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Martes 8 de agosto de 2017

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l 26% de las pymes de la industria manufacturera argentina declara tener algún proyecto de inversión frenado por falta de financiamiento bancario. Si bien el nivel de intermediación bancaria en Argentina no superó nunca el 25% del PBI, actualmente se sitúa en el 14%. Para comparar en la región basta mencionar que en Brasil y Chile alcanzan el 62% y el 89%. Y para que resulte aún más gráfico, el Banco Mundial sitúa a nuestro país entre las naciones que están al final de la tabla junto, en los niveles de Burundi, Gabón, Lesoto, Madagascar, Niger, Nigeria, Tanzania, Uganda y Zambia. El financiamiento de las pymes industriales es sólo una parte del problema. La restricción se replica y agrava entre las

70% de las empresas con proyectos frenados necesitaría créditos de menos de 5 millones de pesos

El sistema financiero, todavía

en el subdesarrollo

El acceso al crédito es clave para el crecimiento. Pero los bancos sólo aportan 1 de cada 5 de los pesos que se invierten

pymes de Servicios, del Comercio y del Agro, según un relevamiento realizado por la Fundación Observatorio Pyme, en el Informe “Necesidades y Fuentes de Financiamiento de las pymes Industriales”. Según remarca, en 2016 el problema del financiamiento bancario para estas empresas se agravó con respecto a 2015, cayendo la participación de los bancos en el financiamiento del 35% del total de las inversiones al 22%. Como contrapartida, aumentó la participación de la autofinanciación del 54% al 68%. Es importante destacar que el problema no reside sólo en el insuficiente tamaño del mercado del crédito. El mercado de capitales tampoco está en condiciones de financiar las inversiones postergadas de las pymes. Actualmente, menos del 1% de las inversiones de las pymes industriales se financia a través de los instrumentos disponibles en el mercado.


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Según los cálculos de la Fundación Observatorio Pyme, en base a las estimaciones de estudios internacionales, si Argentina alcanzara el actual nivel de intermediación bancaria de Brasil o Chile, la tasa de crecimiento del PBI del país podría incrementarse tendencialmente entre 1 y 2 puntos porcentuales por año. Esta ganancia se explicaría por “el efecto conjunto de una mayor movilización del ahorro nacional hacia la inversión, una más mejor evaluación de los proyectos, un mayor control de las decisiones de los administradores”, según el informe. “Para desbloquear esta situación es necesario no sólo mantener baja y estable la tasa de inflación sino también implementar en lo inmediato cambios regulatorios que afectan negativamente la posibilidad del sistema bancario de otorgar créditos a las empresas y estimular una actitud un poco más agresiva de los bancos en la gestión del riesgo crediticio”, según destacan. En el informe se pone como ejemplo que algunos países exploraron la alternativa de articular programas de financiamiento bancario con las cadenas de valor, apalancados por las empresas de mayor envergadura de la cadena, para gestionar mejor el riesgo. “Es en este contexto en el que debe analizarse las necesidades de financiamiento de las pymes argentinas. En particular, el segmento que opera en la industria manufacturera presenta un bajoacceso al crédito y una alta proporción de empresas que tienen proyectos de inversión frenados por falta de financiamiento bancario. Asimismo, hay que destacar que se trata de un segmento dinámico donde cerca de la mitad de las firmas aplica recursos a la inversión (poco más de un cuarto de ellas lo hace todos los años sistemáticamente) en magnitudes que alcanzan casi el 10% de sus ventas”, agregaron.

Quiénes invierten El 43% de las pymes industriales manufactureras realizó inversiones en 2016 tal como en el año 2013 o similar al promedio 2008-2009. En 2015, este guarismo se ubicó 3 puntos porcentuales por encima del último año (similar a 2007. Durante la última década estas firmas han destinado entre un 6 y un 10% de sus ventas totales a la inversión, correspondiendo en promedio dos tercios de estos recursos a maquinaria y equipo.

“Por su parte, en términos dimensionales y como es de esperar, las empresas pequeñas -10 a 50 ocupados- son mucho menos inversoras que las medianas -51 a 200 ocupados- (39% de las primeras vs. 68% entre las segundas). Se observa también que el comportamiento de estas variables está fuertemente vinculado a las fases contractivas y expansivas de la actividad económica”, evaluaron Por último, analizando a las pymes industriales por su condición de inversión, se halla que las inversoras sistemáticas son más productivas, más exportadoras, acceden en mayor proporción a créditos bancarios, tienen una dimensión media mayor, entre otras características.

Qué créditos se necesitan En 2016, el principal propósito de las inversiones realizadas (o previstas) por las pymes manufactureras inversoras fue la modernización de la maquinaria interviniente en el proceso productivo. En segundo lugar, el aumento de la capacidad productiva y en tercer lugar, el mejoramiento de la capacidad comercial. En cambio, el objetivo de los recursos invertidos en muy pocos casos consiste en la internalización de alguna fase del proceso productivo o la elaboración de partes y piezas antes adquiridos en el mercado. Los datos obtenidos por

Con un nivel de intermediación como en Chile crecería 1 o 2 puntos el PBI

Asimetrías

El 68% de las El AMBA y la región Centro, pymes recurren las más perjudicadas a la alternativa n atofinanciarse El 26% por ciento de las pymess necesita financiamiento y tiene dificultades de acceso. Y de ellas, el 80 por ciento se concentra en el núcleo productivo más importante del país: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. De acuerdo con el relevamiento realizado por el Observatorio Pyme, para desbloquear proyectos de inversión en el sector industrial que están frenados por la falta de financiamiento, se necesitan u$s1.400 millones. En la mayor parte de los casos, se trata de necesidad de invertir en ampliación de proyectos. Los sectores más perjudicados son los de Alimentos y Be-

bidas, con una demanda insatisfecha de de financiamiento de inversiones de 336 millones de dólares; el sector metalmecánico con 354 millones de dólares y el sector Textil, confecciones, cuero y calzado, con 171 millones de dólares. Por su parte, las regiones Sur, NEA y NOA continúan presentando el menor volumen de inversiones en cartera no llevadas a cabo, constituyendo, en conjunto, el 11% de la demanda de crédito insatisfecha. Las asimetrías territoriales también se plasman en este aspecto. Tampoco son las regiones donde existe un mayor financiamiento bancario.

FOP a través de su Encuesta Estructural 2016, permiten afirmar que el 70% de las empresas con proyectos frenados necesitaría créditos muy pequeños (menos de 5.000.000 de pesos) para financiarlos, lo que indica la gran difusión social y capilaridad productiva que tendría el mayor acceso al crédito y su aporte positivo a la consolidación de la reactivación económica en curso. Las respuestas obtenidas para los montos de proyectos frenados permiten, además, realizar una estimación grosso modo de la demanda de crédito de las pymes manufactureras que no ha sido atendida por las entidades bancarias. Es aquella necesidad de financiamiento para llevar a cabo proyectos de inversión en cartera (que en 2016 se encontraban frenados). El monto por proyectos frenados asciende a la suma de 20,368 millones de pesos (1,378 millones de dólares, un 23% superior al valor estimado para 2015).3 De este monto, sigue correspondiendo a empresas ya inversoras casi un 60% (58% 2016, 60% 2015). Evidentemente, existe una desconexión sustancial entre las industrias manufactureras pymes y el sector bancario, que ha contribuido a un desequilibrado desarrollo productivo, que tiene hoy efectos en el nivel de empleo especialmente.


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La baja en la rentabilidad se suma a la lista de las preocupaciones sectoriales Está por debajo de la presión tributaria y los salarios pymes@diariobae.com

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as empresas pequeñas y medianas incorporaron a la lista de sus preocupaciones la baja de la rentabilidad en la actividad económica que realizan que, junto con la carga tributaria y el aumento del costo salarial constituyen la terna de principales aspectos a la hora de analizar las dificultades que enfrentan. Una encuesta realizada por el Instituto Ieral-Pyme en julio arrojó esos resultados que marcan una referencia sobre la situación que atraviesan las empresas. En el primer lugar de las preocupaciones se anotó la presión tributaria que está en una escalada y que generaliza el alerta en la mayor parte de las ramas de la actividad económica. El segundo aspecto que se mencionó fue “el aumento de los costos laborales”, en tanto que en el tercer lugar se marcó la “baja rentabilidad” como preocupación. En tanto y a pesar de la campaña que desplegó el Gobierno nacional con el presidente Mauricio Macri a la cabeza, recién en el sexto lugar aparece como preocupantes los ‘conflictos y

La presión tributaria alcanza el 34% del Producto Bruto juicios laborales”, precedidos por el bajo nivel de ventas y los aumentos en los costos de las materiales primas. En el listado elaborado por el Ieral-Pyme se incluyen luego el incremento las importaciones, las dificultades de financiamiento, la competencia desleal y el aumento de las tarifas de servicios públicos, que habían tenido un fuerte impacto en el primer año del Gobierno de Cambiemos. La presión tributaria en alza Entre 1998 y 2016 la presión

Los juicios laborales están recién en el sexto lugar tributaria total —nación, provincias y municipios— pasó de 21,4% a 34% del PBI, involucrando un incremento de 12,6 puntos porcentuales. El piso mí-

nimo de presión se registró en 2002 (20% del PBI) y el máximo, en 2015 (34,8%). Así lo revela el documento de Cippec “El ABC del sistema tributario argentino” elaborado por Walter Agosto, investigador principal del programa de Desarrollo Económico. Según indicó Cippec, entre los factores que explican el aumento sostenido de la presión tributaria en ese período se encuentran “la creación y suba de impuestos en la crisis de la Convertibilidad — Débitos y Créditos Bancarios, y Derechos de Exportación—; la recuperación de la actividad económica y el empleo; la suba de los precios internacionales de las materias primas; la nacionalización de los fondos de pensión; y la falta de actualización de los parámetros del Impuesto a las Ganancias”, sostiene Agosto.

Los aportes y las contribuciones a la seguridad social fueron el rubro de mayor incidencia en el aumento global de la presión tributaria a lo largo del período, con un incremento de 3,5 puntos porcentuales del producto. El impuesto a las Ganancias se ubicó en segundo lugar, con un aumento de 2,4 puntos seguido por el impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios, los Derechos de Exportación, Ingresos Brutos e IVA. “La situación podría resumirse en tres cuestiones centrales: gasto público en niveles récords; presión tributaria alta con impuestos de baja calidad; y severo desequilibrio fiscal, lo cual ha requerido alternativamente de financiamiento inflacionario vía emisión monetaria y/o endeudamiento”, describe Agosto.

BREVES

Producción redobla la apuesta para dar herramientas de alivio financiero

El 95% de la elaboración textil artesanal está vinculado con las mujeres

El Banco Ciudad dicta cursos para mejorar la actividad de las empresas

■ El Ministerio de Producción salió a difundir herramientas para apoyar a las Pymes y recordó que se puede descontar del Impuesto a las Ganancias hasta el 10% de lo que se invierta en maquinaria o infraestructura hasta el 31 de diciembre de 2018. También se podrá acceder a un bono de crédito fiscal para cancelar impuestos nacionales y aduaneros. “Además, para que tengan mayor alivio financiero, se elevaron los umbrales de retención de IVA (135%), Ganancias (400%) y Seguridad Social”. Remarcaron que se puede acceder a un crédito a una tasa variable del 16% como máximo y con un plazo de hasta 7 años.

■ Las mujeres dominan aproximadamente el 95% de la producción textil artesanal. Para darle valor agregado y reconocer al aporte de esta rama de la economía, varias instituciones del país formaron el Registro Nacional de Artesanos Textiles de la República Argentina. Laura Martínez, del Observatorio de Tendencias del Centro de Textiles del INTI señaló que la idea es “darle visibilidad al trabajo de los artesanos textiles de todo el país”. Agregaron que la mayoria utiliza la técnica de tejido a telar en un 73%. De acuerdo al sitio Pymes y Emprendedores, la provincia de Formosa lidera el sector agrupando a más del 20% de la fuerza de trabajo y la siguen Neuquén, Salta y Buenos Aires. “De igual forma, se observa que alredor de un 65% de los trabajadores artesanales tienen experiencia en la técnica del hilado y la del tejido ala vez”, indicaron. El INTI forma parte de la Mesa del Mapa Cultural y Productivo y es uno de los organismos que fomentó la cración del Renatra en conjunto con el Mercado de Artesanías Tradicionales.

■ “En contextos tan competitivos como los actuales ya no basta con tener un buen producto, es necesario agregarle al mismo algo que lo haga diferente y mejor a los ojos del cliente. Ninguna empresa es mejor que la gente que la compone y es la función del líder lograr que los integrantes de la pyme quieran y puedan desarrollar”. De este modo, el Instituto Pyme Banco Ciudad busca pootenciar la actividad de las pequeñas y medianas empresas con un curso “dirigido a todo empresario y emprendedor que desee armar un equipo de trabajo eficiente y donde sus miembros puedan desarrollar todo su potencial” .


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ncontraron un techo en su carrera profesional y decidieron apostar a un cambio que combinara la independencia, la creatividad y el público infantil. Empezaron como una iniciativa individual o con la ayuda de familiares y amigas íntimas para desarrollar lo que hoy se convirtió en su tarea principal. Agustina Bua creó la marca !Ay, qué lindo!, de muñecos tejidos; María Sol Faccini generó un multiespacio con fiestas temáticas para niños y adolescentes y Laura Cabezas apostó a recrear los “bebotes” que fueron juguete predilecto en la niñez de los 60 y 70. “Coincidieron varias circunstancias que me llevaron al cambio”, cuenta Agustina Bua, licenciada en Publicidad que hace un año dejó su puesto en un centro universitario de Tigre para dedicarse a la

Tres experiencias de emprendedoras en busca de independencia y creatividad Dejaron sus empleos para desarrollar emprendimientos dedicados a los más chiquitos

El techo laboral fue uno de los disparadores del cambio producción de muñecos tejidos, conocidos como “amigurumis”. A Agustina se le cruzó la necesidad de hacer alguna actividad “para despejar la mente” por una desgracia familiar, la insatisfacción en el trabajo y el embarazo. “Durante el embarazo me dieron licencia porque estaba muy estresada. Cuando nació Sofi, me tomé la excedencia y empecé a darle forma a la empresa”, cuenta. Y en un rol invertido, fue ella quién le enseñó a tejer al crochet a su mamá para que la ayude. “Aprendí con los tutoriales por internet. Los primeros me salieron horribles”, se ríe, conforme de haber iniciado una empresa propia, aunque todavía lejos de

que su ingreso equipare un sueldo completo. La historia de Maria Sol Faccini tiene puntos en común. Especializada en Comercio Exterior como técnica en despacho de Aduanas, empezó a “procesar” la necesidad de un cambio luego del nacimiento de su primer hijo, Manuel, que hoy tiene 6 años. “Quería dejar de trabajar en relación de dependencia y correrme de un lugar de negocios leoninos. Quería hacer algo que me conectara con la alegría”. Cuando estaba embarazada de su segundo hijo tomó la decisión y junto con una amiga y profesora de educación física, Alina Ruggiero, alquilaron una casa en Victoria para armar “celebraciones que sean experiencias”. Y comenzaron a especializarse en todo, aunque parezca contradictorio. A demanda fueron creando cumpleaños de danzas, de cocina, de personajes, bailes con leds para adolescentes, y suma-

Bebotes de apariencia real, para salir del imperio Barbie

Agustina Bua y sus “amigurumis” (arriba)

Varieté y la las fiestas temáticas y las creadoras de bebotes “reales”

ron talleres en vacaciones de verano e invierno. “Queríamos que Varietté fuera un lugar en el que pasaran cosas todo el tiempo. Y armar cada actividad a medida, con propuestas para los que ya no quieren el pelotero”. Fernanda y Laura Cabezas, hermanas y maestras de música, arrancaron antes, hace más de 10 años porque que no estaban convencidas con lo que encontraban en las jugueterías. Y en los últimos años se lanzaron a la fabricación de bebotes “de apariencia real” bajo su firma “Casita de muñecas”. Con más años de experiencia planificaron la expansión asociándose con otro par de hermanos, Federico y Laura Galanterni. Y a Pablo, esposo de Laura. “Ellos llegaron para inyectar más energía al proyecto y ayudarnos a seguir creciendo. Esto nos permitió, al trabajar juntos, lograr posicionar y ubicar al producto tal como lo pensábamos”, señala Laura quien marca que con la expansión lograron colocar los productos en Shoppings y en las cadenas de jugueterías.


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