TFM del Máster en Inteligencia emocional: estudio científico desde Psicología, Neurociencia y Salud

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AGRADECIMIENTOS

Gracias a la Dra. Mercedes García y a D. Santiago Limonche, por su esfuerzo y dedicación en el Instituto Psicobiológico, nos habéis transmitido pasión, contenido científico riguroso y multidisciplinar que ha despertado en nosotras inquietudes personales y laborales, que nos harán crecer como personas y profesionales de la salud; a la Dra. Pilar Martín por su accesibilidad y acompañamiento durante este trabajo; a Dña. Francesc Orfila por su paciencia y ayuda en la elaboración estadística del TFM; a los sanitarios que colaboraron cumplimentando los cuestionarios, a nuestros compañeros de vida por haber estado ahí, y a nuestros pacientes, que tanto nos enseñan día a día.

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SÍNDROME DE DESGASTE PROFESIONAL (BURNOUT) Y SU RELACIÓN CON LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN PROFESIONALES DE LA SALUD

Trabajo Final de Máster (TFM)

MÁSTER EN INTELIGENCIA EMOCIONAL ESTUDIO CIENTÍFICO DESDE LA PSICOLOGÍA, LA NEUROCIENCIA Y LA SALUD

“TFM dentro del marco de la formación Máster impartido por el Instituto Psicobiológico y certificado por la Universidad Isabel I”

Edición 2021-2022

Dña. Emma Soliva Álvarez María

Dña. Isabel Cuenda Macías

Dña. Ana María Parada Rodríguez

Dña. María Luisa Valiente Millán

España, 2022

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2022

United Academic Journals (UA Journals)

Trabajo final de Máster del Instituto Psicobiológico y la Universidad Isabel I

Dirección

Dra. Mercedes García Martín

Tutorización

Dra. Pilar Martín Pérez

Autoras

Dña. Emma Soliva Álvarez María

Dña. Isabel Cuenda Macías

Dña. Ana María Parada Rodríguez

Dña. María Luisa Valiente Millán

La información que se recoge en este documento se encuentra bajo licencia Creative Commons “Reconocimiento –No Comercial (by-nc)”: se permite la generación de obras derivadas siempre que no se haga un uso comercial y no se puede utilizar la obra original con finalidades comerciales.

https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/

United Academic Journals (UA Journals)

ISBN 978-84-125164-6-3

Digital (suministrado electrónicamente)

Detalle Formato: PDF

Núm. páginas: 59

Español / Castellano

15/12/2022

Huelva España

Edición digital con tiraje de un ejemplar

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“Investigar es ver lo que todo el mundo ha visto y pensar lo que nadie más ha pensado”

Hace años fundé el Instituto Psicobiológico como una entidad cuyo objetivo es promover el avance del conocimiento multidisciplinar y transversal del ser humano, a partir de su estudio e investigación desde una perspectiva psicobiológica integral. En este sentido, el centro actúa de modo que su ámbito de formación sirva de puente entre la investigación y el desarrollo sistémico del ser humano y cuyos objetivos resulten de interés personal, profesional y social.

Dentro del ámbito de la formación en el Máster en Inteligencia emocional: estudio científico desde la Psicología, la Neurociencia y la Salud, impartido por el Instituto Psicobiológico en colaboración con la Universidad Isabel I, en cada edición los estudiantes realizan un trabajo de fin de Máster, TFM.

El TFM que se publica en esta obra ha sido realizado por cuatro alumnas del Máster, dos médicas de familia de Barcelona, una anestesista de Lanzarote y una médica de familia de Cantabria. Todas ellas profesionales y muy conscientes de la necesidad de llevar a cabo una investigación científica y rigurosa sobre el Síndrome de desgaste profesional (burnout) y su relación con la inteligencia emocional en profesionales de la salud.

La muestra de su estudio estuvo constituida por 72 profesionales sanitarios (médicos especialistas y personal de enfermería), pertenecientes a Centros de Atención Primaria y Hospitalaria del Sistema Nacional de Salud de España. El objetivo general del trabajo fue evaluar la relación entre la Inteligencia emocional y el Síndrome de desgaste profesional en el personal sanitario. El estudio concluyó que las personas con puntuaciones más elevadas en Inteligencia emocional presentaron valores más altos de bienestar y un mejor ajuste psicológico.

Los catedráticos Fernando Colmenares y Francisco Martínez, que forman parte del equipo docente del Máster, han valorado muy positivamente el trabajo de fusión de experiencia profesional y de articulación de un proyecto de investigación que han realizado las autoras, como queda reflejado en la adecuación de sus diferentes pasos, la búsqueda de información, la descripción de los antecedentes, y la sistematicidad y el rigor con los que han buscado respuestas a las preguntas planteadas. Destacan, en particular, competencias transversales como el conocimiento profundo, riguroso y científico del tema expuesto, la estructuración de los contenidos, el uso del espacio asignado a cada apartado y de material gráfico de apoyo para visibilizar con mayor nitidez los resultados y los mensajes más relevantes y, finalmente, la contextualización y el análisis tan atinados de la relevancia e implicaciones de los resultados. El estudio aporta nuevos datos sobre el Síndrome de desgaste profesional (burnout) y su relación con la

7 PRÓLOGO

inteligencia emocional en profesionales de la salud y sugiere la orientación de futuras investigaciones que debieran profundizar en esta temática, incorporando, entre otras, variables como la segmentación por territorio, por especialidad, por tipo de sanidad (pública o privada), por tipo de institución (grande o pequeño), etc.

Algunos alumnos reconocen que la realización del TFM les ayuda a materializar y a integrar el cuerpo de conocimientos que han aprendido y que de forma aislada tendrían mucho menos sentido o incluso pasarían desapercibidos. Agradecen las herramientas prácticas que han adquirido durante la formación y su aplicación en el ámbito laboral. También, entre otros aspectos, valoran positivamente que los profesionales del equipo docente del Máster procedan de diferentes disciplinas y ámbitos de la educación y de la profesión. Todo ello hace que, además del aprendizaje académico riguroso recibido, la experiencia haya resultado altamente enriquecedora tanto a nivel personal como profesional.

Como directora del Instituto Psicobiológico me siento muy satisfecha por la calidad de todos los TFMs de las diferentes ediciones.

Aprovecho la ocasión para expresar mi agradecimiento a todos los docentes por la extraordinaria labor formativa realizada, a la Dra. Pilar Martín que junto conmigo ha realizado el trabajo de dirección, tutorización y supervisión de los TFMs, a los catedráticos Fernando Colmenares y Francisco Martínez por la evaluación de los TFMs mejor valorados, a la Universidad Isabel I, por su inestimable colaboración en este proyecto, y a todos los alumnos de cada edición por su entrega y confianza.

Mercedes García, PhD

Directora del Instituto Psicobiológico

Doctora por la Universidad Complutense de Madrid Bióloga por la UCM

www.institutopsicobiologico.com

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9 ÍNDICE RESUMEN.................................................................................................................................................... 10 ABREVIATURAS 11 1. INTRODUCCIÓN................................................................................................................................... 12 1.1 Justificación 12 1.2 Definición 16 1.3 Estado actual 18 2. OBJETIVOS E HIPÓTESIS. 20 2.1 Objetivo general......................................................................................................................................... 20 2.2 Objetivos específicos.................................................................................................................................. 20 2.3 Hipótesis 20 3. MATERIAL Y MÉTODOS. 22 3.1. Diseño del estudio...................................................................................................................................... 22 3.2. Cuestionarios y test aplicados .................................................................................................................... 23 3.3. Variables de estudio................................................................................................................................... 26 4. RESULTADOS ....................................................................................................................................... 27 5. DISCUSIÓN........................................................................................................................................... 30 5.1. Discusión preliminar................................................................................................................................... 30 5.2. Discusión de hipótesis................................................................................................................................ 31 5.3. Limitaciones del estudio 29 5.4. Nuevos aportes del estudio........................................................................................................................ 29 6. CONCLUSIONES 30 6.1. Planteamientos/propuestas a futuro......................................................................................................... 30 7. BIBLIOGRAFÍA...................................................................................................................................... 32 ANEXOS 40

RESUMEN

El SDP se define como una respuesta al estrés laboral crónico, conformado por actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que se trabaja y hacia el propio rol profesional, así como por la vivencia de encontrarse emocionalmente agotado, que conlleva a consecuencias a nivel fisiológico, psicológico y conductual en la persona que lo padece, y que a su vez repercuten en la atención al paciente, reduciendo la eficacia y eficiencia del Sistema de Salud. La IE se ha propuesto como un conjunto de habilidades que permiten un mejor procesamiento y asimilación de la información emocional procedente de los sucesos vitales cotidianos, favoreciendo mayores niveles de bienestar y ajuste psicológico de los individuos.

El objetivo general de este trabajo fue establecer la relación existente entre la IE y el SDP en el personal sanitario. Para ello se realizó un estudio descriptivo, transversal y analítico, durante los meses de mayo a septiembre de 2022. La muestra estuvo conformada por 72 profesionales sanitarios (médicos especialistas y enfermería), pertenecientes a Centros de Atención Primaria y Hospitalaria del Sistema Nacional de Salud de España, quienes rellenaron una encuesta en la que se incluían datos sociodemográficos, el test MBI-HSS adaptado al castellano (para identificar SDP) y la escala TMMS-24 (para medir la IE). Según los resultados, el 61,1% de la muestra superaba los 15 años de profesión. Se observó un alto porcentaje de profesionales sanitarios con SDP (31,9%). Según las dimensiones de IE, presentaron adecuada-excelente percepción emocional (61,1%), comprensión emocional (61,1%) y regulación emocional (76,4%). En relación a la IE global, el 68,1% presentó un nivel de IE adecuado. Existe relación entre las dimensiones comprensión (p= 0,026) y regulación emocional (p=0,011) de la IE y el SDP. A menor comprensión y regulación emocional, más dimensiones afectadas del SDP. En Atención Primaria se encuentra un mayor número de dimensiones afectadas del SDP (media de 2.13), en comparación con la Atención Hospitalaria (p = 0,019).

Estos hallazgos ponen de manifiesto la importancia de realizar más estudios con una valoración más amplia de los factores psicológicos que influyen en el desarrollo del SDP de forma longitudinal, y a su vez considerar la formación en IE como una de las estrategias de intervención complementaria, orientada al individuo para la prevención y tratamiento del síndrome.

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ABREVIATURAS

SBO: Síndrome de Burnout

SDP: Síndrome de Desgaste Profesional

CIE: Clasificación Internacional de Enfermedades

EU-OSHA: Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo

OMS: Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo

MBI: Maslach Burnout Inventory

MBI-HHS : Maslach Burnout Inventory-Human Services Survey

IE: Inteligencia Emocional

TMMS: Trait Meta-Mood Scale o Escala Rasgo de Metaconocimientos sobreEstados Emocionales

TMMS-24: Trait Meta-Mood Scale 24 o Escala Rasgo de Metaconocimientossobre Estados Emocionales 24

AP: Atención Primaria

AH: Atención Hospitalaria

MSCEIT: Test de Inteligencia Emocional de Mayer, Salovey y Caruso

MFyC: Medicina Familiar y Comunitaria

MIR: Medico Interno Residente

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1. INTRODUCCIÓN

1.1 Justificación

El estrés se encuentra cada vez más presente en la sociedad en la que vivimos y afecta la salud de los individuos y su rendimiento profesional.

Según la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, el estrés laboral es el segundo problema de salud más grave en la Unión Europea afectando aproximadamente al 28% de la población. El personal médico y de enfermería, son uno de los sectores profesionales más expuestos a niveles elevados de estrés, ya sea de forma puntual o mantenida. La situación de pandemia por COVID 19 ha empeorado todas estas condiciones preexistentes así como los problemas de salud mental (Ricci Cabello et al., 2020).

La respuesta de estrés es una respuesta natural, común a todas las personas, y necesaria para la supervivencia, ya que moviliza los recursos necesarios (fisiológicos y psicológicos) para que nuestro organismo pueda superar, adaptarse y responder de forma adecuada a los cambios que se producen a nuestro alrededor. Se trata de un elemento indispensable en nuestro repertorio de comportamientos, ya que nos facilita la posibilidad de resolver con solvencia los problemas o los retos del día a día, afrontar situaciones peligrosas y desempeñarse de forma eficaz en nuestra vida. (Lopez de la Llave, 2014).

Cuando se produce un exceso de presión, determinada por la excesiva intensidad del hecho en sí, o por su prolongación en el tiempo, estaríamos hablando de “distrés”, uno de los principales factores que atentan contra el bienestar, el rendimiento y la salud de las personas. En este caso la persona no se siente con recursos suficientes ni eficaces para afrontar las excesivas demandas del medio y vive la experiencia de forma negativa, “fuera del control”. Habitualmente es esta segunda experiencia con vivencia negativa la que se conoce con el término genérico de estrés.

Esa respuesta es variable de una persona a otra y de una situación a otra, pero lo que, sí es uniforme a todos, es que cuando la intensidad y la duración de las demandas supera la capacidad de respuesta del individuo por agotamiento o falta de recursos, se experimentan las consecuencias físicas, emocionales y sociales de ese desequilibrio (Mingote Adán, 1999) y se genera el sustrato idóneo para evolucionar hacia para patologías más complejas.

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Por tanto, la respuesta al estrés siempre es individual, en la que se combinan los factores estresores y las variables propias de cada persona que influyen en la forma en que los percibe (percepción de control para afrontar las situaciones) e interpreta, es decir, su vivencia subjetiva. (Casas et al., 2002)

En el ámbito de la salud laboral existe un proceso denominado hasta ahora “Síndrome de burnout” (Fidalgo Vega, 2007), de gran relevancia y repercusión social, aún más si cabe en los últimos tiempos tras la pandemia COVID19, que actualmente se considera un problema de Salud laboral (Insst.es, 2022).

En mayo del 2019, el Síndrome de burnout fue incluido en el sistema de Clasificación Internacional de Enfermedades CIE-11 de la OMS como un “fenómeno ocupacional” (Gálvez Herrer, 2019) y en enero de 2022, la CIE-11 ha incluido este síndrome como una entidad con epígrafe propio, con la nueva nomenclatura de “Síndrome de desgaste profesional” (SDP) (Insst.es, 2022). Esta nueva conceptualización permite mejorar la identificación del síndrome, así como su prevención y tratamiento, facilitando el diagnóstico a los profesionales de la salud y su prevención a los profesionales de la psicosociología.

Según la CIE-11, el síndrome de desgaste profesional es el “resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito” donde la consideración del origen laboral de este síndrome, supone un paso más en el reconocimiento de la importancia de los riesgos psicosociales de origen laboral. La exposición a unas condiciones organizativas nocivas conduce a una situación disfuncional en el entorno de trabajo, ya que “elsíndromededesgaste ocupacional se refiere específicamente a los fenómenos en el contexto laboral y no debe aplicarseparadescribirexperienciasenotrasáreasdelavida” (OMS, 2019).

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El Síndrome de desgaste profesional aparece fundamentalmente en personas que tienen profesiones de ayuda que implican contacto directo y continuo con personas que sufren, donde el profesional se involucra emocionalmente (Maslach, 2016, 103-111). En diversas investigaciones se ha confirmado que el SDP aparece especialmente en el ámbito sanitario (Maslach, 2016, 103-111). Algunas publicaciones señalan que entre un 30% y 40% del personal sanitario experimentará síntomas de SDP en algún momento de su trayectoria.

El burnout es el resultado de un proceso de estrés crónico, que no ha sido adecuadamente gestionado y donde han fracasado los mecanismos de adaptación (Mayer & Salovey, 1997). La persona que lo experimenta desarrolla una idea de fracaso profesional, se siente emocionalmente agotada y manifiesta una progresiva erosión física, con cansancio acumulado, falta de energía corporal y alteraciones del sueño (Cebrià-Andreu, 2005, 470), desarrollando actitudes negativas hacia el entorno.

La dificultad para manejar las emociones intensas propias o de sus pacientes pueden conducir a cometer más errores en la práctica. El embotamiento afectivo (pérdida de la capacidad para identificar sentimientos propios y ajenos) conlleva una falta de empatía que se refleja en un peor trato con el paciente o en conflictos con los compañeros de trabajo.

En el ámbito sanitario encontramos un preocupante porcentaje de médicos asistenciales españoles, tanto hospitalarios como en atención primaria, que padecen un excesivo sufrimiento profesional. Se hallan insatisfechos, desmotivados, desilusionados y frustrados. Entre las causas organizacionales reconocidas se encuentran una inadecuada planificación del desarrollo

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profesional, la sobrecarga cuantitativa y cualitativa de trabajo, la incertidumbre en la práctica clínica y dificultad del proceso de toma de decisiones, la falta de autonomía en el puesto de trabajo, la excesiva dedicación o una inadecuada compensación económica (Mingote Adán, 1999). Otros factores involucrados y determinantes son la turnicidad de horarios, una mala adaptación al puesto, las pobres relaciones con los compañeros o algunas características propias de la personalidad individual del profesional.

Dada su naturaleza compleja y multifactorial, su manejo requiere una combinación de abordajes diversos e integrados que incida en tres ámbitos: la institución, los equipos de trabajo y el propio profesional a nivel individual. En este sentido, llama la atención la falta de formación en herramientas, estrategias y habilidades que faciliten la gestión emocional y la capacidad de adaptación y afrontamiento del estrés en los currículos formativos, al mismo nivel que la capacitación científico-técnica. Y la falta de compromiso de las organizaciones para facilitar su aplicación y puesta en práctica (Valiente et al, 2020)

Un primer paso a nivel individual es reconocernos como seres vulnerables, en riesgo de ser afectados emocionalmente por nuestro trabajo y dedicación, pero también con la capacidad de ofrecernos confort y calidad de vida en momentos de dificultad, a través de diferentes herramientas y estrategias que pueden aprenderse (Mayer & Salovey, 1997).

La Inteligencia emocional se ha propuesto como una habilidad o conjunto de habilidades que permiten un mejor procesamiento y asimilación de la información emocional procedente de los sucesos vitales cotidianos, favoreciendo mayores niveles de bienestar y ajuste psicológico de los individuos.

El autocuidado del profesional es esencial por tanto para adquirir una experiencia saludable ante las propias emociones y para atender las necesidades de uno mismo en este sentido, que mejor repercuta también en el cuidado y en la atención que se presta al paciente. Los avances técnicos y científicos conseguidos en el área de la salud no se han producido con el mismo alcance en el área psicológica o de la esfera emocional, por lo que es importante prestar atención a las disciplinas relacionadas con el conocimiento y la gestión de las propias emociones.

Según la OMS, los trabajadores son el recurso más importante que posee un sistema de salud para lograr su eficacia (Musgrove et al., 2000), porque ésta depende de los conocimientos, destrezas y motivación de los profesionales que trabajan en ese sistema. De aquí la importancia de estudiar la IE como un factor individual que puede influir significativamente en la aparición

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del SDP en los profesionales sanitarios y que a su vez puede ser utilizada como una herramienta para prevenir esta enfermedad.

1.2 Definición

Cristina Maslach en 1977, dio a conocer el síndrome entre un colectivo de psicólogos, utilizándolo públicamente y adquirió gran importancia en 1978. La definición más conocida es la propuesta por Maslach y Jackson en 1981, considerando el SDP como un síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y baja realización profesional, que puede ocurrir entre individuos que trabajan con personas (Maslach, 2016, 103-11).

Las 3 dimensiones clave de este síndrome son (Maslach, 2016, 103-11):

- Agotamiento emocional: cansancio que puede manifestarse física o psíquicamente, sensación de no poder dar más de sí mismo a los demás.

- Despersonalización: desarrollo de sentimientos y actitudes negativas, distantes y frías hacia otras personas, especialmente los pacientes en el caso del ámbito sanitario.

- Escasa realización personal: caracterizada por desilusión para dar sentido a la propia vida y hacia los logros personales, con sentimientos de fracaso y baja autoestima.

Según Lázaro (2004), para que aparezca este síndrome deben existir 4 fases.

En primer lugar, se encuentra la fase de entusiasmo, en la que el trabajador posee grandes aspiraciones y se implica en su trabajo de forma adecuada; la segunda fase, de estancamiento, que se da cuando no se cumplen las expectativas que el trabajador tenía previstas. Le sigue la fase de frustración, donde comienzan a decantarse los problemas emocionales, conductuales y físicos, constituyendo la fase decisiva del SDP. Y por último, la fase de apatía es desarrollada por la persona como autodefensa ante la frustración que siente (Lázaro, 2004, 499-506).

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El Maslach Burnout Inventory (MBI) ha sido especialmente diseñado para valorar estas dimensiones y es la herramienta estándar utilizada en la mayoría de los estudios (FernándezBerrocal et al., 2004, 751-755). El Maslach Burnout Inventory-Human Services Survey (MBIHSS) (Anexo 1), es la versión clásica del MBI dirigido a los profesionales de la salud (Maslach y Jackson, 1986).

La importancia de este modelo tridimensional recae en que sitúa la experiencia estresante individual dentro del contexto social e incluye el concepto personal que se tiene sobre uno mismo y sobre los demás (Fernández-Berrocal et al., 2004, 751-755). Esto nos lleva a plantearnos si existen factores relacionados con la forma de entender y vivir lo que nos rodea que puedan influir en este síndrome, como podría ser la inteligencia emocional (IE).

En la sociedad actual, la experiencia, el conocimiento técnico y el coeficiente intelectual son esenciales para desarrollar diferentes tareas. Sin embargo, el coeficiente intelectual de las personas no contribuye a nuestro equilibrio emocional ni a nuestra salud mental. Son otras habilidades emocionales y sociales las responsables de nuestra estabilidad emocional y mental, así como de nuestro ajuste social y relacional. (F Berrocal, Extremera N, OEI-Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653) Se necesita, por lo tanto, contar con unas competencias emocionales que permitan sacar el máximo partido de nuestras posibilidades. El concepto de inteligencia emocional se da a conocer en primer lugar en el campo de la psicología, en las áreas de la inteligencia social y de las inteligencias múltiples.

En la literatura científica existen dos grandes modelos de IE: los modelos mixtos y el modelo de habilidad. Los modelos mixtos combinan dimensiones de personalidad como el optimismo y la capacidad de automotivación con habilidades emocionales (Goleman y Bar-On). El modelo de habilidades de Salovey y Mayers es el que más apoyo empírico ha tenido, ya que la mayoría de artículos publicados se ajustan a él y es el que ha seguido este trabajo. Peter Salovey y John Mayer presentaron por primera vez su teoría de la IE en 1990, los cuales definen la IE como la capacidad para reconocer, utilizar, comprender y regular nuestras emociones y las de los demás (Mayer & Salovey, 1997).

Esta teoría de la IE es complementada posteriormente con los trabajos de Goleman (Goleman, 1996) y de Fernández-Berrocal en España (Fernández-Berrocal et al., 2012, 5-13). En el ámbito sanitario, la IE se ha propuesto como clave para organizar las destrezas interpersonales y de

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comunicación, interviniendo en: la relación profesional-paciente, el rendimiento y la satisfacción profesional o en el entrenamiento y el desarrollo de las habilidades de comunicación clínica (Hernández-Vargas & Dickinson-Bannack, 2014, 155-160).

Existen distintas escalas para medir la IE; una de las más utilizadas es la escala validada de IE percibida, Trait Meta-Mood Scale (TMMS) (Salovey et al., 1995), traducida al español por Fernández-Berrocal en 1998 (Anexo 2). La TMMS es una escala rasgo que evalúa el metaconocimiento de los estados emocionales mediante 48 ítems. En concreto, las destrezas con las que podemos ser conscientes de nuestras propias emociones así como de nuestra capacidad para regularlas.

1.3 Estado actual

Existen numerosos artículos sobre el desgaste profesional en el ámbito de AP, en los cuales entre un 41,3% a 53,3% de los sanitarios tenían afectada al menos una de las 3 dimensiones del SDP (Párraga Martínez et al., 2018; Navarro-González et al., 2015; Matía Cubillo et al., 2012; Sánchez Ventín et al., 2009; Cebrià et al., 2008; Ortega Ruiz & Lopez Rios, 2004). En la mayoría de los artículos se relaciona el SDP con variables personales u organizativas. Los trabajos publicados sobre la influencia de la IE en el SDP (Lindeman et al., 2017; Holliday et al., 2017; Ortiz-Acosta & Beltrán-Jimenez, 2011; Nespereira-Campuzano & M. Vazquez-

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Campo, 2017; Macías Fernandez et al., 2016), son escasos en nuestro país, focalizados en un colectivo profesional (enfermería) o ámbito de trabajo (urgencias hospitalarias.

Distintas publicaciones muestran que niveles altos en inteligencia emocional se relacionan con estrategias de afrontamiento más eficaces y activas, basadas en la reflexión, la evaluación y la resolución de problemas, mientras que niveles bajos se relacionan con peores reacciones emocionales y estrategias basadas en la evitación, la rumiación y la autoculpabilidad, apareciendo situaciones de agotamiento, estrés o frustración. Asímismo las personas con alta IE destacan por sus habilidades sociales/interpersonales, habilidades de organización y gestión del tiempo (Pau et al., 2004). Otros estudios relacionan el estrés con el manejo emocional y específicamente en el ámbito laboral donde se cree que las personas con mayor IE estarán más a gusto con su trabajo (Nespereira Campuzano & Vazquez Campo, 2017).

En los últimos años se han llevado a cabo diversos estudios que exploran el estado de salud mental de los estudiantes de medicina a lo largo del proceso de formación profesional. Se ha encontrado que la inteligencia emocional está directamente relacionada con múltiples aspectos del bienestar (Ranasinghe et al., 2017; Lin et al., 2016; Ghahramani et al., 2019), resultando, por consiguiente, en un mayor éxito académico y profesional, y sobre todo, personal, permitiendo al médico comunicarse de manera asertiva y efectiva con sus pacientes

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2. OBJETIVOS E HIPÓTESIS.

2.1 Objetivo general

Establecer la relación existente entre la IE y el SDP en el personal sanitario.

2.2 Objetivos específicos

1. Determinar el tipo de relación existente entre cada dimensión de la IE y el SDP en el personal sanitario.

2. Determinar si un nivel de IE adecuada-excelente constituye un factor de protección frente al SDP en el personal sanitario.

3. Determinar si los años de profesión constituyen un factor de riesgo para el desarrollo de SDP en el personal sanitario.

4. Determinar la relación existente entre los años de profesión con el nivel de IE en el personal sanitario.

5. Determinar si el ámbito de prestación de servicios sanitarios constituye un factor de riesgo para el desarrollo de SDP.

2.3 Hipótesis

En relación con el objetivo general y específicos del presente estudio se han formulado las siguientes hipótesis:

1. Determinar el tipo de relación existente entre cada dimensión de la IE y el SDP en el personal sanitario.

• Hipótesis nula (H0): no existe relación entre las dimensiones de la IE y el SDP.

• Hipótesis alternativa (Ha): existe relación entre las dimensiones de la IE y el SDP.

2. Determinar si un nivel de IE adecuada y excelente constituye un factor de protección frente al SDP en el personal sanitario.

• Hipótesis nula (H0): la IE adecuada y excelente no es un factor de protección frente al SDP.

• Hipótesis alternativa (Ha): la IE adecuada y excelente es un factor de protección frente al SDP.

3. Determinar si los años de profesión constituyen un factor de riesgo para el desarrollo de SDP en el personal sanitario

• Hipótesis nula (H0): los años de profesión no son un factor de riesgo para el desarrollo de SDP.

• Hipótesis alternativa (Ha): los años de profesión son un factor de riesgo para el desarrollo de SDP.

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4. Determinar la relación entre los años de profesión con el nivel de IE.

• Hipótesis nula (H0): no existe relación entre los años de profesión y el nivel de IE.

• Hipótesis alternativa (Ha): existe relación entre los años de profesión y el nivel de IE.

5. Determinar si el ámbito de prestación de servicios sanitarios constituye un factor de riesgo para el desarrollo de SDP.

• Hipótesis nula (H0): el ámbito de prestación de servicios sanitarios no es un factor de riesgo para el desarrollo de SDP.

• Hipótesis alternativa (Ha): el ámbito de prestación de servicios sanitarios es un factor de riesgo para el desarrollo de SDP.

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3. MATERIAL Y MÉTODOS.

3.1. Diseño del estudio

Para alcanzar los objetivos propuestos en este proyecto, se realizó un estudio descriptivo, transversal y analítico, durante los meses de mayo a septiembre de 2022.

Para la recolección de los datos que forman la base teórica del proyecto se utilizaron como fuentes de información el material de estudio y multimedia del Máster de Inteligencia Emocional, Psicología, Neurociencia y Salud, del Instituto Psicobiológico, artículos publicados en revistas electrónicas especializadas y material de referencia obtenido mediante el motor de búsqueda Google Académico.

La muestra estuvo conformada por profesionales sanitarios (médicos especialistas y personal de enfermería), pertenecientes al Centro de Atención Primaria Ramón Turró (Barcelona), Hospital Jose Molina Orosa (Lanzarote) y Hospital Sierrallana (Cantabria), del Sistema Nacional de Salud de España. A los profesionales de dichos centros se les invitó a participar voluntariamente en el estudio, de forma presencial (proporcionando la información respectiva por grupos de trabajo y en algunos casos individualmente), y a través de correo electrónico institucional y/o la aplicación Whatsapp Messenger. A los interesados se les entregó una hoja informativa del estudio con la Protección de datos y Consentimiento informado (Anexo 3), y tras su firma se les hizo entrega de la encuesta del estudio que incluyó datos sociodemográficos, la Escala Rasgo de Metaconocimientos sobre Estados Emocionales TMMS-24 y el MBI-HSS adaptado al castellano (Anexo 4). Este procedimiento se hizo de forma presencial en algunos casos y vía online mediante la aplicación Whatsapp y un formulario creado mediante la aplicación web Google Forms (https://forms.gle/PZxeJZHyDfqK5Bc79).

Para la creación de la base de datos se volcaron los datos recogidos en Google Forms en una hoja de cálculo de Microsoft Excel y posteriormente se codificaron las variables a estudio. Para el análisis estadístico de los datos se utilizó el software SPSS versión 22.0 con la asistencia de un especialista en Estadística. Las pruebas estadísticas que se utilizaron para el procesamiento de los datos fueron las siguientes:

● Datos descriptivos: tablas de frecuencia, media, mediana y desviación estándar.

● Datos analíticos: pruebas U de Mann-Whitney y Kruskal-Wallis.

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3.2. Cuestionarios y test aplicados

3.2.1. Cuestionario sobre datos sociodemográficos

Para estudiar las diferentes características sociodemográficas que influyen en el SDP se utilizará un cuestionario de elaboración propia en el que se incluirán como variables más relevantes: sexo, categoría profesional, área de prestación de servicios y años de profesión.

3.2.2. MBI-HSS adaptado al castellano

Para determinar la prevalencia de SDP los datos serán recogidos mediante la adaptación al castellano del MBI-HSS elaborada por Gil-Monte y colaboradores (Gil-Monte, 1994; GilMonte & Peiró, 1997b). El cuestionario se puede considerar válido y fiable en la versión adaptada al castellano (García García et al., 2007). Sus escalas presentan consistencia interna para evaluar la calidad de vida de los profesionales en España (Gil-Monte, 2005).

El cuestionario consta de 22 ítems que se valoran con una escala tipo Likert. El sujeto valora, mediante un rango de 6 adverbios que van de “nunca” a “diariamente”, con qué frecuencia experimenta cada una de las situaciones descritas en los ítems.

La factorización de los 22 ítems arroja tres dimensiones que son denominadas: cansancio emocional (CE), despersonalización (DP) y realización personal en el trabajo (RP).

La puntuación en las escalas del MBI-HHS, es el resultado de sumar todos los puntos o grados de frecuencia anotados en los elementos correspondientes de cada una de ellas. Los elementos que comprende cada escala y sus puntuaciones máximas se especifican en la Tabla 1.

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Altas puntuaciones en CE y DP, y bajas en RP definen el SDP. Su grado de intensidad variará dependiendo de las puntuaciones que presente el encuestado en cada una de las dimensiones (Tabla 2).

3.2.3. TMMS-24

Esta escala está basada en el TMMS del grupo de investigación de Salovey y Mayer (Salovey et al., 1995). La TMMS-24 es una versión modificada en español con 24 preguntas que evalúan tres dimensiones claves de la IE (Fernández-Berrocal et al., 1998). Esta escala ha demostrado tener una adecuada validez y fiabilidad, tal como la versión en inglés de 48 items (FernándezBerrocal et al., 2004).

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Dimensiones Items IndiciosdeSDP Puntuación máxima Cansancio emocional 1-2-3-6-8-13-14-16-20 Más de 26 54 Despersonalización 5-10-11-15-22 Más de 9 30 Realización personal 4-7-9-12-17-18-19-21 Menos de 34 48
Tabla 1. Indicios de SDP y puntuación máxima para cada dimensión del MBI.
Dimensiones Bajo Medio
Cansancio emocional 0-18 19-26 27-54 Despersonalización Realización personal 0-5 6-9 10-30 0-33 34-39 40-48
Tabla 2. Grado de SDP según las puntuaciones obtenidas.
Alto

Las dimensiones valoradas son: percepción emocional (soy capaz de sentir y expresar los sentimientos de forma adecuada), comprensióndesentimientos (soy capaz de comprender bien mis estados emocionales) y regulación emocional (soy capaz de regular los estados emocionales correctamente).

Cada dimensión contiene 8 ítems que se evalúan por medio de la escala likert de acuerdo a las siguientes afirmaciones: 1= nada de acuerdo, 2= algo de acuerdo, 3= bastante de acuerdo, 4= muy de acuerdo y 5= totalmente de acuerdo. Para corregir y obtener una puntuación en cada uno de los factores, se suman los ítems del 1 al 8 para el factor percepción, los ítems del 9 al 16 para el factor comprensión y del 17 al 24 para el factor regulación. Los resultados se clasifican como se muestra en la Tabla 3. Se emplean puntos de corte para hombres y mujeres, pues existen diferencias en las puntuaciones entre cada uno de ellos. La veracidad y confianza de los resultados obtenidos dependen de la sinceridad del encuestado al responder a los ítems.

25
Mujeres Hombres Percepción Escasa <24 <21 Adecuada 25 a 35 22 a 33 Excesiva >36 >33 Comprensión Escasa <23 <25 Adecuada 24 a 34 26 a 35 Excelente >35 >36 Regulación Escasa <23 <23 Adecuada 24 a 34 24 a 35 Excelente >35 >36
Tabla 3. Resultados del TMMS-24 según dimensión y sexo.

3.3. Variables de estudio

Para proceder al análisis de los datos recogidos en la muestra, se crea para el SDP una variable resumen continua: número de dimensiones afectadas del SDP. Para valorar de forma global la IE, se formuló una variable resumen continua con el sumatorio de las escalas que se obtuvieron en cada una de las 3 dimensiones, para obtener el Nivel de IE.

3.3.1. SDP

Se consideró dimensión afectada del SDP, cuando el participante obtuvo una puntuación alta, para CE y DP, o baja en RP. Según el número de dimensiones afectadas, se obtuvo la variable resumen número de dimensiones afectadas del SDP (rango de 0 a 3 puntos):

● No dimensión alterada: 0 puntos.

● 1 dimensión alterada: 1 punto.

● 2 dimensiones alteradas: 2 puntos.

● 3 dimensiones alteradas: 3 puntos. Para definir la prevalencia e intensidad del SDP se utilizó la siguiente clasificación en base al número de dimensiones afectadas:

● SDP severo: 3 dimensiones alteradas (3 puntos).

● SDP moderado: 2 dimensiones alteradas (2 puntos).

● SDP leve: 1 dimensión alterada (1 punto).

● No SDP: todos los que no cumplen los criterios anteriores (0 puntos).

3.3.2. IE

Para crear la variable Nivel de IE, se otorgó una puntuación a cada escala obtenida por cada dimensión de la IE, resultando:

- Puntuación de 1: si escasa percepción, o comprensión, o regulación.

- Puntuación de 2: si adecuada percepción, o comprensión, o regulación.

- Puntuación de 3: si excelente percepción, o comprensión, o regulación.

Sumando las puntuaciones anteriores por cada dimensión de la IE (valores entre 3-9 puntos), se obtuvo la variable resumen sumatorio de categorías de la IE (nivel de IE):

- Escasa: 3-4 puntos.

- Adecuada: 5-7 puntos.

- Excelente: 8-9 puntos.

26

4. RESULTADOS

4.1. Datos generales

La muestra estuvo conformada por 72 profesionales, procedentes de las provincias de Barcelona (43,1%), Las Palmas (29.2%) y Cantabria (27,8%). Según el sexo, la muestra tuvo un predominio femenino (76,4%). Según Categoría Profesional, un 51,4% (37) correspondieron a médicos especialistas y un 48,6% (35) a personal de Enfermería.

El 43,1% de los profesionales prestan sus servicios en Atención Primaria y el 56,9% en Atención Hospitalaria (Gráfico 1).

Según los años de profesión, el 61,1% de la muestra supera los 15 años (Gráfico 2). El segundo grupo mayoritario se agrupa en las franjas de 5 a 8 años (13,9%) y de 10 a 15 años (13,9%).

En relación al número de dimensiones afectadas del SDP, el 20,8% de la muestra presenta una dimensión del SDP afectada, el 30,6% dos dimensiones afectadas y el 31,9% tres dimensiones afectadas (Gráfico 3), lo que representa un 83,3% de la muestra. El 16,7% de los participantes no tienen ninguna dimensión afectada. La media de dimensiones afectadas es de 1,78.

Según la intensidad del SDP, un 20,8% de la muestra presenta SDP leve; un 30,6% SDP moderado y el 31,9% SDP severo.

Del total de la muestra, un 40,28% (29) obtuvo puntuaciones altas en CE (Gráfico 4). Un 40,28% (29) presentó puntuaciones altas en DP y un 30,55% (22) puntuaciones bajas en RP.

Según las dimensiones de la IE (Gráfico 5), en la escala percepción emocional, el 61,1% de los sanitarios se agrupan en adecuada y excelente, y el 38,9% en escasa. En cuanto a la comprensión emocional, el 61,1% presentan un nivel adecuado y excelente, y el 38,9% presentan un nivel escaso. En la regulación emocional, el 76,4% se agrupa en adecuada (56,9%) y excelente regulación (19,4%), y el 23,6% en escasa.

En relación a la IE global (nivel de IE), el 72,2% presenta un nivel de IE adecuado (68,1%) y excelente (4,2%), y el 27,8% de la muestra presenta IE escasa (Gráfico 6).

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4.2. Relación entre dimensiones de la IE y número de dimensiones afectadas del SDP

● Percepción emocional:

La media de dimensiones afectadas del SDP en las personas con escasa percepción emocional es de 1.6, con adecuada percepción es de 1.97 y con excelente percepción es de 0.66. En la escala de percepción no encontramos diferencias estadísticamente significativas con el número de dimensiones del SDP afectadas (test no paramétrico de kruskal – wallis; p=0,098).

● Comprensión emocional:

La media de dimensiones afectadas del SDP en las personas con escasa comprensión es de 2.03, con adecuada comprensión es de 1.77, y con excelente comprensión es de 0.87 (Gráfico 7). En la escala de comprensión emocional, encontramos diferencias estadísticamente significativas, observando que a menor comprensión emocional, aumenta el número de dimensiones afectadas del SDP (test no paramétrico de Kruskal-Wallis; p= 0,026).

● Regulación emocional:

La media de dimensiones afectadas del SDP en las personas con escasa regulación es de 2.29, con adecuada regulación es de 1.78, y con excelente regulación es de 1.14 (Grafico 8). En la escala de regulación emocional, encontramos diferencias estadísticamente significativas, observando que a menor regulación emocional, más dimensiones afectadas del SDP (test no paramétrico de Kruskal-Wallis; p = 0,011).

4.3. Relación entre Nivel de IE y número de dimensiones afectadas del SDP

La media de dimensiones afectadas del SDP en personas con un nivel de IE escasa es de 2.1 y en personas con un nivel adecuado-excelente (agrupados) es de 1.65. Un nivel de IE adecuadoexcelente presenta menos dimensiones afectadas del SDP, pero esta relación no es estadísticamente significativa (test no paramétrico de U de Mann Whitney; p = 0,065).

4.4. Relación entre Años de Profesión, número de dimensiones afectadas del SDP y Nivel de IE

Todos los grupos según años de profesión presentan un número similar de dimensiones afectadas del SDP (Gráfico 9). Los sanitarios con 10 a 15 años de profesión, presentan el mayor número de dimensiones afectadas del SDP (2,1). Estos resultados no fueron estadísticamente

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significativos (test no paramétrico de Kruskal-Wallis; p = 0.85).

Al agrupar el total de la muestra en 2 grupos según años de profesión (menor de 15 años y mayor o igual a 15 años), un 78,6% de las personas con menos de 15 años presentan un nivel de IE adecuada-excelente, versus un 68,2% en el grupo con 15 o más años (Gráfico 10). En el grupo con más años de profesión aumenta la proporción de sanitarios con IE escasa (31,8%) en comparación con el otro grupo (21,4%). Estas diferencias no resultaron estadísticamente significativas (test de Chi-cuadrado; p = 0.33).

4.5. Relación entre el número de dimensiones afectadas del SDP y la prestación de servicios

En Atención Primaria se encuentra un mayor número de dimensiones afectadas del SDP (media de 2.13), en comparación con la Atención Hospitalaria (Gráfico 11), siendo ésta una diferencia estadísticamente significativa (test de U Mann Whitney, con una p = 0,019).

29

5. DISCUSIÓN

5.1. Discusión preliminar

En los resultados obtenidos mostramos que un 83,3% de la muestra presenta al menos una dimensión alterada del SDP, cifra que resulta elevada con respecto a la bibliografía nacional existente (Párraga Martínez et al., 2018). En cuanto a la prevalencia de SDP, el 31,9% de nuestra muestra presenta SDP severo, cifra acorde a la prevalencia nacional (Párraga Martínez et al., 2018; Navarro-González et al., 2015; Matía Cubillo et al., 2012; Sánchez Ventín et al., 2009; Cebrià et al., 2008; Ortega Ruiz & Lopez Rios, 2004), e inferior que la internacional. En una revisión sistemática de Rotenstein et al (2018), en la que se recolectó información de 182 estudios de 45 países, se reportó una prevalencia de SDP del 67% (Rotenstein & Torre, 2018).

Las dimensiones del SDP que obtuvieron los valores más elevados fueron el CE y la DP (ambos por igual con un 40,28%), cifras superiores que las encontradas en estudios nacionales (Párraga Martínez et al., 2018; Navarro-González et al., 2015; Vilá Falgueras et al., 2015), e inferiores a los hallazgos de Rotenstein et al (Rotenstein & Torre, 2018).

Aunque las variaciones de prevalencia del SDP se deben a la heterogeneidad de las muestras, los años en los que fueron realizados los estudios y a los puntos de corte establecidos por los investigadores sobre las variables, creemos que el aumento de prevalencia de SDP leve y moderado que observamos en nuestra población se debe a las secuelas del COVID-19 que ha agravado los problemas de nuestro sistema de salud y a la afectación física y psicológica que ha generado en los sanitarios a todos los niveles (Valiente et al, 2021). La reciente pandemia ha significado un enormeesfuerzo adaptativo por parte de los profesionales, sometidos a duras condiciones de trabajo en una situación extrema. Una revisión sistemática realizada recientemente pone de relieve que elnivel de deterioro de la salud mental de los profesionales sanitarios que trabajaron en la primeralínea de la COVID-19 osciló entre medio y alto (Silva Gomes, 2021).

En cuanto a las dimensiones de la IE, la regulación emocional fue la que obtuvo la puntuación más alta (adecuada y excelente) con un 76,4%. En las escalas percepción y comprensión emocionales también predominaron las puntuaciones adecuada y excelente, alcanzando un 61,1% en ambas escalas. A nivel global, el 72,2% de los encuestados presenta un nivel de IE adecuado (68,1%) y excelente (4,2%). Estas cifras se corresponden con lo que se afirma en otros estudios en los cuales se ha objetivado que las personas con puntuaciones más altas en IE expresan una mayor predilección por las carreras asistenciales (Caruso, Mayer y Salovey,

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5.2. Discusión de hipótesis

Enrelaciónconlaprimerahipótesis sobre determinar la relación entre las dimensiones de la IE y el SDP, encontramos que si existe una relación estadísticamente significativa en las dimensiones comprensión y regulación emocional. A menor comprensión y menor regulación emocional, más dimensiones afectadas del SDP.

En algunas publicaciones se ha observado que los trabajadores de la salud que están motivados a regular sus emociones y tienen un sentido de empatía desarrollado, tienen menor riesgo de experimentar insatisfacción laboral (Bulmer et al 2009). Gohm apunta que los profesionales que fácilmente identifican una emoción específica en situaciones de estrés pasan menos tiempo atendiendo a sus reacciones emocionales e invirtiendo menos recursos cognitivos, lo cual les permite evaluar las alternativas de acción, mantener sus pensamientos en otras tareas o bien llevar a cabo estrategias de afrontamiento más adaptativas (Gohm & Clore, 2002). Las emociones son un determinante potente y común en los procesos de juicio, y en situaciones de conflicto este proceso cognitivo se ve afectado (Lerner 2015).

Considerando que nuestra muestra tiene un nivel adecuado de IE, de forma global y en cada una de sus dimensiones, la multiplicidad de factores relacionados con el SDP (personales y del ámbito laboral) y considerando el proceso de desarrollo de las fases del Burnout, que van del entusiasmo a la apatía (Lázaro, 2004, 499-506), o del CE y DP a la baja RP (Maslach, 2016, 103-11), pudiera ser que la percepción y la regulación emocionales se vean más afectadas en los que padecen el SDP por el propio desgaste que ocasiona el síndrome de forma lenta, progresiva y con frecuencia inconsciente, y no porque tuvieran un bajo nivel de IE previo.

Enrelaciónalasegundahipótesis, se observa que con IE adecuada-excelente los sanitarios presentan menos dimensiones afectadas de SDP (media de 1,65 Vs los de IE escasa con 2.1), aunque esta relación no es estadísticamente significativa.

Como se ha mencionado anteriormente, la IE se ha relacionado con estrategias de afrontamiento más eficaces y activas, basadas en la reflexión, la evaluación y la resolución de problemas, mientras que niveles bajos se relacionan con peores reacciones emocionales y estrategias basadas en la evitación, la rumiación y la autoculpabilidad, apareciendo situaciones de

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2002).

agotamiento, estrés o frustración. En un estudio se halló que a mayor IE, menor agotamiento y que ese menor agotamiento correlacionaba con una satisfacción laboral más alta (Weng et al 2011). Jackson-Koku y Grime (2019) han comprobado que enseñar habilidades de IE y aplicar intervenciones de regulación emocional se asocian con una reducción del burnout, disminuyendo el desgaste profesional.

En nuestra investigación, objetivamos que los profesionales a pesar de tener una IE adecuada y excelente presentan más de una dimensión alterada del SDP. Esto nos lleva a pensar que la IE por sí sola, puede que no sea un factor protector total ni único frente al desarrollo del SDP. Como señala la bibliografía en relación al origen multifactorial del burnout (características organizacionales, ambientales y propias del individuo así como su vivencia subjetiva) algunos rasgos de personalidad como la flexibilidadcognitiva (Goldberg & Bougakov, 2005), o un bajo gradodeneuroticismo (Bolger & Zuckerman, 1995), puedan también tener un factor protector frente al SDP.

Enrelaciónalatercerahipótesis, determinar si los años de profesión constituyen un factor de riesgo para el desarrollo de SDP, observamos que el número de dimensiones afectadas del SDP es similar en todos los grupos etarios, inclusive en los sanitarios más jóvenes. Estos resultados no fueron estadísticamente significativos.

Distintos autores señalan que los sanitarios con menos años de experiencia profesional están expuestos además de los estresores propios del entorno laboral a mayores situaciones de precariedad laboral (contratos cortos, inestabilidad de turnos, mayor rotación interservicios con tiempo insuficiente para ser competentes y especializarse, jornadas laborales más prolongadas, mayor número de guardias, etc.).

Enrelaciónalacuartahipótesis, determinar si hay relación entre los años de profesión y el nivel de IE, al clasificar la muestra en 2 grupos (mayores y menores de 15 años), se observa que en ambos grupos predomina un nivel de IE adecuado y excelente (>68%). Y en el grupo con más de 15 años de profesión aumenta la proporción de sanitarios con IE escasa (31,8%), aunque estas diferencias no resultaron estadísticamente significativas.

En este sentido, hay diversidad de estudios que apuntan que el riesgo de agotamiento emocional incrementa con los años (Ross, 2009; Montero-Marin et al., 2011), y otros autores encuentran

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una relación inversa (Demirci, 2010). Defienden que las habilidades emocionales se optimizan con la edad, ya que se tiene un mejor conocimiento de los propios recursos, y la experiencia vital, lo que proporciona una mayor capacidad de respuesta para afrontar situaciones difíciles (Mesa Castro, 2019).

Enrelaciónalaquintahipótesis, existe una mayor prevalencia de SDP en profesionales de AP, resultando este hallazgo estadísticamente significativo, por lo que trabajar en esta área de servicios podría ser un factor de riesgo para el desarrollo de SDP.

Nuestra estimación de prevalencia del SDP en AP es superior a la de estudios previos (Párraga Martínez et al., 2018). Aunque la AP y AH comparten características laborales como las elevadas carga de trabajo y presión asistencial, largas jornadas asistenciales (con frecuencia a expensas de tiempo extraordinario no retribuido), alta demanda emocional, conflictos (con los pacientes, compañeros de trabajo y la institución) o una inadecuada compensación económica, entre otros, es conocido que existen elevados niveles de insatisfacción entre los médicos de AP a nivel internacional (Marchand & Peckham, 2017; Ehsan & Musarrat-ul-Hasnain, 2018).

A los factores mencionados se añaden la escasa autonomía profesional, la sobrecarga burocrática, el dirigismo tecnocrático, el poco prestigio social e institucional hacia la AP en un modelo sanitario hospitalocéntrico y el choque entre teoría y práctica (McGhie JE et al, 2021).

Se ha generado además el fenómeno conocido como el “desprestigio de la atención primaria” (Scott et al, 2007; Martín Zurro et al, 2013) por el que los médicos, tras su formación universitaria, teniendo en cuenta el modelo sanitario, las expectativas laborales y la valoración social de la especialidad MFyC, muestran una tendencia a no escoger esta especialidad como primera opción tras el examen MIR (González Lopez-Valcarcel et al, 2014).

A medida que se conocen más factores psicológicos y laborales relacionados con el desarrollo del SDP, es posible elaborar un perfil de riesgo de los sanitarios más propensos a padecerlo, lo cual nos puede permitir avanzar en su prevención. En nuestro trabajo, observamos que ha aumentado significativamente el número de profesionales con SDP leve y moderado, que a su vez están en elevado riesgo de desarrollar SDP severo y de elevar la prevalencia actual.

33

5.3. Limitaciones del estudio

Entre las limitaciones más importantes se encuentran: un tamaño muestral pequeño (por lo tanto, las conclusiones obtenidas no son extrapolables a otros grupos); una muestra con sectores muy específicos de la atención hospitalaria (fundamentalmente Enfermería del área quirúrgica, Anestesia y Urgencias), las dificultades en la comprensión e interpretación del testpor los participantes; errores al rellenar la encuesta en el formato impreso (dejar alguna casillaen blanco o marcar dos opciones en una misma pregunta; esto ocurrió en dos participantes); lossujetos pueden haberse sentido observados y en consecuencia condicionar sus respuestas; los resultados del TMSS y del MBI dependen de la sinceridad de los encuestados.

Otra limitación relevante es que las medidas de autoinforme de la IE, no tienen una correlación elevada con la IE real. A la gente, en general, no se le da bien evaluar sus habilidades cognitivas y emocionales.

Entre los aspectos a mejorar, es ideal contar con el asesoramiento de un estadístico desde el planteamiento de la metodología, para identificar previamente los sesgos de selección, información y confusión. Y también durante el desarrollo y final del trabajo para interpretar la información adecuadamente considerando dichos sesgos.

5.4. Nuevos aportes del estudio

Sabemos que la prevalencia de SDP es alta en los sanitarios a nivel nacional e internacional, pero debido a la disparidad de prevalencias entre una misma nación y el resto de países, por la heterogeneidad de las muestras, diferencias en la medición y definiciones de las variables, nos pareció importante hacer una delimitación más clara de la variable SDP en base a la media de dimensiones con puntuación alta (CE y DP) y baja (RP), según cuestionario MBI y obtener una prevalencia en la que se agrupan 3 grupos poblacionales distintos que incluyen sanitarios de la AP y AH.

Hay estudios aislados realizados en grupos específicos de sanitarios de AP y AH sobre Burnout, pero no hay estudios que comparen las prevalencias entre ambos sectores y realicen un análisis de sus causas.

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6. CONCLUSIONES

● La mayoría de los profesionales sanitarios encuestados presentan algún grado de SDP. La prevalencia de SDP severo concuerda con las cifras encontradas en estudios nacionales previos.

● Las dimensiones comprensión emocional y regulación emocional de la IE se relacionan con menores dimensiones afectadas del SDP. Estos hallazgos ponen de manifiesto la importancia de la inteligencia emocional percibida, en concreto la capacidad de comprender y regular nuestras emociones (interrumpir emociones negativas y prolongar las positivas) como elemento de atenuación en la aparición de SDP aunque no hemos comprobado que sea un factor de protección único o total.

● Existe un mayor número de profesionales afectados por SDP en AP que en AH, lo cual aporta un dato novedoso, ya que no hemos encontrado estudios que comparen estos ámbitos.

● No hemos encontrado relación entre los años trabajados y las dimensiones afectadas en el SDP, ni tampoco entre los años trabajados y el nivel de IE.

● El Servicio de Medicina Laboral de cada centro sanitario debe desarrollar estrategias de aplicación sistemáticas para la prevención y diagnóstico del SDP.

● Se necesitan campañas de concienciación sobre el SDP, para los sanitarios de todos los niveles de atención, jerarquías y especialidades, y el público en general; haciendo énfasis en la importancia de su prevención, diagnóstico precoz y sus consecuencias para quien lo padece, sus pacientes y sus compañeros de trabajo.

6.1. Planteamientos/propuestas a futuro

● Realizar una medición en una muestra más amplia de sanitarios (de especialidades médicas y quirúrgicas), de AP y AH, de forma longitudinal, teniendo en cuenta la IE y otras variables individuales que pueden estar relacionados con el desarrollo de SDP, como los rasgos de personalidad (neuroticismo) y la flexibilidad cognitiva.

● Dada la relación entre la IE y el SDP, sería ideal la aplicación de una herramienta para un estudio más objetivo de la IE como es el MSCEIT: (herramienta que hace una evaluación real, proporciona una medida como habilidad y además proporciona información para realizar una intervención individual específica según los resultados obtenidos)

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● Igualmente, a la luz de nuestros resultados dada la relación entre la presencia de dos dimensiones de IE y menor desarrollo de SDP y concretamente en el ámbito de Atención Primaria, sería interesante proponer una intervención/programa de entrenamiento en inteligencia emocional y comprobar si tras este trabajo se reduce el SDP. Según varios autores (Rodríguez, 2003), la educación sanitaria carece de áreas tales como la formación para intervenir en ayudar a las relaciones, estilos de comunicación asertiva, gestión de las emociones y enseñar al paciente a gestionar sus propias emociones. El desarrollo de estas áreas es una asignatura pendiente que podría servir como una herramienta importante en la prevención del desgaste profesional, teniendo un efecto no sólo en los profesionales sino también en la calidad de la relación con los pacientes.

Desarrollar la IE puede ser una valiosa herramienta para que los sanitarios enfrenten sus problemáticas habituales desde nuevas perspectivas, haciendo un uso más eficiente de la información proveniente de sus emociones. Esta habilidad puede mejorar el liderazgo, habilidades comunicativas, la relación con los pacientes y compañeros de trabajo, la satisfacción personal y la resolución de problemas críticos.

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39

ANEXOS

Anexo 1. Maslach Burnout Inventory (MBI-HHS) adaptado al castellano.

Anexo 2. Trait Meta-Mood Scale-24 (TMMS-24) en versión española.

Anexo 3. Cuestionario sobre SDP e IE.

Anexo 4. Gráficos de resultados.

40

A cada una de las siguientes frases debe responder expresando la frecuencia con que tiene ese sentimiento, poniendo una equis en la casilla correspondiente y número que considere más adecuado, según la intensidad del sentimiento. La escala de valoración es la siguiente:

41
ANEXO 1. Maslach Burnout Inventory (MBI-HHS) adaptado al castellano.

TMMS-24. INSTRUCCIONES: A continuación encontrará algunas afirmaciones sobre sus emociones y sentimientos. Lea atentamente cada frase e indique por favor el grado de acuerdo o desacuerdo con respecto a las mismas. Señale con una “X” la respuesta que más se aproxime a sus preferencias. No hay respuestas correctas o incorrectas, ni buenas o malas. No emplee mucho tiempo en cada respuesta.

42
ANEXO 2. Trait Meta-Mood Scale-24 (TMMS-24) en versión española.
1 2 3 4 5 Nada de Acuerdo Algo de Acuerdo Bastante de acuerdo Muy de Acuerdo Totalmente de acuerdo 1. Presto mucha atención a los sentimientos. 1 2 3 4 5 2. Normalmente me preocupo mucho por lo que siento. 1 2 3 4 5 3. Normalmente dedico tiempo a pensar en mis emociones. 1 2 3 4 5 4. Pienso que merece la pena prestar atención a mis emociones y estado de ánimo. 1 2 3 4 5 5. Dejo que mis sentimientos afecten a mis pensamientos. 1 2 3 4 5 6. Pienso en mi estado de ánimo constantemente. 1 2 3 4 5 7. A menudo pienso en mis sentimientos. 1 2 3 4 5 8. Presto mucha atención a cómo me siento. 1 2 3 4 5 9. Tengo claros mis sentimientos. 1 2 3 4 5 10. Frecuentemente puedo definir mis sentimientos. 1 2 3 4 5 11. Casi siempre sé cómo me siento. 1 2 3 4 5
43 12. Normalmente conozco mis sentimientos sobre las personas. 1 2 3 4 5 13. A menudo me doy cuenta de mis sentimientos en diferentes situaciones. 1 2 3 4 5 14. Siempre puedo decir cómo me siento. 1 2 3 4 5 15. A veces puedo decir cuáles son mis emociones. 1 2 3 4 5 16. Puedo llegar a comprender mis sentimientos. 1 2 3 4 5 17. Aunque a veces me siento triste, suelo tener una visión optimista. 1 2 3 4 5 18. Aunque me sienta mal, procuro pensar en cosas agradables. 1 2 3 4 5 19. Cuando estoy triste, pienso en todos los placeres de la vida. 1 2 3 4 5 20. Intento tener pensamientos positivos aunque me sienta mal. 1 2 3 4 5 21. Si doy demasiadas vueltas a las cosas, complicándolas, trato de calmarme. 1 2 3 4 5 22. Me preocupo por tener un buen estado de ánimo. 1 2 3 4 5 23. Tengo mucha energía cuando me siento feliz. 1 2 3 4 5 24. Cuando estoy enfadado intento cambiar mi estado de ánimo. 1 2 3 4 5

ANEXO 3. Cuestionario sobre SDP e IE.

Síndrome de Desgaste Profesional (SDP o Burnout) y su relación con la Inteligencia Emocional

El siguiente formulario consta de 3 partes: I) Datos sociodemográficos, II) Test Maslach Burnout Inventory (MBI) para identificar a los profesionales con SDP, y III) La escala de medición TMMS-24 (Trait Meta-Mood Scale) para la medición de la Inteligencia Emocional Autopercibida.

Todos los datos recogidos en este formulario son ANÓNIMOS, con fines educativos y formativos exclusivamente, y en concreto, para la elaboración del Trabajo Final de Máster de las alumnas y alumnos del Instituto Psicobiológico.

Agradecemos su participación.

I. Datos sociodemográficos

1. Seleccione la Provincia donde se localiza su centro de trabajo:*

□Barcelona □Cantabria □Las Palmas

2. Sexo:*□Masculino □Femenino

3. Categoría Profesional:* □Facultativo Especialista □Enfermería

4. Área de prestación de Servicios:* □Atención primaria □Atención Hospitalaria

5. Si es Médico Especialista por favor indique su Especialidad:*

6. Si es Licenciada/o en Enfermería en Atención Hospitalaria, por favor indique su principal área de trabajo:*

□Consultas □Urgencias □Reanimación/UCI □Bloque quirúrgico □Otro

7. Años de profesión:*

□Menos de 5 años. □De 5 a 8 años. □>8 - 10 años. □>10 - 15 años. □>15 años.

47

II. Maslach Burnout Inventory (MBI-HHS) adaptado al castellano.

El cuestionario Maslach Burnout Inventory (MBI) está constituido por 22 ítems en forma de afirmaciones, sobre los sentimientos y actitudes del profesional en su trabajo y hacia sus pacientes. Su función es medir el desgaste profesional. Mide los 3 aspectos del síndrome de Burnout:

1. Agotamiento o cansancio emocional. Valora la vivencia de estar exhausto emocionalmente por las demandas del trabajo.

2. Despersonalización. Valora el grado en que cada uno reconoce actitudes, frialdad y distanciamiento.

3. Realización personal. Evalúa los sentimientos de autoeficiencia y realización personal en el trabajo.

>>Coja un bolígrafo y un papel para anotar el puntaje de sus respuestas al final de cada pregunta.

Instrucciones:

A cada una de las siguientes frases debe responder expresando la frecuencia con que tiene ese sentimiento, poniendo una equis en la casilla correspondiente y número que considere más adecuado, según la intensidad del sentimiento. Las preguntas y escala de valoración se encuentran al reverso de esta página.

48
49

III. TMMS-24 (Trait Meta-Mood Scale).

INSTRUCCIONES:

A continuación encontrará algunas afirmaciones sobre sus emociones y sentimientos. Lea atentamente cada frase e indique por favor el grado de acuerdo o desacuerdo con respecto a las mismas.

con una “X” la respuesta que más se aproxime a sus preferencias. No hay

o incorrectas, ni buenas o malas. No emplee mucho tiempo en cada respuesta.

50
Señale
respuestas
1 2 3 4 5 Nada de Acuerdo Algo de Acuerdo Bastante de acuerdo Muy de Acuerdo Totalmente de acuerdo 1. Presto mucha atención a los sentimientos. 1 2 3 4 5 2. Normalmente me preocupo mucho por lo que siento. 1 2 3 4 5 3. Normalmente dedico tiempo a pensar en mis emociones. 1 2 3 4 5 4. Pienso que merece la pena prestar atención a mis emociones y estado de ánimo. 1 2 3 4 5 5. Dejo que mis sentimientos afecten a mis pensamientos. 1 2 3 4 5 6. Pienso en mi estado de ánimo constantemente. 1 2 3 4 5 7. A menudo pienso en mis sentimientos. 1 2 3 4 5 8. Presto mucha atención a cómo me siento. 1 2 3 4 5 9. Tengo claros mis sentimientos. 1 2 3 4 5 10. Frecuentemente puedo definir mis sentimientos. 1 2 3 4 5 11. Casi siempre sé cómo me siento. 1 2 3 4 5 12. Normalmente conozco mis sentimientos sobre las personas. 1 2 3 4 5
correctas
51 13. A menudo me doy cuenta de mis sentimientos en diferentes situaciones. 1 2 3 4 5 14. Siempre puedo decir cómo me siento. 1 2 3 4 5 15. A veces puedo decir cuáles son mis emociones. 1 2 3 4 5 16. Puedo llegar a comprender mis sentimientos. 1 2 3 4 5 17. Aunque a veces me siento triste, suelo tener una visión optimista. 1 2 3 4 5 18. Aunque me sienta mal, procuro pensar en cosas agradables. 1 2 3 4 5 19. Cuando estoy triste, pienso en todos los placeres de la vida. 1 2 3 4 5 20. Intento tener pensamientos positivos aunque me sienta mal. 1 2 3 4 5 21. Si doy demasiadas vueltas a las cosas, complicándolas, trato de calmarme. 1 2 3 4 5 22. Me preocupo por tener un buen estado de ánimo. 1 2 3 4 5 23. Tengo mucha energía cuando me siento feliz. 1 2 3 4 5 24. Cuando estoy enfadado intento cambiar mi estado de ánimo. 1 2 3 4 5

IV. Resultados (rellenar de forma opcional).

Inteligencia Emocional:

-Percepción emocional: sume el puntaje obtenido en los items del 1 al 8 y anote su respuesta:

-Comprensión emocional: sume el puntaje obtenido en los items del 9 al 16 y anote su respuesta:

-Regulación emocional: sume el puntaje obtenido en los items del 17 al 24 y anote su respuesta: Mujeres Hombres

Percepción Escasa <24 <21

Adecuada 25 a 35 22 a 33

Excesiva >36 >33

Comprensión Escasa <23 <25

Adecuada 24 a 34 26 a 35

Excelente >35 >36

Regulación Escasa <23 <23

Adecuada 24 a 34 24 a 35

Excelente >35 >36

Sindrome de Desgaste Profesional (SDP): La puntuación en las escalas del MBI-HHS, son el resultado de sumar todos los puntos o grados de frecuencia anotados en los elementos correspondientes de cada una de ellas. Los elementos que comprende cada escala y sus puntuaciones máximas se especifican en la siguiente Tabla.

52
Dimensiones Items ndiciosdeSDP untuación máxima Cansancio emocional 1-2-3-6-8-13-14-16-20 Más de 26 54 Despersonalización 5-10-11-15-22 Más de 9 30 Realización personal 4-7-9-12-17-18-19-21 Menos de 34 48

Altas puntuaciones en CE y DP, y bajas en RP definen el SDP. Su grado de intensidad variará dependiendo de las puntuaciones que presente el encuestado en cada una de las dimensiones.

Grado de SDP según las puntuaciones obtenidas.

53
Dimensiones Bajo Medio Alto Cansancio emocional 0-18 19-26 27-54 Despersonalización 0-5 6-9 10-30 Realización personal 0-33 34-39 40-48

Anexo 4. Gráficos de resultados.

Gráfico 1. Distribución de la muestra por área de prestación de servicios.

Gráfico 2. Distribución de la muestra

muestra según años de profesión.

54

Gráfico 3. Distribución de la muestra según número de dimensiones afectadas del SDP.

Gráfico 4. Distribución de los resultados en rango alto en las dimensiones CE y DP,y rango bajo en RP.

55
56
Gráfico 5. Distribución de la muestra según puntuación en las escalas de la IE. Gráfico 6. Distribución de la muestra según nivel de IE.

Gráfico 7. Relación entre la escala de comprensión emocional (Com) y el número dedimensiones afectadas del SDP.

Gráfico 8. Relación entre la escala de regulación emocional (RE) y el número de dimensiones afectadas del SDP.

57

Gráfico 9. Distribución de la muestra según años de profesión y número de dimensionesafectadas del SDP.

Gráfico 10. Distribución de la muestra según años de profesión y nivel de IE.

58
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Gráfico 11. Distribución de la muestra según área de prestación de servicios y número dedimensiones afectadas del SDP.
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