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El Comercio – 25 octubre 2013 Universitarios se movilizan entre provincias por la oferta académica

Más de medio millón de ecuatorianos cursan carreras universitarias actualmente en las 53 universidades acreditadas, según datos de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología. Pero la falta de oferta académica en ciertas provincias o la preferencia por nuevas carreras hacen que miles de jóvenes opten por emigrar hacia otras ciudades, para prepararse profesionalmente. En la decisión también pesa la categoría en la que se encuentran los establecimientos educativos, según las evaluaciones del Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior. En los últimos 10 años, Riobamba se convirtió en una ciudad universitaria. Y por eso, en el 2011, la Asamblea Nacional la declaró como Ciudad Politécnica, Universitaria y Tecnológica del Ecuador. En Riobamba hay 16 colonias de estudiantes residentes. La fraternidad de esmeraldeños agrupa a 400 miembros. La lidera Mayra Camacho, de 23 años. "Allá no hay las mismas oportunidades. Acá el costo de los arriendos y la alimentación es bajo y eso permite estudiar. Además, es una institución acreditada con clase A, que nos puede asegurar un buen trabajo". Según una investigación del ex asambleísta de Chimborazo, Marco Morillo, más de 15 000 de los 50 000 jóvenes que estudian allí llegan de la Sierra centro, Pichincha, Guayas, Azuay e Imbabura.


Chimborazo es la tercera provincia, después de Pichincha y Guayas, con el mayor número de instituciones tecnológicas con relación a sus 225 000 habitantes. Hay una universidad, una politécnica, ocho extensiones universitarias y 18 institutos superiores. El Departamento de Bienestar Estudiantil de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo informa que 8 206 de los 12 626 jóvenes matriculados llegan de todo el país, pero en mayor número de Santo Domingo, Puyo, Macas, Tena y Esmeraldas. Esto ocurre debido a que en esas ciudades no se puede cursar carreras como Administración de Empresas, Electrónica, Sistemas, Ingeniería Forestal, Medicina, Nutrición, Ecoturismo, entre otras. Antonio Crispín, de 20 años, dejó Santo Domingo hace tres años para estudiar Administración de Empresas. Cursa el quinto semestre. "En mi ciudad no hay universidades y debemos salir. La idea es tener un título y trabajar". Desde hace cinco años la orense Verónica Gallegos, de 25 años, vive en la capital azuaya. Arrienda un departamento a una cuadra de la Universidad de Cuenca, en donde sigue la carrera de Gastronomía. La machaleña optó por Cuenca, porque está cerca de su ciudad y porque considera que el nivel de aprendizaje es bueno. Ella es una de los 3 529 chicos de otras provincias que estudian en la Universidad de Cuenca. 1 345 llegan de Cañar y 696 de El Oro. También hay comunidades numerosas de Morona Santiago Loja y Pichincha. Uno de los atractivos para los estudiantes de otras provincias es la carrera de Cine, porque la de Cuenca es la única universidad que ofrece esta opción de forma gratuita en el país. Pero, además, esta casona tiene alumnos de Colombia, Perú, España y México. Son 140 extranjeros. En la Universidad del Azuay hay 1 467 estudiantes foráneos. 184 llegan de Loja. De allí es Rosalía Cueva, de 19 años, quien estudia Diseño de Textil y Modas. Se mudó porque en su provincia no hay esta carrera y porque sus hermanos mayores cursan allí Arquitectura. Cueva dice que alejarse de sus padres fue difícil, pero está convencida que el sacrificio de ella y de sus hermanos será recompensado en el futuro. Pero su provincia también atrae chicos de otras zonas. Muchos van a la Universidad Nacional de Loja. En el período 2010-2011 acogió a 915 jóvenes de Zamora Chinchipe y 844 de El Oro. También llegaron de Pichincha y Azuay. Según la Unidad de Desarrollo Universitario, en el período 2012-2013 la tendencia es similar. Imbabura -sede política-administrativa de la zona 1, que incluye a Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos- concentra el mayor número de planteles de educación superior. Ibarra es la sede de las universidades y extensiones de la Técnica del Norte, Católica del Ecuador, de los Andes y Técnica Particular de Loja. Mientras que la Universidad de Otavalo funciona en el cantón del mismo nombre.


La falta de oferta educativa en las provincias fronterizas obliga a muchos estudiantes a migrar y la capital de Imbabura es uno de sus destinos preferidos. Valeria Cadena es de San Gabriel y llegó a Ibarra en el 2007, a la Universidad Técnica del Norte para estudiar Artes Plásticas, porque no había esa especialidad en Carchi. Concluyó esa carrera y, el año anterior, se graduó también de parvularia en la misma institución. La Técnica del Norte es el centro público más grande de la Sierra norte. En sus registros constan 7 762 alumnos matriculados este año en las cinco facultades que ofrecen 32 carreras, según el Perfil Territorial de Ibarra. El 40% de jóvenes procede de la provincia de Carchi; también hay estudiantes de Esmeraldas, Sucumbíos y del norte de Pichincha. Tras buscar un cupo en la universidad, Cadena arrendó un departamento cerca sus instalaciones, ubicadas en el norte de Ibarra, para evitar gastos de movilización. Invirtió un promedio de USD 300 entre arriendo y alimentación. En el 2006 se abrió la Universidad Politécnica Estatal del Carchi, con sede en Tulcán. El objetivo era evitar la salida masiva de estudiantes especialmente hacia centros educativos de Quito e Ibarra. Ahora tiene 792 alumnos en las carreras de Desarrollo Integral Agropecuario, Turismo y Ecoturismo, Comercio Exterior y Administración de Empresas. Esta institución también acoge a estudiantes foráneos. En el 2010, el 7,68% del alumnado procedía de Colombia. No se proporcionaron cifras actuales. En Carchi también funcionan extensiones de la Uniandes y de la Universidad Técnica Particular de Loja. Pichincha y Guayas, destinos masivos Los jóvenes llegan atraídos por una mejor oferta de estudios y por la posibilidad de obtener un trabajo a universidades de Pichincha y Guayas. De las 53 universidades del país, 14 están en Pichincha. Entre ellas hay cinco instituciones en categoría A, cuatro en Quito y una en el cantón Rumiñahui. En Quito hay zonas con alta oferta de alojamiento para estudiantes de otras provincias, en sectores como Miraflores y La Gasca, para chicos de la Universidad Central, y en La Floresta o La Mariscal, para alumnos de la Católica, Salesiana o Politécnica Nacional. También hay residencias estudiantiles, como la de la av. América y Cuero y Caicedo. En el caso de la Universidad de Guayaquil, de 72 000 alumnos, 12 000 llegan de otras provincias y 400 del exterior. En su mayoría de Los Ríos, Manabí, Esmeraldas, El Oro y Santa Elena. Hay casos como el de la pasajeña Lourdes Pérez, quien vive en casas de familiares, mientras cursa Medicina. “Los fines de semana me voy a mi tierra”. Pero gran parte busca alojamiento. En el caso de la Universidad Estatal, en barrios aledaños, como Orellana, o las ciudadelas Bolivariana, Urdesa, Kennedy se ofrece “cuartos para estudiantes”. En el norte están Atarazana, FAE, Miraflores, Alborada, Sauces... Los costos van de USD 150 a 400, según la comodidad.


La Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) tiene 5 000 estudiantes. Un 30% proviene, en su mayoría de El Oro, Manabí, Santo Domingo y Pichincha. La UEES tiene en su campus en la vía La Puntilla-Samborondón, una residencia universitaria. El costo mensual va de USD 250 a 380, con la posibilidad de estar junto a la universidad y tener computador, servicios básicos, Internet, comedor, cocina, área recreativa… La Universidad Católica Santiago de Guayaquil ofrece nueve carreras a sus 15 000 alumnos. En la carrera de Comunicación comparten estudios Joselyn Añazco (Machala), Nathaly Bósquez (Babahoyo) y Carla Gallardo (Salinas). Las dos primeras alquilan departamentos, la tercera vive con su abuelita. La Universidad Ecoteg matriculó a 765 alumnos de otros cantones en sus dos sedes.


ecuadorinmediato.com – 25 octubre 2013 CES, rector y estudiantes, esperanzados en transformación de Universidad de Guayaquil

Enrique Santos, integrante del Consejo de Educación Superior (CES), José Apolo, rector encargado de la Universidad de Guayaquil y Víctor Padilla, estudiante, se mostraron esperanzados en que la comisión interventora logre dar un giro total a la situación que ahora se vive en el centro de estudios. Enrique Santos comentó que el CES, para el caso de la Universidad de Guayaquil, se encontró los tres causales necesarios para un proceso de intervención. “Existe una irregularidad en el funcionamiento académico y administrativo, no se han respetado principios constitucionales y legamos como son los de la gratuidad y del cogobierno, que es un principio básico de la universidad ecuatoriana y se han observado episodios de violencia no en la magnitud que en otras universidades”, resumió. Para Santos, existe una “dificultad” desde las autoridades centrales para controlar y regular lo que ocurre en las facultades del centro académico. De su lado, José Apolo señaló que en la universidad existe un “gran clima de tranquilidad”. Docentes y estudiantes tienen la esperanza, según Apolo, del trabajo que se realizará con el CES, la comisión interventora y la universidad. “Creo que vamos a solucionar múltiples inconvenientes a temas críticas que ha tenido la universidad, que no podemos negarlos, que los hemos estado afrontando en la medida en que la reglamentación interna y las posibilidades lo permiten”, afirmó.


El rector encargado manifestó que cuando se conoció la posición del CES sobre las denuncias presentadas en un primer informe, se tomaron medidas inmediatas. “Algunos de esos actores de esos actos que están señalados en el informe ya no tienen funciones directivas”, puntualizó en declaraciones para Gama TV. Mientras tanto, Víctor Padilla considera que es una gran oportunidad la intervención que se hará el CES en la universidad. “Nosotros vemos que la intervención es una medida para poner orden dentro de la universidad, hay un caos administrativo y el tema de la repartición de los presupuestos en las facultades, nosotros los estudiantes nos vemos muy afectados con infraestructura precaria, pertenezco a la carrera de Ingeniería en Sistemas Computacionales, tenemos laboratorios caducos de hace 12 años, baños deplorables”, detalló.


eltiempo.com.ec – 29 octubre 2013 Universidad presenta un curso de lengua de señas

La Asociación Escuela de la carrera de Psicología Educativa de la Universidad de Cuenca inició el sábado su curso intensivo Lengua de señas ecuatoriana, que parte de la necesidad de instruirse y prepararse para afrontar su rol dentro de una educación inclusiva. Pamela Vélez, presidenta de la Asociación Escuela de Psicología Educativa, explicó que lo que buscan entre compañeros es una educación más realista e inclusiva por su interés en trabajar con personas con discapacidad auditiva. El curso será los sábados hasta el 23 de noviembre, con un grupo de 20 personas. Vélez recalcó que, según el nivel de interés, más personas podrán unirse a este curso y podrán tener un nuevo grupo para este mismo taller. Johanna Maji es la persona sorda que dirige el curso. Liliana Brito es la intérprete. El curso será basado en el Diccionario de la Lengua de Señas 2013. Los estudiantes tendrán contenidos como la cultura sorda, el abecedario, números, saludos, fórmulas de cortesía, días de la semana, datos personales, las relaciones personales, detalles como las emociones y los valores, expresiones de tiempo, convivencia, bases de esta lengua; entre otros temas prácticos. Dentro de este curso también se explica que el término correcto es Lengua de Señas, no lenguaje; y que tienen estructuras gramaticales perfectamente definidas. Cada una de las lenguas de señas se diferencia entre sí tanto en el léxico como en la gramática.


vistazo.com – 01 noviembre 2013 Hacia la nueva Universidad pública

Por: Ricardo Hidalgo Ottolenghi

"Jamás perdona el necio si ve la nuez vacía que dio a cascar al diente de la sabiduría". Antonio Machado La inobservancia del principio de gratuidad de la educación, “derechos” de exámenes, talleres y otros trámites. Depósitos en cuentas de terceros, ausencia del cogobierno, estudiantes regulares en carreras irregulares de pre y posgrado; excesivo gasto administrativo, deficiente gestión de recursos públicos, mora patronal y bajo nivel de titulación de docentes; fueron entre otras causas, lo que motivó al Consejo de Educación Superior (CES) a intervenir el mayor centro de educación del país: la Universidad de Guayaquil. ¿Por qué la universidad ecuatoriana sigue demostrando ineficiencia, incapacidad y tendencias notables a la corrupción? Está claro que la respuesta está en las resistencias al cambio en un entorno tan poderoso como inmovilista. Los grupos de presión vuelven una y otra vez a la carga con sus propuestas neoliberales, que buscan que las universidades funcionen como empresas utilizando malas prácticas empresariales, perdiendo su vocación de servicio público y rechazan sistemáticamente las alternativas que se les proponen; como por ejemplo, la imposibilidad de aprobar los estatutos de la mayoría de universidades, entre otras cosas, porque no cumplen lo estipulado en la Ley Orgánica de Educación Superior, no respetan el principio de cogobierno, no definen el traspaso del patrimonio, inventan “autoridades” e instancias por encima de los rectores, etcétera. Las flaquezas del sistema universitario ecuatoriano, caracterizado, entre otros males, por rectorados endogámicos y faltos de liderazgo académico, selección y contratación docente que no garantiza que los mejores accedan a la cátedra, modelos caducos, infraestructura deficiente, divorcio con la sociedad, etc., no terminan de tocar fondo. En el informe del CES se destaca que “los anteriores representantes estudiantiles se auto prorrogaron en sus funciones y por más de 4 años no convocaron a elecciones. Algunos de ellos perdieron su calidad de estudiantes, incluso antes de ser electos. Y como agravante, recibieron cargos de docentes o personal administrativo dentro de la propia universidad”. ¿No son estas, viejas prácticas clientelares? Por otra parte ¿cómo puede una universidad pública o privada, “darse el lujo” de tener gastos administrativos que ascienden al 70% del total de sus recursos y una casi nula inversión en investigación científica?


Las universidades valen lo que vale su personal docente e investigador. No hay Universidad sin el sustrato humano. La docencia y la investigación son las dos funciones básicas y complementarias de cualquier Universidad que se precie de serlo. De ahí que si la Universidad ecuatoriana quiere destacar, necesita mejorar de forma más veloz e intensa que el resto de universidades del mundo. Avanzar hacia un nuevo modelo conlleva la adopción de un sistema transparente de captación, selección y promoción del profesorado, acorde con las necesidades docentes y de investigación; un sistema que explicite la carrera docente con retribuciones adaptadas a los resultados académicos. No puede haber entre nosotros mucha nostalgia por tiempos pasados mejores, porque ahí están los resultados. Si se quieren construir universidades capaces de competir con fuerza en los rankings internacionales, es necesario ser más selectivos en la oferta académica y vincular la docencia a la investigación. Y aunque en la educación y en la investigación no se encuentran la solución a todos los males sociales, la buena formación intelectual y profesional siempre ha identificado a las sociedades más avanzadas. Propiciar un cambio en profundidad de la estructura universitaria para atender el clamor de los jóvenes por una formación que desarrolle sus innatas cualidades creativas, que permita convertirlos en profesionales hábiles, comprometidos y competentes para transformar, debe ser la primera prioridad de las Instituciones de Educación Superior. Las acciones que está emprendiendo el Consejo de Educación Superior para salir de la crisis, nos demuestran que aún hay razones para el optimismo.


lahora.com.ec – 01 noviembre 2013 Universidad de Pueblos Indígenas no aprobó evaluación del Ceaaces

La Universidad Intercultural de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas Amawtay Wasi no aprobó la evaluación del Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces). La calificación fue de 26,9/ 100. En un comunicado el Ceaaces, explicó que el proceso de evaluación contó "con la participación de profesionales de diversas ramas de las ciencias sociales, incluidos profesionales de los pueblos y nacionalidades Kichwa y Shuar, quienes asesoraron al Ceaaces en la incorporación y aplicación de criterios de interculturalidad, así como también en el acatamiento del bloque de constitucionalidad en procura del respeto a los derechos de los pueblos y nacionalidades indígenas". Los resultados de esa evaluación ya fueron enviados al Consejo de Educación Superior (CES) para que tome las medidas pertinentes y garantice a los estudiantes de la Universidad Intercultural de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas Amawtay Wasi la oportunidad de validar sus estudios. "El proceso de evaluación se realizó en estricto cumplimiento de las disposiciones legales nacionales e internacionales que buscan el aseguramiento de la calidad de la educación superior y el respeto de los derechos culturales de los pueblos y nacionalidades", precisó el Ceaaces.


entornointeligente.com – 06 noviembre 2013 ECUADOR: 95% de universitarios no buscan ser investigadores sino profesionales, según CES

La propuesta que recoge el reglamento de Régimen Académico que se conocerá este jueves en la sesión del Pleno del Consejo de Educación Superior (CES) y tentativamente se aprobaría en segundo debate el próximo miércoles 13, propone la eliminación de la tesis para graduarse de la Universidad y reemplazarlo por un trabajo de grado o de titulación. Entre estas posibilidades se encuentran la realización de un proyecto, un examen de conocimientos, un artículo académico, etnografías, análisis de casos, un producto audiovisual, una sistematización de una experiencia comunitaria, entre otros. Enrique Santos, miembro del Consejo Académico del CES. responde algunas de las dudas generadas por los estudiantes en estos días. Aclara que al reemplazar la tesis no se elimina la investigación para titularse en el tercer nivel. Al contrario, se generan alternativas acorde al perfil profesional con proyectos que validen el aprendizaje, dice. Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre una tesis y un trabajo de grado? Respuesta: La tesis es un trabajo argumentativo que resume un proceso de investigación complejo. Parte de una hipótesis o de un problema bien estructurado, debe tener un abundante y sólido marco teórico conceptual de las hipótesis que se quieren comprobar y debe existir un proceso de operacionalización de la investigación en donde el estudiante tiene la capacidad de transformar su hipótesis o problema en la metodología para recoger datos y corroborarlos. Luego debe desarrollar una argumentación y probar o no su hipótesis. El trabajo de tesis en su sentido estricto es muy complejo. Aquí nos hemos acostumbrado a llamar tesis a cualquier trabajo escrito que presentan los estudiantes. Pero hay otro tipo de trabajo como la etnografía que realiza un antropólogo, sociólogos que es una descripción de hechos con evidencias, que detalla, sistematiza. En la práctica docente, los médicos y abogados pueden desarrollar y sistematizar casos que siguieron en los consultorios. Hay múltiples formas de desarrollar la investigación en un nivel profesional adecuado a cada carrera que no necesitan una tesis. Una tesis requiere de una persona súper bien formada en el campo teórico y metodológico que un estudiante de grado no lo puede hacer. P. ¿Qué tipo de alternativas de graduación tendrá el estudiante? R. Si es un educador puede hacer una sistematización de una experiencia, un médico puede hacer un análisis de caso, puede presentarse a un examen complexivo con una cirugía o con descripción de un caso, un abogado igual; un administrador de empresas se gradúa con un plan de negocios; en electrónica e informática pueden diseñar un dispositivo, un prototipo; en


comunicación puedo diseñar un programa de televisión, una persona que estudie para director de orquesta se puede graduar con una presentación en un escenario de alto reconocimiento con un concierto; un músico se puede graduar con una partitura de calidad. Hay que pensar que no todo lo que hace la Universidad es ciencia, hay actividades culturales, artísticas, deportivas, que no demandan de una investigación compleja como normalmente se piensa cuando se habla de una tesis de grado. ¿Si va a ser administrador de empresas y no va a seguir la vida académica por qué le obligan a ser investigador? La implementación dependerá de las Universidades que tendrán la responsabilidad de la graduación. P. ¿Los estudiantes que egresaron pueden acogerse a este nuevo sistema de titulación? R. Hay una transitoria (en el reglamento de régimen académico) que lo permite. Establece que todas las personas que egresaron o que cursen estudios a la fecha podrán realizar el examen complexivo de acuerdo a la nueva normativa pero hay otro elemento que se considerará a las personas que tienen cinco años (de egresadas). Actualmente, el reglamento vigente establece que cuando egresa y termina sus estudios tiene hasta dos años para realizar su tesis y si después de este plazo no hizo el trabajo de titulación debe realizar los cursos de actualización en la Universidad pero vemos que eso se ha convertido en un círculo vicioso porque muchas universidades no se han sentido responsables, ni en la obligación de ayudar a los estudiantes a graduarse. Hay casos en donde los alumnos a pesar de que intentan hacer su trabajo de titulación dentro de los dos años no pueden porque el tutor no les da asistencia, les mandan un tipo de trabajo más complicado de lo que vieron en clase, etc. Entonces, a los dos años ponen un curso de actualización y les cobran, hacen un trabajo y a veces ni así pueden graduarse o hacen trabajos de mala calidad. Lo que planteamos en todo el reglamento, es que si una persona tiene algún tiempo de haber salido de la Universidad tiene que tomar las asignaturas en donde se realizaron cambios de curriculares de contenido fundamentales o nuevas que se incorporen a la malla curricular. Por ejemplo, en Informática si estudiaba sistemas de telefonía celular G2 y G3, y si quiero regresar, debo tomar esa misma materia porque ahora hablamos del G4. P.¿Puede ser un semestre o solo materias específicas" R. Son materias. Mientras más lejos es el tiempo que el estudiante egresó, más asignaturas deberá tomar. Si fuera Filosofía antigua le toca tomar tres o cuatro asignaturas de actualización, pero si es Informática o Eléctrica prácticamente debe empezar de nuevo la carrera porque esas materias han cambiado su malla curricular en el transcurso de estos años. P. Hay estudiantes a los que se les acabó el plazo para entregar sus tesis y volvieron a tomar un seminario. ¿Podrán acogerse a este nuevo mecanismo? R. Pueden acogerse. Pero hay muchas universidades que organizan estos cursos de graduación, en donde el nivel de exigencia del trabajo no es muy alto, es demasiado elemental. Eso se convirtió en


el mecanismo de financiamiento de las Universidades públicas y privadas porque estaban fuera de la gratuidad, esos cursos se cobran. (En el nuevo reglamento) ponemos taxativamente que quedan prohibidos los cursos y seminarios de graduación. Los estudiantes solo deben tomar las materias que les faltan para que se le garantice que no tengan un tutor a distancia que nunca ven, sino, que en la clase desarrollen un trabajo de titulación. Una experiencia que ya la aplican las Universidades como la San Francisco de Quito que tienen un sistema en donde en el último semestre existe una cátedra especifica para el trabajo de titulación y al final no solo aprueban la materia sino el trabajo de titulación. La Facultad de Filosofía de la U. de Cuenca también implementó el mecanismo. Los egresados de Pedagogía con especialización en Física pueden hacer un dispositivo de cierta complejidad y presentarlo y demostrar que funciona. P. ¿Que buscan con estas nuevas alternativas? R. El trabajo de titulación debe validar que ese estudiante sabe, aprendió lo que tenía que aprender. Es un error pensar que con complejas tesis de investigación los estudiantes demuestran que saben. Hay carreras como arte o educación en donde hay otras formas de demostrar que aprendió. P. ¿Si los estudiantes ya tienen un plan de tesis aprobado pueden acogerse a este nuevo sistema? R. Pueden acogerse porque no hay un nexo vinculante que los obligue a terminar la tesis, porque luego el estudiante no tiene tiempo para terminar. Los consejeros estamos convencidos de que hay que crear un mecanismo que facilite que la mayor cantidad de egresados del viejo sistema, que aún no terminan de graduarse, puedan hacerlo, incluido a los que ya empezaron su tesis. P. ¿En el caso de las maestrías, deben hacer tesis? R. La tesis en su sentido estricto que implica el desarrollo de una teoría formulación de una hipótesis, de un problema, el diseño de un plan para contrastar y demostrar hipótesis, y luego la elaboración de un informe detallado de como se contrasta la hipótesis con soporte bibliográfico se aplica en el caso de doctorado y en las maestrías de investigación, obligatoriamente. Para el caso de maestrías profesionalizantes y de las especializaciones queda abierta la posibilidad de que se puedan hacer tesis de investigación, pero se abre la posibilidad de otras opciones que son más exigentes que en las de pregrado. P. En la Universidad Central consideran que en carreras de Ciencias Sociales se deben mantener la tesis R. Yo discrepo. Ese es un concepto arcaico de las Ciencias Sociales, porque no son ciencias que trabajen con experimentación o con diseños cuasi experimentales, no trabajan con la complejidad de un diseño experimental que requiere hipótesis, todo lo contrario los cientistas trabajan con documentos descriptivos. Por ejemplo trabajan con etnografías, estudios de caso, diagnósticos, proyectos sociales o de intervención cultural. En las Ciencias Sociales hacer bien una tesis implica un nivel de conocimiento que no lo tiene un profesional de tercer nivel. Requiere de una formación extra y una práctica de investigación compleja.


P. ¿Esto no va a crear un facilismo para los estudiantes y no bajará la calidad de los profesionales? R. Ubique en Quito cuántos son los puntos en los que se hace propaganda pública de que se hacen tesis. Entonces, bajo el actual mecanismo de obligar a los estudiantes a hacer tesis, más del 80% de la población que egresa no la hace porque no tiene tiempo, no tiene las herramientas. No tenemos estadísticas, pero cuántos de esos trabajos son plagiados o son elaborados por terceras personas que cobran, estamos terminando con un negocio porque la idea es que el estudiante haga su trabajo de titulación, no fuera de su currículo, sino en el último nivel del programa. Dentro de las horas de clases tiene que haber un espacio para que los estudiantes, orientados por sus profesores, puedan desarrollar este trabajo. Inclusive el concepto de tutorías va a cambiar porque no puede ser que se haga un trámite largo para que le asignen un tutor y luego debe pelear con su director de tesis para que le atienda, y en algunos casos el estudiante nunca logra reunirse y solo intercambia emails y no tiene una asesoría rigurosa. Bajo las actuales condiciones, los trabajos que salen son de baja calidad porque no tienen la asesoría sistemática, sostenida compleja de tutores en esta área. Cómo se puede pedir que los estudiantes hagan investigación, si la mayor parte de docentes no sabe hacer investigación. En la Universidad de Guayaquil, por ejemplo, entre el año 2011 y 2012 se reportan cero investigaciones; entonces, cómo un docente que no hace investigación le va a decir a un joven como tiene que escribir e investigar. El 95% de alumnos que están en la universidad no aspira a convertirse en investigador, sino en profesionales, pero otra cosa es que sean profesionales que tenga aptitudes de investigación. Esa es otra cosa en la que falla nuestro sistema. El profesional sale sin competencias de investigación.


lahora.com.ec - 11 noviembre 2013 Cuestionan evaluación a educación superior intercultural La única universidad intercultural del país, Amawtay Wasi, creada en 2004, que es parte de la Red de Universidades Indígenas de América, tendrá que cerrar sus puertas debido a que el Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces) no aprobó su funcionamiento. Ese modelo de educación, que implica recibir conocimientos ancestrales desde los sabios de los pueblos, en los diferentes territorios, y mezclarlos con instrucción occidental, no existe en otra universidad a nivel nacional. Esto dejaría sin opción a quienes buscan educación superior intercultural, indicó el rector, Fernando Sarango. El informe final establece que la universidad obtuvo una calificación de 26,9 sobre 100, lo que la ubica en la categoría de ‘No aprobada’. Es decir, deberá cerrar, al igual que las universidades que se encontraban en la categoría E. Sin embargo, todavía no existen respuestas claras para los alumnos, porque las autoridades del Consejo de Educación Superior (CES) tienen que pronunciarse sobre la aplicación de un plan de contingencia, dijo Sarango. Hace una semana, un grupo de estudiantes de noveno semestre de Arquitectura Ancestral, que se dicta en Quito, esperaban alguna explicación. ¿Evaluación intercultural? Según el informe del Ceaaces, la evaluación sobre la calidad de la universidad se realizó de acuerdo con principios interculturales. “Se verificó el cumplimiento de normas mínimas de calidad, aplicando principios, criterios y procedimientos con perspectiva intercultural”. Esto, porque en abril del año pasado, la entidad determinó que era necesario realizar otra evaluación, después de que la universidad pasó por el proceso de análisis, al haber estado ubicada en la categoría E. Pero Sarango e Hilano Morocho, presidente de los estudiantes de la carrera de Agroecología, creen que no existe nada de intercultural en la evaluación. Su posición es que el modelo se creó en base a criterios occidentales. Hay 51 indicadores dentro de la evaluación. De estos, el Ceaaces asegura que 11 son de interculturalidad. Además, señalan que se utilizaron términos propios de las culturas, como reemplazar la palabra profesor, por facilitador, y el de extensiones, por chacras o ajaas (en shuar). Para el Rector, la evaluación responde a un “asunto meramente político”, porque el modelo habría estado enfocado para cerrar a la institución. “Todo lo que huela a movimiento indígena no vale”, cuestiona.


Ejemplos Entre los parámetros que evaluó el Ceaaces y que no se ajustarían a la cosmovisión y modelo de la Amawtay Wasi, está la infraestructura: número de parqueaderos, edificio inteligente, baterías sanitarias. La universidad no tiene un campus, sino que las clases se imparten en las comunidades, además de que el 75% de la jornada es práctica. También se cuestionó que el centro no tiene facilitadores con doctorado, que no son a tiempo completo, ni que han pasado por un concurso para obtener un nombramiento. Pero, Sarango objeta que muchos tienen maestría y que otros son seleccionados por las comunidades. Acciones a tomar Las autoridades de la Universidad Amawtay Wasi pusieron una demanda en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en abril para que se respeten sus derechos de interculturalidad. Fernando Sarango, rector de la institución, comentó que insistirán en la petición. Sin embargo, de no darse, no le preocupa, porque asegura que más importante es el reconocimiento de las comunidades, más que el del Estado. Por esto, la educación y capacitación continuaría, aunque no de manera formal. Detalles importantes De la Universidad Amawtay Wasi • Ofrece tres carreras: Ingeniería en Agroecología, Pedagogía Intercultural y Arquitectura Ancestral. • El número de estudiantes ha disminuido. Antes de la aprobación de la Ley Orgánica de Educación Superior había alrededor de 300. Con la norma y el reglamento fue bajando a 150 y ahora hay aproximadamente 50. • Trabajan 56 facilitadores. • Hay cuatro chacras universitarias: La Esperanza y Conocoto (Pichincha), Tenta (Loja) y Chiguaza (Morona Santiago). • Se imparten saberes originarios, saberes de los otros (culturas) y se hace un diálogo de saberes. 51 Indicadores usó el Gobierno para la evaluación.

11 tendrían que ver con la interculturalidad, según el Ceaaces.


El Comercio – 12 noviembre 2013 La creación de una de las cuatro universidades se concretó en la Asamblea

La Asamblea Nacional aprobó la ley de creación de la Universidad de Investigación de Tecnología Experimental Yachay. Votaron 112 asambleístas (son 137). En el Pleno en este momento se lee el proyecto para crear otra de las instituciones de educación superior: Ikiam o Amazónica. Más tarde se tramitarán del mismo modo los planteamientos de creación de las universidades de las Artes y Nacional de Educación (UNAE), según indicó el asambleísta de Alianza País, Gastón Gagliardo, quien integra la Mesa de Educación. Gagliardo también recordó que el Ministerio de Educación estará a cargo de nominar a las autoridades de la Universidad Nacional de Educación. Las otras instituciones serán gobernadas por una comisión gestora, nombrada por el Presidente de la República, que 180 días antes de que termine su período de cinco años deberá planificar las elecciones para seleccionar a nuevo Rector. En la mañana, en el Pleno, en comisión general, fueron escuchados algunos ciudadanos que hablaron sobre la importancia de las nuevas universidades. Wouter Van Damme, representante legal en Ecuador de la Asociación Flamenca de Cooperación al Desarrollo y Asistencia Técnica del reinado de Bélgica, destacó que la UNAE, es un proyecto para transformar la enseñanza y el aprendizaje en cada institución educativa y construir a la nueva sociedad ecuatoriana. También agregó que la creación de esta universidad parte de la idea de que con profesionales de alto nivel se asegura una mejor formación para los estudiantes del sistema de educación. Indicó que la UNAE tendrá tres funciones sustantivas: investigación, docencia y vinculación con la colectividad y los retos concretos y el compromiso es formar profesionales de la educación capaces de participar en la transformación del sistema educativo con respuestas culturalmente pertinentes, científicamente fundamentales y con un enfoque de ecología de saberes, así como fortalecer las competencias de los docentes del Magisterio Fiscal a través de mentorías y programas de formación continua; desarrollar la investigación en el ámbito educativo para mejorar la calidad de vida de la población y promover la gestión social y las redes de conocimiento, para ofrecer repuestas pertinentes a las necesidades de los diferentes sectores y actores de la comunidad.


El Comercio – 13 noviembre 2013 La calidad de la educación superior El Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces) anuncia que a mediados de noviembre presentará el informe final sobre el proceso de la evaluación realizada a las universidades y escuelas politécnicas del país. Se trata de un tema trascendental para el desarrollo del Ecuador, ya que se ha dicho que a donde va la universidad va el país. Es de aspirar, entonces, que este informe confirme que en la conducción de lo administrativo y académico (Rector y Vicerrector) estén autoridades producto de la expresión democrática de los estamentos universitarios, que cumplen con todos los requisitos exigidos por las leyes y reglamentos y hayan acreditado la debida experiencia y demás méritos académicos, poniendo fin a la universidad-feudo o botín político o, lo que es igualmente nefasto, que estén siendo dirigidas por quien o quienes hubieren llegado a tales dignidades bajo el único argumento de haber auspiciado su creación. Así como se dice que la reforma de la Justicia será exitosa en la medida que se cuente con jueces probos y altamente calificados, la reforma de la Educación Superior será exitosa y la calidad de la educación superior en sostenido ascenso, únicamente cuando la conducción de las universidades y escuelas politécnicas esté bajo la responsabilidad de lo mejor de la academia, la ciencia, la técnica, la cultura y la ética pública. Los ciudadanos tenemos la obligación de velar por que así sea.


El Comercio – 13 noviembre 2013 Asamblea creó dos universidades ayer

La creación de las universidades Yachay e Ikiam se concretó ayer. Con 112 votos a favor, la Asamblea Nacional avaló a la primera. Este es un centro de educación superior, cuya sede matriz estará en el cantón Urcuquí-Imbaura y será parte del proyecto Ciudad del Conocimiento que implica la construcción de un espacio urbano. El promotor de Yachay es la Función Ejecutiva, a través de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia Tecnología e Innovación y la Empresa Pública Yachay. El Consejo de Educación Superior podrá aprobar la creación de sedes fuera de la provincia de la sede matriz, conforme al trámite respectivo. Esta universidad participará de la parte proporcional de las rentas que asigna el Estado a las universidades y escuela politécnicas. Ikiam, en cambio, pretende generar una oferta académica y actividades investigativas que por una parte, procure armonizar la explotación de recursos naturales no renovables (minas y petróleos) con procesos amigables con el ambiente. Este centro, también aprobado con 112 votos, "tiene una trascendencia nacional, no solo porque el lugar en que está asentada es uno de los sitios de mayor diversidad del Ecuador y del planeta, sino también porque la oferta nacional de las carreras que se enfocan en temas como el manejo de la biodiversidad y la conservación del ambiente o la exploración nacional de recursos no renovables es incipiente", se dice en un comunicado oficial. Ikiam tendrá su sede matriz en el cantón Tena, provincia del Napo. El Consejo de Educación Superior podrá aprobar la creación de sedes fuera de la provincia de la sede matriz.


El Comercio – 13 noviembre 2013 Senescyt detectó fraude en tesis

El análisis abarcó tres años. La Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt) analizó una muestra aleatoria de tesis o trabajos de titulación en las universidades públicas y privadas. Tomó 606 tesis de pregrado y 202 de posgrado presentadas entre el 2010 y el 2013, y detectó que el 54% de tesis o trabajos de titulación revisados presentaron entre 11 y 100% de coincidencias bibliográficas. El 46% de trabajos tenía entre el 0 y 10% de coincidencias. Senescyt considera que existiría potencial fraude o deshonestidad académica en las tesis en las cuales se superaba un 10% de coincidencias bibliográficas. Un fraude, según apuntó René Ramírez, titular de Senescyt, es toda acción que inobservando el principio de transparencia académica viole la propiedad intelectual de terceras personas o incumpla con las normas académicas establecidas por las instituciones de educación superior o por el profesor. Entre otras, la reproducción en lo sustancial de creaciones intelectuales o artísticas sin observar los derechos de autor, a través de la copia literal, la paráfrasis o síntesis. También es un fraude el pacto para la suplantación de identidad o la realización de actividades en procesos de evaluación, incluyendo el trabajo de titulación. Entre otras acciones que impulsan para evitar estos fraudes está el nuevo reglamento de régimen académico en proceso de aprobación, que incluye la definición, tipificación y detalle del procedimiento legal para los casos de fraude y deshonestidad académica, así como cambios en los requisitos de titulación. En el artículo 53 de la propuesta de reforma se dice: “Cuando una institución de educación superior identifique que un título ha sido expedido y/o registrado fraudulentamente en el Sniese, el máximo órgano colegiado resolverá motivadamente sobre la validez del título y su registro, luego de lo cual solicitará la eliminación del registro, sin perjuicio de las acciones legales pertinentes”. La propuesta de reforma no sería tratada sino hasta la próxima semana por el Consejo de Educación Superior, según vocales consultados. Allí se señala que hay varias opciones de trabajo de titulación que podrían reemplazar a la tesis. La Senescyt pone a disposición de las universidades una herramienta para detectar las coincidencias bibliográficas y el posible fraude, que funciona a través de Internet en seis lenguas.


El Comercio – 15 noviembre 2013 Una herramienta antiplagio de textos En la Universidad Central, un docente y un técnico informático de cada una de sus 17 facultades serán capacitados hoy para usar Urkund. Esta herramienta, creada en Suiza en el 2000, funciona a través de Internet. Detecta plagio, apropiación de ideas, reproducción de creaciones intelectuales sin observar los derechos de autor. La Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt) la puso a disposición de las universidades de modo gratuito, desde hace tres meses. Con este 'software' antiplagio analizó una muestra de 808 tesis elaboradas entre el 2010 y agosto de este año. Fueron 606 trabajos de pregrado y 202 de posgrado. Urkund revisó el porcentaje de coincidencia bibliográfica con libros, revistas, tareas de estudiantes, páginas web y otras fuentes. Detectó que el 54% de tesis o trabajos de titulación de la muestra presentan entre 11% y 100% de similitudes. Valeria Riera administra el 'software' en la U. Central. En estos días crea cuentas personales en este sistema a los docentes. Dice que tendrán subcuentas por cada asignatura. Pueden ingresar hasta 200 tesis de 3 000 páginas, más unos ocho videos de 10 megas. A César Albornoz, maestro y director de la Escuela de Sociología de este centro, le parece positivo que se masifique el uso de esta herramienta entre los docentes. Pero señala que desde hace años, cuando empezó a utilizarse Internet, ellos usan Google cada vez que les parece que un texto fue plagiado. "Un profesor se percata de la posible copia cuando lee, al principio de un trabajo, una redacción deficiente y luego observa que el alumno escribe como un gran filósofo", dice. En la casona se comenta de casos de estudiantes de los primeros semestres a los que los maestros les ponen cero por confirmar que copiaron textos en sus tareas. El vicerrector académico, Clímaco Egas, recuerda que hace un año a una estudiante de Psicología se le levantó el grado porque el tribunal calificador consideró que había plagio. En estos días, en Comunicación Social se analiza la apelación de un alumno de maestría que dice que no copió el texto del trabajo que presentó. José Villamarín, decano de la Facultad de Comunicación Social, espera implementar lo más rápido posible esta herramienta, para evitar subjetividades y ser lo más objetivos en el análisis de los trabajos. René Ramírez, titular de la Senescyt, explicó que el programa Urkund indica dónde hay coincidencias y la fuente de dónde se extrajo el texto original. "Hay un problema estructural en el sistema universitario. Hay que derrumbar mentiras sociales: decir que hacemos tesis y creer que generamos conocimiento".


Según el funcionario, la pobreza de los trabajos de titulación que entregan los universitarios se refleja en los bajos niveles de producción de patentes. Según el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI), las universidades nacionales solicitan 1,3 patentes al año. El servicio Urkund y otras herramientas de detección de coincidencias bibliográficas válida en 10 000 millones de páginas web, e-books, enciclopedias, revistas… Envía de inmediato los informes, a través del correo electrónico. Los resultados Deben ser revisados y discutidos entre los involucrados. Los porcentajes de coincidencias que se definan como fraude dependerán de cada universidad y normativas.


El Universo – 15 noviembre 2013 Reformas a la universidad Orlando Alcívar Santos Puede ser que el proceso tenga ciertas inconsistencias, que no estemos de acuerdo con todo lo que se ha hecho o se está haciendo, pero luce bienintencionado el afán de convertir a la universidad –no como un simple decir– en el eje del desarrollo de la sociedad ecuatoriana. Nos encontramos en presencia de dos realidades fácilmente demostrables: la una es que así como nuestra universidad ha producido profesionales con apreciable preparación académica, la gran mayoría de quienes alcanzaron la excelencia lo hicieron más por su esfuerzo propio que por las facilidades científicas brindadas por la universidad, o porque tuvieron la oportunidad o el dinero para acceder a cursos de pregrado o programas de posgrado en centros extranjeros de nivel que contribuyeron eficazmente a su formación. Esa es una verdad, y la otra es que, para quien no sea aficionado a lo superfluo, para quien le importe más la yema que la cáscara, el conocimiento es el mayor tesoro del hombre moderno, y ese conocimiento se adquiere –o debería adquirirse principalmente– por vía o con la guía de la universidad. Es casi obligado reconocer con pena que así como en lo individual hay muchos falsos valores salidos de la universidad –o mejor dicho que han pasado por ella– hay o hubo también universidades de mentira con profesores de mentira que produjeron profesionales de mentira, y aunque eran públicos hechos tales como la existencia de varias universidades de fachada –unas veces de fachada y otras veces de galpón– nadie se atrevió a poner fin a una situación tan deplorable como vergonzosa. Por eso ahora, cuando veo que hay esfuerzos por mejorar el conocimiento, por ampliar y profundizar los saberes, siento especial complacencia porque no me cabe duda de que si el proceso se maneja con integridad intelectual privilegiando lo académico, la sociedad ecuatoriana del futuro tendrá una preparación superior a la actual en beneficio del país y su desarrollo. Y como en el Ecuador es prudente aclarar todo pues estamos acostumbrados a estar siempre bajo sospecha –albergamos la duda permanente de que alguien actúe sin interés, sin conveniencia personal, de pura buena fe– debo decir que no los conozco, que no he saludado ni de lejos con los funcionarios que encabezan o dirigen este proceso que, como dije al inicio, tiene sus imperfecciones pero que merece ser estimulado por los fines que persigue. Un dato que publicaba el día de ayer la prensa me parece alarmante y harto decidor: “Al menos una de cada dos tesis son plagios o pueden constituir un fraude académico” según el titular de la Secretaría Nacional de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación, agregando que “es una mentira social decir que hacemos tesis y creer que las tesis son generación de conocimientos en tercer nivel”. No se requiere más información para iniciar o continuar una reforma profunda, que no se detenga pero que no incurra en errores iguales o mayores que aquellos que se pretende superar. Todo lo dicho sin perder la perspectiva de que la universidad como tal debe ser libre, jamás debe someterse a nadie, no debe perder esa libertad vital que está sobre el propio pensamiento y que constituye la diferencia esencial entre el hombre y la máquina. Y un anhelo final: que la universidad no solo enseñe conocimientos sino algo que nos hace mucha falta, que nos enseñe a pensar.


El Telégrafo – 15 noviembre 2013 “Hay que derrumbar mentiras sociales” Según el titular de la Senescyt, René Ramírez, los plagios académicos encontrados por la Secretaría del Estado son un problema estructural del sistema de educación superior. 808 tesis de pregrado y posgrado analizadas contaron con coincidencias bibliográficas. 64.000 estudiantes egresaron en 2012 Son más de las 19:30 y en el primer piso de la Facultad de Psicología de la Universidad de Guayaquil un grupo de egresadas trabaja en el desarrollo de la tesis junto a su tutora, Gina Toro. María Del Pilar Guerra, de 46 años, quien egresó en 2011, es una de ellas. Para Guerra es la última oportunidad de obtener su título de psicóloga industrial. El año pasado sufrió una parálisis facial que le impidió presentar el trabajo. Mientras María del Pilar y sus compañeras continúan con el proyecto, el reemplazo de la tesis como trabajo de titulación sigue en debate a propósito de la entrada en vigencia del nuevo reglamento académico. Recientemente la Senescyt informó que en 2012 hubo 64.000 personas egresadas sin elaborar tesis, lo que representa un impacto económico negativo de $141 millones por año. Además indicó que fueron analizadas 808 tesis entre pregrado y posgrado presentadas en 2010 y 2013. De ellas el 54% tenía entre 11 y 100% de coincidencias bibliográficas. Para corregir estos fraudes, la Secretaría de Estado implementará sin costo un repositorio de tesis y un sistema antiplagio mediante el software Unkurd en las universidades públicas y privadas. “Este es un problema estructural del sistema de educación superior; hay que derrumbar mentiras sociales y esta es una de ellas: decir que hacemos tesis y creer que están generando conocimiento”, dijo René Ramírez, secretario de Senescyt. Según la decana de la Facultad de Psicología de la Universidad de Guayaquil, Cecilia Bastidas, “el porcentaje de similitudes que han encontrado en las tesis no es problema de la universidad ni del tutor sino del sistema educativo. El estudiante solo se convierte en receptor y no aprende a pensar”. Bastidas dijo que a través del buscador Google es posible verificar si un texto fue copiado al subir los párrafos o citas textuales. A diferencia de Psicología, en la Facultad de Ciencias Económicas desde hace dos años utilizan el programa “Plagiarism detector” para localizar estas irregularidades, según José Alcívar, director de maestrías.


Explicó que la herramienta analiza la tesis, busca similitudes y posteriormente arroja un reporte de los porcentajes de copia de Internet y la integridad del trabajo. “Aquí hemos detectado tesis con 75% de copia y solo del 10 al 12% está permitido. Cuando pasa de este número se llama al estudiante para que la mejore o la repita”, dijo Alcívar. El coordinador del departamento de tesis, Víctor Navas, narró que el año pasado de las 93 tesis, previo a ser sustentadas, el 30% presentó irregularidades. Mientras que el decano de Ciencias Administrativas, Marcos Surati, dijo que el año pasado 1.200 estudiantes sustentaron su tesis de manera irregular. Con el objetivo de evitarlo, desde hace dos meses imparten un curso gratuito de metodología de investigación, en el que se inscribieron más de 1.000 egresados. Para la tutora Gina Toro uno de los obstáculos del estudiante en el desarrollo de una tesis es la falta de horas libres luego de que ingresan a laborar: “entre un 70 y un 80% de nuestros alumnos trabaja”. Tiempo es lo que también transcurre para María del Pilar. “Aunque tengo las dos partes de mi rostro paralizadas he podido desarrollar mi tesis. Con la orientación de mi tutora he sido cuidadosa y así evito que mi trabajo se venga abajo”, concluye.


El Comercio – 16 noviembre 2013 16 bases de datos para universitarios

El E-libro es una de las 16 bases de datos científicas a las que los universitarios del país pueden acceder, para desarrollar sus tesis u otros trabajos. Es una plataforma que permite, en línea, revisar más de 80 000 títulos de libros. Desde el 2010 se ha invertido USD 6 000 000 en adquirir estas bibliotecas virtuales. Son datos de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt). Según su titular, René Ramírez, esas herramientas muestran que el cambio que buscan con el nuevo reglamento de régimen académico, que se aprobaría el jueves 21, no es "cosmético". En el 2011 se contabilizaron 958 816 búsquedas en esas bibliotecas virtuales. En el 2012 la cifra subió a 11 549 085 visitas y en el 2013 a 17 969 885. Pablo Valdivieso, de 22 años, egresó de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Católica. Acude a la biblioteca de ese centro para acceder a la base de datos Jstor, donde encuentra revistas internacionales. "Hay limitaciones, la mayoría de textos están en inglés y no todos manejan el idioma. Además, en la universidad no aprendí a usar las bases de datos", sostiene y cuenta que en una práctica profesional conoció a Santiago Basabe, de la Flacso, quien le enseñó a utilizar estas herramientas.


Valdivieso terminó su tesis sobre Los vetos presidenciales de 1979 al 2012. Según su investigación, se han producido 700 en ese período. Y solo en dos ocasiones, el Legislativo ha ratificado su texto frente al del Ejecutivo. "Vale la pena promover la honestidad académica", comenta sobre la posibilidad de que los catedráticos usen Urkund, para detectar potencial plagio. "La mayoría de estudiantes ha presentado textos de otros autores como suyos, incluso de Wikipedia. Al menos en las tesis se debería evitar eso". Él defiende la posibilidad de que la tesis se mantenga en el pregrado. Ramírez reiteró que seguirá como opción. Aunque ratificó que un estudiante no está capacitado para generar nuevo conocimiento en el tercer nivel sino en el posgrado. Menos del 1% de la población tiene cuarto nivel.


El Universo – 16 noviembre 2013 Egresados tendrán varias opciones para conseguir su título profesional

El reglamento de régimen académico que se aprobaría la próxima semana prevé darles algunas alternativas a los egresados para que concluyan con el proceso de titulación. La Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) calcula que hay 64.030 personas que ya cumplieron con todos los requisitos de su carrera, pero les falta elaborar su tesis. René Ramírez, titular de la Senescyt, señala que algunos de los problemas de los egresados para elaborar sus tesis son la falta de herramientas de investigación (como bases de datos o archivos documentales) y no tener acompañamiento por la escasa formación de los docentes. Al momento, un 3% de los profesores tiene el título de Ph.D. (doctores); 41% son magísteres y 45% posee un título de tercer nivel. “Un docente con licenciatura jamás podrá enseñar a hacer tesis a un estudiante. Como mínimo, para ser profesor, se debe tener maestría”, aseguró. Marcelo Cevallos, presidente subrogante del CES, señaló que en el reglamento académico se colocará una transitoria para que aquellos que tengan hasta cinco años de egresados a esta fecha puedan acogerse a varias opciones para graduarse. Según Ramírez, el grueso de estos egresados están entre los 23 y 30 años. Suman 31.806. Este grupo podrá acogerse a las opciones de trabajos de grado para titularse; estas incluyen desde un examen complexivo o de fin de carrera, artículos académicos, sistematización de experiencias prácticas de investigación y/o intervención, análisis de casos, propuestas tecnológicas, presentaciones artísticas, planes de negocios, proyectos técnicos, hasta trabajos experimentales y otros. Para los estudiantes que cursan sus estudios actualmente habrá un periodo de seis meses obligatorio de preparación antes de finalizar su carrera. En este tiempo podrá ejecutar su proyecto de graduación. Las especificaciones para dichos trabajos deberán establecerlas en cada universidad.


Además, se dispondrá que los centros de educación superior tengan bases de datos científicas, archivos digitales de sus tesis y de revistas indexadas. Decisiones Educación superior Convenio René Ramírez anunció la firma de convenios con institutos de investigación de prestigio en su gira por Europa. Yachay Sobre la aprobación de Yachay como nueva universidad, Ramírez dijo que en marzo se iniciará la nivelación.


lahora.com.ec – 16 noviembre 2013 El plagio de tesis se da por falta de investigación El plagio, un problema conocido por los ecuatorianos, ahora tiene cifras. Una de cada dos tesis tiene potencial de plagio, según el estudio que realizó la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt). Esto, por el alto porcentaje de coincidencias bibliográficas, que superaba el 10% en cada proyecto. Según los resultados, el 54% de los trabajos de titulación presenta entre el 11% y 100% de coincidencias bibliográficas. En el caso de pregrado, el porcentaje aumenta al 59,1% y en el de posgrado, que debería ser inferior por considerarse nivel de investigación, se encuentra en el 49,3%. El problema principal, de acuerdo con el secretario nacional, René Ramírez, es el bajo nivel de investigación que existe en el sistema de educación superior. Sin embargo, para el director de Contrato Social por la Educación, Milton Luna, las causas son más profundas, porque también implica los niveles de educación inicial, básica y bachillerato, donde no se fomenta la investigación. El problema “Todos sabían que existe el plagio. Esto sirve para preocuparnos, desmoralizarnos, angustiarnos. Pero, no sólo es necesario que se enuncie, sino que se encuentren las causas para hallar las soluciones”, opinó Luna. Unos de los responsables, según Ramírez, son los tutores que, al no tener títulos de cuarto nivel, no conocen cómo realizar un proyecto de investigación, provocando desconocimiento y fallas en los estudiantes. Juan Carlos Latorre, director académico de la Universidad Católica, considera que existen filtros para que no se produzca el plagio: los directores y lectores de las tesis, además de un corrector metodológico. En la institución no se han registrado, últimamente, estudiantes sancionados por plagio, debido a que se “detecta desde el inicio”, aseguró Santiago Jaramillo, secretario general de la Universidad. Las causas La “parte sustantiva del problema radica en que la investigación como tal no ha sido incorporada durante décadas en la educación”, explicó Luna. Si bien, una causa radica en los bajos niveles de investigación en las universidades y la falta de profesores con maestrías y doctorados, lo medular se concentra en que la metodología de investigación no se ha incorporado en la educación inicial, básica y bachillerato. Actualmente, indicó Luna, prima un modelo educativo de memorización y enciclopedismo, que aniquila la imaginación, la creatividad, la libertad de niños y jóvenes, que son fundamentales para la investigación. Además, considera que el plagio constituye un problema de ética porque se copian las


ideas de otros autores y se las incorpora como propias. Esto debe cambiar desde tempranas edades y no sólo en el ámbito educativo. (AGO) Software para detección Las universidades públicas contarán con el software Urkund, un sistema que compara los textos con más de 10 millones de fuentes en Internet y establece las similitudes con bibliografías. Con este software se puede determinar si existen textos que no fueron citados, que podrían considerarse como plagio. De evidenciarse plagio, las universidades están en la facultad de sancionar al estudiante. Según el reglamento de régimen académico, que será aprobado la próxima semana por el Consejo de Educación Superior (CES), el fraude académico se produce cuando existe apropiación de ideas, uso de soportes de información no autorizados por el profesor para una evaluación, reproducción de creaciones intelectuales o artísticas sin observar los derechos de autor y acceder sin autorización a respuestas de evaluaciones. Dependiendo de la gravedad pueden ser sancionadas con una amonestación, pérdida de una o varias asignaturas, suspensión temporal de actividades académicas o separación definitiva de la institución.

51,9 por ciento de los contenidos de las tesis de pregrado es plagio. 49,3 por ciento de las tesis de posgrado están en esta misma categoría.


El Comercio – 17 noviembre 2013 Tres cambios trae nueva normativa

Los cambios que se proponen para las universidades no solo tienen que ver con la tesis de grado. En el reglamento de régimen académico que se aprobaría el próximo jueves 21, hay otros tres puntos que calientan el debate. Así, se reducen las horas clase del profesor y aumenta el "trabajo autónomo" del estudiante. Además se reglamentan las transferencias de una carrera a otra y de un centro a otro. Y se unifica el tiempo para obtener los títulos de ingeniero, arquitecto y licenciado. En los primeros borradores del reglamento, que se empezó a debatir hace más de un año, el Consejo de Educación Superior (CES) propuso un sistema de créditos estandarizados. Pero hubo discrepancias en los rangos con los delegados de las universidades. La idea, según René Ramírez, titular de Senescyt, era facilitar la movilidad estudiantil. En la nueva normativa se eliminó el concepto de crédito y se espera que en las universidades se hable de lo que representa: horas de aprendizaje para obtener un título. Hasta ahora, la medida común al hacer homologaciones, para traslados de una carrera a otra, ha sido el crédito. Ahora se manejan créditos de 32 horas, 16 de clase y 16 de trabajo autónomo del estudiante, en la modalidad presencial. En el futuro serían 40 horas


de clase por lo que era el crédito. Y las clases deben ir de abril a mayo y de septiembre a octubre. La decisión de que rijan las horas de trabajo y no los créditos es bien vista por Napoleón Saltos, de la Universidad Central. Él integra el grupo de trabajo Universidad y Sociedad, que ha analizado este reglamento desde el primer borrador. Opina que el sistema de créditos es más flexible y permitiría que la responsabilidad y la dirección de la carrera la tome el estudiante. Él elegiría cuántas materias estudiar por ciclo. Pero implantarlo llevará tiempo. Enrique Santos, vocal del CES, dice que lo que está detrás del crédito son horas de trabajo o de dedicación a una carrera. El sistema de créditos se trabaja en EE.UU. y es flexible, pero reconoce que la Ley de Educación Superior limita las posibilidades de trabajar así en Ecuador. ¿Por qué? Para ser estudiante regular se debe cursar el 60% de asignaturas cada año y eso es una restricción. Horas de trabajo del estudiante En el nuevo reglamento se plantea que las actividades formativas tendrán tres componentes. Uno es el del tiempo de docencia o aprendizaje asistido por el profesor, en clases presenciales o en línea, en tiempo real. Y el colaborativo, que comprende el trabajo cooperativo de equipos de estudiantes en interacción con el maestro. Además están las prácticas profesionales y el componente de 'aprendizaje autónomo' del alumno. En las carreras, por cada hora de docencia habrá 1,5 o dos horas destinadas a las prácticas y al denominado aprendizaje autónomo. Uno de los vocales del CES, Enrique Santos, señala que en la Espol ya tienen un sistema para evaluarlo. Calculan, por ejemplo, si debe leer 240 páginas, si es un texto de alta, mediana o baja dificultad; si es una lectura de familiarización. Pero para viabilizar el trabajo autónomo, las universidades deben colocar materiales de cada asignatura o curso en una plataforma en línea masiva y abierta. Napoleón Saltos dice que hay que tomar en cuenta que en la Central hay 45 000 estudiantes y1 800 profesores. Equiparación entre carreras Los docentes del grupo de trabajo sobre universidad y sociedad criticaron la posibilidad de que en el nuevo reglamento se reduzca la importancia del tercer nivel. Pero en el texto final se aclara que los títulos de ingeniero, licenciado, arquitecto... son habilitantes. El CES equiparó las horas de dedicación a una carrera que se requieren para obtener los diferentes títulos, para que este no cambie según la universidad. Así se definió que se deben estudiar 8 000 horas en Ingeniería, Arquitectura, Medicina Veterinaria y Odontología, lo que equivale a 10 semestres, es decir cinco años. En algunas


instituciones, una ingeniería se estudia en seis o más años, sin contar con el tiempo para la tesis, que ahora debe incluirse en el currículo. El alumno debe estudiar 7 200 horas en las licenciaturas, es decir nueve semestres. Para Medicina se requieren 10 800 horas, es decir 13,5 semestres. El profesor Pablo Duque, jefe del área de Geología de la Politécnica Nacional, dice que se desvaloriza el título de pregrado y se obliga a seguir una maestría profesionalizante. La movilidad en facultades y las U En un capítulo del proyecto se establece que las horas de estudios serán susceptibles de transferencia dentro de carreras del mismo nivel de formación entre facultades y de una universidad a otra. René Ramírez, titular de Senescyt, asegura que se busca facilitar la movilidad del estudiante. Que un estudiante de Economía, por ejemplo, pueda decidir tomar una asignatura de su carrera en la misma facultad de otra universidad. "La flexibilidad tiene como horizonte la construcción de redes de conocimiento". Las universidades tendrán 18 meses para presentar otra vez los currículos de sus carreras, con los cambios que faciliten la homologación de los estudios. Pablo Ospina, del grupo universidad y sociedad, admite que ahora hay situaciones que dificultan el tránsito de los alumnos de una carrera a otra, pero dice que los porcentajes que se establecen en el reglamento no facilitan las cosas. Se indica que debe haber al menos 80% de correspondencia en el contenido, profundidad y número de horas destinadas a la formación. "Deben crear incentivos para que por áreas temáticas se integren facultades de una carrera y dar lugar a la movilidad". Pablo Ospina/ U. Andina "No queremos islas, facultades y universidades que no dialogan sino construir redes de conocimiento". René Ramírez/ Senescyt "La unificación de calendarios para el desarrollo de clases en el tercer nivel ayudará a la movilidad de los estudiantes".


El Comercio – 18 noviembre 2013 El equívoco Yachay

La Asamblea Nacional aprobó de un plumazo dos de las cuatro universidades, de clase mundial, que el Gobierno prevé para revolucionar el sistema universitario ecuatoriano. Entre ellas, Yachay que, a un costo que superaría los USD 600 millones, constituiría un polo de desarrollo de tecnología de punta (biotecnología, nanotecnología y otras), integrada a la industria y generadora de patentes e innovaciones para el mercado, como vía para la transformación de la matriz productiva del país. He leído el texto preparado por el profesor Arturo Villavicencio, titulado "De la universidad funcional a la universidad de la razón" en el que se exponen fundamentados y demoledores cuestionamientos a este proyecto, que bien hubieran sido materia del debate legislativo que no ocurrió. ¿Qué sostiene Villavicencio para poner en duda este proyecto emblemático de la revolución? El profesor de la UASB afirma que el modelo Yachay parte de la premisa equivocada de que la "innovación es el resultado de la investigación científica llevada a cabo en las universidades" (p. 10). Con base en la exposición escrupulosa del debate académico en la materia, Villavicencio demuestra que el modelo lineal ciencia-tecnología fue ya superado pero, además, que es incongruente con las posibilidades y necesidades del país. Dado que nuestra economía es poco diversificada e integrada, con débiles encadenamientos y baja tecnología, es un despropósito el pretender construir, a un costo exorbitante que desfinanciaría todo el sistema universitario ecuatoriano, polos de desarrollo tecnológico de punta que solo profundizarían una brecha tecnológica en el sistema productivo nacional y que no estaría orientado a resolver sus problemas acuciantes. La creación de "clusters" tecnológicos, como Silicon Valley, corresponde a las necesidades y condiciones de otras sociedades y no es trasplantable. Una réplica de aquello en Urcuquí, como se pretende con la Ciudad del Conocimiento, profundizaría los problemas y asimetrías ya existentes como la segmentación productiva, la pobreza, el desempleo, la exclusión social, con la creación de un sector dinámico, selectivo, innovador, un verdadero enclave o gueto tecnológico, mientras el resto de la economía y sociedad permanecerían desconectadas, sumidas en lógicas sociales y económicas distintas y envueltas en un estatismo agobiante. No debería sorprendernos si Yachay se transforma en otro Yasuní, en otra decepción que pasará, sin embargo, una muy alta factura a la Universidad ecuatoriana. Y es que uno no se explica por qué en vez de invertir esos recursos en mejorar lo que ya existe, en vez de duplicar los esfuerzos que realizan varias universidades y las politécnicas del país, se persiste en construir elefantes blancos sobre premisas anacrónicas.


hoy.com.ec – 18 noviembre 2013 Las tesis bajo sospecha Por: Diego Araujo Sánchez

La Senescyt puso a prueba a 808 tesis de grado que sirvieron en universidades públicas y privadas para la obtención de un título profesional en los tres últimos años: 606 de pregrado y 202 de postrgrado; las seleccionó de forma aleatoria y las sometió a un programa informático para detectar coincidencias bibliográficas dentro de una base de 10 millones de fuentes. ¿Los resultados? El 54% presentó entre el 11% y 100% de coincidencias bibliográficas, es decir, posibilidades de plagio. Solo el 46% registró desde el 10% hacia abajo de coincidencias, con lo cual se considera libre de esa sospecha de fraude académico. La realidad universitaria es muy dispar en el país. En medio de limitaciones, se producen valiosas investigaciones en algunas universidades. Pero aquello es la excepción y no la regla. Y, en este caso, cuando se analizan los trabajos que se exigen para obtener un título, la inferencia de René Ramírez, director del Senescyt, es la regla: no son generadores de conocimiento. ¿Cuáles son las consecuencias de una constatación de esa índole? ¿Será la de suprimir de un plumazo la exigencia de la tesis de grado para graduarse? Sin duda, no. Tal vez para obtener títulos de pregrado no sean necesarias estas. Y existen exigencias alternativas que pueden servir mejor a la formación y desarrollo de hábitos intelectuales necesarios a la profesión de quien obtiene ese título. Pero para doctorados o postgrados, esos trabajos son parte esencial de la experiencia académica en las universidades. Las evidencias de tan altas posibilidades de plagio es otra señal de las fallas del sistema de enseñanza universitaria y, en la medida de que este carga con las deficiencias de la educación precedente, de la baja calidad de la enseñanza general del país. En ella aún prevalece la tendencia memorística y repetitiva que se viene criticando desde hace décadas y que es tierra abonada para la copia. Que un porcentaje tan alto de tesis se halle bajo sospecha de fraude académico muestra, en concreto, fallas de bulto en la modalidad de elaboración de esas tesis. ¿Hay una política académica y se han institucionalizado procesos para esa elaboración? ¿Se inserta esa política en los programa de investigación universitaria? ¿Cómo se financian las tesis? ¿Existe verdadera dirección de estas, y se paga a profesores especializados o se reconoce el tiempo necesario para esa tarea? ¿Se han unificado siquiera las normas metodológicas de presentación de los resultados de las tesis, las citas textuales y el sistema de referencias convencionales para anotar libros, revistas, documentos o fuentes consultadas de la Internet? Además, como la Senescyt también observa se mantiene una diferencia abismal entre el número de quienes egresan de las universidades y de los que termina por hacer su tesis y obtienen el título profesional. Sin embargo, ante esta evidencia, tampoco parece la mejor solución suprimir de un plumazo las tesis de grado. No hay duda que es necesario una revisión a fondo el requisito de elaboración de tesis. Avergüenza que las universidades acepten conceder títulos aunque las tesis hayan salido del Rincón del Vago o de otros procedimientos nada honrosos ni honrados.


eluniverso.com – 19 noviembre 2013 De tesis, plagios y originales

“Robar las ideas de una persona, eso se llama plagio. Robar las ideas de varias personas a la vez, eso se llama investigación” (Ley de Felson). La irónica cita, robada de algún almanaque viejo, me viene a la memoria a propósito de la indagación dispuesta hace tres años por el economista René Ramírez, titular de la Senescyt, cuyos resultados finales fueron anunciados la semana pasada: de una muestra tomada al azar en el Ecuador, al menos la mitad de un grupo de 808 tesis de pregrado y posgrado contiene plagios flagrantes en la mayoría de su texto. Probablemente, la verificación de esa realidad previsible ha incidido para que nuestras autoridades universitarias eliminen las tesis como requisito para el pregrado y las reemplacen por otras opciones. El plagio puede considerarse desde una perspectiva escandalosa, moralista y criminalizante, lo cual nada aporta a su entendimiento. O puede analizarse desde otras perspectivas, por ejemplo, desde nuestro origen y desarrollo como especie y seres hablantes. Sostenemos una idealización de la “originalidad” cuando quizás el único lugar donde, de tarde en tarde, llegamos a producir ideas y dichos verdaderamente originales es en el diván del psicoanalista, como solía decir Pedro Oyervide Crespo, psicoanalista ecuatoriano. Somos –en buena medida– el efecto de las identificaciones que nos constituyen desde nuestra llegada al mundo y de las palabras que hemos escuchado desde antes de empezar a hablar y que asumimos como propias. La lengua materna es – al comienzo– lengua del Otro, lengua extranjera que finalmente adoptamos para poseerla. La originalidad absoluta es un ideal. Repetimos dichos ajenos todo el tiempo y sin darnos cuenta, pero nos obligamos a citar el autor cuando elaboramos un escrito académico, aunque el “autor” en muchos casos reproduce lo que él también leyó o escuchó. Las ideas originales y los verdaderos descubrimientos ocurren esporádicamente en la historia de la ciencia en general. Generalmente reproducimos ideas de otros, que estos las tomaron de otros y así sucesivamente, pero estamos obligados a testimoniar la genealogía de las ideas, lo cual es más difícil en un sistema educativo como el nuestro que se ha fundado sobre la repetición automática e inconsciente. Como lo señalaba George Bernard Shaw en sus aforismos y críticas a los sistemas educativos tradicionales: esa educación ahoga la curiosidad y la disposición a la investigación que traen habitualmente los niños el momento que ingresan a la escuela, y los convierte en aprendices de datos y normas que repiten sin análisis ni reflexión. La educación se convierte en un ejercicio de repetición a lo largo de un proceso que dura


aproximadamente 20 años y que culmina con una tesis que premia la repetición a condición de citar religiosamente las fuentes. La supresión de las tesis constituye un amago de sinceridad mediante una renuncia infinitesimal a nuestra abrumadora y persistente infatuación academicista. Ello, por sí solo, no constituye solución ni alternativa a los problemas generales de todo nuestro sistema educativo. Necesitamos reformas profundas que empiecen por las bases y los fundamentos, y no por el “techo” como lo estamos haciendo. Las verdaderas reformas educativas deberían empezar en el prekinder, o mejor en los hogares y las familias, porque allí comienza habitualmente la mala educación.


elmercurio.com.ec – 19 noviembre 2013 Universidad: mírate al espejo Andrés Martínez Moscoso Cada vez que escucho que se realizan cambios en pro de mejorar la calidad académica de la universidad ecuatoriana encuentro ecuatorianos que sufren por ello y les provoca serios trastornos, pues al sentirse aludidos les invade un temor irracional de mirar su propia imagen académica frente a un espejo y esto se debe a la dificultad que experimentan de reconocer que el viejo sistema de educación superior adolece de serias deficiencias que se tienen que superar pero nadie las quiere afrontar. Y me refiero específicamente a las críticas surgidas a raíz del planteamiento realizado por el Consejo de Educación Superior, CES, en el proyecto de Reglamento de Régimen Académico que en estos días se discute y que en los medios ha repercutido como la “eliminación de la tesis” como requisito de graduación. Al respecto es necesario analizar la supuesta polémica: primero, hace falta preguntarse de manera objetiva si acaso los trabajos que se realizan como requisito previo a la obtención de un título de tercer nivel en la actualidad se tratan realmente de tesis, o por el contrario no dejan de ser parafraseados de libros desactualizados que los profesores entregan como manuales de texto, o peor aún una mezcla de “cortar y pegar” de repositorios de dudosa calidad académica tales como www.monografias.com o el www.rincodelvago.com, lo cual es corroborado según lo afirma SENESCYT luego de un análisis realizado a ochocientos ocho trabajos de grado y de posgrado, donde se evidencia fraude académico en el 54% de ellos. Segundo, luego de leer la propuesta del CES se colige que no se trata de premiar el facilismo de los estudiantes, sino al contrario establecer requisitos que respondan a la realidad y a las necesidades que requiere un joven profesional, pues se establece una alternativa de proyectos de titulación, exámenes de fin de carrera, artículos académicos, trabajos que resuman una experiencia pre profesional, entre otros de acuerdo al área del conocimiento, situación que realmente será positiva tanto para el estudiante, la institución así como para la sociedad. Y tercero, se critica que con esta medida se desalienta la “investigación científica”, pues el estudiante no tendrá la posibilidad de tener una primera experiencia de investigación, lo cual resulta inapropiado teniendo en cuenta el limitado aporte que brindan al conocimiento las actuales “tesis”; al contrario el proyecto de Reglamento de Régimen Académico a través del desarrollo de programas de cuarto nivel, en particular las Maestrías de Investigación que son el punto de partida para una verdadera carrera que forme a investigadores del más alto nivel con la posterior consecución del título académico de Doctorado (Phd). Así la solución a los serios problemas que ha vivido la universidad ecuatoriano no pasan por ocultarlos, sino al contrario es necesario mirarnos frente al espejo y ver nuestros errores, debilidades, pero también nuestras potencialidades y los cientos de talentos humanos que están en la academia y potencializarlos para que sean ellos los que guíen un nuevo modelo de educación superior en el cual se enfrente la incuestionable crisis de valores que vive la sociedad y que ha llevado a este tipo de fraudes académicos. Así como se realice un acompañamiento por parte de los docentes desde lo primeros años con procesos troncales de apoyo a la metodología de la investigación que permitan que los estudiantes realicen trabajos académicos de calidad, donde sea evidente el respeto de los derechos de autor y el uso responsable de los distintos modelos de cita que el mundo académico ofrece en la actualidad. Es tiempo que la universidad ecuatoriana conduzca todo su potencial hacia el progreso y el desarrollo, y no se quede en banalidades o superficialidades que intentan justificar élites de poder o protagonismos dentro de un modelo de academia que deben quedar ya en la historia.



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