Ecocidio
Gorilas EN LA ZONA DE GUERRA Quedan 700 en el mundo. Todos ellos viviendo como carne de cañón en una de las peores zonas de conflicto del mundo. Por Témoris Grecko
I
r a un país extraño como voluntario para la protección de animales puede parecer noble, romántico y placentero. Conveniente, además, porque un turista tiene que viajar enormes distancias y pagar 500 dólares extra sólo por el permiso de visitar una sola vez a los gorilas lomo plateado que habitan las montañas del este de África, mientras que el conservacionista, imaginamos, tendrá todas las posibilidades para ver, acercarse e, incluso, interactuar con los grandes simios cuantas veces quiera y con tranquilidad, sin competir por la foto con las decenas de citadinos neuróticos del tour. Al revisar el blog de quienes se encargan de esto en la realidad, no hay nada que nos sugiera un jardín idílico de convivencia con las bestias. Por bestias, claro está, no nos referimos a los primates, sino a quienes siguen provocando una de las mayores y menos conocidas tragedias humanas y de la vida salvaje. Por ejemplo, una entrada en el blog Gorilla Protection, dice así: “Los combates han empezado de nuevo en Bukima. El jefe del puesto de guardaparques llamó para decir que está escuchando tiroteos. Se suponía que los rebeldes deberían integrarse en el ejército nacional (como estaba pactado). Tengo la impresión de que con frecuencia los anuncios que los líderes hacen a la prensa no son interpretados en el campo por los que están en lucha”. Esto relataba Samantha Newport, entonces directora de comunicación de la ong Wildlife Direct, el 20 de octubre. “Los guardaparques temen que los rebeldes tomen el puesto de observación. Inocente (uno de ellos) está evacuando a su familia. También el iccn (Instituto Congolés para la Conservación de la Naturaleza) está evacuando. Nosotros esperamos, esperamos, esperamos. Pero una de las repercusiones de esta inseguridad es que genera más inseguridad. Hay un aumento en el bandidaje común y en las actividades de otros grupos armados en el parque nacional. Esto impide que los guardaparques entren en el Sector de Gorilas”.
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