Chemtrail Revolution

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Chemtrail Revolution worldwide unlikely stories

Texto: Weldon Penderton Imágenes: César Pérez Herranz www.truthbehind404.com

Ttruth behind 404 es un poryecto documental y artístico de César Pérez Herranz

Número 2. 1 de septiembre de 2013

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La lucha utópica de unos pocos contra el poder capaz de controlarnos a todos


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Aviones probablemente utilizados para fumigar en las inmediaciones del aeropuerto Madrid-Barajas.

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os viejos cuentan sentados al sol que, cuando eran niños y las casas no tenían luz eléctrica ni agua corriente, los inviernos eran mucho más duros. La nieve sepultaba el pueblo y para salir de casa había que abrirse camino con una pala hasta la puerta del vecino. Los paisanos excavaban una red de trincheras en la nieve que comunicaba todas las casas. Si alguien hubiese podido elevarse y observarlo desde el cielo habría visto la sección de un inmenso hormiguero blanco.

Pero conforme las tuberías y el par trenzado echaron raíces en las paredes los inviernos se fueron endulzando, los carámbanos sudorosos gotearon colgando de las tejas hasta desaparecer, la nieve se convirtió en un fenómeno extraño, y hasta en los días de invierno es posible sentarse junto al río sin demasiado abrigo y dejar que el sol te caliente el rostro. Ahora que todos los vecinos tienen teléfono ya ni siquiera llueve. Alguna vez estalla una tormenta de verano y la gente abre puertas y ventanas de par en


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El verano de la avioneta Texto: Weldon Penderton Imágenes: César Pérez Herranz

par. El olor a tierra mojada inunda las casas y los ancianos se asoman a ver las acequias improvisadas que recorren las cuestas hasta desembocar en el río, que por una vez no está seco. Entonces se cambian el callado de mano y cuentan que dejó de llover cuando llegó la avioneta que sulfata las lechugas. Este verano de la avioneta tiene lugar desde que los aparatos voladores aparecieron en el cielo hace unos treitna años sobre Huéneja, un pequeño pueblo de Andalucía oriental en el Valle del Zalabí, entre la cara norte de Sierra Nevada y la Sierra de Baza. En la biblioteca de la escuela hay un ejemplar de Crónicas marcianas que debió incorporarse al catálogo durante esos treinta años; tal vez antes. Desde luego ninguno

ENTONCES LLEGARON LAS AVIONETAS

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a nieve se marchó, así que los paisanos construyeron acequias empalmando tubos de uralita y PVC para llevar el agua desde el embalse, al pie de las montañas, hasta los agrestes secanos del valle y sembrar allí enormes extensiones de lechugas. Se dispuso la tierra y se alimentó con los nuevos circuitos de regadío hasta que las lechugas mancharon el valle de verde. Entonces llegaron las avionetas. Igual que los hombres habían sulfatado sus huertas con la ayuda de fuelles y más recientemente de mochilas fabricadas específicamente, las avionetas, en zigzag como un arado volador, rociaban la tierra con productos químicos para combatir las plagas.

de esos ancianos prácticamente analfabetos ha leído

Los artefactos voladores liberan a baja altura una nube

a Ray Bradbury.

claramente visible que se desvanece al caer, antes


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Gifting: colocación de orgonites para desactivar las supuestas antenas de seguimiento de satélites en Robledo de Chavela.

de posarse sobre las hojas de las lechugas. Puede que también para que podamos respirarla mejor. Naturalmente, nadie debe permanecer en el lugar cuando la avioneta esparce su carga. Algunos vecinos afirman estar convencidos de que ese cóctel químico está relacionado con que haya dejado de

Los molinos son blancos, esbeltos, gráciles, gigantes, puros, y por las noches se hacen invisibles, pero emiten unas ráfagas parpadeantes que figuran un millón de ojos a quien los observa desde el pueblo. El mensaje va dirigido a los aparatos que pudieran sobrevolar la zona. Por supuesto, algunos afirman que la auténtica razón de las señales luminosas es otra.

llover y ya no haga frío, con el verano de la avioneta. Pero estas no son las únicas estelas que pueden observarse sobre el valle; mucho más alto vuelan aviones más grandes, y algunos de ellos dejan tras de sí otro tipo de señales menos efímeras. Son las estelas de condensación que dejan los motores, rastros gaseosos visibles que captaron nuestra atención hasta que llegaron los molinos. De la ciudad llegaron unos hombres interesados en algo que había en abundancia en el Valle del Zalabí. Así brotaron entre las lechugas enormes molinos de viento en aquellas llanuras enemigas de lo vertical.

CUANDO LOS CÍCLOPES DUERMEN

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urante el día, cuando los cíclopes duermen, es posible acercarse a ellos, penetrar en las mallas de lechugas y tocar sus inmensos tallos blancos, mucho más gruesos de lo que parecen desde lejos. El viento silba al cortarse para atravesarlos. Desde aquí podemos ver el pueblo como una mancha de cal y piedra, y, algo más lejos, también el resto de pueblos de la cuenca en los que el esquema se repite: Alquife, Jérez, Charches, Dólar, La Calahorra. El paisaje tiene la forma de una antena parabólica de dimensiones colosales. Entonces aparece la avioneta. Un zumbido lejano la anuncia y ya se aprecia en el horizonte como un abejorro negro que se aproxima. Cuatro niveles de mallas artificiales se entretejen en esta cuenca delimitada por las montañas: la red de regadío, las


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Nos fumigan para controlarnos a través de bioimplantes. Por todo el mundo aviones esparcen en la atmósfera microsensores destinados a introducirse en el organismo y controlar nuestras acciones.

Chemtrails: estelas cruzan el cielo de Madrid en una de las numerosas fumigaciones sobre la ciudad.

hileras de lechugas, las formaciones de los molinos y la estela blanca que dejan los artefactos voladores. Abrumado por las dimensiones y la evolución del sistema cibernético en que se ha convertido el valle, el sentido de la maravilla de los nativos se atrofia cada día más. A nadie se le ocurre negar que igual que el paisaje, el clima se está viendo alterado también, pero las estelas en el cielo y hasta los molinos son ya tan naturales para los vecinos como

un almendro. El sistema ha acabado devorando la ingenua leyenda del verano de la avioneta. Por supuesto que los más viejos aún la mencionan regularmente, pero han aprendido a convivir con los nuevos elementos y sus presuntos efectos hasta reducirlos a la categoría de tema de conversación, como los cultivos, la previsión meteorológica o las defunciones.


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Gifting: desactivando torres de telefon铆a m贸vil en azoteas del sur de Madrid utilizando orgonites.


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Estos bioimplantes mandarían a una estación central toda la información sobre nosotros: qué hacemos, con quién estamos, cómo nos divertimos.

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“Hablan de estelas químicas que contienen drogas pulverizadas o enjambres de nanorobots”.


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MENSAJES EN EL CIELO

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a mayoría se han rendido, pero hay unos pocos que mantienen en todo momento la consciencia de su escala y posición dentro del entramado tridimensional del valle. Ellos todavía son sensibles a la aberración, y muy particularmente a las estelas de los aparatos voladores. Nube química o estela de condensación, alguien se las arregla para escribir en el cielo mensajes que flotan sobre sus cabezas subrayando Activista habla con un policía en la primera concentración antichemtrails en Madrid. su insignificancia. Se trata de una alusión primordial que los pone en guardia como individuos anclados a la tierra, este entorno aislado, hablan de estelas químicas pero sobre todo como individuos inferiores a esos otros que contienen drogas pulverizadas o enjambres capaces de moldear el paisaje y escribir en el cielo. de nanorobots fabricados específicamente para Ellos no creen que el cambio del clima sea un efecto colateral de la fumigación de las lechugas; creen que las avionetas pretenden algo más. Pero la biblioteca de la escuela ya no es el único punto de conexión con el mundo; la juventud del valle ha abrazado la llegada de Internet y los mayores hablan con sus hijos emigrantes

introducirse en nuestro cuerpo a través de la respiración como un ejército de microbios y dominarnos desde dentro con una precisión celular.

desde la huerta gracias al teléfono sin cables; su imaginario colectivo se ha enriquecido con elementos de otros lugares y otros tiempos. Las teorías más recientes van mucho más allá del verano de la avioneta, que una vez surgió espontáneamente en “Creen que las avionetas pretenden algo más”.


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Activistas antichemtrails antes de presentar un escrito de protesta contra las fumigaciones en el Congreso de los Diputados.


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En una situaciĂłn donde la vida estĂĄ controlada y diseĂąada, donde incluso el ocio es una actividad dirigida, la resistencia es una necesidad para preservar nuestra libertad.

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“No es una enfermedad contagiosa ni un comportamiento aprendido, sino un prurito natural del espíritu humano”.

Las fumigaciones son una metáfora del control, del control real. En realidad, lo que hay detrás es el mercado. El teléfono móvil es el auténtico bioimplante, un dispositivo que llevamos con nosotros en todo momento.

COMO DIJO UN SUPERVILLANO

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l verano de la avioneta del Valle del Zalabí sugiere que esta necesidad de desconfiar del cambio impuesto por ellos, los que saben más, los que vienen de un lugar más importante, no es una enfermedad contagiosa ni un comportamiento aprendido, sino un prurito natural del espíritu humano. Los hay que se refocilan de que el tejido mecánico del mundo esté devorando el terruño; quieren saber para engrosar las filas de aquellos

Plantar cara al control exige elaborar elementos de resistencia.


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Virutas de metal, necesarias, junto con el cuarzo blanco y la resina poliéster, para la creación de un orgonite.

La orgonita es un elemento de sublevación, un artefacto con capacidad para mantenernos fuera de ese control y con cuya protección preservamos nuestra libertad: el arma de la revolución. Esta es la utopía delirante de quien se ve perseguido por fuerzas de un orden muy superior. que pueden doblegar a la tierra y hacerla servir a sus intereses. Los hay que viven en una carrera infinita huyendo de la marea tecnológica que les pisa los talones y pixela el mundo a su paso. Los unos dispuestos a abrazarse al cocodrilo, los otros dispuestos a plantarle cara, todos ellos comparten la necesidad de tener importancia, de situarse respecto a Los Otros, dominar o dejar de ser dominado. Como dijo un supervillano, it´s all about power.

Un orgonite: el arma de la revolución.


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