7 minute read

1 //Las líneas del mundo

“La línea es el esqueleto de las cosas”.1

1. Las citas de Miriam Londoño se extraen de una extensa entrevista con la artista realizada por la autora durante los meses de febrero, marzo y abril de 2021.

Autorretrato, 1977 Dibujo sobre papel 28 x 35 cm

Tierra fría, 1986 Pintura al óleo sobre telas cosidas 123 x 98 cm

Memorias de papel

Por Sol Astrid Giraldo E., curadora

Los Soportes

Miriam Londoño, esencialmente dibujante, tiene una disposición natural y un entrenamiento riguroso para traducir a líneas la diversidad de las percepciones. Así, bajo su mirada, los intensos y desordenados estímulos de la realidad devienen inevitablemente líneas, más o menos extendidas, individuales, complejas, simples, serenas, tumultuosas. Estructurales. La realidad y las líneas van de la mano para la artista: “El dibujo para mí siempre está latente, nunca dejo de dibujar en mi mente. Es como cuando hablas, no hay que pensar, simplemente fluyes. La realidad para mí está llena de líneas”.

Se ha dedicado entonces a seguirlas de todas las maneras: con la imaginación, un lápiz, un movimiento de la mano. Y las ha materializado de diversos modos: con el carboncillo, la tinta, la incisión del buril, la trama de los hilos.

En los inicios de su trabajo acudió al lienzo, a las telas y a la ropa vieja como superficie de sus líneas. Estaba buscando romper los formatos. Se interesaba por: los cuestionamientos sobre el concepto del cuadro y los soportes de la pintura que se estaban realizando desde el arte povera, los espacialistas y el grupo Soporte-Superficie. Estos pusieron en entredicho el formato tradicional del cuadro, sacaron las telas de los marcos, las desplegaron en el suelo, las perforaron, las arrugaron, la cosieron etc… La tela dejó de ser el lugar de la representación de un universo imaginario y pasó a ser el espacio donde se condensaron todo tipo de acciones y sentimientos. Claude Viallat, Daniel Dezeuze, Alberto Burri y Lucio Fontana tuvieron gran influencia en mi trabajo. Ellos luchaban contra la naturaleza cerrada del orden del cuadro y examinaban las relaciones de la obra con la pared y el suelo2 .

2. Londoño, Miriam (2015). Conferencia “Caligrafías”. Facultad de Artes, Universidad Tecnológica de Pereira. 2015. Documento sin publicar.

Entonces “cogía el lienzo, lo sacaba del marco, ya preparado, lo arrugaba y lo metía en baldes con pinturas, lo cosía”. Se trataba de piezas muy grandes, que rompía, tejía y pegaba. “Iba dibujando con la tela, me dejaba llevar por las formas, iba construyendo, rasgaba pedazos de papel para crear las líneas”. Con estas acciones quería salir del marco, desestructurarlo. En ese entonces no tenía una búsqueda muy clara, pero desde la perspectiva actual puede pensarse que era un momento retador, en el que había dejado el país y se encontraba frente a una nueva vida en Holanda, un medio desconocido y un idioma que la expulsaba. Dice: “Estaba muy fracturada. Me preguntaba quién era, dónde estaba, cuál era mi lenguaje. Hablaba desde la soledad”.

El mundo del papel

Como otros artistas contemporáneos latinoamericanos, el trabajo de Londoño está íntimamente ligado con una materia específica. Esta no se trata solo de un medio, sino que se instala en el centro de su obra. La materia de Londoño es el papel, con toda la carga cultural y metafórica que arrastra: “El interés –dice– por las posibilidades expresivas del soporte, el tejido y la superficie, me llevó a la fabricación del papel hecho a mano”. Ya no le bastaría con usarlo y apropiárselo. Aprendió a elaborarlo durante su estadía en Argentina en la década de los noventa. Siguió refinando este proceso en Polonia, donde se concentró en fabricarlo a partir de las fibras de distintas plantas. Posteriormente, en Tailandia, continuó en esta experimentación e involucró fotografías, óxidos, capas, texturas, periódicos y fuego, entre otros elementos. Esta búsqueda, en la que aún persiste, le ha permitido “entablar un diálogo con una superficie cargada de significados a través de los siglos: el papel portador de la memoria por excelencia antes del descubrimiento del Internet”3, afirma. La artista, más allá de explorar las posibilidades del papel como soporte, llegó a cambiar incluso su rol en el libreto tradicional del dibujo cuando transmutó al papel en tinta y comenzó a dibujar con él.

Paisaje Porteño I, 1994 Tinta de grabado sobre papel 47 x 66 cm

Niña Tai, 2001 Fotografía sobre papel 45 x 35 cm

Atrapados, 2008 Escritura con pulpa de papel Dos piezas, 180 x 100 cm (c/u)

Dibujar con pulpas

En su investigación descubrió que era posible fabricar una pulpa de papel fluida que se comportaba como una tinta a la hora de escribir y dibujar. De esta manera, “el soporte del papel se vuelve activo. Inicialmente se vuelve tinta, y luego el mismo se convierte en forma y en trazo”. El papel, la superficie más usada para el dibujo, se transformó en las manos de Londoño en una línea con la que ahora podría expresarse de nuevas maneras, en un proceso que ella ha llamado “el acto de hablar con el papel”.

Sobre la nada

Pero si el papel, superficie tradicional del dibujo, se convierte en tinta, ¿cuál podría ser ahora su soporte? Este cuestionamiento iba un paso más allá de los de sus artistas referentes. En un gesto de iconoclastia absoluto no se conformó con zarandear, remover y alterar los soportes, como Burri o Fontana, sino que terminó por desaparecerlos. Así, surgió algo que, aunque siempre estuvo en la tras escena, precediéndolo todo, no había tenido protagonismo: el aire y el espacio.

Su dibujo emprendió en adelante nuevas rutas. Abandonó la bidimensionalidad, saltó al vacío, forcejeó con la gravedad, se tensó entre el piso y el techo, invitó a la transparencia. Se expandió, descolgó, enrolló, estiró. Se volvió escultórico, sin renunciar a su esencia. Ahora se trataría de un dibujo instalado que requiere del espacio para existir. Un dibujoambiente, cruzado por luces y sombras. O más bien, productor de luces y sombras. Un dibujo épico, monumental, de grandes dimensiones, expandido… Pero al tiempo frágil y transparente, suspendido, misterioso. Un dibujo que hablaría tanto por su materialidad exacerbada, esa danza asertiva de la pulpa de papel expresándose de modos inéditos, como por la oquedad y el silencio que lo cruza y habita. Dos caras de la misma moneda.

Con esta poética del papel expandido, hecho línea y tinta, en diálogo con el vacío, Londoño ha deconstruido y reconstruido los cuerpos en sus victorias o caídas, las multitudes, los pasos de los desterrados, la piel de las ciudades. Es que, dice, donde hay líneas, hay trabajo. Y en todas partes las descubre. Una

3. Londoño, Miriam (2015). Conferencia “Caligrafías”. Facultad de Artes, Universidad Tecnológica de Pereira. 2015. Documento sin publicar.

línea es una frase, una palabra, una letra, una fotografía, un mapa, una reja…, elementos que más que temas, se han vuelto improntas y estaciones habituales de su obra. El mundo como escritura… dibujada.

Las líneas de la historia

Además de las exploraciones de la línea en su aspecto más formal, Londoño ha seguido otras de sus derivas. Trashumante, nómada, viajera, “habitante” de varios idiomas, lectora consumada, observadora de su tiempo, con su perspectiva cambiante le ha seguido la pista a otras líneas: las del plano político, geográfico, social. Con ellas bordea, sin clausurar, las identidades contemporáneas, los retos de las mujeres, la historia colectiva, los surcos de las memorias íntimas, las debacles sociales, las resistencias individuales.

La artista siempre asume sus obras como proyectos de larga duración. El detonante será algo que la motive emocionalmente: una imagen que la subyugue, una lectura, un poema, una frase, una narración, una noticia…, fragmentos del gran ruido universal que habita. Empieza estas búsquedas con tanta delicadeza como insistencia, con la modestia de la investigadora que se enfrenta a objetos inconmensurables a los que sabe que solo podrá hacerles aproximaciones y tanteos. Sus enunciados apenas plantearán una ruta que no busca metas finales, pero a la que invita a sumergirse a los espectadores.

Testimonios, 2012 Fotografía sobre papel 9 piezas, 21 x 30 (c/u)

“Escribir es dibujar”.

Atrapados, 2008 Escritura con pulpa de papel (detalle)