Capítulo 14: Radiografía ciudadana
en la “mente” de los
Ladrones
chilenos
“Cada sociedad y sus características socio-económicas crea sus propios criminales”. Carlos Oyanedel, doctor en Criminalística e investigador del Departamento de Matemáticas de la U. Andrés Bello.
La hipótesis fue bien simple: cada sociedad y sus características socio-económicas crea sus propios criminales. Entonces conocer quiénes son los que a diario irrumpen en las casas para hurtar en su interior, se convirtió en objeto de estudio para el doctor en criminología y sociólogo Juan Carlos Oyanedel. El experto del Departamento de Matemáticas de la U. Andrés Bello y su equipo iniciaron así una serie de entrevistas a los llamados monreros: ladrones especializados en robar casas con uso de la fuerza. El primer elemento que estudiaron los especialistas, fue el componente racional de la actividad de los monreros. Los estudios internacionales señalan que dedicarse a robar viviendas, por el grado de especialización que este posee, es similar en complejidad a tener una carrera profesional. De hecho, el juicio experto que generan los ladrones de casas posee un elemento de automatización psíquica similar al que logra un médico o un ingeniero. Quienes lo consiguen lo logran
luego de un largo proceso de “disciplinamiento profesional”. La investigación se centró en tres etapas: conocer más de la actividad del monrero, sus motivaciones y básicamente identificar como perciben su trabajo. Realizar un recorrido virtual por una vivienda, con ayuda de un Tablet PC, que permitió identificar puntos vulnerables para el hurto. “Esto porque quisimos observar, el orden y rapidez en la identificación de puntos vulnerables en una vivienda típica de nivel C3. Y, finalmente, realizamos una encuesta para caracterizar la experiencia del monrero”, señala el sociólogo.
Delito urbano El robo de casas, como delito urbano típico, complementa Oyanedel, está afectado por diferentes elementos que permiten dar cuenta del nivel de desarrollo de la cultura delictual de una sociedad. Por ejemplo, el grado de urbanización, la extensión de los mercados informales, la especialización y nivel de segregación de las urbes, afecta el tipo de robo a viviendas que es posible realizar. “Sería absolutamente improcedente para alguien que asume el robo como forma de vida, robar algo que no puede vender o cuya obtención ponga
en riesgo su libertad de forma significativa”, asegura el investigador. Los monreros en Chile están conscientes de lo que hacen y, en cierta medida, orgullosos de su trabajo. Ser monrero es un trabajo complicado que requiere competencias como responsabilidad, templanza y agilidad mental. Por lo tanto, toman decisiones de forma estructurada, identificando signos visibles en las viviendas con los cuales toman decisiones respecto a posibles recompensas, riesgos, tiempo de entrada y salida y ocupación de las viviendas. “Estudian las casas y no actúan de forma impulsiva. Su motivación es simplemente, robar para vivir, y robar ‘piola’ para poder seguir robando”, explica el doctor en criminología. El conocimiento que genera este tipo de estudios, podría ser sistematizado y formalizado en un “manual de robos de viviendas”. Para conocer las causas del delito, no es suficiente con estudiar a las víctimas, es necesario entender cuáles son los procesos de decisión que llevan a un ladrón a elegir una vivienda por sobre otra. Esta idea, usada en estudios de comportamiento del consumidor, nos atrevimos a aplicarla al área de robos de viviendas. Aplicar este enfoque permite modelar estructuras de razonamiento criminal para hacer viviendas más seguras (menos atractivas o vulnerable a robos). Nombre del estudio: ¿Cómo piensan los “monreros”? Caracterizando el conocimiento criminal experto de ladrones de casas en Santiago de Chile Nombre investigador principal: Juan Carlos Oyanedel Investigadores asociados: Felipe Muenzer y Rodrigo Romero
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