Descripción de Arkadii Dragomoshchenko

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DESCRIPCIÓN ARKADII DRAGOMOSHCHENKO


Mangos de Hacha | Poesía

Primera edición, 2015 © Zinaida Dragomoshchenko © Lyn Hejinian y Elena Balashova por la versión en inglés © Mangos de Hacha 2015, Editorial Mangos de Hacha, S.A. de C.V. Calzada de los Leones 171-102, Col. Las Águilas, Delegación Álvaro Obregón, C.P. 01710, México D.F. www.mangosdehacha.org mangosdehacha@gmail.com Diseño: Radjarani Torres Flores Esta publicación fue relizada con el estímulo del Programa de Apoyo a la Traducción (PROTRAD) dependiente de instituciones culturales mexicanas. Queda rigurosamente prohibida , sin autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reprodución total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reptografía, el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares de la misma mediante alquiler o préstamo público. ISBN: 978-607-96406-5-1 Impreso en México / Printed in Mexico


DESCRIPCIÓN



Arkadii Dragomoshchenko

Descripción Traducción al español de Tatiana Lipkes a partir de la versión al inglés de Lyn Hejinian y Elena Balashova



OPSIS SIN TAXIS

Todo esto es familiar, y aún así debe repetirse. Es su esencia misma, la retícula decorativa de los interiores chinos es inagotable. Las repeticiones no existen mientras haya tiempo. Por lo tanto la no-coincidencia, la desviación, el residuo, requieren de un acercamiento distinto. Un ornamento consiste en agujeros o transiciones de un vacío a otro. ¿En dónde descansa la distinción entre estos vacíos? La distinción no es un sustantivo; la ubicación es imposible. Al cambiarse a sí mismo, nada cambia. Vagar y vagar: “El propósito de uno es observar la desaparición de lo viejo, el propósito del otro es observar el cambio” (Lao Tsé). Es tan ridículo dividir un agujero como lo es para mí representar al poeta con alas de mármol y una boca en llamas. ¿Acaso la imaginación dibuja el modo en el cual esta lengua en particular se arruga en la escala viva de la saliva, se adhiere como barro en los dedos y sin embargo es como los dedos mismos, sube al paladar, permanece allí un momento esperando que disipe la explosión, se aleja... acaso esta “imagen” asecha a la imaginación cuando la mano va de “errancia” a “errancia”? Pienso en Klebnikov cuando hablamos del surco de la errancia: minotauro de su propio laberinto, un espejo volcado bajo los Cielos, un topo (ver Mandelstam) que ha caído en una trampa de raíces en busca de la “partícula” invisible del habla, el centro, la Forma, instantes del Ser, el modo en el que la física cayó en una trampa lingüística en su búsqueda de la partícula indivisible. Pero tenemos que hablar. ¿Acaso existe la palabra? La preferencia que en la antigua China se daba no a las características cuantitativas del número sino a las cualitativas sugiere que el I Ching no es un manual sobre lo aleatorio sino la primera investigación acerca de la sintaxis. Así, “el lenguaje no cayó del cielo”, “el lenguaje es una actividad” de la sociedad: Pienso en un cántaro porque es un capullo. Lo giratorio le dio nacimiento al ornamento. Por un lado, el concepto de “persona” me obliga a hablar sobre la suma de ciertas características, de modo más preciso sobre muchas de ellas; por el otro lado, yo, según mi experiencia, me puedo imaginar a una persona cuya violencia y sufrimiento la vuelven indiferente a su entorno. ¿En dónde se encuentra la diferencia entre una persona y una roca? La expresión propia requiere de cierto yo que exige expresión. La memoria significa solamente alguna otra memoria. Nacemos dos veces, la primera vez en la “separación” del ser y la madre. No significación sino estratificación. La segunda vez, hasta la muerte misma, nacemos infinitamente al mundo-esto es, en esta 7


división infinita. Mientras el mundo se crea a sí mismo, inscribiéndose en mí, lo cambio, permaneciendo en la no-coincidencia del nacimiento y de la muerte. Ver es un proceso de aplazamiento. Un proceso cuyo ritmo no coincide con la velocidad de la comprensión. “Ver-crear”. La palabra “crear” es una palabra con un “ancla dual”. Sin embargo, la vista está respaldada por la ceguera. ¿Qué nos enseña el lenguaje? Yo no escucho. Digo que no es la experiencia y tampoco la expresión de la experiencia sino una actividad; el lenguaje encontrándose encapsulado por la transparencia de las representaciones se abre a sí mismo hacia el futuro (todo esto es familiar, y aún así debe repetirse), hacia lo que nunca estuvo ahí (¿en la experiencia?) pero que está por siempre encerrado en él como posibilidad¡movilidad dentro de la movilidad! La poesía llega en el acto de anticipar el hecho mismo de la posibilidad. ¿Qué dijiste? La espacialidad del silencio es creada por la temporalidad del habla. Lo sé. La materialización del sentido se revela a sí misma en el silencio de su “nada” entre sonido y sonido, signo y signo. ¿Entre tú y yo? La no-existencia es el resultado de la sincronía. Pero la poesía comienza como inconsciencia. El mar en Homero era rojo. Los significados se exigen por el hecho de afirmarse... ¿ante qué? Existen dos tipos de duración; la “duración” de un cambio en la conciencia social y la “duración” del cambio en los significados de la poesía son inconmensurables en su índice de transformación. Como resultado, estamos nuevamente hablado de historia. El lenguaje “apilado”, el lenguaje como “tesoro”, el lenguaje no desperdiciado por la pérdidaal r/evolucionar muere. Aquí empieza el círculo de las pequeñas tragedias de Pushkin-“El caballero avaro”, si un círculo puede tener un comienzo. La ley de la conservación de la energía nos permite imaginar cierto mapa. Sancionado por el Areópago de los legisladores, un “lenguaje singularmente correcto” (el espectro inoportuno de la aglutinación) lleva a la homogeneidad y al fetichismo, matando la conciencia del otro. Hay tanto que no ocurrió ante nuestros ojos, pero hemos visto repetidamente cómo murió el lenguaje y se volvió un asesino, abandonándose a sí mismo a fantasías melodramáticas acerca de los valores fundamentales. La imaginación difiere de la fantasía como la palabra “es” de la palabra “si”. La “vanguardia” es una de las banalidades que acarrean la muerte. La percepción alimenta al mundo. ¿Qué existía antes del dígito? La invención es la selección -de lo inidentificable. La imaginación es la acción intransitiva de la anticipación. Lo opuesto es un deseo de no-diferenciación, de indiferencia: irresponsabilidad. Un ornamento representa un sistema de agujeros, de discontinuidades. El vacío es el corazón del bambú. El origen del eco, una respuesta. No hay vacío, pero hablamos de él. Hablamos de la gente, del amor, de la línea, de la poesía. ¿Acaso existen todas estas cosas? La poesía es ese estado del lenguaje que en sus mecanismos excede constantemente el orden real de la verdad. ¿Quién define cómo debiera existir nuestro conocimiento, o cómo es quien se supone debiera identificar lo identificado? Y así sucesivamente. Esta es la frase de Heisenberg, en la cual reemplacé una palabra: “En poesía ¿estamos describiendo algo objetivamente más real, algo que en cierto sentido existe independientemente del pensamiento humano, o acaso la poesía representa sólo una expresión de las capacidades del pensamiento humano?” 8


¿Qué término en esta frase fue reemplazado con la palabra poesía? O acaso “¿esta vaguedad le pertenece al sujeto o sólo al idioma en el cual hablamos sobre éste y cuya imperfección nosotros en principio no podemos ignorar?” Aquí, en esta frase no hay sustitución. Un Yo ilusorio. En el momento en el que el lenguaje está inmovilizado la figura del “enemigo de valores” surge. Parece que solamente la negación nos permite hablar acerca de esas cosas que el lenguaje no puede tocar. El gusto y la geometría son dos cosas distintas. El péndulo de la retórica mueve el curso del agonista. ¿Qué le preguntan al poeta? El cuerpo de la enciclopedia puede dar satisfacción: Los diccionarios proponen: Se revelan la psicología, la sociología, la ciencia política, la mitología, las religiones: La literatura ofrece: Las instituciones de información satisfacen el entusiasmo por las soluciones: Pero la poesía siempre es algo más. Todo esto familiar, y aún así debe repetirse. Sin preguntarle nada al poeta, preguntan, ¿es posible preguntar acerca de lo cual no existe ninguna respuesta posible? -sin preguntar, preguntan: ¿acaso existe esa pregunta, cuya ausencia produce la misma ansiedad irresistible que naturalmente incita la duda sobre tantas cosas, y en primer lugar sobre la fascinación de las relaciones paternales entre quien ostenta la verdad y su usuario? O: ¿puede una persona (no reducida a la existencia de la piedra) encontrar eventualmente (de) la posibilidad de ser la pregunta? Y ¿qué clase de “respuesta” podría ser, esta perla, encerrada en su concha? La responsabilidad es un modo de escuchar. La sombra de un idioma muerto se convierte en el espectro de lo universal, el único, cuantitativamente infinito: voraz. Pero el lenguaje no puede apropiarse porque es perennemente incompleto. Las acciones perfectas no dejan rastro... La poesía es imperfecta, inconclusa, como es. No hay consuelo. Así como la palabra no existe. La transformación a través de la nada hacia la otredad: “La catástrofe no es el término. La culminación del enfrentamiento y la lucha entre puntos de vista (de conciencias igualmente correctas con sus respectivos mundos). La catástrofe no reduce las situaciones, sino lo opuesto, desdobla su imposibilidad en condiciones terrenales, las hace a un lado sin solucionarlas” (Bajtín). Mozart y Salieri de Pushkin es un idioma, la huella de un ciclón, identidad acumulada, que devuelve la idea del sacrificio, de la división, de la distinción, encontrando sentido en su propio disiparse. “¿Acaso existe el habla?” (Chuang Tzu). La transformación de una pregunta en cuestionamiento, acerca del límite, de la frontera, del delineamiento del significado, acerca de la liberación del sinsentido por el sinsentido, existe sólo en la promesa, en el lenguaje, en la poesía. La historia no es una oblea de espacio que se deshace sobre la lengua. La valentía consiste en una afirmación infinita del pensamiento que derrota “el orden de la verdad real”. La poesía es un gasto de lenguaje “sin un propósito”, es de hecho una redundancia; un constante sacrificio a un sacrificio. Es posible que hablemos aquí sobre el amor, en otras palabras sobre la realidad, o sobre la probabilidad de contestar un eco sin origen -sobre la responsabilidad. Arkadii Dragomoshchenko

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Summa elegĂ­a


A Sentimental Elegy (for Anna Hejinian)

Let the mouse run over the stone. —Aleksandr Vvedensky “Tell me, what binds us to some meaning, what drives us out of our minds?” Dark of a racing cloud, trace of glass, white. The rim of a clock face. The vastness of death and its insignificance, debris flying in a scorched haze of dragonflies— We aren’t going anywhere. There are wells where even at noon the stars are sharp But branching out like a book into strangeness—a possibility always remains, sand and standing still. Some word, like a law’s mold, reveals the world reversed mirrored down the axis of matter. And so this peeling apart in tireless trials of freedoms. Perhaps—“but it’s meaningless”—in the prisms’ twilight where winters’ straight lines erupt suddenly in the ice and like indivisible fire the wind rocks it and scatters it by the handful. And so in the trials of flight between zenith, nadir, window and unshaven cheek, ochre and heather, in the debris of streaming heights....The visible image of a home for these things eludes us. What’s behind them? The same is behind us and before us. Capricious stroll, hair like far-off laughter, Not to remember—to weave a coweb into structure of hearing, Into the correspondence of minutest registers— Their myriads flicker Myriads matching the spirals of the pulse that braids the wrist’s 12


Una elegía sentimental (Para Anna Hejinian)

Deja que el ratón corra sobre la piedra. —Aleksandr Vvedensky

“Dime, ¿qué nos ata a un sentido, qué nos vuelve locos?” Oscuro de una nube que corre, huella de vidrio, blanca. El borde de una carátula de reloj. La inmensidad de la muerte y su insignificancia, desechos vuelan en una niebla quemada de libélulas— No vamos hacia ningún lado. Hay pozos en donde incluso a medio día las estrellas son filosas Pero se expanden como un libro hacia lo extraño —siempre queda una posibilidad, arena y estar quietos. Alguna palabra, como el molde de una ley, revela el mundo invertido reflejando hacia el eje de la materia. Y así este despellejarse en juicios incansables de libertades. Quizá —“pero no tiene sentido”— en el crepúsculo de los prismas donde las líneas rectas del invierno brotan de pronto en el hielo y como el fuego indivisible el viento lo balancea y lo dispersa a manos llenas. Y así En los juicios de vuelo entre cénit, nadir, ventana y mejilla sin afeitar, ocre y brezo, en los desechos de las alturas que avanzan…. La imagen visible de un hogar ya que estas cosas se nos escapan. ¿Qué hay detrás de ellas? Lo mismo está detrás y delante de nosotros. Paseo caprichoso, pelo como risa lejana, Para no recordar —tejer una telaraña en la estructura del oído, Dentro de la correspondencia de los registros más insignificantes— Sus miríadas titilan Miríadas que coinciden con los espirales del pulso que trenzan los cauces secos 13


dry riverbeds. The sequel is absurd. A conquest (of what?) is like a photograph, its filigree lost in a grid, For everything must begin, however you look at snow and fire, As if, reflected in melting ice on the window, you were scraping your cheeks with a razor And again the nature of sunset is unknown And of the spatial partitions that create it—time? body? memory? line? —and of the intervals glimpsed by chance when branching out like a book into strangeness. *** What is said is a lamp, but it announces: “spring thunder.” Light speaks its name brokenly and immediately you can hear how the dry celery beside the indistinct map flickers glistening hoarsely like the wrist’s river weeds. The tap is running. But take some bitter coffee beans, let them be spun into fragrant dust let them simmer “odds and evens” ground down, stopping the run of whirled resins And turn to the invulnerable, braided water Fore there the fluid time of its fall is shattered, In the memory a splinter of light catches the thousand “I’s” it stubbornly returns— as children against their will catch the claw of a bird in the creaking kitchen, perhaps.... I don’t remember. I was shifted a pace aside from myself, from everyone, and that includes God approaching the native land of clouds and cutting my gaze off from flashes of sand and trees. 14


de la muñeca. La secuela es absurda. Una conquista (¿de qué?) es como una fotografía, su filigrana perdida en una retícula, Porque todo debe empezar, como sea que mires a la nieve y al fuego, Como si, reflejado en el hielo que se derrite en la ventana estuvieras rasguñando tus mejillas con una hoja de afeitar Y de nuevo la naturaleza del anochecer se desconoce Y de las divisiones espaciales que lo crearon — ¿el tiempo? ¿el cuerpo? ¿la memoria? ¿la línea?— y de los intervalos entrevistos por casualidad cuando se bifurcan como un libro hacia la extrañeza. *** Lo que está dicho es una lámpara, pero anuncia: “trueno de primavera.” La luz dice su nombre entrecortado y de inmediato puedes oír como el apio seco junto al mapa indistinto parpadea reluciendo ronco como la hierba del río de la muñeca. El agua de la llave corre. Pero toma unos amargos granos de café, deja que giren hacia el polvo flagrante deja que hiervan “pares o nones” pulverizados, deteniendo la carrera de resinas giratorias Y voltea hacia el agua trenzada, invulnerable Ya que ahí el tiempo fluido de su caída está destrozado, En la memoria una astilla de luz atrapa los miles de “Yo” Vuelve tercamente— como los niños en contra de su voluntad atrapan la garra de un pájaro en la crujiente cocina, quizá…. No lo recuerdo. Me hicieron a un lado de mí, de todos, y eso incluye a Dios acercándose a la tierra nativa de la nubes y cortando mi mirada de los destellos de arena y árboles. 15


Summer passes hiding nothing in the deep blue a branch of elation sinking into crystal salts of reason “Tell me, what is it that melts in us or binds us together? Within the sequence of days and of days now and then alternating with night...� drawn out beyond the limits of the mind to the stillness in each chance sound split by the desire for such binding.

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El verano pasa no esconde nada del azul profundo una rama de euforia se hunde dentro de las sales de cristal de la razón “Dime, ¿qué es lo que se funde en nosotros o lo que nos une? Dentro de la secuencia de los días y de los días ahora y entonces alternándose con la noche…” prolongado más allá de los límites de la mente a la calma en cada sonido azaroso partido por el deseo de esa unión.

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Note on the epigraph to “A Sentimental Elegy” “In actual fact objects are a faint mirror image of time. Objects don’t exist...Let the mouse run across the stone. Now count every one of its footsteps. Now forget the word “every,” forget the word “footstep.” Then every footstep will appear as a new movement. After that, since, for good reason, you have experienced the disappearance of your perception of a series of movements which you were erroneously calling footsteps (you were confusing movement with space), movement will begin to fragment, it will be reduced to nil. A flickering begins. The mouse begins to flicker. Look around: the world is flickering.” from “Oberiuty,” by Leonid Aleksandrov, in Chekhoslovenska rusistika, XIII, 68 no. 5

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Nota al epígrafe para “Una elegía sentimental” “En los hechos verdaderos los objetos son una vaga imagen reflejada del tiempo. Los objetos no existen... Deje que el ratón corra a través de la piedra. Ahora cuente cada uno de sus pasos. Ahora olvide la palabra “cada”, olvide la palabra “paso”. Entonces, cada paso aparecerá como un nuevo movimiento. Después de eso, ya que, por una buena razón, usted experimentó la ausencia de su percepción de una serie de movimientos a los cuales llamaba erróneamente pasos (estaba confundiendo movimiento con espacio), el movimiento empezará a fragmentarse, será reducido a cero. Empieza un parpadeo. El ratón empieza a parpadear. Mire alrededor: el mundo está parpadeando.” De “Oberiuty,” de Leonid Aleksandrov, en Chekhoslovenska rusistika, XIII, 68 no. 5

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The Numerically Second Elegy What is being written is unwritten, approaching completion. What is written—it’s incomplete, perpetually approaching completion. A choice of meanings. The seductiveness of a particular meaning. Then the plural. A cherry and the temples are poised for now in an equation, like the wall’s blooming clusters, studying the rain. Not meant for the hands—neglect... Can you hear, has enough been said? Are there enough meanings of myself for me to stop, What is being written reduced to what’s been written, desiring no other: what is not and never could have been said here and now again: guess who sent this postcard. A guess is an obstacle, a ferment of distinctions But not the tangle of their transformations into metaphor... The magnificent rainbow of breath falls back toward the mouth, Now and then in the cold one sees its formation and, finally, here is its description—whether or not its beginning is within me is uncertain: desire. The sting of desire and so forth. To repeat, desire expiring. Strong smell of frozen beet. The sunflower is black, The omnipotence of the cold is flowering like the wall of a passerby. The end is always sudden. You distance yourself from the one who chooses for himself the first person, Several persons. One of them is first. The end is unexpected, like completion, and intimacy collapses—now everything is close to the body— Not to name it home under any circumstances, Not to name it.... Better to be silent, as in the cold. Have you finished? Better the evening with a glass of wine and you as your own guest 20


La segunda elegía numericamente Lo que está siendo escrito no está escrito, se acerca al término. Lo que está escrito —está incompleto, perenemente acercándose al término. Una elección de sentidos. La seducción de un sentido particular. Luego el plural. Una cereza y las sienes en equilibrio por ahora en una ecuación, igual que los racimos florecientes del muro, estudiando la lluvia. No es para las manos —abandono… ¿Escuchas, se ha dicho suficiente? ¿Existen suficientes significados de mí mismo para que me detenga?, Lo que está siendo escrito reducido a lo que ha sido escrito, sin desear nada más: lo que no está y nunca podría haber sido dicho aquí y ahora de nuevo: adivina quién envió esta postal. Una suposición es un obstáculo, un fermento de distinciones Pero no el enredo de sus transformaciones en metáfora… El magnífico arco-iris de aliento vuelve hacia la boca, Ahora y entonces vemos su formación en el frío y, finalmente, aquí está su descripción —no importa si su comienzo está dentro de mí es incierto: el deseo. El ardor del deseo y mucho más. Repetir, el deseo expirado. Fuerte olor del betabel congelado. El girasol es negro, La omnipotencia del frío florece como el muro de alguien que pasa. El final siempre es repentino. Te distancias del que escoge para sí mismo la primera persona, Varias personas. Una de ellas es la primera. El final es inesperado, como el término, y la intimidad se colapsa —ahora todo está cerca del cuerpo— Sin nombrarlo hogar bajo ninguna circunstancia, Sin nombrarlo…. Mejor estar callado, como en el frío. ¿Ya terminaste? Mejor la tarde junto a una copa de vino y tú como tu propio invitado 21


when one writes about wine as about the eyes of a frozen fish in which one thing will never become another by studying the walls blossoming with the unspoken in spring.

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cuando se escribe del vino igual que de los ojos de un pescado congelado en el cual una cosa nunca serรก otra al estudiar los muros que florecen con lo tรกcito en primavera.

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Elegy to a Dream on the 5th of February A dream—that’s “four.” Those who proclaim: “Four features will grow black hereafter on the worm-riddled page without unrolling the scroll of numbers.” The full moon fits into “four” Translucence like a cellophane shell bulging around a locked room. The globe. By itself the dream isn’t significant. A thief. Voices muttering: “The reading lessons won’t last long... hearing muffled—a moat melting the endings off vowels doesn’t prevent our unrolling the alphabet scroll.” The mouth. Only for an instant the corners relax—narrow in the captivating obscurity of hearing in two lines, repeated in two windows, stark white. The corners are thin, like a closing wound. The corners are sharp—the dog-star Sirius drawn from a well. Moisture is simple at the points of intersection in live cavities of rhyme But voices speak in unison—that’s “four,” This is the fissure’s refraction, behind it the mouth of the intersection spurting dark But in order to lose oneself there, to assume the form of a docile dream One must broach the thought that its shores can’t be reached. The moon stood. The labor of the sensing hand, mute. The a second hand Again the one that preceded this in the intersection’s austerity Where—for me and the voices uttering. Cinnabar familiar with the sky. From here the winds form a close ring. The sky abandons speech. Seated around the table’s husk were all whom the brain was absorbing, letting them draw themselves up in different configurations. There was not a single thing that couldn’t be named: “light” 24


Elegía a un sueño el 5 de febrero Un sueño —eso es “cuatro.” Quienes proclaman: “De aquí en adelante cuatro rasgos crecerán negros en la página carcomida por gusanos sin desplegar la lista de números.” La luna llena cabe en “cuatro” Transparencia de una concha de celofán que sobresale alrededor de un cuarto cerrado. El globo. El sueño por sí mismo no es significativo. Un ladrón. Voces que murmuran: “ Las clases de lectura no durarán mucho… el oír amortiguado —un foso que funde las vocales de los finales no impide que despleguemos el rollo del alfabeto.” La boca. Sólo por un instante las esquinas se relajan —estrechas en la oscuridad cautivadora del oír, en dos líneas, repetida en dos ventanas, blanco total. Las esquinas son delgadas, como una herida que cierra. Las esquinas son filosas —la estrella-perro Sirio dibujada desde un pozo. La humedad es simple en los puntos de intersección en cavidades vivas de la rima Pero las voces hablan al unísono —eso es “cuatro,” Eso es la refracción de la fisura, detrás de la boca de la intersección que salpica oscuridad Pero para poder perderse allí, para asumir la forma de un sueño dócil Hay que mencionar el pensamiento cuyas costas no se pueden alcanzar. La luna permaneció. La labor de la mano que siente, muda. Luego una segunda mano De nuevo la que precedió esto en la austeridad de la intersección Donde —para mí y las voces que pronuncian. Cinabrio acostumbrado al cielo. Desde aquí los vientos forman un anillo cercano. El cielo abandona el habla. Sentado alrededor de la cáscara de la mesa donde todos a quien el cerebro absorbía, dejándose arrastrar hacia arriba en distintas configuraciones. No había una sola cosa que no pudiera ser nombrada: “luz” 25


Or “four,” it doesn’t matter, When you bend your body of glass with your trace around the dream. With this I was a second, third, fourth, not regaining speech.

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O “cuatro”, no importa, Cuando inclinas tu cuerpo de vidrio con tu huella alrededor del sueño. Con esto fui un segundo, tercero, cuarto, no recuperé el habla.

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Kitchen Elegy (for Michael Molnar) Guess who sent you this card for your birhtday! (Birthday card text)

An agony of radiating bone in the hissing snow, The wormwood bush bent by the wind. It’s red and sharp—don’t listen to its sound, Stamp it into the path. The hand, meeting a thorn on the cornel bush, weakens, respecting no “perfection of form” with its lingering drop of blood. Frost. Air. In its brightness and rifts. A vacant lot. And it seems it is just as hard for the sky to remove a star from the equations of light as it is for me to remember how many winters remain before summer or to let memory coalesce restored meanwhile to that perfection of form— not a mercury drop— but the unsleeping needle that doesn’t need thread, allowed to glide without shadow, no longer the drop’s sticky mirror, like branches, showing the hand flame fused where the point bursts. Gray, meager shoots of dawn. Tea like a phoenix fledgling dwelled in the cup’s patterned cage. The vacant lot swirled the window—in it’s frame, gnawing with quick teeth into the cold, dogs were swimming in snowdrifts. The crows’ floating resembled imprints in coal. The cigarette ash was slow to fall... And a draft was stirring my hair, interfering with the eye’s morning studies narrowed against the sharp rays To teach the mouth again to be patient with the object, To tie knots, not to decipher them. 28


Elegía de la cocina (Para Michael Molnar) ¡Adivina quién te envío esta tarjeta de cumpleaños! (Texto de tarjeta de cumpleaños)

Una agonía de hueso radiante en el susurro de la nieve, La artemisa inclinada por el viento. Es roja y filosa —no escuches su sonido, Aplástala dentro del camino. La mano, encuentra una espina en el cornejo, se debilita, no respeta la “perfección de la forma” con su gota de sangre persistente. Escarcha. Aire. En su brillo y grietas. Un terreno baldío. Y parece que es igual de difícil para el cielo quitar una estrella de las ecuaciones de la luz como lo es para mí recordar cuántos inviernos faltan antes del verano o dejar que la memoria se fusione entretanto restaurada en esa perfección de la forma— ni una gota de mercurio— más bien la aguja insomne que no necesita hilo, con permiso de deslizarse sin sombra, ya no el espejo viscoso de la gota, como ramas, enseñando la llama de la mano fusionada en donde el punto estalla. Gris, escasos disparos del alba. Té como un joven fénix que vive en el dibujo de celdas de la taza. El terreno baldío envuelto en la ventana —en su marco, mordisqueando el frío con dientes veloces, perros nadaban en tormentas de nieve. El flotar del cuervo como huellas en el carbón. La ceniza del cigarro caía lentamente… Y una ventisca alborotaba mi pelo, interfiriendo con los estudios matutinos del ojo cerrándose ante los rayos filosos Para enseñarle de nuevo a la boca a ser paciente con el objeto, A amarrar nudos, no descifrarlos. 29


But Not an Elegy Parallel snow, Animal smoke huddles in the neolithic burrows of the night. Comprehension is confined between the brackets of the eyes, nibbling white, and the mind is like a mouse in a labyrinth. You see what you see. The world lies down. You are only a hunted beast creeping cautiously across a crackling nap of sound You will be trapped. The trash pits have lost the secret power to stop entropy as a poultice of chewed nettles stops the flow of blood or singing stops the raving of the mad. Two or three degrees ago on the centigrade scale the sections were already coming apart (cutting ties) longing for wholeness, For disintegration as if it were a meeting... Where does the column of heat come from? The sun falls directly on the slope of the roof. It is resurrection and resurrection again. Now even a corpse must be as hard as a star And as invulnerable, too, in subterranean lakes—not horrifying As a gun is not horrifying nor the glowing column of tranquil fire Where charred crow vessels Dwindle behind the thumbnail of the visible Living half as the eye of the Arctic and half as myself stamping a red clump of wormwood into the snow. So we discover the structure of the sky—measuring ourselves against the moon; Inheriting a kingdom by right of primogeniture You shake the dead mouse out of the labyrinth, Out of the parallels, The animal smoke, out of what you see, of what is seen.

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Pero no una elegía Nieve paralela, Un humo animal se enrosca en las madrigueras neolíticas de la noche. La comprensión está encerrada entre los corchetes de los ojos, picoteando blanca, y la mente es como un ratón en un laberinto. Ves lo que ves. El mundo se acuesta. Eres sólo una bestia cazada acechando cautelosamente a través de una pelusa chispeante de sonido Te atrapará. Los tiraderos de basura han perdido el poder secreto de detener a la entropía como una cataplasma de ortigas masticadas detiene el flujo de sangre o el cantar detiene el delirio de los locos. Dos o tres grados atrás en la escala de centígrados las secciones ya se estaban desprendiendo (cortando lazos) anhelando plenitud, Para desintegrarse como si fuera una reunión… ¿De dónde viene la columna de calor? El sol cae directamente en la inclinación del techo Es la resurrección y la resurrección de nuevo. Incluso ahora un cuerpo debe ser tan fuerte como una estrella Y tan invulnerable, también, en lagos subterráneos—no terroríficos Como una pistola no es terrorífica ni tampoco la columna brillante del fuego tranquilo Donde los vasos sanguíneos de cuervo calcinado Se disipan detrás del bosquejo de lo visible Viviendo mitad como el ojo del Ártico y mitad como yo mismo sellando una plasta roja de artemisa en la nieve. Para descubrir la estructura del cielo —midiéndonos contra la luna; Heredando un reino por derecho de primogenitura Agitas al ratón muerto fuera del laberinto, Fuera de los paralelos, El humo del animal, de lo que ves, de lo que es visto.

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March Elegy ...rose ...snows

(from the poetic)

The ridiculous shack of frost is slush, faded, The solar hood of the rose is white as damp plaster. Brother wolf with his ravenous belly is foraging through thickets along the ravines and in sparse brush Relentlessly baring his teeth at himself in the fog, Ears laid back against his scalp, rushing about in his mangy skin, He grieves, Forages, Squinting an eye at the moon in the black gullies, Starting straight at a plaster doll in the gold... Nobody. If only a stinking Tartar! Oh, how thin and mornful the whining of the stubble on the hillside— If only a venerable old man would cross his path, He wouldn’t insult him with aid, he’d just rip open his throat. Nothing. He sheds clumps of fur, chokes on crusts of foam, Wretched with his yellow fangs in the tints of wonderful smoke— It’s not the moon that splashes icy water into his jaws, It’s not a pestilential star that scratches his heart like a sister— Ripping his paws to the bone on the crust of diamondlike snow, Night and day, day and night bending into one bow, The younger brother, recalling little Prince Ivan, gallops Straight into the white sun— Look, what he got into his head, the cur!

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Elegía de marzo …rosa …nieva (de la poética)

La cabaña ridícula de escarcha es aguanieve, descolorida, El casco solar de la rosa es blanco como yeso empapado. Hermano lobo con su estómago famélico busca comida por los matorrales a través de los barrancos y en la hierba rala Mostrándose implacablemente los dientes en la niebla, Sus orejas hacia atrás sobre su cuero cabelludo, deprisa en su piel sarnosa, Se lamenta, Busca comida, Echa una mirada a la luna en las zanjas negras, Mira fijamente una muñeca de yeso en el oro… Nadie. ¡Si tan sólo hubiera un Tártaro apestoso! Ah, qué delgado y triste el gemido del rastrojo en la ladera— Sí tan sólo un viejo venerable cruzara su camino, No lo insultaría con ayuda, sólo le rasgaría la garganta. Nada. Muda unas matas de pelo, se ahoga en costras de espuma, Miserable con sus colmillos amarillos en los matices de humo maravilloso— No es la luna la que salpica agua helada hacia su mandíbula, No es una estrella pestilente la que rasca su corazón como una hermana— Desgarrando sus patas hasta el hueso en la corteza de la nieve de diamante, Noche y día, día y noche agachándose en una reverencia, El hermano menor, recuerda al pequeño Príncipe Iván, galopa Derecho hacia el sol blanco— ¡Mira, lo que se le metió dentro de la cabeza, ese perro callejero!

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Elegy On Rising Dust ...it rises slowly, monotonously flows. Meanwhile, wrapped in the depths of lethargy, An innocent root drinks the winter’s coals Just as seraphim devour the torn-out tongue clapping their glassy wings And how compelling is the blooming—not of clouds— Of murky systems for calculating time Spring’s scales are shadowless like the brain’s axe-head And blood is revealed in concealed transformations As if it were a substance rising to the zenith Then falling back to the nadir of pure speech That leads off endlessly to dreams of birth And contemplates itself in the husk around essential matter. Like so: in the gliding of the swift In the instant the lizard darts from shade— A rift, like the breath drawn in, immaculate, Division’s thread leads straight to unity; A rift, like the breath release, or distinction, Whose packs of signifiers, quivering, in intangible and predatory ardor Coldly weave a pattern of exceptions. Meanwhile the equilibrium is unaffected by the thunder, By worms of lightning tearing the fabric Into piscine strands of craving, sap and cinders at the delta of the northern sheer transparent rivers The sunken bowls of the lakes grown wild With ancient configurations of capillary moisture Interwine, snatching away any sign of light and depth, Plunging the pine into the sand’s precision And binding the unplumbed dome of wind in a web of resemblances With the eyelash fighting In the rocky labor of life-giving night Sea grasses which from earliest times penetrate The strata of gods told in a merging of elements 34


Elegía sobre el polvo que se eleva …se eleva lento, monótonamente fluye.

Mientras tanto, envuelta en las profundidades del letargo, Una raíz inocente bebe las brasas del invierno Igual que los serafines devoran la lengua arrancada golpeando sus alas cristalinas y qué conveniente es lo florido —no de las nubes— De los sistemas turbios para calcular el tiempo Las escalas de la primavera sin sombra como la cabeza de hacha del cerebro Y la sangre se revela en transformaciones ocultas Como si fuera una sustancia que se eleva hacia el cénit Luego retrocede al nadir del habla pura Que lleva infinitamente a sueños de nacer Y se contempla a sí mismo en la cáscara alrededor de la materia esencial. Así: en el vuelo del vencejo En el instante en que la lagartija salta desde la sombra— Una ruptura, como el aliento inhalado, inmaculado, El hilo de la división lleva directo a la unidad; Una ruptura, como el aliento exhalado, o la distinción, Cuyas manadas de significantes, temblando, en un ardor intangible y rapaz Tejen fríamente un patrón de excepciones. Mientras tanto el equilibrio es indiferente al relámpago, A los gusanos del rayo que rasgan la tela En hebras con un hambre de peces, savia y cenizas en el delta de los ríos tan transparentes del norte Los tazones hundidos de los lagos vueltos salvajes Con configuraciones antiguas de humedad capilar Se entrelazan, arrancando cualquier signo de luz y profundidad, Sumergiendo al pino dentro de la precisión de la arena Y atando la cúpula de viento insondable a una red de semejanzas Con la pestaña que lucha En la difícil labor de la noche que da vida El pasto marino que conforma los primeros tiempos penetra El estrato de los dioses dicho en una fusión de elementos 35


And also the turquoise barrier between the fire and the house Which we again disturb with the illusion of delight. The spring of history...The history of spring— So senseless and meager a gift! And nonetheless at times it is equal in grandeur To the powerful form of raging dust To glittering, poisonous scales in the mirrored splashing of resurrection —here a confession follows: the law...of the elegy... Or to sense, rejecting thought In an avalanche of rustling and voracious magnitudes Spreading a net of crystal frost, unnumbered It is the end of matter, the window’s riddle In which clouds drunk from heat hang in anticipation of dark downpours. In the floating rustle, in the flight of swifts... “I don’t ask for mercy.” It is barely warm along the fringe of delight with the line Tying what’s not this to what’s not that. Let there be a God of the trace, transparent as mica, Lowered into the night. Let there be a God of the bay Like canvas embroidered with equilibrium— with silk saliva from cocoons of the dead. But the identities of spring! Enormous dreams of language. And dust, drifting through them beyond words, is rising slowly, a simple incarnation, Elusive and unsleeping as “the other” In whose verbal body “I” is set like a trap.

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Y la barrera turquesa entre el fuego y la casa Que de nuevo interrumpimos con la ilusión del placer. La primavera de la historia…La historia de la primavera— ¡Un regalo sin sentido y exiguo! Y sin embargo por momentos su grandeza es igual A la forma poderosa del polvo furioso A las escalas brillantes y venenosas en el reflejo de la resurrección que salpica —aquí viene una confesión: la ley…de la elegía… O sentir, rechazar el pensamiento En una avalancha de magnitudes voraces que crujen Extendiendo una red de escarcha de cristal, sin número Es el fin de la materia, el acertijo de la ventana En el cual las nubes ebrias de calor cuelgan a la espera de aguaceros oscuros. En el susurro que flota, en el vuelo de los vencejos… “No pido clemencia.” Apenas hace calor a lo largo del borde del placer con la línea Anudando lo que no es esto con lo que no es aquello. Que haya un Dios del rastro, transparente como mica, Que desciende de la noche. Que haya un Dios de la bahía Como un lienzo bordado con equilibrio— con saliva de seda de capullos de los muertos. ¡Pero las identidades de la primavera! Enormes sueños de lenguaje. Y el polvo, flotando entre ellos más allá de las palabras, se eleva lento, una simple encarnación, Elusiva e insomne como “la otra” En cuyo cuerpo verbal “yo” está puesto como una trampa.

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Observations of a Fallen Leaf As the “Ultimate Basis” of Landscape (a reading) ...although what prompts this is unknown. Chuang Tzu, “On the equality of matter”

1. It settles The sediment is mobile—a landscape. We shift it in an experiment with time—the flicker of increments in the dwindling exclusion of signs. Attributes: round? bitter? sharp? number? the crawling path of simulacra (consequences) connecting blooms with a fog of blood in the wordroots’ symmetry? . . Utopia? . Just like . . a vine .

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that growing climbs—a lens change— groping toward a goal: distance. The reflections of drops in each other (a mountain, near the eye the thumb of the right hand on which there is a scratch, a mulberry tree, further away, you see, they too found their place) —a landscape viewed from different sides points of place posited by space. Until the drops dry, they hold out the possibility of non-coincidence. But each wipes out the reason for the others, substituting itself. As in a closely-focused optics, the car flips moments across the face looking to the side. At the intersection. And to make it easier later one writes: “rain, weather, a lock of sunlight on cheek, 38


Observación de una hoja caída como la “base definitiva” del paisaje (una lectura) …sin embargo lo que provoca esto es desconocido. Chuang Tzu, “Sobre la igualdad de la materia”

1. Se acomoda El sedimento es móvil —un paisaje. Lo cambiamos en un experimento con el tiempo—el parpadeo de incrementos en la exclusión menguante de los signos. Atributos: ¿redondo? ¿amargo? ¿agudo? ¿número? El camino trepador del simulacro (consecuencias) ¿conectando retoños con una niebla de sangre en la simetría de las raíces de las palabras? . . ¿Utopía? . Igual que . . una vid . . que creciendo escala —un cambio de lente— yendo a tientas hacia una meta: la distancia. Los reflejos de las gotas entre sí (una montaña, cerca del ojo el pulgar de la mano derecha en el cual hay un rasguño, una morera, más lejos, ves, ellos también encontraron su lugar) —un paisaje visto desde distintos lados puntos de lugares sugeridos por el espacio. Hasta que las gotas se secan, entregan la posibilidad de la no-coincidencia. Pero cada una elimina la razón para las otras, sustituyéndose a sí misma. Como en una óptica enfocada muy de cerca, el auto vuelca momentos a lo largo del rostro mirando a un costado. En la intersección. Y para hacerlo más fácil escribimos después: “lluvia, clima, un pedazo de sol en la mejilla, 39


description of a stone.” To be concrete the event is inserted in the narration in a single gulp: “reality.” Pedestrian changing. The footstep’s naive bone separates the tissue joining one thing to another. A photograph in which there is always only the inception of death, i.e. comparision. Whose second part is you turning toward the first part with desire spread out over the eyes; to smoke, to see, describing the surrondings of a letter’s co-position with the one after and the one before, realized in one that hasn’t yet appeared. Literally a tree on a knoll. A woman with a red umbrella, snow, in a man’s raincoat wind, to the ground, and a dog: Either a mound of sagging clay... But like the broken bush in the distance— They stand out like an echo. I’ll stay as long as description transforming the tree into experience here in the evening in the center And turning away: unexpectedly the landscape stands still. Waits. Streetlights. Stricken by the virus of time. And to it—again; becoming its axis, whose ends are joined, like sleeves of a tautology or—also possible—its pain, unifying contemplation. Such is the source of “a favorable environment,” the layering of the bush, the dog, of the shovelled earth...clay. Like the lizard’s lettering when awakened by the flashing future. “Pleasant is the ford when you cross the great river...” Forty years, however—they say—a leaf falls from this tree... From this one? A poplar? A letter? Catachresis? Perpendicular? The blue in sepia slits? Synesthesia? Madness? A sign enters like a forged nail we hammer into the shell of oblivion. 40


la descripción de una piedra.” Siendo concretos el acontecimiento está insertado en la narración de un solo trago: “realidad.” Los peatones cambian. El hueso inocente de la pisada separa el tejido que une una cosa con otra. Una fotografía en donde siempre está sólo la implantación de la muerte, por ej. la comparación. Cuya segunda parte eres tú volviendo la mirada hacia la primera parte con el deseo extendido sobre los ojos; fumar, ver, describiendo los entornos de la co-postura de una letra con la que va después y la que va antes, entendida en una que aún no aparece. Un árbol en una loma literalmente. Una mujer con un paraguas rojo, nieve, en el impermeable de un hombre, viento, al piso, y un perro: O un montículo de barro que se hunde… Pero como el arbusto roto en la distancia— Sobresalen como un eco Yo me quedo siempre y cuando la descripción que transforma al árbol en experiencia aquí en la tarde en el centro Y volteando: inesperadamente el paisaje está quieto. Espera. Luces de la calle. Contagiado por el virus del tiempo. Y a éste—de nuevo, volviéndome su eje, cuyas extremidades se unen, como las mangas de una tautología o—también es posible—su dolor, unificando la contemplación. Ese es el origen de “un ambiente favorable”, las capas del arbusto, el perro, de la tierra cavada…barro. Como la escritura de la lagartija cuando el futuro deslumbrante la despierta. “Agradable es el vado al cruzar el gran río…” Cuarenta años, sin embargo—dicen—una hoja cae de este árbol… ¿De este? ¿Un álamo? ¿Una letra? ¿Catacresis? ¿Perpendicular? ¿El azul del sepia se corta? ¿Sinestesia? ¿Locura? Un signo entra como una uña forjada que martillamos en el cascaron del olvido. 41


The collar of the dictionary. The seed’s schema is pulled straight (I teach I) in a leaf swirled into the surrondings Gradually opening a mode of existence to simple “landscape” language.

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El collar del diccionario. El esquema de la semilla se tensa directamente (yo enseĂąa a yo) en una hoja envuelto dentro del entorno Abriendo gradualmente un modo de existencia al simple lenguaje del “paisajeâ€?.

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2. The landscape is a moment of time that has gotten in position. —L. Hejinian, The Guard

But how could we sleep, rapturous with bliss from countless recognitions in a field of damp where yellow ripens intermittent as seeing? Through the drizzle. And down to the depths of January? But how could we breathe? We? —things are always the same. Snowless. A shriek, disembodied sound. And melting the horizon flows from moons—spread out, stored—displaying the concave outspread sum of the senseless weight of sagging space. But the sound is high. Immobile, like a sphere no bigger than a bee’s universe which fell on it in the physical victory of vanity released by gaiety. To exist everywhere motionless. Like rust corroding hierarchies, To stretch “being” into “seeing” without lingering, as if without touching the throat... Having rejected the avarice of form In order to move from some to love on the thread of substitution. The snow doesn’t melt Where there is none. The grass is melodious and dry. And the live corpse of a leaf leaves behind a conceivable decay broken by a line in imaginary time... sediment moving down a well-worn course. Annealed by weight. And in this prospect, where the force of friction on the eye is pure a saturated yellow, filling the damp) We unite the sand’s gray scraping with reason: into one—many, 44


2. El paisaje es un momento del tiempo que se ha puesto en posición. —L. Hejinian, The Guard

¿Pero cómo pudimos dormir, eufóricos de dicha de reconocimientos incontables en un campo de humedad donde el amarillo madura intermitente como la vista? A través de la llovizna. ¿Y en la profundidad de enero? ¿Pero cómo pudimos respirar? ¿Nosotros? —Las cosas siempre son iguales. Sin nieve. Un aullido, sonido incorpóreo. Y el horizonte fluye derritiéndose desde lunas —extendido, almacenado— mostrando la suma cóncava desplegada del peso insensato del espacio hundido. Pero el sonido es alto. Inmóvil, como una esfera no más grande que el universo de una abeja que cayó encima de la victoria física de la vanidad liberada por la alegría. Existir inmóviles en todas partes. Como el óxido que corroe a las jerarquías, Estirar “ser” dentro de “ver” sin detenerse, como si sin tocar la garganta… habiendo rechazado la avaricia de la forma Para moverse de algo al amor sobre la hebra de la substitución. La nieve no se derrite Donde no hay. El pasto es melódico y está seco. Y el cuerpo vivo de una hoja deja atrás un deterioro concebible roto por una línea en el tiempo imaginario… sedimento que se mueve por un curso desgastado Templado por el peso. Y desde esta perspectiva, donde la fuerza de la fricción en el ojo es pura (un amarillo saturado, que llena la humedad) Unimos los rasguños grises de la arena con la razón: en uno —muchos, 45


Leaving the snow behind, Outliving the leaf ’s ghostly flight—a net of emptynesses, trap of rumors. Having left its own outline untouched, the leaf like a thing in time is arrogant with promise (even above the branch weighted toward the ground)— And then just for a moment the all-encompassing predicate of layers makes this clear. And once again transparency marks matter... No more than a letter on the surface, a face, All traces’ trace, the cell of all nets. Only a choice of letter, Nothing, After turning itself inside out on waking in the bed of the sentence. It is only an observation of a leaf Weaving the ground into landscape. But let’s count: just such a year burns down the frame of days—borne off outside And if you’re not here Then here are all your days. Anyone is continued by the significance of another. Strange work: to search for regularity. And having stepped back as if slightly startled Taking cold with the tongue from the teeth Pulling the soaked scarf away from the throat— Then only to notice this lofty disorder—each thing is clear, viewed through the palm of the hand.

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Dejando la nieve atrás, Sobreviviendo el vuelo fantasmagórico de la hoja —una red de vacíos, trampa de rumores. Tras dejar su propio contorno sin tocar, la hoja como una cosa en el tiempo arrogante de promesas (incluso encima de la rama cargada hacia el piso)— Y luego sólo por un momento el predicado de capas que todo lo abarca deja esto claro. Y de nuevo las marcas de transparencia importan… No más que una letra en la superficie, un rostro, Todos los trazos del trazo, la célula de todas la redes. Escoger sólo una letra, Nada, Después de voltearse al revés al despertar en la cama de la frase. Es sólo la observación de una hoja Que teje el piso en paisaje. Pero contemos: sólo un año así quema el marco de los días —liberado afuera Y si no estás aquí Entonces aquí están todos tus días. Cada quien continúa en el significado del otro. Extraño trabajo: buscar la regularidad. Y tras retroceder como ligeramente sorprendido Tomando al frío con la lengua desde los dientes Jalando la bufanda empapada lejos de la garganta— Tan sólo para notar este magnífico desorden —cada cosa está clara, vista a través de la palma de la mano.

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Instructing Clarity in a Confusion 1. As black in the hollows of white rushes to wake with fatal blooming, smoke is spread out by procrastination’s underground shoals over mutiny of snows (what force within failure drives one on? and leans over the narrow-lipped gloom like an inscription saturated with centuries— it seethes again in unbearable commentary And letters appear, furthermore, without shadows in the grindstones of order—they’re not cities in feverish drops of wind nor fables about nature; and there is no trace of matter that’s as precious as an echo, lovers of some past time and thing, when “poets were everything” although... death (laughter?) occurs more often, so as not to divide the mind into a labyrinthian root system, a splash of readings—thousands! — in a singular link with beautiful motes of temporary unions, material appropriate to lovers— bodies, swimming in darkness in rivers, going down to the rotting shafts of the mind... 2. Life flakes off with speech. The husk goes off, playing the fool along a flowing path of sap, winters pass over the hills and a tree ages hour by hour with rings of compassion in an endless din) like the black— with white dew

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Intruir claridad en una confusión 1. Tan negro como en los hoyos del blanco se apresura a despertar con un florecimiento fatal, el humo se expande por la desidia de los cardúmenes subterráneos sobre un motín de nieves (¿qué fuerza dentro del fracaso nos motiva? y se inclina sobre la tristeza de labios finos como una inscripción saturada de siglos— se enfurece de nuevo en un comentario insoportable y aparecen letras, es más, sin sombras en la piedra de afilar del orden —no son ciudades en gotas de viento febriles ni fábulas acerca de la naturaleza, y no hay huella de una materia tan preciosa como un eco, amantes de una cosa y un tiempo pasados, cuando “los poetas lo eran todo” sin embargo… la muerte (¿la risa?) sucede más seguido, para no dividir la mente en un sistema de raíces laberíntico, una probada de lecturas —¡miles!— en un vínculo singular con hermosas motas de uniones temporales, material apropiado para amantes— cuerpos, nadando en la oscuridad en ríos, yendo hacia abajo a los recovecos podridos de la mente… 2. La vida se descascara con el habla. La hojuela se desprende, finge demencia junto a un camino de savia que fluye, pasan inviernos sobre las colinas y un árbol envejece hora tras hora con anillos de compasión en un estruendo sin fin) como el negro— con rocío blanco

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night transforms hundreds of stars into plasma and wasps are winnowed with the gods’ fires. The line of plains and mountains whirls like fog whose stones envelop the moon in veins and the Siren is gold on the bough. But the evolution of changes is less visible than smoke hovering like a rainbow of achievement over a steel-gray crown not hoarfrost but ice resembling death, flowing back to the beginning but out also to the end through thought (...o billows of procrastination!) but thought lies in the neighborhood of doubt, where it waits eternally to be recognized erasing itself renewed like a written record as in a spring the sown seeds level the furrow, turning the density of fibers into the heart of matter—mute a boundless knife point (o procrastinating blades...) The fir is heavy with ice. Needles and trunks etched black. A sparkling funeral shadow lies straight as a pathway under the turquoise birches and fire wrapped in womanly yellow tenderly bares the jutting twigs. To stand here alone as water. Without shores. Within a rind of grasses the impatience of the brew is bitter, delirious, as if someone’s ant-like mouth were distorted on the glass, in medicinal drunkness when the floor changes places with the ceilling and the crooked cold toying with the mouth—that disembodied brother of the forehead, of dry contemplation in seeds of inaudible ignorance like a net 50


la noche transforma miles de estrellas en plasma y las avispas son lanzadas con los fuegos de los dioses. La línea de planicies y montañas gira como niebla cuyas piedras envuelven la luna en venas y la Sirena es oro en la rama. Pero la evolución de los cambios es menos visible que el humo rondando como un arco-iris de logro sobre una corona de hierro gris no es escarcha sino hielo que se parece a la muerte, fluyendo de vuelta al inicio pero también afuera hacia el final a través del pensamiento (…¡ah nubes de desidia! pero el pensamiento descansa en el barrio de la duda, donde espera eternamente ser reconocido borrándose a sí mismo renovado como un registro escrito como en primavera las semillas sembradas nivelan el surco, volviendo la densidad de las fibras en la raíz del asunto —enmudeciendo una punta de cuchillo ilimitada (ah filos desidiosos…) El abeto está cargado de hielo. Agujas y troncos grabados en negro. Una sombra brillante de funeral descansa recta como un sendero bajo los abedules turquesa y el fuego envuelto en un amarillo femenino desnuda con ternura a las ramitas que sobresalen. Estar de pie aquí solo como el agua. Sin orillas. Dentro de una cáscara de hierbas la impaciencia de la infusión es amarga, delirante, como si la boca de hormiga de alguien se distorsionara sobre el vaso, en una embriaguez medicinal cuando el piso cambia de lugar con el techo y el frío retorcido jugando con la boca —ese hermano inmaterial de la frente, de contemplación seca en semillas de ignorancia inaudible como una red 51


set to destroy the mind caught in a stagnant meaning in the dull, dying hour of dawn. But here even memory is no more than a flaw sucked in by the center of the circle. Don’t leave. Bend down. Listen to the hum—tall weeds. Bare. Unseen. Sound—this is waiting, when there’s nothing to hear in response, The string envies such fate... A spark’s colorful moment separates us with a moth’s ash spread in the soot by the free rainbow of eyelashes Having separated us it crowns eyelids’ flash—cinders of the ten seconds when the eyes meet, cut off like a shoot in a crystal lens, such is the bamboo stem of the uninhabited and the stale asbestos color of the roofs covered with sodden pigeon carrion. 3. But the graceful rising of a hand encroaching on the framework of geometry before eternity (not sunset’s tree which is burnt through with holes of oily lace but a few extended lines ready to be joined by an imaginary thing out of all imaginary numbers into one) —the lifting of the hand will carry out the encroachment already there where “in” and “out” pulsate peacefully in the front of accumulated “nothing.” It’s getting light. A thaw. A face. Streetlight like a sea creature dries, scraping its beam on the slushy stones. The tide of dawn equals all rifts. The snow doesn’t change the direction of the wind The first streetcar clanks. 52


puesta para destruir la mente atrapada en un significado estático en la tediosa, moribunda hora del amanecer. Pero aun aquí la memoria no es más que un defecto succionado por el centro del círculo. No te vayas. Agáchate. Escucha el zumbido —hierbas altas. Desnudas. Invisibles. Sonido —esto es esperar, cuando no hay nada que escuchar en respuesta, El hilo envidia ese destino… El momento colorido de una chispa nos separa con la ceniza de una polilla expandida en el hollín por el arco-iris libre de las pestañas Habiéndonos separado corona el destello de los párpados —brasas de los diez segundos cuando los ojos se encuentran, arrancados como un tiro en un lente de cristal, así es el tallo del bambú de lo deshabitado y el viejo color del asbesto de las azoteas cubiertas de la empapada carroña de pichón. 3. Pero el gracioso alzarse de una mano que traspasa el marco de la geometría antes de la eternidad (no el árbol del atardecer que está quemado por dentro con hoyos de encaje aceitoso sino pocas líneas extendidas listas para ser fusionadas por una cosa imaginaria entre todos los números imaginarios) —levantar la mano usurpará lo que ya está allí donde “dentro” y “fuera” pulsan en paz frente a la acumulación de “nada”. Amanece. Un deshielo. Un rostro. La luz de la calle se seca como una criatura del mar, raspando su brillo en las piedras derritiéndose. La marea del amanecer es igual a todas las rupturas. La nieve no cambia la dirección del viento El primer autobús rechina. 53



Las islas de las sirenas


The Islands of Sirens I am guided by Thoth, that guides me. (“The Corresponding Sky”) Swimming...already, in childhood, I suspected that—it was pure time.

1. The idea of universal glue seeps weeping down over wonder The question’s crystal trellis— The answer’s transparent frame shimmers in an intangible instant of displacement and in its outgrowth the splash of a diaphragm— petals of metal and the slitting splash backwards a rustle creeping through the chamber of years. That is not everything, but “that” is always behind one’s back, or behind, behind the preposition marking space behind a glance resembling an answer’s shell; half-open it waits for the hour to flash in the downstroke falling back like the night sky in wide open eyes from eyelash to eyelash from oily “dreams” to an adjective jumping on “no” And the eyes, like nets, taking bodiless form flow around the swimmer He comes into consciousness from the other side of things like a dangling coin. And as for the innocence of the meeting a little later:

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Las islas de las sirenas Me guía Thoth, quien me guía. (“The Corresponding Sky”) nadar... ya, en la infancia, lo sospeché —era puro tiempo.

1. La idea del pegamento universal se filtra llorar por el asombro La pregunta es una celosía de cristal— La respuesta es un marco transparente brilla en un instante intangible de desplazamiento y al germinar la salpicadura de un diafragma— pétalos de metal y el salpicar cortante hacia atrás un crujido se desliza a través de la habitación de los años. Esto no es todo, pero “eso” siempre está detrás de nuestra espalda, o atrás atrás de la preposición que marca el espacio atrás de una mirada semejante al caparazón de una respuesta; medio abierto espera la hora para brillar en el golpe que cae hacia atrás como el cielo nocturno en ojos bien abiertos de pestaña a pestaña de “sueños” aceitosos a un adjetivo que brinca sobre el “no” Y los ojos, como redes, toman una forma sin cuerpo fluyen rodeando al nadador Recupera la consciencia desde el otro lado de las cosas como una moneda suspendida. Y en cuanto a la inocencia de la reunión un poco más tarde:

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the ocean, gardens of the Hesperides, archipelago. Garden of fourteen stones, Cosmos knowing neither place nor reckoning. You scoop water now from the Scamander, now from the tiny Tanais, from the Bug, the Neva, again and again the bucket swings overboard with a hollow sound. When the wind stops, and the sleeves of tautology get wet, knotted in the hollows behind the back, a force liberated from motion crumbles the solidity of one’s belongings with its weight, the coupling of spit, of body, veins of decay, of chlorophyll, of the glue in the soaring intersection of beam and shadow. From where the (soul?) soul (we read) goes off in different directions simultaneously not with jealousy’s lies but twisting its tremor as if it were a spool of threads flying outward to the floor—it jerks coil after coil (an acrobat on a trapeze) winding inspiration on itself. What was left— a dry tree, licked clean by a chisel. It’s rare that one goes straight home More often one’s like a page thrown on the table wet with rain—everything wide open! everything summer! — spots spreading simultaneously from different sides And what’s between them, that last instant of meaning, that—home, disappears into it. A living funnel under the oar, unaware of itself, existing only a moment ago, exposes emptiness like a seed. The wandering seed of the universe burning version after version. 58


el océano, jardines de las Hespérides, archipiélago. Jardín de catorce piedras, El Cosmos no conoce ni reconoce el lugar. Sacas agua ahora del Escamandro, ahora del diminuto Tanais, del Bug, del Neva, una y otra vez la cubeta se mece fuera de borda haciendo un sonido hueco Cuando el viento se detiene, y las mangas de la tautología se mojan, enredadas en las cavidades de la espalda, una fuerza liberada del movimiento derrumba la solidez de nuestras pertenencias con su peso, el acoplamiento de la saliva, del cuerpo, venas de decadencia, de clorofila, de pegamento en la intersección elevada del rayo y de la sombra. Desde donde el (¿alma?) alma (leemos) se pasea en distintas direcciones simultáneamente sin las mentiras de los celos sino torciendo su temblor como un carrete de hilos volando hacia el piso —sacude rollo tras rollo (un acróbata en un trapecio) enrollando a la inspiración en sí misma. Lo que quedó— un árbol seco, lamido por un cincel hasta estar limpio. Es raro que vayamos directo a casa Con más frecuencia somos como una página tirada en la mesa mojada de lluvia —¡todo bien abierto! ¡todo verano!— manchas extendiéndose al mismo tiempo desde distintos lados Y lo que hay entre ellas, ese último instante de sentido, eso —el hogar, ahí se disemina. Un embudo vivo bajo el remo, inconsciente de sí mismo, que existió sólo hace un momento, expone el vacío como una semilla. La semilla errante del universo quemando versión tras versión. 59


Verse-turning. Not that but not yet the other. An azure falcon envelops the land with its wings leaning on feathery pillars of flame. The mercy of pseudonarration I’ve made up my mind. I must, finally, tell a story “about something,” must beat a path for it assiduously in a fake memory. An hysterical swarm of moths coils around the streetlight and, I should add—the eyelids...Why? Well, because the theme of turning began long before yesterday. Because, having fixed habits, sometimes one can successfully recall the state that memory immediately frames as the ornament of necessary details. Omitting a list of them, we’ll go on to the next entry. I remember the stupor that overcame me (was it childhood? youth?), as if I were lost in a long contemplation of some brilliant object. Activity in limited space. A familiar ploy. Concentrated in dispersal. Thanks to certain habits, it’s possible to repeat these moments even now, when speed overlapped itself; it exposed what I, studying vision, could neither descibe nor understand nor take from language, even more vague in its totality than those few images which it offered to my consciousness, dazzled by its accessibility. But it’s no secret now, that what’s arrested in hypermotion was no more than a world, like an anticipation of my future memory of that moment. Is there time? What is space? Content, you will ask? Is it merely pure brilliance? And you don’t want more? And you—are nothing more? And you— are no more than what you can say? Sun eclipsed by Song—sign turning, it began its descent to another realm. Propp’s trope. But it’s been so long since we told each other stories. A photograph’s aporia. Truly the steel music of the elevators is wonderful, the great night music, descending or ascending—in fact, what’s the difference? I love lying with her no less that being in her. On my back, that is, beyond—the pendulum of walls. Examining the amusing movements of the lips, moving with breath—wave and sand—which tell the night’s story. So the ridiculous movements of our two naked bodies demand speech: case endings, pauses, certain words to which others would respond, drawing us along. How late we are! As always we’re simply not there, debtors’ speeches, so as not to be left behind with one or two convulsions, although, by the way, they’re quiet pleasant. The theme of turning. I entered the slatey-obsidian aperture of light, leaving behind the milky depths of the kitchen, the paper geometry of the room,

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darle vueltas al verso. Eso no pero tampoco aún lo otro. Un halcón azur envuelve la tierra con sus alas inclinándose sobre pilares emplumados de llamas. La misericordia de la seudo-narración. Ya lo decidí. Debo, finalmente, contar una historia “sobre algo”, debo abrirle el paso de forma diligente en una recuerdo falso. Una plaga histérica de polillas se enrolla alrededor de la luz de la calle y, debo añadir —los párpados... ¿Por qué? Bueno, porque el tema de dar la vuelta empezó mucho antes de ayer. Porque, teniendo hábitos fijos, a veces podemos recordar con éxito el estado que la memoria enmarca inmediatamente como el ornamento de detalles necesarios. Al omitir una lista de ellos, iremos hacia la próxima entrada. Recuerdo el estupor que me vino (¿o era la infancia?, ¿la juventud?), como si estuviera perdido en una larga contemplación de algún objeto brillante. Actividad en un espacio limitado. Una estrategia familiar. Concentrada en la dispersión. Gracias a ciertos hábitos, es posible repetir estos momentos incluso ahora, cuando la velocidad empalmada con ella misma; expuso lo que yo, al estudiar la visión, no pude ni describir ni entender ni tomar del lenguaje, incluso más vago en su totalidad que esas pocas imágenes que le ofreció a mi consciencia, deslumbrado por su accesibilidad. Pero ahora no es un secreto, que lo que está detenido en el hipermovimiento no era más que un mundo, como una anticipación de mi memoria futura de ese momento. ¿Hay tiempo? ¿Qué es el espacio? Contenido, ¿preguntarás? ¿Es simplemente puro brillo? ¿Y no quieres decir más? Y tú —¿no eres nada más? Y tú —¿no eres más de lo que puedes decir? El sol eclipsado por el Cantar [de las huestes de Igor] —signo que gira, empezó su descenso hacia otro reino. El tropo de Propp. Pero ha pasado tanto tiempo desde que nos contamos historias. La aporía de un fotógrafo. De verdad la música de acero de los elevadores es maravillosa, la gran música de la noche, descendiendo o ascendiendo —de hecho, ¿cuál es la diferencia? Me encanta acostarme junto a ella tanto como estar dentro de ella. Sobre mi espalda, eso es, más allá —el péndulo de los muros. Examinan los movimientos divertidos de los labios, que se mueven con el aliento —ola y arena— que cuentan la historia de la noche. Para que los ridículos movimientos de nuestros dos cuerpos desnudos exijan el habla: finales de declinaciones, pausas, ciertas palabras a las que otras responderían, arrastrándonos. ¡Qué tarde vamos! Como siempre simplemente no estamos allí, el discurso del deudor, para no quedarse atrás con una o dos convulsiones, aunque, por cierto, son muy agradables. El tema de girar. Entré en una apertura de luz de pizarra-obsidiana, dejando atrás las profundidades lechosas de la cocina, la geometría de papel de la habitación,

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where patches of books, capable of cheering anybody, showed through one another, not denigrating, not glorifying, and black birds quickly descended to my shoulder, supplying me with the necessary information in harsh, unpleasant voices, which merged into each other. They imitated books: “I—a language fact.” Segments of duration stick together like eyelids withdrawing into a circle’s ranks. Memory encounters the anticipation of itself—the disappearance of rhytm in sections of equal length. The planet’s echo is set askew, its weaving in thickening sandy flocks bending toward sweet collapse is tender. In the nettle rains, blood-making is transparent. Algae with around the screw...Rhodimenia stenogona... Chondrus primulatus... Euthora cristata... Porphyra variegata... Dumontia incrassata... Pylaiella litoralis... Chyzomenia wrightii. Proper name—metonymy. Descending the grainy slope to the water you give her handfuls of water. You spill it, watch, how all that was drowsy when dividing flows together. A line Like the hand’s shores, and between them all that laughs at the possibility of a name. I see the strait, intended by clouds. Yo thout in mynde rememberance how weol brent revolven in ye welkin on hyllecreste whilom. Ye cavernys thir innardys, of basalte y-wrought ye bulluc, ye tre, ye chaunticlere y-plumpt as werdys ond semeth hydde in purpel dawenynge of pryme y-shapen sterrys of gene. Ond quhair wynde layke—ye fauchoun pleynes.

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donde manchones de libros capaces de alegrar a cualquiera, mostrados uno dentro del otro, sin denigrar, sin glorificar, y rápidamente pájaros negros descendieron a mi hombro, proporcionándome la información necesaria con voces duras y desagradables, que se fusionaron dentro de cada una. Imitaron libros: “Yo —un hecho del lenguaje”. Segmentos de duración pegados como párpados retirándose al nivel del círculo. La memoria encuentra la anticipación de sí misma —la desaparición del ritmo en secciones de longitud equivalente. El eco del planeta está inclinado, su tierno tejido en densas nubes de arena doblándose hacia un dulce colapso. En la ortiga llueve, el hacer sangre es transparente. Algas enroscándose...Rhodimenia stenogona... Chondrus primaltus... Euthora cristata... Porphyra variegata... Dumontia incrassata... Pylaiella litoralis... Chryzomenia wrightii. Nombre propio —metonimia. Bajar la ladera arenosa hacia el agua darle a ella puñados de agua. La derramas, miras, cómo todo lo que estaba adormilado al dividirse fluye junto. Una línea. Como las orillas de las manos y entre ellas todo lo que ríe sobre la posibilidad de un nombre. Veo el estrecho, pensado por las nubes. Tu mente recuerda cuán abundante giraba en tu andar por las crestas de colinas. Vosotras cavernas, vuestras entrañas de basalto trabajaron vosotros cabestros, vosotros árboles, gallos regordetes cual brujas y para mí se ocultan en una púrpura alba a la hora primera sinado a los astros del origen. Y donde está el lago ventoso, vosotros facen llanuras.

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All the difference we’ll get in the stone. A second, that part of some mineral, colored by vicinity, unfolded its torn edges. But how can I comprehend the infinite, if only one thought fills the imagination with thunderous laughter: “the end.” Of what? The eyes turn to the stone, illuminated by a part of speech signifying some quality, starting another luminescence in the self-negation of the transition from one to another—a test of the pen in description. Granite 40% water. Stone pores...You and I—pure time. Next to each other or far away or yesterday in the morning when, before, after, tomorrow, in the three thousand seven hundred forty-four...What? Should we do the dishes? Should we sweeep the floor? Should we publish a book of poems with lyrical tendencies? The arrested wandering becomes a country—grammar. A bus stop, street crossing, one second in the day’s tectonic layers: sounding (yellow car, tragic?) —it’s analyzed like a gulp of air. She takes the hand from her breast, regards the lines on the ceiling, comparing them with the line on the wallpaper. The two are silent. Your story is incomprehensible, she says, incomprehensible, although it’s difficult not to suppose that she is like the pages thrown on a table wet with rain. The glue is called the “Moment.” The shoes know it. 2. At times, it seemed, the paddles plunged into the serenity of grasses which metals waste away in clusters of oxygen in thunder and heat avoiding the melancholies of the sand whose arms are restless like the moon directing the ebb and flow resembling crowded figures of kind clay formed from varied cells, as if to come into being, to live backwards in the crosshairs of sight where identities beyond hearing and shame were defeated in the field of reflections having lairs in a foam of silver. Consider this—“later” long ago already was “then.” End of quote. The paddles plunge into the flowering morph of a forest 64


Toda la diferencia que nos dará la piedra. Un segundo, esa parte de algún mineral, coloreado por la cercanía, desdobló sus puntas espinosas. Pero cómo puedo entender el infinito, si sólo un pensamiento llena la imaginación con risa estruendosa: “el fin”. ¿De qué? Los ojos giran hacia la piedra, iluminados por una parte del habla que significa alguna calidad, empieza otra luminiscencia en la auto-negación de la transición de una a la otra —un examen de la pluma en la descripción. El granito es 40% agua. Poros de las piedras... Tú y yo —puro tiempo. Juntos o lejos el uno del otro o ayer al amanecer cuando, antes, después, mañana, en tres mil setecientos cuarenta y cuatro...¿Qué? ¿lavamos los trastes? ¿Barremos el piso? ¿Debemos publicar un libro de poemas con tendencias líricas? La errancia detenida se vuelve un país —gramática. Una parada de autobús, cruzar la calle, un segundo en las placas tectónicas del día: sondeo (auto amarillo, ¿trágico?) —es analizado como un trago de aire. Ella aparta la mano de su seno, observa las líneas sobre el techo, comparándolas con las líneas sobre el papel tapiz. Ambas en silencio. Tu historia es incomprensible, dice, incomprensible, aunque es difícil no suponer que ella es como las páginas tiradas sobre la mesa mojada de lluvia. El pegamento se llama el “Momento”. Los zapatos lo saben. 2. A veces, parecía, que los remos se sumergían dentro de la serenidad de la hierba que los metales consumen en racimos de oxígeno en relámpago y en calor evitando las melancolías de la arena cuyos brazos están inquietos como la luna que dirige el flujo y reflujo que parecen figuras aglomeradas de barro cálido formadas de células diversas, como si cobraran vida, para vivir en retroceso en la mira de la visión donde las identidades más allá del oído y la vergüenza fueron vencidas en el campo de reflejos que tienen guaridas en una espuma de plata. Considera esto —“después” hace mucho ya era “entonces”. Fin de la cita. Los remos se sumergen dentro de la transformación floreciente de un bosque 65


hung in space like a thing. At a touch the darkening stagnates And connections appear with whatever in the wordform “is” takes on its own viscous meaning thanks to simple repetition like smalt thrown by luck into glue “crying out at the wonder” of “un coup de dés.” In contact with any surface we experience the obvious which forces objects to come slightly after language— in the floating rustle, in the flight of swifts— laughable and ancient child, with such tenderness you teach a poet to confound death with laughter and resurrect and patiently confuse mind with wind and sparks with sweat— their beating immobile and bottomless, like a migration of birds along the edge of a blade matching its length. As for the paddles in their great number: 3. They shatter the surface of dancing strands and subside as the turbulence recedes into the depths But afterwards—more dazzling, smoother, higher if the three are in a row on papyrus or incised in limestone— it’s a sign of spring A syllable of favor on the forehead of Nut (having tired of terrestrial discord, we lifted the azurre belly of the cow 66


suspendido en el espacio como una cosa. Al tacto el oscurecer se estanca Y aparecen conexiones con lo que sea que en el signo “es” asume su propio sentido viscoso gracias a la simple repetición como el cobalto tirado por suerte dentro del pegamento “gritándole al asombro” de “un coup de dés”. En contacto con cualquier superficie experimentamos lo obvio que fuerza a los objetos a llegar un poquito después del lenguaje— en el crujir flotante, en el vuelo de los vencejos— niño antiguo y risible, con esa ternura le enseñas a un poeta a confundir a la muerte con la risa y resucitar y pacientemente confundes la mente con el viento y las chispas con el sudor— su latir inmóvil e insondable, como una migración de pájaros a lo largo del filo de una cuchilla que coincide con su longitud. En cuanto a los remos en su gran número: 3. Destrozan la superficie de hilos danzantes y se hunden cuando las turbulencias retroceden hacia las profundidades Pero después —más brillantes, suaves, elevados si los tres están en fila en papiros o grabados en caliza— es una señal de primavera Una sílaba de favor en la frente de Nut (¡Cansados de la discordia terrestre, levantamos la panza azur de la vaca 67


over its congested ground!)

One of her eyes a magma chink (mother’s letter: the core of my mind, she writes, is encrusted with lime. Imagine, how hard it is for me to part with you—there you are, somewhere, under her, you grow weak, you are becoming a stalactite. And I beg you, don’t smoke, and buy oranges if you can) and in the magma in the lava’s infra-singing, looking closely we see how they are carried by the wind dancing like spirals not separated from those whom all our lives in repetitions throughout the whole of death we seek. The second eye only Parschikov could have created: it is a well of pattern meandering without bottom or shame without a staff—like a shepherd—beyond any basis for thirst beyond the walls, the enmity of their disgrace, whose backs they bear around the circle like ore, a load of roots—oxen of the rocky, geological rumble and accumulation O heavenly vein mind’s morning wine, like the sea, the stem of plagues, the Third Eye’s course amazing in itself—can we comprehend the flow of your burning blizzard? in which the sister collecting pollen dips her hands to mix liquid with liquid 68


sobre su suelo congestionado!)

Uno de sus ojos una grieta de magma (carta de una madre: el núcleo de mi mente, escribe, está incrustado de cal. Imagina, qué duro es para mí partir contigo —allí estás, en algún lado, bajo ella, te debilitas, te conviertes en estalactita. Y te ruego, no fumes, y compra naranjas si puedes) y en el magma en el infra-canto de la lava, mirando de cerca vemos cómo se los lleva el viento bailando como espirales sin separarse de aquellos que todas nuestras vidas en repeticiones buscamos a lo largo de la muerte absoluta. Sólo Parshikov hubiera podido crear el segundo ojo: es un pozo de patrones dispersos sin fondo o vergüenza sin un bastón —como un pastor— más allá de cualquier base para la sed más allá de los muros, la enemistad de su desgracia, cuyas espaldas soportan alrededor del círculo como mineral, un cargamento de raíces —bueyes del rocoso estruendo geológico y acumulación Ah vena celestial en la mente un vino del amanecer, como el mar, el tallo de las plagas, la vía del Tercer Ojo increíble en sí mismo —¿podemos entender el flujo de tu ventisca ardiente? en el cual la hermana que recoge polen mete sus manos para mezclar el líquido con líquido 69


to soak it into the power of all-sharing kinship. An eye-socket in the stupefaction of the bloom... night’s formula spread out in time in which the husband—but face to face— emerges from the brother’s body— from the netherworld. What distinguishes the language of photographs from letters? When the wind stops to extend the branching of branches with gifts conveying signs of their affinity (this and that achieved their true purpose victorious in the magnificence of emptiness—they swayed...that’s all!) when passing through the brain’s two hemispheres it subsides in ghosts as they die out, born from them You approach the window and you see a boy looking back at you from a neighboring house. His forehead at night is beautiful—silent blooming like a glass hieroglyph, the unheard flight of hours in which mothy snow swirls, an inchworm in a chamber of light, a summer, rustle in the shrinking whisper. He looks at me and sees how I thaw toward him. The immeasurability of speech flowing through the body always amazed me... resembling a city, a swarm of flies grazing, exhausted by mercury, resembling a spoke. And you won’t say anything. An evaporating cloud—one-ended rainbow. But what stones, on which of the road’s easy curves? and how much can they add to the footstep sinking in anxiety in the rumble of bees and clover? In its constancy a thought unfolds itself —I see a stone. 70


para remojarlo dentro del poder de la afinidad que todo lo comparte. La cuenca del ojo en la estupefacción de la flor... la fórmula de la noche expandida en el tiempo en el cual el esposo —pero cara a cara— emerge del cuerpo del hermano— del inframundo. ¿Qué distingue al lenguaje de las fotografías de las letras? Cuando el viento se detiene para extender la bifurcación de las ramas con regalos expresando signos de su afinidad (esto y aquello logró su propósito verdadero victorioso en su magnificencia de vacío —se estremecieron... ¡eso es todo!) cuando al pasar por ambos hemisferios del cerebro se sosiega en fantasmas mientras mueren, nacidos de ellos Te acercas a la ventana y ves a un niño mirándote desde una casa vecina. Su frente en la noche es hermosa —florecimiento silencioso como un jeroglífico de vidrio, el vuelo inaudito de las horas en el que gira la nieve apolillada, una oruga en una cámara de luz, un murmullo, crujido en el susurro que se encoge. Me mira y ve cómo me derrito hacia él. Lo inmensurable del habla que fluye a través del cuerpo siempre me ha asombrado... semejante a una ciudad, un enjambre de moscas rumia, exhausto por le mercurio, como el rayo de una rueda. Y tú no dirás nada. Una nube evaporándose —un arco-iris de una sola punta Pero ¿qué piedras, en cuál de las curvas fáciles del camino? y ¿cuánto le pueden sumar al paso hundiéndose en la ansiedad en el zumbido de las abejas y el trébol? Un pensamiento se desdobla en su constancia —Veo una piedra. 71


We heard that crystal is formed when nature, undergoing changes, moves a step toward impoverishment, and in that very moment the theme of beauty begins to shimmer, inquiry and obstacle. But the stone...What am I to it? The complexity of surface leaves me at dead end, the sensation of complexity dulled. The simplicity of the surface in the stone’s totality frustrates me... I see a stone. I write—is the stone some inmutable condition, compelling one to write? An impulse. And I answer—no. But it is also not a whim. In that case do I see some thing, an object, in order to begin to write, to conceive of an object in “all” its relationships with “me,” continuing? One can ask also—do I only write when I hold pen in hand, and pen on paper—leading—extracting from cell’s of Brueghel’s space a letter’s pages. But already for a long time the fingers sit on the typewriter keys. The drive that moves the carriage is a little weak, the letters print one into the other. Of course one can ask: why do you ask? Who will answer you and don’t you already have enough story worlds? Color and time—one and the same. For these I’ve already learned something. The manuscript now is nothing but a calendar, calculating the shortest routes to the stone. We discovered the secters of hilarity. A lyrical approach is also possible. We’re talking about the experiences of an author who describes a stone, and people say to him that the stone is none other than his father, since the context permits such an interpretation.... The author answers like this: the father has turned into a different material. He is a ring-like, a ring, to which deafness of the wintry streets attributed the shine of copper wire, boiled in alkalies of sibilants. The filaments of power, emitted from the point where the word disappeared, attract all occurences, as such, as possibility. The mind does only one thing: exclude. To paraphrase: the perfect letter leaves no traces. The mind does not need eyes since it doesn’t feel pain. The stone signifies something else—simply that it isn’t. I see the stone. All winter a false death’s-head rolled like a pebble in the mouth of renunciation.

Squirrels

recklessly crossed the borders of longing. The city holds endless intersections. Again you cut off the thought that moves toward the: father, stone, sky. What if two darted into one as the star in the northwest unites the binding duties. O the speed of the swarm in its dizziness! Dodging each moment, the accidentally disvered “self ” in smalt. 72


Escuchamos que un cristal se forma cuando la naturaleza, transformándose, avanza un paso hacia el empobrecimiento, y en ese momento preciso el tema de la belleza empieza a brillar, investigación y obstáculo. Pero la piedra... ¿Qué soy para ella? La complejidad de la superficie me deja en un callejón sin salida, la sensación de complejidad atenuada. La simplicidad de la superficie en la totalidad de la piedra me frustra... Veo una piedra. Escribo —¿es la piedra una especie de condición inmutable, que nos empuja a escribir? Un impulso. Y contesto —no. Pero tampoco es un antojo. En ese caso ¿veo algo, un objeto, para poder empezar a escribir, para concebir un objeto en “todas” sus relaciones “conmigo”, que continua? También podemos preguntar —¿sólo escribo cuando sostengo una pluma en la mano, y la pluma sobre el papel? —dirigiendo— sacando de las células del espacio de Brueghel las páginas de una carta. Pero ya desde hace mucho tiempo, los dedos se sientan en el teclado de una máquina de escribir. El impulso que mueve el carruaje es un poco débil, las letras se imprimen una sobre la otra. Por supuesto podemos preguntar: ¿por qué preguntas? ¿Quién contestará? y ¿no tienes ya suficientes mundos de historias? Color y tiempo —uno y lo mismo. De estos ya he aprendido algo. El manuscrito ahora ya no es más que un calendario que calcula las rutas más cortas hacia la piedra. Descubrimos los secretos de la hilaridad . Un acercamiento lírico también es posible. Estamos hablando de las experiencias de un autor que describe una piedra, y la gente le dice que la piedra no es sino su padre, ya que el contexto permite tal interpretación... El autor contesta de este modo: el padre se ha vuelto un material distinto. Se parece a un anillo, un anillo, al cual la sordera de las calles invernales le atribuyeron el brillo del alambre de cobre, hervido en alcalinos de sibilantes. Los filamentos del poder, emitidos desde el punto en donde la palabra desapareció, atraen todas las ocurrencias, como tal, como la posibilidad. La mente sólo hace una cosa: excluye. Para parafrasear: la letra perfecta no deja huella. La mente no necesita ojos ya que no siente dolor. La piedra significa otra cosa —simplemente que no es. Veo la piedra. Todo el invierno una cabeza falsa de la muerte enrollada como un guijarro en la boca de la renuncia.

Ardillas

cruzaron sin cuidado los bordes del anhelo. La ciudad tiene intersecciones infinitas. De nuevo cortas el pensamiento que se mueve hacia ellas: padre, piedra, cielo. Qué si dos al lanzarse fueran uno como la estrella del noroeste une los deberes que nos atan. ¡Ah la velocidad del enjambre en su mareo! Esquivando cada momento, el “yo” accidentalmente descubierto en el cobalto. 73


4. I didn’t know what to call him. As if he were on a river downstream on the river that no one knows about. Friendly, a cut on the cheek. Nailed onto a board of the landscape—constructed like a perfect apple of garlic. Student of submissiveness, lungs’ fabric. Magician of the page’s carefree spots, of an autumn day the sign of nobody—the blow of a wave crawling back, the moment of displacement from the intangible into a list of details. History became for him a volume with no table contents or title page, scrolls made of endless instructions threaded through countries. My love for a vacant lot (celandine, sage, daisy, sour grass, nettles, pipes in concrete blocks, broken insulators, traces of breakfast on the grass near the gutter, a kite, willow herb...) each year finds a new explanation. The critic clutching at the grail drums into me the meaning of the line about tea. Clothes are flapping on the line, under the hydrant a bucket moans. The master of etymology pulls an ace from his sleeve, with a snap he fans open the deck on which you lay your head. The clothes on the line, as if in a film, swim by in the sky. True meaning in the guyed unity teases the imagination with a razor blade.

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4. No sabía cómo llamarlo. Como si estuviera río abajo en el río del que nadie sabe nada. Amistoso, una cortada en la mejilla. Clavada sobre una tabla del paisaje —construida como una manzana de ajo perfecta. Estudiante de la sumisión, fábrica de los pulmones. Mago de las manchas despreocupadas de la página, de un día de otoño la señal de nadie —el golpe de una ola retirándose, el momento del desplazamiento desde lo intangible hasta una lista de detalles. La historia se volvió para él un volumen sin índice o portadilla, rollos hechos de instrucciones interminables hilados a través de países. Mi amor por un terreno baldío (celadina, savia, margarita, hierba amarga, ortigas, tuberías en bloques de concreto, aislantes rotos, restos del desayuno sobre el pasto cerca de la canaleta, un cometa, adelfa...) cada año encuentra una nueva explicación. El crítico aferrándose al grial me machaca el significado de la línea acerca del té. La ropa ondea en el tendedero, bajo el hidrante una cubeta gime. El maestro de etimología saca un as de su manga, con un chasquido ventila y abre la cubierta sobre la cual acuestas tu cabeza. La ropa en el tendedero, como en una película, nada en el cielo. El sentido real en la unidad reforzada se burla de la imaginación con una navaja.

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A bunch of keys jingling in the pocket. A thought is the mold taken from a dream that encloses the form of a key to which there’s still no lock. But Troy will not fall yet, as they begin to write about us framing every shadow that stretches from the ship like a key crawling into the horizon’s lock-like crevice. If you exclaim: “He who’s embracing the world, every second he’s destroyed—do you really clothe its occurence with yourself? Is representation carved from the eye?” 5. In my declining years I said to the slave, Listen, Cavafy, really, you should stop scratching in your notebooks at night, from left to right... I banished the rhapsode from Government. Why? Well... you know, this novelty, xerox, that finally arrived from Corinth, it could replace the scribes completely, including the rhapsodes. Or, for example, the parrot trained by the Abyssinian—by the way, isn’t that your earring adorning his earlobe with chrysolite?— O.k. The lexicon is weak, however much it longs for Unity! Let the pythian Logos scream it on the Agora. But Plato—he argued with me. Not a word, Cavafy. Why did you grimace, as if you’d bitten into an unripe fig? Does your tooth ache? So pull it out! Is it painful? No, my friend—poetry isn’t that at all. It’s always something else. Something else, even if you understand that it’s really something else and means nothing, nothing from left to right, nor from right to left. Oh, I almost forgot: they say that Cyrus knew all his soldiers by name. 76


Un montón de llaves tintinean en la bolsa. Un pensamiento es el molde tomado de un sueño que encierra la forma de una llave para la que aún no hay cerradura. Pero Troya no caerá todavía, mientras empiezan a escribir sobre nosotros enmarcando cada sombra que se estira desde el barco como una llave arrastrándose a la grieta de cerradura del horizonte. Si exclamas: “¡Aquel que se arroja al mundo, es destruido a cada instante! — ¿realmente revistes el incidente contigo mismo? ¿Se graba la representación desde el ojo?” 5. En mi vejez le dije al esclavo, Escucha, Cavafis, realmente, deberías dejar de rayonear tus cuadernos por la noche, de izquierda a derecha... Desterré al rapsoda del Gobierno. ¿Por qué? Bueno... sabes, esta novedad, xerox, que finalmente llegó de Corinto, podría reemplazar a los escribas por completo, incluyendo a los rapsodas. O, por ejemplo, el perico entrenado por el abisinio —por cierto, ¿no es ese tu arete que adorna su oreja con crisolito? — O.K. El léxico es débil, ¡sin importar cuánto anhele la Unidad! Deja que el Logos de los píticos lo griten en el Ágora. Pero Platón—discutió conmigo. Ni una palabra, Cavafis. ¿Por qué haces gestos, como si hubieras mordido un higo verde? ¿Te duele el diente? ¡Arráncatelo! ¿Duele? No, amigo —la poesía no es eso para nada. Siempre es algo más. Algo más, incluso si entiendes que realmente es algo más y no significa nada, nada de izquierda a derecha, ni de derecha a izquierda. Ah, casi lo olvido: dicen que Ciro conocía a todos sus soldados por su nombre. 77


My friend, imagine, how verbose his funeral song must have been. Did he really feel immortal? Didn’t he know “you must respect the poverty of language, respect the impoverished thoughts”— as Alexander said? By the way, now he doesn’t feel any lack of energy for science— the flames of time bend down their heads to illuminate space for him... This is one version (in the style of the neo-Grecian school) of one representation. 6. February, hollow, a neighborhood lot. The chitin of last year’s leaves crackles in the hoarfrost. Snow subdivides the light accurate to the thousandth degree of blue. Like wind debris slides to the edge of the board that a neighbor is diligently sawing for this dacha. One can see that memory turns into singing. Halley’s Comet, the colorful baroque anatomy in drawings on calendars, unrolling in parallels, go off into the intersection of you and sky. A child runs up the stairs step by step. Always the same, unchanging—skin, capillaries, sinews, bones, pneuma, the spine’s coral bridge sweeps over the lungs’ weakness. he looks through the window at you, as if from a leaf, swallowing his saliva from tension. We travel like a bowstring between two points applying force.

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Amigo, imagina, qué tan verbosa debió haber sido la canción de su funeral. ¿Realmente se sentía inmortal? ¿No sabía que “hay que respetar la pobreza del lenguaje, respetar los pensamientos empobrecidos”— como lo dijo Alejandro? Por cierto, ahora no siente ninguna falta de energía para la ciencia— las llamas del tiempo agachan sus cabezas para iluminarle el espacio... Esta es una versión (al estilo de la escuela neo-griega) de una representación. 6. Febrero, hueco, un lote de vecindario. La quitina de las hojas del año pasado deja fisuras en la escarcha. La nieve subdivide la luz casi a una milésima del azul. Como desecho del viento se desliza hacia la esquina de la tabla que un vecino aserra con disciplina para su dacha. Podemos ver que la memoria se convierte canto. El Cometa Halley, la anatomía barroca y colorida en los dibujos de los calendarios, desenrollándose en paralelos, yendo hacia la intersección del cielo y tú. Un niño corre al subir las escaleras paso a paso. Siempre igual, sin cambios—piel, capilares, tendones, huesos, pneuma, el puente del coral de la espina barre sobre la debilidad de los pulmones. Él te mira por la ventana, como desde una hoja, tragándose su saliva por la tensión. Viajamos como la cuerda de un arco entre dos puntos ejerciendo fuerza.

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I am interested not in an outburst of information but in the distribution of the outburst in time—conservation. Did the wound inflicted by Clytemnestra change the map? On a black-figured urn is a depiction of a man stepping from a pool (a premonition of the golden section overcomes the spectator) covering his groin with a crumpled sheet. Material in folds. Thirty years they lingered under Ilion at times falling over each other, as if at the threshold of a feast. In the snow (on the Euboean wind, the ascent toward gold) sperm passing cell by cell enters the delta assuming the power of a hand describing the magnificent circle of a question and collapsing with affirmation of the hand which at the last moment opens, palm against the rib of her to whose eyes the ability to see returns. We sat on the burnt grass, an invisible cricket continued its terrifying song. Wars are nurtured on the products of the intersecting tears. The cry provoked by wonder penetrates the sinews of history The sentimental rat running along the boundary lines with a rooster’s comb is fully aware of the connection between cause and effect. Correspondences between the genetic code and combinatory hexagrams meet with indifference at the aleatoric point— the fire of elementary particles and projects in ashes. A falcon with a galactic ear of grain clutched in his beak slowly falls into the constellation of fishes at his back.

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No me interesa un estallido de información sino la distribución del estallido en el tiempo —conservación. ¿La herida causada por Clitemnestra cambió el mapa? Sobre una urna de forma negra hay un retrato de un hombre saliendo de un estanque (una premonición de la sección dorada vence al espectador) cubre su ingle con una sábana arrugada. Material en pliegues. Permanecieron treinta años bajo Ilión por momentos cayendo uno sobre el otro, como en el umbral de un banquete. En la nieve (en el viento de Euboea, el ascenso hacia el oro) esperma pasando célula por célula entra al delta asume el poder de una mano que describe el círculo magnífico de una pregunta y se colapsa con la afirmación de la mano que se abre en el último momento, la palma contra la costilla de la mujer a cuyos ojos vuelve la vista. Nos sentamos sobre el pasto quemado, un grillo invisible siguió con su canto terrorífico. Las guerras se nutren de los productos de las lágrimas que se cruzan. El llanto provocado por el asombro penetra en los tendones de la historia La rata sentimental corre a lo largo de las líneas del límite con una cresta de gallo está consciente de la conexión entre causa y efecto. Las correspondencias entre el código genético y los hexagramas combinatorios se encuentran con indiferencia en el punto aleatorio— el fuego de las partículas elementales y se proyecta en cenizas. Un halcón con un oído galáctico de grano aferrado a su pico cae lentamente dentro de la constelación de peces en su espalda.

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Sand bars undo the braid, the river with naked scissors cuts off an island in the mind— Volny Island, bright with fate, released by freedom into necessity. But then she wanted to answer that he wasn’t there at the time but he managed to say that he woke up, went out and opened his mouth— ducks were flying north, turning his head. Behind, smoking angles, bicycles, rafters, crowds Immediately he leaned on the first thing that happened to be at hand: mountains no longer mountains. The hand didn’t tell lies—everything was alive. But still no she. The banisters were smoking with fog: The gangplanks ached—someone was descending to shore. Life, turning, comes in like a waterspout’s sting Complaint withdraws, like a snail from heat. Opening their gills fish throw themselves from the water onto bricks soaked with fuel oil Epic is not all that serves the form of past time. Where there’s oil, now there’s man, fodder of stars, something resembling a critique, dependent for its meaning on etymology. Adaptations “here,” merging of lines: orpheus-eurydice-mozart-salieri-faust-and-devil. Biology changing sign system. It’s already the end of the month and I haven’t finished the essay on Khlebnikov. Trading a bird’s footprint for the gift of foresight we get the springs of number. But how connect the space of the whole with its edges? And how can one help but think of those who died? A sand barge hovers under the bridge. Of those who understand the need to be in all times now at once? Does a thought alter them at the rim of the throat of plants?

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Bancos de arena deshacen el tejido, el río con tijeras desnudas corta una isla en la mente— La isla Volny, luminosa de destino, soltada por la libertad hacia lo necesario. Pero entonces ella quería contestar que él no estaba allí en ese momento pero él logró decir que se despertó, salió y abrió su boca— los patos volaban hacia el norte, haciéndolo girar la cabeza. Atrás, ángulos humeantes, bicicletas, vigas, multitudes Él se agachó inmediatamente sobre lo primero que encontró a la mano: montañas que ya no eran montañas. La mano no mintió —todo estaba vivo. Pero todavía nada de ella. Los barandales humeaban niebla. Las rampas sufrían —alguien bajaba a la costa. Vida, dando vueltas, llega como una punzada del desagüe. La queja se retira, como un caracol del calor. Los peces abren sus branquias y se echan desde el agua hacia los ladrillos empapados de combustible No todo lo que le sirve a la forma del tiempo pasado es épico. Donde hay petróleo, está el hombre, despojo de estrellas, algo parecido a la crítica, dependiente para su sentido de la etimología. Adaptaciones “aquí”, fusión de líneas: orfeo-eurídice-mozart-salieri-fausto-y-el-diablo. La biología cambia el sistema de signos. Ya es fin de mes y no he terminado el ensayo sobre Klebnikov. Al intercambiar la huella del pájaro por el don de la premonición obtenemos las primaveras del número. Pero ¿cómo conectar el espacio del todo con sus márgenes? Y ¿cómo evitamos pensar en los que han muerto? Una panga de arena ronda bajo el puente. ¿De quienes entienden la necesidad de estar ahora mismo en todos los tiempos? ¿ Los altera un pensamiento al borde de la garganta de las plantas?

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I never wrote about god...Do we read them differently each time? Reading the dregs... Or is memory only a strange quality to which you run as if bringing water to water? Like an axe swinging over both hands, laughing, my elegy of dust. 7. A new reading is a coil of symmetry. An empty spool glints from under the bridge. Unwillingly breaking open steel eyes, the river reflected in the imagination, you dedicate to the fires on the precipice, to the electric welder spitting on a cooling seam, to the pre-dawn darkness saturated with wet oak bark the ring of a silver spoon and a storm of swifts—whose indivisible unit is a tree or bush, its flesh open at the cheek, faster than pity. Another follows And again joy a burst of hearing The continuation of outlandish speech, as semeth in a glasse of tyngys quhilk eyen-selfys eterne, lethe, attendaunt of ferdensse, poynted at ye dayes tu cum as in Al Halowys Morne, quen gyf mekyl bulluc, tre ond chaunticlere frum cleve downe slyt thanne differaunt goddys soth replace hemselfys in formes humane —my longing for meaning— uses up still one more sentence. A cloudburst (air and not enough soil). A thing (it enters you like a dummy guest). Lips (the kiss the beams bite on the lips). No need

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Nunca escribí acerca de dios... ¿Los leemos distinto cada vez? Leyendo los restos... O ¿es la memoria una extraña cualidad hacia la que corres como llevando agua al agua? Como un hacha balanceada por ambas manos, riendo, mi elegía del polvo. 7. Una nueva lectura es un espiral de simetría. Un carrete vacío destella bajo el puente. Reticente al destapar ojos de acero, el río reflejado en la imaginación, te dedicas a los fuegos sobre el precipicio, la soldadora eléctrica escupiéndole a una junta que se enfría, a la oscuridad antes del amanecer saturada de corteza húmeda de roble el timbrar de una cuchara de plata y una tormenta de vencejos —cuya unidad indivisible es un árbol o un arbusto, su mejilla en carne viva, más rápida que la compasión. Le sigue otro y de nuevo la alegría una explosión auditiva La continuación de un habla excéntrico, Como si en una copa del tyngys donde nos vemos eternos el Leteo, aguardando el temor, copiando los días por venir cual en la víspera de Todos los Santos, la reina otorgole el cabestro lechoso, árbol y gallo de cavernas resbalan hacia abajo pues como varios dioses desearon tornarse en forma humana —mi deseo de sentido— agota una frase más. Un aguacero (aire y no suficiente tierra). Algo (entra en ti como un visitante imbécil). Labios (el beso que los destellos muerden en los labios). Sin necesidad

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to understand me, no need. My request is so simple. And one can understand this... Letters printed one onto another. I don’t know anything. A boring handful of blood, murmuring at dawn, when a cross-section of lilacs and islands are behind one’s back. The glass at a different angle of vision changes the content of seeing. Tugboats. The phosphor of lilacs. The inchworm looks for a way out into the night. The imperfection of the verb, like a beetle, taps in the space of an erotic mechanism— all the letters coinciding in the current of magnetic fire Moving without error into the zenith, into the equation’s solution. A cloud at the point of departure. A bush. Tomorrow. As you withdraw, remember: what began as the other, cannot be other than it is.

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de entenderme, sin necesidad. Mi petición es tan simple. Y podemos entender esto... letras impresas una sobre la otra. No sé nada. Un puñado de sangre aburrido, que murmura al amanecer, cuando un muestrario de lilas e islas está detrás de nuestra espalda. El vidrio en un ángulo distinto cambia el contenido de la vista. Remolcadores. El fósforo de las lilas. La oruga busca una salida dentro de la noche. La imperfección del verbo, como un escarabajo, golpetea en el espacio de un mecanismo erótico— todas las letras coinciden en la corriente del fuego magnético Se mueven sin error hacia el cénit hacia el resultado de la ecuación. Una nube en el punto de partida. Un arbusto. Mañana. Al retirarte, recuerda: lo que empezó como otro, no puede ser distinto de lo que es.

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Notas al pie


Footnotes 1. You chose the taste of dust. Why milk? It’s a question of habit... The taste of dust, forever familiar, doesn’t obligate you to anything The sting of dust isn’t noticeable at first— There is more of me where I forget about myself These bright shallow niches, hollows, empty bowls, collar bones pristine as if sources of fire had let them drink, leaching out the color. A habit? The taste of milk is the taste of real dust “I knew your hair in the heat, I called each hair by name” Time followed between the stones as hours echoed Dust over the roofs In the hand iron and cherries burn equally I knew you in a single word completely—forgotten... as if behind a skin of sun that turned into the reverse side of touch the sexless seed from which time has been subtracted. White clay—in layers and deeper Root’s bones and silver coins are buried between them black as the streets which sort through the gray streaks of noon— Mother stands over us at the foot of the bed We are naked as rules of grammar And a grimace strays like thick tarnish—we know to perfection the dust in front of her. Again a passerby, the boards of a fence The negative’s fever Gloomy apples hang in the mirror Wasps abandon the gray shells of their nests. The mind is more cautious. It has come to resemble a wasp And birth. There will be three more days of snow—and dust again. 2. From behind a willow which suddenly caught fire The hundredth sun rushed into view In the grass a raven. A raven in the grass— don’t say in emerald grass Nobody writes that way anymore 90


Notas al pie 1. Elegiste el sabor del polvo. ¿Por qué leche? Es una cuestión de hábitos... El sabor del polvo, siempre familiar, no te obliga a nada El picor del polvo no se nota al principio— hay más de mí en donde me olvido de mí mismo Estos nichos superficiales y brillantes, huecos, tazones vacíos, clavículas prístinas como si las fuentes de fuego las hubieran dejado beber, filtrando el color. ¿Un hábito? El sabor de la leche es el sabor del polvo verdadero “Conocí tu cabello en el calor, le puse un nombre a cada pelo” El tiempo fluyó entre las piedras mientras las horas hacían eco Polvo sobre los techos En la mano el hierro y las cerezas se queman igual Te conocí en una sola palabra completamente —olvidada... como si detrás de una piel de sol que se desdobló al otro lado del tacto la semilla sin sexo de la cual el tiempo fue sustraído. Barro blanco —en capas y más profundo Huesos de raíces y monedas de plata enterrados entre ellos negros como las calles que separan los rayos grises del medio día— Mi madre está parada frente a nosotros al pie de la cama Estamos desnudos como reglas de gramática Y un gesto se desvía como una mancha gruesa —conocemos a la perfección al polvo frente a ella. De nuevo un peatón, las tablas de una cerca La fiebre de lo negativo Manzanas melancólicas cuelgan del espejo Las avispas abandonaron las conchas grises de sus nidos. La mente es más cuidadosa. Ha llegado a parecerse a una avispa Y el nacimiento. habrá tres días más de nieve —luego polvo otra vez. 2. Desde atrás de un sauce que se prendió en llamas El centésimo sol saltó a la vista En la hierba un cuervo. Un cuervo en la hierba— no digas hierba de esmeralda Ya nadie escribe de ese modo 91


The skin of things has colorful patterns September clouds, heavenly teachers of green And a white jet fighter entwined in the texture of the day evaporating. Don’t talk about the grass. If you simply mention birds, like wine they’re sure to appear— That’s how we live in the year of the hundredth sun and willow.

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La piel de las cosas tiene patrones coloridos Nubes de septiembre, maestros celestiales del verde Y un bombardero blanco enredado en la textura del día evaporándose. No hables de la hierba. Con sólo mencionar a los pájaros, llegarán como el vino— Así es como vivimos en el año del centésimo sol y del sauce.

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Accidia


Accidia (for Lyn Hejinian)

what is there to do—go what are they doing—going (from exercises)

1. if mercury, in clots, hardens into inverted ice, and heat encountering needles of clairvoyance soaks into the escaping flutter of a cloth then it follows one must break the mirror of language A broken mirror is a bad sign. One morning in summer I was awakened by an inhuman howling: my mother was crying. My grandfather had hanged himself. The seething day formed in its own heat. That summer swarms of butterflies bustled above the vegetable gardens. In the arabian skulls of poppies their rustling was confused. Everything begins as an error of vision, with the disintegration of the thing affixed to its inevitable unity (Learn by dreaming, identity subjects and things. such is coupling.) Poppyseed and butterflies. Redhot ground. Mint growing from the collarbones. Links of errors compose themselves into zones of green—not immortality. and next the tan ruins of the rings stages of the destruction of the leaf, the ladder leading from the alternation of things. Describing the wind rose, its rays on forty pages of descent, it’s possible to seek out the scabbed-over gesture if the snow is eaten away by the dream. The deposits of color on places where the light is fused with mercury. The street he walked down was like a riverbed or the ancient counting out of proportions and correspondences. the narrow path of a face. a streetlight in the darkening swirls 96


Accidia (Para Lyn Hejinian)

qué hay que hacer ahí—ve qué están haciendo—yendo (de exercises)

1. si el mercurio, en coágulos, se endurece en hielo invertido, y el calor que encuentra agujas de clarividencia se moja dentro del revoloteo que escapa de una tela entonces sigue hay que romper el espejo del lenguaje Un espejo roto es una mala señal. Una mañana en el verano me despertó un aullido inhumano: mi madre lloraba. Mi abuelo se había colgado. El día hirviente se formó en su propio calor. Ese verano enjambres de mariposas revoloteaban sobre los huertos. Su crujido se confundía en los cráneos árabes de las amapolas. Todo comienza como un error de visión, con la desintegración de la cosa adherida a su unidad inevitable (Aprende soñando, identifica sujetos y cosas. así es el acoplamiento.) Semilla de amapola y mariposas. Tierra al rojo vivo. Menta que crece de las clavículas. Los vínculos de errores se componen dentro de zonas de verde —no la inmortalidad. y luego las ruinas curtidas de los anillos etapas de la destrucción de la hoja, la escalera que conduce desde la alteración de las cosas. Describir el viento se elevó, sus rayos en cuarenta páginas de descenso, es posible buscar el gesto hecho costra si a la nieve es devorada por el sueño. Los depósitos del color en sitios donde la luz se funde con el mercurio. La calle por la que él caminó era como el lecho de un río o el conteo antiguo sin proporción ni correspondencia. el sendero estrecho de un rostro. una farol en los oscuros remolinos 97


of air. the head thrown back to see the faded egypt of a butterfly. you know how cheese ripens in the darkness of a low barn, in the stone of matter. The drowsing of the chrysolite is simple. Names are burdened with designation. drowsiness, woodenness, through which perception seeps. Speak. But. Should it cease? Masonry, crumbling from the wall, flows out to the end. Bands of yellow wash quickly over the shoals of sunset. Or azure even coals in which children are eagerly bathing, like angels in wild flames, having bitten the apple of laughter. Every angel is laughable—ludicrous. An afternoon. Every stalk loses its significance at night eternity and green spread out bluegray in the sandstone above the springs Crete and Crimea —one bitter clay for a porous jug— speech rids itself of its liquid in the sweep of the measured ring foam blown from Crete the throat parallels of rain the ditches are seams the snail of the cyclone imitates the shivering of heat in ice inverted, inside out then absolute blackness. Or the balance of a cloud. The anticipation of a snare decays in it, like baskets in the hands of fishermen when they weave them quickly, skillfully, from damp willow branches, sweet as hair in the overcast morning water. Descent of the page. Steel splash of fish. The cold morning was inescapable— sunrise of plastic bags in the kitchen. water from the tap. long decaying roses. 2. first an error of vision. unconvincing invocations of hair. the war lasts 37 years signifying a temporary armistice, after which a new abduction of Persephone, yet another in a continuing series. a failed event. “c” doesn’t meet in a circle, a congruent “s,” the space between them a plane. walking down the street he turns. inside him sways a growing, terribly slow god. 98


de aire. la cabeza echada hacia atrás para ver el egipto descolorido de una mariposa. sabes cómo madura el queso en la oscuridad de un granero de techo bajo, en la piedra de la materia. El cabeceo de la crisolita es simple. A los nombres le pesa la denominación. somnolencia, rigidez, por la cual la percepción se filtra. Habla. Pero. ¿Debería detenerse? Albañilería, derrumbándose del muro, se escurre hacia el fin. Franjas de amarillo rápidamente inundan las multitudes del atardecer. O azur incluso las brasas en la cuales los niños se bañan con impaciencia, como ángeles en llamas salvajes, después de morder la manzana de la risa. Todo ángel es risible —ridículo. Una tarde. Cada tallo pierde su sentido de noche eternidad y verde extendieron el azul-gris en la arenisca arriba de las cascadas Creta y Crimea —un barro amargo para una jarra porosa— el habla se deshace de su líquido en el arrastre del anillo medido espuma que sopla desde Creta la garganta paralelos de lluvia las zanjas son costuras el caracol del ciclón imita el escalofrío del calor en el hielo invertido, desdoblado luego negro absoluto. O el balance de una nube. La anticipación de una trampa decae en éste, como canastas en las manos de los pescadores cuando las tejen rápida, hábilmente, de ramas húmedas del sauce, dulces como el pelo en la nublada agua matutina. Descenso de la página. Salpicadura de acero de los peces. La mañana fría era inescapable— amanecer de bolsas de plástico en la cocina. agua de la llave. rosas que se marchitan lentamente. 2. primero un error de visión. inciertas invocaciones de pelo. la guerra dura 37 años lo que significa una amnistía temporal, después de la cual un nuevo secuestro de Perséfone, sin embargo otro en una serie continua. un evento fallido. la “c” no se mezcla en un círculo, una “s” congruente, el espacio entre ellas un plano. al caminar por la calle voltea. dentro de él oscila un dios lento y terrible que crece. 99


reaching the end he gathers himself as if to leap and inevitably (this said with absurd delight) something happens. otherwise would it be worth living, they ask. he turns, twisting with difficulty, turning the axis of his spine. thus the next line straightens itself out of despair or desire, a lie growing with delicate patience, suffocatng in the bright light, in the grass waste. without any hurry enumerate the ones which await destruction voluptuously in neighboring death or Klee’s milk tears a hound licking a smooth bone howling on a scrap heap of burning rubber I didn’t dream of a white jet bomber and a daughter dreamed up by the wind, passing from the body of the sister into the blood of the wife, of iron, of the empress, or into the silver hemorrhaging of leprosy—it would seem that this is enough for a dream; too much! in other words, to make a long story short (no bugs remain when the building burns) I Crunched the vertebrae in my neck under a wreath of guffaws, a massive white hoop. crowns of walnut trees of fading maples wormeaten purple of the hills a million yellow lions are ready to exit from the intersecting eyelashes of the sunset falling so heavily from sunrise to the west that you forget the song of the ones who touch the palate with expired tongue and break the swinging of the thread from which they don’t know how to live without others. The habit of company, the context of living. Life. Or, on the contrary—casually sinking into the night like children in the blue strewn with coals (as for its length, my mother’s scream in the morning seemed equal to a threnody’s structure, beams visible in the burning roof ). imaginary angels in the delirious yellow pollen. behind the curtain of duration, past islands.

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al llegar al final toma fuerza como si fuera a saltar e inevitablemente (esto se dice con un deleite absurdo) algo sucede. de otro modo ¿valdría la pena vivir?, preguntan. se da la vuelta, con dificultad, girando el eje de su espina dorsal. de este modo la línea se endereza por desesperación o deseo, una mentira crece con paciencia delicada, sofocándose en la luz brillante, en el desecho de hierba. sin prisa enumera a los que esperan la destrucción voluptuosamente en la muerte que se avecina o las lágrimas de leche de Klee un perro lamiendo un hueso pelado aúlla en un tiradero de hule quemándose No soñé con un bombardero blanco y una hija soñada por el viento, pasando del cuerpo de la hermana dentro de la sangre de la esposa, de hierro, de la emperatriz, o dentro de la hemorragia plateada de lepra —pareciera que esto es suficiente para un sueño, ¡demasiado! en otras palabras, para no hacer el cuento largo (no quedan insectos cuando el edificio arde) aplasté la vértebra en mi cuello bajo una corona de carcajadas, un aro blanco inmenso. coronas de nogales de maples descoloridos un púrpura agusanado de colinas un millón de leones amarillos listos para salir de las pestañas intersectadas del atardecer caen con tanto peso desde el alba hacia el oeste que se te olvida la canción de los que tocan su paladar con lengua caduca y rompen el vaivén del hilo sin el cual no sabrían cómo vivir sin los otros. La costumbre de la compañía, el contexto de vivir. Vida. O al contrario—hundiéndose casualmente dentro de la noche como niños en el azul desparramado con brasas (en cuanto a su longitud, el grito de mi madre en la mañana parecía igual a la estructura de un treno, rayos visibles en el techo que arde). ángeles imaginarios en un delirante polen amarillo. atrás de la colina de la duración, islas pasadas.

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I was a watchman there at one time. Locked in an office I had a lot of papers. There were many windows in the building: to the north, to the south, the east and to the west. I was a watchman of windows there, locked in the building with the cast iron gates, watching how forms of air alter by the candlelight dripping beside the trees— and the investigations were conducted with absolute regularity. I waited for water. It surfaced, spilling breath. An involuted cloud passed over the kitchen garden, above the poppy’s arabic face, in the open fabric of the leaves, in the tattered thistledown. Both sink into the tree, changing like air space turning in on itself, just as the continuous body is self-absorbed, the letter drawn into the funnel of the word Remember foxes and cold fragile nests berry stains I don’t remember the wirst a hollow decaying vein It’s a forest Or a field in autumn. The rustle of smoke in the mouth, a hare’s scream, slipping off to the side. The field. Rustling. First snow. Nothing adds definition to their goal as they sweep each other away. Sounds quietly drift, swing up, and melt away behind the unstable wall of drifted snow. They exhaust the raven. It strikes the wall of an immobile night. A hunt. Sharp vacant days. Broken fire scholarship of smoke late in the day. The clay is porous. Rows of high rains. The heavy stars collapse in Scardanelli’s eyes. Sometimes. Birds fall into wide gorges at the poles. Feathers of imaginary birds above. The light in clots contracts like beads within a mercury skin. The empress returns in the first form of the 102


Alguna vez allí yo fui un vigilante. Encerrado en una oficina. Tenía muchos papeles. Había muchas ventanas en el edificio: al norte, al sur, al este y al oeste. Allí era un vigilante de las ventanas, encerrado en el edifico de puertas de hierro de yeso, mirando cómo formas de aire cambian a la luz de las velas goteando junto a los árboles— y las investigaciones se hacían con absoluta regularidad. Esperé agua. Surgió, derramando aliento. Una nube intrincada pasó por el jardín de la cocina, encima del rostro árabe de la amapola, en el tejido abierto de las hojas, en la raída flor del cardo. Ambos se hunden en el árbol, cambiando como el espacio del aire desdoblado, justo como el cuerpo continuo se ensimisma, la letra arrastrada hacia el embudo de la palabra Recuerda los zorros y fríos rágiles nidos manchas de moras no recuerdo la muñeca una vena hueca y decadente Es un bosque O un campo en otoño. El crujido del humo en la boca, el grito de una liebre, resbalando hacia un costado. El campo. Crujiente. Primera nevada. Nada le suma una definición a su propósito mientras se borran uno al otro. Los sonidos se filtran en silencio, meciéndose en lo alto y se derriten detrás del inestable muro de nieve a la deriva. Agotan al cuervo. Golpea el muro de una noche inmóvil. Una cacería. Días filosos y vacíos. Fuego roto erudición del humo tarde en el día. El barro es poroso. Hileras de altas lluvias. Las densas estrellas se colapsan en los ojos de Scardanelli. A veces. Pájaros caen en los anchos barrancos de los polos. Plumas de pájaros imaginarios en lo alto. La luz en coágulos se contrae como gotas dentro de una piel de mercurio. La emperatriz vuelve a la primer forma de la 103


sister, and the page is ending Mercury and foam wheat poppy and verbena lilac in the gloomy north aurum of decay. She/he/it without moving. But here we’re not comparing numbers to the ciphers of first errors. A Thousand lines together, ten thousand worlds swim onto the surface of the rapids. Deaf and mute, a snowy gesture. Is that how it was? A bridge bending over the black vineyard sea. Who then walking down the street? Evening of the delta. A gust in the evening. The pine needles of the bay are black. 3.

pride

description disintegrates, absorbed into another

irritation at the breaking up of white

“nobody can accuse me of false faith”

“and there, my soul—a permit—you arrive”

one thinks perhaps of grass defying the meaning of distinctions until they’re negated: gender, number, case A butterfly with a bloody mouth gradually disappears in the doorways of a scream

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hermana, y la página se termina Mercurio y espuma trigo amapola y verbena lilas en el norte melancólico aurum de decadencia. Ella/él/eso sin moverse. Pero aquí no estamos comparando números con las cifras de los primeros errores. Mil líneas juntas, diez mil mundos nadan hacia la superficie de los rápidos. Sordo y mudo, un gesto nevado. ¿Así es como fue? Un puente se dobla sobre el negro mar de viñedos. ¿Quién entonces camina por la calle? Tarde en el delta. Una ráfaga de viento en la tarde. Las agujas del pino en la bahía son negras. 3.

orgullo. la descripción se desintegra, absorbida dentro de otra

irritación en el rompimiento del blanco

“nadie me puede acusar de falsa fe”

“y ahí, mi alma —un permiso— llegas”

quizá pensamos en la hierba que reta al sentido de las distinciones hasta que son negadas: género, número, caso Una mariposa con la boca ensangrentada desaparece gradualmente en el umbral de un grito

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Note to “Accidia”: “Everything begins as an error of vision...” Just imagine, I somehow read this in I don’t remember which of your letters, transmuting a simple phrase into a ridiculous one. And regardless of the obvious unfoundedness of such an “interpretation,” without long consideration I included this line in the text of the poem now known to you as “Accidia.” You may ask, does “accidia” in my case signify stillness, silence, a dying down? Agreed. Partly because I always agree with everything. And nevertheless, a long time before the need to specify the word’s significance arose, before I had to select even approximately a “leading” sense, this word for a considerable time, disappearing and reappearing, lived as a sound, at times rolling away somewhere entirely on the periphery of my vision, remaining there for awhile as a dumb grapheme. I didn’t question it about anything because I felt no necessity. It was almost fleshless, light, like winged seeds floating in autumn, perpetually revolving above the earth. But along with this there was a viscid, as if Cambrian, blue clay melting in the dried out depths of heat. It lingered, without converting into an odious veil of associations, as it was, looking for no continuation either in acoustic or in colored conjunctions, although it possessed excellent vowel inflections like dampness or the memory of love promising (in the no less unstable future) the well-known flexibility of misleading harmony. In Persian miniatures lovers were depicted with identical faces. It was ready to annihilate other senses without having acquired its own, I suspect. However, leaving aside what was still for me a meaningless cocoon—such was the circle—as the figure of a virtual metaphor, of an unsubstituable incarnation, it began to turn transparent, to grow tense, to tighten into definition as something distantly reminiscent either of sandstone burned into faded azure-purple or as stone honeycombs darkening into delicate fretwork before the eyes. I took to thinking again of axes revolving on the metal strings of death, of a milky yellowness without any basis, and then there appeared a dry soft crunching, a riverbed—mountain range—river floor. And not even the floor but a mirage pouring out in hot steam over the burning clays, granite, and soil. However the word was completely innocuous, it tore away shadow and reflections, without multiplying echoes, emerging and returning unchanged. Only with the passing of time within it, there began to appear behind it, without any reason, something else—the old Russian word “speak” (rtsi). Speech and stream. That was the first change. The stream was empty. The stream turned out to be the riverbed of a sandy stream or the sand itself in another form: the concept immediately became very important—the blend of a definite and indefinite quantity in one word. Crafty, habitually comfortable relations began to grow in the mastered grammatical attractions, to take on cunning and scatter, at some instant or another, unexpectedly revealing mercury (rtut’), a lake of mercury, an amalgam and the sad mirror of language, its interior. “Everything begins as an error of vision...” —the line beginning the poem has itself slipped to the side, giving way to the one with which it now begins.

(from a letter to L. H., February 24, 1984)

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Nota a “Accidia”: “Todo comienza como un error de visión...” Sólo imagina, de alguna forma leí esto en no recuerdo cuál de tus cartas, transmutando una simple frase en una que es ridícula. Y sin importar una “interpretación” tan obvia y sin fundamentos, sin pensarlo mucho incluí esta línea en el texto del poema que tú conoces como “Accidia”. Te preguntarás, ¿“accidia” en mi caso significa quietud, silencio, una calma? De acuerdo. En parte porque siempre estoy de acuerdo con todo. Y sin embargo, hace mucho tiempo surgió la necesidad de especificar el sentido de una palabra, antes tenía que seleccionar incluso un sentido “principal”, esta palabra por un tiempo considerable, desaparecía y volvía a aparecer, vivió como un sonido, a veces alejándose hacia alguna parte en la periferia de mi visión, quedándose ahí por un rato como un grafema tonto. No lo cuestioné acerca de nada porque no sentí la necesidad. Casi no tenía carne, era ligero, como semillas aladas que flotan en el otoño, girando eternamente encima de la tierra. Pero junto a esto había un barro, como si fuera Cámbrico, azul y viscoso fundiéndose en las profundidades secas del calor. Permanecía, sin convertirse en un odioso velo de asociaciones, tal como era, sin buscar continuación ni en las conjunciones acústicas de color, aunque poseía excedentes inflexiones vocales como la humedad o la memoria del amor que promete (en el futuro no menos inestable) la flexibilidad conocida de la armonía engañosa. En las miniaturas Persas los amantes eran retratados con rostros idénticos. Estaba listo para aniquilar otros sentidos habiendo adquirido uno propio, sospecho. Sin embargo, dejando de lado lo que para mí seguía siendo un capullo sin sentido —tal era el círculo— como la figura de una metáfora virtual, de una encarnación insustituible, se empezó a volver transparente, a tensarse, a endurecerse dentro de la definición como algo alusivo a la distancia ya sea de arenisca quemada del azul-púrpura descolorido o como panales de piedra oscureciéndose en tejidos delicados frente a los ojos. Retomé el pensamiento de los ejes girando en las cuerdas metálicas de la muerte, de un amarillo lechoso sin fundamento, y luego ahí apareció un crujido suave y seco, el lecho de un río — cordillera de montañas— fondo del río. Y ni siquiera el fondo sino un espejismo derramándose en el vapor caliente sobre el granito, la tierra, las cálidas arcillas. Sin embargo la palabra era completamente inocua, arrancó sombras y reflejos, sin multiplicar ecos, emergiendo y regresando sin cambio. Sólo con el paso del tiempo dentro de sí, comenzaron a aparecer detrás de ella, sin razón, algo más —la vieja palabra rusa “habla” (rtsi). Habla y corriente. Ese fue el primer cambio. La corriente estaba vacía. La corriente resultó ser el lecho del río de una corriente arenosa o la arena misma en otra forma: de inmediato, el concepto se volvió muy importante —la mezcla de una determinada e indeterminada cantidad en una palabra. Relaciones hábiles y habitualmente cómodas empezaron a crecer en las atracciones gramaticales depuradas, enfrentándose a la astucia y al despiste, en un instante o en otro, revelando mercurio (rtut’) inesperadamente, un lago de mercurio, una amalgama y el espejo triste del lenguaje, su interior. “Todo comienza como un error de visión...” —la línea al inicio del poema se resbaló hacia un costado, dándole paso a aquella con la que ahora comienza.

(de una carta a L.H., 24 de febrero, 1984)

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La nasturtia como la realidad


Nasturtium As Reality Clad in sweat you drink cold water from the pitchers. —V. Khlebnikov 1. An attempt to describe an isolated object determined by the anticipation of the resulting whole— by a glance over someone else’s shoulder. A nasturtium composed of holes in the rain-spotted window—to itself it’s “in front,” to me, “behind.” Whose property is the gleaming tremor of compressed disclosure in the opening of double-edged prepositions in a folded plane of transparency which strikes the window pane?

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La nasturtia como la realidad Cubierto de sudor bebes agua fría de los cántaros. —V. Klebnikov

1. Un intento por describir un objeto aislado determinado por la anticipación del todo resultante— por una mirada sobre el hombro de otro. Nasturtia compuesta de hoyos en la ventana manchada de lluvia —para sí misma está “en frente”, para mí, “detrás”. Su propiedad es el temblor radiante de revelación comprimida en la apertura de preposiciones de doble filo en ¿un plano doblado de transparencia que golpea el cristal de la ventana?

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2. Attacked by white, desiccated and exact (so precise it’s as irreducible as ellipsis) a wall in the turquoise blue distortion. To the nasturtiums the storm left a legacy of limestone and heat in a purple semi-circle and steam gleaming in the cloverleaf courtyard. A sign, inverted—not mirror, and not childhood. (A version: this night shattered apart by the rays of the dragonflies’ concise deep blue drawing noon into a knot of blinding foam... A version: tonight the rays of the dragonflies crumbled, by day they sewed together cattails and sedge in the marshes, where the steam is dazzling, like a cobweb in a summer, and— the total renunciation of any possible embodiment in reading: neither a dragonfly, nor that which forms and is formed or is washed away by this awareness—but the clearest forms need mud. A version.) As a living fretwork in blown grass the slanting wind carries silence. A sound from without approaching that which the eye has blurred, an unconforming form, it bares, rushes out 100 times into angles where the obsessive attempt to outrun silence persistently encounters the arrogant silence.

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2. Atacado por el blanco, desecado y exacto (tan preciso que es irreductible como una elipsis) un muro en la distorsión azul turquesa. Para las nasturtias la tormenta dejó un legado de piedra caliza y calor en un semicírculo púrpura y el vapor brillante en el patio de trébol. Un signo, invertido —no espejo, y no infancia. (Una versión: esta noche destrozada por los rayos concisos y el azul profundo de las libélulas que arrastran el medio día hacia un nudo de espuma cegadora... Una versión: esta noche los rayos de las libélulas se derrumbaron, de día cosieron juntos espadañas y juncos en los pantanos, en donde el vapor deslumbra, como una telaraña en el verano, y— la renuncia total de cualquier encarnación posible en la lectura: ni libélula, ni aquello que se forma y es formado o deslava por esta conciencia —pero las formas más claras necesitan lodo. Una versión.) El viento inclinado acarrea al silencio como un tejido vivo en la hierba bajo el viento. Un sonido de afuera se acerca ese que el ojo nubló, una forma inconforme, resiste, sale volando 100 veces hacia los ángulos en donde el intento obsesivo de dejar atrás al silencio se encuentra una y otra vez con el silencio arrogante.

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3. The vibrating nasturtium (immersion of a bumblebee in the still unconsumed confusion of wings) on the thread of intentions strengthens the edge (something is happening to the yes— they don’t communicate with the brain) of matter in the nominative, near verbal fiber of the flower— it opens its leaves mournfully rounded (the shrieks of guttural bushes as they fade transform them into clusters of autumn tarnish) in the dusk ( the knowledge, which belongs to me, absorbs it cautiously, tying it to innumerable capillary nets: the nasturtium—its section of the neuron string... ) Some are eaten through by caterpillars, sun rays, aphids. A sign sweats over the doorway: “Voltaire has been killed. Call me immediately.” Damp words chalk.

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3. Nasturtia vibrante (inmersión de un abejorro en la confusión inagotada de las alas) en el hilo de intensiones refuerza la orilla (algo le está pasando a los ojos— no se comunican con el cerebro) de la materia en la fibra casi verbal, nominativa de la flor— abre sus hojas tristemente redondeadas (los aullidos de los arbustos guturales al disiparse los transforman en racimos de la opacidad del otoño) al anochecer. ( el conocimiento, que me pertenece, lo absorbe con cuidado, atándolo a innumerables redes capilares: nasturtia—es una sección del hilo de neuronas... ) Algunos se los comen las orugas, los rayos del sol, los pulgones. Un letrero suda sobre la entrada: “Mataron a Voltaire. Llámame de inmediato.” Gis palabras húmedas.

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4. Do you remember how the nasturtium first separates from the plane leaf? Where the will takes on the meaning of the desire to rush a hairbreadth from death forward until the vertebrae crackle in the pentatonic scale and ants are at one’s temples— like thin-fleeced salt— with the dry enlivened ringing of air fingering hair of what is already a pitcher, water and sweat and plane leaves, waterlily, necklace of dust and blade, showing through a gap and all the rest that might continue but only memory, opening slightly, jumps to meet it, untangled by the eyes, trying so ludicrously to seduce what henceforth is only a continuation within the ends’ immense proximity, hurried persistent speech. The dialogue is common enough: You’ll say, “Where were you?” She’ll stammer, “I... ....” And right away you prompt her: “You were wandering around in the passage between order and chaos...” “Yes, if you want...Yes.” “So? What did you bring with you out of the past? And do you need what you brought now?” “When?... 116


4. ¿Recuerdas como la nasturtia se separa primero de la hoja del plano?

Donde la voluntad se apropia del sentido del deseo para avanzar hacia delante a un pelo de la muerte hasta que las vértebras crujan en la escala pentatónica y las hormigas estén en nuestras sienes— como sal finamente trasquilada— con el repique seco y vivo del aire que toca cada pelo de lo que ya es un cántaro, agua y sudor y hojas del plano, nenúfares, collar de polvo y filo, mostrándose a través de un hueco y todo el resto que podría continuar pero sólo la memoria, abriéndose un poco, salta para encontrarlo, desenredada por los ojos, intentando tan absurdamente seducir lo que a partir de ahora es sólo la continuación dentro de la inmensa proximidad de los fines, habla apresurada y persistente. El diálogo es bastante común: Dirás, “¿Dónde estabas?” Ella dirá tartamudeando, “Yo... ....” Y de inmediato le recuerdas: “Estabas deambulando en el paso entre el orden y el caos...” “Sí, si quieres...Sí.” “¿Y entonces? ¿Qué te trajiste del pasado? ¿Y necesitas ahora lo que trajiste?” “¿Cuándo?... 117


Where?...For myself?” “Yes. You! For yourself!” “O, everything that you tell me I’ll remember...” (And the boring dialogue goes on, gradually becoming noise) So the tree I read (what?) went behind a shadow. And if I could instill my conciousness into its population of leaves, into the register of sparks and twigs, in the rumble of its branches, an unrolled papyrus will, One would say: The shadow is ready to leave behind its sources in the branches’ tips, having set for “dying” the terms of an absurd confession of love.

Impenetrable.

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¿Dónde?...¿Para mí?” “¡Sí. Tú! ¡Para ti!” “Ah, recordaré todo lo que me dices...” (Y el diálogo aburrido continua, volviéndose gradualmente ruido) Entonces el árbol que leí (¿qué?) se fue detrás de una sombra. Y si pudiera implantar mi conciencia dentro de su población de hojas, en el registro de chispas y ramitas, en el rumor de sus ramas, un papiro desenrollado lo hará, Diríamos: la sombra está lista para dejar a sus fuentes en las puntas de las ramas, después de fijar para “morir” los términos de una absurda confesión de amor. Impenetrable.

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5. Blades pocked with repetition (forty seconds spent searching for an analogy to the upward branching at the throat of the stem—instead of this: “the emotions are a component of composition, and the expression, itself branching out into exclamation, means as much as the comma which precedes its appearance�) in radiating veins, like holes inscribed in living epidermis, flowing toward a prepicipice, not calming the disordered fluctuations, lie close, dividing between itself and me the space that preserves reason, where questions about value ought to flicker. Arkadii Trofimovitch Dragomoschenko describes a nasturtium, inserts it in his head. The chlorophyll aligns galaxies of oxygen. The friction of light against the green mass widens the path of the thing in the net filtering the heavy rainfall, another hovers lazily, signifying at shivering threshold knowledge of wide losses, a gap that runs into the cracks whose bivalved power, like a melted pattern, a grapevine... having passed with strange mumbling into a new space begetting something else from the immutable. A. T. D., proclaim the rhetoric of accumulation and affirmation: are they the same swifts (of three years ago) like molecules of darkness, which will weave the theme of evening for the stars again, dropping a muscular line into the crowning bay?

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5. Cuchillas marcadas con la repetición (cuarenta segundos desperdiciados buscando una analogía para la ramificación ascendente en la garganta del tallo —en vez de esto: “las emociones son un componente de la escritura, y la expresión misma ramificándose hacia una exclamación, significa tanto como la coma que precede su aparición”) en venas radiantes, como hoyos inscritos en la epidermis viva, que fluye hacia un precipicio, sin calmar las fluctuaciones desordenadas, están cerca, dividiendo entre ella y yo el espacio que preserva la razón, donde las preguntas acerca del valor deberían parpadear. Arkadii Trofimovitch Dragomoshchenko describe una nasturtia, la inserta en su cabeza. La clorofila alinea galaxias de oxígeno. La fricción de la luz contra la masa verde amplía el camino de la cosa en la red que filtra la pesada lluvia, otra planea perezosa, significando en el umbral tembloroso el conocimiento de grandes pérdidas, un hueco que fluye hacia las grietas cuyo poder bivalvo, como un patrón derretido, una vid... pasó con un extraño murmullo dentro de un nuevo espacio engendrando algo más desde lo inmutable. A. T. D., proclama la retórica de la acumulación y de la afirmación: ¿acaso son los mismos vencejos (de hace tres años) como moléculas de oscuridad, que nuevamente hilarán el tema de la noche para las estrellas, trazando una línea musculosa hacia la corona de la bahía?

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That nightly subsidence into the green and lore in silt the mercy of soils... The nasturtium and anticipation rainy as the window and window behind window (he in it, it in him) like meanings smashing each other (I don’t say, metaphor...) drawn by emptiness, one of the distinct details— straight, thin, line pulled across the tree, mouth, the shadow its weathervane, sorting the horizontals of decision, thought,

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Ese hundimiento de cada noche en el verde y el saber en el limo la compasión de las tierras... Nasturtia y la anticipación lluviosos mientras la ventana y la ventana detrás de la ventana (él en ésta, ésta en él) como sentidos aplastándose uno al otro (no digo, metáfora...) arrancados del vacío uno de los detalles precisos— recto, delgado, línea extraída a través del árbol, boca, la sombra su veleta, ordenando los horizontales de la decisión, idea,

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6. ) without time to be born, dresses briefly in speech ) forming rows of luminescence in aggravated matter ( into its opposite spattering number, genus on the different sides like narrow glass beads from ecstatically torn thread, Just as, without time to evaporate, a water drop is thrown off the scalding stove. The turn of the head is dictated by the necessity of comprehending the trajectory of a feathered body whose mass is squeezed into the corridors of vision’s gravity, cutting its inverse perspective into the thickness of prolix equilibriums. The mechanism of the keys, extracting sound, hovering over its description in the ear, protracted with reverberation into the now. When? Where? Me? Vertigo conceives “things.” And its outlines are unalterable, in order to cut off the decrease, the frame, its verticals serve as examples of how the palpable enters reason— zaum returns with the conclusion that it has absorbed and dissolved into pure plasma each day: the nasturtium, unusually simple (empty) at the first line (from either end) of equilibrium’s position. A parenthesis, which one doesn’t want to close.

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6. ) sin tiempo para nacer, vestido brevemente de habla ) formando filas de luminiscencia en la materia agravada ( dentro de su número opuesto que salpica, género en los distintos lados como cuentas angostas de vidrio de un tejido estáticamente rasgado, Justo como, sin tiempo para evaporarse una gota de agua es lanzada de la estufa ardiente. El giro de la cabeza es dictado por la necesidad de comprender la trayectoria de un cuerpo emplumado cuya masa se comprime en los corredores de la gravedad de la visión, cortando su perspectiva inversa hacia el grosor de equilibrios minuciosos. El mecanismo de las escalas, extrayendo sonido, flotando sobre su descripción en el oído, alargado con la reverberación dentro del ahora. ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Yo? El vértigo concibe “cosas.” Y sus márgenes son inalterables, para cortar la reducción, el marco, sus verticales sirven de ejemplos de cómo lo palpable entra en la razón— zaum regresa con la conclusión de que se absorbió y se disolvió en plasma puro cada día: nasturtia, inusualmente simple (vacía) en la primera línea (en cada extremo) de la posición del equilibrio. Un paréntesis, que uno no quiere cerrar.

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7. On the yellowish blue the white is violet. The pores drink the limestone’s heat and semi-circles of sun rust in the grass. Only through another (multiplication tables, game boards, needles, a logarithmic bird, cabbage butterflies wandering in the gardens, the valence of days, nature...little word figures through the formulae of dragonflies and attics, where Saint-John’s-wort dozes, and slightly honeyed wood dust pours from the sweltering ceiling beams, where sun-filled wasps are wakeful, and where, tossing her skirt on the broken bureau with wood dust in her hair, a neighbor girl, spreading her legs, puts your hand where it is hottest and the hand learns all that it always saw through multiplication tables, logarithmic bird, through the stars of her mouth...) —and the point isn’t which kind... there’s another kind of modelling made by the tongue’s saliva under the dark lamp of the throat As if going backward in intentional ignorance it should happen that a time occurs, worthless even for nonexistence, and bends the bones into an arc simultaneously carving the lips into a strange smirk, a wave. And the air chases your gaze along the curvature of the earth, which from the window is scattered with grass, hieroglyph flowing in the rapids of a finished spring on the brink of an over-full moon the one that for us “having reached fullness” stopped the blood in the solar cycle having almost touched with its fingertips 126


7. Sobre el azul amarillento el blanco es violeta. Los poros beben el calor de la caliza y semicírculos de sol se oxidan en la hierba. Sólo a través de otro (tablas de multiplicar, juegos de mesa, agujas, un pájaro logarítmico, las mariposas de la col vagan en los jardines, la valencia de los días, naturaleza...pequeñas palabras figuran a través de las formulas de las libélulas y áticos, donde la hierba de San Juan dormita, y polvo de madera un poco meloso cae de las vigas sofocantes del techo, donde avispas llenas de rayos del sol están desveladas, y donde, sacudiendo su falda sobre el escritorio roto con polvo de madera en su pelo, una niña vecina, abriendo sus piernas, coloca su mano donde está más caliente y la mano aprende todo lo que siempre vio a través de las tablas de multiplicar, del pájaro logarítmico, a través de las estrellas en su boca...) —y el punto no es de esa clase de... existe otro tipo de modelado hecho por la saliva de la lengua bajo la lámpara oscura de la garganta Como si al retroceder en una ignorancia intencional pase que el tiempo suceda, sin valor incluso para la no existencia, y doble los huesos en un arco cincelando simultáneamente los labios en una falsa sonrisa, una ola. Y el aire persigue tu mirada a lo largo de la curvatura de la tierra, que desde la ventana se dispersa en la hierba, jeroglífico que fluye en los rápidos de una primavera terminada al borde de una luna desbordante que para nosotros “que hemos alcanzado la plenitud” detuvimos la sangre en el ciclo solar habiendo casi tocado con la punta de los dedos 127


(not having quite reached) summer’s zones, like a water drop reflected by heat... and as if fear was reluctant to evaporate......................................

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(sin haber alcanzado) las zonas del verano, como una gota de agua reflejada por el calor... y como si el miedo no quisiera evaporarse.........................................

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8. Where the will takes on the meaning of the desire to lean on the hair of the breeze.

There were eight of you at her bed. She had to begin counting: the first or ninth in the stench of disintegrating cells (childhood terror! pushing fangs of vomit at the sight of the waxy gloss approaching the sweet mask whose mouth flows out of the ears and the candle scent in the fumes of memories of one who like a log stropped of bark is spread out in the lush loam!) and in the rotting of sweet connections—young lunar uterus— are accustomed to the divisions of time. And only the other’s glance blindly holds the plasma... But you write that “waiting,” “discontinuity,” losing sense and substance, like a third color wove her into its own pattern, a work accomplished free of knots, and all the more unbearable the meaning of “her” ripened in you while the quiet work went on revealing thoughts (you, her) from sheath of feminine pain the silent symmetry crumbling in the immense proximity of the end. And the tree grew dark in front of you, and the guiding wind led the white grass, confusing its names... And here, in the forty-first year of life, a pampered fool of the cold clouds leads his brain with his eyes around the circle of moths, and obsessed with who knows what fantasies testing the fingers’ craft I contemplated the truth behind events listening to the vividness of the erased words ready to expound on the defects of precision, as 130


8.

Donde la voluntad se apropia del sentido del deseo para descansar en el cabello de la brisa.

Había ocho de ustedes en su cama. Ella tuvo que empezar a contar: el primero o el noveno en la pestilencia de las células que se desintegran (¡terror de infancia! empujando colmillos de vómito a la vista del brillo ceroso acercándose a la máscara dulce cuya boca se derrama de los oídos ¡y el aroma de la vela en los vapores de la memoria de aquel que como un tronco sin corteza se extiende en abundante marga!) y en la podredumbre de las dulces conexiones —útero joven lunar— se acostumbran a las divisiones del tiempo. Y sólo la mirada de los otros sostiene ciegamente el plasma... Pero escribes que “esperar”, “discontinuidad”, pierden sustancia y sentido, como un tercer color la bordaron dentro de su propio patrón, un trabajo logrado sin nudos, y aún más insoportable el sentido de “ella” madurado en ti mientras que el trabajo silencioso revelaba ideas (tú, ella) desde la vaina del dolor femenino la simetría silenciosa desmoronándose en la inmensa proximidad del fin. Y el árbol oscureció frente a ti, y el viento que guía llevó al pasto blanco, confundiendo sus nombres... Y aquí en el año cuarenta y uno de vida, un tonto consentido de las nubes frías dirige a su cerebro con sus ojos alrededor del círculo de polillas, y obsesionado con quién sabe qué fantasías probando la pericia de los dedos Contemplé la verdad detrás de los eventos escuchando la intensidad de las palabras borradas listo para exponer sobre los defectos de la precisión, como 131


“all that you see over another’s shoulder already—you are and another’s shoulder again; powerless to continue anything into knowledge, dividing into a single...” “Grammar book—landscape” through the X of comparision a substitute nasturtium flickers. It creeps behind the windowsill. Somewhat cold. Shimmering slightly. Sunset.

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“todo lo visto sobre el hombro ajeno ya —eres y de nuevo el hombro ajeno; incapaz de continuar algo hacia el conocimiento, dividiéndolo en un solo...” “Manual de gramática —paisaje” a través de la X de la comparación una nasturtia sustituta parpadea. Se trepa detrás del alféizar. Un poco frío. Brilla apenas. Atardecer.

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9. Lightning (on the craftiness of touch) —ring of nature— will split open some prior ocean, the mollusc of the brain and water, outstreched on both sides, the latter left finished for a long a time so that in the future it might creep with linked twinkling static or spawning squeak diagonally across the room which by heart the fire grooves. Don’t ever let yourself smoke in bed. On the water where surviving the cell’s mutation in dividing mirrors, in the play of this and that in the rustling reverse side of amino acids (it seems, in fact, this is where the division into male and female occurs in the mollusc of the brain and on the ripple— wind’s manuscript) a figure will be glimpsed as a consequence (a few fluctuations of its contours miss the membrane of the throat!) in flapping folds stepping barefoot on the ripple’s indifferent letter which tickles the sole. The fish can expect to be divided into five, the bread—into starvation, one. The grapes—to grow in gaping possibilities of the metaphor of blood.

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9. Relámpagos (sobre la astucia del tacto) —anillo de la naturaleza— partirán en dos a algún océano anterior, el molusco del cerebro y del agua, extendido por ambos lados, éste último se fue terminó hace mucho tiempo para que en el futuro pueda arrastrarse con un pestañeo unido estático o el crujir del desove en diagonal a través del cuarto que el fuego raja de memoria. Nunca te dejes fumar en la cama. En el agua donde sobrevivir la mutación de las células en espejos divididos, en el juego de esto y aquello en el crujiente reverso de los amino ácidos (parece, de hecho, que aquí es donde sucede la división de macho y hembra en el molusco del cerebro y en la ola— manuscrito del viento) una figura se vislumbra como consecuencia (¡unas cuantas fluctuaciones de sus contornos no alcanzan la membrana de la garganta!) en pliegues que baten camina descalza en la letra indiferente de la ola que cosquillea la planta del pie. El pez espera ser dividido en cinco, el pan —rumbo al hambre, es uno. Las uvas —esperan crecer en la brecha de posibilidades en la metáfora de la sangre.

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10. And here in the 41st year of life A pampered fool, whose speech continually misses the point,

Obsessed by the thought of putting my fingers to crafts of transgression which from various sides have occupied the horizon’s ends pecking through the window shell I follow from burst to burst, from explosion to explosion, faces, like magnesium petals floating by, which permit those remain a misprint in memory to be recognized. The bed of coal —countless imprints compressed into the possibility of ash. Torn by someone’s hand the microwreath of sweet-scented stock descends and clings like a magnetic-green moth to the bend of the elbow. The door is banging on the whitewashed balcony: where are you now? The grimace of time. The chalky scowl’s carcass in the cold furnace where the nasturtium distills existing like leaves that appear just at evening and the goblet’s shape (edges flared) which speeds the spiral of the flower Azure slightly clatters from an airplane crawling behind the clockface. An unidentified object is raised to the rank of enemy. Iconology. We hurry with the word’s identification, before rumor can destroy it. 136


10. Y aquí en el año cuarenta y uno de vida Un tonto consentido, cuyo discurso continuamente está en el error,

Obsesionado por la idea de poner mis dedos en tareas transgresoras que desde varios lados han ocupado los límites del horizonte picoteando a través de la coraza de la ventana Sigo de estallido en estallido, de explosión en explosión, rostros, como pétalos de magnesio flotando cerca, que le permite a quienes son una errata en la memoria ser reconocidos. La cama de carbón —innumerables huellas comprimidas dentro de la posibilidad de la ceniza. Arrancada por la mano de alguien la diminuta guirnalda del perfume del linaje desciende y se aferra como una polilla verde magnético al pliegue del codo. La puerta se azota sobre el balcón encalado: ¿dónde estás ahora? La mueca del tiempo. El cadáver del semblante calcáreo en la caldera fría donde se destila la nasturtia existiendo como hojas que aparecen justo al atardecer y en la forma del cáliz (acampanado) que aceleran la espiral de la flor. El azur retumba apenas desde un avión trepando detrás de la cara del reloj. Un objeto no identificado se eleva al rango de enemigo. Iconología. Nos apresuramos a identificar la palabra, antes de que el rumor la destruya. 137


The poem is a late arrival on time. A change of prognosis. Even the dullest town extends beyond the borders of the pedestrian who crosses it to set out the substance of memory— I intend to say...I in...that what is said and emptiness, drawing in a selection of the elements of utterance, correlating, discover desire’s inexhaustible source— what is said cannot be said again. The mailman explains: false sense of shame... Remnants of winter—a scarecrow stuffed with rags and straw burns, enchanted in the round dance’s rays. Gnosis of weather. The ecstasy of unthinkable closeness (death knots the slits in the shore—a plastic operation) leaving behind the remnants of reason—through the bone from the first touch (reflection) on the skin. Thanks to the verb, meaning more often senseless walking along the sand or a swimmer, peeled by the imagination from a point, trickling down the edge of the eye, like a pea from a peapod or intimacy with cold, bitten through by cotton whiteness, rippling canvas, fading between current and weight, heaven knows where from and where to against the deafened silver’s wool, clinging to the intangible object of discord. Conjecture is simple— the nasturtium is not

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El poema es una demora a tiempo. Un cambio de diagnóstico. Incluso el pueblo más aburrido se extiende más allá de las fronteras del peatón que lo cruza para ordenar la sustancia de la memoria— Lo que quiero decir...yo en...eso que está dicho y el vacío, reuniendo un conjunto de los elementos del habla, en correlación, descubro la fuente inagotable del deseo— lo que se dice no puede ser dicho de nuevo. El cartero explica: falsa sensación de vergüenza... Restos del invierno —un espantapájaros relleno de paja y trapos se quema, hechizado en la danza circular de los rayos. Gnosis del clima. El éxtasis de una cercanía impensable (la muerte anuda los tajos en la costa —una operación plástica) dejando atrás los restos de la razón —a través del hueso desde el primer contacto (reflejo) con la piel. Gracias al verbo, que a menudo significa caminar sin sentido junto a la arena o a un nadador, pelado por la imaginación desde un punto, filtrándose por el borde de un ojo, como un chícharo de la vaina o la intimidad con frío, mordida por la blancura del algodón, lienzo que ondea, desapareciendo entre el peso y la corriente, dios sabe de dónde y hacia dónde contra la lana ensordecida de la plata, aferrándose al objeto intangible de la discordia. La conjetura es simple— la nasturtia no es

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11. necessary. It is composed from the exceptional exactness of language commanding the thing—“to be” and the rejection of understanding. We say sometimes. Sometimes we speak: of another time. Right into the snare of the mustard seed signs, reminiscent and leading to reminiscence in the disintegration of the poem into the last coil of the cocoon of exhausting breath.

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11. necesaria. Está compuesta de la exactitud excepcional del lenguaje que le ordena a la cosa —“ser” y el rechazo de la comprensión. A veces decimos. A veces hablamos: de otros tiempos. Directo hacia la trampa de la semilla de mostaza signos, reminiscentes y que llevan a la reminiscencia en la desintegración del poema hacia la última espiral del capullo de aliento agotado.

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12. The nasturtium—it is the undiminished procession of forms, the geological chorus of voices crawling, shouting, disclosing each other when day transforms evening into a hill of drifted insomnia and a chirp creeps into the mouth of an old man on a bench but also a shriek, through the birch slides of fetid air from the neighboring house, by which you could check your watch, for the third year the same swifts, paper, taking root in the tables tops’ rough wood a gas tank behind the crossing, near the gas pump, collecting heat in the lines, and a face in the intrigue of the anti-corrosive layer, the center’s different architecture. A particle is not related to a prayer. But see. Threading the seen through the needle whose greed fits the impeccability of its choice—the narrowest opening of form. The nasturtium bearing fire.

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12. Nasturtia—es la procesión intacta de las formas, el coro geológico de voces arrastrándose, gritando, revelando la una a la otra cuando el día transforma la tarde en una colina de insomnio a la deriva y un trino se filtra en la boca de un viejo en una banca pero también un aullido, a través de los susurros de abedul de aire fétido desde la casa vecina, junto a la cual podrías mirar tu reloj, por tercer año los mismos vencejos, papel, echando raíz en la superficie de madera rugosa de la mesa un tanque de gasolina detrás del cruce, cerca de la bomba, acumula calor en las líneas, y un rostro en la intriga de una capa anti-corrosiva, la diferente arquitectura del centro. Una partícula no está vinculada a un rezo. Pero mira. Hilar lo visto a través de la aguja cuya avaricia se ajusta a la impecabilidad de su elección —la más estrecha apertura de la forma. La nasturtia resiste al fuego.

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Kondratii Teotokopulos en la intersecciรณn esperando una visita


Kondratii Teotokopulos at the Crossroads Awaiting a Guest And send us rice also. I assure you, his appearance will no longer make me grin Water boiling long in a pot—thoughts of clouds. (from Imitations) 12 noon Resembling the sun’s disk, a circle, or rather, a sphere, a figure of scorching insects, immobile imaginary nightingale, swimming overhead, as if over the sea. He is the pole of night, the back of the head an open hand. He’s an ode to a snare—set in light as in shade.

Xenia: For a long time now I’ve been trying not to hear anything. Except what we’re not allowed to read. We only see what we see, only what we’re allowed to see. Even the tiniest city doesn’t have an end. Long observation of shifting birds convinces me of this. Sometimes they converge the way words converge into a sentence or foliage into noise. Narrative begins behind the sentence. It’s quite right to picture a hedge. The scope of my imagination is no less than the scope of desire. Imagination differs from fantasy as the form “is” from the form “if ”. To reconstruct in the present facts that are irrelevant to the body. But every city has its own beginning. The shells around smells, narrowed into sound, don’t acquire meaning by awaiting transport. An image is not the seed (unique) from which the world blossoms. It is the hole into which it rushes, sweeping. Yes, I know what you’re about, I always know what you’re about. Now.

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Kondratii Teotokopulos en la intersección esperando una visita Y también mándanos arroz. Te lo aseguro, su aspecto ya no me hará sonreír. Agua hirviendo largamente en una olla—pensamientos de nubes. (de Imitations)

12 mediodía Parecido al disco del sol, un círculo, o más bien, una esfera, una figura de insectos abrasadores, inmóvil ruiseñor imaginario, que nada en lo alto, como encima del mar. Él es el polo de la noche, la nuca una mano abierta. Es una oda a una trampa —así en la luz como en la sombra.

Xenia: Desde hace mucho tiempo intento no escuchar nada. Excepto lo que tenemos prohibido leer. Sólo vemos lo que vemos, sólo lo que se nos permite ver. Incluso la ciudad más pequeña no tiene final. La larga observación de los pájaros cambiantes me convence de esto. A veces convergen del modo que convergen las palabras en una frase o el follaje en el ruido. La narrativa empieza tras la frase. Es bastante acertado imaginarse un seto. El alcance de mi imaginación no es menos que el alcance del deseo. La imaginación difiere de la fantasía como la forma “es” de la forma “si”. Reconstruir en el presente hechos que son irrelevantes para el cuerpo. Pero cada ciudad tiene su propio inicio. Las conchas detrás de los olores, afinadas en sonido, no adquieren sentido por esperar un transporte. Una imagen no es una semilla (única) en la que el mundo florece. Es el hoyo hacia el cual se apresura, arrasando. Sí, sé a qué te refieres, siempre sé a qué te refieres. Ahora.

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12:01 In the last lushest (o gods, is there a limit set between overcloud and underground for you? but how happy this wild stalk always is!) but also darkest (dark as moss in the lowlands) curve of wind—black, and now transparent after the flocks’ flight south fractured with flickering like spine broken to fuse— the crown of the deeps grows. Fire of feathers mute, maintained by dawn in the last curve of the wind, in its very core howling down turns The city which delivers itself from its own chest, scored by the thorny nickel, mercury, cut by veins of voices talking, marked by eruptions of fate. Suffocating delta. Cranes at the port. Crowned by the bay. The seagull’s timid arrogance absorbs the creating of measure in the waters’ peaceful rim. Scarab vessels learn their own outlines in the supple scale of resistance and are completely perfect. The roots of the sea are exposed by flood. Three times the city is like a fledgling of the gods’ hostility dispersed by a hologram (shattered) across the last supper: feathered with silence, lowering burning eyelids. I

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12:01 En la última más abundante (ah dioses, ¿existe para ustedes un límite entre lo nublado y el subsuelo? ¡pero qué feliz es siempre este tallo!) pero también la más oscura (oscura como el musgo en las tierras bajas) curva del viento —negra, y ahora transparente tras el vuelo de la bandada hacia el sur fracturada con un parpadeo como la espina dorsal rota para soldarse— la corona de las profundidades crece. Fuego de plumas mudo, mantenido por el amanecer en la última curva del viento, en su núcleo mismo acallando el remolino La ciudad que se entrega a sí misma desde su propio pecho, rajada por el níquel espinoso, mercurio, cortada por venas de voces que hablan marcada por erupciones del destino. Delta sofocante. Grúas en el puerto. Coronadas por la bahía. La tímida arrogancia de la gaviota absorbe la creación de la medida en la orilla tranquila del agua. Los buques escarabajo aprenden sus propios contornos en la escala flexible de la resistencia y son completamente perfectos. La inundación expone las raíces del mar. Tres veces la ciudad es como un aprendiz de la hostilidad de los dioses esparcida en un holograma (desmenuzada) a través de la última cena: emplumada de silencio, párpados quemados que se cierran. Yo

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Xenia: Sometimes this hill, opening the unfulfilling insufficiency of space to your time (patience), is variously inhabited. The yellow cutter, the dredge, the tugboat—motion frozen in the window—the week’s strange gifts. Sometimes a touch, approaching yours, not motivated by anything, anticipates wave after wave of space, separated by different things: a single ash, a scratch on the skin. At the sight of some distortions from its ideal form drawn from memory, I’m willing, having taken note of the body’s color, to decrease the distance between the sign for it, “apple,” and it itself.

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Xenia: A veces esta colina, que abre la insuficiencia insatisfecha del espacio a tu tiempo (paciencia), es habitada de maneras diferentes. El velero amarillo, la excavación, el remolcador —movimiento congelado en la ventana— los regalos extraños de la semana. A veces un roce acercándose al tuyo, sin ninguna motivación, anticipa ola tras ola del espacio, separadas por distintas cosas: una sola ceniza, un rasguño en la piel. Ante la vista de algún cuerpo redondo (la mezcla más precisa de deseo y diccionario) y algunas distorsiones de su forma ideal dibujadas de la memoria, estoy dispuesto, habiendo tomado nota del color del cuerpo, a disminuir la distancia entre el signo para eso, “manzana”, y eso mismo.

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12:49 I give you this city, since it’s time to give it away, says Kondratii Teotokopulos, drinking from morning’s cup (in the old days the sun served it at the edge of the roof: they drank dust... such thirst for rejoicing occured, spilling dizziness) today morning ashes, discouraged leaves, the smell of paper, cedar pencils, gasoline, water rotting under pilings, voices having discovered the possibility of extending toward things. I look for refuge in gravity. He adjusts his glasses in their round frames here and there reinforced with insulating tape: reliability and strength. A given: the nymph of myopia (head and emerald-green medusa) patiently taught him in his infancy to recognize by feel the dice of fire in the woven thaw and also chinks of coal—fingers guided gently—night sky. And what if the man who at heart can’t stand any more allegories, oracles’ screams, sacred oaks humming, frenzied pythons, what if for him there isn’t a single decision that’s not late.

Xenia: From more than a smoldering trace the lips learn. From a touch the anticipation of loss. Love of the saints only brought him to terror’s edge. Pain as the place for the concentration and disembodiment of thought. The line is included in a still not quite complete expression—thus in dreams the slender rows of type are half-erased by looking— scrutiny is an “intransitive” verb, or rather, like understanding. I, arising from the point of contact, is released equally to everything, and you understand that the important thing is not what it stands for but that only exclusion—so dreaming—serves as a remedy. O the unseen supports, stretching the skin of the copula. Didn’t they speak in all languages in the city where he spent his youth? And what a blessing, to begin to move in one and to finish in another, without moving even an iota—tree in the window of the train, axle spinning around its own axis, surrounding your many-given I, which, as everyone knows, is in the first place forgotten. Skylark. Telephone wires. 152


12:49 Te entrego esta ciudad, ya que es momento de entregarla dice Kondratii Teotokopulos, bebiendo de la taza de la mañana (en los viejos tiempos el sol la servía a la orilla del techo: bebían polvo... esa sed de alegría ocurrió, al derramar el mareo) hoy cenizas matutinas, hojas desanimadas, el olor a papel, lápices de cedro, gasolina, agua que se pudre bajo los pilotes, voces que han descubierto la posibilidad de extenderse hacia las cosas. Yo busco un refugio en la gravedad. Él ajusta sus lentes en sus marcos redondos reforzados aquí y allá con cinta aislante: fuerza y confiabilidad. Un hecho: la ninfa de la miopía (la cabeza una medusa verde esmeralda) le enseñó con paciencia en su infancia a reconocer por instinto el dado del fuego en el deshielo tejido y también grietas de carbón —dedos guiados suavemente— cielo nocturno. Y qué si el hombre que en su interior no soporta más alegorías, gritos de los oráculos, zumbidos de los robles sagrados, pitones frenéticos, qué si para él no existiera una sola decisión que no llegue tarde.

Xenia: Los labios aprenden de más de un trazo ardiente. De un roce la anticipación de una pérdida. El amor a los santos sólo lo llevó al borde del terror. El dolor como el lugar de la concentración y la incorporeidad del pensamiento. La línea está incluida en una expresión que todavía no está del todo completa —así en los sueños las líneas delgadas de la tipografía se borran a medias con la mirada —el escrutinio es un verbo “intransitivo”, o más bien, como el entendimiento. El Yo, que surge del punto de contacto, es liberado del mismo modo hacia todo, y entiendes que lo importante no es lo que defiende sino que sólo la exclusión —también soñar— sirve como remedio. Ah los soportes no vistos, estirando la piel de la cópula. ¿No hablaban en todas las lenguas en la ciudad donde pasó su juventud? Y qué bendición, empezar a moverse en una y terminar en otra sin mover ni un ápice —árbol en la ventana del tren, eje que da vueltas sobre su propio eje, rodeando tu Yo múltiple, que, como todos saben, es el primero en ser olvidado. Alondra. Cables de teléfono. 153


3:30 p.m. A boy on a bicycle (the pumpkin planets are contemplative, glossy with autumn’s horns), momentum of icy wheels, adhering with a preposition to the rippling fence, dragging a scrap of flaming oakum on a wire. The flame drips. A guffaw incinerates the membrane between death and laughter. The sky beats its laser into either corner of the furtive eye, cutting the sheaves of interim conditions—fern night again. In stages the substance of descriptions, gelatinous mirrors, lascivious confluence of premonition and form: a metaphor is only a hole, being’s desire, forestalling the appearance of the object, interweaving a cell of meaning in the speed of reflections. The view from the apex: faceted crystal—instrument of research into the coincidings of entry and exit. Between a breath taken and its exhalation is a configuration —time. In the end the birds mean nothing! A long ford, like debt, across the great river. Happiness. Beginning

Xenia: Upon further observation the body invites more detailed descriptions, or vice versa. The extraction of attributes. The sum of semas, then the sum of elegies. The hand feels the weight of the apple. Grief fears repetition or quantity. There is nothing unique, however. The expression “was not” goes back to childhood. The number of moons on the asphalt is locked into the step as a unit, having no end, merging into the noise of the birdlike foliage in the roots of night. Each flaw provides freedom, an angle. Then the accumulation, permitting observations to last longer than usual. The sun stands in the center of the sea. Sometimes it is a hill, sometimes the berry of death. The false apple does not appear as an apple, thanks to the forewarnings of definition—an indication, cut out from the sum of any negation’s attributes. The apple, does it contain... The object of falesness could be a false object, but the false apple is in no condition to be an apple. No matter what form it takes, the sea does not soothe one in sleep. In forty years the underside of sleep changes, the pattern of breaks changes, of gaps, which permit one to hypothesize inverted changes. Grief becomes melancholy. The line is included in an expression not yet fulfilled. Where I 154


3:30 p.m. Un niño en una bicicleta (los planetas calabaza son contemplativos, brillan con los cuernos del otoño), momentum de ruedas congeladas, adhiriéndose con una preposición a la reja ondulante, arrastrando un pedazo de estopa ardiente en un alambre. La flama gotea. Una carcajada incinera la membrana entre la muerte y la risa. El cielo golpea con su láser en ambas esquinas del ojo furtivo, cortando los fajos de condiciones temporales —nuevamente helechos nocturnos. La sustancia de las descripciones por etapas, espejos gelatinosos, confluencia lasciva de premonición y forma: una metáfora es más que un agujero, deseo de ser, previniendo la apariencia del objeto, que entreteje una célula de sentido en la velocidad de los reflejos. La vista desde la cima: un cristal con facetas —instrumento de investigación en las coincidencias de entrada y de salida. Entre un respiro y su exhalación algo se configura —tiempo. ¡Al final los pájaros no significan nada! Un vado largo, como una deuda, a través del gran río. Felicidad. Comienzo

Xenia: Luego de una observación más a fondo el cuerpo invita a descripciones más detalladas, o vice versa. La extracción de los atributos. La suma de semas, luego la suma de elegías. La mano siente el peso de la manzana. La pena le teme a la repetición o a la cantidad. No hay nada único, sin embargo. La expresión “no era” remite a la infancia. El número de lunas sobre el asfalto está encadenado al paso como unidad, sin un fin, incorporándose al ruido del follaje parecido a un pájaro en las raíces de la noche. Cada defecto proporciona libertad, un ángulo. Luego la acumulación, permitiendo que las observaciones duren más de lo normal. El sol se encuentra en el centro del mar. A veces es una colina, a veces la baya de la muerte. La manzana falsa no aparece como una manzana, gracias a las advertencias de la definición —un indicio, recortado de la suma de cualquier atributo de la negación. La manzana, acaso no contiene... El objeto de la falsedad podría ser un objeto falso, pero la manzana falsa no está en condición de ser una manzana. No importa qué forma tome, el mar no nos tranquiliza en el sueño. En cuarenta años el fondo del sueño cambia, el patrón de las pausas cambia, de las brechas, que nos permiten proponer una hipótesis 155


grew up the barbers in the marketplace, instead of greeting when they met, gave an enigmatic exchange, “Well, so? —we cut and we shave and still everything grows.” At the railroad station lived six brothers in a dugout with their mother. There was no father. Three of them walked around with razors, these razors were somehow welded to rings—they wore the rings on their fingers. They murdered “with relish,” that is with a knife. With the razor—they “wrote.” Vague spring evenings, fires, potatoes in the coals. Petals of ash fell on our hair, melted on our lips. The yellow cutter ferrying across to Freedom Bridge.

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sobre los cambios invertidos. El dolor se vuelve melancolía. La línea está incluida en una expresión aún no cumplida. En donde crecí los barberos del mercado, en lugar de saludarse cuando se encontraban, intercambian palabras enigmáticas, “Bueno, ¿entonces? —cortamos y rasuramos y de todas formas todo crece.” En la estación de tren seis hermanos vivían en un refugio con su madre. No había padre. Tres de ellos caminaban con navajas, estas navajas estaban de algún modo soldadas a unos anillos —llevaban los anillos en sus dedos. Asesinaban “con placer”, esto es con un cuchillo. Con la navaja —“escribieron”. Tardes vagas de primavera, fogatas, papas en el carbón. Pétalos de ceniza cayeron en nuestro pelo, se derritieron en nuestros labios. El velero amarillo navega hacia el Puente de la Libertad.

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6:19 (morning) is difficult, no matter what praise you offer incarnation (you are always a repetition—isn’t there a blessing in that? —even on a mother’s lips, where with the blinding fog of love for another—the seven voyages of Father Sinbad— more precise pity for a glob of slime helpless sediment...) Would you want to repeat your life? Where are the wasps from? Scales. Comments are the residue.

Xenia: The black oil of rains which have lost mercury’s silver (is the hint of noise beyond meaning natural, left behind at some point in a common household expression? star’s flying cobweb, fog, a gathering of birds). The self-sufficiency of a light-seeing sphere. Thus drops. Thus the undeviating increment of the drops or razor blades. Undoubtedly each city has to begin from something. Now and then archaeology, studying the bird’s hollow dice patterned with narrow burns, discontinues its research. Anaphora. Chersonesus. The sun stands in the center of every metaphor. There’s another opinion about the point beyond which the division of memory is impossible. The near in the distant is an isomorph of the great in the small.

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6:19 (mañana) es difícil, no importa qué elogio ofrezcas a la encarnación (siempre eres lo que se repite —¿no hay en ello una bendición? —incluso en los labios de una madre, donde con la niebla cegadora del amor al otro —los siete viajes de Padre Sinbad— una lástima más precisa para una gotita de baba sedimento indefenso...) ¿Quisieras repetir tu vida? ¿De dónde vienen las avispas? Escalas. Los comentarios son el residuo.

Xenia: El petróleo de las lluvias que han perdido la plata del mercurio (¿la pista del ruido va más allá de significar lo natural, olvidada en algún punto en alguna expresión doméstica natural? la telaraña flotante de la estrella, niebla, una reunión de pájaros). La autosuficiencia de una esfera que ve la luz. Por lo tanto gotas. Por lo tanto el incremento constante de las gotas o cuchillas. Sin duda cada ciudad debe empezar a partir de algo. A veces la arqueología, estudiando el patrón en forma de dado hueco con quemaduras estrechas del pájaro, interrumpe su investigación. Anáfora. Quersoneso. El sol está al centro de cada metáfora. Existe otra opinión acerca del punto más lejano desde el cual la división de la memoria es imposible. Lo cercano en lo distante es un isomorfo de lo grande en lo pequeño.

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12:00 (noon of the same day) Or rather, like autumn. But tending toward the inescapable anxiety of thinking about this, as if history again peeled off one more layer of skin from the tongue the moisture in his throat fills the hollow of a ludicrous syntagma: I am alone. Like the solitude—at experience’s whim—of any answer under December’s retreating sky in search of questions. Little flags marking dreams come off the map. The swinging of a weathervane to a meeting point, the pole, connecting vision and a vision. The future is taken up with the splintering of the present. Parallels. Resemblances. Between an apple not yet fallen and a hanging cloud a sky of changing vowels stretches— beams’ outlines beneath the cornea gather at the period’s hiatus. Poetry opens a letter to infinite readings and time, like a concealed magnet, bends the vector of speech with an infinite slide demonstration liberating the object. Time is a holographic depiction of a seed. Let’s let the digging dogs lie. In such and such year at the beginning of March. Teotokopulos adjusts his glasses on the bridge of his nose. At the store they’re unloading cabbage from a van. Sweat gathers on his temples. In coarse-grained mosses wells—every spindle of berry blood. The birchbark’s horizontal scabs, cast off yearly, discover the meaning of a different item. A man’s naked body, displayed across the shoulders, crowned with an ibis head (in other regions—a bull). An armful of wheat...or of bamboo. 160


12:00 (tarde del mismo día) O más bien, como el otoño. Pero tendiendo a la ansiedad inescapable de pensar acerca de esto, como si la historia de nuevo pelara de la lengua una capa más de piel la humedad en su garganta llena el hueco de un sintagma absurdo: yo estoy solo. Como la soledad —al capricho de la experiencia— de cualquier respuesta bajo el cielo de diciembre que se retira en busca de preguntas. Pequeñas banderas que marcan sueños despuntan del mapa. El girar de una veleta hacia un punto de encuentro, el asta, conectando la visión a una visión. El futuro está ocupado con el estallamiento del presente. Paralelos. Semejanzas. Entre una manzana que no ha caído y una nube que cuelga un cielo de vocales cambiantes se alarga— las siluetas de los rayos de luz bajo la córnea se reúnen en la pausa del punto. La poesía abre una letra a lecturas infinitas y al tiempo, como un imán oculto, dobla el vector del habla con una presentación infinita de imágenes que libera el objeto. El tiempo es una representación holográfica de una semilla. Deja que el perro escave solo. En tal y tal año al inicio de marzo. Teotokopulos ajusta sus lentes en el tabique de su nariz. En la tienda descargan col de una camioneta. El sudor se acumula en sus sienes. Musgos de grano grueso en pozos —una rueca de sangre de bayas. Las costras horizontales en la corteza de abedul, se desprenden cada año, descubren el sentido de un objeto diferente. El cuerpo desnudo de un hombre, desplegado sobre los hombros, coronado con la cabeza de un ibis (en otras regiones —un toro). Un hatajo de trigo...o bambú. 161


Scales (gallows are suggested by an instrument for keeping rigorous balance)... overflow... some crossbeam...still one more, confined in a circle (a corpse), offer themselves as choices. But he’s calm, since he pays his telephone bills regularly. Or rather, they became less frequent. No,

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Básculas (un instrumento para mantener un balance riguroso sugiere un cadalso)... inundación... alguna viga transversal... una más todavía, confinada a un círculo (un cadáver), se ofrecen a sí mismas como opciones. Pero él está tranquilo, ya que paga regularmente su cuenta de teléfono. O más bien, se ha vuelto menos frecuente. No,

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12 midnight let there be ocean rather releasing the gravel of air through the mouth’s arch with a whistle, Kondratii Teotokopulos proclaims. The sea? asks the neighboring loader, throwing a tray of cabbage onto the conveyor belt. Just try to save money! One way...But then these fruits for the children! However Teotokopulos, pulling on his Adam’s apple, repeats a word and sees. But what does he see? Scarab vessels are rolling the ocean’s globe. The crab of the lunatic letter of life wedges itself in a crack. Thunder of vertically thrown foam. The rock face is slowly crumbling under the heel of the sun like imagination beating down over a photograph of death. A mother of pearl smoky oyster, dissecting the skin with salt — a shriek as if drawing apart the edges of the embrace on a new and final meeting. Once they drank dust. At the knot of cities, drawn through the fingers, instructed since childhood, they followed the development of a lullaby. He feels the dryness of the skin, the feature that changes his face, set on two spikes of a gaze (swallows spin the millstone) two needles knitting sack from space. And as if from the swings again: women’s hands, a mother? the belly of the lilac carp a bloodless slit, cherries fall (a world, like a comparision— the second part elusive ), dust embraces the sheaves with coolness, mint, the star of all universal warmth. Yes, this mother fixes a strand.

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12 medianoche mejor que exista el océano a soltar la grava del aire por el arco de la boca con un silbido, proclama Kondratii Teotokopulos. ¿El mar? pregunta el cargador de al lado, arrojando una charola de col hacia la banda transportadora. ¡Sólo para ahorrar dinero! Un modo...¡Pero luego esta fruta para los niños! Sin embargo Teotokopulos, tirando de su manzana de Adán, repite una palabra y ve. ¿Pero qué ve? Buques escarabajo navegan el globo del océano. El cangrejo de la letra enloquecida de la vida se abre paso en una grieta. Trueno de espuma lanzada verticalmente. La cara de la roca se desmorona lento bajo el talón del sol como la imaginación cayendo sobre una fotografía de la muerte. Un ostión ahumado de madre perla, diseccionando la piel con sal—un aullido como si se separaran las orillas del abrazo en un nuevo y último encuentro. Una vez bebieron polvo. En el nudo de las ciudades, que se tensa con los dedos, instruidos desde la infancia, siguieron el despliegue de una canción de cuna. Él siente la resequedad de la piel, el rasgo que cambia su rostro, puesto sobre dos picos de una mirada (las golondrinas giran entorno al molino) dos agujas tejiendo un costal del espacio. Y como si de nuevo desde los columpios: manos de una mujer, ¿una madre? la panza de la carpa lila una cortada sin sangre, las cerezas caen (un mundo, como una comparación— la segunda parte esquiva), el polvo abraza los manojos con frescura, menta, la estrella de toda la calidez universal. Sí, esta madre remienda un hilo.

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And not one movement so that it could soak into the body. I say, the step. Not the sea. Are you listening? I say, hill, not step. I say, two elevators in the haze, a hawk. I ask, why is the sound turned off! What did I say? Repeat it. You said, crab. Hot day. City. Something about the throat. And everything you said begins with a single letter. About love later. Wait silently. From this the courage of non-understanding begins, as from some alphabet, mute and set behind a grid.

Xenia: At the very heart of a down-swooping turn (like a fledgling of the labyrinth— the city meanwhile either living or dead) Kondratii Teotokopulos remembers how he and his son at night in springtime met a man in a vacant lot listening to the nightingale’s song.

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Y ni un sólo movimiento para que pueda remojarse dentro del cuerpo. Digo, el paso. No el mar. ¿Me escuchas? Digo, colina, no un paso. Digo, dos elevadores en la niebla, un halcón. Pregunto, ¡por qué está apagado el sonido! ¿Qué dije? Repítelo. Dices, un cangrejo. Día caluroso. Ciudad. Algo acerca de la garganta. Y todo lo que dices empieza con una sola letra. Luego acerca del amor. Espera en silencio. Aquí comienza la valentía de no querer entender, como de algún alfabeto, mudo y abandonado detrás de una retícula.

Xenia: En el corazón mismo de un giro en picada (como un aprendiz del laberinto —la ciudad mientras tanto ya sea viva o muerta) Kondratii Teotokopulos recuerda cómo una noche de primavera él y su hijo conocieron a un hombre en un terreno baldío escuchando la canción del ruiseñor.

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Ode To Snaring the Imaginary Nightingale (for Barrett Watten) The description of that bird is this window. —Barrett Watten

Like a narrow sun threatened by the nightingale he scatters a net of footsteps without purpose on the ruts— he who confounded the new moon with the news, confused rumor with fire which fools us with the consonance of clay and manure And tormented (not capriciously) he tries to enter at the point where he will no longer be the sought after object. Isn’t that love? Wake up, snare-setter, in the snare as open as chance. He avoids the decaying of one, of another, of a third, in the overflow of divergence not so naive as to consider the sound of asymptomatic reality in the implosion that’s woven in the fabric as the co-radiating of coincidence... The world fell like a constellation of holes: an amber chunk of cheese. It’s as if sweat were coming through the glass of the jealous subjective triad—hence number straightens out and expands, suddenly shattering the digit, and like an ingot of stumbling blocks (as if the bottom...) or with a snail’s cramped pause night will drink itself up with plenty to spare, like a line drawn— held in the elbow of sleep—going from one to the other like two needles flying toward each other. And their urge to meet is such that the mind is prepared to burn something, so that the selected material will vanish 168


Oda para atrapar al ruiseñor imaginario (para Barrett Watten) La descripción de ese pájaro es esta ventana. —Barrett Watten

Como un sol estrecho amenazado por el ruiseñor él esparce una red de pasos sin propósito en los surcos— él quien confundió la luna nueva con las noticias, confundió el rumor con el fuego que nos engaña con la consonancia del barro y el estiércol Y atormentado (sin caprichos) intenta entrar al punto en donde ya no será el objeto buscado. ¿No es eso amor? Despierta, trampero, en la trampa tan abierta como la suerte. Él evita la decadencia de uno, de otro, de un tercero, en el desborde de la divergencia no tan ingenuo como para considerar el sonido de la realidad asintomática en la implosión que se ha tejido en la tela igual a la co-emisión de la coincidencia... El mundo cayó como una constelación de hoyos: un trozo ámbar de queso. Es como si el sudor atravesara el vidrio de la triada celosa y subjetiva —así el número se endereza y se expande, destrozando de pronto el dígito, y como un lingote de obstáculos (como si el fondo...) o con la pausa apelmazada de un caracol la noche se beberá a sí misma y aún habrá más, como una línea dibujada— contenida en el codo del sueño —yendo del uno al otro como dos agujas que vuelan una hacia la otra. Y la urgencia de encontrarse es tal que la mente está preparada para quemar algo, para que el material seleccionado desaparezca 169


and trying to expiate the intermittence of that same line with layers—but how simple! —it’s simpler that remembering your own death or the falling of the ray—past me—to her forearm where the obscuring day, a nut in the apertures of air, trembles, and the sin will not fade on her lips, crossing islands of suffocation whose map, curved, is quieter than captivity with consciousness of the body stretched... But neither to begin nor end the attraction of the nightingale to what you want without control to anticipate. * * * Not all the buds’ cryptograms have opened. It was spring. The willow-herb still hadn’t bloomed. Night, stammering, quadrupled speech, A struggle penetrating earth, the oak’s homes grew into coffins. And from the south aridity was blowing. Cats crept toward puddles spellbound by the crystal void set in the Milky Way of once strewn constellations And flowers enraged by the lofty black, by the heights languorously circumnavigated (like multiplicity in moments of transition) and they change the structure of the eye with the throats as if to see outside from far away the fluctuation which we call space—a garden of ghostly dancing stones, whose fullness rises to substraction, whose barrier is only expectation of the “guard” (even memory has mumbled speech to me—a swarm of united knots, future times, distributed in equivalents of order) My son and I saw how the shadow stopped, listened, slowly coming awake, and moved toward the road, barging through bushes gulping vacant lots 170


e intentando expiar la intermitencia de esa misma línea con capas —¡pero qué sencillo!— es más fácil que recordar tu propia muerte o la caída del rayo —más allá de mí— en su antebrazo donde el día que oscurece, una nuez en la apertura del aire, tiembla, y el pecado no desaparecerá en sus labios, cruzando islas de asfixia cuyo mapa, curvo, es más tranquilo que el cautiverio con la conciencia del cuerpo estirado... Pero no empezar ni terminar la atracción del ruiseñor hacia lo que quieres sin control para anticiparse. * * * No todos los criptogramas de los capullos se han abierto. Era primavera. La adelfa no había floreando. Noche, tartamudeo, habla cuadruplicada, Una lucha que penetra la tierra, los hogares del roble se volvieron ataúdes. Y desde el sur la aridez soplaba. Los gatos se arrastraban hacia los charcos encantados por el vacío de cristal puesto en la Vía Láctea de constelaciones alguna vez esparcidas Y flores furiosas por la altivez de lo negro, por las alturas lánguidamente circunnavegadas (como la multiplicidad en momentos de transición) Y cambian la estructura del ojo con sus gargantas como para ver hacia afuera desde muy lejos la fluctuación que llamamos espacio —un jardín de piedras fantasmales que bailan, cuya plenitud se eleva hacia la sustracción, cuya barrera es sólo la expectativa de la “guardia” (incluso la memoria me ha murmurado el habla —un enjambre de nudos unidos, tiempos futuros, distribuidos en equivalentes del orden). Mi hijo y yo vimos cómo se detuvo la sombra, escuchamos, lentamente despertarse, y moverse hacia el camino, irrumpiendo los arbustos y devorando terrenos baldíos. 171


under the sparkling snap of sagging wires— twisted into a braid deafened in the frenzy of unseeing elements of black wet bees.

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Bajo el crujido brillante de alambres que cuelgan— trenzados ensordecidos en el frenesí de elementos ciegos de negras abejas mojadas.

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12:01 At night my hands—the stevedore Savelii lights a cigarette— seek refuge in weight, stretch out to brother potato, to younger brother onion, to sister cabbage, and when at last to my youngest sister, I wake up and behave properly. My head—Kondratii Teotokopulos thinks in response— is a resting stone which the sands raise back to their source as they flow down to its mouth. The stone lies on the boundary between a vigil and a dream. How enormous the field is at times—even every echo aims avidly straight into the lips’ drought ready to be swallowed. Rain is its sickle. Don’t wait for me, a mute. However either the movement is excessively vast or your body surpasses an avalanche in its power to displace. So from birth you are only a trap for some soul, word, an obscured thing, loved and as if drawn in just where the beginning unfolds. The essence is in the center of gravity, continues the stevedore, and undoubtedly, in the spine... Children very rarely make themselves up as death on holidays. Harvest days, pumpkins, candles. Soon the pigeons will bring down the roof following a celestial battle. In the evening (a phrase—inexhaustible mines of color) idly contemplating the ultrasonic, having attained maximum frequencies, while the tomatoes, garlic, dill are being cut, he puts the Chianti on the windowsill until it turns black with purple— the juice having crossed over the threshold of ignorance. Sunset opens a breach in the strait. The whistle of sedge. A scythe strikes stone, lies quietly down beside it. The sum total. 174


12:01 Por la noche mis manos —Savelii el estibador enciende un cigarrillo— buscan refugio en el peso, se tienden hacia el hermano papa, al joven hermano cebolla, a la hermana col, y cuando al fin hacia mi hermana más pequeña, me despierto y me porto bien. Mi cabeza —Kondratii Teotokopulos piensa en respuesta— es una piedra descansando que las arenas vuelven a su fuente mientras descienden a su boca. La piedra descansa en el límite entre una vigilia y un sueño. Qué grande es el campo por momentos —incluso cada eco apunta ávidamente directo a la sequía de los labios listos para ser tragados. La lluvia es su hoz. No me esperes, un mudo. Sin embargo o el momento es excesivamente vasto o tu cuerpo rebasa una avalancha en su poder de desplazarse. Así desde el nacimiento no eres más que una trampa para un alma, palabra, una cosa oscurecida, amada y como si arrastrada justo donde el principio se desdobla. La esencia es el centro de gravedad, continua el estibador, y sin duda, en la espina dorsal... Los niños rara vez se disfrazan como lo hace la muerte en vacaciones. Días de cosecha, calabazas, velas. Pronto los pichones derrumbarán el techo luego de una batalla celestial. Por la tarde (una frase —minas inagotables de color) contemplar ociosamente lo ultrasónico, habiendo llegado a las frecuencias máximas, mientras cortan los tomates, el ajo, el eneldo, él pone el Chianti sobre el alféizar hasta que se vuelva negro con púrpura— el jugo habiendo cruzado sobre el umbral de la ignorancia. El atardecer abre una grieta en el estrecho. El silbido del junco. Una hoz golpea la piedra yace quieta junto a ella. La suma total. 175


Through the walls the flocks’ feathers, burning through the south, are irresistibly flung toward us. And you weren’t asleep. Neither was I. Lens of rain. Plait, unbraided into vastness. Like a wheel the knife will be torn from the hand and like autumn its flight is long, bitter along the lips, and wormwood along the edge (another fern night) freezing inaudibly into the analogy of ice will float past the toe to the floor spreading a train of mildew—the speed of papers’ rattling on the crest when one says what one sees. The speed of assimilating wall, picture, kitchen sink, metal returning like Messiaen’s stalagmites, missives of a drip, burning gas, dust on the edges of a phrase corresponding to the habitual instruction. Don’t blame me. I measure the shadow of the shadow with the shadow, signifying: here. Today my mind is strong, like wind in its last swirl from the ground. In the sirens’ delta. Nightingales in a wasteland. The Fibonacci series, like Cadmus’ army descends into the region of the bay. Here is realism: the parts of speech are alien to compassion. Withdrawal on the snail’s horns. The pedestrian in the sign of passing by, its fusion with empty movement, the symbiosis of opening and its outline. His hands still don’t understand how her wonderful body transforms into combinations of consonants and vowels, branching out into a series of programs. A series when it leads toward the mind’s purest laws. Demonstrative pronoun. Each is always a flight from the other —astonishment everywhere. Home changing signs becomes smoke. Light in the shifting meaning, refreshing the retina. The flesh of minute-silence-word decaying under the eyelids until matter is precessed. But oblivion! 176


A través de los muros las plumas de la bandada, se queman hacia el sur, y son lanzadas irresistiblemente hacia nosotros. Y tú no estabas dormido. Tampoco yo. Lente de lluvia. Pliegue, sin trenzar en la inmensidad. Como una rueda el cuchillo será arrancado de la mano y como el otoño su vuelo es largo, amargo sobre los labios, y ajenjo a lo largo de la orilla (nuevamente helechos nocturnos) congelándose inaudiblemente dentro de la analogía del hielo flotará rebasando hacia el piso el dedo del pie esparciendo una estela de moho —la velocidad del traqueteo del papel crujiendo en la cima cuando uno dice lo que uno ve. La velocidad de asimilar muro, imagen, tarja, metal que regresa como las estalagmitas de Messiaen, misivas de un goteo, gas quemándose, polvo en las orillas de una frase que corresponde a la instrucción habitual. No me culpes. Mido a la sombra de la sombra con la sombra, lo que significa: aquí. Hoy mi mente está fuerte, como el viento en su último giro desde el piso. En el delta de las sirenas. Ruiseñores en el páramo. La serie Fibonacci, como el ejercito de Cadmo desciende hacia la región de la bahía. Aquí está el realismo: las partes del habla desconocen la compasión. Retirada en los cuernos del caracol. El peatón es el signo del paso, su fusión con el movimiento vacío, la simbiosis de la apertura y su contorno. Sus manos todavía no entienden cómo su maravilloso cuerpo se transforma en combinaciones de vocales y consonantes expandiéndose en una serie de programas. Una serie cuando lleva hacia las más puras leyes de la mente. Pronombre demostrativo. Cada uno es siempre un vuelo desde el otro —asombro por todas partes. El hogar al cambiar los signos se convierte en humo. Luz en el sentido cambiante, refresca la retina. La carne de minuto-silencio-palabra decae bajo los párpados hasta que la materia sea procesada. ¡Mas el olvido! 177


The drill of speech bores into the wax separating surface and aggregate. Apples in the museum are the size of a macrocephalic’s head —Eden’s fruits. For 200 years in a cabinet behind glass there’s a fairly full grown rabbit. Hermes —the bamboo of which Pascal dreams, hollow, like depth and transparency, as if burned by flocks to the south, the flute’s breathing. The man who calls himself “you” will never be rid of the dream of flight (even flowing together in streams in monotony, even snow sliding up the ladder—an incalculable approximation remains, like a dictionary, which is one and the same). Rectified by the resinous flight. Then the bamboo comes alive, pulsing its “up-down.” Left enters right, recalling thought, marking the privilege of the present. Here he stands straight as flight already broken by a pool in the sky, glides like wet thread, an old woman sewing, who flies with an empty sleeve to the heart of the God of grapes. Another thing. Tears of a child, crying over nothing, throwing back his fragile head: either night’s gardens multiply in him or the pitch dark shines on him from resinous reins in the acetylene of the insects’ fruitfulness: for now everything in life is equal—or, disregarding the laws of age, the turning of seasons, from the white empire of the brain fingers of melted pain will crawl down at the sight of rubbish with light wings, scraps of paper, leaves, departing in a spiral that carries away the mystery of the writing of the tree. I’ve been standing at the crossroads quite a long time. It’s as light as day. It is day. Later Kondratii Teotokopulos will make notes. Tomatoes, 2 kg. in the market. Corn, 25 kopeks per kilogram.Two bunches of onions. The garlic is weak, 178


El taladro del habla atraviesa la cera que separa la superficie y lo acumulado. Las manzanas en el museo son del tamaño de una cabeza macrocefálica —Frutos del Edén. Durante 200 años en un gabinete detrás de un vidrio hay un conejo razonablemente crecido. Hermes —el bambú con el cual Pascal sueña, hueco, como lo profundo y lo transparente, como quemado por bandadas hacia el sur, el aliento de la flauta. El hombre que se llama a sí mismo “tú” nunca se librará del sueño del vuelo (incluso si fluyen juntos en corrientes en la monotonía, incluso la nieve deslizándose en lo alto de la escalera —queda una aproximación incalculable, como un diccionario, que es uno y lo mismo). Rectificado por el vuelo resinoso. Entonces el bambú cobra vida, pulsando su “arriba-abajo”. La izquierda entra a la derecha, recordando al pensamiento marcando el privilegio del presente. Aquí se encuentra derecho como el vuelo ya roto por un pozo en el cielo, planea como hilo mojado, una vieja mujer cose, vuela con una manga vacía hacia el corazón del Dios de las uvas. Otra cosa. Lágrimas de un niño, que llora por nada, echando hacia atrás su frágil cabeza: ya sea que los jardines de la noche se multiplican en él o el negro total brilla sobre él desde reinos resinosos en el acetileno de la productividad de los insectos: por ahora todo en la vida es igual —o, ignorando las leyes de la edad, el cambio de las estaciones, del imperio blanco del cerebro dedos de dolor derretido se arrastrarán al ver basura con alas ligeras, trozos de papel, hojas, yéndose en una espiral que arranca el misterio de la escritura al árbol. Llevo parado en la intersección mucho tiempo. Es tan claro como el día. Es de día. Más tarde Kondratii Teotokopulos tomará notas. Tomates, 2 Kg. en el mercado. Maíz, 25 kopeks por kilo. Dos montones de cebollas. El ajo es débil, comprado 179


bought in vain, air temperature +18 centigrade, the neighbor (re. the stevedore) has to change jobs, arthritis. No letters. We finished removing the fronts from the two boilers (remember to crank the engine for the pumps), I dreamed: evening, mother, behind the shed a star, carp on the table, to me it seems like five, no more, only one cigarette until four, Montaigne, guests... But this is later. Now it is 12:00. Still to come—cheese, Chianti, conversation. Still to come—the horizon, on which the guest appears, all signs washed from his face and only the first tongue twister of shadow on the threshold of night makes it possible to distinguish him from the mirror, where creating a seagull obliges the world.

Xenia: A proposition is only a pretext to go over the limits of what’s proposed. Snow slices the window. A man in a room does not have strict boundaries until the moment when something forces him to take up one or another activity. The hand is a verb. The shadow of the man is easily moved—where is the source of light? Clutching at the ceiling, uncovering the strange properties of memory with a period, with duration turned inside out. Thickets in autumn. Between hills of wind. In September days. A dry leaf planted on the sharp edge of a crack. Springing constellations. I think also of running water, carrying sexless rubbish— water, gurgling in hollow bones, extending the rustle of fallen leaves and the harsh night dryness in the eyes, and halfdreams which are easy to identify with things, attracting thought, in order to fill the next moment with beautiful debility. I don’t have to write all this to be convinced that what is written exists. Therefore there’s another reason. And we remember this in order immediately to forget sight, flaws, hill, speaking, the yellow tugboat in the bay window, a scrap, a tree, arrested in motion: signifies nothing: description.

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en vano, temperatura del aire +18 grados centígrados, el vecino (respecto a: el estibador) tiene que cambiar de trabajo, artritis. Sin cartas. Terminamos de quitar la parte delantera de dos boilers (recuerda girar el motor para las bombas), soñé: tarde, madre, detrás del establo una estrella, una carpa sobre la mesa, a mí me parecen cinco, no más, sólo un cigarro hasta las cuatro, Montaigne, visitas... Pero esto es más tarde. Ahora son las 12:00. Todavía falta —queso, Chianti, conversación. Todavía falta —el horizonte, en el cual aparece la vista, todos los signos lavados de su rostro y sólo el primer trabalenguas de la sombra en el umbral de la noche hace posible distinguirlo a él del espejo, donde al crear una gaviota complace al mundo.

Xenia: Una propuesta es sólo un pretexto para ir más allá de los límites de lo que se propone. La nieve rebana la ventana. Un hombre en una habitación no tiene límites estrictos hasta el momento en el que algo lo obliga a hacer una u otra actividad. La mano es verbo. La sombra del hombre se mueve con facilidad —¿dónde está la fuente de luz? Aferrándose al techo, descubriendo las propiedades extrañas de la memoria con un punto, con una duración desdoblada. En otoño matorrales. Entre colinas de viento. Días en septiembre. Una hoja seca plantada en la orilla filosa de una grieta. Constelaciones que brotan. También pienso en agua que corre, llevando basura asexuada —agua, borboteo en huesos huecos, extendiendo el crujir de hojas caídas y la dura sequedad de la noche en los ojos, y sueños a medias fáciles de identificar con cosas, que atraen el pensamiento para llevarlo al momento siguiente con una bella debilidad. No tengo que escribir todo esto para convencerme de que lo que está escrito existe. Por lo tanto existe otra razón. Y recordamos esto para olvidar inmediatamente la vista, los defectos, una colina, hablar, el remolcador amarillo en el ventanal, un desecho, un árbol, detenidos en movimiento: no significa nada: descripción.

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описание–description–descripción

It is thru language that we can imagine the universe Robert Duncan La poesía anticipa el hecho de la posibilidad. La traducción lleva de alguna forma al lenguaje a actuar solo, independiente del poeta. No hay modo de apropiarse de la palabra ya que ésta siempre estará incompleta, la poesía siempre está en otro lado. Esta es una traducción de la traducción: un ejercicio de traición, quizá de fracaso. Ir un poco más lejos: después de traducir Mi vida de Lyn Hejinian, y entendiendo la labor del traductor no sólo como un mediador entre lenguajes sino también como la de un escritor, y tomando en cuenta la postura de Dragomoshchenko en la que las distintas capas de traducción llevan al leguaje a actuar solo, me atrevo a proponer esta nueva versión de unos poemas en los que, tanto el poeta como su trabajo original parecieran hacerse a un lado, abriendo así todas las posibilidades de la poesía misma. Sin querer, el propio Dragomoshchenko habla del reto que implica traducir su poesía en su texto Kitaiskoe Slontse: “Es como si uno alcanzara el umbral del sueño […] hacia la anticipación del instante feliz de la transición, de la transformación, hacia el momento que contuvo (en una triple exposición) el pasado no cumplido, el presente ya actualizado, y eso que estaba a punto de entrar en sí mismo, habiendo incluido el nexo que-lo-refleja todo del tiempo, o la ausencia del mundo que significa este posible nunca radiante en toda dirección en un lustre de ceguera y omnivisión increíbles donde no quedan significantes, sólo intenciones […]” Algo más se transforma: no los hechos mismos, no los acontecimientos, sino el modo en el cual estos se correlacionan con las intenciones. La experiencia de lo que se transforma es lo que nos lleva hacia el laberinto que no deja de expandirse en el olvido, mientras que el espacio desplegado no es más que el lenguaje mismo. En su interior se encuentra el reto más importante de un traductor: la poesía es también un acto de memoria. Pero la transformación, que es el trabajo de la memoria, es igualmente el trabajo de traducción. Ese gran reto que enfrenta el traductor es también lo que lo atrae. La anticipación frustrada “del instante feliz de la transición” se representa de manera similar al nivel de la sintaxis: el momento de comprensión siempre se nos resbala de las manos, y al final de un verso, necesitamos volver a trazar nuestros pasos, regresar al principio. Más allá de los límites de la metáfora está la próxima, como también, más allá de la palabra siempre se encuentra otra. Dragomoshchenko, quien era también traductor de poesía en lengua inglesa, le escribió una vez a Hejinian describiendo su experiencia en los términos siguientes: “Quizás uno puede llamarlo mediación: no yo, no la realidad, no la no-realidad, no el tiempo, no el espacio. Quién sabe, probablemente en nuestro inconsciente nos hemos siempre esforzado en… las posibilidades de la no-existencia, del no-ser, en 183


una palabra, para un increíble espacio en blanco, el punto donde cada significado es su única posibilidad, cargando dentro la sombra de una futura materialización, que significa simultáneamente una desaparición instantánea. Lo que quiere decir… siempre hemos sido unos exploradores muy diligentes de la desaparición per se, y hemos llegado a saber sólo esto, que el ‘arte’ y la ‘vida’ al final son lo mismo.” Y sí, el traductor siempre se preguntará qué pasa con el producto final de su exploración. Sin embargo, existe la posibilidad de perfeccionar el fracaso hasta llegar al "increíble espacio en blanco", alcanzar la ansiada fórmula mágica y prolongar la circulación de la poesía como una fuente más que como un terminus.

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Arkadii Trofimovich Dragomoshchenko nació en Potsdam, Alemania en 1946 y murió el 12 de septiembre del 2012. Pasó su infancia en Ucrania y en 1969 se mudó a San Petersburgo. Empezó publicando sus poemas en revistas clandestinas de finales de la era soviética. Recibió los premios Andrei Bely en 1978, el Electronic Text Award, el PostModernCulture en 1993, y el premio literario internacional “The Franc-tireur Silver Bullet” en 2009. Sus profundas afinidades con la poesía l=a=n=g=u=a=g=e se basan en las relaciones personales que entabló con los poetas del movimiento. Su trabajo se acerca al de ellos en su rechazo a la idea de una voz única y autoritaria; se resiste a la rima y sondea la experiencia sensorial y los mecanismos de la conciencia. Paradójicamente, el vacío del lenguaje es el centro de su poesía. Éste se expresa en los cambios repentinos de tema, y por ende, en una especie de inquietud cognitiva. Dragomoschcenko busca esos momentos en donde la auto-presencia parece ser posible. Invoca ideas filosóficas, pero sin desear construir un sistema de verdades. Giró entorno a éstas, vivió con ellas lo suficiente como para escribir un poema, para luego encontrar otro. Charles Bernstein habló de Dragomoschcenko como un innovador radical cuyo trabajo tiene pocos vínculos aparentes -si acaso los hubiera- con la práctica poética rusa de los últimas décadas, y por lo tanto, es muy difícil hacerlo encajar dentro de los paradigmas establecidos de la poesía rusa contemporánea. Dragomoshchenko tradujo la obra de Lyn Hejinian, John Ashbery, Robert Creeley, Charles Olson, etc. Entre sus libros más importantes se encuentran: Description (1990), Xenia (1994), Phosphor (1994), Kitajskoe Solnce (1997), Tavtologiia (2011) entre otros. Description, se publicó en E.U.A antes de que su primer libro de poemas en ruso apareciera. 185



ÍNDICE

Introducción de Arkadii Dragomoshchenko

7

Summa elegía

11

Las islas de las sirenas

55

Notas al pie

89

Accidia

95

La nasturtia como realidad

109

Kondratii Teotokopulos en la intersección esperando una visita

145

Nota del traductor

183



Mangos de Hacha | Poesía

Truong Tran, Polvo y conciencia Lu Chi, Wen Fu, sobre el arte de las letras Robert Creeley, Pedazos Charles Olson, Los poemas de Maximus Eduardo Milán, Donde no hay Ronald Johnson, Maleza de luz. Antología poética V.V.A.A., Renacimiento de la poesía inglesa. Antología poética Arkadii Dragomoshchenko, Descripción




El lenguaje no puede apropiarse porque es perennemente incompleto. Las acciones perfectas no dejan rastro... La poesía es imperfecta, inconclusa, como es. No hay consuelo. Así como la palabra no existe. La transformación a través de la nada hacia la otredad. “¿Acaso existe el habla?” (Chuang Tzu). La transformación de una pregunta en cuestionamiento, acerca del límite, de la frontera, del delineamiento del significado, acerca de la liberación del sinsentido por el sinsentido, existe sólo en la promesa, en el lenguaje, en la poesía. La historia no es una oblea de espacio que se deshace sobre la lengua. La valentía consiste en una afirmación infinita del pensamiento que derrota “el orden de la verdad real”. La poesía es un gasto de lenguaje “sin un propósito”, es de hecho una redundancia; un constante sacrificio a un sacrificio. Es posible que hablemos aquí sobre el amor, en otras palabras sobre la realidad, o sobre la probabilidad de contestar un eco sin origen -sobre la responsabilidad. Arkadii Dragomoshchenko

ISBN 978-607-96406-5-1


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