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Mamá y niños Yoguis

Por: Ana Claudia Delfín

El Yoga es un estilo de vida que trae muchos beneficios a sus practicantes, no solo desde el punto de vista físico, sino en el emocional y espiritual. Susana Rivera, es instructora de Yoga y mamá de dos pequeños, Federico y Caleb Soto Rivera y nos comparte los aspectos positivos que se presentan en los niños que desde sus primeros años de vida practican una disciplina de este tipo. “Las posturas o asanas es lo que más conocemos del yoga gracias a las redes sociales, pero en realidad es el menor de sus beneficios”. Dijo la instructora. El Yoga se divide en 8 niveles, los dos primeros tienen que ver sobre cómo se desenvuelve la persona en una sociedad de manera ética y moral (Yamas y Niyamas), 5 lineamientos en yoga que tienen que ver sobre cómo vas a conducirte contigo mismo y con los demás. La siguiente etapa son los Pranayamas (control de la respiración) y son todas las técnicas de respiración consciente que te brinda el yoga. Después los Asanas, la parte física con las posturas que ayudan a desarrollar fuerza, flexibilidad y elasticidad en el practicante y otra es Pratyahara, que es la parte de la meditación, cuando quieres conectar contigo, ya que Yoga significa unión de tu mente, espíritu y cuerpo. Teniendo como base los puntos anteriores, nos enfocaremos en como su práctica puede beneficiar a los niños. Susana Rivera, como mamá Yogui ha tenido la oportunidad de que sus hijos se familiaricen con la disciplina y que en alguna medida la practiquen.

Beneficios del Yoga:

• Mejora su concentración en el “aquí y ahora”. • Fortalece sus músculos, obtienen mayor flexibilidad y equilibrio. • Adquieren conciencia de cada una de las partes de su cuerpo

guía para sus hijos y además podrás apoyarlos para controlar sus emociones.

“Un ejemplo de esto fue cuando, después de dos años de no ver a mis padres con motivo de la pandemia, fuimos a visitarlos. Como era de esperar, ellos vieron a los nietos con tal emoción que solo querían recuperar el tiempo perdido “.Señaló la instructora.

“La reacción del Caleb, de 6 años, fue de gritos y no querer que lo tocaran; lo que hice fue platicar con él, recordarle los ejercicios de respiración e invitarlo a conectarse con sus emociones para poder identificarlas y sacarlas de su cuerpo”. Puntualizó.

“Yoga - dijo - es una herramienta que con su práctica correcta puede ayudar a los niños en sus relaciones personales, dentro y fuera de la escuela, ya que su objetivo principal es calmar las fluctuaciones de la mente, no pararlas”. “La meditación es una práctica que ayuda a enfocarnos y concentrarnos, no es sencilla, pero mi consejo es que no le des cuerda al pensamiento y entre más seguido lo practiques, más pronto podrás acceder a una respuesta parasimpática, es decir, cuando estemos en medio de una situación de estrés, podremos relajarnos más rápidamente”. Señaló. “No se trata de poner la mente en blanco, podemos a meditar concentrándonos en la respiración, contando cuando tardas en inhalar y exhalar y de repente puede aparecer en escena la lista del súper, y en ese momento es cuando debemos de retomar la idea original y no permitir que nos arrastren otros pensamientos”. Añadió La profesional destacó que la estructura de una clase de Yoga para niños es diferente de la de los adultos, su máxima duración es de 15 minutos y puede incluir canciones, ya que los niños pierden atención con facilidad.

Mindfulness

Esta es una técnica basada en la meditación muy popular en la actualidad, ayuda a enfocar la mente en un tiempo presente, calmar los pensamientos y promueve el reconociendo de sentimientos y sensaciones.

¿Cómo aplicarlo en los niños?

“Muchas veces recurrimos al alimento de su preferencia, yo utilizo una naranja; la pelamos con calma y la saboreamos y mientras lo hacemos, les pido que me la describan. ¿Cómo se siente, está dulce o jugosa? Les permito explorar sus sentidos y de esa manera concentrarse en un solo objetivo”. Apuntó. “Les pido que formen con sus manos una esfera imaginaria y le pueden poner colores y texturas, de tal forma que los llevamos a un estado de calma, enfocándolos a través de actividades sensoriales, obligándolos a estar en el aquí y ahora, no divagando”. Finalizó.

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