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Un día en
EL CARNET DE CONDUCIR, MÁS AL ALCANCE CON APOYOS
TRES PERSONAS DE TASUBINSA NOS CUENTAN CÓMO ESTÁN ESTUDIANDO PARA SACARSE EL PERMISO DE CONDUCIR A TRAVÉS DE LA INICIATIVA ‘CAMBIEMOS DE MARCHA’
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Obtener el carnet de conducir supone un gran paso para la autonomía de cualquier persona y una mejora muy importante en su calidad de vida. Pero el proceso es complicado, sobre todo para las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo que necesitan más apoyos para comprender un material y un examen que no están adaptados. Estos apoyos se han empezado a dar en Pamplona gracias a la iniciativa ‘Cambiemos de marcha’, surgida gracias a un convenio entre Asociación Provincial de Autoescuelas de Navarra (APANA), el Centro de Recursos de Educación Especial de Navarra (CREENA) y el centro público de enseñanza de personas adultas José María Iribarren, con el apoyo de Caja Rural de Navarra. A través de este proyecto, cerca de una veintena de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo reciben apoyos para obtener su carnet de conducir. El proceso es largo y tiene una duración de unos dos años aproximadamente y de momento solo se ofrece en Pamplona. Hasta la fecha se han dado dos ediciones, ya que se inició en el curso 2018-2019 pero se paralizó por la pandemia. En la primera participaron 10 personas, de las que 4 ya han aprobado el examen teórico y están pendientes del práctico. En la segunda promoción empezaron 14 personas, de las que 11 continúan. Tres de ellas son Xabi, Irati y Ángel, de Oficinas Generales y TASUBINSA Beriáin. Además de autonomía, para estas personas tener el carnet significa una mayor independencia y tener más oportunidades de ocio y laborales.
Autonomía y más oportunidades
“Siempre es bueno saber conducir por si se necesita, por si pasa algo. No sé si me apasiona conducir, pero si me lo saco tendré que usar el coche para que no se me olvide. Me van a prestar un coche en la familia, usaré el coche de mi padre”, relata Ángel, usuario de TASUBINSA Beriáin. Tiene 23 años y quiere tener el carnet de conducir para ganar en autonomía y tener, como él dice, “un plan B”. Su compañera Irati, de 20 años, no puede esperar a tener coche propio. Asegura que, aunque su padre le prestará el suyo, ella ya ha estado mirando coches de segunda mano y tiene varios en mente. En el momento de la entrevista, explicaba que su objetivo era tener ya el carnet teórico en agosto: “Quiero más independencia para irme a mi pueblo o para pasar el día en Donostia, por ejemplo, sin tener que pedir a nadie que me lleve”.
Xabi, con 30 años y trabajador en Oficinas Generales (Arazuri), lo quiere “para poder ir a trabajar y a sitios” pero principalmente para manejarse solo y sin que nadie le lleve. “Primero tengo que sacarme el carnet, después ya se verá si tengo coche”, asegura. Irati ya intentó antes sacarse el carnet estudiando en una autoescuela, “pero no salió bien”. “Cuando estaba allá no tenía ninguna ayuda, tenía que buscarme yo las fichas. Y cada vez que suspendía, tenía que volver a pagar. Hice el teórico dos veces, pero con fallos”, recuerda. Para Xabi y Ángel este es su primer intento. Se enteraron de que existía este programa a través de su centro en TASUBINSA y sus familias les animaron. “A mis padres les pareció muy buena idea desde el principio y me animaron”, asegura Ángel. Xabi cree que, sin estos apoyos, no podría sacarse el carnet. Ángel afirma que le “costaría mucho”. “Y aún así, cuesta”, aclara.
Materiales complementarios
Ya que no se adapta ni la materia a estudiar ni el examen final (es el mismo para todas las personas), se necesita un curso previo para aclarar conceptos previos y que cada estudiante entienda bien la terminología, y para enseñar técnicas de estudio. Irati, Xabi y Ángel terminaron en junio este curso, que ha tenido una duración de nueve meses, con 6 horas semanales lectivas. En las clases impartidas en el centro José María Iribarren aprenden, durante tres días a la semana, el vocabulario técnico y específico del manual de la DGT. Según explica Laura Rodríguez, pedagoga y profesora de estas clases, “el lenguaje del manual de


conducir es complejo”, así que lo que se hace principalmente es traducirlo: “Usamos materiales para mejorar la comprensión lectora y algunas fichas, pero lo que trabajamos son técnicas de estudio”.
“El manual es muy complicado, pero cuando nos dieron el segundo libro se me ha hecho más fácil el estudio. Aprenderte el manual, sin saber nada de primeras, es muy pesado. Con ayuda es diferente”, explica Irati. El segundo libro del que habla es uno de los materiales complementarios que han trabajado en este curso y que explica de forma más sencilla el manual. Ángel también coincide en que “esta primera parte no ha sido tan pesada” como pensaba inicialmente. Además de aprender las normas básicas de circulación y el significado de las señales, han tenido que repasar algunos conceptos de matemáticas y de terminología. Tras superar con éxito una prueba de nivel, este verano comenzaron a estudiar un curso intensivo en APANA en el que aprenden la parte teórica, les asesoran para el examen y reciben las clases prácticas en sus autoescuelas. Ángel se muestra sorprendido por haber hecho el último control con cero fallos. “No estudié tanto, pero en los últimos diez días estuve todo el tiempo haciendo test. Y después fui y lo clavé. Ahora veo que he ido memorizando lo que hemos dado en clase”, indica. “Nos han dicho que hasta que no nos vean preparados, no nos van a presentar al examen”, afirman los tres. Cuando piensan en cómo serán las prácticas, la fase final del proceso, no ocultan sus nervios. “Yo posiblemente me ponga un poco nervioso, no sé cómo me van a explicar las cosas o si se me va a calar el coche”, explica Ángel. Su compañera Irati le tranquiliza. “En las clases prácticas también recibiremos apoyos, creo que nos explicarán todo las veces que haga falta, será diferente que en una autoescuela normal”, asegura. Animan a quien quiera a intentarlo. “Un compañero del centro está en una autoescuela pero no se lo saca. Le he contado cómo estoy haciéndolo, me ha pedido la tarjeta y me ha dicho que se ha apuntado porque necesita ayuda”, relata Irati.
