Misterios, Mitos y Leyendas
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Diciembre 15 al 21 • 2017
Las leyendas urbanas más famosas
Continuamos con la saga de las leyendas urbanas más famosas que se han escuchado en el mundo… La decapitada del río. En las noches de reunión familiar en una localidad de Jalisco, a principios del siglo XX, solía narrarse una espeluznante historia que todos tomaban como cierta y respetaban a la hora de ir al río… Por aquel entonces el lugar era una zona calma y con pocos pobladores… pero la tranquilidad de la pequeña localidad se vio conmovida en aquella época por un crimen pasional protagonizado por una pareja que, como suele suceder en los pueblos chicos, era muy conocida. Su flamante casamiento, fresco en el recuerdo de los concurrentes, poco hacía prever los sucesos que impactaron al pueblo poco tiempo después.
Una noche, al regresar de su trabajo, el esposo descubrió que su mujer lo engañaba con otro joven del pueblo. Haciendo honor a su fama de persona temperamental, el hombre esperó a la mujer lleno de rabia y celos. Cuando esta cruzó el umbral no pudo contenerse y, tras obtener la confesión de su esposa, la decapitó a golpes de pala ciego de ira. Más tarde, al comprender cabalmente lo que había hecho, el asesino intentó ocultar las evidencias del crimen monstruoso. Pudo encargarse de la cabeza de la difunta, un objeto maniobrable por su tamaño, al enterrarla sin dificultades en el fondo de la casa pero el cuerpo, sin embargo, requería de un trabajo más arduo… Desesperado y temiendo que lo descubrieran, envolvió con cuerdas aquel peso
muerto que había sido su esposa y le ató piedras para que actuaran a modo de lastre. Cargó el fardo hasta el río y arrojó el cuerpo al agua con la esperanza de que se hundiera para siempre. La forma en que la difunta esposa delató el crimen de su marido, sin embargo, fue mucho más escalofriante de lo que hubiera podido imaginar el propio asesino... Desde los tiempos de aquel fatídico día hasta nuestra época, la decapitada del río emerge del agua en una forma poco convencional… Dicen los lugareños que quien cabalgue de noche por la zona y desee cruzar el río en forma segura, sin ir hasta el puente de la ciudad, no debe nunca mirar hacia atrás ya que, cuando los cascos de los caballos tocan el agua, la mujer sin cabeza se sube suavemente a las
ancas del animal y acompaña al jinete hasta llegar a la otra orilla.Allí, la decapitada desciende silenciosamente y desaparece en la superficie calma de río, sin hacer un solo ruido ni dañar al valiente que le permite gentilmente compartir el caballo en ese breve trecho. Quienes osan mirar hacia atrás por curiosidad, sin embargo, sucumben al terror y comparten el trágico destino de la mujer sin cabeza, condenada a yacer eternamente en el lecho del río. En la localidad circulan relatos oscuros sobre los hombres y mujeres que fueron conducidos a la perdición por ceder a la curiosidad, por tentarse en un trágico instante y observar aquello que les está vedado… Estos cuentos suelen funcionar a modo de advertencia para los jinetes que se acercan al cauce de agua, desafiando los escalofríos que produce el recuerdo de la decapitada del río... La sorpresa del novio. Esta es una divertida historia que tiene por protagonista a un joven de dinero, que se casa con una señorita de dudosa reputación. La historia ha recorrido varias veces el mundo porque, sobre todo, juega con el morbo de la gente. Ponerle un lugar y un destino fijo es muy difícil dado que la narrativa se repite exactamente igual en diferentes países del mundo… La historia se desarrolla en una boda de ostentación y mucho alarde, ya que se casaba José de Bordalejo y Carranza, heredero de la fortuna de los Carranza con la afortunada Jennifer Jiménez, rubia espectacular y bailarina de un bar en sus ratos libres. La citada joven gozaba de una reputación un tanto dudosa en la ciudad debido a su turbulento pasado y la madre de José, la multimillonaria viuda de Carranza, hizo lo posible para evitar la unión intentando abrirle los ojos a su hijo respecto a la desfachatada con la que iba a casarse. Sin embargo el hijo, enamoradísimo, hizo caso omiso de las advertencias de la madre.
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Afortunadamente para el pobre de José, su futura esposa le hizo ver la conveniencia de reconciliarse con su madre y la sangre no llegó al río.Así llegó el día de la boda, celebrada por todo lo alto en la Catedral de la ciudad. La novia llegó al evento en un carruaje tirado por cuatro caballos, vestida con un inmaculado traje blanco y un tocado coronado con una diadema de diamantes que perteneció a la primera marquesa de Carranza. Los novios se dieron el sí y todos muy contentos se marcharon a la fiesta que estaba preparada en el mejor salón de banquetes de la ciudad. El servicio fue excelente, pero la novia casi se desmaya de la impresión al encontrar que, entre los camareros, estaba un antiguo novio suyo que la abandonó cuando se fue a otro pueblo para trabajar. Durante toda la cena no se dejaron de mirar ni por un solo instante y estuvieron coqueteando a base de caídas de ojos y guiños circunstanciales… Apenas se partió el pastel de bodas la novia le manifestó a su consorte la necesidad de acudir al cuarto de baño, alegando que no se estaba sintiendo bien. A los pocos minutos el enamoradísimo José, viendo que su novia se demoraba, decidió acudir también al toilette para darle una sorpresa. Cuando el joven irrumpió intempestivamente en el baño quedó pálido y sin aliento al ver a su novel esposa sin el vestido de novia y junto al ex novio que la besaba con pasión... Muy digno José se retiró del lugar luego de haber insultado duramente a la mujer y regresó al banquete para comentarlo con su madre… Las malas lenguas afirman que una tragedia de proporciones inimaginables estuvo a punto de ocurrir cuando la viuda de Carranza sólo acertó a contestar: “¿Ves cómo yo tenía razón Josecito mío y siempre debes hacer caso a tu madre?”…