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12 | OPINIĂ“N

Martes 26 de julio de 2011 | El Peruano 1SFTJEFOUF EFM %JSFDUPSJP 0UUP & &HĂžTRVJ[B 3PDB t (FSFOUF (FOFSBM $Ă?TBS *OHB #BMMĂ˜O

Directora (e): Delfina Becerra GonzĂĄlez Subdirector: Jorge Sandoval CĂłrdova

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M A C H U

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M U N D O

Michel Eyquem de Montaigne (1533-1592) Escritor y filĂłsofo francĂŠs

"Las arrugas del espĂ­ritu nos hacen mĂĄs viejos que las del rostro."

E D I T O R I A L

Obras que traen progreso material y espiritual i bien los servicios esenciales de un paĂ­s, como agua potable, electrificaciĂłn, carreteras, educaciĂłn y salud son imprescindibles para elevar la calidad de vida de la poblaciĂłn, esa democracia de las obras genera, a la vez, un resurgimiento espiritual e intelectual que hace mejorar nuestra productividad y emerger hacia nuevos horizontes con inĂŠditos retos y desafĂ­os. Existe pues una benĂŠfica correspondencia entre el mejoramiento de la infraestructura social y una nueva necesidad de elevar nuestra formaciĂłn profesional y tĂŠcnica. Florece entonces con fecundidad la nueva identidad nacional, con renovadas generaciones del conocimiento. A este auge mĂ­stico y reencontrada conciencia nacional de la poblaciĂłn peruana se ha referido el domingo Ăşltimo el presidente de la RepĂşblica, Alan GarcĂ­a PĂŠrez, al manifestar que la inauguraciĂłn de la primera etapa del Museo de Arte ContemporĂĄneo, del Gran Teatro Nacional y de 8 museos, significa que el PerĂş avanza, no sĂłlo en obras materiales de ladrillo y concreto, sino tambiĂŠn en obra espiritual. "El objetivo de este Museo de Arte ContemporĂĄneo es ampliar los horizontes y las formas de inteligencia que todos tenemos, aunque dormidas, por eso celebro que este museo, nacido del esfuerzo privado, se consolide", manifestĂł el Jefe del Estado al inaugurar la primera etapa de ese centro de cultura ubicado en el distrito de Barranco. SubrayĂł en forma especial el hecho de que las obras culturales, sean ĂŠstas construidas por

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El Gobierno entregĂł otras 44 obras de electrificaciĂłn para 852 centros poblados con un total de 203 mil habitantes en nueve regiones del paĂ­s."

el Estado o por la iniciativa privada, contribuyen grandemente a incentivar la creatividad y la valoraciĂłn estĂŠtica de los peruanos. En la era de los grandes saltos tecnolĂłgicos y los urgentes desafĂ­os que genera la alta competitividad artĂ­stica, industrial y comercial, es necesario que el progreso material se traduzca en un empoderamiento cultural, intelectual y creativo del nuevo ciudadano. La vida del ser humano no solo comprende el acceso a una buena alimentaciĂłn y los servicios adecuados bĂĄsicos, asĂ­ como una oportuna y conveniente atenciĂłn de la salud, sino que implica, a la vez, una educaciĂłn de primer nivel basado en el conocimiento, la creatividad y el esfuerzo permanente. Toda esta proyecciĂłn tiene su punto de partida en las obras sociales destinadas a los sectores mĂĄs pobres de la patria, tal como lo reiterĂł ayer el presidente Alan GarcĂ­a al inaugurar, en forma simultĂĄnea, 44 obras que permitirĂĄn electrificar a 852 centros poblados y beneficiar a 203 mil habitantes en nueve regiones del paĂ­s, con lo cual se llevĂł energĂ­a elĂŠctrica a 11,224 pueblos rurales en cinco aĂąos de gestiĂłn. El Gobierno deja en ejecuciĂłn obras similares para otros 4,134 pueblos, cuya relaciĂłn se puede encontrar en una publicaciĂłn especial que ha editado el Ministerio de EnergĂ­a y Minas y que forman parte de mĂĄs de 142 mil obras entregadas en el periodo gubernamental. La democracia de las obras debe continuar.

NACIĂ“ EL 27 DE JULIO DE 1834

La eterna gloria de Miguel Grau Seminario aciĂł Miguel Grau en Piura el 27 de julio de 1834. Siendo aĂşn niĂąo, abandonĂł su tierra natal para vivir en el puerto de Paita. AllĂ­, comienza a conocer el mar, a descubrir sus secretos, posesionarse de sus caprichos para saberlos dominar. AsĂ­ fue modelando su personalidad, su ĂĄnimo se fortalece y su espĂ­ritu se enriquece en experiencias. A los diez aĂąos de edad su padre lo embarcĂł como grumete en un barco mercante que se dirigĂ­a a PanamĂĄ. El 14 de mayo de 1854, cuando ingresa como guardiamarina a la Armada, ya es un veterano de los mares, habĂ­a navegado en un sinnĂşmero de embarcaciones entre 1844 y 1853. Fue un hombre recto, magnĂĄnimo aun con el enemigo. Era de mediana estatura, robusto y vigoroso, de rostro tostado. MĂĄs adelante se dejarĂ­a patillas a la par que su aspecto engrosarĂ­a un tanto. Iniciadas las operaciones de guerra, Grau, sus hombres y su monitor constituĂ­an una sola entidad. La epopeya heroica de nuestro almirante se abre

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Ă“scar RodrĂ­guez Vargas Periodista

con la ruptura del bloqueo de Iquique sostenida por la escuadra enemiga, el 16 de mayo de 1879 y termina el 8 de octubre en Punta Angamos. La inmolaciĂłn del Gran Almirante del PerĂş causĂł dolor y consternaciĂłn en todos los puertos del orbe que durante seis meses habĂ­an seguido con asombro, admiraciĂłn y simpatĂ­a las acciones gloriosas del comandante del HuĂĄscar y de sus valientes marinos. Cuando intentaba burlar el cerco que le tendieron seis buques, dos de ellos poderosĂ­simos blindados, tuvo que hacerles frente. En el desigual combate cayĂł Grau. Su muer te fue como cercenarle el corazĂłn a esa mĂĄquina viviente llamada HuĂĄscar. Grau es el hĂŠroe de mayor dimensiĂłn para los peruanos, pero tambiĂŠn patrimonio de los hombres de mar de todo el mundo para quienes representa la imagen de los valores reunidos en un solo hombre: patriota hasta el sacrificio, eximio marino, guerrero imponente y generoso, esposo ejemplar y padre amoroso.

La actividad del Huåscar, sus audacias, le creaban un ambiente de simpatía universal. "El Huåscar había pasado –dice el escritor venezolano Jacinto López– a la categoría de mito, y su adalid a la de un verdadero semidios". De Grau dijo el poeta Gålvez que era la Patria en el mar. Basadre lo encarna como puro entre los puros; Porras lo califica de símbolo del Perú y hÊroe peruano por excelencia. Amar a la patria defendiÊndola, ese fue el sino de Grau. Se aplicó a su tarea con la abnegación del que sabe que cumple con su deber. "Una batalla –escribe Jacinto López– en que el vencido cosecha todos los laureles y el vencedor recoge todos los trofeos, no es una victoria para el vencedor, ni una derrota para el vencido. Los laureles, no los trofeos, hacen la victoria...". Corresponde al Perú la obligación de exaltar la memoria del insigne piurano y venerar su recuerdo en todos los tiempos, para que la llama del patriotismo nacional no deje de arder y su calor no deje de enardecer nunca el corazón de la juventud.


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