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Make a Sity URBANISMO EMERGENTE Y FABRICACIÓN DIGITAL worldwide unlikely stories

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Ttruth behind 404 es un poryecto documental y artístico de César Pérez Herranz

Número 4 junio de 2015

Texto de César Perez Herranz Imagen: César Pérez y Alfonso Legido

Amueblar la ciudad la hace nuestra


TRABAJO FIN DE MÁSTER César Pérez Herranz 5432796N | cesarperezherranz@gmail.com Máster en comunicación, cultura y ciudadanía digital (CCCD) Universidad Rey Juan Carlos (URJC) Director: Víctor Sampedro Tutor: Gloria G. Durán Curso: 2014/2015 – convocatoria: junio


ÍNDICE 1. INTRODUCCIÓN, PRESENTACIÓN DEL TEMA, JUSTIFICACIÓN Y RELEVANCIA

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1.1 Introducción

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1.2 Breve estado de la cuestión

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1.3 Objetivos e hipótesis

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1.4 Estructura del trabajo

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Capítulo 2. INTERACCIONES EN EL ESPACIO PÚBLICO

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2.1 Ciudad interfaz

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2.2 Derecho a la ciudad

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2.3 La nueva ciudad simulacro

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2.4 Lo que queda del espacio público. Espacio público sin espacio

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2.5 Ciudad híbrida. Ciudad expandida

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2.6 La digitalización de la esfera pública. Del espectáculo al juego

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Capítulo 3. DEL SOFTWARE LIBRE A LA CULTURA LIBRE

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3.1 Ética hacker

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3.2 En cuanto al dinero, los derechos y la propiedad

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3.3 Producción p2p e innovación abierta

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Capítulo 4. URBANISMO EMERGENTE

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4.1 Beta permanente

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4.2 Características de los proyectos de urbanismo emergente

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4.3 Comunidades experimentales, comunidades epistémicas

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Capítulo 5. FABRICACIÓN DIGITAL: El software libre como modelo para producir colaborativamente una nueva ciudad.

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5.1 Diseño P2P

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5.2 Fab Labs

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Capítulo 6. MAKE A SITy. Breve memoria del caso práctico

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6.1 Introducción

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6.2 ¿Por qué un banco?

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6.3 Límites de nuestro caso práctico

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6.4. Metodología. Proceso de diseño

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6.5 Software empleado

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6.6 Proceso de fabricación

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6.7 Instalación. Plaza de Callao

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6.8 Normativa

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6.9 Instalación en el ciberespacio

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Capítulo 7. CONCLUSIONES DESDE EL CASO PRÁCTICO

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7.1 Conclusiones generales sobre el urbanismo emergente

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7.2 Límites de la investigación

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7.3 Posibles vías de investigación

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Capítulo 8. BIBLIOGRAFÍA

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1. Introducción. Presentación del tema, justificación y relevancia. 1.1 Introducción Desde hace unos años muchas iniciativas constructivas toman el espacio público para hacer de él un espacio de juego, intercambio e interacción. Dentro de la teoría y la práctica urbana, a estas intervenciones se las ha denominado de diferente manera: “urbanismo P2P”, “urbanismo de guerrilla”, “urbanismo táctico”, “urbanismo pop up”, “urbanismo Do It Yourself (DIY)”, “usos temporales de espacios en desuso”, “placemaking”, “diseño social urbano”, etc. Aunque cada enfoque tiene sus particularidades, en este trabajo vamos a utilizar el término “urbanismo emergente” porque es una categoría más abierta capaz de englobarlos a todos más allá de sus especificidades: todos ellos comparten algunos elementos comunes que nos dan cuenta de la emergencia de un urbanismo autogestionado y ciudadano. Autogestionado porque se salta las instituciones o actúa sin contar con ellas y ciudadano porque este tipo de intervenciones implican una cierta concepción política sobre la ciudad y la ciudadanía. El urbanismo emergente apuesta porque sean los ciudadanos quienes construyan la ciudad. Efectivamente, estas intervenciones se realizan de forma colaborativa teniendo en cuenta los anhelos de los habitantes y usuarios o directamente por iniciativa suya. En muchas de estas experiencias resuenan las prácticas del movimiento situacionista y de la ética hacker. El urbanismo emergente se plantea como una forma de transformar la ciudad: una de las premisas detrás de estas prácticas es que, a largo plazo, las intervenciones de pequeña escala pueden llegar a provocar cambios a gran escala1. El urbanismo emergente trataría, por un lado, de provocar mejoras en el entorno urbano, y por otro, de devolver a la ciudad las cualidades que una vez tuvo su espacio público y que ahora están perdidas o deterioradas: recuperarlo en primer lugar de manos privadas que lo explotan para sacar rentas y beneficios también privados; recuperar la posibilidad de interacción entre las personas; recuperar el encuentro con lo heterogéneo; recuperar sus funcionalidades (ahora muy limitadas y restringidas) etc. En definitiva volver a hacer significativo el espacio público como escenario de socialización y reivindicación de derechos, por

1 En su libro “Sistemas emergentes”, Steven Johnson (2003) describe los procesos de adaptación de los

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pensar que ha sido ese mismo espacio público y la interacción que hacía posible, el origen de las ciudades y de la ciudadanía tal como la concebimos. El urbanismo emergente supone un desafío a los estándares constructivos, a la legislación vigente, a la forma en la que se gestiona el espacio público, etc. No se trata únicamente de una reivindicación sobre servicios en forma de equipamientos, es un desafío a todo un sistema normativo e institucional en una capa en la que no se había hecho antes: la de la propia estructura material de la ciudad. A través de la reclamación a su derecho a la infraestructura y a “infraestructurar” estos grupos están también reclamando su parte en la gobernanza de la ciudad (Corsín, 2014). El urbanismo emergente puede ser considerado como una reclamación política hecha desde las estructuras materiales de la ciudad, desde el hardware urbano. Este trabajo investiga el uso de las herramientas de fabricación digital en el contexto del urbanismo emergente y su adecuación o no, para la materialización de sus propuestas. La fabricación digital es un proceso automatizado mediado por un ordenador que se realiza a partir de modelos o archivos digitales. La red ha posibilitado la creación de comunidades en torno al urbanismo emergente, grupos que tienen aspiraciones y deseos para su entorno urbano y desean poder manipularlo; las nuevas tecnologías de fabricación digital facilitarían la fabricación de elementos con los que intervenir en el espacio público. Pensamos que esta investigación es relevante en la medida que las tecnologías de fabricación digital podrían dar un impulso a ese tipo de intervenciones haciendo del urbanismo emergente una nueva forma de participación ciudadana y con ello, una forma de ejercer la ciudadanía.

1.2 Breve estado de la cuestión. Las aportaciones realizadas durante la década de los años sesenta, sobre todo por parte de Jane Jacobs (1961) supusieron la toma en consideración por primera vez de una multiplicidad de factores a la hora de abordar la reflexión sobre la ciudad. La ciudad dejo

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de ser únicamente el espacio vació entre los edificios y comenzaban a ser relevantes los valores sociales, económicos y de percepción. Se empezó a explorar la interdependencia entre las condiciones sociales y la ciudad construida. En la reflexión sobre la ciudad entraron otras disciplinas: aportaciones desde la sociología, como las de Henry Lefebvre (1968), ligadas al estudio de los espacios públicos, dejando patente la manera en que en la ciudad se mezclan intenciones socio-­‐políticas y diseños urbanos hasta hacer imposible su separación. Más recientemente disciplinas como la geografía crítica de David Harvey (2008), en la que desde una perspectiva marxista se analiza la relación entre capitalismo y desarrollo urbano. En la actualidad, cuando la urbanización generalizada se da por hecho y las nuevas tecnologías añaden más capas sobre la ciudad construida convirtiendo el espacio público en un híbrido, la nueva forma en que se configura la ciudad (Koolhaas, 2011; Innerarity, 2008; Sorkin, 2004) y los cambios tecno-­‐sociales (Bauman, 2000; Latour, 2005) parecen apuntar a la pérdida definitiva del espacio público ligado a un lugar físico. Lo urbano parece no necesitar ya de la ciudad construida. En paralelo a estos cambios sufridos por la ciudad y el espacio público, desde mediados del siglo XX los avances en tecnologías de computación se unen a las innovaciones en la maquinaria de control numérico. Entre las décadas de 1970 y 1980, con el abaratamiento de los ordenadores y la integración de hardware y software con maquinaria CNC (computer numeric control; control por ordenador) se consolidan las prácticas de CAD/CAE/CAM (Computer Assisted Design / Engineering / Manufacturing; diseño, ingeniería y fabricación asistida por ordenador) que en la década de los 90 se introducirán en el campo de la arquitectura y la edificación. El proyecto de la red global Fab Lab2 promovida desde el año 2005 por el Center for Bits and Atoms del MIT (Massachusetts Institute of Technology, Estados Unidos) constituye uno de los principales referentes de investigación y experimentación práctica en este ámbito. Los Fab labs son una red global de laboratorios locales, equipados con herramientas de producción digitales (máquinas de control numérico, cortadoras laser, impresoras 3D, ordenadores y software CAD-­‐CAM) cuya función principal consiste en 2 Fab lab Network, http://fab.cba.mit.edu

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poner al servicio de la sociedad en general este tipo de herramientas para la construcción de objetos y prototipos, estableciendo así una relación directa entre usuario y fabricación. Esta posibilidad de producir prototipos propios, modelos y casi cualquier objeto, mediante el uso de herramientas digitales es lo que se conoce como fabricación digital. La digitalización de la producción de la arquitectura y las procesos de diseño que se derivan hacen posible pensar su relación con las prácticas de investigación y producción digitales basadas en el uso de código abierto (open source) y los modelos de innovación distribuida asociados. Ligados a esta cultura productiva de código abierto aparecen modos de trabajo caracterizados por la cooperación en red, la interdisciplinariedad, la centralidad de la experimentación práctica y las aproximaciones no formales a la producción del conocimiento, la investigación y la innovación. Lo que se intenta hacer es traducir los presupuestos, prácticas y herramientas de las comunidades del software libre y el código abierto al ámbito del diseño y la fabricación digital de la arquitectura y el urbanismo. Desde la perspectiva de grupos interesados en la intervención en el espacio urbano, la fabricación digital supondría un aumento de su capacidad y escala de acción y podría ser el avance definitivo para la emergencia del urbanismo ciudadano. Un urbanismo que no dependa de jerarquías, que esté desarrollado de abajo arriba y que sea capaz de cambiar la ciudad. En la actualidad la forma en que la ciudad se configura y se gestiona viene determinada por el planeamiento. El planeamiento es el resultado de una estructura jerárquica de toma de decisiones en manos de expertos y políticos. No está contemplada la participación directa de la ciudadanía en el proceso de hacer ciudad. Quién participa, porqué, cómo se configura la ciudad y bajo qué modelo de planificación, son cuestiones delegadas, ajenas a los ciudadanos. El urbanismo emergente se enfrenta a este esquema top down (de arriba abajo) de decisión y asumen que el bottom up, las iniciativas y decisiones tomadas desde abajo, desde la colaboración y participación de ciudadanos y amateurs, son la condición de posibilidad del concepto de ciudadanía, ser ciudadano pasa por tomar parte en las decisiones que tienen que ver con la manera en que la urbe se configura. ¿Es ingenuo pensar en la posibilidad de la construcción colaborativa de la ciudad y de

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sus espacios públicos? ¿Se puede si quiera proponer una metodología que no contemple un final sino un uso flexible y dinámico de cambios, reelaboraciones y mejoras constante e ininterrumpido? Un modelo de gestión basado en criterios como la construcción colaborativa, la capacidad de cambiar los errores, la idea del cambio gradual (idea esencia en el urbanismo emergente) frente a los sueños del gran planificador, la asunción del carácter beta de todas las intervenciones, la idea del acceso libre, la idea del conocimiento abierto y la transparencia, la idea de la discusión en comunidad de los cambios y la evaluación pública de los cambios introducidos. Todas estos postulados del urbanismo emergente están en realidad heredados de las prácticas del software libre. Son la traducción de la cultura libre a la construcción e intervención en el espacio público. Lo que es el código abierto para los hackers, la posibilidad de manipular la fuente y modificar el uso de un programa se traslada al espacio público y a la posibilidad de manipular ese espacio. Sin esa capacidad de agencia por parte de los ciudadanos, todo lo que se nos da sería un interfaz, un programa que se ejecuta sin nuestra participación, somos usuarios pasivos de un programa cuya utilidad estaría decidida y limitada por un fabricante que restringe su uso (la capacidad de interacción en el espacio público) según sus intereses. El urbanismo emergente es una reivindicación de espacio público de código abierto, flexible y manipulable para que en él se puedan ejecutar otro tipo de acciones, otros usos además de los que han sido configurados por los planificadores y los políticos y que estos no han previsto o no desean. El juego es una idea con la que nos cruzaremos de forma recurrente en este trabajo. El juego está presente en la creación de software libre y la ética hacker, en los Fab labs y en la creatividad de la producción colaborativa. Para Huizinga (1938) el juego tiene un papel fundamental en la construcción social, un espacio para el juego es también el lugar donde se experimenta con formas culturales nuevas. En el juego se da la autonomía de unas reglas que no vienen del exterior sino que se hacen colaborativamente entre la comunidad de jugadores, el juego nos marca el camino de lo posible a través de la imaginación creativa, el juego crea un orden con implicaciones epistemológicas y políticas. El campo de juego puede ser considerado como espacio de reflexión y puesta en cuestión de lo cotidiano, de pensar lo cotidiano desde una idea de productividad distinta, la de la creación no ligada a la ganancia y la utilidad. El juego inventa una realidad, subvierte la realidad; supone una actividad paralela frente a la vida corriente.

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El juego moviliza, transforma, enfrenta y por ello mismo reúne: inspira comunidad. Se convierte, así, en auténtica infraestructura social. Pensamos que todas estas características que Huizinga atribuye al juego también están en el urbanismo emergente y en sus comunidades, donde se experimenta con nuevas estructuras sociales, de producción, políticas, organizativas y epistémicas. En nuestra opinión el urbanismo emergente lejos de intentar construir efectivamente la ciudad lo que hace es reclamar un espacio donde el juego y la experimentación sea posible.

1.3 Objetivos e hipótesis Nuestro objetivo es comprobar la conveniencia o no del uso de herramientas de fabricación digital en proyectos de urbanismo emergente. Intentaremos responder a esta cuestión a partir de la realización de una experiencia práctica, el diseño y fabricación de un banco para sentarse utilizando herramientas de fabricación digital. Nuestra hipótesis es que si estas herramientas cumplen ciertos requisitos (son de uso sencillo, son económicamente asequibles, hay suficiente disponibilidad y recursos en forma de Fab labs, etc.) entonces son aptas para su uso en proyectos de urbanismo emergente y pueden contribuir al empoderamiento de estos grupos. Otro de nuestros objetivos es comprobar la capacidad de agencia de los ciudadanos en el urbanismo emergente a través de las herramientas de fabricación digital. Queremos averiguar hasta qué punto estas herramientas favorecen la autonomía a la hora de desarrollar proyectos de urbanismo emergente. Nuestras conclusiones quedan, en cualquier caso, restringidas al ámbito de alcance de nuestro caso práctico. En un marco amplio, este trabajo trata de aportar algo a la cuestión sobre las posibilidades reales de la ampliación del derecho a la ciudad (Lefebvre, 1968; Harvey, 2008) entendido como derecho a la transfiguración material del espacio público y la capacidad efectiva de la tecnología de fabricación digital para propiciar esa reclamación.

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1.4 Estructura del trabajo La primera parte del trabajo está dedicada a contextualizar el urbanismo emergente desde el concepto de derecho a la ciudad de Lefebvre (1968) y a establecer los vínculos conceptuales y organizativos entre el urbanismo emergente, el software libre y la cultura libre. También en esta primera parte tantearemos el concepto de espacio público como espacio de socialización que reclama el urbanismo emergente y nos preguntaremos si esa idea de espacio público puede volver a pesar de las transformaciones tecnológicas y físicas sufridas por las ciudades en estos últimos años (desde la ciudad moderna a ciudades globalizadas con estructuras dispersas y descentralizadas) En la segunda parte del trabajo relataremos una experiencia práctica, la fabricación e instalación de un banco público, un banco para sentarse, fruto de un trabajo de diseño colaborativo y de fabricación digital. Con este caso práctico hemos querido hacer una aproximación a la práctica de los grupos de urbanismo emergente de manera que nos permita sacar algunas conclusiones sobre la conveniencia o no del uso de las herramientas de fabricación digital en este contexto. En cuanto al estilo, la orientación de este trabajo es eminentemente práctica y sobre todo en la primera parte, de manera deliberada, nos hemos apoyado con mucha frecuencia en citas textuales de los autores con la intención de agilizar y delegar la narración en voces autorizadas que nos avalen y ayuden en la descripción más teórica.

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Capítulo 2. INTERACCIONES EN EL ESPACIO PÚBLICO “Houses make a town but citizens make a city” 3 (Rousseau, 1762; citado en Guilhamou 1985:65)

2.1 Ciudad Interfaz. El vínculo entre estructura y condicionamiento político vale para tanto para la red, el ciberespacio, como para la ciudad. Hay un código que da forma a la red y un código que da forma a la ciudad. “El código es la ley” (Lessig, 2009:31) “Sea lo que sea el ciberespacio, no tiene por qué ser siempre así. La naturaleza de internet no viene dada por Dios, sino que es producto de su diseño y éste podría ser diferente” (Lessig, 2009: 83) Estas palabras de Lessig sobre el ciberespacio tienen una traducción urbana: Efectivamente, socializar e interactuar entre nosotros es una práctica mediada por la materialidad de la ciudad, esa configuración material podría ser distinta. Esta idea tampoco les es ajena a los situacionistas “Constant4 parte del texto de Johan Huizinga, Homo Ludens. Los estudios de base antropológica y etnográfica de Huizinga, recogidos en este importante ensayo, hacen referencia a cómo los asentamientos y el sentido de espacialidad en culturas no occidentales son inseparables de las estructuras sociales y productivas” (Costa, 2014:5) En nuestra opinión, el urbanismo emergente se sostiene sobre la idea de que la ciudad funciona como un interfaz. Haciendo una analogía con el software, entendemos que la ciudad, sus estructuras físicas (equipamientos, pasos elevados y subterráneos, accesos a edificios, zonas de paso, redes de transporte…) y sus dispositivos normativos, son el interfaz que posibilita y media en las interacciones de la ciudadanía. Son La condición de 3 La cita aparece como una nota al pie hacia el final del libro I, capítulo VI. Pacto social. Dentro de El

contrato social (1762) la cita original es “la plupart prennent une ville pour une cité, et un bourgeois pour un citoyen. Ils ne savent pas que les maisons font la ville, mais que les citoyens font la cité” 4 Constant Nieuwenhuys, fue uno de los miembros más importantes de la Internacional Situacionista (1957-­‐1972) New Babylon es el elemento más interesante e influyente de su producción artística, New Babylon es una propuesta de ciudad donde se materializan los preceptos urbanísticos del grupo.

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posibilidad de las relaciones sociales. En palabras de Lefebvre: “Las relaciones sociales, abstracciones concretas, no poseen existencia sino en y por el espacio. Su soporte es espacial” (Lefebvre, 2013 [1974]: 434). El conocer y poder manipular el código que determina ese interfaz nos daría la capacidad para determinar el tipo de interacciones posibles, y por tanto, el conocimiento de ese código urbano y constructivo sería una cuestión política de ciudadanía. El código que sostiene ese interfaz debería ser abierto, manipulable y accesible para todos. En el actual modelo de planificación top-­‐down, ese conocimiento está restringido a unos pocos que deciden cómo debe utilizarse una estructura y por lo tanto, las formas de interacción posibles. El urbanismo emergente promueve la manipulación de ese interfaz para abrir las posibilidades de interacción a otras formas de relacionarnos. Hay un trasfondo ético en el diseño de ese interfaz. Las disposiciones espaciales no son neutras. “Mucho más que una mera intención ordenadora que emplea para sus fines determinadas composiciones formales, existe, detrás de cada iniciativa en materia urbanizadora, una doctrina relativa a lo que se quiere que suceda o que no suceda, a qué tipo de acontecimientos se pretende propiciar o evitar a toda costa” (Delgado, 2011:87) Por ejemplo, Sennet (2004) establece una asociación entre la ética protestante con los planeamientos urbanos en cuadrícula. Sennet entiende la cuadrícula, la forma con la que se han planificado la inmensa mayoría de las ciudades americanas, como una manera en que la ética protestante se plasma en la urbe, negando de esa manera la diferencia y neutralizando las particularidades del lugar mediante la matematización del espacio. De acuerdo con Sennet, los norteamericanos partían del principio según el cual el mundo natural es ilimitado y no concebían tampoco que su poder de conquista y de asentamiento pudiera tener límites. “La cuadrícula se aplicó a un suelo irregular; los bloques suprimían el medio natural y se extendían implacablemente y con toda indiferencia a las colinas, ríos y bosques que encontraban a su paso. Había que nivelar los accidentes naturales y drenar las aguas; había que ignorar los obstáculos que la naturaleza ponía a la cuadrícula y el curso irregular de los ríos y lagos, ya que los planificadores de las ciudades de la frontera parecían no aceptar la existencia de todo cuanto no pudiera ser sometido a una geometría tan mecánica como tiránica” (Sennet, 2004:4)

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Todas estas nuevas ciudades eran el despliegue de una monotonía interminable de bloques. No por casualidad las unidades uniformes del suelo son también más fáciles de vender. Lewis Mumford habla así de esa relación entre cuadrícula y economía capitalista: “...el capitalismo renaciente del siglo XVII trató la parcela individual, la manzana, la calle y la avenida como unidades abstractas de compra y venta, sin el menor respeto por los usos y costumbres tradicionales, por las condiciones topográficas o por las necesidades sociales” (Mumford, 1961; citado en Sennet, 2004:4) Esto conecta directamente con cuestiones de las que hablaremos más adelante al referirnos al trabajo de David Harvey (2013) sobre cómo la ciudad tiene un papel principal en el proceso de acumulación capitalista. La cuadrícula es un acto de represión por la geometría. La ética protestante dirige al individuo hacia su interior, hacia los valores internos, diseña ciudades neutras, un ambiente externo del que refugiarse en el interior. La ética protestante se aplica tanto a la creación del espacio (Sennet, 2004) como al mismo origen del orden económico capitalista (Webber, 1905). Esta conciencia protestante del espacio se ha incorporado a la vida cotidiana y el resultado es la monotonía, el aburrimiento donde no cabe lo que no está previsto por la cuadrícula. El planeamiento toma esa forma para intentar tener mayor control sobre la incertidumbre, el planeamiento quiere poder preverlo todo. Otro ejemplo del trasfondo ético de las estructuras: En “Do artifacts have politics” Langdon Winner (1980) cuenta un caso concreto de cómo las estructuras físicas con las que nos relacionamos pueden ser formas del poder. Winner se fija en la altura de los puentes sobre las autopistas de acceso a Long Island para ejemplificar su argumento. Muchos de ellos son anormalmente bajos, pero “incluso los que se percaten de esta peculiaridad estructural no le darán un especial significado a esto” (Winner, 1980: 123). En realidad, continuará, los casi doscientos puente sobre los accesos de Long Island fueron deliberadamente diseñados para conseguir un efecto social en particular. Moses que fue el jefe planificador de Nueva York desde los años 20 a los 70, los hizo construir de esta manera específica para evitar que fueran usados por autobuses. Winner al introducirnos en la figura Moses se remite a la biografía que Robert A. Caro escribiera en el 74 sobre el arquitecto planificador americano. Caro argumenta que las razones de Moses para el diseño de estos accesos reflejaba un sesgo en cuanto a clase social y a

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prejuicio racial: los blancos de clase alta y medio-­‐alta que son propietarios de coche no tendrían problemas para acceder a los resorts (parkways) mientras que las clases bajas, los pobres y los negros, quienes normalmente utilizan el transporte público no conseguirían llegar debido a la infranqueable barrera que suponían esos puentes tan bajos. La consecuencia es limitar el acceso a minorías raciales y personas de bajo poder adquisitivo a Jones Beach, el ampliamente aclamado parque diseñado por Moses. El poder se materializa en el hormigón de esos puentes. Moses es el paradigma de planificador, es una de las influencias principales para que la expansión urbana en los Estados Unidos se realizara en forma dispersa y extensiva, con casas unifamiliares cubriendo el territorio de forma masiva.5 De la misma naturaleza que las actuaciones de Moses en los accesos a Long Island, pero a otra escala, podemos encontrar numerosos ejemplos de arquitectura disuasoria en todas las ciudades del mundo. El urbanismo antipersonas o disuasorio (que siguiendo la analogía con el software, sería un claro ejemplo de software privativo) son todas aquellas estructuras o dispositivos arquitectónicos cuya función es evitar un tipo de comportamiento específico en el espacio público. La ciudad y sus estructuras son el último recurso para muchos. Los bancos públicos, las ventanas a pie de calle, las entradas y los salientes de instalaciones de servicio, son los lugares donde los desposeídos o los flâneurs6 se pueden sentar, echar a dormir o simplemente pararse a mirar la calle. La arquitectura disuasoria inventa estructuras para impedir estas acciones. Ejemplos de arquitectura disuasoria son los bancos inclinados o con divisiones para que no sea posible tumbarse a dormir, pero también pinchos y otros obstáculos físicos en el suelo de las entradas de sucursales bancarias, en los accesos a edificios 5

Urban sprawl: El desarrollo urbano de forma dispersa y en retícula de edificación baja y unifamiliar. La característica principal del sprawl es su baja densidad. Más adelante hablaremos de los nuevos PAUs que desde nuestro punto de vista son el equivalente nacional de este tipo de desarrollo. 6

Flâneur: vagar por las calles, callejear sin rumbo, sin objetivo, abierto a las impresiones que le salen al paso. El flâneur se entrega a la observación de la ciudad a la que considera un espectáculo en sí misma y se abre liberándose de cualquier otro propósito a las impresiones que le deja ese espectáculo de manera arbitraria. Fue Walter Benjamin quien, a partir de la poesía de Charles Baudelaire, hizo este término objeto del interés como figura emblemática de la experiencia urbana y moderna. Extraído parcialmente de Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Fl%C3%A2neur)

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residenciales, en los bajos de los puentes, en los alféizares de las ventanas, en escaparates que dan a la calle, etc. Fijarnos en estas estructuras nos lleva irremediablemente a una reflexión sobre las formas de poder y control en la ciudad, sobre la apropiación del espacio público por los que gestionan el poder y sobre los valores de la sociedad que los ha construido y cual ha sido su evolución en el tiempo. Como nos recuerda Daniel Innerarity, podemos ver la realidad social, a la vez, como el resultado y la causa de las estructuras materiales que construye. “Podemos ver la vida política como ligada a diferentes formas de espacialidad. Hay una correspondencia entre la estructura física de las cosas y las prácticas políticas asociadas. Es fácil pensar que lo público se construye únicamente con palabras y acciones olvidándonos de los condicionantes físicos y materiales en los que se desarrollan. El ambiente urbano no solo refleja el orden social sino que constituye en realidad una gran parte de la existencia cultural, política y social. La sociedad es igualmente constituida como representada por las construcciones y los espacios que crea.” (Innerarity, 2008:2)

Desde los años 60 del pasado siglo, urbanistas como Jane Jacobs (1961) quien por cierto era una amateur y no tenía formación académica en la materia, Jan Gelh (1971) o Walter H. White (1988) han contribuido a esta concepción de ciudad como interfaz. Siguiendo el esquema de los sistemas emergentes, en “Muerte y vida de las grandes ciudades” (1961) Jane Jacobs estudia el entramado de relaciones e interacciones microscópicas en el interior de las ciudades para extraer lecciones sobre cómo debería hacerse el planeamiento y la construcción a nivel macro. Esta relación determinista entre las interacciones a pequeña escala y efectos macro es una idea esencial en el urbanismo emergente. La diversidad de funciones y la densidad son para Jacobs las condiciones de posibilidad para que se den las interacciones que mantienen en pie la ciudad. (Jacobs 2013 [1961]:235) El ejemplo que utiliza Jacobs es el de la seguridad, un aspecto clave que impulsa a la gente a abandonar el espacio público y a las autoridades a realizar normativas muy intervencionistas sobre él. Para Jacobs la seguridad en las calles depende de que su fisonomía, el interfaz en el que habitamos y que llamamos ciudad construida, permita

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cierto tipo de interacciones. La seguridad está garantizada siempre que se cumplan tres requisitos: 1-­‐ Que exista una clara delimitación entre el espacio que es público y que es privado, lo que no ocurre por ejemplo en muchos barrios residenciales. 2-­‐ Que haya siempre alguien mirando la calle. Jacobs aboga por la propiedad ciudadana de las calles a través de su famosa teoría de “los ojos en la calle” (Jacobs, 2013 [1961]:61) Las terrazas o ventanas de los edificios deben estar dispuestas hacia la calle, en ningún caso se debe construir de manera que los edificios den su espalda o sus lados ciegos hacia la calle, su disposición debe facilitar el que haya siempre ojos mirando a la calle. Jacobs lo escribe así: “Nadie disfruta sentándose al lado de la ventana a mirar lo que pasa en una calle vacía. Creo que casi nadie hace una cosa semejante. Pero sí hay muchísima gente que se entretiene contemplando la actividad de una calle, desde una ventana o en la acera” (Jacobs, 2013 [1961]:61) 3-­‐ Que existan locales destinados a pequeños comercios en los bajos de los edificios. Estos comercios deberían ser de un tipo tan variado como sea posible para asegurar el tránsito por la calle y un flujo constante de gente que se dirige a locales distintos a horarios distintos para fines distintos. Las personas serán el elemento clave: “La acera ha de tener usuarios casi constantemente, para así añadir más ojos a los que normalmente miran a la calle, y también para inducir a los que viven en las casas a observar la calle en número y ocasiones suficientes” (Jacobs, 2013 [1961]:61) Jacobs nos habla de cómo la única garantía de éxito de nuestros barrios y ciudades es el fomento de la diversidad de usos. La mezcla de usos primarios: trabajo, vivienda, junto con usos secundarios como cultura, ocio, etc. es una de las claves para que los barrios sean ricos en actividad y no acaben deteriorándose. Junto a ello, aboga por la densidad, algo que ha sido un anatema durante mucho tiempo en los despachos de los planificadores. Jacobs conecta así la densidad con la seguridad de las calles: para Jacobs la densidad de población en un barrio determina la viabilidad de los comercios, además, sin el pequeño comercio, no habrá gente en las aceras, sin gente en las aceras, el barrio, y con él la vida de sus habitantes, se convertirá en inseguro y la gente terminará por huir

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de la calle y los espacios públicos. También los situacionistas especificaron la densidad como una cuestión clave en el desarrollo de su urbanismo: “Nos oponemos a la concepción de una ciudad verde7, en la que los rascacielos espaciados y aislados reducirán necesariamente las relaciones directas y la acción común de los hombres. Para que tenga lugar una relación estrecha entre el entorno y el comportamiento, es indispensable la aglomeración” (Constant, 2001a [1958]:107) Muchos de los factores destructivos de la diversidad y de la vida en la ciudad son las llamadas “fronteras del vacío”: vías de tren, autopistas, escalextric, parques mal diseñados, riberas de ríos descuidadas, muelles industriales, etc. (Jacobs, 2013 [1961]: 293) resultan letales al cortar la comunicación peatonal entre barrios, causando en sus cercanías un languidecimiento de la actividad económica. Jacobs es la defensora de la densidad y por tanto, defensora de la ciudad consolidada frente a los desarrollos urbanos dispersos. Para ella la forma adecuada de plantear nuevos desarrollos es ampliando la ciudad consolidada y no por medio de suburbios construidos en extensión y no en altura, asentamientos aislados, iguales, lejanos, sin diversidad, que es precisamente la apuesta de Moses, el gran planificador que llenó América de suburbios de casas individuales con jardín. El modelo de desarrollo urbano disperso de Moses ha tenido su réplica, con diferentes tipologías, en todo el mundo y también en España: los planes de acción urbanísticos o PAUs son un compendio de la manera en que según Jacobs no deberíamos hacer crecer las ciudades. Los PAUs, que tienen una fuerte implantación en nuestro territorio, son la traducción española del desarrollo urbano disperso. A pesar de que tiene una forma distinta al sprawl americano, se trata esencialmente de lo mismo. Para empezar una de las características más importantes de estos nuevos desarrollos es que están planificados para albergar una densidad de población muy baja.8 Como ha escrito el Observatorio Metropolitano en su estudio sobre la ordenación del territorio en Madrid: 7 Constant se refiere a la “ciudad jardín” concepto originalmente utópico de ciudad autónoma integrada en

la naturaleza, pero que después se ha utilizado para describir las comunidades basadas en las unidades residenciales individuales con jardín, el modelo de construcción en dispersión de los suburbios o sprawl. 8 En Valdebebas, al noreste de Madrid, la densidad es de 30-­‐35 viviendas por hectárea frente a las 141 viviendas por hectárea del distrito de Tetuán, una densidad similar a la del sprawl americano.

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“La forma de los nuevos PAUs imita a la de los ensanches de la ciudad compacta clásica: barrios de trazado en retículas, manzanas cerradas o semicerradas de cuatro o cinco plantas, calles con edificios alineados al vial tratando de configurar una calle corredor, etc; pero no son iguales ni por su intensidad de edificación, ni por su modo de producción, ni por su uso, razones por las que la vida cotidiana en los PAUs es muy distinta a la de un ensanche clásico” (Observatorio Metropolitano, 2007:236).

En estos nuevos barrios hay un desproporcionado consumo de suelo por habitante. Hay una gran dependencia del vehículo privado debido a que las densidades bajas no permiten asegurar un transporte público adecuado y las grandes distancias no favorecen el acceso peatonal a los equipamientos y servicios. Quizá en nombre de la mejora de la calidad de vida se hacen espacios libres públicos sobredimensionados que llevan a una muy baja intensidad en su uso y un alto coste energético y de mantenimiento (sobre todo en cuanto al consumo de agua) resultando en parques vacíos que con el tiempo se deterioran y se convierten en descampados cuando no en meros instrumentos de contención del ruido y la polución originados por infraestructuras viarias. Las calles son excesivamente anchas y es difícil encontrar otra actividad distinta a la vivienda. “Si las calles son demasiado anchas y los espacios demasiado grandes, se pierde más o menos la oportunidad de poder ver, desde un sitio, el espacio y lo que está pasando” (Gehl, 2006 [1971]:123) En los nuevos desarrollos, aunque muchos edificios se construyen con pilares y bajos despejados estos se han cerrado, se suprimen los bajos comerciales. Se evita las tiendas a lo largo de la calle en favor de macrocentros comerciales aislados.9 Lo ideal siguiendo los dictados de Jacobs hubiera sido que la nueva construcción se hiciera ampliando la ciudad evitando asentamientos aislados y hacer esos nuevos barrios densos y complejos en cuanto a su uso para favorecer la diversidad y evitar que la gente tenga que desplazarse. Por el contrario los nuevos desarrollos pierden la continuidad con el resto de la ciudad y se encuentran aislados y encajonados entre autopistas que son barreras infranqueables (nuevas “fronteras del vacío”). Son en definitiva grandes desarrollos de manzana cerrada rodeados de infraestructuras y con una potente superficie comercial como único lugar para el abastecimiento. “Son un 9 Metrovacesa construirá el Centro Comercial Atlantys, en la esquina noreste del PAU de Valdebebas, ya en funcionamiento, otro ejemplo es El Corte Inglés en el PAU de Sanchinarro.

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espacio social plano y homogéneo donde no se favorece la interacción y donde los modos de habitar son distintos a los de la ciudad clásica”. (Observatorio metropolitano, 2007:240) Esto es lo que se puede observar a gran escala, mientras que a pequeña escala (en la que actúa el urbanismo emergente) el actual desarrollo urbano ha desembocado en la sectorización y compartimentación de lugares con el fin de limitar su uso: espacios vallados para niños, zonas deportivas para mayores, zonas de espera con asientos individuales aislados, aumento de las superficies duras y carentes de equipamiento, descenso de áreas sombreadas, zonas verdes de acceso restringido que quedan como paisaje urbano, etc; y en una inquietante preocupación por la capitalización económica de estos espacios siendo los espacios rentables los únicos que son reforzados año tras año: aumento de m2 en terrazas, mayor número y visibilidad de soportes publicitarios10, eventos o conciertos "públicos" patrocinados por grandes marcas y gestionados por empresas privadas, calles y plazas ocupadas por casetas de ferias, etc. Los PAUs y los desarrollos aislados son fruto de una planificación y una regulación de arriba abajo11. A nivel institucional, las normativas urbanísticas han agravado un modelo de transformación sustentado sobre la obtención de plusvalías del suelo meramente especulativas con proyectos que nada tienen que ver con una hipotética estrategia territorial o urbana; proyectos que en su mayor parte son controlados por los agentes del mercado financiero, sin relación con una economía productiva y que son ejemplos de cómo la ciudad es una pieza importante en la mecánica de acumulación capitalista.12 En Jacobs también encontramos un discurso sobre la gobernanza. Propone minimizar las estructuras estancas y verticales en la ciudad y, en su lugar, favorecer estructuras horizontales muy ligadas a los lugares. Casi como si pensara en las prácticas del 10 En

este sentido he encontrado varios proyectos en defensa del espacio público y en contra de la invasión de los soportes publicitarios: Public Space Invaders (http://www.truthbehind404.com/public-­‐ space-­‐invaders) realizado por el estudio madrileño truth behind 404; y debouloneurs en Francia (http://www.deboulonneurs.org/) 11 Regulación que en España tiene un hito importante con la ley general del suelo llamada del “todo urbanizable” y que facilitó la connivencia entre estamentos políticos y económicos (constructoras, financieras, etc.) depredación del suelo, la lógica de la plusvalía, que ha vertebrado el territorio y las ciudades durante todos estos años. 12 Otro ejemplo de esta utilización mercantilista del territorio es la construcción de las autopistas radiales

de Madrid, realizadas por iniciativa privada y financiadas con dinero público despues de su quiebra.

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urbanismo emergente, Jacobs nos habla de una gobernanza que tome el “lugar”. Solo conociendo de manera integral el terreno se comprende los delicados equilibrios que lo hacen funcionar. Pequeños elementos para grandes objetivos. Para Jacobs la ciudad se debe construir de abajo arriba. El urbanismo emergente es, desde esta perspectiva de la producción de ciudad y del aprovechamiento de sus recursos y sus espacios, la manera en que colectivamente se da forma al espacio público para maximizar su valor compartido. Enraizado en la participación de la comunidad, el urbanismo emergente implica el planeamiento, diseño, gestión y programación de los espacios urbanos. Más que solamente crear mejores diseños para el espacio público, el urbanismo emergente facilita entramados creativos de actividades y conexiones (cultural, económica, social, ecológica) que define un lugar y apoya su evolución. El urbanismo emergente se plantea como el proceso por el que la gente colectivamente configura su espacio urbano. El urbanismo emergente evoluciona a partir del trabajo de Jacobs y todavía implica mirar, escuchar y preguntar a la gente que vive, trabaja y juega en un espacio en particular, para descubrir las necesidades y aspiraciones de quienes lo habitan. Esta información es usada para crear una visión común, una visión que puede evolucionar hacia una estrategia que comience con factibles mejoras de pequeña escala que puedan traer inmediatos beneficios al espacio público y a la gente que lo usa. La forma en que nuestras comunidades se construyen hoy es estrictamente institucionalizada, depende de un planeamiento, los propios miembros de la comunidad rara vez tiene la ocasión de mostrar sus ideas y anhelos sobre los lugares que habitan. El urbanismo emergente quiere romper esta dinámica mostrándole a los planeadores, diseñadores, ingenieros y resto de expertos, cómo buscar otros objetivos y cómo salirse del mundo simple y rígido de las disciplinas profesionales. Para Jacobs, el primer paso es escuchar a los únicos expertos en el campo: la gente que vive y trabaja allí. El urbanismo emergente trabaja a pequeña escala porque es la mejor estrategia para crear y revitalizar los espacios públicos. Las ciudades tienen éxito o fracasan en la escala del lugar, pero para Jacobs esa es justo la escala sistemáticamente ignorada.

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2.2 El derecho a la ciudad Hay una concepto de ciudad previo y necesario para reclamar el derecho a la ciudad: la ciudad es un producto de la interacción entre sus ciudadanos, es un producto del trabajo de todos. La ciudad es, a la vez, la fábrica y el producto. Esta es una idea se atribuye a Hardt y Negri (2002) ellos sugieren que la ciudad es un vasto bien común producido por el trabajo colectivo. El derecho a utilizar ese bien común debe reconocerse a todos los que han participado en su producción. Si asumimos esto, las estructuras de la ciudad y el espacio público son un común (commons) y las diferentes formas de apropiarse de ese espacio y esas estructuras (como las de Moses o la arquitectura disuasoria) no serían más que la apropiación de ese común urbano por el grupo que gestiona el poder, formas distintas de privatización arquitectónica de la esfera pública. “La lucha por el derecho a la ciudad se enfrenta a los poderes del capital que se nutre despiadadamente de las rentas derivadas de la vida en común que otros han producido” (Harvey, 2013:123) También para los situacionistas se nos está despojando del fruto de nuestro trabajo. “El capitalismo moderno, que organiza la reducción de toda vida social a espectáculo, es incapaz de ofrecer otro espectáculo que el de nuestra alienación. Su sueño urbanístico es su maestro de obras” (Kotányi y Vanigem, 2001:211) Desde la perspectiva marxista de Harvey el proceso de urbanización no es más que el reflejo de la actividad de una clase dominante sobre los medios de producción: “La urbanización no es sino la producción continua de un bien común urbano (o su sombra de espacios y bienes públicos) y su perpetua apropiación y destrucción por intereses privados” (Harvey, 2013:125) el mismo autor aboga por un acceso más horizontal al derecho a la ciudad “Es esencial trabajar hacia la democratización del derecho a la ciudad y la formación de un gran movimiento social que haga que los desposeídos puedan tomar el control de la ciudad de la que han sido excluidos desde hace tanto tiempo” (Harvey, 2011; citado en Costes, 2013:97) El urbanismo emergente hereda en buena medida su concepto de ciudadanía de Henry Lefebvre (1968). Lefebvre se refiere al derecho a la ciudad como uno de los derechos fundamentales del ser humano y de la ciudadanía, un derecho que implica que la sociedad civil pueda recrear la ciudad como parte de una misión común y colectiva. Para

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Lefebvre la estructura material urbana condiciona la forma en la que se puede ejercer la ciudadanía y, desde su punto de vista, la manera en que se está materializando la ciudad, la gestión que se está haciendo del proceso de urbanización, conlleva un deterioro de nuestra capacidad para ejercer como ciudadanos. Lefebvre predijo el fin de la ciudad industrial y el advenimiento de una nueva realidad urbana, nuestra realidad espacial y social, la fragmentación urbana y su expansión a escala global. Para Lefebvre, igual que para Jacobs, la segregación espacial en cualquiera de sus formas, ya sea resultado de la etnia, la renta y la ideología o la llevada a cabo por la planificación y el diseño urbano, puede verse ya en todas partes. Se siguen construyendo guetos obreros, guetos intelectuales, guetos estudiantiles (los campus universitarios), guetos para ricos (las comunidades cerradas y los barrios residenciales), guetos para inmigrantes (las zonas de infravivienda), hasta guetos para el ocio. Así analiza Costes el pensamiento de Lefebvre: “En cada segmento de la vida social la mano invisible de la segregación ejerce su función y penetra en la vida urbana, desmantelándola y haciéndola fracasar. Ese proceso también afecta a la vida cotidiana ya que todo queda separado: el trabajo, el transporte, la vida privada, el tiempo de ocio… para Lefebvre esta separación sistemática no puede atribuirse de ningún modo a algo accidental. La segregación crea los medios para permitir la réplica de los medios de producción, o lo que es lo mismo, la estrategia subyacente bajo este sistema organizativo es una estrategia de clase” (Costes, 2013:92).

Lefebvre describe cómo la realidad urbana estaba convirtiéndose en algo que empezaba a parecerse cada vez más a las imágenes creadas por los escritores de ciencia ficción. Por ejemplo, Lefebvre cita a Asimov y su novela The Foundation (1951), que había predicho la extensión de la urbanización por todo Trentor, una ciudad gigante que cubría todo el planeta. “El viejo núcleo urbano agoniza cubierto por un tejido urbano más o menos grueso, más o menos esclerótico o canceroso13que prolifera y se extiende por todo el planeta” (Lefebvre, 1968; citado en Kofman y Lebas 1996:160). Esta pesadilla de urbanización planetaria que todo lo invadía, en la que hasta los menores actos, gestos y sentimientos personales estaban completamente controlados, donde el espacio y el

13 Llama la atención la similitud de esta imagen de Lefbvre con el concepto “rizoma” de Deleuze para

describir las actuales ciudades postindustriales, de las que empezaremos a hablar en el siguiente apartado.

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tiempo eran borrados y sustituidos por el ocio planificado y la distracción organizada, era ya a ojos de Lefebvre una realidad: “Oculta por la ciencia del espacio (el diseño urbano y la planificación), la ciudad, con su unidad hecha añicos, tiende a desaparecer, lo que queda es solo el «espectro de la ciudad»” (Lefebvre, 1968; citado en Costes, 2013:92)

2.3 La nueva ciudad simulacro Otros autores también hicieron la misma predicción. También se fueron confirmando las observaciones realizadas desde principios de los años 1960 por Lewis Mumford, quien anticipó el sprawl incontrolado revelando los peligros de una existencia cada vez más carente de interés (aburrida, dirían los situacionistas) y más profundamente limitada. (Mumford, 1961) En Simmel (1903) podemos ver cuales eran las tres características de las ciudades modernas. La primera de ellas sería la centralidad: las ciudades se articulan con movimientos del centro a la periferia; la segunda es que lo urbano se definía en contraposición al campo. La tercera característica es la mezcla social y funcional, las funciones y las personas se mezclan en el espacio urbano: viviendas, comercios, personas jóvenes y mayores, etc. Pero las ciudades están cambiando hasta salirse de esta definición: desde el punto de vista del territorio, la suburbanización provoca la urbanización difusa del espacio; se rompe la distinción entre campo y ciudad (urbanización generalizada); ahora existe una segregación de la población por renta y otros criterios y el centro de las ciudades está perdiendo su significado y función. Atendiendo a su forma, siempre se ha tomado como paradigma de ciudad moderna la ciudad europea del XIX: una composición urbana principalmente compuesta de un centro histórico con plazas de uso público, edificios bajos, barrios mezclados por población y renta, gran densidad constructiva, de población y de comunicaciónes. Tenemos asociado nuestro concepto de urbanidad, o lo que significa ser ciudadano en una ciudad con esta tipología. A diferencia de esta imagen paradigmática, la nueva ciudad se caracteriza por una concentración de torres financieras en el centro, un territorio fragmentado y por la urbanización difusa. La ciudad heterogénea y plural se

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ha perdido como centro político, cultural y económico de la sociedad. Las transformaciones que ha sufrido la ciudad se notan especialmente en dos aspectos: la densidad y la centralidad. Este cambio histórico en la forma de la ciudad se debe al desplazamiento de la población, la industria y el comercio que antes coexistían en un núcleo compacto, hacia la periferia. El centro urbano pierde valor como sede del espacio público mientras la periferia gana atractivo. Las clases medias son las impulsoras de esa suburbanización, sus expectativas de vivienda les llevan a la periferia y al contacto con la naturaleza. En este proceso de transformación de las ciudades, el devenir histórico de los centros comerciales tiene gran transcendencia. Como relata Margaret Crawford, a partir de 1900 los mercados tradicionales se cubrieron y se convirtieron en los centros comerciales de la ciudad. El centro urbano encajó sin problemas este salto cualitativo pero no el que tuvo lugar en la década de los 60: Los shopping malls, centros de ocio y entretenimiento comenzaron a proliferar en los suburbios y en las intersecciones de las autopistas convirtiéndose en polos de atracción (Crawford, 2004). Estos centros comerciales, transformados en centros de ocio donde se podía comprar, se convirtieron en una simulación del centro urbano en la periferia. “Los arquitectos manipularon el espacio y la luz con el fin de reproducir la densidad y el bullicio del centro de una ciudad, para crear en definitiva un urbanismo de fantasía, liberado de los aspectos más negativos de la ciudad: el clima, el tráfico y los menesterosos” (Crawford, 2004:34). También la industria se desplazó a los polígonos industriales del extrarradio donde se empiezan a conformar, parques tecnológicos, espacios de congresos y hoteles preferentemente cerca del aeropuerto, centros de servicios que asociados a los centros comerciales conforman pequeñas ciudades. El centro comercial se convirtió en el centro de la vida pública suburbana. Reproducían el centro urbano pero extirpando lo impredecible y los “peligros” de las calles. Los espacios “semi-­‐públicos” de los centros comerciales suplantan a las calles tradicionales imponiendo disciplina en su espontaneidad. “El centro comercial ofrecía centralidad espacial, carácter público y densidad humana: los elementos inexistentes en los suburbios en expansión” (Crawford, 2004:35). El éxito de estos centros urbanos en los suburbios llevó a reproducir sus valores en el centro urbano, privatizando y controlando

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unas funciones y actividades que hasta entonces se habían desarrollado en las calles sin ningún control14 (Crawford, 2004). En esta misma lógica está la estrategia de peatonalizar calles para convertirlas en centros comerciales abriendo la posibilidad a ulteriores privatizaciones del espacio público, donde inmediatamente se eliminan los bancos y los lavabos públicos y se está obligado a consumir en alguna terraza para poder sentarse por la calle (este es la deriva que ahora mismo afecta a muchas de las calles y espacios públicos en Madrid y es la motivación detrás de nuestro trabajo práctico) Los centros urbanos convertidos en centros comerciales transforman la experiencia de la calle en una experiencia dirigida al consumo, espacios donde cualquier interacción está calculada y la posibilidad de utilizar el espacio “público” de una manera no dirigida está castigado. “La heterogeneidad de la multitud es un anatema subversivo. Como hemos visto, los diseñadores de centros comerciales y de pseudoespacios públicos se enfrentan a la multitud mediante la homogeneización. Ponen unas barreras arquitectónicas y semióticas que filtran a los “indeseables”, y luego encierran a las masas restantes y controlan sus movimientos con una ferocidad conductista. (…) Toda esta orquestación skinneriana, si está bien dirigida, crea una auténtica sinfonía comercial de enjambres de consumistas moviéndose de un lado a otro” (Davis, 2004:201)

Actualmente una de las dinámicas más interesantes que provoca el urbanismo emergente tiene que ver con las tensiones generadas al dotar de nuevo significado y función a un espacio público por encima de los objetivos con los que se diseñó. Las tensiones se refieren a la manera con la que esta nueva situación se encaja y se asimila por parte de las estructuras jerárquicas de arriba abajo. Las instituciones se ven sorprendidas y superadas por este fenómeno emergente. Un claro ejemplo es el caso de una plaza dura inmaculada (sin equipamientos) definida como espacio de paso, que con una mínima intervención se ve convertida en un espacio para el disfrute de skaters. Los nuevos usuarios de la plaza generan una dinámica de diversidad que, por estar fuera de control, puede incomodar a los que gestionan y controlan ese espacio. 14 Un

ejemplo paradigmático de este proceso son intervenciones urbanísticas en el centro urbano de ciudades como Minneapolis, San Paul, o Calgary donde se empezaron a construir puentes cubiertos elevados entre los edificios que hacían prescindible bajar al nivel de la calle y que ha segregado a los ciudadanos entre los que pueden subir al paso elevado donde se encuentran las mercancías y servicios más caros y los que no. Eliminando la democracia peatonal de las calles.

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El resultado de este proceso de transformación urbana que estamos describiendo es un un modelo descentralizado, de baja densidad, una construcción de características urbanas pero sin una ciudad de referencia, una serie de aglomeraciones. El concepto de centralidad ha quedado disuelto ya que la periferia tiene sus propios centros alternativos. Aunque efectivamente el proceso de globalización de la economía ha provocado una fuerte deslocalización de la fuerza de trabajo (cadenas de montaje y producción repartidas por todo el mundo) este proceso está acompañado por una centralización de las tomas de decisión (Sassen, 1999). Es en unas cuantas ciudades del mundo (aquellas donde convergen los nodos de las principales redes de telecomunicaciones y donde se ubican las sedes de las principales instituciones financieras) donde se localizan los principales centros del poder mundial, se genera una información privilegiada y se toman decisiones que afectan a la economía mundial. Sassen acuñó el término “ciudad global”15 para designar a estas ciudades. Otra de las características de la ciudad moderna también desaparece: campo y ciudad ya no son términos opuestos. Es imposible diferenciar claramente dónde empieza uno y termina el otro. Buena parte del territorio no es ni una cosa ni otra, ni centro ni periferia. Se acelera el proceso de zonificación y separación funcional del espacio urbano: vivienda, trabajo y ocio. Lo que supone un movimiento contrario a la densidad y la heterogeneidad característica de la ciudad compacta. Lo urbano y las formas de vida en la ciudad ya no son específicas ni exclusivas de la ciudad. Efectivamente la urbs, el espacio construido con una densidad de edificación, resulta difícil de delimitar y de definir por la extensión de la urbanización difusa, que la ha expandido ampliamente por todo el territorio de lo que primero se llamaban ciudades, luego se convirtieron en áreas metropolitanas y ahora, cada vez más, se configuran como regiones metropolitanas e incluso rebasan ampliamente ese marco territorial. Hay que desplegar un nuevo catálogo de palabras para referirse a esta nueva realidad urbana caracterizada por la dispersión, la fragmentación, la urbanización extensa, informe, 15 En la lista de las ciudades globales las tres principales serían Londres, Nueva York y Tokio.

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difusa y sin límites: ciudad-­‐archipiélago, magma city, edge city, regiones urbanas, megápolis, megalópolis, metápolis… Quizá las propuestas de más éxito son las del arquitecto holandés Rem Koolhaas quien utiliza la expresión ‘ciudad genérica’ (1997), el término “exópolis” de Edward Soja (2008) y el concepto “rizoma” de Deleuze para describir estos espacios estandarizados, uniformes, en los que la norma es el cambio y en los que el dominio público ha sido desalojado. Sorkin resume todo este proceso dictando las tres características de la nueva ciudad: La primera característica es la pérdida de todas las relaciones estables con la geografía local, física y cultural, es decir se reduce todo vínculo con el espacio específico. Tal y como lo escribe Sorkin: “El capital globalizado, los medios electrónicos de producción y la cultura de masas detestan la diferenciación íntima e indisciplinada propia de las ciudades tradicionales” (Sorkin, 2004:11) La segunda característica es que la nueva ciudad es una ciudad de simulaciones, una ciudad-­‐parque temático. Lo histórico se ha convertido en el único valor urbano oficial muy por encima de las ecologías humanas que las producen. Un ejemplo de esto es la carrera desenfrenada de muchas ciudades por hacerse un hueco en el mercado turístico internacional, convirtiendo sus centros urbanos en parques temáticos para turistas. Las ciudades se vuelven réplicas de ellas mismas: “Ciudades que son dobles de si mismas, ciudades que sólo existen como referencias nostálgicas de la idea de ciudad y de las nociones de comunicación e interrelación social. Estas ciudades simuladas están situadas en el globo terráqueo más o menos en el mismo lugar donde se encontraban las viejas ciudades. Han dejado de ser centros; tan solo sirven para simular el fenómeno del centro” (Halley, 2004; citado en Sorkin et al., 2004: 133)

Un buen ejemplo es el caso de Beijing, justo a partir de su selección como ciudad olímpica miles de personas fueron desplazadas al extrarradio para que el gobierno pudiera acometer las obras de remodelación del centro urbano, remodelación que ha consistido en la demolición de los barrios antiguos de hutongs para posteriormente reemplazarlos por réplicas de hormigón esta vez con un estilo arquitectónico globalizado y tematizado en “la china tradicional”. Un caso paradigmático fue la avenida Qianmen, a pocos metros de la plaza de Tienanmen, que ha sido rediseñada como centro turístico y donde actualmente ya no vive nadie, solamente hay turistas visitando las 104

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tiendas de marcas internacionales que se han instalado allí. El centro de Beijing se está convirtiendo en un espacio estéril y ageográfico16. Debord parece haber previsto este fenómeno ya en los 60: “El urbanismo es la conquista del entorno natural y humano por parte de un capitalismo que, al desarrollarse según la lógica de la dominación absoluta, puede y debe ahora reconstruir la totalidad del espacio como su propio decorado” (Debord, 2002 [1967]:144) La tercera característica de la nueva ciudad es su obsesión por la seguridad. Todo se organiza con criterios de homogeneización intentando huir de la amenaza de lo heterogéneo. Dos formas de homogeneización se dan principalmente, por un lado la fragmentación étnica del espacio urbano, fenómeno que ya había advertido Lefebvre y que da cuenta de una sociedad segregada donde se evita el encuentro con lo diferente y representa más un mapa de la desigualdad que un mosaico de diferentes culturas17 ; y por otro lado la gentrificación, que tiene como protagonistas a las clases medias y altas e implica la creación de vecindarios homogéneos segregados por renta. En el proceso de gentrificación se expulsa a una población de renta baja por una población de renta alta que ocupa su espacio18. Un fenómeno extremo de la segregación espacial y urbanidad discriminatoria es la aparición de “gated communities” (comunidades cerradas), cercamientos donde se concentra una población radicalmente homogénea: comunidades integradas exclusivamente de personas mayores, o por personas de cierto estatus social, o incluso restringidas a cierto tipo de profesión. Estos espacios constituyen asentamientos aislados y son una ciudad dentro de la ciudad, a veces incluso aspiran a tener un gobierno separado del resto de la ciudad: una parte de la ciudad se aísla para

16 Una buena descripción de este proceso se puede encontra aquí: http://www.truthbehind404.com/the-­‐

only-­‐flower 17 Barrios con una enorme homogeneidad étnica como los barrios de inmigrantes turcos de Kreuzberg en Berlín, los argelinos en Nancy en la periferia parisina o Spitalfields de Londres donde encontramos casi exclusivamente población Bengalí. 18 El proceso de gentrificación muchas veces viene asociado al concepto de “clase creativa” acuñado por Richard Florida (2002) Florida sostiene que las áreas metropolitanas con alta concentración de trabajadores de tecnología punta, artistas, músicos y un grupo que él describe como "bohemios” se asocia con un nivel elevado de desarrollo económico. Florida postula la teoría de que la clase creativa fomenta un entorno personal y profesional abierto y dinámico. Este entorno, a su vez, atrae a más gente creativa, así como a empresas y capital. Sugiere que atraer y retener talentos de alta calidad, frente a centrarse únicamente en proyectos de infraestructura tales como estadios de deportes, edificios emblemáticos y centros comerciales, sería un aprovechamiento de primer orden de los recursos de regeneración de una ciudad para su prosperidad a largo plazo.

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defenderse del resto de la ciudad. Para autores como Barton y Silverman19 (1994) McKenzie (1994) y Charmes (2011) este proceso de clubización 20 hace que estas comunidades se coloquen fuera de la sociedad. Estas privatopías21son una apuesta por un mundo sin los otros más que por otro mundo. La búsqueda de un ambiente armónico se lleva a cabo eliminando la diferencia. Muchas veces estos cercamientos acaban por tener un efecto contraproducente: alimentan la idea del extraño como amenaza, asociándolo con el miedo y la inseguridad. Parece inevitable que las configuraciones espaciales de nuestras ciudades acaben convirtiéndose en sumas de fortalezas fragmentarias, agrupaciones de guetos y espacios públicos privatizados bajo vigilancia constante tal como anticipó Lefebvre. Algunos autores han sugerido que el control es el objetivo oculto pero fundamental de la actividad urbanística a lo largo de la historia (Graham, 2011; Davis, 2004) Graham propone que nuestras ciudades son el resultado de la extensión de las ideas militares de monitorización, identificación y control de los espacios y circulaciones de la vida cotidiana. Estas estrategias llegan a su máxima expresión cuando se intenta utilizar la tecnología para el control completo, en todo lugar y en todo momento, de la sociedad civil. Para Graham la influencia de lo militar en el urbanismo es cada vez mayor y no parece que esta tendencia vaya a invertirse en un futuro próximo. 2.4 Lo que queda del espacio público. Espacio público sin espacio. El parque temático ofrece un sucedáneo de experiencia urbana, donde no hay pobres, crimen o suciedad. La experiencia que está a nuestro alcance es simplificada e higienizada sustituyendo la complejidad e incertidumbre de la vida real de una ciudad. En este nuevo espacio público se pueden tener experiencias colectivas pero no participación ni usos abiertos “En los espacios ‘públicos’ de los parques temáticos la iniciativa y el discurso propio quedan restringidos […] El esfuerzo por recuperar la ciudad es la lucha de la democracia misma” (Sorkin, 2004:13) 19 Barton y Silvermar proponen el término “comunidades de intereses compartidos” para describir estas

comunidades homogéneas y autoexcluidas del resto de la ciudad. 20 “clubización” es el término que propone Eric Charmes, para esta tipología de privatización urbana. 21 Privatopía es el término que propone MacKenzie para estos desarrollos urbanos habitacionales amurallados y aislados.

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En la nueva ciudad el espacio que no es privado tampoco es público en referencia a las posibilidades de socialización y de una vida colectiva. Hay espacios que parecen comunes pero que no son de verdad públicos22. Se trata de una desaparición del espacio público en el sentido tradicional de la expresión, es decir, un espacio en el que se exprese y represente la cosa pública como lo hacía la ciudad moderna con su arquitectura centrada y organizada en torno a lugares simbólicos del poder. Para Sorkin (2004) Es necesario el espacio público que hace posible la vida en común, lugares como la calle, los paseos, las plazas, los cafés, los parques, los museos o las salas de espectáculos, etc. Ahora estos espacios están convertidos en lugares para el consumo de ocio y el consumo de cultura cuando no dedicados a la iniciativa privada de eventos comerciales (Callao es el paradigma madrileño). Cuando desaparecen los espacios de vida común, desaparecen también las formas de sociabilidad que reunían los diferentes componentes de la sociedad. Lo que ha tenido lugar es una verdadera privatización de la ciudad: de las urbanizaciones, los servicios, la seguridad. El espacio público desaparece bajo el control privado. Se podría concluir que el actual espacio público ha quedado reducido a las vías de tráfico, los lugares de tránsito, a los simples espacios para desplazarse. La otra cuestión determinante en la nueva configuración urbana ha sido el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación que está provocando la caída de todas las fronteras espaciales: “La ciudad genérica es lo que queda después de que grandes sectores de la vida urbana se pasaran al ciberespacio” (Koolhaas, 2011:15) Langdon Winner hace la misma reflexión: “El espacio que realmente importa es cada vez más un espacio electrónico, que no requiere presencias corporales humanas ni movimientos físicos. Lo que en el mundo real son las habitaciones, los edificios, las calles, las autopistas y las ciudades, puede ser creado por medio de programas informáticos conectados con señales de telecomunicación” (Winner, 2004:71)

22 “Uno de los ejemplos más paradigmáticos fue la renovación urbana del antiguo puerto de Canary Wharf

en Londres para ser el nuevo centro financiero de la ciudad. Aunque los paseantes cruzan por estas calles buscando esa libertad del espacio público en realidad están sobre suelo privado controlado por el poder privado que extiende sus dominios del edificio a la calle. Los ciudadanos londinenses, tal y como indicaba el propio alcalde de Londres Boris Johnson en su manifiesto por el espacio público London’s Great Outdoors, “pueden en algunos casos sentirse excluidos de ciertas partes de su propia ciudad”. (Álvarez, 2013)

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También en Sorkin encontramos la misma idea: “Los ordenadores, las tarjetas de crédito, los teléfonos, los fax además de otras herramientas complementarias instantáneas y artificiales, están destripando rápidamente las políticas históricas de proximidad, que son el auténtico cimiento de la ciudad. Efectivamente, en los últimos años hemos asistido a la emergencia de un tipo de ciudad completamente nueva, una ciudad sin un lugar asociado a ella.”(Sorkin, 2004:9)

La transformación de los lugares en flujos ha sido para Castells el principal impacto de la aparición de las nuevas tecnologías. La desconexión entre la población y la configuración espacial, es decir, entre la significación de las ciudades y las vidas de las personas, será “el objetivo, respecto al espacio, de las clases dominantes […] Lo que tenderá a desaparecer será el sentido del lugar para los individuos” (Castells, 1986:312). Aparentemente la presencia física se está volviendo algo superfluo. La centralidad espacial y la densidad eran importantes para posibilitar innovaciones económicas, políticas y culturales. Había un lugar en el que pasaban las cosas y había que estar allí para participar de ellas. Los transportes, las telecomunicaciones y los medios de información, han vuelto obsoleta la centralidad espacial y la densidad (Innerarity, 2008) Ahora que ese modelo de ciudad ha caído, cuando el centro está en todas partes, cuando cada punto es un centro en las intersecciones múltiples de la red y cada punto local implica la red global, las sociedades modernas apenas necesitan centralidad espacial. Esta idea es muy importante en el sentido que cambia el marco en el que el espacio público debe ser pensado. “El problema al que hoy nos enfrentamos consiste en cómo pensar la ciudad cuando tenemos redes en lugar de vecindario, cuando el espacio homogéneo y estable no es más que un caso límite en el seno de un espacio global de multiplicidades locales conectadas, cuando hace ya tiempo que el debate público se realiza en un espacio virtual, cuando las calles y las plazas han dejado de ser el principal lugar de encuentro y escenificación. La cuestión es saber si el espacio público, como espacio de experiencia humana ínter subjetiva, esencial a la democracia, necesita un tipo de espacio físico sobre el modelo griego, medieval, renacentista y burgués, o si esa antigua relación entre civilización y urbanidad puede realizarse fuera de los espacios de la ciudad clásica” (Innerarity, 2008:24)

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Las nuevas tecnologías han venido a sustituir el espacio físico como lugar de socialización, esta vez en un lugar virtual. Al estar tan sujeto a normas de uso, la gente ha huido del espacio público y ha trasladado la sociabilidad, el encuentro, la iniciativa, el trabajo con los otros, al escenario virtual de la red. La vida urbana (la que tenía lugar en el espacio público) se ha mezclado con el ciberespacio y ha dejado de depender de ese espacio físico que se homogeniza y tranquiliza como lo hace un centro comercial. Un espacio sin tensiones, sin identidad. El nuevo paradigma arquitectónico y de desarrollo urbano nos marca unos nuevos límites y nos obliga a pensar de otra manera la ciudad y el espacio público. Contra esta visión choca frontalmente la práctica y teoría del urbanismo emergente que todavía apuesta por un urbanismo hecho a partir del contacto directo de los cuerpos, de las interacciones entre las personas que ocupan un espacio físico en un momento concreto. El urbanismo emergente pretende devolver el uso socializador al espacio físico por considerar que la ciudadanía en su significación política no puede desvincularse de él, pero como estamos viendo, autores como Innerarity sí creen posible romper ese vínculo: “En los llamamientos a defender la forma de la ciudad europea hay una excesiva valoración de la configuración material de la ciudad, como si se olvidara que restaurar el aspecto de la ciudad no es lo mismo que mantener su cualidad específica. La urbanidad es más que la forma de la ciudad; es un modo de vida, una actitud, una cultura cívica, que tal vez podría realizarse en otro escenario y que probablemente ya no pueda realizarse más que en otro escenario” (Innerarity, 2008:25)

Para Innerarity la urbanidad, igual que la fuerza de trabajo de las empresas de la ciudad global, se ha deslocalizado. Sin olvidarse de la manera en que la ciudad construida funciona como interfaz que articula el espacio público, Innerarity advierte (2008) que la materialidad del entorno físico no puede reemplazar las prácticas políticas que lleva asociada, no tiene sentido pretender reconstruir un pasado mitificado sino conservar la esencia de lo que significaba ser ciudadano en las ciudades modernas: generar un sentido de democracia a partir de la convivencia con lo heterogéneo. Nuestros objetivos políticos mediados por la nueva tecnología de la comunicación parecen dejar obsoleta la morfología urbana que llamamos ciudad. Nuestras expresiones y reivindicaciones políticas se han digitalizado como cualquier otro aspecto de la vida y pueden prescindir

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del soporte analógico que era la ciudad. La opinión política circula por la red y no por la calles y plazas. “La organización democrática ya no es una propiedad exclusiva de las ciudades sino de un principio de organización de los estados; con la globalización el mercado ya no es un lugar urbano; la diferencia entre lo privado y lo público se da igualmente en el campo; también fuera de la ciudad se puede vivir sustraído del poder de la naturaleza. Esta pérdida de la especificidad política, económica, social y civilizatoria de la ciudad es el motivo por el que haya desaparecido la forma física de las ciudades en las actuales aglomeraciones urbanas, pero también explica la imposibilidad de restaurar la urbanidad por medio de una intervención planificadora” (Innerarity, 2008:27)

2.5 Ciudad híbrida. Ciudad expandida Nos remitimos a la definición de ciudad híbrida que hace Juan Freire: “Entendemos por ciudad híbrida la condición de la ciudad actual, que es el resultado de la ampliación de la ciudad física o analógica mediante las tecnologías de información y comunicación digitales. Es decir, es la ciudad física como la conocemos tradicionalmente ampliada en sus espacios de la red y afectada en un proceso continuo de feed-­‐back por los procesos generados en la propia red” (Freire, 2009)

En el espacio público circulan y cohabitan un número y tipo cada vez mayor de tecnologías que desbordan y expanden la ciudad construida y esto implica que ya es hora de empezar a entender a los dispositivos tecnológicos como una realidad integrante de la ciudad en las mismas condiciones de dignidad y responsabilidad, no sólo como un equipamiento más sino como un nuevo actor público. Algunos como Domenico di Siena (2009) proponen el concepto de Sentient City, que implica que nuestra Identidad digital pueda funcionar y reaccionar en tiempo real con el entorno físico, que puedan interactuar con todo tipo de emisores de información (humanos o no) que configuran un entorno físico y digital. De esta forma se propone un nuevo modelo de conexión social, complementario a las existentes redes sociales que se fundan en intereses comunes o lazos de amistad, simplemente basado en la proximidad

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física de dos usuarios. Con lo que al espacio físico se le devuelve parte de su valor socializador. Tal como propone Dan Hill (2008) el papel que juegue la tecnología dependerá de las decisiones de los responsables del diseño de las infraestructuras y las info-­‐estructuras, de modo que existen dos escenarios alternativos básicos: Locked down street (calle cerrada) donde la hibridación físico-­‐digital provocaría que se pudiera utilizar para aumentar el control que como hemos señalado, ya reproducen el mercado y las administraciones públicas en el espacio urbano o la open source Street (calle de código abierto) que sería aquella en la que la disponibilidad de infraestructuras y datos abiertos permitiría a los ciudadanos generar nuevos usos autónomos del espacio urbano. Aparentemente el deterioro del espacio público es, a la vez, causa y efecto de la digitalización: un espacio público degradado empuja a que la práctica de la ciudadanía se refugie en ámbitos no ligados a un espacio físico. Una vez en el espacio digitalizado, se rompe el vínculo con el espacio físico que sigue, ahora también por esta razón, deteriorándose. La ciudad, antes el lugar exclusivo de la discusión y el encuentro, ha sido sustituido por una esfera pública digital ubicua. Hay por tanto un camino paralelo de la transformación de la ciudad que corre junto a la transformación de la esfera pública analógica, geográfica, dependiente de un hub (el centro urbano) donde todo ocurría en términos de comunicación, a una digitalización que cambia la idea del centro por la idea de red. Parecería que se puede establecer un paralelo entra la ciudad suburbana versus la ciudad post-­‐urbana: mientras el objeto que da sentido a la primera es el televisor (dependiente de una emisión centralizada), la segunda descansa en el monitor del computador (la red)

2.6 La digitalización de la esfera pública. Del espectáculo al juego. La esfera pública es un espacio donde nos integramos de forma colectiva para tener influencia en el poder, donde ejercemos la ciudadanía y tomamos la democracia en primera persona. La esfera pública es: “El espacio discursivo, institucional o geográfico donde la gente ejerce de ciudadano accediendo (de forma metafórica) al diálogo sobre

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las cuestiones que afectan a la comunidad en su sentido más amplio” (Dahlgren, 2012:45) Howard Rheingold, en el prólogo del libro Periodismo ciudadano. Evolución positiva de la comunicación, define “ciudadano” como “parte de un público que influye sobre la política” (2011:7) Para Rheingold los medios digitales y las redes sociales están transformando las instituciones y la opinión pública es ahora más libre gracias a esa democratización de la tecnología. En su libro Smart Mobs (2004) Rheingold nos describe su planteamiento acerca de lo que él denomina “la próxima revolución social”: Las multitudes inteligentes. Se refiere así a “grupos de personas que emprenden movilizaciones colectivas (políticas, sociales, económicas) gracias a que un nuevo medio de comunicación posibilita otros modos de organización a una escala novedosa entre personas que hasta entonces no podían coordinar tales movimientos” (Rheingold, 2004:13) En este sentido, Rheingold nos abre el panorama hacia una amplia gama de prácticas sociales (en las que se incluye el urbanismo emergente) y recursos móviles de cooperación propiciados por las nuevas tecnologías y el acceso permanente a Internet.23 “Nos hallamos ante un nuevo medio de organización social, cultural y política, que instaura un nuevo régimen tecno-­‐social” (Rheingold, 2004:14) Para Rheingold estaríamos en un momento especialmente interesante ya que podemos encontrarnos ante un nuevo proceso de alfabetización de la cooperación o, por el contrario, puede que las redes inteligentes queden neutralizadas y corramos el riesgo de convertirnos en meros consumidores pasivos de tecnologías. El conflicto que se presenta aquí es el mismo al que hacía referencia Dan Hill (2008) sobre la calle cerrada o de código abierto. La diatriba estribaría en si las tecnologías terminarán favoreciendo sistemas de cooperación o bien acabaremos paralizados en una red (que sería el mejor panóptico posible) para vigilarnos y controlarnos. En “El desengaño de internet, cómo no salvar el mundo” Evgeny Morozov hace una crítica a los discursos naif que nos presentan Internet y las redes sociales como armas, pacíficas e infalibles, para la 23

Los estudios e investigaciones sobre redes, junto con la teoría de juegos sustentan el entramado teórico del que se sirve Rheingold para explicar el complejo mundo de las relaciones de las comunidades virtuales sin hilos o las redes P2P, y que se han visto plasmadas durante los últimos años en acciones de gran relevancia y popularidad como las manifestaciones de Seattle en el año 2000 o las convocadas, un año después, a través de teléfonos móviles en Manila y que supuso el derrumbamiento del régimen de Estrada. En este sentido, la edición en español incluye también un prólogo del autor en el que se aborda e interpretan las manifestaciones que tuvieron lugar en Madrid tras el atentado del 11 de marzo en el contexto de los nuevos flujos de información.

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liberación. Morozov advierte igualmente sobre cómo el ciberespacio no tiene por qué ser un medio liberador sino que esta tecnología puede servir para todo lo contrario: Los gobiernos autoritarios también utilizan la red para afianzar más su poder a base de lo que para él es “la trinidad del autoritarismo: censura, propaganda y vigilancia” (Morozov, 2011; citado en De Rivera, 2011). Este doble potencial de la red también lo encontramos en Barlow “Internet es la herramienta más liberadora que la humanidad ha inventado jamás y también la mejor para la vigilancia. No es una u otra, es ambas” (John Perry Barlow, citado en Ball, 2012) Además para Evgeny Morozov, en buena medida contrariamente a Rheingold, se sobrestima el potencial del ciberespacio para propiciar cambios políticos: “Otro mito es que las plataformas online son suficientes para forzar cambios políticos. Hay plataformas y grupos de jóvenes que utilizan esas herramientas, pero no piensan tanto en estrategia o en construir una estructura resistente y terminan teniendo una gran infraestructura de comunicación, pero poca estrategia y poca cultura institucional que permita sobrevivir a las presiones de las autoridades poderosas. Muchos movimientos sociales (Occupy Wall Street, la primavera árabe, etc.) han sobreestimado la capacidad de internet y las redes sociales para compensar su falta de estructura” (Morozov, 2012)

Según la opinión de Rheingold, estas “multitudes inteligentes” móviles están surgiendo no desde las cúpulas institucionales, sino desde las prácticas periféricas de los aficionados que deciden cambiar sus modos de juntarse, de trabajar, de “comprar, vender, gobernar y crear” (Rheingold, 2004:19) El discurso de Rheingold nos es relevante en la medida en que los protagonistas del urbanismo emergente son parte también de esas multitudes inteligentes que aprovechan las nuevas tecnologías para crear nuevos sistemas de cooperación y coordinación que se organizan al margen de las instituciones. La esfera pública digital que las nuevas tecnologías han propiciado está provocando que los grupos descartados, lo periférico y minoritario, ahora tengan la capacidad de reclamar su papel como agentes políticos. No solamente individuos o grupos, también saberes, discursos y sujetos epistémicos que habían sido descartados de lo reconocido y lo hegemónico. La

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red y las nuevas tecnologías facilitan la participación de estos grupos que desde su posición en la periferia buscan reconocimiento y legitimidad. La transición de una esfera pública tradicional a la esfera pública digital la resume Coleman (2009) en estos cuatro puntos: 1. De la distancia a la copresencia. Cada vez es más fácil participar. Los nuevos dispositivos han provocado que se minimice el tiempo y el esfuerzo necesario para acceder a la información y participar. Estos dispositivos acaban con las barreras espaciales. La participación mediada por la red es ubicua y está disponible continuamente. 2. De los lugares a las redes. Antes el encuentro era imprescindible, el desarrollo de Internet ha supuesto la creación de una capa digital superpuesta a la ciudad. La calle es un espacio híbrido y en algunas prácticas de acción política, completamente prescindible como lugar de encuentro. Pero no para todas: En nuestra opinión esto no es así para el urbanismo emergente. En el urbanismo emergente “esfera pública" solamente puede ser un espacio geográfico porque su discurso pertenece al ámbito físico. No es que no haya una esfera pública digital igualmente importante que sirve de soporte a la organización, discusión y el debate, pero la discusión se refiere directamente a la materialidad del entorno urbano y la posibilidad de interacción entre los cuerpos. Para los grupos de urbanismo emergente, tomar la democracia en primera persona implica manipular la materialidad del entorno urbano, es en ese proceso de manipulación donde expresan su influencia política. Las nuevas tecnologías de comunicación implican una mejora funcional, sí, propician nuevas formas de organización y dan un nuevo impulso, pero no son una mejora democrática porque solamente hay participación democrática en la modificación del entorno urbano material. Los grupos que trabajan con urbanismo emergente necesitan de la interacción con las estructuras físicas para dar sentido a su acción discursiva virtual. La manipulación de las estructuras son la condición de posibilidad de estas comunidades ya que esa práctica es la manera de hacer explícito su propuesta política. 3. De la transmisión al diálogo. Hemos dejado de ser consumidores y espectadores de una transmisión. Las nuevas tecnologías nos dan la posibilidad de réplica y de generar

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nuestros propios contenidos (otra cuestión es el tener la capacidad para posicionar estos contenidos y hacerlos visibles) La intervención es directa de manera que se evitan intermediarios y hay menos distorsión en nuestro mensaje. Todo tiende a un sistema de mayor coordinación en lugar de un sistema basado en organizaciones. Las organizaciones desaparecen en la medida en que se las deja de usar para hacer de vehículo del discurso. 4. Del espectáculo al juego. En el espectáculo hay pocos actores, hay quien lo administra y elige el reparto, es un discurso unidireccional y nos impone una posición pasiva. En el juego participamos todos, jugamos con nuestros iguales. En el juego incorporamos la participación a nuestra vida. Esta característica que Coleman atribuye a la esfera pública digital es equivalente y se ajusta perfectamente al concepto de Debord sobre el espectáculo (2002 [1967]) y este a su vez, con la forma en la que desde el urbanismo emergente se concibe el urbanismo institucional, el planeamiento. Entendemos que estos tres conceptos, la esfera pública tradicional, el planeamiento y el espectáculo son asimilables, y son perspectivas diferentes (informacional o comunicativa, constructiva y política) de lo mismo. “La totalidad del espectáculo, que tiende a integrar a la población, se manifiesta tanto en la ordenación de las ciudades como en la red permanente de información” (Kotányi y Vanigem, 2001:212) Para Debord “el espectáculo se presenta como una enorme positividad indiscutible e inaccesible. No dice más que esto: Lo que aparece es bueno, lo bueno es lo que aparece. La actitud que por principio exige es esa aceptación pasiva que ya ha obtenido de hecho gracias a su manera de aparecer sin réplica, gracias a su monopolio de las apariencias” (Debord, 2002[1967]:41) En la sociedad del espectáculo de Debord los ciudadanos vivimos dentro de un discurso unidireccional y autorreferencial. El espectáculo es la representación en la que vivimos sin jugar ningún papel, una función a la que asistimos de forma pasiva que implica a todas nuestras interacciones, tanto con las que personas que nos rodean como con el mundo en el que se desarrolla nuestra vida. Es un discurso que se traslada a nuestro modo de comprender el mundo porque está establecido sin que nosotros podamos interferir en él por su naturaleza unilateral (de la misma manera que actúa el

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planeamiento). Se refuerza mediante el uso de los medios de comunicación de los que tiene el control (propios de la esfera pública tradicional) que utiliza para repetir una y otra vez su mensaje hasta que es asimilado como algo real. El espectáculo nos limita a ser meros espectadores en lugar de actuar por nosotros mismos, viviendo y construyendo nuestra propia realidad jugando nuestro propio papel. Igual que en el espectáculo de los situacionistas y en el planeamiento, para Coleman la esfera pública tradicional es un contexto en el que necesariamente nos sometemos a la mediación, una mediación que suele estar en manos de los medios de comunicación de masas de quienes recibimos el mensaje como espectadores, un mensaje de carácter unidireccional que recibimos de manera pasiva y sin poder replicar, asimilándolo de forma llana y sin otras opiniones que lo confronten. “El urbanismo no existe: no es más que una ‘ideología’ en el sentido de Marx. La arquitectura sí existe, como la Coca-­‐Cola: es una producción investida de ideología que satisface falsamente una falsa necesidad, pero es real. El urbanismo, como la ostentación publicitaria que rodea a la Coca-­‐Cola, es pura ideología espectacular” (Kotányi y Vanigem, 2001:211) Siguiendo las similitudes entre estos tres conceptos, nos parece fácil ver una relación directa entre las acciones del urbanismo emergente y la creación de situaciones tal como las concibieron los situacionistas: “La situación se hace para ser vivida por sus constructores” (Debord, 2001:12). “La situación construida24 es forzosamente colectiva en su preparación y en su desarrollo” (Debord, 2001:13) Son dos sentencias que podría suscribir cualquier grupo que actúe en el urbanismo emergente; de hecho, muchos de estos grupos se declaran abiertamente bajo la influencia situacionista y reconocen el juego como una parte esencial de sus práctica: “Basurama empezó casi como un juego, así que (el juego) tiene todo el sentido para nosotros. El juego está inserto en la metodología de trabajo de Basurama, ya sea en talleres, como en intervenciones como en el ocio mismo.” (Basurama, Cuestionario)

24 Situación construida: “Momento de la vida construido concreta y deliberadamente para la organización

colectiva de un ambiente unitario de un juego de acontecimientos” donde ambiente unitario es el conjunto de las artes y técnicas que concurren en la construcción, en combinación dinámica con experiencias de comportamiento. (Debord, 2001:13)

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Estamos intentando también mostrar cómo el concepto de planeamiento resuena entre este juego de ideas de Debord y Coleman, el planeamiento es también un discurso monolítico que llega a todas partes, que está ideado y gestionado por la clase que detenta el poder, que media en nuestra interacción con los que nos rodean y con el mundo (como el interfaz material que es) y que nos somete a la pasividad. Aún iríamos más lejos: el planeamiento no es más que la traducción material del espectáculo: “No puede haber libertad fuera de la actividad, y en el marco del espectáculo toda actividad está negada” (Debord, 2002:41) El mismo autor continúa “El espectáculo constituye la producción concreta de alienación en la sociedad” (Debord, 2002:48) el planeamiento es alienante, nos descarta como agentes, nos separa de lo que producimos (evita que nos apropiemos de la ciudad, que es el producto de nuestro trabajo) Con la digitalización de la esfera pública esto cambia en cierto sentido: se abren nuevos espacios en los que poder interactuar libremente y que además posibilitan una acción directa sobre la opinión pública. La acción, la independencia, la autodeterminación, son formas de la libertad. La capacidad para crear nuestras propias estructuras o modificar las estructuras que ya existen en la ciudad (que son cristalizaciones del discurso del planeamiento, del discurso espectacular) nos da la medida de nuestra libertad como ciudadanos. La capacidad de agencia contra la aceptación pasiva de un cierto discurso urbanístico-­‐constructivo de la ciudad nos hace libres y nos devuelve la ciudadanía. En el juego está la apropiación, el juego es la acción con nuestros iguales, el juego es la práctica de otros discursos. “Se buscará en vano en nuestras teorías sobre arquitectura y deriva otro móvil que no sea la pasión por el juego” (Debord, 2001b:67). El urbanismo emergente sería desde nuestro punto de vista este juego emancipador “El juego ha de invadir la vida entera rompiendo radicalmente con un tiempo y un espacio lúdicos limitados” (Debord, 2001:11) El aumento de la participación es el argumento más fuerte a favor de la idea de revitalización de la esfera pública propiciada por las nuevas tecnologías. Efectivamente las nuevas tecnologías son la condición de posibilidad de la existencia de muchos grupos que contra el discurso espectacular del planeamiento, y a través de la colaboración

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activa, inventan nuevas formas de construir la ciudad. Otros discursos sobre la ciudad hacen que haya otras ciudades posibles. Las nuevas tecnologías han convertido a los antiguos usuarios en productores, han propiciado la conexión de la periferias y los discursos reprimidos. Todo lo que no estaba en el organigrama, todo lo que había sido excluido en el planeamiento ahora tiene voz y reclama su participación activa en la construcción de la ciudad. Se está reconociendo que hay unos actores que no habíamos considerado y que irrumpen de forma inesperada. El urbanismo emergente es un movimiento amateur, contra las decisiones top-­‐down gestionadas por expertos, reivindican no solamente la capacidad de agencia de los ciudadanos sino el valor epistémico de su conocimiento a la hora de decidir qué estructuras y espacios de la ciudad deben cambiar y cómo. No solamente reclaman su parte en la gobernanza de la urbe sino también un reconocimiento a su visión, a su discurso y a sus conocimientos sobre la ciudad y cómo esta debe desarrollarse. El software libre será el modelo de inspiración para muchos de estos grupos cuyo anhelo es apropiarse de la ciudad participando en la construcción de su estructura misma.

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3. DEL SOFTWARE LIBRE A LA CULTURA LIBRE 3.1 La ética hacker El software libre, su espíritu y sus formas organizativas serán fuente de inspiración constante para los grupos dedicados a la práctica del urbanismo emergente. En La ética del hacker y el espíritu de la era de la información, Pekka Himanen (2002) contrapone constantemente las características de la ética protestante a la ética hacker25. Esto no es casual. Ya hemos visto que la ciudad puede pensarse utilizando la analogía con un interfaz informático, que hay un trasfondo ético en el diseño de ese interfaz y que también se puede establecer, por ejemplo, una asociación entre la ética protestante con los planeamientos urbanos en cuadrícula. La comparación entre software libre y urbanismo emergente debería ser más o menos así: el código de un programa informático debe ser accesible y debe poder manipularse de la misma manera que el código con el que se determina el interfaz de la ciudad, y que condiciona nuestras posibilidades relacionales y de interacción, debe ser abierto. El urbanismo emergente es la traducción constructiva del hacker informático. El urbanismo emergente no se pliega a la mediación que supone el planeamiento, de la misma manera que los primeros hackers no se plegaron a la mediación en la programación de ordenadores: En los 70 el modelo IBM de ordenadores era el sistema dominante, los ordenadores estaban formados por unidades centrales de procesamiento por lotes y los programadores no tenían acceso directo al ordenador, sino que debían ser autorizados para pasar sus programas a un operador especial que los supervisaba. Se podían tardar días en recibir los resultados. Como respuesta a este modelo, los hackers del MIT favorecieron la computación interactiva en miniordenadores: el programador podía escribir su programa directamente en el ordenador, ver los resultados e inmediatamente hacer las correcciones que quisiera. El nuevo modelo prescindía de los operadores (los expertos planeadores de la construcción informática) “En cuanto a organización social la diferencia era enorme: con una interacción que elimina la figura del operador, los individuos pueden utilizar la tecnología de una forma 25 la

expresión “ética protestante del trabajo” tiene su origen en el trabajo de Max Weber La ética protestante y el espíritu del capitalismo (1905) Es en este trabajo en el que Himanen se va a apoyar constantemente para describir la ética Hacker en realación a la ética protestante.

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más liberadora” (Himanen, 2002:129). Seguramente tampoco es casual que esos mismos hackers del MIT fueran los primeros en programar el primer programa de juego la historia, en el cual el usuario podía por primera vez experimentar con las posibilidades de la interfaz gráfica. Himanen (2002) distingue tres aspectos distintivos de la ética hacker: la ética del trabajo, la del dinero y la ética de la red: “Primero, lo lúdico fue eliminado del trabajo y, luego, lo fue del propio juego, y lo que queda es tiempo de ocio optimizado” (Himanen, 2002:29). Esto podría suscribirlo perfectamente Debord para quien el juego libre estaba condenado a continuar siendo una ilusión en las presentes condiciones de la sociedad capitalista (Debord, [1967] 2002) Himanen contrapone la idea de trabajo de los hackers al concepto de trabajo de la ética protestante. Para los hackers su actividad es apasionada y creativa, hay una componente lúdica y cabe la ociosidad y lo gratuito. Según Himannen, en la ética protestante del trabajo hay una relación orgánica entre los conceptos de trabajo y tiempo: “El tiempo es dinero”. Esta actitud respecto al tiempo es uno de los elementos fundacionales del capitalismo. El trabajo-­‐centrismo de la ética protestante significó que ya no había espacio para lo lúdico en lo que tiene que ver con la vida laboral. La vida sufre un proceso de optimización temporal y el tiempo libre adopta los esquemas del trabajo. El ocio se programa y planea de una forma tan ajustada como el tiempo de trabajo. Dentro de esta lógica el tiempo libre se convierte en, o bien la práctica de habilidades que nos hagan más competitivos en el trabajo, o bien en parte del consumo. El tiempo que nos queda libre se dedica a consumir ocio. Los nuevos avances tecnológicos y la automatización de muchos procesos no han dado el resultado que los situacionistas ingenuamente habían previsto: Constant pensaba que la cultura postindustrial conllevaría necesariamente la reducción del tiempo productivo y el incremento del tiempo libre. “La disminución del trabajo necesario para la producción mediante la automatización extendida creará una necesidad de entretenimientos, una diversidad de comportamientos y un cambio de naturaleza de los mismos que llevarán forzosamente a una nueva concepción del hábitat colectivo que disponga del máximo de espacio social” (Constant, 1960; citado en Costa, 2014:5)

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En Homo Ludens, Huizinga (1938) contesta a la ética de la productividad 26 y la acumulación de riqueza, abogando por la superior condición lúdica del hombre. El homo ludens debe primar sobre el homo faber. En la versión hacker el tiempo es más flexible, los diferentes aspectos de la vida, como el trabajo, la familia, los amigos, las aficiones, etc. se ordenan con mucha menor rigidez, de modo que el trabajo no siempre ocupa una posición central. Himanen pone como ejemplo la forma de trabajo de Torvalds durante la creación del Kernel27 del que luego sería el sistema operativo GNU-­‐Linux: “Cuando Torvalds programó sus primeras versiones de Linux, solía trabajar a la madrugada y se levantaba a primera hora de la tarde para continuar. A veces, dejaba de elaborar la codificación de Linux para dedicarse a jugar con el ordenador o hacer algo completamente distinto. Esta libre relación con el tiempo ha sido siempre típica de los hackers, personas que gustan de seguir su propio ritmo de vida” (Himanen, 2002:25)

Para Himanen la actividad de los hackers tiene mucho que ver con cierta actitud lúdica, de tomarse el trabajo como un juego: “Torvalds describió en mensajes diseminados por la red cómo Linux se empezó a expandirse a partir de pequeños experimentos con su recién comprado ordenador. En esos mismos mensajes, explicaba que su motivación para la configuración de Linux radicaba simplemente en que “era divertido trabajar en ello” (Himanen, 2002:14) También Tim Berners-­‐Lee, uno de los pioneros de la Red, describe cómo esta creación se inició con experimentos de enlace que denominaba “programas de juego” (Himanen 2002:14). Otro ejemplo es el de Steve Wozniak. Muchas características que incorporó a los diseños del primer Apple procedían de un proyecto personal que consistía en la programación de un juego llamado “Breakout”. Esta actitud vital de los hackers nos remite directamente de nuevo a la de los situacionistas: “La existencia marginal del juego con respecto a la abrumadora realidad del trabajo

26 El término “potlatch”, que los letristas eligieron para dar título a su publicación periódica, designa la

ceremonia del don. El término Potlatch, que los letristas eligieron para dar título a su publicación periódica, designa la ceremonia del don, en la que se manifiesta un sentido de la propiedad y del intercambio inverso al de las economías occidentales (Costa, 2014) 27 En informática, kernel (de la raíz germánica Kern, núcleo, hueso) es un software que constituye el núcleo fundamental del sistema operativo. Es el principal responsable de facilitar a los distintos programas acceso seguro al hardware de la computadora y el encargado de gestionar los recursos.

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se experimenta como algo ficticio, pero el trabajo de los situacionistas es precisamente la preparación de futuras posibilidades lúdicas. Puede sentirse la tentación de menospreciar a la Internacional Situacionista al reconocer fácilmente en ella algunos aspectos de un gran juego. “pero ya hemos observado”, dice Huizinga, “que “simplemente jugar” no excluye en absoluto la posibilidad de hacerlo con una seriedad extrema…” (Debord, 2001c:12)

También el juego es una cosa muy seria para los Hackers de los que habla Himanen: “El trabajo duro y la dedicación se convertirán entonces en una especie de juego intenso en lugar de ser pura monotonía” (Raymond, 2001; citado en Himanen, 2002:24) En la ética protestante tanto el trabajo como el dinero son considerados como fines en sí mismos. A pesar de que los situacionistas veían en los avances tecnológicos las posibilidad de liberar a la gente de la monotonía del trabajo, la realidad ha demostrado todo lo contrario: En el marco del posfordismo, la nueva sociedad en red no pone en tela de juicio esta ética sino que alimenta este modelo dominante trabajo-­‐centrista. En un sentido amplio, según Himanen, el hackerismo implica una propuesta alternativa para una sociedad concentrada únicamente en producir (Himanen, 2002:6) New Babylon, la ciudad propuesta por Constant y los situacionistas y que se ajusta a sus requisitos urbanísticos, tiene forma de laberinto cambiante. Constant, igual que lo hace Huizinga (1938) piensan que toda espacialidad está íntimamente relacionada con la estructura social y económica que la hace posible. Para esta nueva sociedad haría falta una nueva espacialidad. New Babylon sería la nueva forma de ciudad para el Homo Ludens. Constant encontrará en el espacio laberíntico de New Babylon la expresión de una cultura no productiva (Costa, 2014) “Mientras en la sociedad utilitaria uno se esfuerza por todos los medios por una óptima orientación espacial y la garantía de la eficiencia temporal y económica, en New Babylon la desorientación que sigue a la aventura, al juego y al cambio creativo está privilegiado. El espacio en New Babylon tiene todas las características de un espacio laberíntico dentro del cual el movimiento nunca se somete a las obligaciones de una organización temporal y espacial dada” (Constant, 1957; citado en Costa, 2014:7).

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Frente a la lógica cartesiana de la cuadrícula protestante impuesta a las ciudades, Constant propondrá la aventura y la imprevisibilidad improductiva del laberinto. También de esta idea de improductividad viene la idea de flâneur que Sánchez Tortosa define así "La libertad del 'flâneur' se ejerce sobre el conocimiento de que toda finalidad es, en mayor o menor grado, imposición de sentido y dependencia, sacrificio de la frágil eternidad del presente ('carpe diem'). Vagar sin rumbo es la materialización de la libertad, que sólo es posible como liberación de toda finalidad". (Sánchez Tortosa citado en Alemany, 2015) Los hackers no consideran que el tiempo libre sea automáticamente más importante que el tiempo de trabajo. Desde el punto de vista de una vida llena de sentido, la dualidad trabajo/ocio como reclaman también los situacionistas debe ser abandonada por completo. Una vida con una división de este tipo no es una vida completa. No se trata de encontrar el sentido en el trabajo o en el ocio, sino que tiene que surgir de la naturaleza misma de la actividad. De la pasión. Del valor social. De la creatividad. “El ejercicio de dicha creación lúdica es la garantía de la libertad de cada uno y de todos en el marco de la única igualdad garantizada con la no explotación del hombre por el hombre. La liberación del juego es su autonomía creativa, que supera la vieja división entre el trabajo impuesto y el ocio pasivo” (Debord, 2001d:144)

3.2 En cuanto al dinero, los derechos y la propiedad

“El hombre dispondrá de una nueva plusvalía incalculable en dinero porque no se la puede reducir a la medida del trabajo asalariado: el valor del juego, de la vida libremente construida” (Debord, 2001d:144) Para los hackers, al igual que para los miembros de la comunidad científica, hay algo más importante que el dinero: el reconocimiento en el seno de una comunidad que comparte su pasión. La creación de algo que sea reconocido como valioso por esa comunidad. “Las motivaciones de los desarrolladores (según ellos mismos) lejos de ser monetarias y egocéntricas, tal y como suelen asumir economistas y psicólogos, está más bien centrada en compartir y aprender” (Barahona et al., 2003:102). Para hackers como Torvalds, el factor organizador básico de la vida no es el trabajo o el dinero, sino la pasión y el deseo

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de crear algo que sea, desde un punto de vista social, valioso. Richard Stallman, el creador del sistema operativo GNU convierte la autoría y la propiedad del software en una cuestión ética (2004) No hay nada de malo en querer enriquecerse, pero se pone en cuestión que sea legítimo desde un punto de vista ético hacer dinero privando de la información a los demás, y distingue entre Open source ≠ free software. El free software, o software libre, es el que cumple con las cuatro normas dictadas por la free software foundation de Stallman: •

Libertad para usar el programa con cualquier propósito.

Libertad para estudiar cómo funciona el programa y modificarlo, adaptándolo a tus necesidades.

Libertad para distribuir copias del programa, con lo cual puedes ayudar a tu prójimo.

Libertad para mejorar el programa y hacer públicas esas mejoras a los demás, de modo que toda la comunidad se pueda beneficiar.

En otras palabras, el software libre es aquel que respeta la libertad de todos los usuarios que adquirieron el producto para ser usado, copiado, estudiado, modificado, y redistribuido libremente de varias formas. Es muy importante aclarar que el software libre establece muchas libertades pero no es necesariamente gratuito, conservando su carácter libre (respetando las libertades) puede ser distribuido de manera comercial. Open source o código abierto, es la expresión con la que se conoce al software distribuido y desarrollado libremente. Open source es un movimiento más pragmático, pone el foco en los beneficios prácticos como el acceso al código fuente, que en aspectos éticos o de libertad que son tan relevantes en el software libre. La diferencia más importante es que todos los productos desarrollados en software libre así como sus derivados siempre deben ser libres, a diferencia de los de código abierto: con una aplicación desarrollada bajo los estándares del software libre se puede obtener remuneración por conceptos de desarrollo, soporte y puesta a punto siempre y cuando se entregue los códigos fuente, a diferencia del movimiento open source que no obliga a hacerlo.28

28 Por ejemplo, el software de código abierto puede ser propiedad de una empresa determinada, de forma

que nadie asegura que deje de ser de código abierto en el futuro, o que una mejora que otro introduzca

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Las comunidades de hackers tienen básicamente la misma estructura que originalmente tenía la academia. Un grupo de personas que trabajan por pasión a lo que les interesa y que ponen sus descubrimientos en común. Tampoco para ellos el dinero fue la principal motivación. “El despliegue de la ciencia es el despliegue amateur, la Royal Society es amateur. Casi nunca la ciencia ha tenido una paga asociada al saber” (Lafuente, 2014a) Como es natural, los científicos escogieron el modelo de funcionamiento de la ciencia no sólo por razones de tipo ético, sino porque, además, demostró ser el modo más satisfactorio de generar conocimiento. Todo nuestro conocimiento de la naturaleza se basa en este modelo académico y científico. La razón por la cual el modelo hacker de acceso libre al código fuente funciona de forma tan efectiva parece estar en lo mucho que se asemeja a ese modelo compartido de gestionar el conocimiento (además del hecho de trabajar en lo que es la propia pasión y sentirse motivado por el reconocimiento de los iguales, como en el caso de los científicos). Para Himanen hay una razones de tipo ético para que los hackers se opongan a funcionar dentro de sistemas jerárquicos, como la de que esos sistemas fomentan una mentalidad de humillación de las personas pero también que las formas de organización no jerárquicas son simplemente más eficaces, más efectivas. “Los científicos como los hackers, saben por experiencia que la ausencia de estructuras rígidas es una de las razones por las cuales su modelo es tan poderoso. Hackers y científicos empiezan sólo dedicándose a su pasión y luego, pasan a trabajar en red con otros individuos que la comparten. Este espíritu difiere claramente del que se halla no sólo en el mundo de los negocios sino también en las instituciones gubernamentales” (Himanen, 2002:58) (y desde luego también en aquellas instituciones responsables del planeamiento de las ciudades)

Pero la ausencia relativa de estructuras no significa que no haya estructuras. A pesar de la aparente anarquía, el colectivo hacker vive bajo unas normas que no necesitan ser pase a formar parte de mejoras propiedad de la empresa, frente al software libre, en el que las mejoras deben seguir siendo abiertas y libres.

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explicitadas ni puestas por escrito. La ética académica exige cualquier propuesta de solución pueda ser criticada y puesta a prueba experimentalmente. Más importante que cualquier resultado final es la información que subyace o el desarrollo de argumentos que ha llevado a generar la solución. No basta con publicar un descubrimiento, hay que dar cuenta del desarrollo teórico y práctico que ha llevado hasta él. Esto es igual en el campo del software libre: puedes proponer una solución ejecutable, pero el código (su desarrollo interno) debe ser abierto y accesible para que pueda ser corroborado. La ética científica no comporta sólo derechos, incluye también dos obligaciones fundamentales: las fuentes deben ser siempre citadas, los descubrimientos deben ser atribuidos y reconocidos (plagiar es una grave falta ética) y la nueva solución no debe mantenerse en secreto, sino que debe ser publicada de nuevo en beneficio de la comunidad científica. El cumplimiento de estas dos obligaciones no es exigido en función de una ley positiva, sino mediante las poderosas sanciones morales internas de la comunidad científica. La reputación y la posición entre iguales es el principal valor que rige esta lógica interna. “Cuando juegas el juego de los hackers, aprendes a evaluarte principalmente en función de lo que los otros hackers piensan acerca de tus habilidades” (Raymond, 2001:6) La reputación sirve como motivación pero también como elemento regulador del sistema en cuanto a en qué iniciativas concentrar las energías para que el sistema sea eficaz: “El mercado interno de la comunidad del software libre, por reputación, ejerce una presión sutil sobre la gente para que no inicie esfuerzos de desarrollo que no sea capaz de mantener” (Raymond, 1997:16) Además, dentro del aparente desorden, los proyectos hackers y científicos tienen sus figuras de referencia, como Torvalds, el iniciador del proyecto pero también el que dio apoyo al trabajo de otros y concretó la dirección en la que había que trabajar. Así lo dice Eric S. Raymond “La cultura hacker no tiene líderes, exactamente, pero tiene héroes culturales, consejeros tribales y voceros. Cuando hayas estado en las trincheras tiempo suficiente, podrás transformarte en uno de ellos”. (Raymond, 2001:7) Tanto en el mundo hacker como en el científico todos pueden contribuir en una investigación, pero para que las contribuciones puedan ser publicadas en los canales de referencia, como las revistas científicas de prestigio, deben ser seleccionadas por un grupo de evaluadores. Se intenta garantizar que, a largo plazo, sean los resultados

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valiosos los que determinen al grupo de evaluadores y no al revés. Al igual que el grupo que evalúa resultados científicos, el grupo evaluador de la red hacker conserva su posición mientras sus decisiones se vean refrendadas por el resto de la comunidad. Si las decisiones del grupo evaluador dejan de ser consistentes con el pensamiento general de la comunidad, esta ignora sus prescripciones y crea nuevas vías de validación. De esta manera ejercer la “autoridad” evaluadora está abierto a cualquiera y se basa solo en el rendimiento y la capacidad de valorar adecuadamente. Además, nadie puede asumir una posición en la que su trabajo no sea revisado y evaluado por sus iguales como el de cualquier otro miembro de la comunidad. Siguiendo a Antonio Lafuente toda esta visión de la empresa científica, la fundada a partir de las normas de Merton29, puede ser muy ingenua y está siendo puesta en cuestión recientemente.30 Morozov también nos avisa de que podemos tener una actitud demasiado ingenua al pensar que los proyectos de software libre pueden ser un modelo extrapolable de una nueva forma de producir y generar conocimiento. Morozov (2012) pone el ejemplo de las comunidades que desarrollan Debian o Wikipedia para hacer ver que ni son estructuras anti jerárquicas, ni son antiburocráticas, y en definitiva, que muchas de las organizaciones que nosotros tomamos como paradigmáticas de la nueva producción social no son realmente planas y horizontales. Este punto es interesante porque este rechazo a la organización a partir de estructuras jerárquicas de los hackers tiene una traducción problemática en las prácticas de urbanismo emergente. Igual que en las comunidades de hackers, los proyectos de urbanismo emergente tienen un proceso decisional abierto y participativo dentro del

29 CUDOS es un acrónimo utilizado para referirse a los principios que deben guiar una buena investigación

científica. De acuerdo con los principios CUDOS, el ethos científico debe regirse por comunalismo, universalismo, desinterés, originalidad y escepticismo. 30 Cuando se habla de la ciencia se quiere dar la idea de un grupo que trabaja para el bien común y que es una empresa y una comunidad fiable, pero hay muchos elementos que nos hacen pensar que esta descripción no se ajusta completamente a la realidad: -­‐ La privacidad del conocimiento. El conocimiento tecnológico se convierte en secreto para mantener la hegemonía industrial de los países; -­‐ corrupción y prácticas poco ejemplares: un alto porcentaje de investigadores confiesan sufrir presiones para que sus conclusiones se inclinen de una u otra manera. Algunas instituciones científicas están controladas por ciertos intereses. – el sistema de peer review, que penaliza la innovación, no desempeña un auténtico control de calidad y alimenta un sistema establecido. – el índice de impacto, que originalmente está pensado como herramienta estadística pero ha sido extrapolado y ahora es un indicador de productividad. Se ha convertido en un estándar por el que muchos autores se sienten acosados. – Ensayos clínicos publicados que resultan ser incorrectos. Muchas veces los científicos hablan de oídas y lo que se publica no está hecho en base a experimentos propios…

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cual se generan y validan los proyectos, lo que no está claro, en nuestra opinión, es que este sea un modelo más eficiente que el jerárquico a la hora de planificar y construir la ciudad, visto que se ha demostrado (históricamente) que las formas jerárquicas e institucionalizadas son una manera realmente eficaz de planificar y desarrollar ciudades. Este conflicto se enmarca dentro de la polémica más general sobre si las prácticas del urbanismo emergente pueden ser institucionalizadas o si estas solo pueden actuar al margen de las instituciones.

3.3 Producción p2p e innovación abierta Si todo en la sociedad ha estado siempre determinado en función de cómo se ordena y gestiona el flujo de conocimiento, podemos decir que la sociedad siempre ha sido “sociedad de la información”. Para Benkler (2006) la Commons-­‐based peer production o producción social, se da gracias a unas nuevas circunstancias tecnológicas que hacen posible una nueva forma de controlar y gestionar ese flujo: un sistema que implica que el conocimiento sea patrimonio de todos y todos sean creadores.31 “Por primera vez en la historia el elemento que sustenta la actual economía, la economía de la información, basada en el poder de computación está en manos de la gente”. (Benkler, 2005) El open data, el libre acceso a toda la información generada, es la fuente de energía de la producción social. Se intenta poner trabas a ese flujo de energía para continuar con un modelo de producción donde el conocimiento está centralizado y su acceso restringido. “Hasta ahora para organizar algo había que ser una institución que generaba una plataforma, un lugar, una forma de gestión… ahora la plataforma es genérica, es Internet y no es un gasto. En Flicker todo el mundo puede colaborar en alguna medida y no hay una institución que tenga que contratar en función de sus costes de

31 Una red peer-­‐to-­‐peer, red de pares, red entre iguales, red entre pares o red punto a punto (p2p, por sus

siglas en inglés) es una red de computadoras en la que todos o algunos aspectos funcionan sin clientes ni servidores fijos, sino una serie de nodos que se comportan como iguales entre sí. Es decir, actúan simultáneamente como clientes y servidores respecto a los demás nodos de la red. Las redes p2p permiten el intercambio directo de información, en cualquier formato, entre los ordenadores interconectados.

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mantenimiento en relación a la productividad. Cualquiera aporta lo que quiere” (Sirky, 2005)

“La catedral y el bazar” son las dos imágenes que Eric S. Raymond (1997) propone para describir la confrontación entre estos dos modelos de innovación y producción. El desarrollo colaborativo y abierto de Linux contra el desarrollo de software privativo, cerrado y preferido por la mayoría de las compañías son los ejemplos que ilustran estos dos modelos. “Raymond define “la catedral” como un modelo en el cual una persona o un grupo muy reducido de gente planea todo por adelantado y luego lleva a cabo el plan bajo su propio poder” (Himanen, 2002:55). El desarrollo se produce de manera opaca, de modo que los demás sólo tienen acceso al producto final. En el modelo del “bazar”, en cambio, la posibilidad de intervenir en el concepto original está abierta a todos y estas ideas se confían a otros para ser puestas a prueba desde un principio, de esta manera se puede sacar ventaja de las críticas y correcciones de terceros, mientras que no hay forma de cambiar los fundamentos de algo que se entrega terminado “En el bazar, la gente intenta adoptar diferentes enfoques y, cuando alguien tiene una idea brillante, los demás la adoptan y construyen basándose en ella” (Himanen, 2002:55 ). Raymond argumenta también a favor de la eficiencia de este sitema: “El mundo de Linux se comporta en muchos aspectos como el libre mercado o un sistema ecológico, donde un grupo de agentes individualistas buscan maximizar la utilidad en la que los procesos generan un orden espontáneo autocorrectivo más desarrollado y eficiente que lo que podría lograr cualquier tipo de planeación centralizada” (Raymond, 1997:18). En este cambio de modelo estaría en juego un cambio social: “La característica más destacada de Linux no es tanto técnica, como sociológica. Hasta el desarrollo de Linux, todo el mundo creía que cualquier software de la complejidad de un sistema operativo tenía que ser desarrollado según un método detalladamente coordinado, por un grupo de personas relativamente pequeño y estrechamente unido (...) Linux evolucionó de un modo completamente diferente32. Desde casi el comienzo fue bastante casualmente hackeado por enormes grupos de

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Torvalds, concibe un plan para desarrollar el kernel, el núcleo central, del sistema operativo GNU, que el equipo de Stallman se retrasaba en escribir. Torvalds lanza su propuesta de trabajo a la red, una propuesta que simplifica enormemente el plan del equipo GNU, y ésta es recibida por cientos de programadores que trabajando en modo bazar (según lo calificaría Eric S. Raymond) logran desarrollar para 1991, integrando el nuevo kernel en el trabajo precedente del proyecto GNU, la primera versión completa de un sistema operativo con licencia GPL, sistema operativo que se debe denominar GNU-Linux.

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voluntarios que se coordinaron exclusivamente vía Internet. La calidad se conseguía, no mediante rígidos estándares o mecanismo autocráticos, sino mediante la ingenua y simple estrategia de publicar el código cada semana y recibir feedback de cientos de usuarios al cabo de pocos días, creando una especie de acelerada selección darwiniana de las mutaciones introducidas por los desarrolladores” (Raymond, 1997; citado en Rheingold, 2004:51-­‐52).

Fue un proceso análogo el que llevó a la creación de internet tal y como la conocemos. También sus desarrolladores trabajaban con un modelo de bazar con acceso libre al código fuente. Cualquiera podía aportar sus ideas que después eran aprovechadas y desarrolladas de forma colectiva. Los códigos fuentes de todas las soluciones fueron publicados desde el principio para que cualquiera pudiera utilizar, verificar y desarrollar ese código. El mismo sistema que para el desarrollo de software libre.33 “Todavía hoy Internet no depende de una dirección jerárquica que gobierne su desarrollo, sino que es una comunidad abierta de hackers la que implementa nueva tecnología. Las innovaciones fruto de la discusión en el seno de la comunidad se convierten en estándares sólo si una amplia mayoría de miembros piensa que son buenas y empieza a usarlas”. (Himanen, 2002:127-­‐128)

Esta actitud hacker está ligada a la innovación abierta. Otro ejemplo puede ser, de nuevo, la fabricación del primer ordenador personal, el Apple 1 de Steve Wozniac. El ordenador terminó de construirse en 1976 resultado del trabajo de Wozniac, pero también de la información que se compartía libremente en el Homebrew Computer Club34. Siguiendo los principios de la ética hacker, Wozniac distribuyó libremente los esquemas de su ordenador a otras personas y publicó partes de su programa. Hasta ahora la innovación se ha intentado planificar dentro de las instituciones. Como estamos viendo la tecnología está provocando un movimiento que tiende a desplazar esas instituciones rígidas con una producción basada en expertos, en favor de grupos 33 La composición y el nombre de este grupo de hackers que abrieron camino han ido cambiando muchas

veces desde entonces. En la actualidad se le conoce con el nombre de Internet Engineering Task Force, y funciona bajo los auspicios de la Internet Society fundada por Vinton Cerf, miembro fundador del grupo desde su época de estudiante de informática en UCLA. 34 Una comunidad de hackers que se reunía con regularidad en la zona de la Bahía a mediados de la década de los setenta.

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colaborativos y de una producción social. La innovación social se ha demostrado más eficaz en el nuevo contexto tecnológico definido por la Red. Un ejemplo más es el caso de Flicker. En el modelo institucional, las agencias de fotografía invertían sus recursos en el mantenimiento de una estructura que garantizara una calidad y un proceso de innovación controlado. Las agencias pagaban a unos pocos expertos fotógrafos cuyo trabajo garantizaba un estándar. Flicker está hecho a partir de la aportación de millones de fotógrafos, en su inmensa mayoría amateurs que comparten sus fotos por el placer de hacerlo. Una plataforma como flicker demuestra que la mejor foto no tiene porqué venir de un experto y que los procesos de innovación en estructuras controladas no son tan eficaces. Volviendo a equiparar el modelo de los hackers al de la ciencia, un caso similar es el de Innocentive, una plataforma donde cualquiera puede aportar soluciones innovadoras a cuestiones científicas o técnicas a cambio de un premio. También en el Polymath Project, una iniciativa de Tim Gowers para resolver problemas matemáticos de forma colaborativa podemos seguir esta equiparación. En estos casos la innovación viene a partir de la participación de millones de colaboradores en lugar de un puñado de expertos. La innovación social e innovación abierta implica admitir la presencia de actores a los que no prestamos atención y que irrumpen de forma inesperada. Igual que la invención del avión modificó las leyes de propiedad del suelo35, la nueva tecnología que nos capacita para manipular y replicar una obra también pone en cuestión el concepto de propiedad y el de autoría. Una vez que el conocimiento se hace de todos y cualquiera puede crear a partir de él, la obra pierde valor como objeto único, cambia de categoría y hay que hablar de ella en otros términos, términos que recojan la posibilidad de que se pueda copiar, modificar y distribuir libremente. El modelo institucional-­‐industrial de producir tenía sentido cuando la información era difícil de almacenar y transportar, cuando dependía de un soporte material como el papel en lugar de ceros y unos infinitamente replicables. La nueva tecnología ha cambiado esa situación haciendo completamente irracional todo el sistema. La cooperación y la producción social es más racional y más eficiente dadas las actuales circunstancias tecnológicas.

35 El propietario de un terreno extendía sus derechos de propiedad al infinito hacia arriba. La aparición

del avión provocó un conflicto al verse obligado a atravesar sobrevolando múltiples propiedades y la ley tuvo que ser modificada.

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Efectivamente la producción social se demuestra muy eficaz a la hora de conseguir resultados innovadores, aunque más allá del software libre nos encontramos con traducciones no tan eficientes de esos principios y con la necesidad de encontrar fórmulas que hagan sostenible económicamente una producción social del conocimiento. Hasta ahora la información y el conocimiento se han producido de una forma industrial: quienes producían tenían que obtener una renta a partir de ese producto. Así pues, tanto la información como el conocimiento de las técnicas eran guardados bajo llave puesto que de eso dependía la obtención de beneficios. “La economía industrial de la información quiere seguir haciendo lo que hace: tener el control y el monopolio de ese conocimiento dejándonos en un lugar pasivo a la hora de crear cultura e información” (Benkler, 2005). La ética hacker, originaria de la programación de software, apuesta por lo abierto, el libre acceso y la modificación de lo que existe. El modelo constructor de catedrales trata de mantener su posición a través de leyes de propiedad y poniendo trabas de todo tipo: patentes, copyrigths, etc. “Nuestro estado ya ha criminalizado la ética en la que funda el movimiento de software libre, tergiversando el significado de “hacker” para que designe algo completamente distinto de su sentido original. Junto a ello, el extremismo de la regulación del copyright criminaliza igualmente la creatividad radical que esta red podría generar.” (Lessig, 2009:41)

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Capítulo 4. URBANISMO EMERGENTE 4.1 Beta permanente El concepto de beta permanente, es una buena forma de traducir los postulados del software libre, sus ideas, posicionamientos, práctica organizativa y de producción, al campo del urbanismo y la construcción. Beta permanente hace referencia al estadio de prueba de un software, algo no terminado, flexible y dinámico. El urbanismo emergente adopta esta terminología y el concepto que lleva aparejado. El urbanismo emergente se postula como un proceso para cambiar gradualmente la ciudad, una forma urbana progresiva, una forma flexible y resiliente, un proceso permanente. Constant ratifica esta misma conceptualización a la hora de explicar su idea del urbanismo cuando escribe: “Nuestra concepción de urbanismo no se limita a la construcción y sus funciones, sino a todo uso que pueda hacerse de él o imaginarse para él. Está claro que este uso tendrá que cambiar con las condiciones sociales que lo permitan, y que nuestra concepción del urbanismo es, por tanto, ante todo, dinámica. También rechazamos la instalación de edificios en un paisaje fijo que pasa actualmente por urbanismo. Por el contrario, pensamos que todo elemento estático e inalterable debe ser evitado, y que el carácter cambiante o móvil de los elementos arquitectónicos es la condición de una razón flexible con los acontecimientos que se vivirán en ellos”. (Constant, 2001b:129)

Aplicar el concepto de beta permanente a la ciudad y al urbanismo supone entender los procesos urbanos como procesos abiertos, dinámicos y en constante evolución. Procesos sin un objeto final definido de antemano sino con un punto de partida y una dirección marcada por los deseos para el futuro. Proyectos colaborativos capaces de conjuntar la experiencia y el saber técnico con el saber cotidiano de los habitantes, capaces de traducir las reivindicaciones ciudadanas en propuestas urbanas ciudadanas.

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4.2 Características de los proyectos de urbanismo emergente36 Es con frecuencia en esos lugares residuales del habitual flujo del consumo: solares abandonados, espacios intersticiales sin uso, etc. donde se prueban nuevas formas de hacer ciudad que implican formas experimentales de organización social y de gobernanza junto con formas experimentales de infraestructuras que esas nuevas organizaciones requieren. La ciudad no puede ser para mirar y no tocar, se busca la implicación de los vecinos y usuarios en la producción material de las infraestructuras porque ellas contribuyen a definir las formas de gobernanza al condicionar las formas de interacción posibles. Adolfo Estalella indaga en sus textos esta relación entre el urbanismo en beta permanente y la gobernanza, entre la configuración social de un contexto urbano y su materialidad: “Los talleres en los espacios vacíos, los muebles diseñados en la calle, los solares que acogen las intervenciones de todo tipo constituyen ejercicios en los que se pone a circular el conocimiento necesario para modelar materiales que dan forma a la sociedad, en ellos se diseminan habilidades para planear la ciudad y a través de ello configurar lo urbano […] Componer la ciudad significa tomar parte en el diseño de las condiciones materiales de la política: infraestructuras, conocimientos y espacios que nos permiten desarrollar nuevas sensibilidades en el mundo. Los colectivos de arquitectura en su ejercicio de arquitectura colectiva nos proveen de los materiales para imaginar una ciudad distinta y equipar un nuevo derecho a habitarla”. (Estalella, 2015)

En la ciudad de Madrid son muchos los colectivos que plantean estas iniciativas y desarrollan su idea de arquitectura de este modo. Por citar a algunos de los más relevantes: Basurama 37 , Zuloark 38 , Vivero de Iniciativas Ciudadanas 39 , Todo por la

36 La base de esta lista de características del urbanismo emergente está extraída del estudio “Entre la

excepcionalidad y la informalidad: apuntes para un urbanismo postburbuja”. (Martí-­‐Costa, et al., 2014) 37 http://basurama.org/ 38 http://www.zuloark.com/ 39 http://viveroiniciativasciudadanas.net/

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Praxis40, Pez Estudio41, PKMN42, PEC43, n’UNDO44 y Paisaje Transversal45. Más adelante utilizaremos como ejemplo algunos de sus trabajos. Características de proyectos de urbanismo emergente: 1-­‐ Los proyectos de urbanismo emergente se orientan más hacia la rehabilitación, la reapropiación, el reciclaje de espacios urbanos y materiales en desuso o infrautilizados que a la construcción de obra nueva. Así, la mayoría de estas intervenciones se centran en pequeños y medianos espacios públicos, en bloques o equipamientos sociales y en la reutilización de viviendas. A propósito de la reutilización de viviendas, un buen ejemplo del espíritu que anima estas intervenciones lo encontramos en Gordon Matta-­‐Clark (1974) cuando comenta cómo le gustaría desarrollar su obra (de fondo resuenan ecos situacionistas): “Me gustaría acabar con una idea respecto a la dirección en que mi obra puede desarrollarse (…) Un proyecto específico sería trabajar con un grupo de jóvenes de un barrio determinado e implicarle en la conversión de los abundantes edificios abandonados en un espacio social. De este modo podrían obtener información practica de cómo se construyen los edificios, y sobre las posibilidades de transformación real del espacio. En ese sentido yo podría adaptar mi obra al nivel de la situación dada. No dedicaría más tiempo al tratamiento personal o metafórico del lugar, sino que, finalmente, respondería a la voluntad expresa de sus ocupantes”. (Matta Clark, 1974; citado en Salas, 2014)

Matta Clark está diciendo que sus obras trabajan para visibilizar una situación, (el abandono de bloques de edificios del centro debido al movimiento de las clases medias al extrarradio). Con su obra también criticaba una arquitectura funcionalista 46 que miraba hacia sí misma y no intentaba vincularse con el lugar donde se construía (vinculación que es condición sine qua non para el urbanismo emergente). Es sabido que

40 http://www.todoporlapraxis.es/ 41 http://pezestudio.org/ 42 http://www.pkmn.es/ 43 http://puestopec.blogspot.com.es/2013/02/pec-­‐arquitectura.html 44 http://www.nundo.org/ 45 http://www.paisajetransversal.org/ 46 Idea por otra parte provenía directamente del tratamiento que se le daba a las obras de arte, estas

tenían que tener significado por sí mismas, sus volúmenes tenían que recoger todo su sentido, no debían necesitar nada fuera de ellas para darles sentido o darles valor. El arte era idependiente y debía prescindir de vínculos con otros aspectos de la realidad.

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el artista y arquitecto había conocido a los situacionistas en París estudiando en La Sorbona. Con su intención de utilizar los espacios urbanos en la acción cotidiana de la gente, no cabe duda que está trayendo a primer plano la idea de arte tal como lo entendían los situacionistas. El arte, bajo este prisma, estaría integrado en la vida cotidiana. Por eso Matta Clark insiste en decir que dejará de hacer falta que se siga haciendo obras (artísticas) que sean metafóricas, el arte se habrá superado y será parte de la vida cotidiana de las personas. 2-­‐ Aunque pueda existir una estrategia, las intervenciones de urbanismo emergente no se inician con un plan detallado donde se establezcan los usos, las fases, el plan económico, etc. Prima una mecánica de ensayo y error. Se inician con pequeños tests o actuaciones y se valora en función de los resultados, las posibilidades y las necesidades a corto y medio plazo. Más que planificar se interviene, se prueba y se valora. 3-­‐ Sobre la temporalidad: El urbanismo emergente se sostiene sobre la fabricación de estructuras ligeras y baratas, contra las grandes intervenciones en infraestructuras hechas desde el poder central planificador. Se trata en cierta forma de la efimerización47 de las estructuras, lo que confiere más dinamismo, mayor posibilidad de manipulación, mayor posibilidad de usos que las grandes infraestructuras planificadas propias de una gestión centralizada que requiere de burocracia y de grandes inversiones. Estas estructuras están hechas para un uso inmediato, aquí prima la acción y la intervención por encima de la planificación a futuro. Se trata de estructuras en beta que pueden ir mutando o desparecer en función de las necesidades de usos. Un urbanismo de la incertidumbre, del mientras tanto, de código abierto, entendido como una forma urbana progresiva. El colectivo madrileño Todo por la Praxis, habla en estos términos de la temporalidad en sus proyectos: “La temporalidad permite adaptar los programas en función de las condiciones que pueden llegar a ser cambiantes. Los cascos históricos y los centros de las ciudades son estructuras muy estáticas que no permiten realizar adaptaciones a las condiciones cambiantes de nuevos perfiles poblacionales” (Todo por la Praxis, 2013)

47 La

efimerización, neologismo inventado por el visionario Buckminster Fuller, consistiría en el replanteamiento del uso de materiales y energía gracias a un diseño y una tecnología que permiten desarrollar productos más pequeños, más ligeros y más inteligentes. Hacer más con menos.

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Desde el situacionismo, Constant lo dice así: “Nada será fijo. El nuevo urbanismo existe en el tiempo, es la activación de lo temporal, lo emergente y lo transitorio, lo cambiante, lo volátil, lo variable, lo inmediatamente satisfactorio. Un íntimo vínculo entre deseo y espacio producirá un nuevo tipo de arquitectura para una nueva sociedad.” (Constant, 1960; citado en Wigle, 1998:9) 3-­‐ No se responde a ningún tipo de planificación centralizada, prima la autonomía y la descentralización. Normalmente las intervenciones son impulsadas por vecinos y activistas, pero también es posible el apoyo de la misma administración,48 comerciantes o bien una combinación de diferentes actores. 4-­‐ Prevale la lógica peer to peer, es decir la cooperación y la horizontalidad entre iguales. Las acciones se desarrollan de forma colectiva con la complicidad activa de los usuarios, no solo en el diseño, sino en el propio proceso de construcción del espacio, elaboración de sus componentes y sus mutaciones. Esto implica la deconstrución del papel del arquitecto como experto y su transformación en un personaje nuevo, un habilitador de procesos y donante de conocimientos técnicos que se mezclan con los saberes técnicos de otros expertos y los conocimientos situados de los habitantes.49 5-­‐ Aunque prima el hacer, la cuestión estética es algo valorado. Las intervenciones, las construcciones e incluso la propia documentación generada por esa intervención tienen en cuenta valores estéticos. Muchos colectivos que trabajan en el entorno del urbanismo emergente tienen un gran componente artístico en sus acciones, estas acciones están diseñadas para que su resto documental tenga también una fuerte carga estética. 6-­‐ Se pueden desarrollar en espacios de titularidad pública o privada, lo importante no es tanto la titularidad sino el uso. Así, a veces se actúa en la legalidad, otras en la ilegalidad y algunas en la alegalidad o contando con la permisividad de las 48 Es el caso de Paisaje Tetuan en Madrid. Esta acción se encuentra entre las recogidas en el Plan Estratégico de Cultura del Ayuntamiento de Madrid 2012-­‐2015 (PECAM) y se inscribe dentro de las líneas estratégicas encaminadas al fomento de la creatividad, la participación pública y la difusión en la mejora del paisaje urbano. El proyecto contempla, por tanto, dos ámbitos de trabajo: por un lado el orientado a los artistas y sus intervenciones y, por otro, las tareas de difusión y participación ciudadana. 49 Es el caso de la mayor parte de colectivos madrileños que realizan intervenciones de urbanismo emergente: Todo por la Práxis, Basurama, Zuloark, Paisaje Transversal, Pkmn, Pez, Taller de casquería, displacements… todos ellos están conformados por una mayoría de miembros con estudios en arquitectura.

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administraciones. Un buen ejemplo pueden ser las acciones de Santiago Cirugeda: desde hace 15 años Santiago Cirugeda se encarga de lo que denomina “estrategias subversivas de ocupación urbana”, Cirugeda y su estudio Recetas Urbanas, desarrollan “desde ocupaciones sistemáticas de espacios públicos con contenedores, hasta la construcción de prótesis en fachadas, patios, cubiertas e incluso en solares. Todo ello negociando entre la legalidad e ilegalidad, para recordar el enorme control al que estamos sometidos” (Recetas Urbanas, 2015) Las acciones de Cirugeda son un caso claro de urbanismo emergente: ironizan con la normativa que elimina lo vital de la arquitectura ciudadana improvisada y fuera de control. Las acciones de Recetas Urbanas buscan una colaboración y vinculación con los residentes, usuarios y vecinos. Un ejemplo es su acción “Kuvas S.C.” que sigue siendo una referencia desde su realización en el año 1997 y que consiste en la reutilización de contenedores de escombros para convertirlos en juegos para niños. Ante la contraria respuesta del ayuntamiento de Sevilla a instalar parques y juegos, Cirugeda pidió un permiso para colocar los contenedores que luego convirtió en un espacio para el juego. Las funciones y usos que se pueden generar con dichas reservas urbanas están abiertos a la imaginación del ciudadano: lugar de recreo para niños, foco informativo, sala de lectura, lugar de exposiciones, tablao flamenco, maceta gigante, etc... esta vez “con el permiso institucional”50 Aunque acciones como estas de Cirugeda implican una manipulación o apropiación del espacio público, creemos que el ejemplo paradigmático de acción propia del urbanismo emergente son las iniciativas constructivas ciudadanas implicadas en procesos de activación de solares abandonados que son autogestionados por vecinos y comunidades de uso. En Madrid hay varios casos importantes por cuanto que son proyectos que se han prolongado en el tiempo y que están muy consolidados. Nos estamos refiriendo a El Patio Maravillas51, Esta es una Plaza52 y al Campo de Cebada53. El Patio Maravillas es una 50 Otro ejemplo puede ser Park-­‐ing day, una convocatoria que ya es mundial con la que se insta a ocupar

las plazas de aparcamiento de los coches para darles otro uso. Park-­‐ing day se realiza sin permisos (aunque cada vez más administraciones locales se han apoderado de ella) con la que se pretende poner en cuestión el espacio dedicado al coche en la ciudad. 51 Más información sobre el proyecto en su web http://patiomaravillas.net/ 52 Más información sobre el proyecto en su web: http://estaesunaplaza.blogspot.com.es/ 53 Más información sobre el proyecto en su web: http://elcampodecebada.org/

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ocupación que ha tenido hasta tres sedes distintas en el barrio de Malasaña en Madrid, a día de hoy, la que nos interesa, por implicar algún tipo de actividad constructiva, es la última, la ocupación de solar en la calle Grilo, 9. Donde se han iniciado las obras y la construcción de las instalaciones necesarias para el mantenimiento de un huerto urbano. En el caso de Esta es una Plaza, a la ocupación siguió la negociación y posterior cesión del espacio por el ayuntamiento de Madrid por un periodo de cinco años, actualmente el proyecto cumple seis años y en estos días (junio 2015) están tramitando una renovación de la cesión. Esta es una plaza está situada en el barrio de Lavapiés en la calle Dr. Fourquet Nº24, en sus inicios la primera actividad fue la realización de un huerto comunitario gestionado por la red de huertos urbanos de Madrid54, en la actualidad Esta es una Plaza está gestionada por los propios usuarios, en su mayoría vecinos del barrio que deciden en comisiones y asambleas qué tipo de actividades, construcciones o equipamientos quieren en ese espacio. El Campo de Cebada se levanta en el solar vacío de más de 5500m2 que dejó la demolición del polideportivo de la Latina, propiedad del ayuntamiento, demolición que era parte del proceso de construcción de lo que debían haber sido las nuevas instalaciones del mercado de la cebada, y que ya nunca fue al quedar paralizadas las obras al comienzo de la crisis. El proyecto Campo de Cebada ha podido llevarse a cabo gracias a un convenio de cesión con el Ayuntamiento de Madrid, a través de la FRAVM (Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid y la asociación de vecinos AVECLA), por el periodo prorrogable de un año a partir del marzo de 2011. Al igual que en Esta es una Plaza, El Campo de Cebada es proyecto de iniciativa vecinal para la reactivación temporal del espacio urbano. También es reseñable el espacio Tabacalera, cuyo Colectivo de Autoconstrucción55 lleva iniciativas constructivas tanto en el interior del centro social como fuera. Así describen su trabajo: “Desde la colocación de un enchufe a pensar la ciudad, de la reutilización y aprovechamiento de materiales a la legislación urbanística, de la habilitación de espacios a plantearnos las arquitecturas necesarias, de la relación con lo jurídico y

54 Más información en:

https://redhuertosurbanosmadrid.wordpress.com/page/2/?iframe=true&width=90%25&height=90%25 55 http://blogs.latabacalera.net/autoconstruccion/

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las administraciones a la importancia de los centros sociales en nuestros barrios, en resumen: en la generación de nuevas geografías físicas y sociales de lo común dentro de nuestro entorno urbano” (Colectivo de Autoconstrucción, 2015)

De entre las intervenciones de urbanismo emergente en Madrid, El Campo de Cebada es sin duda el proyecto más relevante, ya sea por el número de grupos implicados, la cantidad de personas que participan en sus actividades y mantenimiento, y por el despliegue de proyectos constructivos de toda índole para dotar al espacio de gran cantidad de posibilidades de actividades diferentes (desde proyecciones de cine, obras de teatro, exposiciones, talleres, deporte…etc. El Campo de Cebada ha acogido eventos como TEDxMadrid y ha sido premiado en el prestigioso festival Ars Electronica) Estos lugares se han convertido en auténticos experimentos en materia de acondicionamiento del espacio público. En El Campo de Cebada y Esta es una Plaza sus elementos constructivos más significativos son unas estructuras que surgen a petición de los usuarios para tener un espacio de carácter polivalente como infraestructura básica, para ser utilizada en principio como almacén o taller. Se han instalado elementos temporales desmontables, realizados con un contenedor marítimo reciclado y estructura de andamio. Estas construcciones son un espacio de encuentro de referencia existiendo una multitud de mobiliario alrededor (mobiliario generalmente fabricado con palés reciclados). En El Campo de Cebada, además, esta estructura funciona a veces como espacio escénico y como graderío o tribuna para las canchas de deporte que se han construido en frente. En definitiva, tanto en el Campo de Cebada como en Esta es una Plaza se ha intervenido con estructuras mínimas sin gran definición programática que sirven para que los actores locales las hagan suyas entendiendo que es una estructura que puede complejizarse, modificarse y alterarse en función de las necesidades. En la actualidad hay una cúpula geodésica en proceso de construcción en El Campo de Cebada realizada a partir de mecanotubos industriales y con una capacidad para 200 personas, la estructura estará cubierta e igualmente estará destinada a servir para múltiples funciones. Sus diseñadores en estos casos Zuloark56 y Todo por la Práxis57 hablan así de estas estructuras construidas:

56 http://www.zuloark.com/

57 http://www.todoporlapraxis.es/

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“La estrategia clave para la consecución de este objetivo se basa en la generación de una infraestructura básica, de muy baja definición funcional cuya apropiación y uso implique un papel activo por parte de la comunidad de uso. La voluntad de base es experimentar producción de infraestructuras y los recursos a través de prácticas colaborativas. […] A partir de estas experiencias obtenemos una lectura que transciende lo que se denomina arquitectura evolutiva, a partir del concepto que autodenominamos como urbanismo evolutivo. Refiriéndonos en este caso a procesos participativos, de código abierto y auto gestionados por iniciativas ciudadanas. Los dispositivos transcienden insertados en proyectos más amplios de construcción colectiva de espacios públicos donde se generan nuevos modelos de gobernanza y nuevos modelos de gestión. El urbanismo evolutivo responde y es consecuencia de un nuevo modelo de organización social que requiere un nuevo modelo de organización espacial y territorial mediante procesos de construcción colectiva de diseño difuso, constante y abierto a la evolución.” (Todo por la Praxis, 2013)

4.3 Comunidades experimentales, comunidades epistémicas “Imaginar un lenguaje es imaginar una nueva forma de vida” (Wittgenstein, 1988 [1959]:19) Estos grupos se enfrentan constantemente a desafíos en el lenguaje que deben utilizar. Desafíos que implican cómo hacer diseños inteligibles para que los utilicen personas que no han tenido nunca relación con archivos para construir. Esto da como resultado todo tipo de exploraciones de géneros, formatos, lenguajes y soportes para describir y documentar la naturaleza de las infraestructuras creadas colaborativamente. Estas prácticas documentales con frecuencia piden la organización de tecnologías de archivos y repositorios donde las especificaciones técnicas son archivadas y están disponibles para que otros las consulten, manipulen, mejoren, etc. Este proceso de indexación y archivo puede ser un desafío en sí mismo y estos espacios con frecuencia se

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convierten en algo más que el lugar donde almacenar documentos, se convierten en espacios de debate e intercambio.58 Estos grupos no solamente ponen en pie materialmente proyectos constructivos y servicios si no que además, desde un enfoque cognitivo, conciben, elaboran y distribuyen competencias y conocimientos. Un nuevo conocimiento emerge en esos espacios urbanos, una nueva experticia: estos espacios dan cabida a una diversidad de conocimientos para componer otra ciudad distinta. Las intervenciones del urbanismo emergente implican desafíos a la institución, a los estándares técnicos, a la legislación y en definitiva al marco de gobernanza actual. Estos prototipos en beta que mejoran y se desarrollan al ser contrastados por las aportaciones de los demás, al igual que las de la ciencia ciudadana, se pueden considerar con el mismo valor epistémico que las que provienen de un laboratorio (Corsín, 2013), ya que a todos los efectos, cumplen las normas básicas de cualquier actividad experimental: se desarrollan en un espacio concreto; se necesita una comunidad de confianza, testigos que verifiquen el experimento, credibilidad; requieren de instrumentos de medición y sistemas para comunicar y hacer público el experimento. “Todas estas condiciones de la ciencia experimental se dan hoy en nuestras calles: los lugares son las plazas, los solares y los huertos, las comunidades de confianza son las asambleas populares y las iniciativas ciudadanas; los instrumentos de medición son el hardware abierto, las licencias libres, nuevos sistemas de archivo e inscripción” (Corsín, 2013). En estos lugares somos testigos de una forma de experimentación urbana: no se trata únicamente de reivindicar un espacio o una infraestructura, sino que con esos espacios y esas infraestructuras se ponen en práctica formas experimentales de organización ciudadana y otras formas de hacer ciudad. La organización en torno a proyectos de urbanismo emergente son experimentos de formas políticas y culturales nuevas. “ecologías políticas del urbanismo open source” (Corsín, 2013) formas políticas y 58 Hay muchos repositorios online, pero uno de los lugares de referencia es la web de Inteligencias colectivas. Un espacio para visualizar y compartir nuevas técnicas y soluciones constructivas propias del urbanismo emergente. Inteligencias Colectivas es: “un lugar de encuentro, una base de datos libre y un registro de detalles constructivos colectivos a partir de ejemplos reales de construcciones no estandarizadas e inteligentes” http://www.inteligenciascolectivas.org/

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culturales que a su vez experimentan con nuevas formas de producción. Para Fred Turner (2011) son la “infraestructura cultural para la producción social”59. Así explica Zuloark este proceso experimental en El campo de Cebada: “Para nosotros siempre ha sido (El Campo de Cebada) como un experimento, un testeo, un laboratorio donde nosotros vamos probando ideas, probando ciertas cosas que nos parecen interesantes a nivel urbano y de cómo se genera la ciudad, cómo se regenera el tejido urbano a través de la participación ciudadana… es un constante experimento, para nosotros es un campo de pruebas muy interesante […] era el propio barrio el que demandaba eso y nosotros aportamos nuestras ideas sobre urbanismo […] no estamos copiando un modelo y reflejándolo ahí sino que entre todos estamos desarrollando un nuevo modelo de participación ciudadana” (Zuloark, 2014)

En este sentido de “conocimiento experimental” queremos destacar la iniciativa de Ciudad Escuela60, desarrollada por el esfuerzo conjunto de varios colectivos además de Adolfo Estalella y Alberto Corsín (Prototyping) y Domenico di Siena. Con Ciudad Escuela se trata de hacer “una pedagogía urbana open-­‐source”. Ciudad Escuela es un proyecto de “reamueblamiento – conceptual, político e infraestructural – de la ciudad contemporánea” (Corsín y Estalella, 2014). Desde esta plataforma se intentan poner en pie otros relatos posibles sobre la ciudad. “Ensayamos imaginarios, herramientas, juegos y lenguajes urbanos que nos gustaría sirvieran para empoderar otras políticas […] para liberar y emancipar las materialidades políticas de la ciudad” (Corsín y Estalella, 2014) Otros como Antonio Lafuente sugieren que la imagen que mejor se ajusta a estos espacios de desarrollo de la cultura libre no es el laboratorio sino la cocina: “La kitchen es un espacio plagado de máquinas y artefactos altamente tecnológicos. También es un espacio para hacer pruebas, innovar procedimientos, contrastar recetas y, en consecuencia, puede ser visto como un lugar donde desplegar modos de sociabilidad experimental y abierta. También es un espacio donde se despliegan formas particulares de vida en común que, en términos generales, habría que

59 Fred Turner define de esta manera Burning Man, el evento que tiene lugar una vez al año en el desierto

de nevada y que consiste en la creación de una ciudad temporal. Para Turner, Burning Man supone la creación de un prototipo social basado en la producción p2p, un mundo que implica información, tecnología y sociabilidad fuera de las reglas del mercado. Burning Man podría ser una nueva forma de infraestructura cultural que proporciona soporte ideológico, soporte estructural (a la construcción de redes sociales y profesionales) y una nueva forma de fabricar el espacio. 60 http://ciudad-­‐escuela.org/

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describir como menos discursivas que prácticas y más compartidas que reservadas. La cocina es un lugar de encuentro informal, esporádico y hospitalario. La cocina es el espacio amateur por antonomasia y, sin duda, un complemento del imprescindible garaje, ese donde nació el rock y brotó la cultura del Silicon Valley […] La cocina es un espacio hacker donde todo está al servicio del usuario y ningún diseño parece lo bastante inflexible como para no adaptarse a las demandas emergentes” (Lafuente, 2014b)

La generación colectiva de conocimiento dentro de estas comunidades es “experiencial” está encarnado y basado en lo que afecta a la comunidad; tiene un carácter abierto, no cerrado por límites disciplinares o institucionales. La construcción colaborativa crea verdaderos acontecimientos epistémicos colectivos61, “Los talleres en los espacios vacíos, los muebles diseñados en la calle, los solares que acogen las intervenciones de todo tipo constituyen ejercicios en los que se pone a circular el conocimiento necesario para modelar materiales que dan forma a la sociedad, en ellos se diseminan habilidades para planear la ciudad y a través de ello configurar lo urbano” (Estalella, 2015)

En estos lugares y estas comunidades se articulan mecanismos y medios para dotarnos del poder de hablar de otra manera. Desde este punto de vista, “son los lugares desde donde se construye un nuevo lenguaje para una nueva ciudad. Toda esta acción amateur en la ciudad es una experimentación” (Corsín, 2014) o en palabras de Foucault, el conocimiento implica también los lugares desde donde poder generar un discurso propio. “Un saber es también el espacio donde el sujeto puede tomar posición para hablar de los objetos que conforman su discurso” (Foucault, 1969; citado en Lefebvre, 2013 [1974]:65) Es en estos espacios urbanos y gracias a la intervención del urbanismo emergente donde se produce un reencuentro con lo urbano en los términos que lo describe Lefebvre: “Todo lenguaje se sitúa en un espacio; todo discurso dice algo sobre un espacio” (Lefebvre, 2013 [1974]:184)

61 La epistemología para Lefebvre se refiere al saber adquirido, pero también al lenguaje de dicho saber

(Lefebvre, 2013:185)

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Capítulo 5. FABRICACIÓN DIGITAL: El software libre como modelo para producir colaborativamente una nueva ciudad. La fabricación digital surge de la unión del diseño digital y la maquinaria controlada por ordenador o CNC (Computer Numeric Control, control numérico por ordenador). La historia de la fabricación digital va, por lo tanto, en paralelo al desarrollo del ordenador. En la década de los 80 se introdujo el diseño asistido por ordenador y los programas CAD (Computer Aided Design o diseño asistido por ordenador) para el dibujo más eficiente de planos arquitectónicos; a finales de los 80 se empezó a trabajar con los primeros programas 3D que servían para generar vistas y perspectivas (renders) para la visualización de proyectos; a mediados de los 90 la nueva tecnología ya permitió diseñar y proyectar construcciones imposibles de realizar hasta el momento62; a principios del siglo XXI comienzan las primeras experiencias de fabricación digital, que consiste en la fabricación material de formas diseñadas digitalmente mediante el uso de maquinaria controlada por ordenador capaz de interpretar directamente los archivos digitales para el corte o modelado de elementos materiales. Estos procesos se denominan F2F (File to Factory) “con esta expresión se describe la relación directa entre los archivos digitales y la fabricación de elementos arquitectónicos sin la intervención de dibujos en papel u otro tipo de mediaciones manuales” (Pérez de Lama, 2012:4) En la actualidad existen numerosos proyectos de máquinas de fabricación personal y una amplia comunidad global, académica, amateur y empresarial trabajando en este campo: Reprap63, Makerbot64, Shopbot65, son algunos de lo proyectos de hardware más conocidos; y Thingiverse 66 , Instructables 67 y Ponoko 68 son las plataformas de distribución y repositorios más populares de archivos digitales para fabricar. El éxito del software libre ha hecho que esta nueva forma de producción y distribución intente importarse desde otros ámbitos (Lessig, 2009; Barahona et al., 2003; Kelty, 2008) entre ellas al campo de la arquitectura. Que sea posible fabricar objetos y

62 Los casos paradigmáticos son los proyectos de estudios de arquitectura como el de Frank Gehry y Zaha Hadid, diseños caracterizados por el protagonismo de formas orgánicas que hubieran sido imposibles de realizar sin los nuevos programas de diseño por ordenador. 63 http://reprap.org/ 64 http://eu.makerbot.com/shop/es/?gclid=CMa0usjX68UCFU2WtAodT0sA9Q 65 http://www.shopbottools.com/ 66 https://www.thingiverse.com/ 67 http://www.instructables.com/ 68 https://www.ponoko.com/

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elementos constructivos digitalmente abre la posibilidad de trasladar los presupuestos, prácticas y herramientas de las comunidades del software libre y el código abierto al ámbito del diseño y la fabricación digital de la arquitectura. De la misma manera que ha ocurrido con otros objetos que han sufrido un proceso de digitalización como la música, las imágenes, los textos o algunos dispositivos electrónicos, la fabricación digital nos permite pensar en objetos constructivos open source sujetos a procesos de innovación abierta dentro de una producción social, procesos y objetos que a priori encajarían perfectamente en contextos como el del urbanismo emergente. Estos objetos digitales traídos desde el concepto de software libre69 se designan con los términos FLOS objects y FLOS machines (free libre open source objects / free libre open source machines; objetos y máquinas open source) Pero “La traslación de los conceptos de la cultura libre al ámbito de lo arquitectónico, sin embargo, no es inmediata” (Pérez de Lama et al, 2012:11). De entrada, hay una diferencia esencial entre la fabricación de estructuras open source, y el desarrollo de software libre: en software, el diseño y el producto final son una y la misma cosa. El código mismo es a la vez diseño e infraestructura. En el caso de la construcción de estructuras urbanas es posible que los diseños sean abiertos y accesibles, pero no así el proceso de construcción. Como en el resto de proyectos de hardware, diseño abierto y acceso abierto son cosas distintas. En este sentido, cuando los colectivos y comunidades que trabajan en proyectos de urbanismo emergente hablan de open source se están refiriendo a las dos cosas: el acceso al diseño y a la participación en el proceso constructivo.

5.1 Diseño P2P Por diseño p2p entendemos la metodología de trabajo y las prácticas productivas colaborativas necesarias para el desarrollo de modelos y diseños constructivos. En el contexto del urbanismo emergente, el diseño p2p se traduciría en el trabajo colaborativo 69 Estos objetos cumplen buena parte de la definición que da Bruce Sterling (2005) para sus Spimes: Un

objeto se puede considerar un spime cuando toda su información esencial está almacenada en la red. Además, los spimes son objetos tan cargados de significado que implican su propia tecnocultura, son la materialización de un sistema relacional e informacional complejo.

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detrás del desarrollo de modelos 2D o 3D que después se fabricarán. Los archivos digitales son manipulables y susceptibles de mejora en un proceso de colaboración en red de la misma manera que lo era en el desarrollo de software libre. No es nada que el urbanismo emergente no esté haciendo ya, pero esta vez llevando el proceso colaborativo de diseño al ciberespacio y al diseño por ordenador. Kelty (2005) señala 5 aspectos que deberían ser tenidos en consideración para generar un ecosistema similar a la del software libre en el ámbito del diseño y la producción arquitectónicas: “la creación de un movimiento y un conjunto de principios comunes; la implementación de estrategias para compartir el código / conocimiento; la concepción de los sistemas abiertos; el diseño de las licencias de distribución y la organización de los procesos colaborativos”.70 (Kelty, 2008; citado en Pérez de Lama et al. 2012:11) Todas estas condiciones tecno-­‐sociales71 de las comunidades de software libre, se dan ya en las comunidades de urbanismo emergente por lo que de nuevo nos parecen un entorno apropiado para que se implementen los objetos y máquinas FLOS destinadas a la construcción. Hay más razones por las que la fabricación digital es a priori una herramienta válida para ser utilizada en el urbanismo emergente: -­‐ Los archivos desarrollados colaborativamente pueden ser compartidos y consensuados con facilidad, pero además, estos diseños pueden ser modificados con facilidad favoreciendo el aspecto en beta permanente, dinámico, cambiante y temporal de las intervenciones del urbanismo emergente. -­‐ Se pueden recopilar con mucha facilidad y generar registros muy sistemáticos. -­‐ La fabricación es directa a partir del archivo digital. Esta inmediatez favorece las intervenciones a corto plazo, la experimentación ensayo y error, la validación a partir de la acción propia del urbanismo emergente. -­‐ La fabricación digital personal proporcionaría autonomía respecto de cualquier otra 70 El proyecto @NCD (At No Cost Design) global design collaborative, cuyos autores eran Ted Ngai y Kai Riedesser es uno de los pioneros. El proyecto de tesis de máster no proponía un edificio, diseño urbano u ordenación territorial, sino un concepto logísticoorganizativo para una producción alternativa de la arquitectura, según una lógica global, distribuida y colaborativa, paralela a la de los desarrollos pioneros de software libre. @NCD se basaba en una plataforma online a la que diseñadores distribuidos globalmente subían diseños arquitectónicos, que iban desde componentes estructurales a edificios completos, creando una repositorio de productos arquitectónicos de código abierto disponibles para su descarga, uso y modificación, tanto por parte del público como por parte de otros diseñadores. El sistema se configuraba además de forma análoga a como se organiza el software, esto es, mediante objetos, módulos y paquetes susceptibles de ser combinados entre sí. 71 O configuraciones actor-­‐red en la terminología de Bruno Latour (2005)

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forma de fabricación disponible en el mercado. -­‐ La mayor parte de herramientas están destinadas a la fabricación o corte de piezas ligeras, justo lo que hace falta para las estructuras dinámicas, temporales y sin mucha definición protagonistas de las intervenciones del urbanismo emergente. Todo apunta a que las herramientas de fabricación digital facilitarían el trabajo de intervención constructiva y la manipulación del entorno material urbano que realizan estos grupos. Si efectivamente todo diseño y toda estructura material es política, también el diseño y la fabricación digital parecerían estar llamados a impulsar los postulados políticos y los objetivos del urbanismo emergente. "Todo diseño, todo mantenimiento, toda administración es política. Esto lo hemos sabido desde hace décadas, si no siempre, pero siempre se ha concebido como una sub-­‐política, un campo de tácticas, no de estrategia. El software libre ha sido concebido por algunos como estrategia, estrategia material y de infraestructura, como estrategia para un nuevo mundo" (Kelty, 2013)

5.2 Fab labs Los Fab labs son una pieza clave a la hora de posibilitar la implantación de la fabricación digital en el urbanismo emergente ya que, en buena medida, el acceso a las herramientas de fabricación digital se hace posible a través de ellos. Los Fab labs son según la definición de Neil Gershenfeld72 “una red global de laboratorios locales, que posibilitan la invención dando acceso a los individuos a las herramientas de fabricación digital” En cuanto a su equipamiento e intenciones el mismo autor los describe así: “Un Fab Lab es una colección de máquinas y componentes comercialmente disponibles relacionadas mediante software y procesos desarrollados para fabricar cosas. Los primeros Fab labs tienen una cortadora láser controlada por ordenador para construir estructuras tridimensionales a partir de piezas planas, una fresadora

72 Gershenfeld

es el director del Center for Bits and Atoms del MIT (Massachusetts Institute of Technology) que desde 2005 encabeza el proyecto de la red global Fab lab y es uno de los principales referentes de investigación y experimentación práctica en el ámbito de la fabricación digital. Fab lab Network /http://fab.cba.mit.edu

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de control numérico para fabricar muebles (la que hemos utilizado en nuestro caso práctico) y elementos arquitectónicos de escala doméstica, un plotter de corte para producir plantillas, circuitos legibles y antenas, una fresadora de precisión (con resolución de micrones) para hacer moldes tridimensionales y placas electrónicas rígidas, y herramientas de programación para diseñar circuitos integrados de bajo coste y alta velocidad... ésta no es una configuración estática, la intención con el paso del tiempo es reemplazar los componentes del Fab lab por componentes hechos en el propio Fab lab hasta que finalmente los laboratorios mismos sean autorreplicables” (Gershenfeld, 2005; citado en Pérez de Lama et al. 2012:7)

Hay varios tipos de Fab labs que podrían formar parte del ecosistema del urbanismo emergente: el primero y más importante sería el de los Fab labs comunitarios (como los que componen la red del MIT) que centran su investigación en los potenciales de innovación social de estas tecnologías. Están más dirigidos a la creación de equipamientos urbanos de escala barrio en los que se socialice la tecnología y la innovación, y en los que se fabriquen objetos y dispositivos orientados principalmente a satisfacer necesidades cotidianas, desde muebles a utensilios, aunque también elementos constructivos o infraestructurales de pequeña y mediana escala73 (Pérez de Lama, 2012). Un segundo tipo de Fab lab sería el de la llamada fabricación personal, que tendría un carácter parecido al anterior pero centrado en el ámbito doméstico. Este modelo plantea la hipótesis de un proceso análogo al del ordenador durante los últimos 30 años, en los que éste pasó de equipamiento singular y exclusivo de centros de investigación y universidades a artefacto doméstico. A estos últimos modelos se les denomina fabbing y a sus protagonistas fabbers. El fab lab está inscrito en la cultura del juego y la experimentación de la misma manera que lo estaban los clubs de hackers de los 80. Las comunidades de urbanismo emergente dotadas del potencial de un Fab lab tienen la capacidad de, utilizando los mismos protocolos, fabricar elementos constructivos igual que los primeros hackers generaban software libre. Podríamos seguir alargándonos con los paralelismos… todo hace pensar que la fabricación digital sería una herramienta muy conveniente para el urbanismo emergente a la hora de expresar y ejecutar su ideario, pero como veremos hay factores que impiden su implantación y su uso por parte de estas comunidades. 73 Un buen ejemplo en Madrid sería el Fab lab de Medialab-­‐Prado

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Capítulo 6. MAKE A SITy: Breve memoria del caso práctico 6.1 Introducción Como herramienta práctica para esta investigación proponemos MAKE A SITy74. MAKE A SITy es un proyecto de diseño y fabricación open source de elementos de mobiliario urbano a partir del trabajo colaborativo con modelos 2D y 3D: Queremos hacer un banco para sentarse bajo licencia creative commons. MAKE A SITy, además, participa junto con otros proyectos en Madrid Laboratorio Urbano75, una iniciativa de Medialab-­‐Prado que propone explorar la relación entre ciudad, cultura digital y procomún a través de un programa que incluye un taller de producción colaborativa. El objetivo final de Madrid Laboratorio Urbano es: “generar un espacio de colaboración donde puedan encontrarse los proyectos locales e iniciativas internacionales para diseñar y prototipar nuevas herramientas y experiencias y, de ese modo, propiciar un debate y reflexión sobre el significado del procomún y la cultura digital en la evolución de la ciudad.”76 MAKE A SITy se ha desarrollado desde marzo hasta noviembre de 2014. Durante toda la duración del proyecto la convocatoria ha estado abierta a diseñadores, makers y fabbers, artistas 3D y en general a cualquiera interesado en aportar sus competencias en fabricación digital y DIY. Fruto de este trabajo colaborativo han surgido los diferentes modelos y prototipos que se han fabricado. Pensamos que una experiencia de este tipo como caso de estudio podría ayudarnos a confirmar o desmentir algunas de las hipótesis planteadas al principio de esta investigación. El banco es nuestro prototipo, un artefacto con el que queremos poner a prueba algunos de los planteamientos teóricos en torno al urbanismo emergente que hemos manejado en este trabajo. En general, pensamos que este proyecto es relevante en cuanto a que puede suministrarnos una idea más precisa de las posibilidades del empleo de la fabricación digital en el contexto del urbanismo emergente.

74 “MAKE A SITy” El título de nuestro proyecto, pretende ser un juego de palabras. La traducción sería

“hacer una ciudad/ hacer un asiento” 75 Enlace a Madrid Laboratorio Urbano: http://medialab-­‐prado.es/article/madridlaboratoriourbano 76 Texto de Juan Freire en la apertura de convocatoria de proyectos para Madrid laboratorio urbano. http://medialab-­‐prado.es/article/madridlaboratoriourbano

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6.2 ¿Por qué un banco? Hemos comprobado cómo los bancos públicos son una especie en extinción en el centro de Madrid. La presión comercial está haciendo que la calle sea cada vez menos un común urbano y cada vez más un entorno pautado y dirigido únicamente hacia el consumo. Hasta tal punto es así que es prácticamente imposible sentarse por la calle sin estar obligados a consumir en alguna terraza o local77. Representación visual de la distribución del espacio público entre terrazas y bancos públicos en el barrio de Malasaña en Madrid

Son significativas las declaraciones en este sentido que hemos podido recabar directamente del ayuntamiento en una entrevista con Lydia Navarro, Jefe del Servicio de limpieza urbana y equipamientos, quien afirma que “ha habido una fuerte apuesta por las terrazas en el distrito centro”78. También hemos tenido en cuenta las declaraciones de Enrique Núñez, concejal del distrito de Malasaña cuando dice que “el Ayuntamiento perseguía combatir el botellón dejando que las terrazas ocuparan las plazas” (Pérez, 2009) En esta entrevista el concejal anuncia además lo que será una práctica sistemática por parte del ayuntamiento, la ocupación comercial del espacio público:

77 Un estudio exhaustivo sobre la relación entre metros cuadrados dedicados a espacio comercial y mobiliario público lo podemos encontrar en este artículo del periódico Somos Malasaña del 19 de mayo de 2015 (http://www.somosmalasana.com/mesas-­‐vs-­‐bancos-­‐la-­‐perdida-­‐del-­‐espacio-­‐publico-­‐frente-­‐al-­‐ privado-­‐en-­‐madrid/) otros artículos relacionados: Yorokobu (http://www.yorokobu.es/bancos-­‐ urbanos/) (http://www.yorokobu.es/te-­‐comerias-­‐un-­‐bocata-­‐en-­‐esta-­‐plaza/) 78 A pesar de nuestra insistencia no se nos facilitó el acceso a los datos anteriores a 2012 alegando que solamente estaba disponible el inventario a partir de ese año (2014). El recorte en el número de bancos resulta maquillado en los datos que nos proporcionó el ayuntamiento ya que desde el año 2012 el número de bancos permanece más o menos estable en el distrito centro. Siendo el periodo 2009-­‐2011 en el que más bancos se eliminaron de las calles del centro.

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“-­‐ Revista Somos Malasaña: La creación de plazas duras y su ocupación por ferias de dudoso interés para los vecinos es motivo también de quejas vecinales. -­‐ Enrique Núñez […] No soy amante de llenar las plazas de ferias de comercio pero cuando llegué al distrito me encontré con que eran una solución para ocupar un espacio. De lo que se trataba era de consolidarlas como espacios públicos para los ciudadanos, de recuperarlas y consideré útiles este tipo de ferias. Les estamos buscando alternativas y en cuanto pueda me las cargaré. De hecho, en Luna pronto sacaremos a concurso un kiosco de hostelería fijo para todo el año, que de vida a la plaza. Un lugar donde poder tomarse un café o algo. Esto junto con la comisaría que se abrirá en breve en la misma plaza transformará definitivamente la zona.” (Pérez, 2009)

Esta condición del espacio público en Madrid es la que nos ha motivado a llevar a cabo nuestra acción: Queremos propiciar una dinámica de reapropiación del espacio público a través de la fabricación colaborativa de elementos de mobiliario público. Nuestro banco funciona en dos niveles: como conjunto de archivos 2D y 3D genera vínculos en torno a la innovación en una producción colaborativa (efectivamente, como objetos digitales, podrán ser descargados por ciudadanos y diseñadores para ser usados, copiados, modificados y vueltos a distribuir; pero también y más importante, funcionan como propias infraestructuras: nuestros dispositivos son bancos y también soportes para sentarse en la calle que haremos aprovechando las estructuras ya existentes). El banco cumple muchas de las características del urbanismo emergente: es una estructura que contribuye al equipamiento de las áreas donde se instala y es un dispositivo posibilitador de nuevas relaciones sociales y políticas creada gracias a una transferencia de innovación ciudadana desde lo digital a la capa material de la ciudad.

6.3 Límites de nuestro caso práctico. Nuestro banco se acerca tanto a una experiencia real de urbanismo emergente como pueda serlo una acción que prescinda de la vinculación con los vecinos o usuarios. Nuestro banco sí es fruto del trabajo de una comunidad (nosotros los desarrolladores) pero carecemos de una vinculación fuerte con los lugares donde después se instalará el banco (más allá de ser usuarios ocasionales del espacio público de esta ciudad)

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Podríamos decir que nuestra acción es una intervención en el espacio público, una intervención que reclama la participación de los ciudadanos en la gestión del espacio urbano, una intervención que propone formas de interacción ciudadana a través de la manipulación del entorno material, pero esta intervención no tiene la vinculación social que en nuestra opinión es condición de posibilidad para hablar con rigor de urbanismo emergente.

6.4 Metodología: proceso de diseño Previamente al proceso de diseño realizamos un trabajo de documentación para conocer mejor los estándares de la industria y el entorno material en el que nos movíamos: cuál es la altura normal para un banco, cuál es la curvatura más usada de respaldo, cuales son los materiales con más presencia, etc. Esta información la obtuvimos de las propias empresas fabricantes y de un trabajo de campo informal en el que contrastábamos las características estructurales de las diferentes tipos de bancos que encontrábamos por el centro de Madrid. El proceso de diseño ha estado dirigido a partir una conceptualización en 3D. Hacer una visualización en 3D permitía poder discutir rápidamente las potenciales ventajas o inconvenientes de un modelo.

Después, una vez consensuado el diseño definitivo, se transcribían las características de ese modelo 3D a un modelo 2D con las medidas reales para posibilitar el prototipado. Algunos de los criterios que se utilizaron en el proceso de diseño fueron:

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1 El banco tenía que ajustarse a las dimensiones y la ergonomía de un banco real y tenía que ser perfectamente funcional. El proyecto no era solamente concebir un banco sino fabricarlo e instalarlo en el espacio público. 2 El banco estaría hecho a partir de la repetición de un módulo para que cualquiera que lo fabricara pudiera darle la longitud que deseara únicamente repitiendo el número de módulos y uniéndolos a través de piezas ensambladoras que serían también parte del diseño. 3 Los materiales debían tener en cuenta diferentes variables: cantidad de material necesario para su fabricación, disponibilidad, fuerza estructural, coste económico… En un primer momento se contempló la posibilidad de utilizar un material reciclado de la construcción cuya distribución ya se realizaba en módulos, el poliestireno extruido. Al final decidimos que la madera DM hidrófuga79 era el material óptimo para nuestro proyecto. La simplicidad de su manipulación y su fácil acceso fueron factores decisivos. 4 El respeto a la normativa en cuanto a componentes no era una limitación, el banco solamente tenía que tener la resistencia suficiente para su uso previsto, esto es, el de poder acomodar a dos personas sentadas en él y estar lo mejor preparado posible para soportar la exposición a la climatología exterior. Descartamos desde un principio la utilización de partes metálicas, uno de los componentes estructurales fundamentales en casi todos los diseños de bancos que investigamos, ya que, a pesar de que algunas herramientas de fabricación digital pueden tratarlas (el caso de la cortadora láser para finas láminas metálicas de aluminio) consideramos que no son demasiado eficaces para generar estructuras de las dimensiones que necesitábamos. Además su tratamiento es más costoso, más complejo y requiere muchos más recursos. 5 Por supuesto el diseño debía evitar los elementos estructurales o añadidos que tuvieran por objeto disuadir de su uso. Por ejemplo darle una inclinación al banco para que la gente solamente pueda sentarse mientras ejerce fuerza con los pies, con lo que se 79 El tablero DM es una clase de aglomerado hecho en fibras de madera con resinas sintéticas a través de

alta presión y temperatura, en seco, con este proceso se consigue la Densidad Media., de ahí su denominación, DM, o MDF (las siglas de Medium Density Fibreboard).

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consigue disuadir al usuario de pasar mucho tiempo sentado. 6 Los criterios de tipo estético que en principio fueron descartados, terminaron condicionando la forma definitiva del banco: el grupo optó por un diseño más orgánico y de formas redondeadas frente a uno más sencillo y estrictamente funcional.

6.5 Software empleado Aunque en un principio nuestra intención era utilizar íntegramente herramientas de software libre o open source, durante el proceso de diseño, y por cuestiones relativas a la compatibilidad y a la estandarización, optamos por trabajar con software privativo, en concreto con la versión de 2014 de Autocad para los archivos 2D destinados a la fabricación. El diseño 3D se llevó a cabo con Blender, un software libre, gratuito, de fácil instalación y compatible con todos los sistemas operativos más importantes. Los motores de render que empleamos sí eran privativos, de manera que desde Blender se exportaban archivos con extensión .obj que después eran iluminados, texturizados y renderizados con Maxwell Render, un motor de render fotorrealista. Aunque el proceso hubiera sido igual utilizando otros software por ejemplo Qcad, Libre cad o Brl-­‐cad, la utilización del software privativo nos garantizaba la mayor compatibilidad y un workflow más fluido entre la gente que se acercara a colaborar y que por lo general estaban ya familiarizados con ese software.

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6.6 Proceso de fabricación Queremos reseñar aquí algunos de los hitos más importantes que marcaron el proceso de fabricación: La primera parte del proceso de fabricación se concentró en obtener el módulo tipo, cuya repetición compondría el cuerpo principal del banco. Para ello se realizó una maqueta con una cortadora por hilo candente en poliestireno expandido a partir de la cual se hizo un primer intento de fabricación con la cortadora láser. Este trabajo se realizó durante la primera parte del taller Madrid Laboratorio Urbano entre los días 28 de mayo y 1 de junio de 2014. Los resultados utilizando la cortadora láser resultaron ser muy poco esperanzadores: la cortadora láser no era capaz de gestionar el ancho de madera requerido para los módulos de nuestro banco. La única opción posible dentro del espectro de herramientas de fabricación digital era la cortadora cnc, una broca rotativa de corte que se mueve en tres ejes controlada por ordenador, con mucha más capacidad de corte y de calado que la cortadora láser. Desgraciadamente la cortadora Shop bot de Medialab no estaba todavía en funcionamiento. Comenzó entonces la búsqueda de una cortadora cnc por los distintos Fab labs y empresas con servicio de corte cnc de Madrid: -­‐ Makespace era nuestra primera opción. Makespace es un espacio destinado a la fabricación digital y a la innovación tecnológica con una base colaborativa gestionado por una asociación sin ánimo de lucro e impulsada por los miembros de una comunidad (en la actualidad de 50-­‐60 personas) cuyo punto de encuentro es el local que tienen en

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el número 16 de la calle Pedro Unanúe. Makespace tiene una peculiaridad, ahora mismo el espacio está soportado por las cuotas de la comunidad de usuarios, esto es muy importante si tenemos en cuenta que todos los Fab labs existentes en España son dependientes de alguna institución. (Pérez de Lama et al., 2014:56)

A pesar de la calurosa bienvenida en Makespace, las características de la cortadora de que disponían no eran suficientes para fabricar nuestros módulos así que contemplamos otras alternativas como el Colaboratorio80 el Fab lab dependiente de la universidad politécnica de Madrid, cuyos equipos se ajustaban perfectamente a nuestras necesidades, como la cortadora cnc Alarsis de grandes dimensiones; pero la distancia desde el centro de Madrid y sobre todo, tanto el precio por hora de corte como el precio de la suscripción trimestral (50 euros y 350 euros respectivamente) nos disuadió de hacer el intento. En el mercado libre, los presupuestos de las principales empresas dedicadas al corte cnc (ControlMad81, AlcaláFAB82, EXarchitects83) rondaban los 70 euros por hora de corte, algo completamente fuera de nuestras posibilidades. Por suerte la cortadora cnc de Medialab quedó arreglada a partir del 10 de agosto. Después de varias jornadas de calibraciones y puestas a punto de los componentes, por fin la máquina estaba preparada y todo listo. La fabricación del prototipo final comenzó el día 20 de septiembre, justo a tiempo para la segunda parte del taller que tendría lugar los días 4 y 5 de octubre. Nuestro banco estaba listo para replicarse y fabricarse en cualquier lugar del mundo con acceso a un ordenador y una cortadora cnc. 80 https://colaboratoriounidad.wordpress.com/2013/10/15/fablab-­‐upm/ 81 http://www.controlmad.com/

82 http://www.alcalabfab.com/ 83 http://exarchitects.com/

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Debido a una limitación de tiempo y disponibilidad del Fab lab de MediaLab alguno de los proyectos por el que el grupo había apostado y cuyos diseños estaban muy avanzados se quedó sin realizar. Nos estamos refiriendo a la fabricación de soportes para sentarse que utilizaran estructuras previamente existentes, es el caso de la plaza de los cubos (plaza de Emilio Jiménez Millas) donde teníamos intención de instalar un asiento cuya estructura se acoplara (o completara) la barandilla que recorre toda la plaza y que en la actualidad funciona únicamente como ornamento. A pesar de que MediaLab cedía gratuitamente sus instalaciones y que no pagábamos por hora de corte, el precio total de la fabricación del banco ronda los 250 euros, una cantidad de dinero equiparable al precio en el mercado de muchos de los bancos que vemos en las calles de Madrid.

6.7 Instalación: Plaza de Callao Callao es lo que los urbanistas llaman una plaza dura. El equipamiento existente es testimonial: dos únicos bancos individuales que han sido fagocitados por la terraza de Starbucks. Como hemos visto hay una razón de tipo económico detrás de esto y es que sin equipamiento el coste del mantenimiento es mínimo, pero sobre todo, sin equipamiento la plaza queda libre para destinarla a actividades de ocio dirigido, actividades que permiten establecer construcciones temporales de ocio regulado. El espacio ha sido diseñado estrictamente como lugar de paso y de actividad comercial: eventos promocionales, terrazas de franquicias, tiendas multinacionales, etc. No hay ningún elemento que haga posible otra actividad o que favorezca otro tipo de

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interacción. Todo en esta plaza parece quedar bajo el control de quien gestiona el espacio. Qué se debe hacer y cuándo está regulado. En la actualidad, se puede considerar todo el centro de Madrid como un centro comercial a cielo abierto. Las políticas de peatonalización han ido dirigidas también en este sentido. Un ejemplo pueden ser las calles Fuencarral y Arenal en las que tras la peatonalización se han eliminado la práctica totalidad de los bancos para sentarse, imponiendo a la calle la misma dinámica que en una galería comercial. Callao es un lugar que ejemplifica cómo la estrategia seguida por la administración ha sido la de considerar el espacio público únicamente como parte de un ciclo de productividad y consumo. Los mensajes que recibimos y los espacios que atravesamos ya no están concebidos para el ciudadano sino para el consumidor. La lucha contra el deterioro del espacio público en cuanto desviación monodimensional hacia el consumo y lo comercial representa la base de un discurso, también suscrito por el urbanismo emergente, en el que la plaza urbana fue una vez un lugar vital para la democracia, un espacio público que debe por tanto recuperar su funcionalidad como origen de la cohesión social. Como apunta el arquitecto holandés Rem Koolhaas “La única actividad es ir de compras... […] Los mismos espacios inundados por otros programas (bibliotecas, baños, universidades) sería estupendos; quedaríamos sobrecogidos por su grandiosidad”. (Koolhaas, 2011:43)

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6.8 Normativa Respecto a la normativa hay dos aspectos que nos afectan directamente, por un lado la referente a la construcción del banco, y por otro, la referente a su instalación en el espacio público. En cuanto a su construcción, nuestro banco no es homologable debido a la falta de resistencia de nuestros materiales a por ejemplo el fuego, pero una cosa nos llama poderosamente la atención en la normativa y es que el acceso a la homologación está restringido a fabricantes y distribuidores. Esto deja fuera la posibilidad de que alguna iniciativa ciudadana, relacionada o no con prácticas de urbanismo emergente, quede respaldada por la institución. A pesar de la posible conveniencia técnica de su diseño y sus materiales, la normativa deja fuera cualquier iniciativa constructiva que no provenga de un orden industrial-­‐ institucional. Artículo 17. “Sólo se admitirán a trámite las solicitudes de homologación de elementos de mobiliario urbano efectuadas por fabricantes o distribuidores. (Ordenanza de 30 de marzo 2011 de Adaptación al ámbito de la Ciudad de Madrid de las previsiones contenidas en la normativa estatal y autonómica de transposición de la Directiva 2006/123/CE) 84 En cuanto a su instalación en la calle, nuestro banco también está completamente fuera de la normativa. En la actualidad es el ayuntamiento el único con potestad para intervenir en el mobiliario y los elementos dispuestos en el espacio público. La normativa deja claro que nuestro banco puede ser retirado de forma inmediata: Artículo 36. 1. Sin perjuicio de la sanción que, en cada caso, corresponda y cuando así estuviera previsto, el Ayuntamiento podrá disponer el desmontaje o retirada de los elementos de mobiliario urbano con reposición de las cosas al momento anterior a su instalación. 2. Las órdenes de desmontaje o retirada de los elementos de mobiliario urbano deberán cumplirse por los titulares en el plazo máximo de quince días, transcurrido el cual, los Servicios municipales podrán proceder a retirar dichos elementos, que quedarán depositados 84 Hemos encontrado información exhaustiva sobre normativa en la página de arquitecturas colectivas. En el apartado dedicado a espacio público: http://arquitecturascolectivas.net/grupos/guia-espacio-publico

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en los almacenes municipales, siendo a cargo del titular todos los gastos que se originen. Artículo 37. No obstante, podrán ser retirados elementos de mobiliario urbano, de forma inmediata, sin necesidad de aviso previo, corriendo igualmente por cuenta del titular responsable, en su caso, los gastos de ejecución sustitutiva, transporte y almacenaje, sin perjuicio de las responsabilidades que pudiera corresponderles, cuando se dé alguna de las circunstancias siguientes: 1.Cuando el elemento no disponga de ningún tipo de autorización para ser instalado. 2. Cuando, a juicio de los Servicios Técnicos Municipales, el elemento ofrezca peligro para los peatones o el tráfico rodado, bien por su situación, por las características del mismo o por su deficiente instalación. (art. 37, redacción dada por la Ordenanza de 30 de marzo 2011 de Adaptación al ámbito de la Ciudad de Madrid) En nuestra opinión, que una iniciativa como la nuestra esté perseguida prueba que el espacio público está sometido a un control normativo que impide la agencia de los ciudadanos en el espacio público más allá de la función prescrita por las instituciones. La norma deja fuera cualquier iniciativa constructiva y dinamizadora que no sea institucional o cuente con el beneplácito de la institución.

6.9 instalación en el ciberespacio El banco en formato digital (los archivos .pdf .obj y .dwg del banco) junto con información sobre su montaje y otra información relacionada con el proyecto se pueden encontrar en las webs y repositorios online más populares sobre fabricación digital y DIY. Entre ellas Instructables85 y en la página creada ad hoc para alojar el proyecto.86 También ha salido reseñado en varias publicaciones online, entre ellas en Yorokobu.87

85 https://www.instructables.com/id/MAKE-­‐A-­‐SITy-­‐Bench/ 86 http://truthbehind404.com/Make_a_Sity.html 87 http://www.yorokobu.es/bancos-­‐urbanos/

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Capítulo 7. CONCLUSIONES DESDE EL CASO PRÁCTICO Al principio de este trabajo planteábamos como objetivo comprobar la posibilidad de las herramientas de fabricación digital como parte de la metodología del urbanismo emergente y si estas herramientas sirven para dotar a estos grupos de nuevas capacidades de acción. El caso práctico nos ha demostrado que estas herramientas pueden tener un papel en las prácticas del urbanismo emergente y que efectivamente pueden ampliar el rango de acción de estos grupos, pero en el momento actual esto ocurre de manera muy restringida y su implantación es testimonial, todo ello es debido a que las herramientas de fabricación digital no son un recurso ni sencillo, ni barato, ni muy accesible. No es sencillo. Hay que decir que los objetos que se emplean en el entorno de la fabricación digital (archivos 3d o CAD) son susceptibles intercambio y manipulación con mucha facilidad, esto en principio les convierte en objetos muy útiles en procesos de innovación colaborativa como es el caso de nuestro banco. Pero estamos asumiendo una capacitación tecnológica de la que no todo el mundo dispone. En primer lugar hay que dar por hecho el acceso a internet para poder participar de este proceso de intercambio y mejora de los diseños, además también habría que dar por hecho una destreza suficiente en el manejo de software de diseño como blender y autocad. La fabricación digital para el urbanismo táctico choca con la especialización que implica el conocimiento necesario para abarcar todo el proceso (la mayoría de los colaboradores de MAKE A SITy tenían una formación como arquitectos). Estas barreras están en el proceso de diseño pero también están presentes en el proceso de fabricación, aquí también las herramientas de fabricación digital implican superar una nueva brecha digital: la fabricación es relativamente compleja. De nuevo, a menos que se esté muy familiarizado o que se tengan conocimientos previos, es necesaria la mediación de alguien. En Medialab contamos con la ayuda de Daniel Pietrosemoli quien hizo de mediador en todo el proceso de fabricación de nuestro banco y sin cuyo conocimiento de los protocolos, el software y las propias máquinas, hubiera significado una inversión de tiempo muchísimo mayor o incluso inasumible. En el momento actual de desarrollo de las herramientas de fabricación digital la capacidad de agencia se ve muy reducida. Es necesario salvar varias brechas digitales y

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aceptar la mediación. Dadas estas condiciones, en nuestra opinión, difícilmente son, por el momento, herramientas y procedimientos que fomenten la autonomía y el empoderamiento a la hora de llevar a cabo acciones de urbanismo emergente. No es barato. El coste total de nuestro banco ha sido de unos 250 euros. Prácticamente todo el presupuesto se ha ido en la adquisición, corte previo y transporte del material con el que fabricaríamos el banco, la madera DM. En este precio no se incluye el coste de las horas de corte que hubiéramos tenido que pagar si MediaLab no nos hubiera prestado sus instalaciones. Tristemente el coste de nuestro banco se acerca mucho al precio de mercado de algunos de los modelos de bancos públicos que adquiere el propio ayuntamiento de Madrid.88 Las herramientas de fabricación digital más allá de las impresoras 3D personales, están todavía dentro del circuito del mercado y su uso se realiza bajo las tarifas y condiciones del mercado. Además, aunque casi todos los Fab labs son dependientes de instituciones y están abiertos a usuarios externos a la institución, los precios por hora de corte o el de las suscripciones mensuales o trimestrales son suficientemente disuasorios como para considerar cualquier otra alternativa si de lo que se trata es de fabricar una estructura de cierto tamaño y complejidad. No es muy accesible. Actualmente el número de Fab labs en Madrid es muy reducido. A la pregunta de nuestro cuestionario ¿Qué sería necesario o qué condiciones deberían darse para que las herramientas de fabricación digital fueran más utilizadas en proyectos o intervenciones como las vuestras? Basurama nos responde así: “Siendo más realistas y asumiendo que a día de hoy una máquina CNC se parece más a una fotocopiadora que a un taladro que tienes en casa, lo interesante es que aumentara el número de espacios donde es posible acceder a estas herramientas. Sabemos que en Madrid hay ya varios sitios, como sucede en el propio Medialab” (Basurama, cuestionario)

A nuestra pregunta ¿Qué uso hacéis de las herramientas de fabricación digital? Fresadoras cnc, impresoras 3d… ¿Qué peso tienen en la práctica de vuestros proyectos? 88 ver tarifas de precios de bancos públicos homologados para su uso en Madrid: http://www.metalsur2006.com/pban.html

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Paisaje Transversal nos responde: “Prácticamente ninguno. Hemos fabricado algunas maquetas para recoger la opinión vecinal, pero no es importante dentro de nuestro trabajo” (Paisaje Transversal, cuestionario) En la actualidad el uso de las herramientas de fabricación digital en las comunidades y grupos de urbanismo emergente se reduce a la fase de conceptualización y en todo caso, a la fabricación de piezas pequeñas, en particular la señalética. “Nos son útiles como herramientas que generan un modo de pensar y para producir materiales de trabajo como maquetas o prototipos” (Paisaje Transversal, cuestionario) “Encontramos muy útil su uso también en el campo de la reutilización creativa, por ejemplo haciendo posible el diseño de elementos de unión, ajuste, o extensión que a modo de prótesis se puedan utilizar para mejorar lo materiales disponibles. También encontramos muy útil estas herramientas en la construcción de elementos de señalética” (Basurama, cuestionario)

Todo esto hace más entendible que las iniciativas de urbanismo emergente centren su capacidad constructiva en el reciclaje. Es significativo en este sentido que, hoy por hoy, comprar mecanotubos industriales para hacer estructuras ligeras o comprar un contenedor marítimo para utilizarlo como almacén sea más barato y más sencillo que diseñar y fabricar estructuras de similares características utilizando el corte cnc (como demuestran casos constructivos como la casa solar fabricada en el Fab lab de Barcelona89). Esto también vale para el mobiliario, como las gradas y los bancos que se utilizan en, por ejemplo, El Campo de Cebada, hechos a partir de andamios de obra reciclados y neumáticos, o el mismo “parlamento analógico”,90 una construcción hecha en su mayor parte palés, que sí son fáciles de conseguir, más baratos y para cuya transformación no hace falta más que las herramientas de fabricación convencionales. Estos elementos reciclados no son susceptibles de entrar en un proceso de diseño utilizando aplicaciones 3D, no viajan en forma de archivos digitales ejecutables 2D o 3D, sino como recetas, instrucciones sencillas para su transformación y manipulación que se pueden encontrar en repositorios online.

89 Experiencia constructiva en Fab lab Barcelona: http://www.fablabhouse.com/making-­‐of/ 90 Parlamento analógico de Todo por la Práxis http://www.todoporlapraxis.es/?p=2052

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En nuestra opinión las herramientas de fabricación digital desde luego son aptas para proyectos de urbanismo emergente. A pequeña escala pueden propiciar la transformación material del espacio público y contribuir al empoderamiento ciudadano (y en este sentido de transfiguración material del espacio urbano, ampliar el campo donde se reclama el derecho a la ciudad) pero su implantación choca con las condiciones actuales de desarrollo y accesibilidad.

7.1 Conclusiones generales sobre el urbanismo emergente El urbanismo siempre a utilizado el planeamiento, las estrategias top down para establecer un futuro, para controlar la incertidumbre estableciendo un recorrido de acontecimientos. La forma actual de las ciudades, más fragmentada y dispersa que nunca parecería perfecta para la implantación de un urbanismo necesariamente diferente, adaptativo, flexible, que responda en tiempo real, que conviva la incertidumbre y lo impredecible. Parece que es ahí donde encaja el urbanismo emergente. ¿Pero qué dimensión e impacto tiene ese tipo de urbanismo? ¿qué capacidad transformadora real? Varias son las causas generales abiertas contra el urbanismo emergente debido a su creencia en que la actuación a pequeña escala puede acabar transformando la ciudad como un todo y es que, aunque pueda haber formas de organización y construcción capaces de actuar eficazmente a pequeña escala, esto no significa que se puedan trasladar a gran escala. La construcción a pequeña escala y a gran escala son experiencias diferentes. Haciendo un símil organizativo se puede decir que el hecho de que se pueda gestionar una asamblea de 200 personas no significa que se pueda gestionar una asamblea de 200.000. Son experiencias distintas que no son escalables, hay una diferencia categorial. El nivel organizativo, las redes, las conexiones y la capacidad transformadora del urbanismo emergente parece insuficiente. Parece necesario pasar por las instituciones para gestionar la gran escala. Utilizando las palabras de John Perry Barlow “el conocimiento de los niveles más bajos de organización no nos ayuda a entender los niveles más altos. El reduccionismo falla” (John Perry Barlow; citado en Méndez, 2014). Hay que recuperar la instituciones publicas porque están construidas sobre el común y

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porque es la forma organizativa que funciona a esta escala. Así se opera con más eficacia. Este punto de vista también lo comparte Harvey cuando en “Ciudades rebeldes” dice: “Ahora, en cambio, suelen predominar principios como la “horizontalidad” y “ausencia de jerarquía”, o visiones de democracia radical y gobernanza de los bienes comunes, que pueden funcionar bien en grupos pequeños, pero son imposibles de aplicar a escala de toda una región metropolitana” (Harvey, 2013:84) Esto es interesante porque se ha llegado a plantear, sobre todo desde el mundo del software libre, que la producción p2p sin jerarquías (o aparentemente sin jerarquías) es, además de éticamente mejor, más eficaz. Autores como Rheingold (2004) piensan que se tiende a un modelo de producción colaborativa simplemente porque es más eficaz. Esto puede ser cierto en el contexto del desarrollo de software, pero no tiene una buena traducción en cuanto a la construcción de estructuras o a resolver el problema de qué hacemos con la ciudad o cómo se gestiona. De momento la forma más eficaz probada para la escala ciudad es la institución y no un modelo de producción colaborativa como el del software libre. En este sentido dentro de los propios colectivos de urbanismo emergente se alzan voces cuestionando cual es su auténtico papel: “No nos queda otra que subir de escala, recuperar la política para que ese nuevo urbanismo punk, emergente, participativo y transformador sea una actividad de futuro” (Marrades, 2014) y continúa argumentando el mismo autor: “No podemos esperar que mejoras urbanas tácticas y transitorias solucionen los problemas importantes de nuestras ciudades. Al final, le estamos haciendo el juego a un estado sumergido que abre grietas donde entretenernos; dejando las habitaciones oscuras y los pasillos libres, otra vez y como siempre, para negocios más lucrativos, para que funcionen como vasos comunicantes entre poderes. Podemos distraernos activando solares con cuatro duros, mientras se redefine, a expensas de nuestras iniciativas espontáneas, la estructura productiva de nuestras ciudades” (Marrades, 2014)

Preguntados por esto mismo Paisaje Transversal contesta: “La fisionomía, sin embargo, y las transformaciones de gran calado, creemos que dependen de una cooperación entre agentes institucionales y ciudadanos” (Paisaje Transversal, cuestionario)

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El urbanismo emergente se vería simplemente como la forma precaria de hacer urbanismo, no sería una opción ni un camino elegido sino el urbanismo que se puede hacer sin tener realmente los recursos para hacerlo, formas innovadoras de informalidad urbana. Una pregunta que nos hacemos a este propósito es: ¿estas iniciativas constructivas y organizativas se introducen entre los resquicios de la administración donde esta es inoperante o es la administración la que se aprovecha de ellos para cubrir con la iniciativa ciudadana parte de las necesidades que la falta de recursos o el abandono provoca? Los proyectos de urbanismo emergente por lo general son de bajo coste económico, implican procesos innovadores debido a la buena formación de los activistas que participan, proporcionan visibilidad en forma de publicidad para la ciudad. El trabajo de estos grupos puede ser muy conveniente para las administraciones locales que los tolera y los demanda cuando de lo que se trata es de mejorar las condiciones de un barrio o devolverle la vida a una calle, pero rara vez se les deja participar como actores de pleno derecho en los esquemas de gobernanza urbana. Muchos de los colectivos del urbanismo emergente son rápidamente absorbidos por el sistema ayudando a aumentar el capital simbólico de calles y barrios. Las acciones de urbanismo emergente quedarán asimiladas por los procesos comerciales que ya se están dando en las calles, acabarán siendo parte del espectáculo. La asimilación será de tal manera que se elimine todas las asperezas reivindicativas y todo atisbo de rebeldía. “Nosotros no lo vemos tanto como una cuestión de con/sin las instituciones, lo que encontramos interesante es que estas prácticas están ganando legitimidad y obligan a la administración a relacionarse con ellas. Si en este proceso las prácticas ciudadanas ganan terreno sin perder frescura… o no, es donde vemos el reto. (Basurama, cuestionario) Los agentes y protagonistas de las acciones de urbanismo emergente encajan en la descripción de clase creativa de Richard Florida, de hecho, muchas de sus acciones parecen ser parte de una estrategia planeada (en el sentido top-­‐down) para, por ejemplo, servir de palanca gentrificadora, convertir ciertas áreas de la ciudad en un lugar más atractivo para las inversiones después de que cierto tipo de población se haya movido hacia allí. El urbanismo emergente sería un instrumento en manos de la esfera decisional que realmente tiene capacidad para cambiar la ciudad.

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Además, colectivos que tienen una actitud completamente contracultural en cuanto a posicionamiento político y a sus ideas urbanísticas también necesitan sobrevivir y por tanto son asimilados por el mercado. Deben ganar dinero y hacer sus proyectos viables económicamente y para eso muy probablemente dependerán de instituciones o subvenciones.91 Muchos de los grupos dedicados al urbanismo emergente son estudios de arquitectura para los que sus acciones de urbanismo emergente también sirven para engordar un curriculum por lo bien visto que está la aplicación en la innovación política o las colaboraciones con la administración local. ¿Es realmente posible mantener firmes los propósitos del urbanismo emergente dentro de un proceso de institucionalización? ¿se pueden realmente poner normas e institucionalizar este tipo de prácticas? Desde nuestro punto de vista esto no es posible porque justo estamos hablando de dos aproximaciones antagónicas al urbanismo: El urbanismo emergente debe existir de una forma separada e independiente para servir de lugar donde, a nivel constructivo y relacional, se experimente y se pruebe, donde quepa lo imprevisible y lo cambiante y donde el juego esté permitido. La institución debe existir para dedicarse a la gestión, para establecer normas y velar por su cumplimento. Una asociación de estos dos acercamientos no es posible de la misma manera que no puede haber gestión de un experimento constante, ni se pueden hacer normas con resultados imprevisibles. Esta situación de acomodo y de acercamiento es justo lo que se está debatiendo entre actores protagonistas de estas dos posiciones en la ciudad de Madrid en lugares como Las mesas de citykitchen92 o el club de debates urbanos93. El urbanismo emergente sí es una forma de apropirase de la ciudad pero no una forma de hacer ciudad. El urbanismo top-­‐down está asociado con las prácticas cuantificables,

91 Como el caso del proyecto “paisaje Tetuán”. Una colaboración entre administración y la iniciativa vecinal para acondicionar el barrio.

92 http://citykitchen.es/ https://lamesaciudadana.wordpress.com/2014/04/16/primer-­‐plato-­‐de-­‐las-­‐

mesas-­‐de-­‐citykitchen/ 93 http://www.clubdebatesurbanos.org/

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medibles, con un objetivo; en cambio, las prácticas bottom-­‐up se mueven por intereses, pasiones y conflictos y es incapaz de generar un orden con perspectiva. En nuestra opinión quizá el urbanismo emergente lejos de intentar construir la ciudad quizá debería limitarse a reclamar un espacio donde el juego y la experimentación sea posible. El valor del urbanismo emergente no está en su capacidad de construcción sino en ser el laboratorio de innovación política a nivel relacional, constructivo y organizativo. Lo importante no en su capacidad para sustituir estructuras ya existentes sino su capacidad para desafiarlas y ponerlas a prueba, para desviar esas estructuras existentes y sus funciones. El urbanismo emergente debería postularse únicamente como un hackeo, en harmonía con el espíritu y la ética que lo anima, pero no como una manera alternativa de producir ciudad, tarea para la cual sus prácticas están completamente fuera de escala. Las herramientas de fabricación digital pueden aportar en esta tarea de hackeo pero no (al menos en este momento) ayudar a que la ciudadanía construya su ciudad. El urbanismo emergente no debería plantearse como una alternativa al planeamiento. Es el planeamiento el que debe convertirse en inclusivo, participativo y humano.

7.2 Límites de la investigación En este trabajo solamente se han tenido en cuenta los grupos que trabajan en el entorno del urbanismo emergente y los recursos disponibles en cuanto a herramientas de fabricación digital en la ciudad de Madrid. Sin duda falta un seguimiento en el tiempo de las iniciativas de estos colectivos. Desde nuestro punto de vista esto es clave ya que el urbanismo emergente postula un cambio a largo plazo a partir de acciones de pequeña escala. Además, las cuestiones que tienen que ver con la colaboración entre urbanismo emergente e instituciones están en pleno proceso en Madrid. El resultado de ese proceso puede arrojar algo de luz sobre la posibilidad de formalizar estas prácticas dentro de un orden institucional y sobre si es posible ponerlas en práctica esas prácticas en una escala urbana mucho mayor a la actual.

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También en estos momentos se están introduciendo innovaciones y máquinas nuevas que podrían facilitar la asimilación de la fabricación digital a las prácticas del urbanismo emergente, estamos pensando en las nuevas fresadoras CNC que son capaces de cortar y perforar metal (cnc milling machines94). Las piezas producidas por estas máquinas ya no son solamente sirven como prototipos o conceptualizaciones (como la mayor parte de las piezas de impresión 3D en plástico) sino que son piezas hechas con la suficiente precisión y resistencia como para ser parte de cualquier proceso industrial y constructivo.

7.3 Posibles líneas de investigación El urbanismo emergente trabaja para recuperar ciertas características que atribuye al espacio público antes de su actual deterioro, un espacio público que servía para la interacción y el encuentro con lo heterogéneo. Una posible línea de investigación sería intentar probar que, dados los cambios sufridos por las ciudades y la irrupción de la esfera pública digital, sea realmente posible o no, recuperar esas funciones y características del espacio público. El urbanismo emergente reclama un espacio público que vuelva a tener un papel socializador, que siga siendo un aporte significativo al concepto de urbanidad y de ciudadanía. Valores que se atribuyen a la ciudad compacta clásica. ¿Es esta una actitud nostálgica e ingenua hacia un espacio público que quizá ya no va a volver? (si es que esa visión ideal se cumplió alguna vez). La actual naturaleza rizomática y descentralizada de las ciudades, la evolución de las redes sociales y la tecnología, nos hace pensar que el espacio público podría no volver a tener esa función y que ya solamente servirá como lugar de tránsito. Lo que no significa, y aquí está la cuestión, que los conceptos de urbanidad y ciudadanía desaparezcan: el espacio público estaría siendo sustituido o desplazado por el ciberespacio u otros lugares de mediación. La urbanidad y la ciudadanía ya no dependen de un espacio físico. Quizá el urbanismo emergente no debería pretender recuperar una idea de espacio público que ya no puede volver porque se ha vuelto prescindible. Pero como ellos

94 http://www.fastcompany.com/3046939/most-­‐creative-­‐people/as-­‐makerbot-­‐struggles-­‐desktop-­‐

milling-­‐machines-­‐are-­‐on-­‐the-­‐rise

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mismos dicen también es posible que esta visión sea muy pesimista: Preguntamos a Paisaje Transversal: ¿Pensáis que el estado de deterioro del espacio público como lugar de socialización e interacción es reversible? ¿es esto utópico? “Claro que es reversible, es más, se puede decir que es algo cambiante, depende de los estilos de vida, y eso es algo que cambia varias veces en cada generación. Creemos que no se debe ser tan pesimista con respecto al uso del espacio público, si te acercas en primavera a las plazas de las principales de las ciudades españolas encontrarás a mucha gente interactuando, a pesar de la competencia de los centros comerciales y de la sociedad individualista. Solo tenemos que seguir fomentándolo” (Paisaje Transversal, cuestionario)

Una visión que es compartida por Basurama: “Totalmente, ya está sucediendo en muchos lugares de la ciudad como El Campo de Cebada y otros” (Basurama, cuestionario) Quizá el espacio público tiene que ser todavía el contexto de donde emerja la experiencia social. Quizá “poner el cuerpo”, el encuentro físico con el otro, pueden ser algo universalmente necesarios y parte esencial de una conciencia urbana y cívica. Hasta ahora siempre ha sido así pero ¿está la vida política indisolublemente ligada a formas de espacialidad dadas las actuales condiciones tecnológicas? ¿La sociedad será siempre a la vez constituida y representada por las construcciones y los espacios que crea? Otra vía que se ha quedado sin explorar es la especificidad del movimiento del urbanismo emergente de la ciudad de Madrid. Especificidad que nosotros atribuimos a su origen y en el que por un lado encontramos un planteamiento revolucionario de origen situacionista y por otro lado, la influencia de los movimientos que se aglutinan en torno al 15M y la crisis postburbuja. El urbanismo emergente tiene en su horizonte una finalidad política, una transformación social. Pensamos que el urbanismo emergente se puede considerar un programa político que se expresa mediante la intervención en la capa material y el

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entorno urbano 95 . En estas acciones subyace, una reivindicación por los comunes urbanos y por los bienes comunes en general (también en forma de servicios públicos) Una reivindicación por una participación directa en política, y en general, un cambio radical por la forma en que están constituidas las relaciones productivas, las relaciones entre las personas y en definitiva la vida cotidiana. En este sentido nos gustaría apuntar la idea (como hemos venido haciendo durante todo este trabajo) de que quizá en el urbanismo emergente se dan unos planteamientos políticos que en realidad son una reformulación del espíritu revolucionario y más en concreto un espíritu revolucionario de raíces situacionistas. Debord (2002 [1967]) plantea el cambio cultural como un cambio progresivo. A partir de la generación de situaciones que desatará una reacción en cadena. De la misma manera que el urbanismo emergente pretende cambiar la ciudad a partir de la intervención a pequeña escala que tendrán efectos a gran escala. Muchos colectivos reclaman o reconocen esa influencia situacionista en sus actividades: “Sin darnos cuenta estábamos produciendo situaciones que modificaban la realidad que nos rodeaba que en definitiva es como entendemos la práctica artística. Nos interesa el juego, el humor, el espacio público, la arquitectura y el urbanismo, el situacionismo, internet…” (Basurama, 2010) El auge de todos estos colectivos y movimientos en Madrid también podría hundir sus raíces en los acontecimientos de los últimos años como la crisis postburbuja y el 15M. Este origen podría conferirles unas características que no encontramos en grupos parecidos de otros países ni tampoco en los movimientos vecinales que se han dado en el pasado por todo el territorio nacional. En particular vemos una voluntad que, aun habiendo sido enunciada en asambleas, tiene vocación de trascenderlas. Se busca ir más allá de lo político-­‐organizativo guiados por la voluntad de intervenir, de producir materialmente las condiciones en la que se desarrolla la vida. La revolución está en la acción y en el deseo de dar forma, desde su misma materialidad, al mundo alrededor.

95 Así se describe LaCol: “LaCol es una cooperativa de jóvenes arquitectos que trabajamos en el barrio de

Sants, en Barcelona. Trabajamos desde la arquitectura para la transformación social, utilizándola como una herramienta para intervenir de manera crítica en el entorno más próximo.” http://www.lacol.org/?page_id=6

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