2 minute read

Graciela López Aguilar

Graciela creció en su pueblo natal, situado a 261 km de Guerreo Negro y 42 km de Santa Rosalía, hacia los pies de la Sierra de Guadalupe. Su juventud transcurrió rodeada de huertas, pozas de agua fresca, y arroyos presentes en este sitio que alberga alrededor de 500 personas. La fuerza de los huracanes y las necesidades del pueblo convencieron a algunas familias en San José de Magdalena a mudarse a otros poblados como: Isla San Marcos, Guaymas, Heroica Mulegé y Santa Rosalía.

Sus recuerdos más presentes son: cuando su mamá le pedía comprar un peso de harina, productos básicos para el hogar y en ocasiones piloncillo a 20 centavos. En su vida cotidiana recuerda a su padre, que tenía ganado doméstico para consumo familiar y en otras ocasiones, su papá “pulpeaba” la carne para vender en Santa Rosalía. Nos platica que le gustaba amasar para hacer tortillas de harina, pero, ya en la hornilla, le quedaban algo “chuecas”.

Una vez que se casó, notó un cambio en su forma de vivir. Su esposo era albañil; le gustaba mucho hacer canastos y sillas de madera con fondo de palma de “cogollo”; elaboraba petates de carrizo y a veces techaba casas; todo ofcio que se le presentaba, la aceptaba.

Durante nuestra visita, percibimos el calor de una familia tradicional sudcaliforniana y de su cocina, nos compartieron platillos que incluían deliciosos frijoles con machaca, queso y café de talega.

Su estilo de vida preserva algunas usanzas de la época misional, pues en 1774 se estableció una visita en San José de Magdalena, asociada a la Misión de Santa Rosalía, propuesta inicialmente por el misionero franciscano Francisco Palóu y fundada por el misionero dominicano Joaquín Valero, actualmente sólo quedan ruinas de piedra y adobe en el lugar.

Graciela was raised in her hometown, which is situated at the base of the Sierra de Guadalupe, 261 kilometers from Guerrero Negro and 42 kilometers from Santa Rosalía. Orchards, freshwater ponds, and streams surrounded her childhood home in this community of roughly 500 people. However, several families in San José de Magdalena relocated to neighboring towns including Isla San Marcos, Guaymas, Heroica Mulegé, and Santa Rosalía due to the severity of hurricanes and the town's requirements.

Her most recent memories are of when her mother would ask her to buy essential household goods, such as wheat, for a peso and piloncillo, occasionally for 20 cents. (Piloncillo is an unrefned sugar used as a sweetener in México.) In her daily life, she recalls her father having domestic cattle for family consumption and, at other times, "pulping" meat to sell in Santa Rosalía. She tells us that she liked kneading the dough to make four tortillas, but once on the cooker, they were a bit "crooked."

Once she got married, she noticed a change in her way of living. Her spouse was a bricklayer who also enjoyed making wooden baskets, chairs with "cogollo" palm bottoms, reed mats, and occasionally roofng for homes. He took any job that came his way and was open to learning new skills.

During our visit, we experienced the warmth of a traditional Southern Californian family and shared foods that included wonderful beans with machaca, cheese, and "Talega" cofee.

This lifestyle preserves some of the customs of the missionary era. Since in 1774, a visit was established in San José de Magdalena, associated with the Mission of Santa Rosalía, initially proposed by the Franciscan missionary Francisco Palóu and founded by the Dominican missionary Joaquín Valero. Today, all that remains on the site are the ruins of stone and adobe.

Graciela López Aguilar, nativa de San José de Magdalena, y Cristóbal López González †, nativo de San José del Cabo, se unieron en un matrimonio que prevaleció por más de 50 años y concibieron seis hijos: Elíseo †, Noemí, Luis Ernesto, Juan Cristóbal, Zulema Arlene y Pilar Mildred.

Graciela López Aguilar, a native of San José de Magdalena, and Cristóbal López González †, a native of San José del Cabo, joined in a marriage that lasted for more than 50 years and produced six children: Elíseo †, Noemí, Luis Ernesto, Juan Cristóbal, Zulema Arlene, and Pilar Mildred.