La pareja más tierna del mundo
La familia dominguera
Personajes que encuentran un gusto desmedido en comer molletes, huevos rancheros o hasta hot cakes y, por otro lado, son fanáticos de la sopa Sanborns con pollo y arroz. Generalmente familias funcionales de padres y hermanos que prefieren lo ya conocido, lo tradicional, y disfrutan de una malteada de vainilla para el postre o un pastel de cuatro chocolates en la vistosísima y tradicional vajilla blanquiazul, al más puro estilo de la talavera poblana.
No se escuchan muy bien el uno al otro, pero no necesitan hablar porque ya se han dicho todo Si entras o no en alguna de estas categorías, es muy recomendable ir un domingo en la noche, llevar un libro, tomar unas cuantas tazas de café descafeinado y disfrutar de observar a la concurrencia. Es muy probable que alguien esté por ahí muy entretenido, especulando sobre tu vida.
Café, postres y buen chisme, ecuación ganadora siempre
Sobre la calle más nice de la ciudad está una gran construcción que aunque incluya la palabra “café” en su nombre, no puedes evitar pensar si en realidad es un restaurantote al estilo Puerto Madero. Fuera de algunos Starbucks, nunca había visto un café tan grande. A lo mejor es por esta razón que su carta ofrece tantas posibilidades, de alguna forma justificando el tamaño del lugar. Empieza con lo obvio: café y té. Los hay como los quieras, expresso, latte de sabores, macchiato, chai, frutales y exóticos. Le siguen las bebidas frías ya sea mezclas con café, yogurt o tipo smoothies. En fin, encuentras de todo, incluyendo postres, galletas, baguettes, sodas italianas, vinos y cer veza. Probé la ciabatta montanera con jamón serrano, queso gouda, casse de tomate, lechuga roble y aderezo de mostaza. Estaba buena pero nada maravillosa. Parece que los creadores del lugar se sentaron horas pensando y discutiendo “¿y qué más le ponemos al menú?...” Pasando de la carta al espacio, parece que pasó por un proceso similar: tienen un librero enorme
en las escaleras con libros de madera, muy padre –algo que encontrarías en un Urban Outfitters– pero el resto de la decoración y muebles son muy similares a los de Starbucks. Como que la cosa no termina de cuajar. Por lo mismo, los comensales van desde oficinistas y vecinos de la zona hasta parejitas melosas. Hay un pequeño patio en la entrada, dos pisos de sillones y sillas para sentarse y un tercer piso con terraza para fumadores, que no es muy agradable por lo que considerarás si realmente te quieres echar un cigarrito con tu café. Lo que vale la pena y es la razón de existir del Garat es el café, una marca creada en 1991 que produce para restaurantes, hoteles y tiene venta directa al público en supermercados. A partir de su éxito a lo largo de los años es que crean este lugar para que la gente pueda disfrutar su delicioso café mientras echan el chisme o tienen una reunión de trabajo. Si lo que te importa es tomar un buen espresso y no tanto la decoración, música o ambiente, este es el lugar para ti. Café Garat Masaryk 86, esq. Taine, Polanco. 5448-2100. Lun-jue 7am-11pm, vie 7am-12am, sáb 9am-12am, dom 9am-10pm.
Exclusivo para los más gourmets El café más exquisito del mundo puede ser el menos apetitoso
Cafés
Son unos abuelitos que comen a la una de la tarde: una señora con bastón a la que el señor le ayuda en todo lo que puede. No alcanzan a escucharse muy bien el uno al otro, pero no necesitan hablar porque ya se han dicho todo. Toman café descafeinado, pero sólo antes de las cinco de la tarde. La mayoría de las veces piden un pastel de chocolate envinado para compartir.
Café Garat
Es curioso que a veces los platillos más exquisitos sean cosas que no se antoja comer. Ya sean ancas de rana, escargots, sesos, o cualquier otra carne de animal exótico. Aunque a lo mejor, a nosotros los mexicanos, que comemos tacos de quién-sabe-qué-partede-quién-sabe-qué-animal, no nos causa tanto conflicto. El café no es excepción a esta regla, su versión más delicada, refinada, y por obvias razones, cara es el Kopi Luwak. Lo que lo hace tan especial es el proceso que le da el sabor: se lo come una civeta –una especie de mapache/oso/gato– de Indonesia que digiere el café, lo deshecha y se recolecta de su excremento para que luego lo laven, lo sequen y lo tuesten. Sí, es café que sacan del excremento de un animal. Dejando eso claro, cabe mencionar que el sabor es inigualable y dicen que se debe a las encimas digestivas de este animal. Tiene aromas delicados de flores, avellana y chocolate, y se recomienda tomar como espresso sin endulzar para realmente captar su aroma y sabor. También se recomienda tener mucho dinero o guardarlo para ocasiones especiales, un kilo cuesta 16 mil pesos. Si lo quieres probar, lo puedes comprar en línea o en tu City Market más cercano.
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