en el momento en que el asunto los afecta directamente. Orestegui apunta que uno de los hallazgos más interesantes de la encuesta fue ver cómo los jóvenes cada vez se preocupan más por estos temas. De hecho, apunta que al preguntarles si están de acuerdo con multar a quienes no reciclan en Bogotá, el 77 por ciento de los encuestados en el grupo de 18 a 25 años dijo estarlo, mientras en el grupo de más de 55


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fue el 60 por ciento, y en los demás conjuntos consultados ninguno superó el 69 por ciento. “Esto nos invita a repensar en los escenarios donde estamos dando estas discusiones, potenciando la virtualidad. Ese es un reto que tienen los gobernantes hoy, identificar los intereses comunes de los habitantes y cómo los incentivas para que participen y construyan ciudad”, concluye Omar.

Pereira pide más parques y espacios verdes En la capital risaraldense, con una población mucho menor a las de Medellín y Bogotá, la discusión pasa por el espacio público que hay en promedio por habitante, en especial los parques y las zonas verdes. Si bien también coinciden con esas grandes capitales en problemas como la contaminación de aire, ríos y quebradas, la presencia de escombros en las calles y el ruido. Según la encuesta, el aspecto en el que sus ciudadanos se encuentran más satisfechos es la cantidad de árboles, pero con un 35 por ciento que es muy bajo, lo que comprueba que los pereiranos no están nada contentos con el contexto ambiental en su ciudad. Otras variables fueron la contaminación visual (18 por ciento de satisfacción), basuras (17 por ciento), ruido (16 por ciento), contaminación del aire (14 por ciento), el estado de aguas, ríos y quebradas (12 por ciento) y escombros (12). Alejandro García, director de Pereira Cómo Vamos y a su vez de la Red de Ciudades Cómo Vamos, sostiene que uno de los reclamos más persistentes en la ciudad es la necesidad de contar con más espacio público para sus habitantes. “El 69 por ciento de los encuestados así lo solicitó cuando se lo preguntamos. Actualmente la ciudad tiene 1,5 metros cuadrados de espacio público por persona, cuando el ideal, de acuerdo con las normas internacionales, es de 10,15. Lo preocupante es que no vemos proyectos o políticas que nos indiquen que eso va a cambiar”, sostiene. No ocurre lo mismo, por su parte, con la cantidad de árboles en la ciudad, pues Ale-

“El reto de las ciudades es cómo conectarse y cómo leer las aspiraciones de los jóvenes actualmente, para tratar de involucrar a colectivos de distintos sectores y tratar de incidir en las políticas públicas”: Omar Orestegui, director de Bogotá Cómo Vamos. jandro valora el esfuerzo de la Administración Municipal que se ha comprometido con sembrar más de 50.000 unidades arbóreas, y eso la gente lo percibe, de allí los resultados de la Encuesta. En cuanto a las acciones para cuidar el medio ambiente, los pereiranos se inclinan por el ahorro de agua (82 por ciento), no arrojar basuras a las calles o quebradas y ríos (79), desconectar aparatos electrónicos (75) y cuidar las zonas verdes (53). Sorprende que un 2 por ciento dijo no realizar ninguna actividad. En conclusión, aunque las tres ciudades padecen problemas ambientales muy similares, es evidente que las necesidades y las percepciones de sus habitantes no son las mismas. Sin embargo, en todos los casos es importante que exista una articulación entre lo que perciben sus habitantes y lo que ofrecen como soluciones las autoridades responsables, de manera que exista siempre una corresponsabilidad y que sea la sociedad, como conjunto, la que atienda sus urgencias medioambientales con mayor prontitud. UNIVERSIDAD EAFIT

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El Jordán: un siglo de memoria, diez años de rescate Durante 120 años, la casa El Jordán, emblema y alegoría patrimonial de Medellín (barrio Robledo), estuvo de puertas abiertas. Hoy, tras una década de su cierre, la Administración Municipal quiere convertirlo en un Centro de Documentación Musical. Manuela Saldarriaga Hernández Colaboradora

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os años después de que el agrimensor Manuel de J. Álvarez y los hermanos Rubén y Román Burgos adquirieran un predio con más de mil metros cuadrados, en 1890, en el sector de Robledo (Medellín), situado en la calle 65 con la carrera 84, publicitaban en la prensa sobre una casa que no advertía salvaguardia ni auguraba un siglo en pie, pero prometía buena atención, duchas y descanso para los comensales, según esta publicidad del diario El Espectador, del 13 de junio de 1892:

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“Casa de recreo y baños Robledo Teléfono 169 Baños de natación. Baños de aseo Duchas Coche capaz para 8 personas Servicio de mesa Pidan el coche por teléfono, por ahora solo vendrá al Puente de Colombia, porque á causa del mal estado de ésto no puede pasar por allí.” El mito fundacional de la casa que en este lote construyeron, hoy conocida como El Jordán, y que hace parte del Inventario de Edi-


Crónica Urbana Así luce en la actualidad la casa El Jordán, en el barrio Robledo de Medellín.

ficaciones de Valor Patrimonial de Medellín, expresa de voz en voz que, gracias a estar en una saliente clave, punto de circulación entre Medellín y el occidente de Antioquia, tuvo una naturaleza con aspavientos de guateque, tertulia y anís. Esto, además, por ser escenario o nudo de partida, encuentro y llegada de arrieros. La fábula representa, en algún sentido, una aprehensión ciertamente folclórica del recuerdo colectivo. Aun cuando no se desconoce en ese imaginario popular el valor arquitectónico y contextual del lugar, así como se reitera la aparición de personalidades o conter-

tulios de alta estirpe que allí tuvieron sus noches al son del tango, también dirigentes de izquierda y poetas –aunque no el de alta pipa–; sí se ha rezagado un memorial más auténtico del sitio que posiblemente reivindica a este inmueble inestimable en su valor social. Según el investigador Luis Fernando González, por vocación arquitecto constructor, magíster en Estudios Urbano Regionales de la Universidad Nacional y doctor en Historia de la misma institución, y quien se ocupó de socavar y dejar testimonio del acontecer temporal de El Jordán, lo que ocurre, en principio, UNIVERSIDAD EAFIT

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Cuadro ubicado dentro de la casa El Jordán. Se denomina El Angelito: vino puro de uva.

es que se seguirá considerando como un centro recreativo únicamente. “El Jordán es un lugar de memoria y de referencia urbana de Medellín. A partir de esto, se puede entender todo el proceso de reubicación del poblado de Anápolis en Robledo, la ‘Nueva Aná’. Conocerlo, en parte, es lo que ayuda a desestimar esos mitos urbanos: el de El Jordán como un lugar de tránsito y, por tanto, estación obligada de quienes salían hacia Occidente y de quienes llegaban, o como fonda. El Boquerón existía mucho tiempo antes, por ejemplo, y El Jordán, solo se estableció en 1890, formalmente en 1891, cuando todavía no existía Robledo”, introduce. El camino hacia Occidente era, por supuesto, importante. Fue el enlace con Antioquia. El alto del Boquerón y San Jerónimo estaban en el itinerario. Sin embargo, Robledo aparece paulatinamente, después de que en 1880 la quebrada La Iguaná se desbordara y se ahogara la construcción del centro poblacional de Anápolis, el inau72

gural de Medellín, distrito de Aná o Tambo de Aná. Al quedar en pie solo la iglesia, y una que otra casa de la pequeña aldea, la gente se vio obligada a reubicarse y empezar a trazar un nuevo centro poblacional, lo que tomó tiempo. Las quebradas La Gómez, La Iguaná y La Corcovada permitían que el sector Robledo fuera propicio para la residencia, amén de poder generar allí una economía mediante el establecimiento de fábricas, según relata González. Hay que decir, no obstante, que, en cuanto a lo doméstico, lo religioso antecedió con vehemencia. “La tradición oral, recogida en algunos textos, sitúa a El Jordán como el lugar donde se celebraron las primeras misas, mientras se construía la iglesia, llegando a señalarse que, durante mucho tiempo, la pila bautismal de piedra utilizada en los ritos religiosos de aquellos años, fue la misma que sirviera como poceta para lavar los vasos de los clientes del bar”, señala Luis Fernando González en El Jordán y la Casa Zea en la historia urbana de Medellín.


Años después fue cambiando la cosa con la llegada del tranvía. Robledo se consolida orgánicamente como un lugar de fábricas a inicios del 20, también de talleres y de obreros. Los baños, como establecimientos públicos en el recinto urbano, tal como otros construidos en las afueras, El Edén, por ejemplo, hoy Jardín Botánico, y el Amito, en El Bermejal, hoy Aranjuez, cumplían con ciertas características que bien podían atraer a un público en particular. Hubo otros baños centrales representativos, pero, El Jordán, como restaurante y como establecimiento que ofreciera recoger gente en coche manejado por caballos –como se registra en el mensaje de pauta en prensa–, en donde quienes llamaban al teléfono, una línea con el número 169, solicitaban el servicio, hace que el historiador se pregunte: “¿Quiénes tenían teléfono y quiénes podían llamar a un carro, con servicio de mesa, y baños de natación en esa época? ¿En 1892 quienes podían hacerlo? ¿Arrieros? No era una fonda precisamente. Había sido pensado para una élite que tenía el poder adquisitivo”.

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La procedencia y el trazado de ese nuevo asiento poblacional fue un litigio largo con intereses de corrupción –en palabras del arquitecto– y significó también el reconocimiento de rostros emblemáticos de la antioqueñidad: una cara bondadosa y amable, y una cara corrupta de la Administración Pública. “Manuel Uribe Ángel participó en el proceso de traslado de la población. En ese proceso es donde aparece Manuel de J. Álvarez, un avezado negociante aparte de agrimensor que construyó en sociedad con los Burgos un estadero de baños sobre un lote definido en las afueras. En Medellín, en esa época, había algo que se llamaba ‘baños de adentro’ y ‘baños de afuera’, que no eran más que los baños públicos. Esto vino a reemplazar a los antiguos charcos, y claro, con el crecimiento de la ciudad (si hablamos de Villa), los baños cumplían esa función de recreación…”.

El Jordán es un referente, no solo de Robledo, sino de todo el occidente de Medellín, pues la casa era un punto estratégico entre la naciente villa y una buena parte del departamento.

Llegó el tranvía Años después fue cambiando la cosa con la llegada del tranvía. Robledo se consolida orgánicamente como un lugar de fábricas a inicios del 20, también de talleres y de obreros, lo que produjo que el tipo de público que empezara a concurrir convirtiera al lugar en uno más popular. “El tranvía genera una nueva dinámica de sociabilidad y llegan otros grupos habitacionales a los entornos aledaños donde se instalan varios baños, cantinas y estaderos. La importancia económica de Robledo era relevante para Medellín, debido a la ubicación de estas fábricas y el representativo grupo de obreros que ocupaba, lo que hizo necesario mejorar las condiciones de acceso, primero por una carretera que estaba siendo construida hacia 1884. Pero, años más tarde, con el aumento de las actividades económicas a principios del siglo XX la demanda fue mayor, de ahí la construcción de la línea del tranvía, la cual fue inaugurada el 12 de octubre de 1924. Los rieles del tranvía llegaban hasta la esquina de El Jordán”, anota Luis Fernando González en El Jordán y la Casa Zea en la historia urbana de Medellín. Quiere decir UNIVERSIDAD EAFIT

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La Alcaldía de Medellín se encargó de la restauración de El Jordán.

que, luego de inaugurado El Jordán, pasaron 34 años para que este adquiriera esa connotación contundente de aparente verbenera. Bien es cierto que los dirigentes de los que se habló anteriormente tenían esta inclinación política de izquierda, puesto que los Burgos tenían una inclinación, con lo que no había sospecha ni novedad. En Colombia, de acuerdo con el académico, no se podían desligar los procesos políticos de los procesos sociales. Basta el ejemplo de la Plaza Cisneros. La sociedad se convulsionó y se movilizó alrededor de los partidos de la revolución en marcha nacional, y esto hace que, después de la violencia bipartidista, muchos asuman una postura y la manifiesten en su manera de relacionarse. Adicional a esto, viene un momento en que el crecimiento de la ciudad generó nuevos espacios de encuentro para intelectuales que, por demás, van hallando otros cuando los expulsan del Centro. En esa época avanzada de la segunda mitad del siglo XX Robledo es un vividero bueno, que atraía a escritores, pintores y académicos, como Barrio Antioquia, Belén y Carlos E. Restrepo, únicos para escuchar tango. Antes, no se olvida la presencia de Alfonso López Pumarejo, Enrique Olaya Herrera, Eduardo Santos y Jorge Eliécer Gaitán. Luego, cuando ya era más una cantina, entre literatos, artistas e intelectuales tampoco se olvida a Manuel Mejía Vallejo, Óscar Jaramillo, Elkin 74

Restrepo y Orlando Mora. También se sospecha que por El Jordán había pasado De Greiff, pero puede que sea un mito, puesto que el poeta prefería baños en el Centro y, más tarde, lo que fue de conocimiento público, tertulias en el Café La Bastilla, en compañía del grupo que precedía, Los Panidas. No se tiene noticias de que sus visitas a El Jordán sean ciertas. Es claro, con todo, que estos últimos hacen parte de un contexto más próximo, el del siglo XX. El Jordán, pues, como un espacio para baños de recreo heredado por los descendientes de sus propietarios, los Burgos, en el transcurso, de manera repentina hizo las veces de capilla para eucaristía, convocó a un cuerpo gubernativo que fue bien atendido y, paulatinamente, la índole de un lugar de reunión con anhelos de buen donaire fue mutando hasta alcanzar un irremediable destino de bar, sin más y, antes de su ocaso, se convirtió en bien de interés patrimonial. Luego parecía una figura arquitectónica “fantasma”.

El ocaso Valga decir que una investigación cuidadosa se presentó como imprescindible en adelante. Como inmueble icónico, en 2010, los herederos Burgos cierran lo que quedó de El Jordán luego de ofertas de compra y cancelaciones de providencias administrativas. Es en 2012


cuando definitivamente expropian por el 75 por ciento de la propiedad y, en octubre del mismo año, con el 25 por ciento restante, es adquirido por la Alcaldía de Medellín en su totalidad. Lo recibe la Secretaría de Hacienda, en principio, y en febrero de 2013 el inmueble pasa a manos de la Secretaría de Cultura Ciudadana que inicia gestiones para su recuperación. La Fundación Ferrocarril de Antioquia es la encargada de la restauración o rescate arquitectónico y Luis Fernando González es quien asume la responsabilidad, como se ha expresado, de consolidar una investigación cuidadosa de consulta. Dicha investigación no solo permite dilucidar de manera específica las transformaciones, sino también indagar sobre el valor artístico de cada una de las composiciones o murales que, junto con la casa, comunican memoria. El restaurador mexicano Rodolfo Vallín, que se ha concentrado en temas de pintura mural durante más de 30 años, indagó para la Fundación Ferrocarril, y en compañía de González, por las pinturas que en las paredes de la casa El Jordán se fueron ajando de manera simultánea con la estructura de tapia y bahareque. Él, que recibió la Orden al Mérito Cultural por parte del Ministerio de Cultura de Colombia en 2009, es reconocido como uno de los mejores restauradores de Latinoamérica y con innumerables aportes a la conservación, restauración y rescate patrimonial colombiano (también consultor de la Unesco), consigna para la investigación de González un informe con apreciaciones estéticas e históricas de ese registro ornamental. El Angelito: vino puro de uva, del muralista José Ibáñez, que se alza generoso en el salón principal de El Jordán, aún hoy, con un claro riachuelo y montañas alrededor; o el caso del mural de la cerveza Kartaverde, sin mucha especulación, traducen una publicidad comercial que se arraigó en Medellín en la época de 1920 y que podía verse, en adelante, en sectores populares como en

otros más selectos. Además, la pintura promocional cuando entró en apogeo, esa pintura mural de cantinas, fue un arte no menor y evocador consolidado en Medellín en toda la primera mitad del siglo XX. A pesar de que la fachada no se recuperó en temas de muralismo, quedó consigna del estudio de la misma. Este predio, de hecho, vio su anochecer de una manera ligera y se vivificó pese a malos augurios: después de cierto impase con la familia heredera (puesto que el bien no podía capitalizarse emocionalmente), y cuando cupo en manos de la Secretaría de Cultura Ciudadana, el Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (Dagrd) arrojó una primera evaluación relacionada con emergencias y eventos desastrosos catalogando el lugar como uno con “alta probabilidad de colapso ante fenómenos naturales tales como cargas sísmicas o eólicas (…) Con una patología severa, con degradación de materiales y baja capacidad mecánica. Altamente desfavorable su funcionalidad y se compromete notablemente la estabilidad de la casa, debido a la pérdida de resistencia, rigidez y resiliencia”. El informe (2012) concluye que la casa necesitaba una intervención, puesto que si no lo hacían podían correr riesgos, incluso, las construcciones aledañas. La adquisición de esta casa, ubicada en la comuna 7 de Medellín, con seis módulos habitacionales, fue un proceso que no tardó mucho. El acercamiento de la municipalidad y la Fundación Ferrocarril de Antioquia, encargada de su restauración, así como de la investigación, fue gradual. Entendían que estaban frente a una obra con mayor valor afectivo que económico, por lo que los arquitectos debían tomar decisiones en torno a los hallazgos históricos, amén de tener en cuenta ciertos criterios de diseño para que esta casa no perdiera valor estético y sentimental, como flanco de la historia urbana de Medellín. UNIVERSIDAD EAFIT

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Como inmueble icónico, en 2010, los herederos Burgos cierran lo que quedó de El Jordán luego de ofertas de compra y cancelaciones de providencias administrativas.


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Este es uno de los cuadros que hoy permanecen en El Jordán.

Entendían que estaban frente a una obra con mayor valor afectivo que económico, por lo que los arquitectos debían tomar decisiones en torno a los hallazgos históricos, amén de tener en la cuenta ciertos criterios de diseño para que esta casa no perdiera valor estético y sentimental..

Centro de Documentación Musical, el futuro del pasado Estuvo planeado en el período administrativo de Medellín de 2012 a 2015 construir en El Jordán una de las cuatro Casas de la Música de la ciudad como parte de la línea Ciudad Escuela. En el proyecto se destinarían recursos del fondo Medellín Ciudad para la vida, un músculo financiero que entró a partir de la venta Une-Millicom y con el que la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín reforzaría algunos de sus proyectos planeados y otros en ejecución, tal como lo hicieron otras dependencias.

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Hoy, debe estar claro, la intervención se concentra en la consolidación de un Centro de Documentación Musical que ocupa los complejos habitacionales de El Jordán, sin inclusión del lote aledaño en el Sector Robledo. Inclusive, durante la adquisición del predio principal, se expropiaron cerca de 13 estructuras habitadas que se alzaban a su alrededor. El Concejo de Medellín será el encargado de decidir el destino del terreno colindante que había estado dentro de las coordenadas de la gerencia pasada. Inicialmente, a principios de 2015, María del Rosario Escobar Pareja, quien fuera entonces la secretaria de Cultura, aseguró que la inversión estaría por 1.500


La Administración vigente entregará a la ciudad un bien patrimonial con sus puertas abiertas de nuevo y será un referente cultural de doble vía. La Administración vigente entregará a la ciudad un bien patrimonial con sus puertas abiertas de nuevo y será un referente cultural de doble vía, según expresa el subsecretario: “Un primer objetivo asociado a temas de investigación y de consulta, porque la tipología del bien es crear un centro de documentación musical. También cumple con la responsabilidad asociada a los temas de participación ciudadana. Tendrá un trabajo de inclusión comunitaria que permita que la gente se apropie del lugar, y del patrimonio fonográfico”. Medellín ya cuenta con algunos centros de documentación musical. De hecho, EAFIT, la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia y la Biblioteca Pública Piloto albergan un archivo fonográfico significativo. La idea, pues, es que en El Jordán, según expresa Santiago Arango, que es quien se hace cargo de afinar la propuesta artística y académica

del sitio y ha sido designado por la Subsecretaría, es que, si bien podrían reunir la música que se escuchaba en El Jordán o parte de esta (1891 hasta la de 2007) mediante donaciones, tal vez sea mejor pensar en un enfoque temporal más próximo, como, por ejemplo, organizar un archivo con todo lo que ha surgido producto del Festival Altavoz o de Medellín Vive la Música. Sánchez coincide con lo anterior, aunque no ignora la importancia de que la oferta incluya tertulias relacionadas con música añeja de gran valor. La Administración tiene el propósito de que este Centro de Documentación sea también museo fonográfico para extranjeros y destino interesante en el circuito de turismo en la ciudad. El Plan de Ordenamiento Territorial actual integra una línea alusiva a equipamientos como El Jordán en donde la lectura, la escritura y la oralidad deben tener una aplicabilidad definitiva. Arango considera que allí, además de una agenda cultural formativa y comunitaria, con jornadas académicas, habrá un elemento digital preponderante. Se piensa que el Festival de Tango o el Festival Altavoz puedan tener tarima para diálogos y para socialización de todo a lo que la convocatoria respecta, en el caso del último, y gran parte de la socialización de los libros del Fondo Editorial de la Secretaría de Cultura Ciudadana. A finales de este primer semestre serán las primeras aperturas, visitas guiadas y controladas en donde la comunidad del sector pueda conocer a plenitud el porqué de las intervenciones y la voluntad pensada para cada una de sus habitaciones, un recorrido casi de manera museográfica, en donde el reconocimiento de la restauración del bien patrimonial será lo esencial. En adelante, El Jordán tendrá una agenda permanente para actividades de equiparable formato, recaudará donaciones musicales y establecerá una línea temporal fonográfica para ser referida en el ámbito de ciudad y en la industria creativa cultural de Medellín.

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millones de pesos y abonarían después otros 5.000 millones en proceso de afianzamiento. Juan Carlos Sánchez, subsecretario de Bibliotecas, Lectura y Patrimonio de Medellín, de la Secretaría de Cultura Ciudadana, ha expresado que la inversión real fue de 2.500 millones de pesos, cifra de inversión de fondos concursables, y que este complejo se apoyará en convocatorias públicas para todos los temas de su activación cultural, lo que quiere decir que además de la inversión en su restauración, tendrá una programática acorde con las propuestas participantes en estímulos de arte y cultura financiados por la Administración. Además, ya no como Casa de la Música, sino como Centro de Documentación Musical, será operado por el Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín que tiene una bolsa, en 2017, de 16.000 millones de pesos.


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Trump:

del proteccionismo al nuevo desorden mundial

El presidente estadounidense aún no concreta muchos de sus anuncios de reformas, pero su discurso ya moviliza a países y a mercados para no perder años de avances en comercio y globalización. Analistas desnudan implicaciones del modelo nacionalista de la Casa Blanca. 78


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Juan Fernando Rojas Trujillo Colaborador

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a receta proteccionista que orquesta el presidente Donald Trump bajo la bandera de “América primero” está hecha de unos ingredientes que, mezclados, resultan explosivos: nacionalismo, reformas radicales, brotes de racismo, mayor gasto público en tiempos de alto déficit fiscal, menos impuestos a empresas, restricciones al comercio, desregulación financiera, y todo un tono populista interno y más desafiante ante el mundo. En suma, en tiempos de la globalización efectiva, su plan no atiende las lógicas de la economía y el manejo juicioso de las ya golpeadas finanzas públicas, que, hasta ahora, eran banderas republicanas. De paso, añade más incertidumbre y volatilidad a los mercados frente a lo que ya varios analistas comienzan a llamar como el “nuevo desorden mundial”.

“El mercado ya superó el primer miedo de tener a Trump como gobernante, pues se demostró que no puede hacer todo lo que quiere su visión nacionalista, pero la expectativa continúa con lo que pueda hacer, ya no de la noche a la mañana”, señaló Camilo Rojas, director de Estrategia de Inversión de la firma Credicorp Capital. Los reflectores apuntan ahora a lo que ocurra en tribunales con un segundo polémico decreto que, más suavizado que el inicial, ordena cerrar temporalmente fronteras a emigrantes y refugiados de Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen. Excluyendo de la lista a Irak, Trump lo firmó el 6 de marzo pasado con la justificación de proteger a los Estados Unidos del terrorismo. Más allá de la indignación que genera la orden ejecutiva entre los demócratas y defensores de derechos civiles, esto restó interés a unas declaraciones que, el mismo día, anticiparon cómo se profundizará el modelo proteccionista de Trump. UNIVERSIDAD EAFIT

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El efecto inverso de Trump

Si la idea de Trump era frenar las importaciones mexicanas, la devaluación del peso de ese país frente al dólar abarata la producción. Con sus anuncios de construir un muro y cerrar fronteras al país manito, ya logró una depreciación histórica de la moneda mexicana. A juicio del director del Consejo Nacional de Comercio de la Casa Blanca, Peter Navarro, el déficit comercial, es decir, la diferencia entre lo que importa y exporta Estados Unidos, sumó al cierre del año pasado los 502 mil millones de dólares. En esas condiciones, aseveró que se trata de un tema “de seguridad nacional” y se debe evitar que “el capital extranjero se haga al control de amplias franjas de la economía estadounidense”. Para él, más que incrementar barreras arancelarias a las importaciones con un nuevo impuesto fronterizo, como ha dicho Trump, “la meta es forzar a que otros países reduzcan las suyas”. 80

Con ese endurecimiento de la política comercial, la salida de los Estados Unidos del Tratado Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), con 11 países de esa parte del mundo y sin China, o renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan), con Canadá y México, pasan a ser solo hechos anecdóticos. Lo que hay de fondo, advirtió Theodore Richard Breton, profesor del Departamento de Economía de EAFIT, es la posibilidad de que haya un efecto bumerán en la población estadounidense de menos ingresos, esa clase obrera en que Trump halló respaldo electoral, luego de tres décadas de ver cómo sus ingresos no aumentaron, al tiempo que los empresarios concentraron fortunas y los más educados mejoraron su calidad de vida. “La política de Trump de echar más inmigrantes va en contra del esfuerzo de los últimos años de aumentar el crecimiento de la economía, porque no solo se pierde mano de obra barata, sobre todo en la producción agrícola, sino que habrá menos demanda de bienes y las empresas invierten cuando hay más demanda, no solo porque bajan los impuestos. El modelo de Trump es un acto fallido”, aseguró Breton, doctor en Economía, quien sigue atento hasta dónde los republicanos están dispuestos a acompañar el plan económico del mandatario estadounidense. Por ahora se prevé que el Congreso solo discutiría a finales de este año una reforma tributaria planteada por la Casa Blanca para repatriar inversiones de grandes empresas y aplicar un impuesto a las exportaciones. En el caso de aprobarse y si aumenta la inversión, efectivamente se pueden crear más empleos. Pero también el retorno de dólares encarece esta moneda frente a otras, y las exportaciones estadounidenses pierden competitividad y, por ende, vienen recortes de personal en las industrias. En contraste, si la idea de Trump era frenar las importaciones mexicanas, la devaluación del peso de ese país frente al dólar


abarata la producción. Con sus anuncios de construir un muro y cerrar fronteras al país manito, ya logró una depreciación histórica de la moneda mexicana. No en vano, aumentaron 9,7 por ciento las exportaciones de vehículos en febrero pasado, según un reporte de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (Amia). Pero ese efecto viene acompañado de un brote inflacionario, es decir, un mayor costo de vida para los estadounidenses, especialmente los de menos ingresos, por cuenta del aumento de precios de los productos importados. Y la inflación será mayor, si el Congreso aprueba a Trump su anunciado plan de renovación de la infraestructura vial del país, que tasó en un billón de dólares en su discurso de inicios de marzo de 2017. Ese plan habría servido para reactivar la economía estadounidense, luego de la crisis financiera de 2008, pero ahora puede traer perjuicios en dos frentes. De una parte, cuando se tiene una tasa de desempleo inferior al cinco por ciento, considerada una condición de pleno empleo, crear más puestos de trabajo encarece la mano de obra y, con más ingresos, se consume más y sube la inflación. De ser así, la Reserva Federal (FED), banco central estadounidense y que controla la inflación con sus tasas de interés, las aumentaría para aminorar la demanda estadounidense por la vía de encarecer el crédito. Por otro lado, una alza paulatina de tasas de interés también aumentaría la deuda pública estadounidense, una línea roja para los republicanos, pues hoy ya supera el 100 por ciento del producto interno bruto (PIB) anual, con los riesgos desestabilizadores que esto trae para la economía. Este efecto explica las reiteradas críticas del presidente estadounidense a la política monetaria de la FED, cuyas decisiones eclipsan las movidas de inversión en los mercados de capi-

tales y tienden a fortalecer el dólar frente a monedas como el euro.

Implicaciones externas del proteccionismo Al final, el plan de Trump, paradójicamente, fortalece a adversarios económicos y geopolíticos como China. “El gigante asiático maneja la chequera que financia a los Estados Unidos, como uno de los mayores tenedores de bonos del Tesoro. Por eso, Trump no puede desatar una guerra comercial, aunque amenace con poner aranceles de 45 por ciento a los productos chinos”, consideró Javier Díaz Molina, presidente de Analdex, gremio de exportadores colombianos. El profesor Breton añadió que China es el más beneficiado con un dólar caro, pues aumentan sus activos en esa moneda, aunque abiertamente el discurso del líder del gigante comunista, Xi Jinping, sea otro como adalid del libre mercado, algo impensado en otro tiempo: “si China piensa que Trump se está excediendo, será muy fácil decir que deja de comprar aviones a Boeing y se va con Airbus. Entonces, veríamos medidas específicas de retorsión puntuales en productos que le duelen a los Estados Unidos”. Así que las ideas de cierre de la economía en el reinado de Trump las terminan, tarde o temprano, pagando los ciudadanos de ese país y, de paso, la vulnerabilidad de otros países emergentes, cuya salud económica depende de los flujos de capitales en la divisa estadounidense y las decisiones de la FED. Un dólar más fuerte devalúa monedas locales, lo que encarece la deuda externa. Para el caso colombiano ya es del 40,9 por ciento del PIB, y solo la pública es de 24,6 por ciento, a octubre pasado, según el Banco de la República. Cabe anotar que solo para este año está presupuestado 51,52 billones de peUNIVERSIDAD EAFIT

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Las ideas de cierre de la economía en el reinado de Trump las terminan, tarde o temprano, pagando los ciudadanos de ese país y, de paso, la vulnerabilidad de otros países emergentes, cuya salud económica depende de los flujos de capitales en la divisa estadounidense y las decisiones de la FED.


Ilustración: Shutterstock

De igual manera, las posturas proteccionistas de Trump promueven un mayor comercio multilateral entre América Latina y la Unión Europea, con lo que se pueden descongelar negociaciones bilaterales de un tratado de libre comercio (TLC) entre Mercosur y el bloque del Viejo Continente que se ha intentado desde 1999.

sos para el servicio de la deuda del Gobierno. También una depreciación del peso frente al dólar impulsa la competitividad de las exportaciones colombianas, aunque también encarece las materias primas, maquinaria e insumos que no se producen en el país. “Lo importante es aprovechar la tasa de cambio, no solo para exportar más bienes, sino diversificar mercados, pero el mercado internacional no está fácil y aún tenemos un alto costo 82

en logística, por ejemplo”, reconoció el presidente de Analdex (véase recuadro). En esas condiciones, si el mandatario republicano cumple, así sea parcialmente sus promesas arancelarias, obligaría a un reacomodo de los flujos de producción y del libre comercio por parte de los principales socios comerciales de Estados Unidos. Así lo advirtió un informe de mediados de febrero de Fitch Ratings, una de las tres principales calificadoras internacionales de riesgo crediticio al señalar que Trump es “un riesgo” para la economía global: “habría una reducción de los flujos de capitales, provocando cambios en políticas de mercado y haría que el mundo crezca menos”, concluyó el informe. No es gratuito que China ya promueva entre vecinos asiáticos y grandes exportadores a los Estados Unidos, como India y Malasia, un reemplazo para el fallido TPP con la llamada Asociación Integral Económica Regional (RCEP, por su sigla en inglés). También el gobierno mexicano tiene entre sus prioridades buscar acuerdos con países como Brasil o Argentina para diversificar sus exportaciones, que en un 80 por ciento van actualmente a Estados Unidos. Esto impulsa la posibilidad de que se afiancen relaciones económicas entre la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile) y los fundadores de Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay). De igual manera, las posturas proteccionistas de Trump promueven un mayor comercio multilateral entre América Latina y la Unión Europea, con lo que se pueden descongelar negociaciones bilaterales de un tratado de libre comercio (TLC) entre Mercosur y el bloque del Viejo Continente que se ha intentado desde 1999. “Estamos plenamente comprometidos con la integración regional, pero queremos proyectar esa plataforma al mundo", dijo a finales de febrero de 2017, en París, Daniel


Que la política de Trump llegue a restringir las importaciones de China a los Estados Unidos obligará al gigante asiático a reorientar sus flujos de mercancías baratas hacia otras zonas del mundo, como América Latina. En ese sentido, Javier Díaz Molina, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), instó al Gobierno a que disponga de forma proactiva mecanismos de defensa de mercado. Por ejemplo, sobrearanceles, para evitar que se presente

dumping, es decir, que se importen productos por debajo de su precio habitual o de los mismos costos de producción locales, como se ha presentado en el pasado con textiles y calzado. “Le he dicho al Gobierno que no se trata de cerrar la economía, pero sí tener las herramientas para defendernos de una eventual competencia desleal, por cuenta de las posturas proteccionistas de Trump”, agregó el dirigente gremial.

Raimondi, subsecretario de Argentina para la Integración Económica Latinoamericana y Mercosur. Sin embargo, en la zona euro hay corrientes nacionalistas en Francia y Alemania que pueden dificultar el ambiente político para nuevos acuerdos, alimentados por el antecedente del Brexit, con que salió el Reino Unido de la Unión Europea.

De esta forma, queda por esperar qué tanto el Congreso y los tribunales estadounidenses, así como la Organización Mundial del Comercio (OMC), dejan reinar las ideas unilaterales de un Trump que desde su primer discurso en la Casa Blanca dejó claro su talante: “la protección nos llevará a una mayor prosperidad y fortaleza”.

Comercio exterior de los Estados Unidos (En millones de dólares) Importaciones EE.UU.

Exportaciones EE.UU.

País

2015

2016

2015

2016

Totales

2.306.822

2.251.605

1.503.870

1.453.720

China

502.632

481.777

116.186

115.775

México

297.499

296.881

236.377

230.959

Canadá

301.035

284.571

279.990

265.960

Japón

134.755

135.273

62.470

63.264

Alemania

126.478

116.424

49.617

49.362

Colombia*

9.853

9.870

15.502

11.878

*Información del Dane, Fuente: TradeMap

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Efecto indeseado sobre Colombia


El Código de Policía y Convivencia: entre amores y odios En cuatro puntos se resume el nuevo documento entregado a comienzos de febrero de 2017 a los colombianos: la defensa de la seguridad ciudadana para garantizar libertades y derechos constitucionales, la regulación de todos los aspectos que tienen que ver con la ocupación del espacio público, la protección del medio ambiente y la salud pública. El código ha generado voces encontradas. Margarita Zuluaga Esquivel Colaboradora

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uince días después de haber entrado en vigencia el nuevo Código Nacional de Policía y Convivencia se realizó en el parque principal de El Poblado (sur de Medellín) un entierro simbólico en el que participaron cerca de 1.000 personas. Los asistentes quisieron manifestar el disgusto por la restricción al consumo de licor en espacios públicos, como lo plantea el documento en una de sus 120 páginas.

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Foto: Róbinson Henao

El espacio público es uno de los puntos importantes del nuevo Código de Policía.

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El argumento de los manifestantes es que el parque era un lugar de encuentro para tomarse una cerveza y conversar con amigos, en tanto que las estadísticas señalan que en el último año las riñas en ese sitio fueron muy pocas. Sin embargo, hay quienes consideran que la restricción permite a los vecinos de los parques de la ciudad descansar sin la bulla nocturna. Este es uno de los tantos puntos que genera amores y odios del nuevo Código Nacional de Policía y Convivencia (Ley 1801 de 2016), que entró en vigencia el primero de febrero de 2017. El abogado Juan Carlos Álvarez Álvarez, profesor de la Escuela de Derecho de EAFIT, resume el contenido del Código en cuatro temas: la defensa de la seguridad ciudadana para garantizar libertades y derechos constitucionales, la regulación de todos los aspectos que tienen que ver con la ocupación del espacio público, la protección del medio ambiente y la salud pública para regular los comportamientos que ponen en peligro la vida de los ciudadanos. Sin lugar a dudas, lo que tiene que ver con la regulación de la ocupación del espacio público (que incluye la interacción de los ciudadanos tanto en lugares abiertos al público como en unidades residenciales) ha sido lo que más polémica ha generado, porque podría dar lugar al abuso de la autoridad, según los analistas del tema. Sobre este aspecto, el sociólogo Adolfo Maya Salazar, docente del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas de EAFIT, argumenta que esta norma habla de una democracia enferma que posibilita que el Código de Policía sustituya a un juez, pues no habrá necesidad de una orden judicial para que el uniformado ingrese a una vivienda. Aquellos que han estudiado el código también opinan que, además del abuso de la autoridad, se pueden presentar casos de 86

Foto: Róbinson Henao

Sin lugar a dudas, lo que tiene que ver con la regulación de la ocupación del espacio público (que incluye la interacción de los ciudadanos tanto en lugares abiertos al público como en unidades residenciales) ha sido lo que más polémica ha generado, porque podría dar lugar al abuso de la autoridad, según los analistas del tema.

En el centro de Medellín son muchas las ventas de este tipo que se registran. El Código entraría a regularlas.

corrupción, ya que el ciudadano podría ofrecerle dinero al uniformado para no pagar una multa. Esta situación hipotética es común hoy en día en Colombia, por lo que no es raro que se pueda seguir presentando. “El código es una fuente de corrupción porque va a activar otro tipo de tráfico, el de influencias. Es el tráfico de los asuntos


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cercana a las libertades ciudadanas y le reconoce al cuerpo policial una naturaleza civil y no militar.

Foto: Róbinson Henao

cotidianos. Así, es posible pensar que es desde la educación temprana como se educa a la persona, porque no se es buen ciudadano a punta de códigos”, dice el profesor Maya. Desde el punto de vista institucional, voceros de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá señalan que el Código “promueve la sana convivencia y los buenos hábitos de las personas y con sus bienes. Es una normativa actual e incluyente, aplicable a las realidades presentes, contiene los derechos y deberes que nos asisten. Es garantista y el fin último es que todos vivamos en paz”.

Era necesario modernizar el Código para armonizarlo con la Constitución de 1991, mucho más generosa en el reconocimiento de derechos y cuya concepción de la Policía es más preventiva, cercana a las libertades ciudadanas y le reconoce al cuerpo policial una naturaleza civil y no militar. El código debe garantizar el debido proceso, cumplir con los principios de proporcionalidad y racionalidad, y respetar la diversidad cultural y la autonomía regional.

Una norma desactualizada La antigüedad del viejo Código de Policía fue una de las razones para actualizarlo. El anterior Código fue expedido en 1970, bajo los preceptos de la Constitución de 1886. “Estamos hablando de una realidad distinta en la que no existían celulares ni grandes magnitudes de colados en el servicio público de transporte, fenómenos actuales que deben ser regulados”, explica Sebastián Lalinde Ordóñez, egresado del pregrado en Derecho de EAFIT, investigador de la ONG Dejusticia y autor del libro Requisas, ¿a discreción? Una tensión entre seguridad e intimidad. Según el abogado era necesario modernizar el Código para armonizarlo con la Constitución de 1991, mucho más generosa en el reconocimiento de derechos y cuya concepción de la Policía es más preventiva,

En el código se estipulan sanciones para quienes posean perros de razas potencialmente peligrosas y no protejan a los otros ciudadanos.

Aunque queda clara la necesidad de actualizar el viejo Código de Policía, hasta ahora la norma tiene 24 demandas ante la Corte Constitucional. “Si la Corte Constitucional es consistente con sus anteriores decisiones, es muy probable que declare la inexequibilidad de algunos artículos y que condicione la interpretación de otros”, explica Sebastián Lalinde. No obstante, lo que podría hacer más digerible el actual Código de Policía está en manos UNIVERSIDAD EAFIT

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Lo que ocurre en el mundo En lo que respecta a las medidas que toma la policía en otros países, se puede observar que siempre prima la garantía de los derechos de los ciudadanos. Aquí algunos ejemplos: En Inglaterra los policías deben realizar un acta cada vez que requisan a alguien en la que justifican por qué requisan a esa persona. En los Estados Unidos muchos policías tienen una cámara en sus uniformes que registran todas sus actuaciones. Gracias a estas cámaras hace un par de semanas se conoció un caso en Atlanta en el que un policía mató con un arma de electrochoques a un ciudadano indefenso.

de las autoridades locales. “Los concejos municipales y las asambleas departamentales tienen la posibilidad de reducir un poco las arbitrariedades de este Código. Lo mismo puede decirse de la Policía a través de sus protocolos internos. Estos instrumentos podrían ayudar a disminuir indeterminaciones, ambigüedades y vaguedades del Código de Policía”, indica Lalinde. Como ejemplos de su interpretación dice que los códigos departamentales podrían fijar criterios con algún grado de objetividad de cuándo los policías pueden solicitarle documentos de identidad a una persona o requisarla, para evitar que esta decisión quede al arbitrio de los policías y se preste para discriminaciones injustificadas. 88

Educación desde el hogar Una sociedad es un sistema de relaciones con un pacto de convivencia explícito, señala el profesor Maya Salazar. Cuando la sociedad sufre una pérdida de valores y se da la entrada de un código de policía que lo normatiza todo para encarrilar los comportamientos, el resultado no es adecuado. “El que tuvo hogar no tiene necesidad de un código de policía que, a mi modo de ver, es una medida desesperada. No hemos construido una cultura que nos conduzca al autocuidado, al respeto y al valor que tiene el otro. Nos descuidamos en construir un hogar, en tener relaciones respetuosas, sensatas, el otro es tan valioso y respetable como yo. Este código es una especie de factura al tipo de familias que hemos constituido”, argumenta el profesor Maya. Lo cierto es que más allá de los valores inculcados en el hogar, los ciudadanos requieren establecer ciertas normas básicas para ser parte de una sociedad armónica. Por lo pronto, los voceros de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá anunciaron que se apoyarán en las autoridades locales para hacer la respectiva difusión del nuevo Código de Policía, de manera que los ciudadanos puedan conocerlo y asumir las reglas del juego de la convivencia en Colombia.


Actualidad Tenga en cuenta las novedades El nuevo Código de Policía y Convivencia trae actualizaciones y novedades, dados los cambios que ha experimentado la sociedad en las últimas décadas. Aquí algunas de las novedades: En el anterior Código de Policía las multas se tasaron entre 100 y 500 pesos, mientras que en el nuevo Código los valores oscilan entre 80.000 a 700.000 pesos de acuerdo con la infracción. El nuevo Código incluye multas a las conexiones fraudulentas a los servicios públicos domiciliarios, infracción que se castiga con cárcel en el Código Penal vigente. Otra de las novedades tiene que ver con el delito de almacenar, poseer o utilizar artículos pirotécnicos, tema que también aparece castigado en el Código Penal. La protección de los derechos de los niños y de los adolescentes en relación con actividades como consumo de sustancias psicoactivas, embriagantes y actividades sexuales. El código regula este tema de manera detallada y se da prevalencia a los derechos de los menores. Así mismo, se faculta a los alcaldes para que establezcan prohibiciones, de manera que los niños permanezcan en un horario limitado en el espacio público. Este tema es criticado porque se supone que es una de las funciones de los padres o tutores del menor. Otro tema novedoso tiene que ver con la po-

testad que se le da a la Policía para cerrar de manera inmediata los establecimientos donde se venden equipos celulares robados. Para hacer el sellamiento del local, la Policía debía ir con orden del juez. Ahora no será necesario. Aquellas personas que destruyan, averíen o deterioren bienes dentro del área circundante de una institución educativa serán multadas y deberán reparar los bienes muebles e inmuebles. Esto quiere decir que no solamente quedan protegidos los centros educativos, sino los bienes a su alrededor. Algunas de estas conductas aparecen con castigos más severos en el Código Penal. Los juristas aseveran que al aparecer también en el Código de Policía se podría generar un conflicto de competencias que ya se han establecido en la Fiscalía General de la Nación. Sobre este aspecto, los voceros de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá argumentaron que “en caso de que el comportamiento contrario a la convivencia también constituya una conducta tipificada en el Código Penal, la medida correctiva a imponer no podrá tener la misma naturaleza que la sanción prevista en este último. La autoridad de policía lo pondrá en conocimiento de la Fiscalía General de la Nación e impondrá las medidas de naturaleza distinta previstas en el presente Código”.

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Los pasos del escorpión y otros ensayos de Julio César Londoño Esta es una de las más recientes producciones de la Editorial EAFIT. Es parte de la obra de uno de los ensayistas más lúcidos de la actualidad colombiana.

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Cultura No hay mejor encuentro que dar con aquello que no se buscaba. Y eso sucede con Los pasos del escorpión y otros ensayos: al rehuir del lugar común, incluso, al volverlo parodia y motivo más de creación, su autor despliega imágenes e ideas que, a veces, sorprenden como quien hace brincar de un susto bien planeado. Felipe Restrepo David

Editor de la Editorial EAFIT. Candidato a doctor en Humanidades de EAFIT

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ulio César Londoño (Palmira, 1953) es de esos ensayistas que dirigen la mirada y su nombrar adonde otros no suelen hacerlo por miedo o timidez, o por falta de curiosidad u ocio. La brevedad de la que hace gala no lo deja detenerse en las ramas, va al grano, y desde la primera línea lanza sus conjeturas, sus interpretaciones, como quien desata sus perros de caza con la confianza de que alguno de ellos traerá la liebre, o el gato, vaya uno a saber; a Saúl ya le pasó que yendo tras sus burras perdidas dio con un reino, Israel, que le fue ofrendado por obra y gracia de su Dios: tremenda responsabilidad. No hay mejor encuentro que dar con aquello que no se buscaba. Y eso sucede con Los pasos del escorpión y otros ensayos: al rehuir del lugar común, incluso, al volverlo parodia y motivo más de creación, su autor despliega imágenes e ideas que, a veces, sorprenden como quien hace brincar de un susto bien planeado. Mucho se ha dicho que el mérito de un ensayista está en su punto de vista, en esa perspectiva que resulta tan seductora que atrae como danza de serpiente, sinuosa,

misteriosa, y peligrosa si se le provoca mucho (la imagen es de Chesterton, un inventor de envidiables paradojas y comparaciones). Para ser claros, no se trata de opinar algo propio –alguna idea que se aparece como aquellos bombillitos milagrosos– de cualquier manera y sobre cualquier asunto; de ser así, no cabrían los ensayistas, y los críticos dígase de paso, en el reino de este mundo: ni juzgar ni conjeturar bastan. En principio, casi todos pueden, o son capaces de opinar, pues alguna impresión se hacen del mundo, por modesta que sea. Ahora bien, ya metido en tremendo aprieto, que es decir entonces en qué consiste un buen ensayista, qué debe tener o cómo se espera que hable, mi primera salida es remitir a todo interesado a que se zambulla en Montaigne, ese iluminado que a sus 39 años decide encerrarse en la torre de su castillo para años después bautizar ese particular género; por ejemplo, darse un paseo por sus ensayos Del miedo, De la amistad, De los libros, De la experiencia. Si no es suficiente, saltar a Otras inquisiciones, de Borges, un libro que ya es toda una literatura y que tantas cosas vino a cambiar en el género; y si aún hay dudas o se ansía un poco más, pues con los dos prólogos de ambas partes del UNIVERSIDAD EAFIT

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Que ni es ciencia ni arte pero que es ambos, que es afirmación y contradicción; o como le gustaba decir a Wilde de la crítica: literatura de la literatura. Creación hecha de la vida. Quijote se podría sellar con broche de oro: como decía Monterroso, allí demuestra Cervantes que es el primer ensayista de la lengua española, o así lo quería ver don “Tito” que imaginaba dinosaurios dormidos. O, dicho de otra manera, aún con más riesgo: sería necesario que un buen ensayista no se olvide de que una buena dosis de ironía y escepticismo hacen fiesta en el pensamiento, lo refrescan y abren puertas a la osadía y al atrevimiento del que mira de frente a la vida, como el que tira la piedra y muestra la mano. Pero no mucho, tanto desencanto e inconformidad cansan: quién en el fondo, o a grito herido, no celebra a ese admirado maestro que también entra al baile; es decir, poder ver que el ensayista tiene una vida de carne y hueso hace las delicias del género; que la escritura es cuerpo, que no miente porque desnuda verdades, y que ese pensamiento que brilla lo cubre una piel que desea, es una demostración contundente de aquello que dijo Jaime Alberto Vélez: el ensayo, el más humano de los géneros. Y que haya gracia en ese decir, que tenga el encanto de una palabra leve y que sin muchos artificios acoja, envuelva, y permita olvidar esos trajines del día hasta que se entra al tiempo de su escritura. Y si roba una carcajada, una sonrisa maliciosa o hace que alguien levante la mirada por alguna evocación revivida, o una idea antes imaginada, entonces puede convencer, y eso se agradece con complicidad: con guiño de ojo. Y lo sobresabido pero que tanto se confunde, muchas veces por permisividad: que un ensayo no es un informe ni una tesis ni una reseña, que se

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acerca al comentario y a veces se camufla en una columna de opinión o en una crónica (como aquellas de Luis Tejada); en fin, que sus fronteras se achican o se expanden. Que ni es ciencia ni arte pero que es ambos, que es afirmación y contradicción; o como le gustaba decir a Wilde de la crítica: literatura de la literatura. Creación hecha de la vida.

De lo que ensaya Julio César Londoño Y de la vida es de lo que ensaya Julio César Londoño. O, más bien, desde lo más cotidiano a lo más descrestante (y con descrestante quiero decir cualquier tema que vaya más allá de la propia y pequeña biblioteca personal o de esas mismas web que suelen visitarse). La forma en que se viste y la moda que se rechaza o que enloquece compulsivamente: ¿los zapatos hablan por ti o describen al otro? Esa prenda que se llama brasier cómo llegó a convertirse en lo que hoy es, incluso, qué ha pasado con la ropa interior que resalta tanto como la exterior; qué visten los intelectuales, por qué asusta la desnudez, qué hacer con esa explosiva combinación de moda, deseo y sexo. O experimentos científicos que simulan el origen de todo; o la manera en que la máquina construye su reino sobre la inteligencia; o la presencia de las letales armas militares y su casi inverosímil sofisticación para destruir. Como quien dice, es este un libro de ensayos que además cuentan con la bondad, y la cortesía, de divulgar conocimiento aquí y allá: un poco del universo y sus alrededores.


Ensayar es aquí conjeturar e imaginar posibilidades, proponer perspectivas que son una vuelta de tuerca. Aflojar o apretar las ideas. Mover el objeto, para percibir sus pliegues o aquello que oculta, esos pequeños espacios adonde no llega la luz y volver a describir desde ese movimiento: ensayar en Julio César Londoño significa desacostumbrar la mirada ante una nueva información, una imagen, un dato. Su ironía podría explicarse en este gesto: negar el sedentarismo de la observación. Crear un pensamiento que no se detiene, nómada, que funda casa donde descarga para descansar, pero que, así mismo, la levanta cada vez que emprende una nueva escritura, un ensayo. Y cuya motivación de movimiento será siempre la curiosidad, el exceso de ocio, la impertinencia, la ambición, tranquila o maledicente, o simplemente las ganas de moverse por moverse. Dice Piglia que la crítica es la forma moderna de la autobiografía. Y si uno lo extiende al ensayo, puede comprobar, con cierta atención y acierto, que los temas elegidos por cada autor representan un mapa de su vida imaginada. En ese sentido, esos mismos temas ya son, de muchas maneras, un principio de conocimiento de ese otro. O para retomar las palabras de Auerbach, ese crítico cuya agudeza parece de otro mundo: lo mejor, y más característico del ensayo, es que el autor se confunde con su obra, van paralelos; su escritura y su pensamiento son uno. Así, puede uno perdonar la contradicción, el desdecirse, pero no la deshonestidad.

A un ensayo, siempre me ha parecido, lo sustenta y anima un secreto espíritu de filía (no en vano Montaigne le debe tanto a las cartas de Séneca a Lucilio), y esa sutil tensión palpita en los ensayos de Los pasos del escorpión: lo que sucede es que esta escritura, como animal tranquilo que husmea, se acerca con apertura y sin prevención, conserva algo de esa lúdica infantil, la misma que privilegia la intuición a la razón; y ni es jerárquica ni obra con segundas intenciones, sus dobles sentidos los reserva para el humor. Sin embargo, suele ser harto directa en lo que sugiere sin nombrar. Esa filía no sería otra que aquel convivio de lo literario que tanto celebraban Emerson, y Borges, y María Zambrano: leer, ante todo, debe ser un acto de alegría. Los pasos del escorpión, a mi parecer, muestra que la voz de Julio César Londoño es una de las voces más cautivantes, divertidas e inteligentes en el ensayo colombiano contemporáneo, junto a las de Eduardo Escobar, Antonio Caballero, Mauricio Botero Montoya, William Ospina, Pablo Montoya, Orlando Mejía Rivera y Efrén Giraldo. Desde La biblioteca de Alejandría (1995) hasta Por qué las moscas no van al cine (2004) y ¿Por qué es negra la noche? (2010), junto a sus columnas en El Espectador, lo cierto es que Julio César escribe cada vez mejor: hay una autenticidad en su estilo que emociona, o apabulla, según lo que se busque, o según el tamaño y flexibilidad de los prejuicios; qué tan nómadas o sedentarios sean. Leerlo es como una fiesta en la que no sabes qué pasará, pero a la que vas preparado para todo.

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Cultura

Los pasos del escorpión muestra que la voz de Julio César Londoño es una de las voces más cautivantes, divertidas e inteligentes en el ensayo colombiano contemporáneo.


Foto: Róbinson Henao

A darle la vuelta a los recursos

para tener una economía circular Cultivo orgánico en Santa Elena, El Mirador.

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Página Verde Foto: Róbinson Henao

El concepto de economía circular se desprende de la ecología industrial, mencionada en los años 80 del siglo pasado, y busca la manera de mejorar la relación entre los sistemas económicos y el medio ambiente. Este modelo se erige en oposición a la economía lineal, cuya acción se reduce a producir, usar y tirar. Karen Osorno Varela Colaboradora

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uenos empleos, sistemas de salud estables y educación con calidad son características de un país desarrollado por el que los gobiernos en el mundo luchan día a día para generar bienestar en su población. Eso hace que el producto interno bruto (PIB) se incremente y la economía crezca cada vez más. No obstante, esa promesa de confort colectivo le incumple al medio ambiente, que es el que soporta el desarrollo y que cada día agota su capital gracias a la desbordada extracción de recursos natura-

les que se requieren para hacer que el modelo económico funcione al compás de las metas estatales. Pero crear conciencia ambiental es uno de esos actos por los que miles de personas en el mundo trabajan, de manera especial, desde que el aumento poblacional es acelerado. Así, muchas empresas, universidades y sitios públicos han emprendido iniciativas para ser sostenibles, esfuerzos para ser más verdes y algunos otros trabajan con la comunidad desde básicas campañas con recipientes de colores para enseñar a separar los residuos. ¿Pero es separar y reciclar la solución para ser sostenibles? La respuesta podría enconUNIVERSIDAD EAFIT

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Foto: Róbinson Henao

El modelo circular, por su parte, abre las puertas a cientos de oportunidades para que estos recursos amplíen su vida útil o se conviertan en materia prima para la generación de nuevos productos.

Los ecosistemas requieren de una economía circular en donde el último paso no sea desechar.

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trarse en la ecología industrial, un concepto del que se desprende la economía circular que fue mencionada por David Pearce y Kerry Turner en los años 80, al buscar la manera de mejorar la relación entre los sistemas económicos y el medio ambiente. Y es que, dice Alejandro Álvarez Vanegas, profesor de la Escuela de Ingeniería y coordinador del Núcleo de Formación Institucional en Cultura Ambiental, que si todo lo que necesita la industria para cumplir con los índices de crecimiento económico sale de los ecosistemas, y si todo lo que se consume va a volver allá una vez se desecha, se debe pensar en armonizar esa relación y construir patrimonio. Así, el modelo que se usa en gran parte del mundo es lineal, es decir que hay una extracción desde la naturaleza, luego un proceso de manufactura para el consumo y una disposición final. El modelo circular, por su parte, abre las puertas a cientos de oportunidades para que estos recursos amplíen su vida útil o se conviertan en materia prima para la generación de nuevos productos. De hecho, la Fundación Ellen MacArhtur, en su publicación Hacia una economía circular: motivos económicos para una transición acelerada, la define como “restaurativa y regenerativa a propósito, y que trata que los productos, componentes y materias mantengan su utilidad y valor máximo en todo momento, distinguiendo los ciclos técnicos de los biológicos”. Si se habla, entonces, de nutrientes biológicos, como los residuos orgánicos, se sabrá que podrán entrar nuevamente a la biósfera para construir capital, aunque hay otros productos que, al ser fabricados en materiales como la madera o el cartón, pueden ser absorbidos y procesados nuevamente por los ecosistemas. Sin embargo, los nutrientes técnicos no tienen posibilidad de alimentar los procesos


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Foto: Róbinson Henao

Muchos ciudadanos acuden a mercados campesinos, como ocurre en Medellín, para adquirir los alimentos que consumen en sus hogares.

de la Tierra y, de hecho, pueden tardar miles de años en descomponerse si se fugan y llegan a un relleno sanitario. A esto se le conoce, según Sandra Liliana Palacio Vélez, docente de la Escuela de Administración, como Cradle to Cradle (de la cuna a la cuna), un concepto que introdujeron el arquitecto estadounidense Bill McDonough y el químico alemán Michael Braungart, con el que se busca que los productos que provienen del sector industrial regresen a procesos de producciones iguales o alternativos, o que los que proceden de la tierra regresen, se degraden completamente en la naturaleza y regresen a la biósfera. En ese caso, explica el profesor Álvarez, se comienza con un proceso en donde se extraen los materiales. Por ejemplo, un computador requiere metales, por lo que habría que abrir una carretera, talar árboles, abrir una mina y luego pensar en todo lo que acarrea

la manufactura. Con todo este gasto de energía lo mejor sería poder usar al máximo este recurso una vez esté en funcionamiento para evitar la producción en serie de más de esos. Y teniendo en cuenta el modelo de obsolescencia programada, en el que muchos productos se hacen para que caduquen en poco tiempo para incentivar el movimiento de la economía, habría que pensar en que, una vez falle el aparato, se debe hacer mantenimiento para alargar la vida útil. “Si definitivamente el mantenimiento no satisface el gusto del consumidor existen otras opciones de reutilización o redistribución que pueden hacer los proveedores de servicio, quienes, a su vez, deberían recibir los aparatos en caso de que estén dañados para renovar las partes y que así otras personas los puedan usar”, explica Alejandro. Luego de todas estas opciones aparece, según el esquema de economía circular de UNIVERSIDAD EAFIT

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Foto: Shutterstock

la Fundación Ellen MacArthur, la posibilidad de reciclarlo, una que quizás es la primera que implementaría el ciudadano común ante el desconocimiento del abanico de opciones que ofrece este modelo.

Comenzar con una producción más limpia Según Sandra, hay autores en el mundo que han introducido conceptos como el ecodiseño y la producción más limpia, como una solución para mitigar la exacerbada generación de productos con obsolescencia programada. “Las organizaciones deben comenzar a hacer un análisis del ciclo de vida del producto, en donde es fundamental pensar en la disposición final, en cómo hacer para que dure un tiempo muy prolongado, ensamblarlo por partes para que pueda repararse fácilmente y en los sistemas en donde se recolectará una vez pierdan funcionalidad”, dice Sandra. Pero, ¿cómo motivar a las empresas para que creen artículos con mayor durabilidad? Para Maria Alejandra Gonzalez-Perez, docente del Departamento de Organización y Gerencia, se debe partir de la educación a los consumidores, de manera que comprendan que el reciclaje no puede ser eterno y que para evitarlo se puede introducir la cultura de la reparación y que, por ende, los productos pueden tener un costo mayor. De hecho, apunta, en países escandinavos las autoridades ya comienzan a dar incentivos para que pequeñas empresas expertas en reparaciones creen sus unidades de negocio. “Necesitamos volver al zapatero, a la modista, al restaurador”, comenta Maria Alejandra. Las políticas públicas son, quizás, algunas de las opciones más fuertes por el impacto en las organizaciones. China, por ejemplo, que es uno de los países más poblados del mundo, aprobó en 2002 la Ley de Promoción de la Producción más Limpia, que se ha puesto en práctica en más de 5000 empresas a escala nacional. Según Sandra, en Latinoamérica no existe ninguna política que, como esta, promueva el tema desde una perspectiva general. Pero, en 98

Colombia si se tiene una de producción y consumo sostenible que, desde 2010, incentiva la fabricación más limpia. También están vigentes en la agenda pública los compromisos de cambio climático en donde el país se compromete con la reducción del 20 por ciento de emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, lo que supone, según Maria Alejandra, que se rediseñen procesos en las empresas que luego permitan el tránsito a productos y servicios que puedan ser circulares. Ellen MacArthur identificó un conjunto de seis acciones que empresas y gobiernos


Participación ciudadana es clave Si el reciclaje es una de las últimas opciones en este círculo, ¿cómo puede ayudar la comunidad? Para Maria Alejandra es claro que ahora no solo se trata de la disposición final que tienen los residuos, sino también de las decisiones de compra. “Como ciudadanos debemos ser conscientes e informarnos sobre la procedencia de los materiales, de la vida útil que tienen y el uso máximo que se les puede dar. Todas nuestras decisiones deben incluir esas consideraciones”, añade la docente Gonzalez-Perez. Y agrega que el reciclaje como solución es un sistema barato, pero si las empresas crearan productos biodegradables y que permitan la recirculación, este modelo económico se pondría en marcha.

Eso porque dadas las condiciones que ofrece el mercado a los recicladores, que son los encargados de recolectar el material, se generan fugas, es decir, que muchos elementos que la industria no compra por buenos precios termina yendo a los rellenos sanitarios. Por su parte, la profesora Sandra sabe que desde su frente de trabajo hay mucho por hacer desde la educación ambiental para que los futuros gerentes lleguen a las organizaciones con amplios conocimientos en sostenibilidad, gestión ambiental y preservación del medio ambiente, para que lleven estos temas a sus planeaciones estratégicas y trabajen en conjunto con sus colaboradores. Así, entonces, desde la creación de los diseños y la utilización de materiales aprovechables, como desde el compromiso de la sociedad para disminuir el consumo irracional y compartir con otros las pertenencias materiales, se evitará, en gran medida, la búsqueda de recursos sanos en ecosistemas, para dejar respirar a los pulmones que, por miles de años, han sostenido a un planeta que hoy pide auxilio. UNIVERSIDAD EAFIT

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pueden adoptar para hacer la transición a la economía circular. Regenerar cambiando a materias y energías renovables para regresar recursos biológicos a la biósfera, compartir activos para evitar la compra de unos nuevos, optimizar para incrementar el rendimiento de un aparato, refabricar productos o componentes, virtualizar para desmaterializar objetos como libros o discos e intercambiar para buscar aplicar nuevas tecnologías. De otro lado, hay entidades que han comenzado a incursionar con este concepto. Por ejemplo, los productos hechos de papel de Smurfit Karpa Cartón de Colombia son fabricados de material ciento por ciento renovable, Carvajal también tiene el ecodiseño dentro de sus parámetros de gestión ambiental y Argos ya comienza a dar sus primeros pasos en la reutilización de escombros en sus procesos.

Foto: Róbinson Henao

Los productos hechos de papel de Smurfit Karpa Cartón de Colombia son fabricados de material ciento por ciento renovable, Carvajal también tiene el ecodiseño dentro de sus parámetros de gestión ambiental y Argos ya comienza a dar sus primeros pasos en la reutilización de escombros en sus procesos.


Huellas de dinosaurio La geóloga Linda Vidal recorrió un sector de la cordillera de los Andes, en Chile, tras las pisadas de los gigantes seres que habitaron la Tierra hace millones de años. En este texto, que contó con la edición del geólogo y escritor Ignacio Piedrahita, se muestra la vivencia de Linda y de varios de sus colegas.

Este es parte del material fotográfico que entregó Linda Vidal para ilustrar esta vivencia por los Andes chilenos.

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Geóloga

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Foto: Linda Vidal

Foto: Linda Vidal

e encuentro en uno de los picos de la cordillera de los Andes chilenos, frente a una gran pared de roca de color amarillo, y lo que hay en su superficie es algo que nunca antes había visto: ¡gigantes pisadas de dinosaurios del periodo Jurásico Superior!, cuando América del Sur se empezaba a separar de África y, por lo tanto, empezaba a abrirse el océano Atlántico. Des-

de aquí puedo apreciar la pared completa y, sobre esta, distinguir claramente las trayectorias semicirculares que marcaban los dinosaurios al caminar. Llegué a Chile durante el verano de 2015 para realizar mi práctica profesional del pregrado en Geología de EAFIT. Mi objetivo era estudiar la historia geológica que han guardado por millones de años esas rocas donde pisaron los dinosaurios, como parte de una investigación mucho mayor que lideraba un profesor chileno, cuyo propósito era determi-

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Libreta de Campo

Linda Vidal Murillo


Foto: Linda Vidal

Estos eran los paisajes que acompañaron la travesía de Linda Vidal por los Andes de Chile.

Diariamente caminamos hasta las huellas. Es importante llegar en la mañana para que el sol no genere sombras que impidan contemplarlas a la perfección. nar si durante los 10 millones de años que tardaron en formarse las rocas en un antiguo mar, ocurría un calentamiento o un enfriamiento del planeta. Nunca me imaginé lo impresionante que sería ver la pisada de un dinosaurio congelada en el tiempo. Para llegar hasta aquí tomamos una carretera hacia el sur de Santiago, hasta la ciudad de San Fernando (a unos 140 kilómetros de la capital chilena). Durante las tres horas que tardó el viaje la cordillera de los Andes nos quedaba a nuestro costado izquierdo. El calor del verano podía apreciarse en el color parduzco de la montaña, dado por una vegetación escasa de arbustos espinosos. En San Fernando tomamos un desvío que lleva al poblado de Termas del Flaco, enclavado ya sobre la montaña. Estábamos adentrándonos en los Andes chilenos mientras bordeábamos el río Tinguiririca, un río de aguas claras que nace en la parte alta de la cordillera, y que

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recorre el valle de Colchagua, famoso por la producción de vinos de alta calidad. A medida que nos sumergíamos más en la montaña, las paredes de roca cubrían la mayor parte del paisaje hasta llegar a nuestro destino. Eran estratos de roca, superpuestos e inclinados como las hojas de un gran libro abierto. Termas del Flaco está en plena cordillera, muy cerca al límite con Argentina. Su nombre se lo debe a las aguas termales que están en sus alrededores, producidas por los volcanes activos de la región, cuyas cámaras magmáticas calientan las fuentes hídricas subterráneas cercanas. Pero no solo las aguas termales atraen a turistas, también las huellas de dinosaurios y, para algunos un poco más especializados, un arrecife de coral fosilizado. El profesor y otros estudiantes también están extasiados frente a esa magnífica visión, pero debemos trabajar. No todas las huellas


Libreta de Campo

Foto: Linda Vidal

son iguales, tienen diferentes formas y tamaños. Podemos identificar, por lo menos, las pisadas de tres tipos de dinosaurio. Las más grandes miden unos 70 centímetros, tienen forma circular y son las más pronunciadas y visibles desde lejos. Fueron dejadas por el paso de saurópodos, los gigantes cuadrúpedos herbívoros famosos por su cuello largo. Otra serie de huellas son de menor tamaño, y en estas se pueden distinguir tres dedos que corresponden a los ornitópodos, individuos un poco más pequeños que los primeros. Y, por último, hay unas huellas más pequeñas que miden unos 30 centímetros, donde se identifican tres dedos largos y delgados, que pertenecen a terópodos, los carnívoros bípedos depredadores de la época.

En el momento en que los dinosaurios se desplazaban a lo largo de la orilla, la arena se encontraba húmeda, lo cual facilitó que las pisadas quedaran impresas en el sedimento de la misma manera en la que dejamos la marca de nuestros pies al caminar por la playa.

¡Listos para la exploración! Esta mañana, como todos los días de la expedición, salimos a las 8:00 a.m. Empacamos el equipaje, propio de un buen geólogo: el infaltable martillo para sacar muestras de roca, la lupa para poder observar con más

detalle pequeños minerales, la brújula, el GPS para guardar las coordenadas de los lugares importantes, el mapa para ubicarse en el lugar, cinta métrica para las mediciones, lápices y la libreta de campo, que es un objeto personal, donde el geólogo toma nota del tipo de roca, minerales y fósiles que encuentra. También pusimos en los morrales, una vez más, unas meriendas sin demasiada creatividad: enlatados de atún o mariscos, pan, barras de cereal, fruta en conserva, y alguna manzana, y lo que jamás puede faltar, el agua, abundante agua. Diariamente caminamos hasta las huellas. Es importante llegar en la mañana para que el sol no genere sombras que impidan contemplarlas a la perfección. Tenemos que atravesar algunas quebradas de agua cristalina que provienen del deshielo de la nieve de la cordillera. Luego comienza el ascenso por una pendiente tan inclinada en algunas partes que el paso se nos hace lento. El sol va calentando en el aire seco. Algunas liebres se cruzan por el camino y, a lo lejos, pastan caballos salvajes. Sobre nosotros vuelan en círculo imponentes cóndores acechando sus presas. Después de una hora, aquí nos encontramos, frente a las huellas. Nos acercamos y vemos que se trata de rocas de caliza y areniscas, que además de las huellas contienen fósiles de ostras y algas marinas, típicos de playas. Vemos antiguas madrigueras fosilizadas que fueron construidas por pequeños organismos, que escarbaban la arena de la playa para protegerse del impacto de las olas. En la roca pueden obserUNIVERSIDAD EAFIT

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varse unas líneas delgadas paralelas entre sí y trazadas de manera diagonal. Esto es llamado estratificación cruzada, y es la evidencia de que en esa playa el viento soplaba formando dunas de arena. Los dinosaurios caminaban sobre una playa ventosa llena de vida.

Pudimos ser testigos de que el planeta Tierra está vivo, es dinámico y en él todo se mueve y trasciende. Al mirar la roca a través de la lupa puedo observar pequeñas conchas marinas. En el momento en que los dinosaurios se desplazaban a lo largo de la orilla, la arena se encontraba húmeda, lo cual facilitó que las pisadas quedaran impresas en el sedimento de la misma manera en la que dejamos la marca de nuestros pies al caminar por la playa. Luego, con el paso del tiempo, las huellas fueron sepultadas por un sedimento tan fino como el lodo, de manera que esto permitió que las pisadas pudieran preservarse por millones de años. Actualmente, el agua y el viento han ido erosionando esa capa de roca, de manera que hoy en día la tenemos ante nuestros ojos. A pesar de la atracción que ejercen las huellas sobre nuestros sentidos, debemos seguir adelante. El arrecife de coral nos espera. Ahora ascendemos por el cerro a lo largo del estrecho cauce de una quebrada que

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se ha secado por el verano. Tras 20 minutos de recorrido, surge a nuestra derecha el gran arrecife de coral, que a simple vista parecen solo rocas de color café. Por esto mismo nos debemos agachar para apreciarlas. Los corales están bajo nuestros pies. Es sorprendente poder caminar sobre un arrecife de coral en las alturas de la cordillera de los Andes. Esto me transporta de nuevo hacia el pasado, me permite palpar con mis manos estos corales muertos y fosilizados que en algún momento vivieron bajo el mar, en un ecosistema lleno de ostras, erizos de mar, algas marinas y otros organismos de aquella época. El estudio de los fósiles permite determinar la temperatura, salinidad, clima y otras características ambientales del medio en el que vivieron. Por esta razón debo llevar algunas muestras de coral para analizarlas en el laboratorio. Romperlas servirá para comprender mejor la historia geológica de este lugar. Los corales se encuentran en rocas más jóvenes que las que albergan las huellas. Esto quiere decir que con el paso del tiempo el mar comenzó a ascender y a adentrarse en la tierra. De modo que las playas comenzaron a inundarse y se convirtieron en un mar de poca profundidad. Este cambio en el ambiente fue propicio para que se formara el arrecife de coral, y crecieran colonias de otros organismos marinos como erizos, caracoles, gusanos y ostras. Luego, caminando aún más hacia el oriente, descubrimos que las rocas más jóvenes de esta secuencia de rocas superpuestas contienen abundantes fósiles de amonites y braquiópodos, y el material rocoso es de grano más fino. También podemos observar dos tipos de fósiles muy particulares: cilindros alargados llamados belemnites y conchas de moluscos, típicos de aguas oceánicas frías y profundas. La evidencia sugiere que el nivel del mar seguía subiendo, y que las áreas que anteriormente eran mar de poca profundidad se hicieron más profundas. Solo allí se puede depositar el material fino, distinto a lo que sucedería en aguas turbulentas como playas, en las que los sedimentos livianos permanecen en continuo movimiento.


En la imagen el grupo que acompañó a Linda Vidal (segunda de derecha a izquierda) en el recorrido.

La autora "Soy Linda Vidal Murillo, geóloga titulada de la Universidad EAFIT, apasionada por comprender el pasado de la Tierra, y todos los procesos biológicos y geológicos que en ella existieron. Mis líneas de investigación se han centrado en la paleontología, sedimentología y estratigrafía. Disfruto viajar en la naturaleza y pintar".

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Libreta de Campo

De acuerdo con los diferentes ambientes representados en las rocas: primero de playa, luego de mar somero y finalmente de mar profundo, el nivel del agua estaba subiendo y adentrándose en el continente. Sin embargo, por otro lado, la presencia de organismos de aguas frías indicaba que la temperatura comenzaba a enfriarse. Habría que seguir estudiando con más detalle para entender el clima en ese momento y los procesos responsables que provocaron la elevación del nivel del mar. Por lo pronto, habíamos dado los primeros pasos para hacer una reconstrucción general de lo que era el ambiente natural de aquella época. Con los morrales llenos de rocas y fósiles, las botellas de agua vacías, la ropa y la cara llena de polvo, las manos sucias de tierra, y todas las hojas de mi libreta de campo llenas, retornamos al pueblo por el mismo sendero que nos trajo hasta aquí. Mientras camino cerro abajo, ansiosa por tomarme una malta con leche fría y comer algo diferente a atún con pan, reflexiono sobre lo que vivimos el equipo de trabajo y yo en esta expedición: pudimos ser testigos de que el planeta Tierra está vivo, es dinámico y en él todo se mueve y trasciende. De principio a fin, en este cerro, las capas de rocas nos contaron toda su historia sobre la destrucción lenta y natural de un paisaje original para convertirse en otro, y el cambio climático que ocurría mientras tanto. Después de haber estado durante dos semanas en este lugar remoto de la cordillera de los Andes, deslizando mis manos sobre grandes pisadas de dinosaurios mientras volaban sobre mi cabeza majestuosos cóndores, de haber caminado sobre un antiguo arrecife de coral, y de ver la escasa nieve en los picos de la cordillera, me doy cuenta de que soy una pequeña partícula en este universo, y que la historia de la Tierra es mucho más larga y hermosa de lo que pensamos. Quedan muchas cosas por conocer, muchos lugares a dónde viajar, muchas rocas qué estudiar, y entendí que el planeta deja al descubierto su historia de vida para que la leamos,

conozcamos y nos acerquemos más a él. Que su belleza es interminable, y sus secretos seguirán ocultos si no emprendemos el viaje para revelarlos. Solo queda en nuestras manos la decisión de seguir en un mismo lugar, o salir y lanzarnos a descubrir el mundo.

Foto: Linda Vidal

Primeros pasos de una reconstrucción


Foto Bibiana Moná

La Universidad de los Andes, junto con EAFIT Social, lidera este programa que beneficia a miles de jóvenes en diferentes lugares de Colombia.

La Red de Liderazgo Juvenil, un niño inquieto con mucho futuro 106


Periodista Área de Información y Prensa EAFIT

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iene siete años. Es inquieto, curioso, va de un lado para el otro, pareciera que tiene el don de la ubicuidad, porque se le ve en todas partes. Está apegado a sus padres como nunca, pero quiere coger vuelo pronto. Va recogiendo experiencias, conociendo nuevas gentes, afianzando sus relaciones con quienes creen en sus capacidades y le coquetea seguido al futuro, ese sí que le llama la atención.

Liderado por EAFIT, a través de EAFIT Social, en conjunto con la Universidad de los Andes, es el resultado de una serie de ‘diosidencias’, en las que cada suceso ha llevado a la consolidación de ideas que le imprimen cada vez más valor. A su corta edad ya le ha cambiado la vida a miles de personas, miles. Su mirada está puesta en aquella etapa de la vida en la que muchos no se encuentran a sí mismos: la adolescencia. Sí, la Red de Liderazgo Juvenil es un programa que está en su niñez, pero con todo el futuro por delante. Liderado por EAFIT, a través de EAFIT Social, en conjunto con la Universidad de los Andes, es el resultado de una serie de ‘diosidencias’, en las que cada suceso ha llevado a la consolidación de ideas que le imprimen cada vez más valor y lo van llevando a lograr su propósito de impactar comunidades de jóvenes en el país. Mario Enrique Vargas Sáenz, director de EAFIT Llanogrande y de EAFIT Social, es uno de los convencidos de que la Red de Liderazgo Juvenil va por buen camino, pues, si bien en Colombia hay programas de todo tipo para niños desde preescolar y para los alum-

nos que se van a graduar de bachillerato, hay poca cobertura para aquellos jóvenes que están entre octavo y décimo grado, y estas sesiones que promueve la red le dan sentido a la vida de sus participantes. Una de las ‘diosidencias’ que dio origen al programa fue hace siete años en un vuelo de avión, luego de que la Universidad de los Andes culminara un trabajo con 45 instituciones de Cartagena (Bolívar), en el que reunió a niños de la región para trabajar en la solución a problemas como el de la contaminación. “Ya en el vuelo Barranquilla-Bogotá, la presidenta de Electricaribe se sienta a mi lado y me dice: ‘No podemos dejar que finalice esto que se hizo con los niños aquí’. Y fue entonces como comenzamos a dibujar en una servilleta los primeros esbozos de lo que es hoy la Red de Liderazgo Juvenil”, relata Jesús Antonio Muñoz Cifuentes, magíster en Dirección Universitaria y responsable de los programas de alta dirección de la Universidad de los Andes. Para ‘Chucho’, como lo conocen todos sus alumnos de la red, la experiencia adquirida con el trabajo en programas para altos directivos debía volcarse hacia los más jóvenes. “Porque para ese entonces llevábamos 12 años formando gerentes en Los Andes, y muchos de estos directivos coincidían en que hubieran pagado lo que fuera porque esos conocimientos se los hubieran enseñado antes”, comenta Jesús Antonio. Otra de las recordadas coincidencias fue el encuentro en el mismo camino entre Mario Vargas y ‘Chucho’, pues EAFIT Social adelantaba un trabajo en la comunidad Bello Oriente (Medellín) con mujeres y jóvenes, y uno de los responsables de la entidad financiadora del programa apoyaba, a su vez, los inicios de la Red de Liderazgo Juvenil en Soledad (Atlántico). Desde el momento en que los presentó, ambos directivos tuvieron claro que esta iniciativa debía llevarse a Antioquia, consolidarse y extenderse. UNIVERSIDAD EAFIT

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Institucional

Bibiana Andrea Moná Giraldo


Foto Bibiana Moná

El interés de EAFIT Social siempre ha sido impactar comunidades, personas en situación de vulnerabilidad y apoyar programas que empoderen el liderazgo en las regiones. Por eso, para EAFIT la Red de Liderazgo Juvenil es una feliz coincidencia que ha dejado ver la transformación de miles de adolescentes.

El sistema de la Red de Liderazgo Juvenil cuenta con tres etapas (tres años): liderazgo de sí mismo, liderazgo de otros y liderazgo de proyectos.

“El interés de EAFIT Social siempre ha sido impactar comunidades, personas en situación de vulnerabilidad y apoyar programas que empoderen el liderazgo en las regiones. Por eso, para EAFIT la Red de Liderazgo Juvenil es una feliz coincidencia que ha dejado ver la transformación de miles de adolescentes que ahora se ven como actores clave en la sociedad”, señala Mario. Y es que las cifras, que se quedan cortas en la lista de experiencias que atraviesan la vida de alumnos, profesores y rectores de los colegios beneficiados, padres de familia, fun108

cionarios públicos involucrados en los procesos educativos, y hasta de administraciones municipales que ahora le apuestan a este tipo de iniciativas, son muestra de un alto impacto, pues, a la fecha, cerca de 30.000 alumnos, entre los grados octavo y décimo, participan en los procesos de la Red. “Cada colegio elige a 10 alumnos para iniciar el proceso. Cada alumno, después del primer semestre de estar en la red, comienza a acompañar a 25 estudiantes de su institución educativa, lo que ya habla de un impacto de 250 muchachos por colegio, que al multiplicarse por 10 colegios (que conforman un nodo), nos da un alcance de 2500 jóvenes en formación en liderazgo”, expone Mario y agrega que, en 2017, el número de nodos pasó de 6 a 14, lo que habla de más de 27.500 adolescentes a los que se les ha tocado la vida. Sí, ya son unos 15 nodos. Cartagena (Bolívar), Santa Marta (Magdalena), Barranquilla (Atlántico), Soledad (Atlántico), Rionegro (Antioquia), Pereira (Risaralda) y Dosquebradas (Risaralda), Suroeste de Antioquia (que comprende los municipios de Titiribí, Venecia, Andes, Tarso y Jardín), El Carmen de Viboral –Antioquia– (que atiende a colegios de El Carmen de Viboral, La Ceja y El Retiro), Marinilla –Antioquia– (donde se suscriben instituciones de Marinilla, El Santuario y San Vicente Ferrer), San Luis –Antioquia– (que cubre San Luis y Granada), San Carlos –Antioquia– (para la población de San Carlos y San Rafael), Jericó –Antioquia– (al que asisten jóvenes de Támesis y Jericó), Andes (con alumnos de otras instituciones de Andes, Jardín y Ciudad Bolívar), y el nodo Carepa (para Carepa y Apartadó). Además, cada nodo cuenta con entidades que apoyan la iniciativa y que permiten el desarrollo de las diferentes actividades, así como la movilidad de los siete facilitadores,


Institucional

Foto Bibiana Moná

Los nodos cuentan con el apoyo de entidades y empresas privadas que apoyan financieramente las actividades que se emprenden, así como la movilidad de los siete facilitadores con los que cuenta el programa.

Cada mes se tiene un encuentro por nodo, al que asisten 100 muchachos, provenientes de las 10 instituciones educativas que lo conforman. Es un día al mes en el que ellos se desescolarizan y, al igual que sus profesores, adquieren nuevo conocimiento y comparten sus experiencias . de la Universidad de los Andes y de EAFIT, con experiencia en manejo de jóvenes y que acompañan el proceso de formación de estos adolescentes. “En los nueve nodos que tiene Antioquia, ocho y medio están financiados por la Fundación Fraternidad Medellín y Sofía Pérez de Soto, y el otro medio nodo por la Fundación Celsia”, asegura el directivo eafitense. Walter García Mena, secretario de Educación y Cultura del municipio de Carepa (Urabá antioqueño) –uno de los nodos que acaba de abrirse–, es un hijo de procesos juveniles, lo que lo lleva a asegurar que es a través de estas iniciativas como se puede llegar muy lejos. Hoy, por ejemplo, él es una figura pública que lidera proyectos en el Urabá antioqueño, gracias a que inició desde muy joven su camino en el liderazgo. Por su parte, a Juan Carlos Quiceno Marín, rector de la Institución Educativa San Luis (Antioquia), le llama mucho la atención esta propuesta, por ser una necesidad latente en su municipio. “Queremos que los jóvenes sean partícipes del proyecto educativo institucional y del desarrollo social de sus comunidades, y no solo observadores. La idea es avivar su espíritu de liderazgo para que puedan afrontar mejor su realidad”.

Un proceso que se mantiene Son tres años para aprender y vivir el liderazgo. El primer año el trabajo se enfoca en liderarse a sí mismo. Es un momento para el reconocimiento de las propias capacidades y del potencial que cada quien tiene adentro. En esta etapa, el trabajo es desde la dimensión emocional y se aprende sobre resiliencia, responsabilidad, pasión, asertividad e integridad. El segundo año es para liderar a otros. Allí, el joven construye relaciones que le permiten influir sobre otras personas y poner a prueba su dimensión interpersonal. En esta etapa cobran sentido temas como la resolución de conflictos, la solidaridad, el trabajo en equipo y la comprensión de la realidad. Por último, el tercer año es para liderar proyectos, a través de los cuales los jóvenes, desde la dimensión cognitiva, potencian lo aprendido y lo ponen al servicio de los demás. Para esto, la labor se centra en enseñarles a pensar estratégica y creativamente, a tomar decisiones y a autoaprender. “Cada mes tenemos un encuentro por nodo, al que asisten 100 muchachos, provenientes de las 10 instituciones educativas UNIVERSIDAD EAFIT

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Foto Bibiana Moná

Son 14 nodos, cada uno con 10 instituciones educativas inscritas que, a su vez, eligen 10 jóvenes para participar en las actividades.

Así es como estos jóvenes son los responsables en sus colegios de campañas contra el matoneo, son quienes organizan los proyectos de sostenibilidad, lideran los temas cívicos y sociales de sus instituciones. que lo conforman. Es un día al mes en el que ellos se desescolarizan y, al igual que sus profesores, adquieren nuevo conocimiento y comparten sus experiencias. Además, salen de la jornada con tareas específicas que deben cumplir durante los siguientes 30 días y que hacen que sus momentos de ocio sean más productivos”, explica Mario Vargas. Así es como estos jóvenes son los responsables en sus colegios de campañas contra el matoneo, son quienes organizan los proyectos de sostenibilidad, lideran los temas cívicos y sociales de sus instituciones, entre otras propuestas que les permiten poner a prueba sus habilidades de liderazgo. Además, el programa involucra la figura del tutor, que la asumen estudiantes universitarios, en algunos casos egresados de la red, que tienen en sus manos la misión de visitar la institución educativa, y hacer seguimiento. Su visita también es para evaluar cómo ven las directivas y el alumnado la labor de estos líderes y ratificar la visibilidad 110

del programa en la comunidad estudiantil. Incluso, en la reunión mensual del nodo, los tutores apoyan con asuntos propios de la logística. Así que su presencia en esta iniciativa se convierte en el estímulo y en el ejemplo a seguir para los participantes. Una vez finaliza el programa, cuando los nuevos líderes están en undécimo grado, la Red de Liderazgo Juvenil hace la evaluación, en la que se mide el alcance y los resultados de esta idea de formación de proyectos de vida y de construcción de futuro, que se hace visible en la capacidad de estas personas de asumir su profesión, su oficio o lo que eligieron ser.

La Red, con el corazón puesto en Colombia Juan Esteban Ríos Gallego está en su tercer año en la red y siente que desde que inició este proceso su vida cobró otro sentido. Ahora toma riesgos, tiene su mente y su corazón


Foto Bibiana Moná

más abiertos, es más extrovertido y se ha ratificado en su gusto por la música. “Ya hago parte de la banda sinfónica de San Antonio de Pereira (Rionegro) y cuando me gradúe voy a estudiar Música”, relata este joven de 16 años, alumno de la Institución Educativa San Antonio de Pereira, quien se inclina más por la percusión y quien aprendió que, al ritmo de sus notas musicales, él debía ampliar su zona de confort.

"Compartir con ellos es trabajar en el presente con la esperanza, es reencontrarse con el hecho de que el dolor genera opciones y, de alguna manera, es lograr despertar el joven que uno tiene adentro". Y es que el ejemplo de Juan Esteban es el de muchos participantes de la Red, que no están en el programa precisamente por ser los mejores de su clase, pues cada institución tiene distintos criterios para escoger los jóvenes que harán parte de este engranaje. “Algunos colegios eligen a quienes tienen peores resultados en las pruebas de Estado, otros se deciden por los de mayor conflicto, otros seleccionan el grupo donde se concentran los mejores talentos. Es que cada plantel hace su apuesta, pues de lo que se trata es

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de garantizar en sus claustros el trabajo del liderazgo”, destaca Mario Vargas. Y en la red ellos encuentran otra oportunidad. La de la conversación, la de la expresión, la de la lúdica, la de la libertad con responsabilidad, la de aprender a través del ejemplo que les dan sus profesores. Es, para muchos, la oportunidad de cambiar su vida y la realidad de su entorno. Jonathan Torres Marín, coordinador de Juventud de Támesis (Antioquia), aduce que esta es una oportunidad para aprovechar, y más si es un proyecto a largo plazo que se enfoca en el proceso de desarrollo de los más jóvenes. En sus palabras, este tipo de espacios permiten a sus participantes mirar otras dinámicas, abrir la mente y descubrir lo que pueden lograr. Lo mismo piensa Natalia Andrea Yepes Serna, coordinadora de Juventud y Discapacidad de Andes (Antioquia), al afirmar que es una buena idea fortalecer el tejido social, a través de apuestas que cambien las vidas de los jóvenes y potencien sus capacidades, pues son ellos la base social del municipio y su proyección construye futuro. En la voz de los participantes, de los profesores, de los rectores, de las administraciones municipales, de los mismos tutores y facilitadores del programa, y hasta en la de las entidades que apoyan la iniciativa, la Red de Liderazgo Juvenil es futuro, ese mismo al que este niño de siete años aspira a llegar haciendo presencia en 700 municipios de Colombia para dar cobertura a 1.500.000 jóvenes de zonas rurales y de poblaciones en situación de alta vulnerabilidad. “Durante todos estos años he sido testigo de transformaciones profundas de jóvenes que decían: ‘Yo no sirvo para nada’ y el último día te dicen: ‘Voy a luchar por ser la persona que quiero ser’. Compartir con ellos es trabajar en el presente con la esperanza, es reencontrarse con el hecho de que el dolor genera opciones y, de alguna manera, es lograr despertar el joven que uno tiene adentro, es construir visiones del mundo que, probablemente, se habían olvidado”, admite Jesús Antonio.


Foto: Róbinson Henao

En febrero tuvo lugar la celebración de los 40 años del programa de Contaduría de EAFIT con diferentes públicos. En esta imagen, la conmemoración con los egresados.

Tras cuatro décadas los contadores cuentan su historia 112


Academia

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Celebración central de las cuatro décadas del programa eafitense

En enero de 1977 se iniciaron las clases del programa de Contaduría Pública de EAFIT. Desde entonces, la Institución ha graduado a cerca de 1000 contadores, quienes destacan las virtudes competitivas y el énfasis ético de la carrera. Para conmemorar las cuatro décadas del pregrado se adelantaron diversas actividades, entre las que se cuenta la presentación del libro Programa de Contaduría Pública 1977–2017, 40 años de historia. Eduardo Bermúdez Pérez Colaborador

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as teorías contables indican que la información resulta primordial al tomar grandes decisiones en las empresas u organizaciones. El avance ilimitado de la tecnología ha impactado de manera directa en el desempeño de las diferentes profesiones y oficios en todo el mundo. Antes, por ejemplo, la contabilidad tenía un énfasis en la construcción metódica y detallada de modelos que ayudaban a interpretar la realidad de las empresas. Hoy, la tecnología ya tiene incorporados esos patrones que contribuyen a la comprensión de la actualidad de las organizaciones. Así, el papel del contador público pasó a otros ámbitos dentro de las empresas como el de acompañar la visión estratégica y respaldar las grandes decisiones gerenciales. La era digital ha dinamizado las funciones de los contadores dentro de las organizaciones. Con herramientas tecnológicas estos profesionales identifican las fuentes que ge-

neran la información, preservan adecuadamente los reportes fidedignos, y ayudan a construir modelos y variables para que las empresas proyecten mejor su horizonte.

En tiempos de la era digital el contador público es el gerente de los sistemas de información organizacionales, lo que le permite soportar y justificar la toma de importantes decisiones para su empresa. “Un contador en el mundo de las tecnologías actuales y en el universo de la información digital es un profesional que navega entre datos para darle sentido e interpretación a la realidad que rodea a su organización”, argumenta Manuel Esteban Acevedo Jaramillo, decano de la Escuela de Administración de EAFIT. El directivo agrega que, en tiempos de la era digital, el contador público es el gerente de los sistemas de información orgaUNIVERSIDAD EAFIT

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Durante la celebración de egresados, los contadores pudieron hablar de la actualidad de su profesión.

nizacionales, lo que le permite soportar y justificar la toma de importantes decisiones para su empresa. Por su parte, Leonardo Sánchez Garrido, jefe del Departamento y del pregrado en Contaduría Pública, recuerda que los contadores públicos proveen importante información para múltiples usuarios con diferentes objetivos. “La contabilidad es un dinámico sistema de información. Así como las ´Páginas Amarillas´, lo que no está en la contabilidad, no existe. No hay varios sistemas de información dentro de una empresa, solo que esta alimenta diferentes públicos. Es un sistema que suministra muchos datos a tiempo y en línea para soportar esa toma de decisiones. Por eso, debe ser moderno, pertinente y con tecnología de punta”, explica el profesor Sánchez Garrido. Con soportes tecnológicos, los contadores actuales disponen de aplicaciones y 114

programas en línea que aportan valiosa información a las instancias gerenciales de las organizaciones. Desde ágiles plataformas de internet, portátiles en red y dispositivos móviles viaja la información suministrada por los contadores de la era digital, muy diferente a la manera como lo hicieron durante décadas sus antecesores, los llamados “tenedores de libros”.

En defensa de la fe pública Como parte de la conmemoración del día clásico del Contador Público, el primero de marzo de 2017 se proyectó The Accountant, una película estadounidense dirigida por Gavin O´Connor y protagonizada por Ben Affleck, que narra la historia de un inteligente matemático, quien lleva una doble vida: en el día trabaja en el área contable de una pequeña


El libro Programa de Contaduría Pública 1977–2017, 40 años de historia es un inventario de logros, retos, enseñanzas y aprendizajes construidos durante cuatro décadas de vigencia académica de este programa, adscrito a la Escuela de Administración.

empresa y en la noche presta sus servicios a algunas de las organizaciones criminales más peligrosas del mundo. La trama hace alusión a la ética y a la moral, dos de los valores más cuestionados en la actualidad en varias de las profesiones de la sociedad colombiana. Este tema fue tratado en detalle meses atrás, en la Institución, por parte de la investigadora Adela Cortina, catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia (España), quien insistió en la urgencia de que todos los programas universitarios tengan dentro de su plan de estudio, al menos, una materia de ética aplicada a su profesión. “El contador público es uno de las profesionales que mayor riesgo social corre. La misma sociedad, accionistas, clientes o gerentes de algunas empresas pretenden, equivocadamente, que los contadores tengan actuaciones inadecuadas dentro de su ejercicio profesional. No en vano esta profesión tiene dos códigos de ética: el tradicional, originado en la Ley 43 de 1990; y el que proviene del decreto 302 de 2015, emitido por el Ministerio de Hacienda y Crédito Pú-

bico”, asevera Leonardo Sánchez Garrido. Durante sus 40 años de vigencia, el programa de Contaduría Pública siempre ha tenido dentro de su plan de estudio una materia dedicada a explorar este aspecto. Se llama ética y responsabilidad social del contador y lo cursan los estudiantes en el primer semestre de la carrera. El contador es reconocido socialmente como el guardián de la fe pública. “Necesitamos que la sociedad entienda que el contador no es quien se opone al logro de los objetivos organizacionales. Al contrario, es quien ayuda a que las metas de las empresas se hagan por los canales correctos”, añade Manuel Esteban Acevedo Jaramillo.

Cuatro décadas de historia El libro Programa de Contaduría Pública 1977–2017, 40 años de historia es un inventario de logros, retos, enseñanzas y aprendizajes construidos durante cuatro décadas de vigencia académica de este programa, adscrito a la Escuela de Administración. UNIVERSIDAD EAFIT

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Academia

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Durante 40 años el programa de Contaduría Pública ha graduado cerca de 1000 profesionales. Se trata de una carrera con acreditación nacional e internacional.


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En EAFIT la Contaduría Pública es una carrera ligada a la misma historia de la Universidad. En la imagen, egresados participantes de la celebración que se realizó con este público.

“Es una impronta que se ha mantenido durante 40 años y que hoy, cuando hay más de 180 programas de Contaduría Pública en Colombia, nos distingue por nuestro perfil gerencial y financiero, no como simple ´tenedores de libros´”.

La tarea de hacer esta recopilación estuvo a cargo de Ana María Mesa Bedoya y Andrea Velásquez Ochoa, historiadoras de la Universidad de Antioquia, quienes dedicaron siete meses a la investigación, recolección de datos, selección de material gráfico y elaboración de textos de la obra. “Lo más complejo fue darle un orden a la información que brindaron profesores, estudiantes y egresados, así como al material hallado en el Centro de Administración Documental (CAD) de la Universidad. Tuvimos mucha colaboración y asesoría por parte del programa de Contaduría Pública”, destaca la investigadora Ana María Mesa Bedoya. En ocho capítulos, las autoras articularon una detallada cronología sobre uno de los programas pioneros de la Universidad. Son 270 páginas revestidas de narraciones, soportes documentales, anécdotas y una elocuente historia alrededor de la contaduría. “Para nosotras fue un reto acercarnos a la contaduría porque no teníamos idea de su dimensión, manejábamos un concepto vago que luego cambió. Entendimos que se trata de un programa que va más allá de números, es una profesión muy importante para las empresas y la sociedad, dada la cantidad de información que maneja. Nos tuvieron paciencia para entender de qué se trataba la contaduría”, recuerda Andrea Velásquez Ochoa, coautora del libro. 116

En las primeras páginas, el libro explica la diferencia entre contabilidad y contaduría e indaga sobre los orígenes de la profesión en Colombia y el mundo, luego ahonda en los hechos que permitieron edificar esta estructura de cuatro décadas.

Un programa “cuarentón” Se estima que como profesión la contaduría pública nació en la segunda mitad del siglo XIX en Gran Bretaña y los Estados Unidos como resultado del capitalismo generado por la Revolución Industrial y la necesidad de contar con personas capacitadas para administrar las nuevas empresas. En Colombia, el rastro de la contaduría, como carrera, se remonta a la década de 1930, debido al florecimiento industrial que vivió el país durante la primera mitad del siglo XX. Para responder desde las aulas a ese fulgor industrial, en 1960 nació en Medellín la Escuela de Administración y Finanzas (EAF), la que años más tarde se convirtió en EAFIT, al agregarle las letras I y T del Instituto Tecnológico. Desde sus orígenes, esta iniciativa académica privada, que contó con el respaldo de la Asociación Nacional de Industriales (Andi), tuvo claros sus propósitos educati-


vos: formar dirigentes empresariales y altos ejecutivos capaces de responder a los requerimientos de administración, manejo de finanzas y mercadeo de productos. La rápida estabilidad que logró EAF propició, después, la apertura de la Escuela de Ingeniería y la aprobación en 1976 del programa de Contaduría Pública, cuyas asignaturas comenzaron formalmente en enero de 1977.

Una marca que garantiza el éxito De acuerdo con los académicos, la contaduría tiene entre sus retos el de redefinir el significado de la profesión. “Lamentablemente todavía se ve a la contaduría como una carrera de menor categoría y esa es una visión errada. Es una disciplina determinante en las decisiones más trascendentales de las organizaciones”, advierte el Decano de la Escuela de Administración de EAFIT. El directivo recuerda que los egresados del programa de Contaduría Pública son baluartes de los valores que la Universidad profesa: integridad, ética, innovación, investigación, bilingüismo y audacia. “Es una impronta que se ha mantenido durante 40 años y que hoy, cuando hay más de 180 programas de Contaduría Pública en Colombia, nos distingue por nuestro perfil gerencial y financiero, no como simple ´tenedores de libros´”, añade el jefe del programa de Contaduría Pública. Al inicio del primer semestre de 2017, el programa de Contaduría Pública contaba con 208 estudiantes activos y durante sus

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40 años de vigencia ha graduado a unos 1000 profesionales. “Ser profesional de Contaduría de EAFIT ha significado para mí la apertura de buenas oportunidades y tener un buen nombre como profesional, todo gracias a los conocimientos adquiridos bajo los valores de ética y moral que la Universidad imprimió en mí”, reconoce Claudia García Ossa, egresada de Contaduría Pública en 1999. Por su parte, Érika González Zuluaga, quien se graduó como contadora en 2001, admite que ser egresada de EAFIT es una garantía para asegurar el éxito profesional. “Mi experiencia como contadora es gratificante, ya que el programa combina adecuadamente la técnica contable y la administración, lo que me hace muy fuerte en el desempeño profesional”, concluye la egresada. Entre tanto, Juan Manuel Bernal Mesa, jefe administrativo y financiero de una empresa de muebles de la ciudad, reconoce con orgullo el rótulo que para él implica llevar el “apellido” como eafitense. Este sueño académico que comenzó a forjarse hace 40 años fue el primero, en todo el país, en obtener en 1999 la acreditación de alta calidad por parte del Consejo Nacional de Acreditación (CNA), cuya distinción ha sido renovada en 2004 y 2013, y está vigente hasta febrero de 2019. De la misma manera, el programa cuenta desde hace cuatro años con el aval del Consejo de Acreditación en Ciencias Sociales, Contables y Administrativas en la Educación Superior de Latinoamérica (Cacsla), lo que ha permitido catapultar los estándares de globalización e internacionalización de esta profesión de cuatro décadas. UNIVERSIDAD EAFIT

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Academia

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La celebración académica del programa incluyó celebración con los estudiantes y la presentación del libro de conmemoración por las cuatro décadas del pregrado. A la derecha, Leonardo Sánchez, jefe del Departamento de Contaduría.


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EAFIT innova

con espacios vanguardistas que conjugan infraestructura y concepto Los espacios de aprendizaje son mucho más que un lugar neutral en el que se realizan actividades académicas. Estos deben ser escenarios activos que inviten a trabajar de diversas formas, con un modelo educativo centrado en formar estudiantes capaces de gestionar el conocimiento, de seleccionar lo que es apropiado para un contexto en específico y de aprender de manera permanente. Así, 2017 comenzó para los estudiantes de EAFIT con aulas mejoradas y adaptadas a los retos actuales que plantea la educación.

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Tecnología Diversos espacios en el campus eafitense renovaron sus espacios para facilitar el proceso de aprendizaje de los estudiantes.

Natalia Mojica Herazo Colaboradora

Equipo de trabajo de Proyecto 50 de EAFIT

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l ecosistema de aprendizaje activo de EAFIT continúa en permanente evolución. Con un conjunto de espacios diseñados para el aprendizaje centrado en el estudiante, donde convergen diversos elementos metodológicos, tecnológicos, de infraestructura y recursos educativos se fortalece el propósito de mejorar la experiencia de aprendizaje del estudiante tanto fuera como dentro del aula de clase. Este 2017 recibió a la comunidad eafitense con 40 aulas activas ubicadas en los bloques 33, 34 y 35, y un nuevo espacio en el

cuarto piso del bloque 19 denominado Aula Invertida, que está pensada especialmente para trabajo colaborativo en grupos grandes. Estos espacios se suman a la Sala de Aprendizaje Activo inaugurada a finales de 2016 en el primero piso del Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas.

Bloques 33, 34 y 35 dan paso al aprendizaje activo Cumpliendo con la promesa de marca de Inspira Crea Transforma y de acuerdo con la visión y el Proyecto Educativo Institucional, en donde se quiere mejorar la experiencia de aprendizaje con el uso de tecnologías avanUNIVERSIDAD EAFIT

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Foto: Róbinson Henao

Enriquecer la experiencia de los estudiantes en su proceso de aprendizaje, hacer que sea significativa y los marque durante toda su vida es el propósito que se planteó la Universidad cuando decidió renovar algunas aulas, tanto desde la parte estructural, como desde el tipo de mobiliario y distribución que este podría tener.

Estas transformaciones son parte del constante proceso de innovación para el aprendizaje que ha fomentado la Universidad desde hace varios años, especialmente a partir de hitos importantes como la creación en 2010 de Proyecto 50. zadas y un modelo pedagógico centrado en el estudiante, la Institución transforma su planta física para consolidar así un ecosistema de aprendizaje activo. De esta manera, con el rediseño de sus aulas en los bloques 33, 34 y 35 se promueve en los estudiantes un espíritu innovador, creativo, reflexivo, de trabajo colaborativo y autónomo, y, sobre todo, de aprendizaje activo. Estas transformaciones son parte del constante proceso de innovación para el aprendizaje que ha fomentado la Universidad desde hace varios años, especialmente a partir de hitos importantes como la creación en 2010 de Proyecto 50 (Laboratorio para la Innovación y el Aprendizaje); y la construcción de muchas otras obras entre las que se cuentan el Edificio de Ingenierías, el Laboratorio Financiero, la Sala de Audiencias y la Fábrica de Aprendizaje, espacios para aproximarse 120

a los entornos laborales del mundo real; el sistema de súper cómputo Apolo; los espacios para la construcción de narrativas, tales como el Medialab, el Centro Multimedial y el Centro de Lectura y Escritura (Celee), y los espacios de aprendizaje experiencial como la cocina de Idiomas EAFIT. “Las Aulas de Aprendizaje Activo son una tendencia que actualmente se trabaja en el mundo en los ámbitos de la educación y la investigación. Muchas instituciones están pensando en implementar este tipo de innovaciones”, afirma Claudia María Zea Restrepo, jefa del Laboratorio para la Innovación y el Aprendizaje Proyecto 50. De acuerdo con Claudia, EAFIT primero ofreció las condiciones para que se pudiesen implementar nuevos métodos. “Se había avanzado en un primer proceso que era darles a los docentes herramientas para repen-


“Las Aulas de Aprendizaje Activo son una tendencia que actualmente se trabaja en el mundo en los ámbitos de la educación y la investigación. Muchas instituciones están pensando en implementar este tipo de innovaciones”, afirma Claudia María Zea Restrepo Estos espacios de aprendizaje activo potencian la estrategia centrada en el aprendizaje del estudiante por medio de experiencias de colaboración y de reflexión individual permanente, donde se promueve el desarrollo de habilidades de búsqueda, análisis, síntesis de información y adaptación activa a la solución de problemas. Las aulas activas de los bloques 33, 34 y 35 cuentan con sillas nodo móviles que permiten fácil cambio de disposición en el aula, tablero de 360 grados que aprovechan la flexibilidad del espacio, equipos táctiles todo en uno para la gestión de contenidos digitales, conexiones eléctricas de piso para no interferir con la distribución física, sistema de sonido de alta calidad y equipos de proyección de imagen con una tecnología ecológica y amigable con el medio ambiente. Para su conformación se retoman las taxonomías de aprendizaje como recurso de diseño pedagógico, donde se define una categorización de los diferentes dominios cognitivos tales como conocimiento, comprensión, aplicación, análisis, síntesis o evaluación, integrados con las competencias del Siglo XXI y bajo un modelo que permita desarrollar niveles de desempeño desde el ser, el saber y el hacer. “Además, el aprendizaje se está planteando en el ámbito de competencias para la vida, que son el trabajo en equipo, aprender a aprender, creatividad e innovación, solución de conflictos y pensamiento computacional.

Estas capacidades se hacen necesarias para formar a los estudiantes de una manera completamente íntegra, para que puedan afrontar nuevos y complejos problemas”, afirma la directora de Proyecto 50.

Edificio de Idiomas (Aula Invertida) Una de las metodologías de aprendizaje activo que dan vida y sentido a estas transformaciones físicas se conoce con el nombre de aula invertida. Aunque no hay un único modelo, la idea fundamental es invertir la dinámica de aprendizaje en una clase: los estudiantes consultan recursos de aprendizaje dispuestos en plataformas en línea y enriquecidos como recursos multimediales, previo a la sesión presencial. De esta forma, el aula se convierte en el lugar de participación activa en la resolución de problemas, estudios de casos, simulaciones y muchas otras actividades conectadas directamente con ese momento de preparación fuera del aula, fomentando, además, el desarrollo de dominios cognitivos de alto nivel y la optimización en el manejo del tiempo. Esta dinámica se facilita a través del mobiliario flexible conformado por sillas que están diseñadas para mantener una posición activa; tableros que abarcan la mayor parte de las paredes del salón; y colores que buscan incentivar la creatividad, la actividad y la concentración mental. Este espacio cuenta con 18 mesas redondas con la posibilidad de separarse en medias lunas, 160 sillas nodo disponibles para usar junto con las mesas en grupos de trabajo colaborativo, 18 televisores que facilitan la proyección por cada una de las mesas, sistemas proyectores de tiro corto, conexiones de piso, sistema de sonido y tableros portátiles para usar por mesa. “Me gusta mucho el manejo del color y que el mobiliario permita adoptar múltiples configuraciones porque son versátiles. También, es interesante que los docentes podamos contar con varios tableros en el aula porque no necesitas estar borrando, entonces, al finalizar la clase, los estudiantes se encuentran UNIVERSIDAD EAFIT

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Tecnología

sar los currículos, las metodologías y ahora es necesario que también se adapten los espacios físicos como condición necesaria para poder desarrollar ese tipo de aprendizajes. Estos espacios posibilitan la realización de actividades con más interacción, más colaboración y participación”.


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con una especie de narración”, comenta Juan Esteban Escalante Gómez, profesor del Departamento de Organización y Gerencia de la Escuela de Administración. “EAFIT, como parte interesada, está haciendo todo lo que está a su alcance para que la experiencia en las aulas sea muy gratificante”, comenta. Un modelo de espacio de aprendizaje activo que tiene especial énfasis en grupos numerosos es el de aula de pedagogía inversa tipo Scale Up. Este nombre hace referencia a un ambiente de aprendizaje activo centrado en el estudiante usando pedagogías invertidas (Student-Centered Active Learning Environment with Upside-Down Pedagogies). Este tipo de espacio de aprendizaje fue inicialmente propuesto por Robert Beichner en la Universidad Estatal de Carolina del Norte (Estados Unidos), como una forma de facilitar las interacciones entre estudiantes y profesores en el contexto de asignaturas ofrecidas a grupos numerosos, inicialmente en el área de la física y con múltiples casos de aplicación que han evolucionado a lo largo de más de 20 años de trabajo.

El aula se convierte en el lugar de participación activa en la resolución de problemas, estudios de casos, simulaciones y muchas otras actividades conectadas. Sin embargo, su alcance se ha extendido a otras disciplinas y tamaños de grupos, pues los hallazgos principales de varias experiencias muestran que un factor que hace una gran diferencia en el éxito de los estudiantes es cuando estos sienten que alguien se interesa por su desempeño, por lo cual la calidad de las relaciones que tienen los estudiantes con otros estudiantes y con el profesor marca una gran diferencia. Para profesores como Joshua John Henry Large, docente de la Escuela de Administración que ya ha iniciado procesos de innovación pedagógica en su asignatura y que ha tenido la oportunidad de disfrutar junto a 122

sus estudiantes esta nueva aula, la existencia de este espacio ha sido una respuesta y, a la vez, un detonante de nuevas formas de comprender y diseñar la experiencia de aprendizaje. “Iniciamos con la grabación de las charlas y la creación de un espacio virtual y yo, realmente, no pensé en las consecuencias presenciales. Los estudiantes tenían que ver los videos antes de llegar a la clase, pero en la clase no estuvimos utilizando el espacio físico para desarrollar otras actividades. La segunda etapa natural después de crear ese espacio virtual era la migración a un espacio físico para, realmente, realizar la promesa fundamental de este concepto de aula invertida que es liberar tiempo con los videos para desarrollar actividades”. Después de usar el espacio durante algunas sesiones de clase en este semestre Joshua ha compartido sus observaciones sobre lo que ha logrado. “El nuevo espacio del bloque 19 ha sido clave porque con la distribución de las mesas redondas, con un espacio plano es bastante más fácil que los estudiantes se comuniquen en grupos y que desarrollen proyectos conjuntos en sus grupos. En ese sentido ha sido un gran éxito”.


Tecnología Así es como EAFIT continúa sumando esfuerzos para que ese modelo centrado en el estudiante, consignado en el Proyecto Educativo Institucional, se cumpla cada vez más.

Espacios vanguardistas Inversiones de esta naturaleza les brindan a los miembros de la comunidad eafitense, especialmente a docentes y a estudiantes, espacios vanguardistas, dinámicos, dotados con la última tecnología y diseñados para brindar las comodidades, herramientas, infraestructura y mobiliario necesario para generar ambientes de aprendizaje que enriquezcan sus experiencias dentro de las aulas. Alejandra Vidal Ramírez, docente de Innovación y Emprendimiento de la Escuela de Administración, explica que captar la atención de los jóvenes es cada vez más difícil porque están hiperconectados, y considera que con una estrategia distinta para transmitir los contenidos puede surgir un mayor interés por los temas vistos en clase. “Las Aulas de Aprendizaje Activo realmente cumplen con la necesidad de libertad para movernos en el espacio”, añade Alejandra, quien, además, realiza actividades lúdicas, como metodología para que sus alumnos se apropien de las herramientas de innovación y emprendimiento. La comunidad estudiantil, por su parte, se

muestra también satisfecha y sorprendida con los cambios y es importante notar el sentido de pertenencia que existe hacia el nuevo mobiliario de la Institución. “Ha sido una experiencia muy interesante porque cambia completamente la perspectiva, se aprovecha más el espacio, las clases son más dinámicas y la interacción con el profesor y los demás compañeros es mucho mayor”, comenta José Luis García Arriola, estudiante de segundo semestre del pregrado en Música. “Me gusta ver que la Universidad está cambiando y mejorando las instalaciones. Eso habla muy bien de la Institución, porque se preocupa por el bienestar de la comunidad eafitense”, comenta Felipe Fogth Albisser, estudiante de tercer semestre de Ingeniería Mecánica. Comprometida con el cambio social, la Universidad le apunta a la innovación educativa por medio de la transformación en la infraestructura y el acompañamiento metodológico en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Por esto, proyectos como la trasformación de las aulas de clase a ambientes de creación a través del aprendizaje activo hacen de EAFIT una universidad que inspira, crea y transforma. UNIVERSIDAD EAFIT

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Joël Dicker y su vida de éxitos y letras tempranas La carrera del escritor suizo Joël Dicker ha sido meteórica: a sus 31 años de edad ha publicado tres novelas y ganado cuatro importantes premios de literatura y periodismo. En su paso por EAFIT, como invitado del Hay Festival Medellín, habló sobre su carrera, su historia y las estrategias creativas detrás de su obra. Daniel Rojas Arboleda Colaborador

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a relación de Joël Dicker con las letras comenzó a temprana edad. Sus primeras lecturas e intentos de creación literaria ocurrieron a los seis años y, cuatro años más tarde, ya editaba y publicaba su propia revista: La revista de los animales, un trabajo

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que llamó la atención de la prensa y le valió, en 2005, el Premio Cunéo a la protección de la Naturaleza y el reconocimiento como el editor más joven de Suiza. De la creatividad de este joven escritor surgieron las novelas Los últimos días de nuestros padres (2012), La verdad sobre el caso Harry Quebert (2012) y El Libro de los Baltimore (2015), así como el cuento corto


Cultura Cuando Joël Dicker se sienta frente al computador portátil para redactar sus novelas no tiene un plan previo: No hay dibujos de mapas mentales con la estructura de la trama ni manuscritos con las características físicas e historia de los personajes.

El tigre (2005). Su producción literaria es corta pero precoz, y ha estado cargada de reconocimientos como el Premio de los Escritores Ginebrinos (2010), el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa (2012) y el Premio Goncourt de los Estudiantes (2012). Dicker estuvo en EAFIT, como invitado del Hay Festival Medellín 2017. En esta en-

trevista revela su proceso de crecimiento como novelista. ¿Qué elementos de escritura dramática aprendió en 2004, cuando asistió a la escuela de Drama del Cours Florent, en París, que le permitieran crear personajes y tramas de ficción? Es una muy buena pregunta, aunque nunca me había detenido a pensar en eso. Recuerdo un UNIVERSIDAD EAFIT

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En mis libros, quiero de verdad compartir historias importantes para mí. Tal vez por eso alcanzo a personas jóvenes y a todo tipo de lectores, sean hombres o mujeres, es decir, a una audiencia muy amplia.

profesor que resaltó la importancia de mantener vivo el niño interior, de actuar y pensar como un niño, pero no como lo haría un adulto, hablaba de ponerse, en serio, en los zapatos del pequeño. Es muy importante hacer eso porque los chicos no piensan tonterías, son de mente muy abierta y no temen hacer las preguntas que los adultos no harían. No analizan si deben ser corteses o amables o si deberían o podrían interrogar a alguien sobre ciertos asuntos. Esas nociones no están en sus concepciones. Mantener mi alma de niño fue uno de los buenos consejos recibidos en el Cours Florent.

¿Cómo cambió su visión como escritor luego de ganar el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa por La verdad sobre el caso Harry Quebert? Este premio no fue para mí un logro sino un estímulo. No fue como si me dijeran “eres el mejor” sino más bien “hiciste un buen trabajo y te estaremos observando para ver qué más haces”. Cuando eso sucede a una edad tan temprana —yo tenía 27 años—, es apenas el inicio de tu carrera, el comienzo de algo más. Lo recuerdo como un momento muy energizante y alentador que me llenó de fe en mí mismo para seguir trabajando. ¿Teme que sus obras pierdan algo de su significado luego de ser traducidas a más de 30 idiomas, como fue el caso de esta novela? 126

Foto: Róbinson Henao

¿Estudiar leyes le ayudó a mejorar, de alguna manera, su escritura? No lo creo, es decir, yo fui en 2005 a la escuela de leyes en Ginebra —de la que me gradué en 2010—, pues siempre es bueno permanecer abierto a aprender en varios campos. Quería tener más oportunidades en la vida y no encasillarme solo en escritura o derecho, pero no creo usar nada de lo aprendido cuando escribo mis novelas.

Subestimar al lector no es una opción para este autor. Brindarle espacios y dar lugar a la imaginación de esa contraparte, a quien otorga el 50 por ciento del proceso creativo que determina el éxito de una novela, es fundamental al dar forma al argumento.


Sus personajes adquieren forma a pesar de la poca información que da sobre su apariencia... Yo no los describo realmente. En mis libros doy, a veces, muy poca información física sobre ellos. Por ejemplo, sobre Marcus Goldman, quien aparece en las dos novelas mencionadas, nunca se dice si es rubio o pelinegro, o si usa o no gafas. No lo sabemos, pues nunca lo escribo. Prefiero enfocar mi atención en la descripción psicológica de los personajes para dejar a los lectores tomar decisiones y crear sus propias imágenes de los mismos.

La verdad sobre el caso Harry Quebert y El Libro de los Baltimore son, respectivamente, una novela policiaca y la historia de una familia dividida por las diferencias sociales. Son temas universales, tratados infinidad de veces e incluso, en el caso de la primera, considerados subgéneros literarios. Sin embargo, su novela más conocida ha sido leída por tres millones de personas en el mundo. ¿Cómo dota de frescura y actualidad estos temas para atraer a tantos lectores? Por encima de los temas se trata de lo que quieres contarles a las personas, y la manera de hacerlo. A veces, alguien habla de forma sencilla y genuina, al punto de transmitirte fácilmente el mensaje. Es como ir a la conferencia de un astrofísico, sobre temas de corte científico, y escucharlo exponer de manera tan clara que crees saber y entender sobre astrofísica, aunque no sea así. Es tu habilidad para captar la atención de la gente, pues en realidad quieres compartir algo con ellos. En mis libros quiero, de verdad, compartir historias importantes para mí. Tal vez por eso alcanzo a personas jóvenes y a todo tipo de lectores, sean hombres o mujeres, es decir, a una audiencia muy amplia.

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Siempre es difícil dar consejos, pues se corre el riesgo de sonar pretencioso, y aún soy un escritor joven que ha contado con suerte.

En soledad El personaje de Marcus Goldman sirve a Joël Dicker para dar cuenta de la soledad del escritor, cuyo proceso creativo, en su opinión, sucede siempre en un ambiente aislado, por cerca de dos años y tres horas diarias de escritura, para dar forma a una novela. “Nunca le pido a nadie que lea mis libros hasta que estén terminados”. Para este suizo, de 31 años de edad, es necesario confiar en los propios instintos, saber lo que se está haciendo y no permitir que la visión de los demás sobre los diferentes momentos del libro afecten la creación literaria.

UNIVERSIDAD EAFIT

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Cultura

Yo leo muchos libros traducidos y nunca he cuestionado la fidelidad de los mismos. Mucha gente me pregunta acerca de cómo puedo saber si fue bien traducida y, de hecho, no puedo estar seguro. Yo confío en la gente y en la editorial encargadas de mi obra y sé que están haciendo un gran trabajo. Además, de los lectores con quienes hablo en Colombia, los Estados Unidos, Italia y otros países del mundo, escucho y recibo comentarios, mensajes y preguntas muy similares. Eso, en mi opinión, es una prueba de que el mensaje de mis libros, escritos originalmente en francés, permanece igual, a pesar de no ser las mismas palabras, pues han sido traducidas.


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El personaje de Marcus Goldman sirve a Joël Dicker para dar cuenta de la soledad del escritor, cuyo proceso creativo, en su opinión, sucede siempre en un ambiente aislado, por cerca de dos años y tres horas diarias de escritura, para dar forma a una novela.

El proceso creativo fue uno de los temas de los que habló Joël Dicker en la entrevista que le hizo, el jueves 26 de enero de 2017 en el Auditorio Fundadores de EAFIT, la periodista Ana Cristina Restrepo.

¿Pero tiene sus propias imágenes de los mismos? Sí, las tengo, pero no siempre es clara. No estoy seguro exactamente de cómo lucen, pero tengo una imagen bastante acertada de quiénes son internamente. Esa es la parte más importante, pues, al final de cuentas, lo esencial para los lectores es llegar a conocer al personaje como si fueran amigos. No ser capaces simplemente de reconocerlos en la calle, sino de conocerlos de verdad. Por ejemplo, aunque ahora tenemos muchas fotos y todo eso en las redes sociales, hace poco chateábamos con la gente sin poder ver sus rostros, y dábamos forma a un cuadro alrededor de ellos con pocos elementos. Hoy, nos creamos una realidad propia con las imágenes que compartimos. 128

Las diferencias sociales descritas en El libro de los Baltimore pueden ser comparadas con situaciones geopolíticas y sociales contemporáneas, como la oleada de inmigrantes africanos arribando a Europa. ¿Es decir, estas ficciones le permiten dar su propia visión sobre estos temas? Sí. Son temas universales, pueden pasarle a cualquier familia en el planeta. No creo que la novela muestre mundos diferentes sino una división en un mundo aparentemente único, y la familia es el lugar en donde esto pasa más a menudo. Cuando dos personas comparten padres, genes y lazos filiales puede aparecer una falla y generar una división. Eso es algo muy interesante, pues, la mayoría de las veces, esta es creada por ambas partes y, como en el libro, todos contribuyen a aumentar ese


Cultura

Foto: Róbinson Henao

distanciamiento, pues piensan o sienten algo negativo hacia los demás. Si llegaras a crear el conflicto entre un habitante de Ginebra y otro de Medellín, podrías explicarlo mediante el hecho de la lejanía geográfica y crear una situación en la que el primero siente celos del segundo porque en su ciudad, en pleno enero, el clima muestra una temperatura de 25 grados centígrados y este puede salir a la calle mientras, en Ginebra, la temperatura no supera los -4 grados centígrados, y afuera la gente se congela. Por eso, es más interesante generar divisiones entre personas muy cercanas, con todo en común. ¿Le gustaría volver a escribir relatos cortos o seguir escribiendo novelas? No soy tan bueno en relatos cortos, aunque me encantaría, pues siempre me ha impresionado la manera como en una historia de 20 páginas puedes encontrar todo. Es algo muy intenso. Yo no tengo este don, pero tal vez algún día estaré en capacidad de hacerlo. Yo necesito realmente muchas páginas, tiempo y material para escribir algo grande y construir mis personajes. Pero durante las vacaciones, por ejemplo, leo relatos de Agatha Christie, y algunos de ellos no superan las siete o las diez páginas, y son tan vívidos e intensos que cierras el libro con una sensación como de ¡Oh Dios mío, eso fue increíble! ¿Qué escritores lo han influenciado? Todos los autores leídos alguna vez, pues muchos me gustan y me impulsan a hacer algo similar, y a otros no los disfruto, pero también son necesarios, pues me sirven de ejemplo para saber el tipo de libros que no quiero escribir. Hay algunos importantes para mí como lector: Vladimir Nabokov, Marguerite Duras y Romain Gary. ¿Tiene algún consejo para quienes empiezan a escribir? Siempre es difícil dar consejos, pues se corre el riesgo de sonar pretencioso, y aún soy un escritor joven que ha contado con suerte. Apenas tengo tres libros publicados y estoy empezando. Muchos autores tienen hasta 20 o 30 libros circulando. No obstante, un con-

Los bloqueos creativos tampoco son problema para este escritor, en cuyo proceso de aprendizaje se cuentan estudios de Drama en Cours Florent, en París, y Derecho en la Universidad de Ginebra.

sejo sería no subestimar la cantidad de trabajo para escribir un libro, y mantener siempre el ánimo arriba para trabajar muy duro. Algunas personas me cuentan sobre cuando intentaron crear una novela y se rindieron a las pocas páginas. Debes volver a tu escritorio e intentar de nuevo varias veces. Este proceso te enseñará a no desanimarte ni sentirte como un cero a la izquierda porque tuviste un momento difícil. Si quieres escribir hazlo, y síguelo haciendo. UNIVERSIDAD EAFIT

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Foto: Rรณbinson Henao

Toby Stuart, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Berkeley.

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Toby Stuart

Este profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Berkeley, en los Estados Unidos, estuvo en EAFIT con el apoyo del Grupo Argos. Sorprendido por las noticias y avances de Colombia tocó temas alrededor de la innovación, la tecnología y el apoyo a los investigadores. Adriana Cooper Colaboradora

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ientras usted lea este artículo, probablemente un ingeniero de Google haya encontrado la solución a un desafío que generan los automóviles no tripulados o un joven que trabaja en Facebook haya modificado una función de esa red social que cambiará la realidad de millones de personas en el planeta. También es probable que un grupo de soñadores y amantes de la tecnología haya avanzado en una aplicación médica que permitirá a los usuarios aumentar sus años de vida y así rozar, por unos minutos, la inmortalidad. El hecho es que en el norte del continente, más exactamente en Silicon Valley (Estados Unidos) avanzan muchas de las ideas que tienen que ver con el futuro del mundo. Muchas fracasan, caen por un momento, vuelven a levantarse y ven la

luz después de esfuerzos incesantes de sus autores. Algunas reciben el impulso permanente del gobierno. Como Silicon Valley se conoce a esa porción de la bahía de San Francisco donde se localizan actualmente algunas de las compañías de tecnología más importantes del planeta. En este sitio están puestas muchas de las miradas del mundo y lo que ocurre allí fija parámetros para la innovación. Es así como con el apoyo del Grupo Argos, EAFIT albergó, en febrero de 2017, a un grupo de estudiantes, profesores e investigadores que se reunieron para escuchar a Toby Stuart. Este académico es director del Centro Lester para el emprendimiento, de la Escuela de Negocios de la Universidad de Berkeley (California). Es economista de Carleton College y tiene un posdoctorado de la Universidad de Stanford. Ha hecho parte de comités académicos para el estudio de los negocios de las universidades de Boston y Columbia. UNIVERSIDAD EAFIT

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Academia

“Los colombianos pueden aplicar su coraje en ciencia y tecnología”:


Foto: Róbinson Henao

Además de su experiencia académica, ha trabajado en empresas como Google e Intel. Su pasión por las ideas nuevas que ayudan a otros y son rentables es tal que, durante su reunión en EAFIT, se conoció que desde hace un año y medio trabaja en la creación de su propia start up.

El gobierno federal de los Estados Unidos financia la mayoría de los emprendimientos y aporta el capital de riesgo. ¿Cómo funciona esa alianza universidad, empresa y Estado que ha permitido que muchas ideas valiosas vean la luz en los Estados Unidos? Hay un dato vital para tener en cuenta. El gobierno federal de los Estados Unidos financia la mayoría de los emprendimientos y aporta el capital de riesgo. Estas compañías nacen después de que los estudiantes tienen una idea que es apoyada por la universidad. Si esto pasa, si se crea conocimiento y se inspira a los jóvenes a que se aplique, se tiene una gran universidad. El resto pasará de forma natural. Actualmente hay tres centros académicos que están compitiendo entre ellos: Harvard, Stanford y Berkeley. Cada uno está esforzándose para ser el que lanza más y mejores emprendedores al mundo. ¿Cuál es el proceso en los Estados Unidos después de que un estudiante universitario o profesor decide apostarle a una idea? Inicialmente la Universidad decide adquirir una parte de lo que se está creando y esto, posteriormente, se traduce en beneficios para el centro académico. La mayoría de los laboratorios que trabajan en una idea nueva para crear tecnología obtiene apoyo económico a través de organismos gubernamentales porque son pocos los inversores privados que toman el riesgo de apoyar estas iniciativas universitarias. El sistema funciona porque la ciencia y la tecnología son pagadas, en su mayor parte, por el gobierno federal. También es importante agregar que es más probable encontrar apoyo para iniciativas 132


relacionadas con medicina o salud que para la creación, por ejemplo, de un material nuevo para fabricación. ¿Cómo funciona la ley en el caso de los emprendimientos nuevos? Una persona puede estar en una empresa grande y reconocida y, posteriormente, dejar su puesto en esta para trabajar en un proyecto nuevo. Bajo la Ley de California es prácticamente imposible ratificar un contrato de no competencia. Hay mucha movilidad y pocas barreras que impiden a las personas trabajar en sus iniciativas. Es un mercado liberal creado por gente con espíritu emprendedor. Usted habló de un proyecto con la red social Linkedin para identificar a emprendedores. ¿Es posible saber quién va a ser uno de ellos? En ese proyecto trabajamos con alrededor de 20 millones de hojas de vida que existen en Linkedin e intentamos adaptar a diferentes proyectos de tecnología. Con base en esa fuente valiosa de información es posible. A la hora de tener en cuenta cada archivo analizamos la persona y no nos enfocamos exclusivamente en mirar la compañía para la que trabaja. Gracias a esta iniciativa, que estuvo basada en un algoritmo, creamos modelos con factores de pronóstico para predecir quién va a ser un emprendedor exitoso y quién puede crear una compañía. Después de obtener los resultados hace cuatro años, identificamos a las personas con mayor potencial y los invitamos a una reunión. Posteriormente y, gracias a eso, hemos visto cómo varios de ellos crearon ya compañías nuevas. Usted mencionó que es muy fácil conseguir dinero para emprendimiento en los Estados Unidos. ¿Hay alguna recomendación para el caso local? El emprendimiento ocurre y se produce en formas diferentes. Anualmente tomo a mis estudiantes por un recorrido donde puedan ver

decenas de start up. Emprendimiento no tiene que ver exclusivamente con tecnología. Aquí en Medellín me encantaría ver, por ejemplo, a personas creando o mejorando la infraestructura de los negocios pequeños, que son cruciales para generar empleo o ingresos. El capital de riesgo no viene de forma tan sencilla en economías que no están totalmente desarrolladas y eso hay que tenerlo presente. También hay que tener en cuenta otros caminos. Por eso trato con mis estudiantes de identificar dónde podrán contribuir más: si en una compañía ya creada que ofrecerá un salario bueno y la oportunidad de aportar a la sociedad o en una iniciativa de emprendimiento. ¿Qué otros lugares fuera de Silicon Valley son importantes para el emprendimiento? Tel Aviv en Israel es el segundo lugar en el mundo. En Europa vemos el caso de Londres y Berlín. Ciudades en China como Pekín y Shanghái también están mostrando un ecosistema emprendedor. ¿Cree que hay un porcentaje de éxito de los emprendedores? Vivo en un mundo donde la gente termina bien lo que inicia y es próspera. Generalmente, y después de crear una start up o emprender una iniciativa, se espera una ganancia de dinero de 25 por ciento a un año después de su creación. Si dobla su valor en tres años podemos decir que es un resultado decente. Hay muchas formas de medir el éxito y, generalmente, se piensa en dinero generado. ¿Cómo es la transferencia de tecnología en la Universidad de Berkeley? Los estudiantes o profesores que integran la facultad firman un documento donde queda claro que su futuro descubrimiento o trabajo hace parte de la universidad. Si soy un biólogo y hago un descubrimiento y creo que puede ser comercial, me acerco a una oficina para mirar el tema de la patente. Los UNIVERSIDAD EAFIT

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Academia

Trato con mis estudiantes de identificar dónde podrán contribuir más: si en una compañía ya creada que ofrecerá un salario bueno y la oportunidad de aportar a la sociedad o en una iniciativa de emprendimiento.


Foto: Róbinson Henao

A comienzos de febrero de 2017 Stuart se reunió con docentes y directivos de EAFIT, gracias a la gestión de Argos, para hablar de la relación universidad, empresa y Estado.

Cuando empecé mi carrera, la mayoría de los científicos no querían ser emprendedores. Ahora, en los lugares a los que voy, veo que la mitad de ellos ya lo son. profesores y alumnos reciben beneficios de los inventos después de una negociación. Las universidades reciben el dinero de las patentes o condiciones comerciales de esas creaciones. Por ejemplo, y posteriormente, una tercera parte del dinero que ingresa iría al laboratorio de la universidad. ¿Cuándo se convierte el científico en emprendedor? Cuando empecé mi carrera, la mayoría de los científicos no querían ser emprendedores. Ahora, en los lugares a los que voy, veo que la mitad de ellos ya lo son. En Berkeley la mitad de ellos quieren estudiar, concentrarse en su trabajo y no tienen la aspiración de convertirse en emprendedores. Muchos científicos están cambiando las agendas de investigación con base en la aplicación comercial que pueda tener su iniciativa. No estoy seguro de que es la condición óptima para nuestra sociedad. Actualmente, hay una migración de la ciencia hacia la tecnología. Si recordamos el libro El Cuadrante de Pasteur, vemos que la migración de ciencia básica a tecnología viene después y que esa ciencia termina siendo comercializada. Ahora vemos a científicos trabajando en una secuencia de ADN e interesándose en la aplicación comercial de su trabajo. La creación de valor en la economía estadounidense depende ciento por ciento del crecimiento técnico.

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En EAFIT hay, actualmente, cerca de 50 spin off y algunas de estas están interesadas en ingresar al mercado estadounidense. ¿Cómo podrían hacerlo? Muchos emprendimientos pueden ser hechos alrededor de negocios pequeños y esto ayuda a mejorar el entorno. También es importante pensar muy bien en el tipo de idea. En el caso de la economía estadounidense no pasa nada si se pierden unos millones en una iniciativa porque se trata de una sociedad próspera. Ustedes, probablemente, no quieran que pase lo mismo. Algunas personas tienen ideas locas que el mundo no necesita y luego la compañía se cae porque aquello no era necesario. Si miro a 10 de las start up más exitosas que se han creado fuera de los Estados Unidos, la más valiosa en los últimos cinco años es Didi que acabó con Uber en China. Si alguien hubiera creado algo parecido aquí antes de la llegada de Uber, hubiera tenido éxito. No hay una forma única de entrar a los Estados Unidos. En general, puedo decir que no hay que perder el dinero en las cosas que acostumbramos perder el dinero. Es bueno mirar lo que hay afuera y falta aquí. Para esto, existe, por ejemplo, Rocker Internet, una empresa que analiza lo que hay en los Estados Unidos y establece en un equipo en otro país para que mire lo que falta y puede ser necesario.


¿Cómo hacer más innovadores los proyectos de ciencias sociales? No hay respuesta para esta pregunta. En mi caso creo que los mejores proyectos son los más ambiciosos. Hay que imaginar lo posible y no lo estrictamente convencional.

Además de la medicina, ¿en qué áreas está enfocada la innovación ahora? En el desarrollo de vehículos autónomos que no necesitarán conductor, la nube, manejo de datos y dispositivos móviles, y realidad aumentada.

En la cultura local y latinoamericana la gente suele tenerle miedo al fracaso. Incluso el periodista Andrés Oppenheimer escribió esto en su libro Crear o Morir. ¿Cómo pueden las universidades y empresas como Argos ayudar a crear una cultura científica mejorada y que avance? No estoy de acuerdo con este primer planteamiento. Me parece maravillosa la gente en Colombia. En cada país y cultura hay una cuota de aversión por el riesgo. En esta sociedad hay gente que tomó grandes riesgos para hacer que avancen el gobierno y la sociedad colombiana. Su país se ha transformado visiblemente en un período corto de tiempo. Este mismo coraje puede ser aplicado también a la ciencia y la tecnología.

Se está en un país con una compleja realidad en relación con los fondos que se destinan a la innovación. ¿Si el apoyo principal no viene del gobierno, cuál sería la mejor alternativa para obtenerlos? Enfocarse más en tecnología aplicada que en ciencia básica. Hay muchas oportunidades en tecnología apropiadas para mercados de capital privado en sociedades como esta.

Las palabras del mundo emprendedor Capital de Riesgo o venture capitalist: Es el dinero que aportan inversores privados y que generalmente da impulso a las llamadas start up. Fintech: Así se conoce a la tecnología que se está creando para el mundo financiero. Actualmente ya existe un grupo de empresas que se apoyan en la tecnología y la innovación para competir en el mercado de instituciones financieras tradicionales como la bolsa o los bancos. Realidad aumentada: Consiste en un conjunto de dispositivos mediante los cuales se puede añadir información virtual a los elementos físicos reales. Es, por ejemplo, cuando se va caminando por una calle, se toma el celular y, mediante una aplicación o función, se empieza a ver la calle por la que se camina a través de la pantalla y con otra información adicional que no se ve sin el celular.

Spin off: Es una empresa que se crea con las ganancias de otra existente. En el caso universitario, aplica para aquellas empresas creadas por integrantes de una universidad, quienes buscan la aplicación práctica y comercial de sus proyectos. Start up: Son empresas emergentes que para empezar reciben dinero gubernamental o de inversores privados llamados en inglés business angels (ángeles de los negocios) y que confían en que esa iniciativa genere ganancias en corto tiempo. Transferencia de tecnología: Es la entrega de información entre el propietario de la información y la persona que la necesite. Esta transferencia puede hacerse a través de una patente que es otorgada por el investigador o centro académico a una empresa o corporación que puede hacer realidad esta iniciativa.

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¿Hacia dónde avanza Silicon Valley? Es un lugar dinámico que está en movimiento constante. La mayoría de la actividad está enfocada ahora a inteligencia artificial, fintech y programas de computador para emprendedores. Siempre está evolucionando.


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Babel es un hueco “Me encantaría que la gente leyera en esta muestra mi actitud de vida como individuo frente al universo”: Alejandro Castaño

Hasta abril de 2017 se pudo apreciar en el Centro de Artes de EAFIT la exposición Babel, de Alejandro Castaño Correa, docente de la Universidad Nacional sede Medellín. Se trató de una muestra compuesta por más de un centenar de artilugios creados durante más de 20 años de desarrollo artístico desde el taller del artista, ubicado en Rionegro (Antioquia). Sol Astrid Giraldo Escobar Colaboradora

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abel, con su confusión, ha vuelto. Sin embargo, no se eleva prepotente como aquella edificación bíblica que retadoramente quiso alcanzar el cielo. La Babel que se ha posado recientemente sobre el Centro de Artes de la Universidad EAFIT es subterránea, se dirige hacia abajo, hacia adentro, hacia las profundidades. Los constructores de la edificación desmesurada de la leyenda fueron castigados con la incomunicación. Antes de que esa mole orgullosa se erigiera, había un piso firme para la comunidad y la gente hablaba un único idioma. Después, sin embargo, fueron tantas las lenguas que ya nadie entendió a nadie. Y el suelo se volvió tan inestable como el de una torre inclinada. Alejandro Castaño, arquitecto de esta nueva Babel, quiere reflexionar, precisamente,

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sobre la fragmentación, la pérdida de los significados únicos y de las superficies planas y seguras de sentido: “Babel es encuentros y desencuentros. Códigos establecidos y códigos rotos. No es lenguaje, torre ni ciudad. Babel son solo rastros de la multiplicidad que nos hace individuos en este navegar. Aquí estamos en este único viaje cosmogónico sin haberlo pedido. Babel es todo”. Advertidos de esto se debería entrar sin preconceptos a su universo y dejar atrás la razón, la sed de significado, la búsqueda de seguridades, la necesidad de historias, la urgencia de moralejas, la exigencia de bellezas suaves y brillantes. Babel, más bien, es un delirio, un sueño, un viaje. Una interpelación a los sentidos, a la imaginación, a las memorias, a las nostalgias. Una experiencia multisensorial y lenta, en contravía de los estímulos unidireccionales, descorporeizados y frenéticos del presente.


Cultura Alejandro Castaño, arquitecto de esta nueva Babel, quiere reflexionar, precisamente, sobre la fragmentación, la pérdida de los significados únicos y de las superficies planas y seguras de sentido.

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El profesor de la Universidad Nacional expone su visión sobre el desarraigo, los territorios, las fronteras y los viajes. La muestra estuvo habilitada hasta finales de abril de 2017.

Los visitantes deben tener una disposición activa y abierta para que Babel se abra y no les dé en las narices con su desprecio soberano por los significados literales. La escala ayuda a crear este clima de inestabilidad. A veces la proporción humana se sobrepasa como lo hace el ensamblaje monumental de una rueda y un tronco de varios metros que recibe al espectador en la sala central. Otras veces, en cambio, se minimiza, y hay figuras de centímetros perdidas en líricos y leves relatos. La disposición de las esculturas también altera la claridad conceptual y geométrica del recinto. Una gran pieza en la que se tejen varias latas oxidadas atraviesa el centro y se pega contra la pared des138

ordenando los ángulos rectos de la sala. Las barcas, por su parte, se chocan y colisionan. Un tronco y sus raíces obstaculizan el paso.

Activos y despiertos Los visitantes deben tener una disposición activa y abierta para que Babel se abra y no les dé en las narices con su desprecio soberano por los significados literales. Su territorio, en cambio, es la metáfora, la provocación, la insinuación. Las obras aquí no están afuera rotundas, definidas y estables, esperando a que el espectador compruebe ópticamente que la representación plástica se corresponde con algún objeto o evento de la realidad. Al contrario, estas imágenes solo terminan de suceder en la mente de quien recorre estos


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territorios, los hace suyos y los completa con su propio bagaje psíquico. “Babel es una invitación a un viaje”, insiste Castaño, solo que no se sabe adónde. Un viaje que, de ninguna manera, tendrá la forma previsible e inofensiva de un recorrido turístico. Tampoco habrá muchas estaciones para descansar del vértigo. Esta excursión, al contrario, será por símbolos quebrados, por las ruinas culturales, por los pliegues del inconsciente, por estelas de objetos abandonados y sobrevivientes, por las zanjas de la cultura material, por superficies oxidadas que son la forma sensible del paso del tiempo. Las esculturas de Castaño no lo son en el sentido tradicional del término: monumentos figurativos sobre pedestales fijos. O, en el otro extremo, formas abstractas, impolutas, enamoradas de su propia perfección y

belleza. Se está, en cambio, en el reino de los objetos ambiguos, creados por el escultor al colisionar formas, temporalidades y materiales contradictorios: el hierro con la madera, las ramas con la piedra, la anatomía del hombre con la de un caballo, la cruz católica con un avión. En otra vertiente de piezas, Castaño trae objetos ya hechos, coleccionados y memoriosos, los cuales ha recogido de las bodegas del pasado. Artefactos desfuncionalizados, fuera de su contexto habitual, que así se convierten, en sí mismos, en un hecho plástico: sextantes, brújulas, instrumentos de medición. Para no naufragar entre hierros retorcidos, herramientas varadas, brújulas muertas, hachas de cabeza, Icaros que no vuelan, lo mejor es subirse imaginariamente en una de las muchas canoas que ofrece el artista a quien decide aceptar su invitación. Estas, estructuras despojadas de recubrimientos, se hundirían en el agua tumultuosa de la realidad. Sin embargo, no es este el elemento sobre el que se va a navegar. Sus canoas, en cambio, sirven para atreverse al líquido espeso de la memoria cultural. Son las canoas arquetípicas, las que vienen de Egipto, del Nilo, de los mares enfurecidos de los vikingos y los romanos, hasta llegar a las corrientes del Chocó en el Atrato o las de los sirios en el Mediterráneo actual. Las canoas se materializan en dibujos y bocetos, que el artista trae a la sala, antes de pasar a la tercera dimensión. Entonces muestran escuetamente su armazón, sus junturas, su vientre vacío. Son los símbolos atávicos del viaje, la huida, el desplazamiento. Aunque no se mueven y están aferradas al piso, tienen los pies ligeros de la poesía, una clave infaltable en este escenario. Castaño ha desarrollado un vocabulario y una gramática particular. Sus palabras son los objetos creados o recogidos. Su sintaxis, las atrevidas acumulaciones, tejidos y ensamblajes. Concatenaciones insistentes que llevan de una forma a otra forma en una infinita sucesión.


Foto: Róbinson Henao

Una colección de pequeños y grandes artefactos, creados por este artista plástico (derecha), hace parte de Babel.

Pero Castaño no tiene ojos de cínico posmodernista, sino de poeta tardo romántico. A sus ojos las ruinas, los detritos, los pedazos no hablan de batallas perdidas, sino de persistencias y posibilidades.

No hay dónde posarse Los pares semánticos “barca-árbol”, “barcacaballo”, barca-casa”, “árbol-rueda” se despliegan como especies de haiku objetuales. Ellos remiten al destierro, a la multitud de seres que deben llevar la casa sobre su espalda, como los caracoles. Por esto, la barca no está emplazada en un paisaje como sucede usualmente en la tradición pictórica occidental, sino que, al contrario, el paisaje (el árbol, la casa, el caballo) se instala dentro de la barca. Es que el espacio, en este universo babilónico y destruido, ha colapsado. No hay un lugar donde posarse. Y a los objetos no les queda más que replegarse sobre sí mismos mientras hacen malabares sobre la nada. 140

Hay otros símbolos personales que plantean relaciones paradójicas, aparentemente contradictorias e irreconciliables. Un hombre pesa más que un hipopótamo en una imaginaria balanza. Los caballos, en lugar de cascos, tienen ruedas. Una casa habita dentro de un cuenco. Hombres con cabezas equinas cabalgan sobre lomos que han perdido la suya. Son los objetos expulsados de las debacles del espacio y de la historia. Esta, aquí, no es un relato orgánico con principio, desarrollo y fin, sino un gran vertedero de basura y detritos. Pero Castaño no tiene ojos de cínico posmodernista, sino de poeta tardo romántico. A sus ojos las ruinas, los detritos, los pedazos no hablan de batallas perdidas, sino de persistencias y posibilidades. Sobre una piedra


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se puede construir una catedral. Sobre una estela de fragmentos, de esquirlas de palabras y cosas, fabular un mundo. Y en medio de esta desmesura surge la utopía de la mensurabilidad. La obsesión de medir el mundo, cartografiarlo, con la intención de controlarlo. La medida de esta geografía será el cuerpo humano, que en la visión de Castaño pierde su condición de ser anatómico para volverse una mera unidad funcional, como parodia de aquella idea renacentista que quiso proponer al cuerpo humano como la medida ideal de todas las cosas. Sin embargo, Babel tampoco es Renacimiento. Y aquí la geografía y la anatomía se muestran como discursos fallidos. La tierra está fragmentada, los cuerpos también. Han perdido la cabeza, sus pies están enterrados en pedestales que los inmovilizan. Han extraviado la dirección y la gravedad, han trastocado su axialidad y lateralidad. No son individuos sino arquetipos vulnerados en una geografía loca donde no hay un lugar claro para la humanidad. Así es Babel. En el panorama contemporáneo de un arte desmaterializado, no objetual, virtualizado, que prescinde de la factura, le apuesta en cambio firmemente a la presencia física, a las técnicas manuales de cortar, serruchar, soldar, moldear. Y a la manipulación de materiales tradicionales como el hierro, la madera, el yeso, la plata, el aluminio, el bronce. A la aventura atávica de la metalurgia y sus coqueteos con la alquimia. Y en un contexto de propuestas altamente politizadas por las urgencias históricas del país, se decide por la alusión poética en lugar de las conversaciones obvias y directas con la realidad. En su propuesta, sin embargo, no dejan de colarse guiños al desplazamiento como una metáfora universal de estos tiempos glocales. Babel. Pastiche histórico, tecnológico, mitológico. Acumulación de signos rotos en un entorno poshistórico, donde estos no se devalúan, sino que se dignifican y rescatan. No en un sentido nostálgico, sino como una decidida incitación a la liberación y al viaje mental y sensible por la cultura y la memoria. Porque esta Babel no es una torre, sino un hueco. Y también, y sobre todo, una actitud.


Ana María y Víctor, dos talentos musicales eafitenses que traspasan fronteras Ana María Patiño, estudiante de Música de la Universidad, fue seleccionada entre cerca de 400 aspirantes internacionales para participar en el Festival de Lucerna (Suiza). A su vez, en abril, y como parte de la experiencia, la joven directora de orquesta recibió las enseñanzas del reconocido maestro Bernard Haitink, uno de los más connotados del planeta. De igual manera, el profesor Víctor Agudelo se destacó por la publicación del segundo volumen de su libro y por ser invitado a los Estados Unidos, donde compartió parte de su producción académica y artística.

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Juliana Zuluaga Tamayo Colaboradora

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o, re, mi, fa, sol, la, si… Sí, caminar por los pasillos del Departamento de Música de EAFIT es encontrarse en cada paso con ensayos, sonrisas, pequeños gestos que muestran la intención de uno que otro estudiante de dirigir una orquesta. Caminar por esos pasillos deja la sensación de ser un pentagrama imaginario que permite dejarse llevar por las tonadas que se tararean en el aire. Caminar por esos pasillos es, sin duda, parte del día a día de Ana María Patiño Osorio, quien se entremezcla entre sus compañeros de clase y otros más avanzados.

Víctor Agudelo

Ana María tiene 21 años y cursa el último semestre del pregrado en Música con énfasis en Dirección de Orquesta en EAFIT. Desde pequeña la acompaña un saxofón. El amor por este instrumento, que para muchos suena a bohemia y a romance, permanece intacto, pese a que pararse frente a un grupo de músicos para hacerlos brillar con la interpretación de una pieza es ya una parte de sí misma y el camino elegido entre los pasillos que trazan el Departamento de Música. Hoy, Ana María es entre sus compañeros de clase, profesores y colegas uno de los mejores ejemplos de que la disciplina es un factor determinante para alcanzar sueños. El más reciente comenzó en diciembre cuando los videos suyos dirigiendo La​ quinta sinfonía de UNIVERSIDAD EAFIT

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Academia

Foto: Róbinson Henao

Foto: Róbinson Henao

Ana María Patiño


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Tchaikovsky, con la Filarmónica Joven y el ensayo de La primera sinfonía de Brahms, con la Filarmónica de Medellín, le sirvieron para inscribirse a la convocatoria internacional para participar en el Festival de Lucerna, en Suiza, dirigido a estudiantes avanzados de dirección y directores profesionales menores de 32 años. Para esta joven el 13 de febrero de 2017 es inolvidable porque ese día, vía correo electrónico, le notificaron que hizo parte de los 20 directores de orquesta elegidos entre al menos 400 participantes que hicieron parte de este evento, en el que recibió clases maestras de uno de los más grandes directores de orquesta del mundo y de un ícono en la música clásica. Se trata del maestro Bernard Haitink.

Para esta joven el 13 de febrero de 2017 es inolvidable porque ese día, vía correo electrónico, le notificaron que hizo parte de los 20 directores de orquesta elegidos entre al menos 400 participantes que hicieron parte de este evento.

Ana María tiene 21 años y cursa el último semestre del pregrado de Música con énfasis en dirección de orquesta en EAFIT.

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“Todavía no lo puedo creer”, dice Ana María. Y agrega: “Me he dado cuenta de que es mejor tener sueños a corto plazo. Hace unos años quería estudiar saxofón en Francia. Ahora quiero ir a Lucerna, enriquecerme con esta experiencia y estudiar mucho. Quiero terminar mi carrera, hacer la maestría en Dirección de Orquesta. Mi sueño grande es ir a Europa por todo lo que representa para la historia musical universal”. Pero los pasos que ha dado Ana por los auditorios de EAFIT, en teatros y al aire libre como directora de orquesta han sido posibles gracias a sus maestros. Sin embargo, Alejandro Posada Gómez, director musical de la Filarmónica de Medellín, director de la Academia Filarmónica de Medellín y docente de cátedra de la Universidad, ha sido un apoyo en su crecimiento profesional y personal. “Yo la conocí cuando era estudiante de la escuela de saxofón. La invité a la orquesta que dirijo y ahí me enteré de su gusto por la dirección. La animé para que se preparara y considero


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Ana María, quien vive en La Unión (Antioquia) junto a sus padres, siempre ha sido una mujer inquieta. Desde niña, gracias a que su madre era amiga del director de la banda sinfónica del municipio, Jhon Jairo Martínez, mantuvo una relación cercana con la música.

Para Alejando Posada las manos están hechas para coger las cosas y hacer la vida más fácil. Cuando un director suprime la batuta, su trabajo se complementa con los gestos, la mirada y hasta la postura corporal .

que es una persona muy dedicada a sus estudios y a su profesión. Para mí, los directores de orquesta tienen que nacer con carisma de director y ella tiene esa cualidad. Eso le ha dado los éxitos que ha podido acumular a su corta edad”, afirma el maestro Posada. Disciplina, talento y vocación son las cualidades que debe tener un músico, según Alejandro. Esas cualidades, considera él, llevaron a Ana María a Lucerna. “Para ponerlo en términos más sencillos: la aceptación de ella en ese curso con una de las mejores orquestas, conformada a su vez por los mejores músicos de las grandes orquestas del mundo, es como ganarse el oro olímpico”.

Las manos: un todo Se deslizan. A veces rápido, otras no tanto. En ocasiones parecieran acariciar algo. Otras, como si persiguieran un no sé qué. Pero siempre son delicadas. Siempre buscan la perfección en la cadencia de las notas musicales. Las manos para el director de orquesta son como el agua para la vida: fundamentales. Las manos, el cuerpo, la mirada, los gestos que transmiten los directores a los músicos

son la conexión más importante a la hora de llevar a cabo una interpretación. “Mover las manos requiere de una técnica. Requiere de práctica. Hay que ordenar los movimientos también. Hay que estudiar mucho, pero, sobre todo, mirarse. Yo acostumbro pararme frente al espejo y hacer ejercicios para mover las manos, para soltarme”, afirma Ana. Esos ejercicios los desarrolla para transmitir, a través de sus manos, cada sensación que le produce la música. Para Alejando Posada las manos están hechas para coger las cosas y hacer la vida más fácil. Cuando un director suprime la batuta, su trabajo se complementa con los gestos, la mirada y hasta la postura corporal. Por supuesto, los directores aprenden otro lenguaje: el de las manos. “Nos gastamos tantos años aprendiendo a hacer perfectamente cada movimiento, que las manos se convierten en un vehículo de comunicación tan importante como la voz”, manifiesta Alejandro.

Buscando la excelencia Hace dos años, en el colegio La Enseñanza, Ana María hizo su primera presentación como UNIVERSIDAD EAFIT

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cer una mejor puesta en escena. Hay algo que me gusta hacer antes de cada presentación y es estudiar. Leo y estudio la partitura, y trato de coordinar el tempo, sentir los instrumentos, soy fiel a lo que está escrito porque intento que la interpretación de la obra salga lo más fidedigna posible”, expresa la joven directora.

Dos décadas de formación

El año de la música en EAFIT será 2018. Los pasillos que albergan a tantos estudiantes hoy se preparan para recibir a egresados, visitantes y profesores que serán protagonistas durante la celebración de los 20 años del Departamento de Música. directora. Bajo su batuta estuvo la Orquesta del Departamento de Música de EAFIT con la interpretación de una ópera de Mozart: el primer acto de La flauta mágica. Desde antes y hasta ahora ha sido natural la dirección musical. A diario practica y se llena de conocimientos y experiencias de sus maestros. Su objetivo estuvo enfocado en los detalles del gesto, en estudiar la historia del festival y de las piezas que allí se interpretaron. “Para mí la historia es muy importante. Me gusta leer sobre el compositor, para concentrarme en el momento de vida por el que pasaba, imaginarme cómo era su entorno y qué pasaba en ese momento. De esa forma siento que puedo ha146

El año de la música en EAFIT será 2018. Los pasillos que albergan a tantos estudiantes hoy se preparan para recibir a egresados, visitantes y profesores que serán protagonistas durante la celebración de los 20 años del Departamento de Música. Desde ya se alistan los preparativos para tres momentos clave. El primero será una serie de conciertos en el Auditorio Fundadores para que la ciudad conozca la historia de este programa. El segundo será un encuentro de estudiantes y egresados; y el tercero será el Encuentro de Música, que será dedicado a los 20 años de esta dependencia. “Nuestros estudiantes tienen una particularidad. Ellos llegan seguros de lo que quieren hacer. Aman lo que estudian y prueba de esto es que tenemos un grado de deserción muy bajo”, expresa Fernando Gil Araque, jefe del Departamento de Música. Además, se siente orgulloso por la planta docente que tiene esta dependencia que, a su juicio, está entre los más integrales del país. Para Fernando, a su vez, uno de los grandes pilares del Departamento de Música está en sus estudiantes. Hoy existen algunos que adelantan sus prácticas en Viena (Austria), México, Argentina, Alemania o los Estados Unidos. Los egresados tienen una visión internacional para moverse y competir, pues están trabajando en estándares musicales importantes. Están en las orquestas del país, fuera del país y en proyectos de carácter social. Y una de esas representantes importantes es Ana María, quien cuando dirige recuerda estos pasillos donde se hizo directora de orquesta.


Víctor Agudelo Ramírez es egresado de Música de EAFIT con énfasis en Composición Musical. Tiene un doctorado en Composición, Teoría y Dirección de Orquesta en la Universidad de Memphis (Estados Unidos), y hoy, además de ser profesor titular de EAFIT, dirige el Ensamble Periscopio, que pertenece al taller de composición y al grupo de investigaciones musicales. En 2015 salió al público su libro Blancas, Negras y Mulatas, volumen 1, una colección de 12 piezas basadas en elementos de la música tradicional colombiana. En este se registra una serie de técnicas compositivas contemporáneas y notaciones no tradicionales, asequibles para estudiantes de piano. En 2017 publicó el segundo volumen de esta obra con el apoyo en la investigación de la pianista Natalia Ramírez. “Lo más valioso de este proyecto es que quienes han sido mis maestros tienen estos libros como documentos de apoyo para sus clases y tienen a sus estudiantes tocando estas partituras”, expresa Víctor, quien recientemente estuvo como compositor visitante y haciendo el estreno mundial de La madre de Agua, comisionada

por el director Miguel Harth-Bedoya, que fue interpretada bajo su dirección por la Fort Worth Symphony Orchestra (Texas, Estados Unidos). Víctor, a su vez, pudo dar a conocer en la TCU de Texas todo el trabajo realizado en la investigación Blancas, Negras y Mulatas en sus dos volúmenes, donde pudo compartir el proceso de investigación que terminó en este resultado. Se trata de un trabajo al que le ha dado identidad con los nombres de cada pieza, pues en vez de nombrarlas como Sonata N° 1 o Sonata N° 2, se le ocurrió llamarlas con nombres llamativos como, por ejemplo, La piñata de Eva, El hipnótico carriel del culebrero, Patadas del burro mocho o 12 gotas de rocío para Diana. “Yo creo que la música es universal, y con el trabajo que hacemos los músicos colombianos, nuestras composiciones se van abriendo terreno en el mundo. En Colombia tenemos unos ritmos tradicionales muy bonitos y es muy valioso ver a un chino o a un japonés tocar una cumbia. La música no nos pertenece, la música está en un plano universal y, por eso, es importante que los músicos se apropien de esta”, manifiesta Víctor.

Un talento local para el mundo Víctor se prepara con la editorial Filarmonika Music Publishing para publicar la obra que lleva compuesta hasta ahora. Se trata de una selección de 36 piezas musicales. Para él, estar activo en la academia, tener contacto con los estudiantes y profesores, y compartir con otros músicos alrededor del mundo es una manera de lograr esa cantidad de composiciones. Entre los premios que ha recibido este joven músico se encuentra el Houston Symphony Orchestra Young Composer Competition con la obra El Sombrerón, en 2016. El Morton Gould Young Composer Award, ASCAP Foundation,

New York, con la obra Prisma Continental, en 2009. El “Smit Composition Award”, University of Memphis, 2005; así como los concursos de composición realizados en el Departamento de Música de la Universidad EAFIT con las obras Credo, 2000, y Sangre de Hincha, 2001. Además, sus composiciones han sido interpretadas, entre otros, por la Orquesta de la Radio de Noruega, la Orquesta Sinfónica de Houston (Estados Unidos), la Orquesta Sinfónica de Fort Worth (Estados Unidos), la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (España), y la Orquesta Sinfónica de La Habana (Cuba).

UNIVERSIDAD EAFIT

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Academia

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El creador de Blancas, Negras y Mulatas


Foto: Róbinson Henao

Idiomas EAFIT, que recibió en diciembre de 2016 junto con Educación Continua la renovación de la acreditación de Accet, se abrió este 2017 a otras lenguas, como es el caso del ruso.

Idiomas y Educación Continua EAFIT, aprendizaje de clase mundial 148


José Alejandro Pérez Monsalve Colaborador

L

a calidad de la oferta educativa; el alto nivel del cuerpo de profesores; la aplicación de metodologías modernas y pertinentes para las necesidades de los alumnos; y el alineamiento entre la misión, la visión y la forma de adelantar cada uno de los procesos llevaron a Idiomas EAFIT y a Educación Continua EAFIT a recibir la renovación de la acreditación internacional por parte del Consejo de Acreditación para Educación Continua y Entrenamiento (Accet). El aval estará vigente hasta el 15 de diciembre de 2021.

En el documento que soporta la acreditación, William Larkin, director de Accet, señala que “la Comisión de Acreditación elogia a la Institución por sus esfuerzos al cumplir con los estándares de acreditación”. En el documento que soporta la acreditación, William Larkin, director de Accet, señala que “la Comisión de Acreditación elogia a la Institución por sus esfuerzos al cumplir con los estándares de acreditación”. Luis Fernando Rendón Cortés, director de Educación Continua EAFIT, explica que el proceso de acreditación por parte de este organismo mide 51 variables, “y en cada una, ellos destacan las que cumples, las que cumples muy hacia arriba y en las que puedes tener debilidades. Estas variables incluyen temas como metodología, infraestructura, rigurosidad, evaluaciones, calidad de la educación y cumplimiento de horarios. Prácticamente evalúan toda la gestión”.

Para Thomas Hanns Treutler, director de Idiomas EAFIT, el haber obtenido esta renovación por un período de cinco años es un logro importante dentro de los objetivos y el trabajo que adelanta su dependencia, porque “nos pone el espejo y nosotros podemos ver cómo estamos operando, cómo debíamos operar y eso nos ayuda mucho a mejorar nuestros procesos”. Anota que, durante el proceso, la comisión de enviados por Accet analizó tanto temas administrativos como los académicos. “Miraban cómo interactuamos con los estudiantes; qué tipo de información les damos; cómo nosotros estamos determinando nuestra oferta y cómo estamos entre misión, visión y lo que realmente hacemos”. Agrega que el Consejo de Acreditación para la Educación Continua y el Entrenamiento es un organismo que cuenta con el aval del Departamento de Educación de los Estados Unidos, de ahí la importancia de tener esta renovación, porque avala los procesos de las dos entidades de acuerdo con estándares de clase mundial para este tipo de instrucción.

Los aspectos más destacados El análisis y evaluación realizada por la comisión de Accet abarca un amplio número de variables. Entre lo que los expertos evaluaron y que obtuvo una valoración alta en el proceso cabe destacar lo siguiente: La planeación y la medición de dicha planeación estratégica de ambas direcciones, donde se destaca la coherencia de los planes de corto plazo con los de largo plazo; el entendimiento de la misión y visión por parte del personal y el involucramiento de todo el UNIVERSIDAD EAFIT

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Institucional

Ambas dependencias de la Universidad recibieron la renovación de la acreditación internacional por parte del Consejo de Acreditación para Educación Continua y Entrenamiento (Accet), que avala el Departamento de Educación de los Estados Unidos y que refrenda la calidad de los procesos académicos y administrativos de las dos unidades universitarias. ¿Los beneficiados? Los estudiantes.


Jéssica Lorena Ríos Vega, diseñadora gráfica, estudiante de portugués en Idiomas EAFIT “Ha sido una experiencia enriquecedora y motivante porque se ve un avance en cada clase, en cada nivel y es allí donde te das cuenta de que estas en el lugar indicado”.

Juan David Umaña Gallego, periodista “He tenido profesores que hacen de las clases una experiencia, ponen el idioma en contexto, lo envuelven en historias, en ciudades, en gastronomía, en arte. Eso lo hace una experiencia vivencial”.

personal en el cumplimiento de dichas misiones y visiones; la infraestructura, donde se resalta la imponencia del campus principal y el ambiente que se vive en él. También fue destacada la sede del Centro Comercial Mayorca Mega Plaza y la capacitación de los profesores antes del inicio del trabajo, y el hecho de que los docentes tuviesen acceso a programas de extensión. Y existen más aspectos que permitieron la renovación de la acreditación: la satisfacción de los estudiantes en los programas y la satisfacción de los empleadores con la capacitación recibida. La revisión curricular anual de los programas de educación continua y los sílabos por curso de idiomas; las clases centradas en el estudiante; el compromiso con las acreditaciones (institucional, Cervantes y Accet); también resaltaron el impacto social de la Universidad en el contexto local y nacional, destacando el programa Ser Pilo Paga; y la cualificación de los docentes y la disponibilidad de los registros de ellos.

nos aspectos a mejorar durante el proceso de la primera acreditación (2011) a la que se había sometido. Y en esta oportunidad, dice Thomas, “ponderaron que realmente nosotros estuvimos utilizando este proceso y la acreditación para mejorar las observaciones que nos habían hecho en el proceso anterior. Hemos escuchado, hemos actuado, hemos mejorado y hemos respondido a las observaciones que tenían en la primera acreditación. Que eso no pasa siempre, que muchas veces las instituciones siguen haciendo sus cosas como tradicionalmente las hacían, pero que aquí, realmente, las tuvimos en cuenta para mejorar nuestros procesos”.

El gran valor agregado que tiene aprender otro idioma es realmente sobre la cultura y cómo piensa, y cómo actúa otra gente. También, subraya Luis Fernando, para quienes evaluaron los procesos tanto en Educación Continua, como en Idiomas, fue importante constatar la voluntad de la Universidad por someterse de manera voluntaria a procesos de acreditación ante entidades como el Consejo Nacional de Acreditación u organismos internacionales, lo que refleja, para ellos, una cultura de autoevaluación y mejoramiento continuo. En el caso de Idiomas, por ejemplo, destaca su director, Accet había señalado algu150

Idiomas, más que palabras es conocer una cultura Una de las fortalezas con que cuenta Idiomas EAFIT está en su metodología de enseñanza para el aprendizaje de un nuevo idioma. Se trata de un acercamiento más vivencial a la experiencia de una nueva lengua. Si quien aborda el reto de aprender un idioma quiere de verdad entender bien a una persona, debe empezar por entender su contexto cultural “y esa es la gran experiencia que uno tiene aprendiendo otro idioma, no necesariamente la palabra. El gran valor agregado que tiene aprender otro idioma es realmente sobre la cultura y cómo piensa, y cómo actúa otra gente; y por eso este es un factor importante en nuestro proceso; y el otro es que cada estudiante aprende ese idioma y esa cultura de una manera diferente, porque cada uno tiene intereses y una forma diferente de aprender. Unos son más visuales, otros más auditivos, otro más textual, y nosotros queremos responder a estas diferentes necesidades de los estudiantes”, señala Thomas Hanns Treutler.


21.935

Personas fueron atendidas en los programas de Educación Continua en 2016.

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Institucional

Foto: Róbinson Henao

Cifras

Horas se dictaron en esta área en EAFIT el año pasado.

Educación Continua EAFIT ofrece programas relacionados con todas las áreas del saber que tiene la Universidad.

Con cerca de 600 programas en los diferentes campos del saber y las competencias para el trabajo, Educación Continua EAFIT es uno de los más completos del país en la oferta de cursos para la comunidad y para las empresas. Hoy la dirección ofrece cursos para diferentes lenguas: inglés, francés, portugués, italiano, japonés, ruso, chino mandarín, español para extranjeros, y coreano, aunque este último es un curso más de acercamiento a esa milenaria cultura y no implica un proceso por niveles, como sí se desarrolla en los otros casos. En el mediano plazo agregarán nuevas ofertas a otros idiomas que interesen a los estudiantes, así como se desarrollarán nuevos materiales y nuevos formatos que apoyen el proceso educativo en las clases, más abiertos y enfocados en los diversos intereses de los estudiantes.

Educación Continua para muchas personas Con cerca de 600 programas en los diferentes campos del saber y las competencias para el trabajo, Educación Continua EAFIT es uno de

los más completos del país en la oferta de cursos para la comunidad y para las empresas. Su director, Luis Fernando Rendón, explica que un 65 por ciento de estos cursos se ofrecen en la Universidad y son abiertos al público. El otro 35 por ciento se orienta a cursos específicos en empresas que requieren y buscan los servicios. “Lo que necesitamos es adaptarnos a lo que cada una necesita realmente, y ser muy coherentes y muy pertinentes con lo que ofrecemos, para que realmente haya un impacto en el desempeño de su talento humano, y en los resultados que obtiene la empresa a través de esos talentos”. En desarrollo de su labor, Educación Continua también cuenta con alianzas con otras universidades del país como la Universidad de Antioquia, la Universidad de los Andes, la Universidad del Rosario o la Universidad Industrial de Santander. Así mismo, con entidades de educación superior del exterior, en Ecuador, México o Argentina, por ejemplo. UNIVERSIDAD EAFIT

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Foto: Róbinson Henao

En la innovación, igual que en el arte, si no se descubre no existe El docente español Carlos Marqueríe, experto en innovación abierta, fue invitado por la Escuela de Administración de EAFIT con el fin de ofrecer, en febrero de 2017, las conferencias Cómo poner en marcha la innovación en la empresa, para estudiantes de pregrado; y La gestión de los ecosistemas de innovación: la empresa en 2040, dirigida a alumnos de posgrado. En la actualidad es profesor de innovación y estrategia de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica de Lisboa (Portugal).

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Academia Mónica Henao Cálad

Coordinadora de la maestría en Gerencia de la Innovación y el Conocimiento de EAFIT Profesora de la Escuela de Administración de EAFIT

Juan Carlos Sosa

Profesor de la maestría en Gerencia de la Innovación y el Conocimiento

Profesor: a usted EAFIT lo invitó a Medellín a hablar de ecosistemas de innovación. ¿Qué se entiende por este concepto? El ecosistema de innovación es muy similar al biológico. Tenemos una zona que es biótica, que está basada en las transferencias y en las transacciones entre los seres vivos y los individuos; y tenemos una zona que es abiótica, que es el entorno donde se relacionan, conformada por ríos, montañas y es ahí donde se desarrolla. En el sistema de innovación es lo mismo. Hay un conjunto de seres que producen disrupciones mediante transacciones entre ellos. Hay otros que tienen la capacidad de ver ese caos, o no tanto verlo, sino generar algo que produce caóticamente unas disrupciones sin quererlo. Existen personas y entidades que demandan esas disrupciones, que son las industrias, y hay actores que invierten en esto porque ahí hay mucho dinero y aceleran los procesos. En el sistema biológico ocurre lo mismo: hay elementos que se adhieren a las transacciones porque creen que van a ganar más alimento. UNIVERSIDAD EAFIT

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Foto: Róbinson Henao

Carlos Marqueríe es un académico con cerca de 35 años de experiencia en estos temas.

La relación entre innovación y emprendimiento es que toda innovación es un emprendimiento, pero no todo emprendimiento es una innovación, y lo que separa a una cosa de otra es la inteligencia. Finalmente están las universidades, que son parte también del sistema. Todo esto lo que produce son transacciones entre ellos y cuando alguno de los elementos no funciona, automáticamente esa relación que se llama ecosistema falla: no hay transferencia. Aquí la transferencia que tiene que haber es, en una parte, abiótica. El edificio es abiótico porque son puntos de transferencia de información y de conocimiento. Si no tuviéramos eso, la gente no se encontraría. Las plataformas de internet deben ser también puntos de encuentro y de descubrimiento. En la innovación, igual que en el arte, si no se descubre no existe. Si tengo una piedra con un jeroglífico egipcio y no lo descifro, solo tengo una piedra. El ecosistema de innovación tiene que ser una 154

transferencia entre los agentes productores y receptores de disrupciones, y un sistema que permita, desde el punto de vista abiótico, que la gente se encuentre y –como una lavadora– centrifugue las señales. ¿Con los retos del siglo XXI se debe hablar solo de ecosistemas de innovación? Absolutamente. Los sistemas de innovación, aunque están relacionados, pueden ser abiertos dentro de las empresas, pero el ecosistema de innovación va más allá. Es la red permanente de proveedores de innovación. Ya no es innovación abierta, es la relación permanente y continua de proveedores que, en un momento, pueden producir una disrupción en un elemento esencial para mi empresa.


La innovación competitiva se articula a partir de los ecosistemas de innovación, pero parte primero de la cultura y luego de la concepción de una función. Lo que ocurre en las empresas es que es muy difícil incluir el sistema de innovación porque es automáticamente rechazado. Hay una resistencia a la innovación y, por eso, Google creó los moonshot, que son esquemas en paralelo que no se integran a las empresas. Los moonshot son una idea basada en el término de lanzamiento del Apolo 11 que se llamó moonshot, o lanzamiento a la Luna, y acogió ese concepto para crear proyectos estratégicos creando una red de start up alrededor de la empresa. A su vez, la relación entre innovación y emprendimiento es que toda innovación es un emprendimiento, pero no todo emprendimiento es una innovación, y lo que separa a una cosa de otra es la inteligencia. La inteligencia son aquellos aspectos protegibles que finalmente son disrupciones. ¿Qué implica esto en una organización? El ecosistema de innovación, igual que la innovación, hace parte de la cultura y de la estrategia. Si el CEO de una organización no cree en esto, no hay nada que hacer. Es igual que la estrategia competitiva que está basada en el producto y en la estrategia de producto. Hablamos de esto, pero no todo CEO o equipo de dirección tienen esta concepción de que manejando las células disruptoras o traba-

jando con start up, automáticamente puede garantizar el futuro. La innovación competitiva se articula a partir de los ecosistemas de innovación, pero parte primero de la cultura y luego de la concepción de una función. Tenemos una empresa pequeña en la que todo el mundo hace de todo y hace lo mejor que puede, así que lo que tenemos que hacer es tener claro cuál es mi negocio, cuál es su fundamento. A partir de ahí voy generando conexiones con lo que me interesa. Ya no vale la dirección de innovación porque vuelve a producir una distorsión con la función de los ingenieros en la innovación cerrada. Entonces lo que debemos tener es un director de ecosistemas. ¿En la medida en que se vayan creando estos ecosistemas de innovación se puede pensar que el concepto de industria se va a romper? Totalmente. Por eso los clústeres, que han sido iniciativas muy importantes, están preUNIVERSIDAD EAFIT

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Foto: Róbinson Henao

Estamos acostumbrados a pensar en el producto y nos aferramos a este, pero está la innovación de producto, la innovación en design thinking es gente que no está adherida al producto. Que lo modifica, pero no está en la industria. Si una economía gestiona una red permanente de disruptores y encima provoca que entre ellos se relacionen, automáticamente va a producir un mestizaje de ideas que va a impactar en la economía de las industrias. Esto nos lleva a que digamos que este siglo no va a ser un siglo de productos, sino de células disruptoras de ecosistemas.


Si decimos que un emprendimiento es una innovación estamos haciéndole un mal favor porque el emprendimiento lo que tiene que hacer es buscar innovación, no es innovación. ¿Cuál es el impacto de esto en una universidad? Seguimos teniendo las universidades verticalizadas de cara al mercado y ese es un gran error. Para mí la universidad debería mantener la taxonomía de las células, pero hacer eso significa que el investigador tiene que aplicar lo que está haciendo a un uso o una industria determinada. Medellín está muy potente en todo el tema de ciencias médicas, entonces podría crear todo un hub de medicina hacia el futuro. Esa medicina está relacionada con agro food y con todo el tema de comidas y, por tanto, unido a eso puede crear otras cosas. Quien mantiene ese ecosistema unido a ese conocimiento debería ser la universidad y quien la transfiere a la industria deben ser organismos tipo Ruta N o las mismas empresas. Un director de innovación puede tener el mundo en la cabeza, pero no alcanza a conocer la cantidad de células que hay: no puede estar leyendo dónde han inventado algo en un sitio muy alejado. La universidad debe crear

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sentando problemas. Por eso tienes Apple produciendo relojes o acabando con la industria del mp3 o de los libros. No es su especialidad, simplemente trabajan en ecosistemas y el ecosistema permite, de esta manera, crear un mapa de innovación en tres grados. Cuantos más ecosistemas de innovación creados tenga, más capacidad tengo para irrumpir en industrias. Las células de innovación se mezclan, tú puedes tener tres células por separado y, al sentarse y juntarlas, puedes lograr un gran producto final.


¿Conoce algún caso en el que se haya roto ese sistema de universidades organizadas en escuelas y que tenga más un modelo ecosistémico? La universidad tiene dos facetas: el docente y el investigador. Donde falla es en la I (se refiere a la i de inteligencia) pequeña. La I pequeña se tiene que articular mediante un sistema de innovación. Lo que hay que crear son moonshot y de ahí pasar a lo grande, porque lo primero que hay que crear es un sistema estable. Tiene que haber un jefe científico al que se le den poderes para pensar en transferencia. Si decimos que un emprendimiento es una innovación estamos haciéndole un mal favor porque el emprendimiento lo que tiene que hacer es buscar innovación, no es innovación. Si hablamos de ecosistemas de emprendimiento comparándolos a los ecosistemas de innovación le estamos haciendo un flaco favor a la economía porque les vamos a matar. En la universidad es difícil porque el statu quo, a veces, se resiste, por lo que tiene que haber un rector que diga ‘hasta aquí hemos llegado, este es nuestro ecosistema de innovación’. Todas las universidades avanzadas están apuntando a esto. ¿Cuál es el papel de las spin off en las universidades? La innovación tiene que ser parte de la visión de la universidad. Hay tres ecosistemas dentro de esta: corporativo, académico y regional, pero todo tiene que tener una visión común. La universidad debe tener su taxonomía, y taxonomía no es tener matemáticas o física, es saber en cuantas curvas de Gartner domino yo.

Competitividad e inteligencia en Medellín Carlos Marqueríe asegura que para que Medellín pueda ser competitiva se requiere de una visión compartida en el ámbito regional. Esta visión debe estar basada en la inteligencia con la mira puesta en el futuro, no hacia las industrias, sino concentrarse en células aceleradoras de la innovación. Para lograr esa competitividad, considera que se debe conectar el polo de la competitividad con el de lo social. Así, la innovación social y la competitiva tienen que ir de la mano, y la innovación competitiva no necesariamente debe acelerarse con los inversores, porque el inversor quiere ganar mucho dinero y rápido generar utilidades. “Lo que tiene que hacer Medellín es convertirse en Medellín inteligente. Antes fue Medellín emprendedora, ahora tiene que ser inteligente y, para eso, el Pacto por la Innovación tiene que llevar a trabajar sobre la I de la inteligencia y no la I de innovación. El gran reto es el pacto por la innovación entre empresas, startups y universidad, que consiste en que la empresa va poder generar proyectos especiales y acelerarlos desde fuera”. Y agrega: “Para mí una startup es un emprendimiento con inteligencia, disruptora. Una innovación es un emprendimiento, pero un emprendimiento no es innovación, la diferencia está en esa I pequeña de inteligencia. Es que puedes tener un departamento de investigación, lo cual no significa que trabajas en innovación. Si trabajas sobre la I de inteligencia tienes un capital detrás y es ahí donde la economía tiene valor”.

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una red y montarla en un mapa para crear una red neuronal del ecosistema de innovación que se debería implementar en un software para así facilitar el conocimiento de las células que la componen de parte de todos.


Con la mira puesta en la calidad de la educación superior Las universidades EAFIT y de San Buenaventura ofrecen, desde 2017, la maestría en Docencia en Educación Superior, programa que cuenta con la resolución 19868, del 18 de octubre de 2016, con vigencia de siete años. Las dos instituciones crearon el programa de posgrado para mejorar la calidad de la docencia universitaria en Colombia. José Alejandro Pérez Monsalve Colaborador

“S

abe mucho, pero no sabe cómo enseñarlo a sus alumnos”. Esta es una frase coloquial que se puede escuchar en los pasillos de las universidades cuando un docente tiene falencias para transmitir sus conocimientos. Debilidades que están, básicamente, relacionadas con la falta de una preparación adecuada desde el punto de vista pedagógico para transmitir de la manera más acertada posible ese conocimiento especializado y convertirlo en una fuente de aprendizaje a los alumnos en proceso de formación. Por eso, y de manera novedosa en el departamento de Antioquia, las universidades EAFIT y de San Buenaventura unieron sus

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Foto: Róbinson Henao

La nueva maestría de EAFIT y la Universidad de San Buenaventura busca aportar a la docencia universitaria en Colombia.

fortalezas para crear el primer programa de maestría en Docencia en Educación Superior (Snies 105907), orientado a desarrollar las competencias necesarias para realizar un adecuado proceso de enseñanza y aprendizaje en sus diferentes cátedras, y dirigido a los profesionales de las distintas áreas del conocimiento y quienes en el futuro piensan dedicar parte de su quehacer a la docencia universitaria. “La mayor parte de los profesores universitarios son profesionales con títulos de maestría y doctorado en área disciplinares o en áreas del conocimiento, y entonces se hacen profesores universitarios por la idoneidad cognitiva o disciplinar. Pero, en su desempeño como docentes no es suficiente la idoneidad del conocimiento y el método de la disciplina,

sino que se tiene que saber enseñar, conducir los alumnos al aprendizaje. Se tiene que tener un conocimiento del contexto educativo, de la legislación educativa, del relacionamiento pedagógico con el alumno”, explica Gabriel Jaime Arango Velásquez, director de Docencia de EAFIT, al señalar el contexto en el que ambas instituciones abordan esta nueva oferta académica para la región. Teniendo en cuenta que un porcentaje de los profesores y docentes que hoy desarrollan su trabajo en las universidades no tienen una formación en temas relacionados con el proceso educativo, esta maestría busca solventarles la idoneidad desde el punto de vista pedagógico y metodológico para que puedan orientar el aprendizaje de la forma más adecuada. UNIVERSIDAD EAFIT

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http://www.eafit.edu.co/programas-academicos/posgrado/ maestria-docencia-educacionsuperior/Paginas/inicio.aspx

El docente universitario tiene un papel diferente en la educación: motiva a aprender más que la misma acción de enseñar.

En su desempeño como docentes no es suficiente la idoneidad del conocimiento y el método de la disciplina, sino que se tiene que saber enseñar, conducir los alumnos al aprendizaje El origen de este programa, comenta por su parte Carmen Tulia Cano Álvarez, directora de la maestría desde la Facultad de Educación de la Universidad de San Buenaventura, parte de una pregunta simple, pero, a su vez, poderosa y retadora: “se identifica a veces a una débil y casi nula fundamentación y reflexión educativa, pedagógica y didáctica de los maestros de la educación superior en relación con sus propias prácticas docentes. Entonces surge la pregunta sobre ¿cómo fortalecer la docencia en educación superior?” La propuesta –señala Carmen Tulia– se estructura a partir de un tema general que es entender lo que sucede en el contexto de las instituciones educativas. El devenir de la educación superior. “Es necesario entender lo que ocurre en la educación superior, lo que pasa en este contexto de sociedad-territorio en educación superior, y que nos permita, pues, comprender cómo es el nivel de formación”. Otro de los elementos importantes que se abordará a partir de esta nueva maestría tiene que ver con la pedagogía y la didáctica, como factor que debe ser trabajado –como lo presenta la propuesta– desde las competencias del saber, que también se constituye 160

en eje de formación de la maestría. “Nosotros creemos que el profesor también debe reflexionar alrededor de algunos asuntos relacionados con el ser del docente en la educación superior, que reflexione sobre su propia práctica, que identifique ese saber pedagógico como reconocimiento de sí y del otro, y que realice una aproximación analítica a la práctica docente en su quehacer en educación superior”. Se trata de una maestría que tiene un carácter propio: el educador y su práctica educativa se convierte en el objeto de estudio de sí mismo. Una propuesta que tiene una apelación a la reflexión y a la sistematización del propio saber, de la experiencia y del devenir del profesor universitario en los campos del desempeño para que ese sea el referente que él se dedica a estudiar, a comprender, a refundamentar, a prospectar y a redefinir si es del caso. “Entonces el objeto de estudio de esta maestría digamos que es el profesor, su contexto, su desempeño, sus saberes, sus prácticas pedagógicas y sus logros, que se someten a investigación, a reflexión y a redefinición”, puntualiza Gabriel Jaime Arango.

Foto: Róbinson Henao

Mayores informes de esta maestría en


La nueva maestría en Docencia en Educación Superior se enmarca dentro del concepto de maestría de profundización, pero esto no quiere decir que la investigación no se tenga en cuenta en el desarrollo de los tres semestres que la componen. Su metodología está compuesta, en su totalidad, por seminarios que implican el acceso, el conocimiento y el estudio de referentes teóricos; y la confrontación de esa teoría con las prácticas. Y poner en diálogo teoría y práctica, pero alrededor de la vida de cada profesor que cursa esta maestría. Se apela, metodológicamente, a la reflexión, a que el profesor –con soporte teórico en materia educativa, pedagógica, didáctica, educativa– reflexione su propio ser y su propia práctica. Al final de estos períodos académicos, se busca que los profesionales docentes o aquellos que quieren, en el futuro, ejercer esta práctica cuenten con un portafolio que les permita renovarse y relanzarse al servicio con una nueva actitud, una nueva programación, unas nuevas estrategias de docencia, unas nuevas metodologías de enseñanza, y, sobre todo, con una producción intelectual y académica, que le permita mejorar su desempeño en la universidad. “Las dos instituciones estamos trabajando para lograr que este ejercicio sea una innovación educativa en sí misma y que, por supuesto, los docentes también tengan una experiencia que les permita reconocer esta experiencia como una innovación educativa en su práctica, para no seguir haciendo más de lo mismo en la educación superior, sino que miremos y exploremos otras alternativas”, manifiesta Carmen Tulia Álvarez. La maestría cuenta con el respaldo de los grupos de investigación de EAFIT y la Universidad de San Buenaventura. Es así como los futuros magísteres encontrarán semestres académicos con diferentes énfasis sobre los que podrán enfocar su objetivo en el proceso de aprendizaje. Entre las líneas de investigación y énfasis que podrán optar se encuentran: modelos

de innovación educativa; estudios ciberculturales y cibermediales; educación, cultura y poder; obstáculos epistemológicos; pedagogía, lenguaje y comunicación; desarrollo humano y contextos educativos; estudios culturales y lenguajes.

Unión de saberes

¿Por qué esta maestría se desarrolla bajo la figura de una alianza entre dos universidades? Gabriel Jaime Arango Velásquez, director de Docencia de EAFIT, explica que, por norma del Ministerio de Educación Nacional, si una universidad quiere desarrollar el tema de educación en el nivel de posgrado, debe tener un pregrado sobre esta misma temática. EAFIT hoy no tiene ningún pregrado relacionado con el tema, pero la misma normatividad le permite desarrollar la figura de asociación con otra institución universitaria que sí cuente con este pregrado. Así, se alió con la Universidad de San Buenaventura. “Primero, queríamos aprovechar en esta iniciativa el saber pedagógico y de administración educativa que es uno de los grandes acumulados y una de las grandes experiencias que tiene la Universidad de San Buenaventura desde hace más de 50 años”. En la Universidad de San Buenaventura está el saber franciscano de más de mil años de enseñanza. Ahí está, por ejemplo, la Universidad de Bologna (Italia), que ha sido en Europa, de alguna forma, la decana de la educación para el Viejo Continente y el mundo. “Los franciscanos representan la tradición educativa de muchos siglos y lo saben hacer. A través de ellos, uno puede acceder a las mejores prácticas educativas que se están desarrollando en el mundo”. Además, complementa Gabriel Jaime, ambas universidades comparten valores similares, lo que hacía más fácil esta alianza. Pero también desde la Universidad de San Buenaventura ven cómo el trabajo que está desarrollando EAFIT, a través de programas como Proyecto 50 para articular las nuevas tecnologías de la comunicación a los escenarios educativos, es una fortaleza que potencia esta alianza en beneficio de los profesionales que ejercen la docencia en los espacios universitarios.

UNIVERSIDAD EAFIT

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Institucional

Sus características


EAFIT preparó un curso a la medida de la Policía La Escuela de Posgrados de la Policía Nacional eligió a la Universidad para que capacitara a sus oficiales, como parte de su proceso de ascenso. Los resultados son satisfactorios.

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Margarita Zuluaga Esquivel

La graduación del curso contó con la presencia del general Jorge Hernando Nieto Rojas, director de la Policía Nacional; y de Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT.

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Colaboradora

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na institución con 125 años de existencia como la Policía Nacional tiene bastante definido qué es lo que quiere de los hombres y mujeres que la conforman. Ahora, en plena era del posacuerdo, tiene una nueva visión del perfil de sus integrantes, pues en muchas localidades de Colombia, que vivieron las atrocidades de la guerra, el único contacto con el Estado era a través de un policía. Ese nuevo policía, en especial aquellos que están en proceso de ascenso para asumir mayores responsabilidades, requiere de un entrenamiento especial. Así, los uniformados comienzan su proceso de formación en la Escuela de Cadetes General Santander, luego pasan a la Escuela de Posgrados Miguel Antonio Lleras, que cuenta con dos maestrías y cuatro especializaciones. Con los nuevos retos que trae la Colombia de hoy, el enfoque no podía ser el mismo. “Lo primero que hicimos fue establecer cuáles eran las necesidades de los oficiales.


su gestión se le ofreció a la institución policial un curso “hecho a la medida”. “Les llamó la atención la capacidad que tuvimos de diseñarles un proceso de formación que pasara por todas las áreas del conocimiento”, recuerda Isabel, quien agrega que el diseño del curso tomó cerca de seis meses.

Cambio trascendental Alguien que puede dar fe de que el curso diseñado por EAFIT para la Policía Nacional es un acierto es uno de los oficiales que participó en el proceso y se graduó el año pasado. Se trata del teniente coronel Hernando Lozano González, director de la Escuela de Inteligencia y Contrainteligencia Teniente

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El coronel Luis Ernesto García Hernández, director de la Escuela de Posgrados de la Policía, tomó la decisión de realizar mesas de trabajo para evaluar el momento que vivía el país en materia de seguridad, el proceso de diálogos con las Farc, un panorama diferente por lo que había que revaluar lo que se ofrecía a los oficiales”, explica el mayor Hernando Vallejo, de la Escuela de Posgrados Miguel Antonio Lleras. En este punto de la historia entra en escena Isabel Gutiérrez Ramírez, directora de EAFIT Bogotá, abogada y politóloga eafitense, con experiencia en temas de seguridad, debido a su paso por Naciones Unidas e Ideas para la Paz, un centro de pensamiento estratégico que acompaña procesos para contribuir a la construcción de la paz en Colombia. Gracias a


Los oficiales se enfrentaron a fortalecer tres aspectos: desde el ser, el saber y el hacer, que se traduce en “ser persona, ser estratégico y ser transformador”, apunta el mayor Vallejo. Esto se logró al completar los cursos en seguridad, sociedad, economía y habilidades gerenciales. Coronel Javier Antonio Uribe Uribe. A sus 38 años, el teniente coronel Lozano es un hombre con un largo recorrido en la Policía Nacional, a la que ingresó cuando contaba con tan solo 18 años de edad. El recorrido comenzó como técnico profesional en Policía Judicial, luego realizó el pregrado en Administración Policial y diferentes cursos y seminarios, hasta llegar a graduarse como abogado de la Universidad la Gran Colombia. A esto se le suman varias especializaciones. Estudiando fue como logró llegar a teniente. Precisamente, para conseguir su último ascenso como teniente coronel, el año pasado estudió con EAFIT. "El curso me generó un cambio personal y profesional trascendental. Es una buena experiencia, todo un cambio que nos permite pensar de manera estratégica y táctica", dice el teniente coronel Lozano. En esta última fase de estudios su familia fue fundamental, pues viajar de manera continua a EAFIT, en Medellín, lo obligaba a alejarse unos días de sus más cercanos. “La familia siempre es un apoyo, los que estamos en esto por vocación sabemos que es necesario hacer este tipo de actividades y es fundamental el apoyo de ellos”, agrega.

Mezcla de saberes Después de haber recibido la solicitud de la Escuela de Posgrados de la Policía, EAFIT Bogotá se atrevió a hacer una “mezcla” de conocimientos para que su oferta resultara atractiva. Eso recuerda el mayor Vallejo, que el curso tenía ingredientes de las escuelas de Administración, Economía y Finanzas, y Humanidades. “Antes, nuestros estudios eran más empresariales y una de las principales necesidades y una de las debilidades era la falta de liderazgo público, por eso nos interesó que la oferta de EAFIT mezclara saberes”, dice el mayor Vallejo. 164

Añade que los oficiales se enfrentaron a fortalecer tres aspectos: desde el ser, el saber y el hacer, que se traduce en “ser persona, ser estratégico y ser transformador”, apunta el Mayor. Esto se logró al completar los cursos en seguridad, sociedad, economía y habilidades gerenciales. Este reto va de la mano con las realidades sociales del país. Los policías ingresan a la mayoría de los territorios urbanos y rurales, y allá deben llegar como autoridad, pero también como seres humanos, que comprenden lo que les preocupa a los ciudadanos, algo así como generación de empatía. Sobre estos aspectos versó el plan de estudios. El curso se diseñó de manera que se pasó de una visión global de la seguridad a una visión particular de las necesidades del ciudadano, porque lo que preocupa ahora son asuntos más cotidianos como el hurto del celular o del automóvil. Sobre estos elementos se estableció el plan de estudios. Lo anterior se resume en la capacidad que adquieren los estudiantes de “leer el entorno”. “Es necesario que haya una relación fuerte, determinante y de confianza entre los ciudadanos y las instituciones del Estado. Este curso desarrolla habilidades y competencias basadas en el principio de respeto a la diferencia, debido a que en Colombia hay poblaciones diversas y culturas ancestrales, así como poblaciones en situaciones especiales, como las personas en situación de indigencia. Es un curso que transita por todas las esferas de la sociedad”, explica la directora de EAFIT Bogotá. Como estudiante, el teniente coronel Lozano resalta que el curso tuvo su foco dirigido al ciudadano y a las problemáticas que lo aquejan, que tienen enfoques locales, pero que trascienden lo regional y lo nacional. “Todo el pensum fue pensado en el ciudadano, teniendo presentes la planeación estratégica y la prospectiva. Desde la planeación pudimos repasar lo que afecta al


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Aquí se forman los generales EAFIT Bogotá y la Escuela de Posgrados de la Policía Nacional prepararon cursos de ascenso para los oficiales en los siguientes niveles: de Mayor a Teniente Coronel, de Teniente Coronel a Coronel y de Coronel a Brigadier General, el grado más alto que tiene la institución. Los cursos tienen una duración que varía, según el grado de ascenso, pero en todos los casos se trata de formar los mejores oficiales para que interactúen de la forma más asertiva posible con la ciudadanía. Es claro que el reto es la formación de oficiales para el posconflicto y con aptitudes gerenciales y administrativas. Más allá de la repetición de códigos y normas, lo que se necesita son oficiales con destrezas para saberle llegar a la ciudadanía y manejar sus problemas cotidianos: el conflicto con el vecino, la violencia intrafamiliar, los principios de urbanidad que permiten vivir en sana convivencia, entre otros aspectos.

Desde la Escuela de Posgrados de la Policía Nacional se vio la necesidad de enfocar los cursos de ascenso de los oficiales desde el aspecto del “liderazgo desde y hacia lo público”. En estos cursos se encuentran oficiales de Policía de todo el país. Esa confluencia de saberes y de diferencias culturales permite enriquecer mucho más los cursos y el debate, porque se conocen problemáticas regionales. Lo cierto es que los cursos “tocan” el ser de cada oficial que pasa por estos y la transformación es notoria y necesaria para los cambios que vive el país en la actualidad. Como antecedente de esta experiencia de capacitación a los oficiales de la Policía Nacional, y en alianza con la Gobernación de Antioquia, EAFIT diseñó cursos de formación para los secretarios de gobierno y los comandantes de policía de los diferentes municipios del departamento.

ciudadano, valorar sus preocupaciones y aprender a combatirlas. Desde lo prospectivo aprendimos a mirar los escenarios futuros”, dice. Este último aspecto es muy importante, toda vez que, así como la Policía se prepara para atender las realidades de la nueva Colombia, lamentablemente también lo hace la delincuencia. “La delincuencia se va transformando, por lo que estudiamos escenarios de prevención, identificamos los modus operandi, hacemos análisis de inteligencia y así

es como la Policía le ha ido cerrando espacios al crimen”. Desde otras escuelas y programas, EAFIT se ha comprometido con la era del posacuerdo a la que acaba de ingresar el país. Formar a los oficiales de la Policía Nacional es un reto que también puede verse como una manera de aportar a la construcción de una nueva Colombia, en la que es fundamental que la autoridad y la ciudadanía entren en confianza y se encuentren en un punto común: que finalmente todos son, ante todo, seres humanos. UNIVERSIDAD EAFIT

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Un nuevo hito

del diseño, la ingeniería, la estética y la eficiencia La sobriedad arquitectónica, la eficiencia de la ingeniería y la innovación de la investigación se conectaron en el puente que construyó EAFIT para unir su campus principal con el Parque Los Guayabos.

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Periodista Área Información y Prensa EAFIT

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layones y meandros, algo así como terrazas que los mantenían secos y a una altura segura, fuera del alcance de las inundaciones del río. Esos eran los sitios preferidos por los indígenas aburráes que habitaban el Valle de Aburrá y lo siguieron siendo después de que los primeros españoles, encabezados por Jerónimo Luis Tejelo, llegaran a conquistar sus tierras. El nivel del río solía subir y los habitantes siguieron asentados en esas terrazas aluviales durante la Colonia española, tal como lo evidencian los hallazgos arqueológicos de los últimos años de vasijas funerarias en el Parque Los Guayabos, donde EAFIT ha adecuado espacios para nuevas construcciones, respetando las normas para proteger los vestigios culturales. El nivel freático del río en esa zona de Medellín siempre ha sido alto y a eso le debe el nombre el sector que se llama Las Vegas porque la palabra vega denota, entra otros significados, un terreno muy húmedo. Ese mismo nivel se mantiene y es una de las razones para

que la Universidad haya decidido construir un puente peatonal para unir su campus principal con el ahora llamado Parque Los Guayabos, separados por la avenida principal del sector.

Se trata de una obra de ingeniería innovadora, una prueba más del éxito del ecosistema en el que trabajan juntas la academia y la empresa, y que tiene como resultado proyectos funcionales. La idea más natural y lógica sería haber construido un túnel que cruzara la avenida, pero Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, cuenta que en la zona ese nivel freático es tan alto que prácticamente se encuentra agua a dos metros de profundidad. El desarrollo de la ciudad hacia al sur, además, ha hecho necesario que muchas de las redes de acueducto, alcantarillado y energía se distribuyan bajo el pavimento de la calle. En esa situación el túnel quedó descartado y la opción que tomó altura fue la del puente, con la intención de que la comunidad universitaria tuviera la posibilidad de aprovechar los servicios de ambos espacios con una conexión directa.

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Alejandro Gómez Valencia


Foto: Róbinson Henao

Este es un nuevo ícono arquitectónico de EAFIT, cuya forma es la de un sable.

Un proyecto de desafíos El proyecto, no obstante, tuvo varios desafíos que necesitaron de diálogos entre la academia, la industria y varias disciplinas para ser resueltos. Cuenta el Rector que la Administración Municipal de entonces puso como condición que la estructura no tuviera soporte sobre el espacio público. “Esta situación normativa generó un reto significativo, debido a que la distancia entre apoyos fue más larga de lo previsto (44 metros) y cuando esto sucede en un diseño de estas características los elementos estructurales suelen ser bastante robustos”, explica Guillermo Valencia De La Calle, de Alejandro Echeverri + Valencia, la firma de arquitectura encargada del diseño. “¿Cómo lograr un objeto esbelto con esta distancia entre los apoyos?” La cuestión se la plantearon Guillermo y su socio Alejandro Echeverri, pues, además de la luz tan extensa, debían sortear la exigencia de que el puente fuera atractivo estéticamente, algo acorde con la intención de EAFIT de tener construcciones estéticamente funcionales. El resultado para salvar los desafíos es un puente, que en su forma se asemeja a un sable, con una curvatura horizontal, que se armó 168

como se arma un lego con 29 piezas distintas diseñadas con diferencias milimétricas. Se trata de una obra de ingeniería innovadora, una prueba más del éxito del ecosistema en el que trabajan juntas la academia y la empresa, y que tiene como resultado proyectos funcionales y útiles para los eafitenses, que en este caso son quienes cruzan el puente cuatro y hasta seis veces al día, como lo hace Alexandra Bolívar Durango, secretaria de la Dirección de Idiomas. Los empleados de Idiomas fueron los primeros usuarios de Los Guayabos porque ahí está ubicado el edificio que alberga las oficinas de la Dirección y aulas de clases. Cuando Alexandra se trasladó con sus compañeros de trabajo hacia el nuevo edificio tuvo que mantener la rutina de visitar el campus constantemente para asistir a sus clases del pregrado en Psicología, gestionar documentos o recoger regalos institucionales. Para cada diligencia, cuenta, necesitaba entre 10 y 15 minutos en traslado para salir del lote, esperar el cambio de un semáforo peatonal e ingresar al campus principal. Con la apertura de la obra Alexandra redujo a cinco minutos el tiempo para salir de su oficina, cruzar el puente y estar en las aulas del bloque 38. El Rector explica que el grado de inclinación fue pensado para que pudieran circular personas con movilidad reducida, gente en bicicletas y los vehículos eléctricos que tiene la Institución para el traslado de diversos materiales. Para mantener esa inclinación, la construcción necesitó de una precisión de cirujano ocular. El arquitecto Guillermo Valencia explica que el puente está compuesto por 29 dovelas en concreto de 3.50 metros de largo y 11 toneladas de peso cada una, construidas con alta precisión, pues si un par de caras no quedaba con la precisión milimétrica, el puente podría haber quedado recto y con el riesgo de no coincidir con la llegada al edificio. “El diseño tiene doble curvatura. Una horizontal, la que arma un arco de suave pendiente y una vertical, que se percibe cuando se camina y que surge de la idea de generar un espacio de estancia amplio en el centro del recorrido”, describe Gustavo.


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La obra tiene 110 metros lineales y permite la circulación de personas con dificultades de movilidad.

Concreto avanzado de Argos En las dovelas también está la fortaleza de la innovación, pues fueron construidas con un material de gran resistencia desarrollado por primera vez (es un nuevo material) por Cementos Argos, que no utiliza acero de refuerzo y permite formas más esbeltas. Es más resistente a la compresión, la tracción y la flexión que el cemento convencional. Además de la resistencia, Lucas Moreno Kristiansen, vicepresidente de Innovación de Cementos Argos, destaca que el concreto avanzado o de ultra alta resistencia (UHPC) que desarrollaron también tiene muy buena manejabilidad, lo que permite romper la barrera de los concretos convencionales y alcanzar ventajas estructurales y estéticas significativas. “Este concreto tiene características especiales que le permiten al arquitecto o diseñador pensar diferente y plantear soluciones que antes solo eran posibles en otros materiales como el acero”, dice. Las nuevas soluciones llegan de una relación que menciona Lucas cuando opina que el puente de la Universidad también es una analogía entre el puente que une a la academia con la industria, ese que permite conectar al conocimiento con las empresas. “Para Argos es una gran satisfacción que la primera aplicación de este producto se encuentre en EAFIT, pues fue en el Centro Argos para la Innovación, ubicado en el campus de la Universidad, donde fue desarrollado este nuevo

producto coherente con nuestra apuesta por la innovación abierta y la investigación aplicada”, anota. Cada una de las dovelas construidas con el cemento avanzado de Argos fueron hiladas con cables de acero tensionados con gatos hidráulicos para conformar el sistema estructural. Por eso Juan Luis Mejía explica que el puente es realmente un puente colgante que en lugar de tener los cables en el exterior los lleva en su interior. Pasan a través de la viga central que, a diferencia de la mayoría de los puentes, no está ubicada al centro y abajo, sino que está en el costado norte, como antepecho. Esa viga hace las veces de cajón principal en el que se agrega un punto más de funcionalidad al ser un viaducto técnico que conduce redes eléctricas, de voz y de datos entre el campus y el lote. De la viga se desprende el voladizo con un ancho variable y amplio para la circulación. Así se conforma una estructura de 110 metros lineales con cinco apoyos y una luz principal de 44 metros. Un objeto arquitectónico que se distingue por la sobriedad en sus geometrías y proporciones, conservando la eficiencia técnica y de ingeniería. Es un puente que le permite a EAFIT anexar a su espacio 20 mil metros cuadrados en los que se mantiene la decisión de conservar en Los Guayabos, tal como se hace con las vasijas de los indígenas, parte de la flora y la fauna nativa del Valle de Aburrá que aún existe en ese espacio. UNIVERSIDAD EAFIT

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MedellĂ­n - Colombia / 2017-1


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