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Tecnología educativa y la formación de pensamiento crítico
Imagen: https://miro.medium.com
Por: Ramona Dominga Rodríguez
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Docente del Nivel Primario del Instituto Politécnico Loyola
Como parte de los nuevos desafíos, las tecnologías de la información y la comunicación aportan diversas perspectivas al sistema educativo en nuestro país. Exigen nuevas formas en el proceso enseñanza-aprendizaje de los educandos y requieren por parte de los estos un óptimo conocimiento con sentido crítico y analítico. Estos cambios conllevan la incorporación de elevados conocimientos que se logran a través de la lectoescritura. En este sentido, los involucrados deben desarrollar un pensamiento crítico, en el cual se haga énfasis en el mundo de la sociedad del conocimiento globalizado y el desarrollo de competencias a través de las tecnologías.
La tecnología en el proceso educativo en los últimos años ofrece variadas herramientas y espacios de comunicación y aprendizaje que han permitido a los usuarios obtener inmensos beneficios, por lo que es importante pensar desde una mirada pedagógica el impacto que genera, teniendo en cuenta que posibilita diferentes dinámicas de trabajo y exigen trascender la forma en cómo los sujetos se relacionan y se desarrollan en consonancia con el crecimiento de las tecnologías de información y comunicación (TIC).
Las TIC, conjuntamente con los nuevos cambios en la manera en que en dichos procesos se deben obtener, producir y transmitir la información, en nuevos entornos de aprendizaje no limitados a las transformaciones escolares, a la mesa y el pupitre de trabajo, transcienden a otros espacios como los entornos virtuales educativos (revistas digitales, nociones de conocimientos informáticos, etc.). Estos comienzan a romper con la enseñanza nacida de la industrialización que se caracteriza por ser instructiva y que da lugar a la evolución critica de un pensamiento lógico en la práctica educativa de los distintos niveles educativos.
Es pertinente adecuar el sistema educativo a las realidades de la sociedad de nuestro actual contexto cultural y ambiental, concibe la tecnología como un medio para adquirir conocimientos en los cuales los individuos desarrollen un pensamiento crítico generador a su vez de nuevos espacios de interrelaciones, de esparcimiento y de expresión, junto con algunas habilidades y competencias específicas de las distintas disciplinas que ayuden a los sujetos a movilizarse dentro y fuera de su contexto, y que les permitan el conocimiento de su cultura y de otras culturas extranjeras; para ello es necesario capacitar en el uso de las tecnologías educativas.
En este sentido, no se trata solo de transmisión de conocimiento, sino que, tanto las instituciones educativas de todos los niveles de escolaridad como los maestros, se ocupen y preocupen de formar parte de los nuevos retos, de forma que estos faciliten el desarrollo de competencias, habilidades y actitudes del sujeto que aprende y se capaciten en la praxis crítica para hacer frente a los nuevos retos pragmáticos.