reportaje REPORTAJE
Las fábricas y plantas del sector maderero están expuestas a incendios y explosiones causadas por polvo combustible, tragedias que pueden ser evitadas con buenas prácticas, medidas de prevención y sentido común.
Por Rodrigo Luppi San Martín
“D
ust explosion”… Basta poner estas palabras en Internet y tendrá el infierno en su pantalla. Una planta de azúcar, Imperial Sugar, voló por los aires en febrero de 2008 en Georgia, Estados Unidos, como consecuencia de una explosión generada por la acumulación de polvo combustible (azúcar granulada) en todas sus líneas de producción. El saldo fue devastador: 14 trabajadores muertos y la destrucción total de la planta. El hecho marcó un antes y un después en la creación de conciencia sobre las consecuencias de las malas prácticas en el control del polvo combustible en las industrias de todo tipo. Escenas como ésta pueden repetirse en diversos sectores industriales, entre ellos el maderero y forestal. Esto, porque basta
que exista una suficiente cantidad de polvo combustible acumulado (aserrín, virutas o lijado de paneles, por ejemplo) para que se cree una atmósfera potencialmente peligrosa, que necesita de sólo una chispa para explotar. Esta situación, poco difundida en el país e incluso vagamente contemplada en la
Ambientes explosivos
Un peligro latente
Diciembre
123.indb 45
2010
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Lignum
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