Mis abrazos perdidos IES Francés de Aranda 20-21

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ALUMNADO DE 1º,3º Y 4º DE ESO

MIS ABRAZOS PERDIDOS

IES FRANCÉS DE ARANDA

TRABAJO DE ESCRITURA CREATIVA

Imagen de portada: Itzel Martín 3º ESO

ESTACIÓN DE PASO CURSO 2020-2021 IES FRANCÉS DE ARANDA TERUEL


Contenido PRESENTACIÓN ............................................................................................................... 3 3º ESO............................................................................................................................ 4 1º ESO.......................................................................................................................... 41 4ºESO .......................................................................................................................... 53 2º ESO.......................................................................................................................... 71

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PRESENTACIÓN Este trabajo surge como resultado de la propuesta “MIS ABRAZOS PERDIDOS”, del Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, que pretendía hacer llegar la voz de escritores aragoneses a las aulas, y recoger la respuesta en forma de texto literario. Se trataba, en fin, de que los alumnos escribieran un texto creativo a partir de frases propuestas por escritores aragoneses. Entre los textos resultantes, cada centro elegiría uno que sería ilustrado y publicado en un libro común. En nuestro centro decidimos centrar la escritura creativa en la elaboración de narraciones, y este es el resultado. Nos encontramos con relatos que hablan de la pandemia y con otros que nada tienen que ver con ella, pues la temática era libre, si bien el objetivo inicial era analizar la pandemia y sus circunstancias. Nuestros alumnos eligieron libremente la frase que iban a utilizar como inicio y tuvieron total libertad para escribir sus relatos, limitándose únicamente el número de caracteres por exigencias de la convocatoria. En las narraciones se habla de la muerte, de la tristeza y también de la esperanza. Hay argumentos que recuperan días felices, otros imaginan intrigas inquietantes. No fue fácil elegir el relato que se enviaría para ser ilustrado y publicado, pues había varios muy interesantes y originales. En cuanto a la forma de este libro, se organizan los relatos por cursos (3º, 1º y 4º de ESO). En algunos, cuando el alumno lo indica, se incluye el autor de la frase de inicio del relato. En otros el olvidadizo autor no declara este dato. Esperamos que los lectores disfruten de la variedad recogida en este libro, y damos las gracias a todos el alumnado participante (unos forzados, otros de buen grado, que de todo hubo).

El Departamento de Lengua Castellana y Literatura del IES Francés de Aranda.

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3º ESO

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El náufrago Llegaba un poco más tarde de lo que había previsto pero aún así llegó antes de que zarpara el barco, llegó muy cansado y decidió dormir. A la mañana siguiente al despertarse se dio cuenta de que el barco había parado y que estaba solo, lo primero que hizo fue mirar si había todo lo necesario para sobrevivir y se llevó una grata sorpresa al averiguar que no faltaba de nada. También descubrió que tenía a su alcance muchos antojos que se podía permitir, intentó pedir ayuda pero pese a sus esfuerzos no lo logró. Sobrellevó la situación perfectamente durante unos días ya que era una persona que pasaba la mayor parte del tiempo en su casa, lo que más hacía era mirar las noticias porque estaban todo el día con ellas, también se entretenía jugando o haciendo ejercicio físico. Lo peor venía cuando se acordaba de sus amigos y familiares recordando esos abrazos que le daban sin pedir nada a cambio. Pasaban las semanas y cada día le parecía una copia del anterior, se levantaba y no se sentía a gusto, empezaba a ponerse nervioso, triste, preocupado… no paraba de recordar esos abrazos que había perdido. Justo cuando pensaba que la situación podría acabar con él descubrió que tenía a su alcance gran variedad de libros y empezó a interesarse por ellos. Gracias a aquel descubrimiento al leerlos pudo viajar y vivir aventuras sin ni siquiera moverse, eso ayudó a que los días pasaran más rápido y que aquella situación fuera más llevadera. Uno de esos días vio en las noticias que ya se podía salir a la calle, así que cogió su abrigo y mascarilla y se dispuso a salir de su isla desierta. FIN Frase del comienzo es de Daniel Gascón Aitor Sancho Ros 3ºESO

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MIS ABRAZOS PERDIDOS Mis abrazos perdidos los vi al asomarme por la ventana. Volaban igual que las hojas amarillas de los ginkgo biloba de otoño. ¿Dónde irían? ¿Dónde los podría encontrar de nuevo? ¿Dónde los podría rescatar? Tal vez en la carretera más recóndita del planeta, en las sombras de un oscuro bosque lleno de criaturas, en las profundidades de un pozo...No tengo claro dónde pero sí cuándo, y ese cuando es ahora. Ahora que estoy encerrada con mis pensamientos más oscuros o más brillantes. Esos pensamientos que todos queremos esconder o alejar como la Psychotria Elata. Ahora en la seguridad de mi confinamiento con el exterior, ahora que no hago daño a nadie incluido al Kiri. En esa pequeña prisión que no me deja tener la libertad. En esa ventana con barrotes por la que se iba todo lo que quedaba de mí. En ese momento que es ahora en el que desearía no haber cometido ese delito que me llevaría a echar de menos hasta mis abrazos perdidos. Sabiendo que en su último suspiro se arrepentiría de todo pero a la vez de nada. En esa de cárcel de Soto del Real, tras muchos años de condena, quería escapar e imaginar cómo serían esos abrazos perdidos que volaron, se escondieron y que no pude encontrar. Frase inicial de Sandra Araguás Irene Lacambra 3º ESO

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Pensamientos inciertos Me quedaba la última hora de clase mirando por la ventana, pensando en todas las cosas que pude haberte dicho en aquel momento y barajando todos los escenarios y reacciones que podrías haber tenido cuando te dije lo que sentía por primera vez después de tanto tiempo. Mi estómago, lleno de mariposas revoloteando al mirarte, fascinada por tanto pero a la vez por tan poco que todos me decían que eras en verdad ,y mi corazón parándose cada vez que te dirigías a mí. Eras la típica persona que cuando sonreía iluminaba las caras de todos los que estaban a su alrededor, hasta llegaste a iluminar mi alma cuando más oscura estaba. Te veías tan seguro de ti mismo que a veces me abrumabas. Siempre ayudándome sin pedir nada a cambio, nunca te lo podría agradecer tanto . Mi vida después de que te fueses de este mundo se derrumbó por completo .Intentaba hacer actividades como antes, sin embargo me resultaba imposible . Ya no era capaz de hablar con nadie y poco a poco me fui encerrando en mi interior, sin esperanza de salir en ningún momento . Me encontraba sola, sentada en un banco mirando con atención a los pájaros revoloteando, jugando y volando libremente en un cielo azul sin ninguna nube visible, pensando en las palabras que pronunciaste y reflexionando con muchos sentimientos lo que pasó. La situación era complicada para mí, pero ¿qué culpa tenía? Solo era una adolescente cuyo amor platónico se fue de repente por culpa de no haberme dado cuenta de por lo que estaba pasando. Pensando por última vez: ¿por qué?... Después de unos años , poco a poco recuperándome de ese vacío inmenso, pude cumplir todos los objetivos de los que te hablaba en esos momentos de conversaciones profundas sobre nuestro incierto futuro. Convirtiéndote en mi motivación , al fin y al cabo como tu decías: -La vida es muy corta Ana, todo pasa tan rápido que no te das cuenta de la mitad de cosas que te ocurren día a día. Hazlo sin pensar y porque a ti te gusta. Al fin y al cabo no se trata de vivir sino de existir ¿no crees? Frase de Nacho Tajahuerce Anne Marie Serban 3º ESO

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Padre e hija «Estaba mirando por la ventana cuando…» Vi aquel hombre que solía llamar padre , aquel que se supone que me protegería , aquel que nunca dejaría que me hicieran daño , aquel que me amaba sin importar que... Ese mismo hombre que llegaba cada noche y me contaba un cuento para dormir , que me hacía reír con sus caras graciosas , que escuchaba cada palabras de mi boca , que me llamaba princesa . No había algún tipo de comunicación entre nosotros y dolía , mucho. Acaba de llegar de trabajar y se le veía cansado , había tenido un día malo , bajé las escaleras silenciosamente y con cada paso que daba pensaba en cuando éramos como uña y mugre , y ahora , éramos como agua y aceite me pregunté ¿ qué pasó entre nosotros ? - Melody , ¿ qué haces aquí? - me preguntó al verme parada sin moverme en mitad de las escaleras , las palabras no salían de mi boca - sube ahora mismo y enciérrate en tu habitación. Yo cansada de esta situación me abalancé hacia el sin darle tiempo siquiera de pensar y lo mordí en el cuello . -Melody -me empujó y caí al suelo pero nada iba a detenerme , iba a hablar con él de alguna u otra manera. Zombie o no . FRASE DE INICIO PEPE SERRANO LAURA ISABELLA SUÁREZ 3º ESO

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Bailamos en ruedas Desde pequeño siempre ha sonado la música en casa. Cada paso que daba me permitía caminar como si una banda de jazz me acompañara… Cada paso que tú dabas me permitía caminar, me ofrecías tus manos y me ayudabas a levantarme. Ponías mis pies sobre los tuyos y bailabas al son de la radio. Cuando bailabas yo podía caminar, pero ahora solo espero. Abuelo…si es que te recuperas, podremos rodar juntos.

Autor de la frase: Israel Gómez Itzel Martín 3º ESO

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MIS ABRAZOS PERDIDOS Estaba mirando por la ventana cuando vi a una ambulancia llevarse a Antonio, el del quinto. Mis padres me habían hablado de que él y su mujer Fermina, tenían el temido Covid-19. No pensaba que fuera para tanto, pero ver a mi vecino en esas condiciones me encogió el corazón. Antonio siempre me daba los juguetes que sus nietos ya no usaban, y cuando mis padres tenían que trabajar me dejaban con él toda la mañana. Mi abuelo José Luis y él eran muy amigos de toda la vida, aunque estos últimos meses ya no compartían tantos momentos juntos. La familia de mi madre decidió ingresarlo en una residencia cercana a mi casa, ya que no podían hacerse cargo de él a diario. El confinamiento domiciliario había terminado hacía un par de meses, y desde antes de la cuarentena no había visto a mi abuelo. El ver a Antonio así, me hizo recapacitar y pensar en lo solo que debía estar José Luis. En las residencias aún no se permitían visitas porque los abuelos se consideraban población de riesgo. Después de un par de días sin quitarme la idea de la cabeza de ver a mi abuelo cuanto antes, decidí hacer una pequeña expedición con mi amiga Bárbara por los alrededores del edificio en el que estaba y descubrir qué ventana era la de su habitación. En los dos primeros días no hubo suerte, pero al tercer día lo vimos apoyado en la repisa de una ventana, e inmediatamente se me iluminó el rostro. La verja de la residencia estaba a unos 20 metros del edificio, y preferimos esperar al día siguiente para saltar la valla y darle la sorpresa. Nada más despertarme, llamé a Bárbara para prepararlo todo. Cogimos una bolsa llena de tortafinas, el dulce favorito de mi abuelo, y nos dirigimos al mismo lugar que el día anterior. Saltamos la verja, y fuimos directos a la ventana de su habitación. Dimos varios golpes en el cristal, hasta que mi abuelo, alarmado, se asomó y se llevó tal grata sorpresa que no pudo contener las lágrimas. El personal de la residencia nos pilló cuando estábamos a punto de irnos, pero en vez de tomar medidas disciplinarias más duras, nos dejaron irnos con la condición de que no lo volviéramos a hacer. A pesar de todo valió la pena ver las lágrimas de emoción de mi abuelo, aunque el abrazo lo dejemos para el próximo día. Frase del comienzo: Pepe Serrano Mateo Hinojosa 3º ESO

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UN AÑO Y TRES DÍAS A pesar de que me advirtieron de que no estaba permitido, he decidido regresar a la tierra a ayudar a la policía a resolver mi asesinato. Hace exactamente un año salí de fiesta con mis amigas a una discoteca, empezamos a beber y a bailar hasta que me entraron ganas de ir al baño, cuando me dirigía hacia él, un grupo de chicos me paró y me dijeron que me invitaban a un cubata y les dije que no pero insistieron y al final acepté, estuve con ellos y con mis amigas lo que quedó de noche hasta que se hizo tarde y decidí irme a casa, se ofrecieron a llevarme pero preferí irme andando, cuando salí de la discoteca empecé a caminar y a los cinco minutos noté que alguien me perseguía, empecé a caminar más rápido pero alguien me cogió del brazo y me puso la mano en la boca, cuando le vi la cara resultó ser uno de los chavales que había conocido esa noche y me metió en un callejón sin salida y aunque me negué abusó de mí y luego me mató. A día de hoy quedan tres días para que den por cerrado mi caso ya que no han encontrado ninguna prueba o pista que llegue hasta el asesino, así que esta mañana he ido a comisaría y he dejado un sobre en la puerta en el que había fotos de esa noche con el chico que me mató, la dirección de su casa y las coordenadas de donde está mi cuerpo enterrado. Tres horas después el caso estaba saliendo por la tele y los periodistas anunciaban que habían encontrado mi cuerpo y en el rastros de ADN bajo mis uñas así que en cuestión de horas cogeran a Marcos, por lo tanto ya puedo estar tranquila y asumir las consecuencias por romper las reglas. Ainhoa Olid 3º ESO

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Mis abrazos perdidos Me miraba fijamente y yo era incapaz de apartar la mirada, sus ojos como imanes que atraen toda mi atención. Era la primera vez que veía esos preciosos ojos castaños tan vacíos, escasos de emociones, y eso que antes me habían parecido tan completos, con tantos motivos para continuar… Y aunque quería dejar de mirar, era imposible. Por mi mente pasaron, en micro segundos, todos nuestros recuerdos, como si de un álbum de fotos se tratara, recuerdo correr contigo debajo de la lluvia, nuestras manos agarradas, no querían separarse, recuerdo las risas una tarde andando por la montaña, y también las lágrimas el día que murió tu perro, las comidas familiares, las tardes de películas y chocolate caliente o cuando te reías de mí por llorar el día que murió mi personaje favorito de un libro. En cada recuerdo tus ojos dotados de tantas emociones, con tus más y tus menos, tus subidas y bajadas, pero siempre luchando, siempre viviendo. No sabes cuánto duele escribir esto, después de todo lo que hemos pasado, después de mil noches hablando hasta las 3 de la mañana y que, aún a través de una pantalla, me hicieras reír a carcajadas, pero en susurros a la vez, porque no queríamos despertar a nadie. Todos esos momentos brillan porque no podrán volver a ocurrir, todo se ha acabado, tú te has ido, no siento el calor de tu presencia, no siento tu incondicional apoyo. Sigo mirándote a los ojos, no quiero que acabe, te sostengo entre mis brazos y cada vez es más doloroso, todo empieza a verse borroso, no puedo continuar, suavemente te apoyo en la cama e, ignorando la mancha de sangre, cierro, respetuosamente, tus ojos. FRASE INICIAL: CARLOS ÁLVAREZ DE EULATE

Relato de Alicia López Igual 3ºESO

Relato seleccionado para su publicación en la recopilación del Gobierno de Aragón

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Los últimos días, al igual que todos los anteriores, parecían copias idénticas unos de otros; pero ese día, lo supe desde que me desperté, prometía ser diferente y especial. Se veía desde la ventana, para empezar, el día era un esplendido sábado de verano «el primero del verano». Era mi cumpleaños y todo estaba empezando con buen pie. Nada más levantarme tomé un desayuno especial junto a mis primos que venían desde la ciudad para celebrar mi cumple en familia, nada más acabamos nos fuimos a jugar con los amigos y a celebrarlo un poco. Después fuimos a casa de los abuelos a comer con la familia para celebrar mi cumple, fue muy agradable y divertido. Por la tarde estuvimos juntos y hablando y por supuesto abrí mis regalos de cumpleaños, fueron super chulos. Más tarde nos fuimos todos a un restaurante a cenar y pasar la noche, estuvo todo muy rico, la verdad. Al fin cuando llegamos a casa no me quedaban más ganas que de dormir después del pedazo de día que habíamos vivido. Al día siguiente recogí mis maletas y mis cosas para irme con mis primos a la ciudad a pasar el verano, fue gracioso porque justamente me las olvidé y a mitad de camino cuando paramos tuvimos que dar la vuelta a por ellas y reemprender el camino a la ciudad. Fue un camino largo pero entretenido, jugamos a juegos y vimos unas pelis en un ordenador de mis primos. Por fin ya en la ciudad nos aseamos y dejamos todas las maletas en la casa de mis primos para dirigirnos a dar un paseo por la playa de la ciudad (Valencia). Fue divertido ya que fue relajado y tranquilo, nos compramos un helado y charramos hasta llegar a casa ya un poco cansados vimos una peli y nos quedamos dormidos. Al día siguiente fuimos de compras por la ciudad y a pasar el día por el centro, nos compramos ropa y cosas necesarias para pasar el verano. Después de una larga mañana comimos por la ciudad, al principio no encontrábamos sitio porque estaba todo muy lleno pero al final encontramos un buen restaurante en el cual estaba todo muy rico, la verdad. Después cenamos también fuera de casa, y antes de cenar fuimos al Bioparc, que es un zoo con muchos animales y plantas, fue divertidísimo. Al final llegamos otra vez cansadísimos a casa. Y estos han sido los primeros días de este verano que la verdad solo ha empezado y queda mucha diversión aún. Frase del comienzo de Arancha Ortiz

Alejandro Bielsa Vicente 3º ESO

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EL CUADERNO 15 de noviembre

Marcos: Cuando pasó por mi lado, supe que teníamos que correr, iba con mi hermano y llevaba en la mano mi cuaderno; no entiendo por qué demonios no lo hicimos, ahora por mi maldita confianza e inocencia estamos atrapados aquí, en esta especie de sótano; llevamos unas horas, y lo único que sé, es que solo puedo ver gracias a un pequeño agujero por el que entra la luz del sol, que me duele la nuca, tengo un poco de sangre; creo que es una contusión leve, y, lo más probable, es que nos hayan secuestrado 1 de diciembre Tatiana: He encontrado este cuaderno tirado en el suelo con un boli, al lado de algo que huele realmente mal, no le daré mucha importancia a lo que huele mal ya que está en una zona donde no le da ni un pequeño rayo de sol para verlo, además es muy pesado para moverlo, pero el cuaderno no; parece que tiene algo escrito, ``Hola mi nombre es Marcos y hemos sido secuestrados mi hermano y yo por alguien, no sabemos qué es lo que quiere de nosotros, pero no pensamos quedarnos aquí para averiguarlo; intentaremos escapar hoy mismo, dejaré este cuaderno con algunos dibujos míos por si alguien llega a reconocerlos, sabrá que soy yo y que he estado aquí´´. Escribiré en el cuaderno que también he estado aquí….escucho ruidos, alguien viene, igual es para ayudarme... 14 de diciembre Martina: Primero, no le he visto la cara a la persona que me secuestró, pero sé que tiene una fuerza descomunal, ya que me derribó de dos golpes, segundo, sé que estoy en un sótano, ya que puedo sentir la madera, la tierra y el mal olor ;y tercero, sé que es un hombre por la voz, y sé que se llama Bill, lo he escuchado. Hay un cuaderno no puedo leer bien lo que dice, con el golpe se me rompieron las gafas, pero escribiré lo que ha sucedido por si alguien puede leerlo, oscurece ya, y se escuchan pasos... 30 de enero Yo: Al leer el cuaderno me llené de esperanza pensando que si más personas pudieron escapar, yo también podría hacerlo; pero cuando se me quitó la euforia, pensé..., si ellos pudieron escapar de un maniático, lo habrían comentado en las noticias, o en el periódico, o no sé, aunque sea en el periódico local. (se enciende la luz) Bill: claro que no salieron en las noticias, porque ni si quiera salieron vivos de aquí ¡míralos! y tú tampoco saldrás... Ian Pilaquinga 3º ESO

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UN LUNES QUE DESESPERA Aquella mañana, Adelina regresaba a su casa de lo que solía hacerlo normalmente. La razón, un enfrentamiento con su jefe y su fulminante despido. Mientras volvía hacia su casa, llorando, maldecía lo que aquel lunes le había deparado. Sin embargo, desconocía lo que el día le tenía aún reservado en su casa. Cuando llegó a su casa vio que su perro le había destrozado varios muebles, tiró la televisión y deshizo la cama. Luego, al rato, cuando fue a abrir la nevera se dio cuenta de que no iba la luz así que la comida que había preparado el día de antes se estropeó y la tuvo que tirar. Adelina quería pedir comida a domicilio pero no tenía bateria en el móvil y no lo podía cargar, entonces, fue a comprar comida al supermercado, compró huevos, pan y patatas.Cuando estaba haciendo la comida se le cayeron los huevos, ella se cabreó tanto que empezó a darle golpes a la mesa y se cayó el pan, el cual, fue cogido por el perro con tal rapidez que a ella no le dio tiempo a recogerlo. Solo le quedaban las patatas, cuando iba a meterlas al horno se dio cuenta de que no había luz así que se esperó a que volviera la luz, volvió sobre las 18:00 y con lo que tardaban en hacerse las patatas comió casi a las 19:00 de la tarde. Más tarde se le ocurrió buscar trabajo, sacó el portatil y se pusó a buscar, estuvo un buen rato buscando hasta que encontró uno, fue a ponerse en contacto con el que ofrecía el trabajo y de repente, el ordenador se apagó, le había entrado un virus que ella no sabía arreglarlo así que fue a arreglarlo a la tienda, dejó el ordenador y se fue a casa. En su casa se puso a recoger todo, puso el lavavajillas, tendió la ropa, fregó toda la casa... Cuando volvió a sacar el lavavajillas se dio cuenta de que no había lavado nada y también se salió todo el agua, fregó el suelo otra vez y se puso a fregar los platos a mano.Cuando acabó se fue a pasear al perro, salió con el perro y se le soltó la correa, estuvo un buen rato persiguiéndolo hatsa que por fin lo volvió a coger. Adelina se llevó el perro al veterinario para pasarle la revisión y cuando fue a sacar el coche, se le pinchó una rueda, ella estaba harta del horrible día que estaba teniendo, se fue andando con el perro hacia el veterinario y cuando llegó vio una enorme cola. Estuvo en la cola hasta las 23:00 de la noche. Volvió a casa, se metió en la cama y pensó en el día tan horrible que había tenido, ella pensó que iba a descansar bien de lo agotada que estaba y de repente escucha cómo los obreros empiezan a picar, no era una construcción sino que una tubería se había roto y tenían que buscar la fuga. Adelina no durmió en toda la noche, se levantó a beber agua y se dio cuenta de que no había agua, volvió a meterse en la cama aunque sin dormir FRASE: JOSÉ MANUEL SURROCA José Manuel López 3º C

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ME IN HEAVEN A pesar de que me advirtieron de que no estaba permitido, he decidido regresar a la tierra a ayudar a la policía a resolver mi asesinato. Vale, pues volvemos al principio de todo. Me llamo Maddy y tenía 17 años cuando me asesinaron. Un día me desperté en un lugar que no reconocía de nada, no estaba en mi casa, tenía que descubrir cómo yo , una chica de California , había llegado a este lugar, un prado verde lleno de flores , árboles y animales . Como me desperté muy desubicada, me puse a investigar. Estuve un rato buscando para saber algo sobre el lugar en el que me encontraba. Al rato me fijé y vi que había una carta que tenía mi nombre escrito. La carta decía “Hola, Maddy, soy tu ángel de la guarda . Te escribimos esta carta para que sepas que estas aquí porque no te has muerto de manera natural y tienes que encontrar un modo de descubrir cómo has muerto, pero no se te permite bajar a la tierra. En este lugar encontrarás una serie de pistas para ayudarte, puedes usarlas o no “ Yo no podía quedarme aquí sola, sin saber cómo había llegado, usando unas pistas que no me servirían de nada . Mi mente me decía que bajase a la tierra, que así podría descubrir lo que necesitaba y ver a mi familia por última vez. A lo lejos vi que había una puerta que ponía” ascensor a la tierra”. Decidí utilizarlo y bajar a la tierra. Al llegar a la tierra, una voz me dijo que necesitaba meterme en el cuerpo de alguien, pero que solo tenía 2 días para resolver lo que me había traído aquí o la persona moriría, y yo no iría al cielo y me quedaría atrapada en la tierra. En el momento en el que puse un pie en la tierra, me volvieron los recuerdos y supe quién me mató, quién me quito la vida. Nunca imaginé que pudiese haber sido ella, una de las personas que quería más en el mundo, mi mejor amiga Becky . Recuerdo que el día en el que pasó, ella y yo discutimos, pero no pensé que ella me mataría por esa discusión. Tuve la suerte de que el cuerpo en el que me había metido era de un policía, que aparte era el que llevaba la investigación de mi caso . Entonces lo investigaron bien y decidieron que ella era la culpable. Cuando pusieron el caso en la prensa ya era oficial, Becky, mi mejor amiga, iría a la cárcel por mi propio asesinato. Me dolía pensar que había sido ella, pero esa era la realidad. Para acabar con mi trabajo en la tierra fui a casa de mis padres a verlos por última vez y les dejé escrita una carta. Ya podía irme al cielo en paz .Volví al ascensor y esta vez llegué al cielo de verdad. Al llegar, un ángel me estaba esperando . Él me dijo no debería haber bajado a la tierra porque me lo advirtieron, pero al haber sido fuerte y al descubrir que mi asesino era Becky , y no haberme derrumbado , mi ángel estaba asombrado . “Por ello estas aquí. Estas son las puertas hacía el cielo”, me dijo. Ya soy feliz, ya he llegado a mi nueva casa. Mar Belmonte 3º ESO

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Un buen día dejé de ser quien era antes y empecé a no esperar nada de nadie pues así me llevaría ilusiones y no decepciones. Frase de Mario Sasot Marta Lizama 3B2

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LOS NIÑOS DESAPARECIDOS «Iris despertó tumbada en medio de una gran avenida. La ciudad estaba desierta. Su móvil centelleó iluminando el extraño mensaje de un desconocido: «Yo tengo guardado tu último abrazo». Alzó la vista, y a lo lejos, un joven de su misma edad levantaba la mano tratando de llamar su atención». Iris se preguntó a sí misma que cómo había llegado ahí, aterrorizada empezó a gritar ayuda y el joven de su edad le dijo que los habían secuestrado y los habían llevado y los habían dejado allí en la nada y ninguno de los dos no sabían qué hacer, entonces se pusieron a correr y a gritar, estaban muy cansados y no podían correr más, alzaron la vista y vieron un pueblo a la lejanía, con las pocas ganas que les quedaban llegaron al pueblo y fueron de puerta a puerta tocando timbres, les abrió una anciana y los acogió en su casa, los dos jóvenes le contaron todo lo que había pasado y la anciana le dijo que se relajaran que ella los iba a cuidar y ayudar en todo. Los jóvenes se quedaron 2 meses hasta que la anciana los llev a un sito de acogida del pueblo para que sus familiares los pudieran encontrar, estuvieron varios a os hasta que un día unos ni os los vieron y fueron a avisar a sus padres para decirle que estaban ahí sus hijos, los padres de los jóvenes fueron a ver si era verdad y vieron que sí que era verdad, y se los llevan a sus casas los padres de dijeron que ellos habían llamado a la policía de lo que había sucedido y la policía los buscó pero no los encontraron, hasta que esos ni os les avisaron y ellos fueron, y los ni os les contaron todo lo que le había pasado y ya nunca más los dejaron solos y fueron felices para siempre. FIN Frase de inicio: Dani Tejero Miriam Miedes 3º ESO

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ESA SOY YO Hacía mucho tiempo que no llovía. Tanto que algunos habían olvidado a qué olía la lluvia al caer. Yo estaba sentada frente a la ventana viendo a caer la lluvia cuando a través del cristal vi que en frente de mi casa había una nueva tienda que tenía un cartel de luces en el escaparate que ponía: “Objetos de segunda mano al mejor precio”. Yo no tenía nada que hacer, así que me puse una diadema sujetando mi rubio cabello y me pinté mis gruesos labios de color carmín, aunque no se me veían con la mascarilla. Cogí un paraguas y crucé la calle hasta la tienda. Con la mascarilla, solo se me veían mis pequeños ojos azules y parte de mis pecas, iba completamente tapada. Entré en la tienda de objetos de segunda mano. Al parecer la tienda era de unos alemanes que se acababan de mudar y habían puesto esta tienda con objetos que no utilizaban desde hace mucho y que les habían dado. La tienda tenía un ambiente rústico. Había joyas antiguas, juguetes, libros, utensilios de cocina, cuadros… . Yo empecé mirando las joyas. Al cabo del rato, me di cuenta de que un chico al fondo del pasillo me estaba mirando fijamente y no paraba. Le pregunté si quería algo, no obtuve respuesta. El chico no dejaba de mirarme. Le pregunté por segunda vez si pasaba algo, pero no me respondió. Pensé que igual se me había movido el pintalabios, pero eso con la mascarilla él no lo podía ver. Así que me acerqué a él y le pregunté si se encontraba bien, que qué le pasaba. El chico en vez de responderme señaló al cuadro que colgaba de la pared, que tenía una etiqueta que ponía “15€”. Era un cuadro de una joven con pelo rubio, ojos azules, labios gruesos y pecas. Me quedé asombrada. ¿Cómo podía ser posible? Miré de nuevo el cuadro. La joven del cuadro tenía exactamente los mismos rasgos que yo. Levanté la mirada hacia el chico y le dije: Esa soy yo. ¿Por qué estaba mi cara en un cuadro de unos alemanes que se acababan de mudar y que nunca jamás había visto? Natalia Escusa 3º ESO

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DOS FAMILIAS ENFRENTADAS Y UN ESPEJO Nunca se sabe lo que puede ocurrir dentro de un armario cuando cerramos la puerta. Isabel Deveraux es una joven de 21 años, delgada, con el pelo largo de color castaño y un flequillo que evita que le vean los ojos. Bellami Bennett, es un joven alto de 22 años, con el pelo de color negro. Son muy buenos amigos, y los dos estudian juntos en la universidad. Un día Isabel y Bellami quedaron en casa de Isabel para hacer un trabajo de clase. Pasadas unas horas Isabel fue a coger algo de comer y Bellami se quedó solo en la habitación cuando de repente sali una brillante luz del armario y una voz femenina empez a decir “Aléjate de mi hija, no sabes con quien estás hablando, aléjate de ella o te arrepentirás”. Bellami baj corriendo las escaleras abrazó a Isabel muy asustado y le contó lo que había sucedido en el dormitorio. Después de unos minutos, decidieron subir de nuevo a la habitación. Al abrir la puerta del armario, en el espejo que había dentro se reflej la imagen de una mujer que les dijo: “Hija mía por qué nos haces esto, no te reconozco, olvídate de él”. Bellami cerró rápidamente la puerta del armario y antes de que dijera nada, Isabel le dijo: “De peque a, mi madre me cont que mi familia estaba maldita por una maldici n que nos echó la reina del Vudú; la maldición era que si alguien de mi familia practicaba, aunque fuera por error, un hechizo peligroso sobre cualquier persona normal, su cuerpo desaparecería y su alma se metería en este espejo, ya que en teoría mi familia practicaba magia negra”. Yo pensaba que mi madre había muerto como me dijeron, no me esperaba que la historia fuera real, pero era ella. Bellami, le abrazó de nuevo esta vez para tranquilizarla y entonces le confesó que su familia descendía de las brujas de Salem, teniendo prohibido desde pequeño juntarse con la familia Deveraux porque era muy peligrosa. Isabel se quedó sorprendida y muy preocupada porque sabía que mientras siguiera teniendo magia negra y la maldición, la familia Bennet, jamás la aceptaría. De pronto, recordó un hechizo poderoso aunque muy peligroso para la persona que lo realiza, pero que rompe de inmediato el vínculo con toda la magia negra y maldiciones. Pensó que si lo conseguía, ya no habría nada que temer. Bellami le dijo que si estaba segura de lo que iba a hacer, porque nunca antes había practicado magia. Isabel le contestó que sí. Le dio un fuerte abrazo de despedida, y le dijo que si salía mal siempre la recordase, pero que ahora se marchara y le dejarle sola. Al cabo de 2 horas, Bellami volvió a la casa y corrió hacia la habitación, estaba toda desordenada y había trozos rotos del espejo por todo el suelo. Isabel estaba tumbada en el suelo junto al armario, con algunos cortes. Bellami se abalanz sobre ella para ver como estaba, ella débilmente le dijo: “lo he conseguido, ahora seremos libres”. Los dos se abrazaron mientras lloraban de alegría por todo lo sucedido. Nerea Lacaba 3º ESO

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Nadie sabía cuál era su verdadero nombre ni nada de él yo solo sé que es un hombre, pero ella sabe mucho más, él le trata mucho mejor a ella que a mí, siempre nos trae comida pero la suya es mucho mejor, aunque yo creo que son dos pero no estoy segura. Un día un de los dos me sacó a mí sola, yo pensaba que me iba a pegar, pero no, me metió en un coche y me llevó a la ciudad, pero de repente chocamos no sabía dónde ni cómo, yo salí disparada por el parabrisas, caí al lado de un trozo de cristal me pude cortar la brida que tenía atada a las manos fui hacia el pueblo, cuando llegué era de noche, había estado cinco años encerrada en ese sitio. Mis padre ya no estaban en casa se habrán mudado, pensé yo, así que pensé que los vecinos me darían comida y me dejarían dormir, así que eso hice y así sucedió. Cuando les dije quién era llamaron rápidamente pero a quién, pensé yo. Está llamando a la persona que me tenía encerrada pera dar la voz de alarma así que cogí mucha comida me la metí en los bolsillos y cuando oí la puerta y entraron un par de personas, les dijeron está arriba, no me lo pensé dos veces y salte y me fui corriendo al bosque. No hacía frio ya que era verano o eso me dijeron los vecinos que era junio, pero al cabo de tres días de estar huyendo de unas personas que me estaban buscando se me acabó la comida así que intente cazar sin éxito, así que tuve que volver. A mitad del camino me encontré un refugio que parecía que había gente pero cuando entre no había nadie pero sí comida, así que me lleve todo, me dormí y me desperté en un hospital pero no había nadie. Me sentí muy sola así que me quite todas las vías, me puse mi ropa y me fui. Estaba en la ciudad, me encontré una cartera y me la quedé, cogí el dinero y la tiré, fui a un bar y en las noticias estaban hablando de mí, de repente la policía me detuvo y yo estaba muy confundida pero ellos me llevaron a mi casa con mis padres. Frase de inicio: Laura Rubio Pascual Escuder 3º ESO

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Iris despertó tumbada en medio de una gran avenida. La ciudad estaba desierta. Su móvil centelleó iluminando el extraño mensaje de un desconocido: «Yo tengo guardado tu último abrazo». Alzó la vista, y a lo lejos, un joven de su misma edad levantaba la mano tratando de llamar su atención, ella se levantó, el joven era Alberto, un amigo suyo que también se había quedado solo en la ciudad, al verla se emocionó y empezó a intentar llamar su atención agitando las manos y gritando, al final lo consiguió. Él le explicó por qué la calle estaba vacía y que ya había pasado el toque de queda, los dos se fueron corriendo juntos a casa de ella, al llegar Iris le cuenta que un desconocido le había escrito y que estaba un poco asustada porque no sabía quién era y tenía miedo de que le fuesen a hacer algo. Alberto le dice que no se preocupe, que él iba a ayudarla a descubrir quién era el desconocido. Al día siguiente empezaron a buscar cosas que ayudasen a Iris a recordar quién era el desconocido. Mientras buscaban pistas, se dieron cuenta de que Iris había estado hablando con varios chicos por una red social, pero no se acordaba de con quién había quedado. Empezó a hablarle al chico del mensaje y le preguntó que quien era, él tardó un tiempo en contestar, pero cuando lo hizo le dijo que era un chico con el que había quedado para ir a cenar a un restaurante. Al salir del restaurante estaba lloviendo y por eso no se quedaron hablando un rato en la calle, los dos se despidieron y se fueron corriendo a sus casas. Se dieron los teléfonos pero ella no lo agregó, y como estaba lloviendo se resbaló y se dio un golpe en la cabeza, por eso no se acordaba de lo que había pasado esa noche. Los dos estuvieron hablando varios días y siguieron quedando para conocerse mejor, pero un día cuando quedaron para ir a cenar el chico le tenía una sorpresa, al acabar de cenar el chico le dijo a Iris que fuese con él a su casa y allí le daría la sorpresa. Al llegar a su casa el chico le preguntó que si quería ser su novia y ella le dijo que sí. Y juntos fueron felices para siempre. FIN Pedro Hernández 3º ESO

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UNA FÁBRICA MÁS EFECTIVA Nadie sabía cuál era su verdadero nombre , Alberto, un sevillano joven, alto, rubio y con ojos marrones, se hace pasar por Luis, un joven andaluz, dispuesto a trabajar en una fábrica. Esto, se debe a que Alberto, trabaja como directivo en una compañía, y se dispone a investigar sobre el caso de una fábrica de su compañía, la cual, en los últimos meses, ha bajado radicalmente su producción. Una vez en la fábrica, Ana, una mujer alta y morena, atiende a Luis, que le dice que es su primer día de trabajo, con lo que esta le enseña las instalaciones de la fábrica, y tras una larga explicación, Ana le muestra a Luis, el que se supone que va a ser su puesto de trabajo durante los próximos años. Una máquina sucia y apestosa, la cual se utiliza mediante unos mandos en una torreta. En ese instante, Luis, conoce a Paco, un hombre viejo y gordo el cual va a ser su compañero de trabajo, y que le explica cómo utilizar la máquina de trabajo de Luis. Tras una breve explicación, Luis comienza a trabajar con la máquina hasta que termina su turno, y vuelve su casa, donde reflexiona después de ese extraño día dándose cuenta de que no ocurría nada extraño en la fábrica hasta ahora. A la mañana siguiente, Luis, llama a la fábrica para decir que se encuentra enfermo y que no puede trabajar, para así poder quedarse escondido en la puerta de la fábrica cronometrando desde primera hora los horarios de trabajo de cada una de las personas que entraban en la fábrica, y anotándolos en su libreta para ver si cumplían los horarios de su jornada laboral. Al día siguiente, Luis, asiste a la fábrica y observa cómo trabajan sus compañeros, para llegar a la conclusión de que todos cumplían sus horarios de trabajo al completo dentro de la fábrica. Esto extraña mucho a Alberto, que asombrado decide ir más allá y hacerse amigo de Paco, su compañero, el cual lleva muchos años trabajando en la fábrica, y puede saber algo sobre este problema. Durante unos días, Luis habla con él, y cogen confianza mutuamente, con lo que Luis, decide invitarlo a almorzar a un bar. Paco acepta, y una vez allí, hablan sobre la fábrica, y Paco le explica a Luis la información que le faltaba para descubrir que es lo que le ocurre a la fábrica. Paco, le explica a Luis, que unos meses atrás el antiguo jefe de la fábrica, fue cambiado por uno nuevo, ya que ofrecía unos sueldos excesivos a sus trabajadores, mientras que el actual jefe bajó los sueldos de toda la plantilla. Alberto no sabía esto, y le parece obvia la decisión, pero lo que no sabía, era que estos sueldos se debían a que el antiguo jefe motivaba a todos sus trabajadores mediante un método que consistía en que cuanto más produjeses, más dinero ganarías. Este método mantenía a sus trabajadores motivados y con una gran producción, ya que lograba tener una plantilla motivada, mientras que el jefe actual, ofrece un menor gasto a la compañía en sueldos, sin embargo, la producción es mucho menor. Alberto, una vez sabido esto, decide volver a su oficina y tras unos cálculos, convoca una reunión con sus jefes para mostrarles cómo podrían mejorar la producción de la fábrica en cuestión, que era con el mismo método que utilizaba el antiguo jefe de la fábrica, ya que, a pesar de gastar más en sueldos, era más rentable ya que los trabajadores producían mucho más. Tras esta reunión, se decide cambiar el antiguo método por el propuesto por Alberto para todas las fábricas de la compañía. Tras unos meses, se vieron reflejados los resultados, y llegaron a la conclusión en la compañía, de que sus trabajadores motivados, ofrecían mejores resultados. Frase de inicio: Laura Rubio Jorge Soriano Sancho 3ºB 23


ESE “DÍA” <<Nada más levantarse, ya sabía que aquel día no iba a ser como los demás>> Sonó el despertador a las siete y media de la ma ana y pens “hoy podré dormir un poco más, hoy no tengo que ir al instituto…” Intent seguir durmiendo pero no pudo, pasaban muchas cosas por su cabeza. Hoy no iba a oír el bullicio de juntarse con sus amigos por los pasillos, de oír las risas entre clase y clase, no iba a poder quedar a dar una vuelta con sus amigos, no iba a poder jugar a su deporte favorito… Todos sus pensamientos eran negativos, pero confiaba en que solo iban a ser pocos días. Pero parecía que no iba a tener fin. Ya casi había olvidado el instituto, los grupos de gente hablando en la puerta antes de entrar, el timbre para recordar a los más rezagados entrar a clase… Nunca había pensado que iba a echar tanto de menos aquellas cosas que hasta ese “día”parecían insignificantes. Y por fin lleg el ansiado día, el día en el que iba a recuperar parte de su libertad. El día en el que podía volver a respirar fuera de esas cuatro paredes, el día en el que podía reencontrarse con sus amigos y familia… Poder recuperar parte del tiempo y de los abrazos perdidos. Frase de inicio: Isabel Soria Zoe Vivas 3º ESO

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Quiero Dormir. Cuando desperté supe que eso no había sido un sueño, y que ellos me habían vuelto a traer aquí...Aun así eso ha dejado de ser importante, al fin y al cabo siempre acaba pasando pero, ¿Cuál será la repercusión? Con solo pensarlo me hacía dar cuenta del poco control que tengo de la situación. Así que simplemente me quedé quieta, intentando ver una solución mientras me daba la luz. Ante esta falta de movimiento de mi parte ellos hicieron la luz más potente. -Si tan solo al menos eso fuera real-.Pensé mientras mis ojos parpadeaban por la intensidad. Me levantaron y me dejaron en la misma habitación ,sintiendo un agarre por los pies, y el día siguió. Cogí un libro y leí, ahora el agarre estaba en las rodillas. Por cada acción que hacía el agarre subía hasta que al final el agarre era tal que nada parecía real y caí en un profundo sueño. Y cuando desperté me daba la luz. Amy Carrascal 3º ESO

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MIS ABRAZOS PERDIDOS Aquella mañana, Martina se levantó de un salto. No en vano era el su día favorito del año. El día en que toda la gente de la ciudad tenía que ir vestido de pollo. Martina era una niña de 11 años, rubia y con unos ojos verdes preciosos, pero por desgracia no tenía el físico que según los estereotipos es el adecuado, pese a su corta edad Martina ya tenía mucho complejo con su físico y las personas de su alrededor no le hacían sentirse mejor, al contrario, no paraban de recordárselo cada día a cada momento, Martina se pegaba noches llorando a raíz de ahí, por eso el día en el que todos se tenían que vestir de pollo era su favorito sin ninguna duda. En ese día Martina se sentía libre, sin nadie que la juzgará, aquel día todos eran iguales, sin diferencias y eso la ponía muy pero que muy feliz a Martina ya que podía salir a la calle tranquilamente sin que la miraran mal. Nada más levantarse se fue corriendo a ponerse su traje de pollo que llevaba un año en su armario esperando el momento, en el momento en que Martina se puso el traje sintió como que de repente no era ella, sino una niña mucho más feliz, a la que no le importaba como le mirase la gente o lo que hablaran de ella. Martina salió a la calle y dando saltitos se dirigió hasta casa de su mejor amiga, Lucía, allí Lucía ya le estaba esperando también con su traje de pollo y las dos juntas riéndose a carcajadas se dirigieron hasta la plaza. En la plaza se encontraba el resto del pueblo, sonaba una charanga y los cocineros estaban preparando una enorme paella con pollo para todo el mundo que se acercase. En la calle mayor se estaban disputando los tradicionales juegos de los polluelos, en los cuales todo el que quisiese podía ir y participar, desde niños hasta ancianos y el que ganara se podía llevar tres pollitos para criarlos. Martina se lo estaba pasando en grande, comiendo, jugando, riendo y haciendo todo lo que ella quería sin que nadie la juzgase. Por desgracia llegó la noche y el día se acababa, Martina regresó a su casa y se quitó el traje que tan feliz la había hecho durante su día, al quitárselo sintió como que todo se le caía encima y nunca mejor dicho ya que se le cayó el armario encima, por suerte no le hizo nada y lo pudo volver a colocar en su sitio. Tras el percance Martina se miró al espejo y se echó a llorar, no entendía el por qué la gente cuando va con un traje como todos los demás no le hacían nada pero en cuanto Martina vestía como quería se metían con ella ya que no tenía un cuerpo perfecto, ella no entendía cómo la sociedad podía ser así de cruel sin motivo alguno, desde ese día Martina empezó a quererse más a sí misma, le dejaron de afectar las críticas y lo que la gente opinara de ella, hoy en día Martina tiene diecinueve años, estudia la carrera de sus sueños, tiene muchos amigos y pareja y sobre todo es la persona más feliz del mundo, cada día se quiere un poquito más y mejora como persona y eso le hace ser única e inigualable. Frase de inicio: Xcar Malavida Carla Miguel 3º ESO

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Érase una vez una cálida mañana de primavera en la que todos los niños del pueblo salían a correr, saltar y jugar en el gran parque del municipio. Pasaban las horas y cada vez había más niños diez, veinte, hasta que al final 50 niños de una edad aproximada a los 8 años se reunieron y empezaron a jugar al pilla pilla. Lucía encuentra una mochila y tiene la curiosidad de ver lo que hay dentro. De repente un papel rectangular rojo brilla, ¡anda un billete de diez euros! Lucía lo coge sin que nadie se diese cuenta pero de repente Raúl un niño muy agudo se da cuenta que el billete no está así que empieza a investigar. Raúl cachea a todos los niños, Lucía intenta esconderse pero no lo logra “cuando pas por mi lado, supe que me los iba a encontrar” y así fue, Raúl consigui sus diez euros e hicieron un grupo sin Lucía para dejarla de lado. Frase de inicio: Anita de Arbués Diego Pascual 3º ESO

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Un año extraño Algo me decía que este no iba a ser un gran año. 18 de enero de 2020: Hola, me llamo Vega, tengo 14 años y hoy he empezado mi diario, es un regalo de Reyes, aquí iré escribiendo lo que me ha pasado este año. 14 de febrero de 2020: En mi ciudad hay fiestas, así que mis padres miraron viajes, y como nunca habíamos ido a Roma pues decidimos irnos. Por cierto, Roma es muy bonito, lo malo es que han descubierto un virus llamado COVID 19. Aquí ya hay mucha gente contagiada, así que tenemos que ir con cuidado. 20 de abril de 2020: Al final decidieron que para no contagiarnos del coronavirus, teníamos que quedarnos en casa durante un tiempo. Llevamos un mes más o menos y ya no aguanto más. Además, en las noticias hablan un montón de que la gente ve ovnis (o algo así he oído, todo muy raro…) 5 de julio de 2020: Ya estamos en verano, el instituto ha terminado y el confinamiento acabó hace 1 mes así que me he subido a mi pueblo con mi abuelo y mi hermana. Aquí ya están muchos de mis amigos, así que nos pegamos todo el día fuera de casa. Mis padres se han quedado en Teruel porque tenían que trabajar, pero vienen para estar aquí todos los fines de semanas. 1 de septiembre de 2020: Hoy ya me he ido del pueblo después de estar todo el verano allí. La verdad es que me ha dado mucho bajón, estoy muy triste y echo de menos a todos y todas. 9 de octubre de 2020: Empezamos las clases y bueno... todo es muy raro porque vamos semipresencial, pero de momento vamos bien. Ahh por cierto son las fiestas de pilares y estoy en el pueblo, ¡por fin! Echaba de menos a todos. 20 de noviembre de 2020: El a o no puede ir peor… En la tele dicen que hay una segunda ola, además mi yayo acaba de fallecer. ¡Maldito año! 31 de diciembre de 2020: Hoy se acaba el año, espero que el siguiente año nos vaya mejor. Frase de Roberto Malo Elsa Martínez, 3ºESO

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MIS ABRAZOS PERDIDOS Aquella mañana, al despertar, descubrí que no estaba en mi habitación. Un olor me despertó, me sonaba muy familiar, pero no sabía exactamente a qué me recordaba… Abrí los ojos y vi una habitación con cuatro paredes blancas, dos camas con sábanas blancas y dos cuadros con una gran ventana entre ellos.Me levanté confuso por la familiaridad del lugar en el que me encontraba.

“¿Como puede ser esto ?” me pregunté. Me levanté y me aproximé a la puerta nerviosamente, abrí la puerta y me encontré con un pasillo muy largo con varias habitaciones a los lados. “Dios mío, pero si estoy en la casa de los abuelos! Como he llegado aquí?” pensé. Ese olor tan rico me llevó hasta la cocina, donde encontré a la abuela cocinando la sopa para el mediodía. “¿Qué tal, cari o?” Dijo mi abuela al verme.

“Bien, buenos días” respondí. Me sentía confundido, ¿c mo había llegado ahí? Las preguntas inundaron mi mente, pero estaba feliz de estar junto a mi abuela después de tanto tiempo, ahora empiezo a recordar, la última vez que los vi, ocurrió hace dos veranos. Un virus mutó, causando una pandemia mundial y causando decenas de millones de muertes, recuerdo el día que fuimos a visitarles mientras todo eso estaba pasando, era agradable, pero el miedo de que mis abuelos se contagiaran siempre estaba presente cada momento que los veía. Me acuerdo de que el día antes de que nos fuéramos, llamaron a mi padre, explicándole que algo urgente había ocurrido en el hospital y que deberíamos volver a casa inmediatamente. Por eso, casi no nos dio tiempo para despedirnos, convirtiendo lo que debería haber sido nuestro

último

abrazo

en

un

abrazo

perdido.

Cuando desperté, me acordé de todo, que pena no haberles podido dar ese último abrazo. Abuelos, os quiero.

Frase inicial de: José Ramón Ayllón Guerrero. Eric Iglesias 3º ESO

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“MIS ABRAZOS PERDIDOS” «Iris despertó tumbada en medio de una gran avenida. La ciudad estaba desierta. Su móvil centelleó iluminando el extraño mensaje de un desconocido: «Yo tengo guardado tu último abrazo». Alzó la vista, y a lo lejos, un joven de su misma edad levantaba la mano tratando de llamar su atención». Iris despertó tumbada en medio de una gran avenida. La ciudad estaba desierta. Su móvil centelle iluminando el extra o mensaje de un desconocido: “Yo tengo guardado tu último abrazo”. Alz la vista, y a lo lejos, un joven de su misma edad levantaba la mano tratando de llamar su atención. Ella se levantó y miró alrededor suyo era una avenida, en vez de cielo había estalactitas rojas brillantes, como si de lava se tratase, parecía una caverna. A los dos lados de la calle había una fila de coches aparcados, estaban oxidados, con plantas silvestres por dentro de ellos, también salían de algunas grietas del asfalto y de las aceras, estaba todo muy desgastado, la pintura de las casas, del asfalto… .También había una farola al fondo de la calle, claramente también estaba oxidada. Aunque no se viera el sol hacía bastante calor. Iris empezó a caminar hasta donde está el chico y le pregunt “¿d nde estoy?”, a lo que él le contest “estamos en Hades”, y empezaron a presentarse, Iris se present y dijo “Me llamo Iris, tengo 20 a os, soy de Madrid, estudio historia griega y de lo único que recuerdo de antes de despertarme aquí en esta oscura avenida, era que estaba cruzando un paso de cebra y que pasaba un coche, nada más”. El chico también se present y le dijo “Me llamo Andrés, tengo 20 a os también y no recuerdo de dónde soy ni el tiempo que llevo aquí.” “Bueno, ¿entonces Hades que es?” dijo Iris, “Hades es el inframundo (el mundo de los muertos) y que se llamaba así por el dios de la mitología griega” le contest Andrés. Entonces Iris se acordó que esta mañana en la universidad había dado sobre ello en una clase y se lo cont al chico, aparte de eso también le pregunt que d nde estábamos. Andrés le dijo “a lo mejor el coche que recuerdas mientras que estabas cruzando te ha atropellado y estás en coma, por lo tanto ahora mismo estamos en tu subconsciente”. Ella exclam “¡por eso estoy en Hades!, como lo he dado esta ma ana en clase mi subconsciente ha creado este mundo.” En ese mismo instante Iris escuch a su madre decirle “despierta que llegas tarde al instituto”, todo había sido un sueño. Frase de inicio: Dani Tejero Guillermo Quiles 3ºESO

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«Y entonces, en medio del silencio, escuchó una voz». Era alguien superior, a quien no conocía, pero siempre le daba buenos consejos y le ayudaba a ser mejor persona. Ella ya no estaba en su cuarto, no estaban ni su familia ni sus amigos, solo estaba ella, esa voz, y su guitarra. Se despert sobresaltada, solo escuch “sigue el día como cualquier otro”. El sol brillaba y entraba por la ventana dándole luz natural a una habitación llena de posters de Queen, U2, The Beatles, The Rolling Stones… Esa era, la habitaci n de sus sue os. Abri el armario y observó que todas las prendas eran anticuadas. Repentinamente, su mirada cambió. Era una mirada brillante, llena de alegría. Miró el calendario colgado en la pared, ¡1985! No se lo podía creer. Una mujer de unos cuarenta años irrumpió en la habitación. -Hija, llegarás tarde al concierto, Brian May te espera fuera, coge la guitarra y no le hagas esperar Se cambi lo más rápido posible, “¡El concierto de Live Aid! ¡Brian May!¡Queen!” Baj corriendo y vio por la ventana a Brian esperándole, le dio su guitarra y ambos fueron al concierto Estaban en el backstage cuando divisó a lo lejos a Queen. Corrió y al fin llegó hasta donde estaba Freddie. La emoción le pudo y empezó a derramar lágrimas de alegría. Le abrazó, no quería separarse de él. -Freddie, eres uno de los mejores, eres mi ídolo, en quien millones de personas se inspiran para vivir sus vidas, te pido que hoy cantes como nunca- Dijo Roger Taylor dejó las baquetas en la silla donde estaba sentado, avanzó con tono serio. Esperó unos momentos en silencio, añadió: -Freddie no puede cantar, con suerte puede hablar, necesitamos que cantes por él -Imposible- dijo ella- Freddie no puede estar afónico, es el mejor cantante de la historia Freddie se levantó de su sillón, se acercó, y susurrando, le dijo: -Cantas bien, tienes técnica, debes sustituirme, no puedo cantar, todo el grupo te apoya, confiamos en ti. Brian May apareció, sofocado, había venido corriendo. Era la hora de Queen. El público ensordecía, era alucinante. Pero eso no la paró, tenía tantas ganas de cantar junto a Queen que le daba igual cuanta gente tuviera delante, Con Queen, ella era imparable. Bohemian Rapsody, Radio Ga Ga, Hammer To fall, Crazy Little Thing Called Love, We Will Rock You y We Are The Champions. Cada canción era diferente a la anterior. Ella sabía que esa iba a ser la mejor experiencia de su vida. De repente, escuchó: - ¡EEEEEEEO! Frase de inicio: David Lozano Irene Canalejo 3º ESO

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Aquel hombre Cuando pas por mi lado, supe… Que era aquel hombre, el hombre que arruinó nuestra familia. Mi familia era una de las más importantes del pueblo, eran amigos del alcalde y en aquellos tiempos era muy importante tener contactos, sin embargo, tenían muchas deudas, especialmente con la clase baja del pueblo, la verdad es que no estoy orgullosa de admitirlo, pero mi familia le robó mucho a la gente del pueblo, en especial a la familia de aquel hombre, los Jeager. Siempre le vi una mirada especial a el pequeño de la familia, Eren, en su mirada se veía tanta rabia acumulada para tan poca edad que a veces daba escalofríos; y tanto que los daba, lo que no sabíamos era que ese niño conseguiría acabar con más de la mitad de nuestra familia años después. Su primera jugada fue con mi abuelo, su cadáver fue encontrado en su casa, no había sangre,

incluso parecía que estuviera durmiendo. Seis meses después fue mi tía, mi tía era una de las herederas de la empresa y riqueza familiar, su cadáver también fue encontrado en su casa, esta vez tenía moratones y heridas, como si la hubieran torturado antes. Y así con muchos más miembros de mi familia. Y ahora le tengo aquí, pasando por mi lado, sintiendo los mismos escalofríos que daba su mirada. Autora de la primera frase: Anita De Arbúes. Jara Lamadrid 3º ESO

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A pesar de que me advirtieron de que no estaba permitido, he decidido regresar a la tierra a ayudar a la policía a resolver mi asesinato. Todavía no sé cómo voy a volver, pero debo hacerlo cuanto antes y conseguir que mi asesino cumpla la condena. Todo empezó una mañana lluviosa, yo iba de camino al trabajo. Como todos los días pasé enfrente de la frutería, saludé a mi vecina que estaba comprando el pan y entré en la cafetería para tomarme un café. Al salir noté como si alguien me perseguía durante todo el trayecto. Al llegar a la oficina, la siniestra persona con capucha siguió su camino. En otra situación hubiera pensado que eran solo imaginaciones mías, pero después de las distintas amenazas que había recibido, estaba claro que esa persona venía a por mí. Rápidamente se lo conté a varios de mis compañeros, pero nadie me tomaba en serio, no sabían que realmente mi vida peligraba. Al salir de la oficina cogí el metro, pero al llegar a la estación no había absolutamente nadie. Pensé que tal vez era tarde o simplemente acababa de pasar el metro, pero pasaban los minutos y seguía sin haber nadie, por lo que cada vez tenía más miedo. De repente un extraño olor me sacÓ de mis pensamientos, y me desmayé. Desperté en una habitación muy extraña y oscura. De repente una luz deslumbrante se encendió, dos personas enmascaradas entraron con una maleta negra. No vi sus caras, pero aquella peculiar mirada con un ojo de cada color y esa enorme espalda, era inigualable. De repente me agarraron de los brazos y me subieron encima de un cubo de hielo. En ese momento note un dolor asfixiante en mi cuello. Ese fue el momento de mi trágicamente muerte. Los asesinos quisieron que pareciera un suicidio y de hecho lo consiguieron. Cuando se derritió el hielo yo quedé colgando de una soga en medio de una habitación. Los asesinos no querían cometer de nuevo el mismo error, ya que no era la primera vez que lo hacían. Como os dije conocía perfectamente a los asesinos, y eran nada más y nada menos que mis dos hermanos. Hacía un par de semanas que habían salido de la cárcel por haber matado a mi mejor amiga. Yo ayudé a la policía en el caso de mi amiga y por eso tenían sed de venganza hacia mí. Un día después de la tragedia el dueño de la casa me encontró allí muerta. Llamó a la policía y ellos lo catalogaron de suicidio, pero yo no podía permitir que se salieran con la suya. Ese fue el momento en el que decidí que debía volver a la tierra para hacer justicia, aunque no estaba permitido. Necesitaba trazar un plan y poder descubrir a mis asesinos y tenía que hacerlo de forma sigilosa, ya que no podemos interactuar con el mundo de los vivos. Mi plan está listo, por lo que ya estoy preparada para efectuarlo, pero necesito de alguien que me ayudé y debe ser alguien de mi confianza, así que voy a buscar a mi mejor amiga. De camino a la tierra, lo primero que vamos a hacer es mandar una carta anónima a la policía, dando algunos detalles para que investiguen más a fondo el caso. Mientras el cartero recoja las cartas nosotras la meteremos en el camión. Después nosotras iremos al lugar del crimen e intentaremos encontrar algunas pistas que hubieran dejado, y que pudieran ayudar al caso. Tras varias horas buscando hemos encontrado la maleta negra que llevaban y una cinta de video de las cámaras de seguridad, así que hemos puesto la maleta y la cinta a la vista para que cuando los policías lo vean, puedan averiguar toda la verdad. La policía acaba de ver el video y al mirar en el pomo de la puerta han encontrado sus huellas. Han detenido a mis hermanos y ya están de vuelta a la cárcel y esta vez no volverán a salir

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nunca más. Mi mejor amiga y yo acabamos de volver de la tierra y por suerte nadie se ha enterado. Ahora podremos seguir nuestra vida en el mundo de lo muertos en paz. Frase de inicio: Sergio Allepuz Julia García 3ºC

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Me quité la mascarilla, y después me lavé las manos. A continuación, ya de noche, pensé en cómo había sido aquel día. Había sido un día como de estos que vivimos ahora, sin libertad, al fin y al cabo. Todo el rato con normas, normas, normas, que si ponte las mascarillas, échate gel, no toques nada, mantén las distancias, vámonos a casa… en fin, nada especial. Entonces empecé a recordar cómo era todo antes y me di cuenta de que no valoraba la vida, me quejaba por todo, me daba igual todo, perdía mi tiempo y siempre con la misma palabra ya lo haré. Ahora ese “ya lo haré” no vale de nada y me doy cuenta de todo lo que he perdido, al final prefería estar con el móvil a estar con mis amigos o quedarme en casa a irme de excursión, cosa que ahora que no puedo lo echo de menos. Sé que como yo hay mucha gente y espero que a partir de ahora sepamos valorar lo que tenemos. Desde aquella reflexión que hice, me propuse ayudar para que todo volviera a ser como antes, pero… ¿qué podía hacer?, a fin de cuentas, yo no me podía meter en un hospital, no porque no quisiera, sino porque no sabía hacer ese trabajo. Tampoco podía poner vacunas, ni cuidar de los mayores, tampoco sabía hacer esa labor. Entonces empecé a pensar en todo el dinero que se ha perdido estos meses, en la gente que había perdido su trabajo, en la gente que había tenido que cerrar sus comercios porque no podían mantenerlos… y dije: “vale pues esto si que lo puedo hacer, aunque no pueda ir a un bar a cenar por ejemplo, puedo pedirme la comida a domicilio y colaborar con ellos”, también podía sacarles una sonrisa a los ancianos de las residencias mandándoles una carta, y lo hice, con mi grupo de amigas, escribimos una cuantas cartas y las enviamos a los abuelitos, pero…¿ya no sabía qué más hacer?

Frase de inicio: Fernando Sanmartín Mónica Monterde 3º ESO

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Todas las tardes me gustaba asomarme al río para reflejarme en el agua brillante mientras los peces nadaban, los niños y niñas jugaban en los alrededores y ver los animales comer entre los árboles. Llevaba varios días que nadie venía, no se oía ningún ruido, como si todo el mundo hubiese desaparecido. Todo era raro, y me parecía muy extraño. Entonces decidí ir a buscar a todos, sabía que me costaría mucho encontrarlos ya que todo esto me olía muy mal, como si les hubiese pasado algo. Entonces fui a mi caravana a coger materiales y utensilios necesarios para poder sobrevivir varios días fuera. Como ya se había hecho de noche y sin luz no vería nada, así que decidí salir la ma ana siguiente al amanecer… Frase de inicio: Miguel Mena Ainhoa Villarroya 3º ESO

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AQUEL DÍA INOLVIDABLE Nada más levantarse, ya sabía que aquel día no iba a ser como los demás. Daniela al despertarse se sintió como si estuviera en otra ciudad, vio que esa habitación no era la suya. Y así fue, no estaba en su ciudad, se había mudado por eso ese día fue muy diferente a los demás. Daniela decidió salir a la calle para centrarse donde estaba. La gente de ese lugar era muy amable, todo el que pasaba por su lado la saludaba y eso que no la conocían, estuvo caminando un rato más para conocer su nueva ciudad, le encantó. Después de caminar y ver su nueva ciudad volvió a su nueva casa porque se tenía que preparar para su primer día de clase en su nuevo instituto, Daniela estaba muy nerviosa porque no sabía si sus compañeros iban a querer ser sus amigos. Llegó la hora de ir a clase su madre le acompaño hasta el instituto, su madre le decía que estuviera tranquila que seguro que haría amigos ya que Daniela era una persona muy sociable y extrovertida. Después de un largo camino hablando con su madre, llegó al instituto. Ella nunca había ido a un instituto, porque acababa de pasar a primero de la eso. Una vez allí, entró a su clase, el profesor le presentó a todos sus compañeros, y se dispuso a conocerlos. Todos querían conocerla y ella estaba encantada con sus compañeros porque le aceptaron muy bien, llegó la hora del recreo y no sabía con quién ir, pero un grupo de chicos y chicas le dijeron que se fuera con ellos y así los conocía un poco más, ese rato del recreo Daniela se sintió muy a gusto con sus compañeros y se dio cuenta que ellos tenían muchas ganas de conocerla. Sonó el timbre y volvieron a clase, esas horas de clase se lo pasaron muy bien todos juntos y se fueron conociendo cada vez más, las horas ese día se pasaban volando y llegó la hora de irse a casa para comer, Daniela salió muy contenta porque ya había hecho amigos. Aquel día fue inolvidable para Daniela, fue uno de los mejores días de su vida. Nerea Navarro 3ºESO

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MIS ABRAZOS PERDIDOS El día que se declaró el estado de alarma, yo estaba con mi abuela en su casa del pueblo. Todo comenzó un domingo día 1 de febrero, donde yo (Ruth) me había ido con mi abuela Lola a un pequeño pueblo en la provincia de Teruel, (Albarracín). Al que íbamos a pasar unos cuantos días de vacaciones para descansar de la ciudad. Esa misma mañana nos despertamos y pusimos el informativo, empezamos a ver varias noticias sobre que España había entrado en estado de alarma, yo no me lo pude creer y llamé inmediatamente a mi madre. Mi madre me dijo que era cierto y que por mi seguridad debía quedarme unos cuantos días más allí con mi abuela. Al paso de los días todo iba empeorando, mayor número de muertes, mayor número de contagios… con lo que hacía que los hospitales se saturasen, por la COVID19 y no dieran a basto. Yo a pesar de todo salía a correr por los alrededores del pueblo para distraerme, contando que tenía una franja horaria que solo me permitía salir de 18:00h a 20:30h. Pero…uno de los días al llegar a casa me encontré a mi madre; desconsoladamente le pregunté que donde estaba Lola (mi abuela), ella me dijo que se la habían tenido que llevar al hospital porque presentaba síntomas sobre la COVID19, tal vez una de las peores noticias que podía llegar a haber escuchado. Los días pasaban y pasaban, no teníamos ninguna noticia sobre ella. El día veinte de marzo los médicos llamaron a mi casa para darnos el informe, nos dijeron que mi abuela estaba muy débil, al escuchar eso yo solo quería despedirme de ella y darle un abrazo. Los médicos no me dejaron, y al cabo de los días nos confinaron a todos en casa, sin poder salir, solamente para ir a comprar lo esencial. Lola a la semana falleció, no nos dejaron ni asistir al funeral, por lo cual no le pude dar mi último abrazo…

Frase de inicio: Cristina Grande Paula Pascual 3º ESO.

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MIS ABRAZOS PERDIDOS “Y entonces, en medio del silencio, escucho una voz” era Marcos, bueno como es normal pensaréis que él es mi amigo pero no, para eso tendréis que saber mi historia. Todo comenzó más o menos cuando tenía 10, yo soy el típico chico que no destaca, no era ni muy guapo ni el mejor en los deportes ni en los estudios, bueno un chico del montón, pero era una presa muy fácil para los abusones, cada día soportaba insultos y cuando me intentaba defender ellos respondían con golpes e insultos siempre la misma historia, pero un día ya no solo eran los abusones los que me insultaban ya era otra gente. Ya que si tonto, inútil, desperdicio….a medida que iba creciendo mejoraba en algo, ya no les daba tantas razones para meterse con migo por mi inteligencia, pero bueno, nada les detendría, ahora iban a atacar mi físico, siempre encontraban un insulto nuevo. Un día me invitaron a salir un grupo pero lo que yo no sabía que hasta los 13 no me daría cuenta que para lo único que querían quedar conmigo era para que yo hiciese lo que ellos no querían: que si hacer tonterías para que no les pillaran a ellos que si joderme pero de forma que no me diera cuenta, y cuando intenté salir del grupo los insultos ya eran más evidentes. Ya sabéis mi historia, Marcos era uno de esos abusones pero este era el que más se metía conmigo, ese día cuando solo escuchaba la voz de Marcos exploté, estaba tan enfadado que rompí a llorar y se empezaron a reír de mí, y como estaba tan cabreado cogí del cuello a alguien, solo estaba delante de la persona riéndose y pensé que fue él, empecé a perseguir a una chica que se reía de mí, los de cursos superiores me tuvieron que frenar ya que los de mi edad no podían. Les conté todo esto que me había pasado. Luego los profesores vinieron y también se lo conté todo, después de todo esto me sentí aliviado. Pasaron los días y cuando empecé 3º de la ESO comencé a salir y a quedar con amigos que no me usan. A antes de irme decirte mi nombre me llamo Manuel

Frase de inicio: David Lozano Ricardo García 3º ESO

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Al abrir la puerta de mi dormitorio me llevé la mayor sorpresa de mi vida. Era imposible que fuese verdad lo que estaba viendo, ¡Eran mis abuelos!, no los había visto desde que empezó la cuarentena, y ya hacía 1 año. Me puse una mascarilla y fui corriendo a darles todos aquellos abrazos que nos habíamos perdido por culpa de la pandemia, ellos también se pusieron muy contentos al verme. Después del reencuentro, les invité a un café con pastas y estuvimos hablando. Al rato, llegaron mis padres y mi hermano mayor, que también se sorprendieron al verlos, y se unieron al café con pastas. Por la noche cuando llegó la hora de cenar, mis abuelos se tuvieron que ir para no saltarse el toque de queda y que no les pusieran una multa. A las 12, cuando me disponía a irme a la cama, me encontré un paquetito en mi habitación con una notita que decía: “Para Alba: Esperamos que te guste, muchos besos. Te quieren, tus abuelos” Cuando leí la nota, abrí el paquete. Dentro había un puzle al que le faltaban algunas piezas, y había otra nota que decía: Si quieres que se acabe el coronavirus tienes que seguir las siguientes instrucciones: 1- Coge el siguiente vuelo que vaya hacia Wuhan (China). 2- Encuentra el laboratorio donde se creó el coronavirus, allí encontrarás una de las piezas que le faltan a este puzle, cuando la encuentres, junto a ella habrá una pista para encontrar la siguiente y así consecutivamente hasta que acabes el puzle. 3- Tienes que ir sola. Al principio me asusté, y pensé que debía de ser una broma, pero después recordé que mi abuela no era normal, es decir, que tenía algo especial. Eran como poderes mágicos, y quién sabe, a lo mejor yo había heredado alguno y ya que por probar no pasa nada, cogí mi ordenador y me dispuse a buscar vuelos hacia Wuhan.

Frase de inicio: Miguel Ángel Yusta Alba Biel Yago 3º ESO

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1º ESO

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¿Es real la realidad? eso, es lo que me pregunto todos los días desde hace un año. Por cierto, a lo mejor no viene muy a cuento pero, quizá, aprendéis algo de esto que os voy a decir y es que, las mayoría de personas se creen (por no decir que todas incluyéndonos a todos, absolutamente a todos, claramente) invencibles, pero no en plan superman, invencible del tipo que piensas mañana va a ser un día mejor para empezar a perseguir tus sueños o, que tienes 10 minutos más para llegar a un sitio pero no es así. Esa frase no es mía, lo reconozco. Tampoco voy a hacerla pasar como que es mía, pero no nos desviemos del tema, me parece muy oportuno sacar a relucir esta frase, sobre todo en estos momentos por lo que está pasando con esto del coronavirus. No me quiero enrollar más pero, os voy a decir una sola cosa, pensar en esa frase y descubrir su mensaje. Bueno, después de toda está “introducci n” empecemos con el relato, historia, como quieras llamarlo o llamarla que ya me estoy enrollando demasiado. Zach era un chico normal hasta que un día su vida se puso patas arriba. Le detectaron una enfermedad, osteosarcoma para ser exactos. Unos meses después, le dijeron que su enfermedad le había llegado a los pulmones y que le quedaban seis meses aproximadamente de vida, así que decidió dejar la quimioterapia y empezar a vivir la vida y se puso a hacer lo que de verdad le gustaba hacer, música. Comenzó a subir vídeos de sus canciones a youtube y a la gente les encantaron, en especial, Clouds. La canción cuenta su historia desde que le dijeron que se iba a morir. Llegó muy lejos y, hoy en día, se sigue escuchando. Un día, nadie se lo esperaba cuando... se murió. Una de las frases que nos dejó fue: -

No hace falta que sepas que te queda poco tiempo en este mundo para que empieces a disfrutar de la vida.

Nosotros tendríamos que empezar a poner en práctica esa frase (sí que es cierto que tenemos que aprender a ser más responsables, sobre todo este último año). Adela Torres, 1ºD

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Nadie imaginaba que en aquella mañana de Navidad aparecerían monos y zombies del espacio. Todo el mundo se asustó al ver a esos seres tan extraños como eran aquellos, un niño sin embargo se acercó a uno de los monos, el niño no sabía lo que estaba sucediendo en este instante, la madre del niño al darse cuenta de que su pequeño no estaba a su lado dio un grito que alarmó a todo el pueblo, la madre empezó a buscar a su hijo por todo el pueblo hasta llegar a la plaza, la madre del pequeño al ver que su hijo estaba junto a unos seres tan raros como esos decidió ir corriendo a intentar rescatar a su hijo pero era demasiado tarde. Cuando la madre estaba a escasos metros de su hijo, desapareció el niño con los monos y los zombies. El niño cuando se dio cuenta de que ya no estaba en su pueblo, enseguida se empezó a asustar; entonces llegó el rey de los monos y dijo:- ahora eres uno de los nuestros. El niño no tenía ni idea de lo que estaba sucediendo. Pasaron los días y el niño no regresó al pueblo. La madre se dio por vencida tras varios días de búsqueda, tanto los zombies como los monos querían a este niño. Entonces los zombies un día, de noche, decidieron ir a por el niño. El niño al ver a los zombies se asustó como nunca, los zombies entonces se llevaron al niño y tras cinco días pasadas las navidades, los zombies decidieron llevar al niño a la tierra a pasar Nochevieja junto a su familia. Al llegar al pueblo, el niño por fin recuperó su sonrisa. Él y su familia pasaron los seis primeros días del año juntos, pero lamentablemente el niño tenía que regresar con los zombies y empezar allí una nueva vida. El niño lo asimiló fácilmente y allí empezó a ir a la escuela y, tras diez años, se casó con una chica zombie y logró ser padre y, cuando su hijo cumplió, un año fueron a la tierra a vivir allí el resto de sus vidas.

Cristian Rob, 1ºD

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El día que se declaró el estado de alarma, yo estaba con mi abuela en su casa del pueblo. Me puse muy triste porque en ese momento ya no podía salir a la calle a jugar con mis amigos. Todos teníamos que estar en casa sin poder salir. Los profesores nos mandaban tareas para hacer en casa porque el colegio estaba cerrado también. Fueron unos meses muy tristes en el que todo el mundo hablaba de lo peligroso que era salir a la calle. No podíamos reunirnos con nuestros familiares ni con los amigos, teníamos que ir siempre con mascarilla y lavarnos muy bien las manos. Aproveché la situación para que mi abuela me enseñara a cocinar en los ratos libres. Me enseñó a hacer postres y también comidas. Yo ya estaba muy cansado de estar en casa sin poder salir, pero entendía que no nos dejaran salir porque había mucha gente en los hospitales y muchos fallecidos por esta enfermedad. Desde entonces he aprendido que tenemos que cuidarnos mucho. Uno de los días más felices de mi vida fue cuando nos dijeron que podíamos salir a la calle y sobre todo cuando ya pudimos volver a clase y estar con los amigos. En el instituto, los profesores nos enseñaron las normas que teníamos que seguir cuando empezaran las clases: tener mucho cuidado de no tocar nada y sobre todo no quitarnos las mascarillas.También jugamos ya por fin al fútbol con la mascarilla puesta. Los profesores nos dicen que no nos quitemos la mascarilla porque nos podemos contagiar. Ya llevamos casi un año con esta situación que no nos gusta a nadie pero poco a poco nos vamos acostumbrando a ella y con la ayuda de todos podremos vencer el coronavirus que es como se llama. Esperemos que todo pase y volvamos a la vida normal con mis amigos y familiares que hace mucho que no veo. Mucho ánimo a todos Daniel Morte, 1ºD

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El cambio de vida Cuando salí de casa, noté que todo el mundo me miraba. Me había dejado la mascarilla. En ese momento me fui corriendo hacia mi casa para cogerla, pero vi a la policía, intenté que no me vieran, aunque ya era demasiado tarde, cuando me di la vuelta se habían parado detrás mía, salieron del coche y me preguntaron que por qué no llevaba la mascarilla, yo les dije que se me había olvidado pero que estaba yendo a por ella, aunque no sirvió de nada, me pusieron una multa. Más rápido que nunca fui a mi casa a por la mascarilla, cuando la cogí, volví a salir y me fui a comprar y una vez allí, me echaron la bronca por no haberme puesto gel. Estuve comprando tranquilamente, hasta que vino una dependienta y me dijo que no podía comprar sin llevar guantes. Tuve que ir a la entrada del supermercado para ponérmelos, regresé y seguí comprando. Cuando llegué a mi casa para comer, les pregunté a mis amigas que si salían esa tarde a tomar algo, todas me contestaron que sí, habíamos quedado a las seis y como ya eran las cinco me empecé a preparar, cuando acabé, salí de mi casa, esta vez con mascarilla, pero al llegar vi que todos los bares estaban recogiendo, entonces le pregunté a un señor que por qué todos recogían ya, y me dijo que con el estado de alarma todos los sitios tenían que cerrar a las seis. Llamé a mis amigas para decírselo y al final nos fuimos a la cochera de mi amiga Andrea. Allí nos lo pasamos genial todas juntas bailando y cantando, a las diez y media nos fuimos todas a casa en el mismo coche, pero de repente nos paró la policía y nos preguntó qué hacíamos a esas horas aún en la calle, les contamos que estábamos en una cochera y que ahora ya nos íbamos a casa, pero nos dijeron que no se podía estar hasta más tarde de las diez en la calle, así que nos pusieron otra multa, ya llevaba dos en un día. Me puse a ver las noticias para enterarme de todo. Desde ese momento ya entendí todo mejor y no volví a incumplir las reglas nunca más. Marina Bronchal, 1ºD

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Nadie sabía cual era su verdadero nombre… hasta que un día fue de fiesta con sus amigas, fueron a la barra a pedir las bebidas y les pidieron el DNI a todas , todas se lo entregaron menos la niña llamada Paula . Que no se lo quería entregar porque ninguna de sus amigas sabía su verdadero nombre… Lo tuvo que entregar porque si no la echaban de la fiesta , sus amigas se dieron cuenta de que no se llamaba Paula sino Fernanda. Sus amigas le preguntaron que por qué no le había dicho su nombre antes si llevaban siendo amigas desde hacía 5 a os …y Fernanda respondió:- porque no me gusta mi nombre y nadie lo sabe, solo mi familia. Se disculp ante ellas por no haberles dicho su nombre real antes … y dijo que el lunes le diría su nombre real a todo el mundo y dejaría ya de mentir. Y ellas se lo pasaron lo mejor que pudieron en la fiesta, hasta que de repente, a mitad de noche se le acercaron unos chicos preguntando por sus nombres porque les habían parecido guapas y querían hablar con ellas…. Todas dijeron sus nombres y Fernanda dijo:- me llamo Pau.. eee Fernanda, y los chicos le dijeron que les gustaban mucho todos los nombres pero dijeron que por qué Fernanda había dicho al principio Pau... Entonces ella, tan valiente, no les quiso mentir y les cont la historia … Y la entendieron perfectamente porque a un chico de ese grupo le había pasado lo mismo… y todos tan contentos siguieron la fiesta . Al final de la noche cuando se iban a ir a casa ya empezaron a hablar de la vida… y Fernanda les dio las gracias por haberla entendido de la mejor manera y apoyarla de esa manera. Todos le dijeron que gracias a ella por hacerles ver que muchas personas tienen miedo a decir las cosas como son por ser criticadas por los demás . Finalmente se tuvieron que despedir para irse cada uno a su casa . Como se cayeron tan bien estuvieron hablando 10 minutos más. Un chico les preguntó que si les podía dar su número de teléfono para hablar más y quedar algún día y finalmente se fueron cada uno para su casa. Valeria Gracia Guillen 1D

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-Soy un buscador de historias. Pero el mundo ha olvidado la mía- se decía Bartolo a sí mismo entre lágrimas... pero, voy a empezar desde el principio. Bartolo vivía en una antigua ciudad llamada Romanía Azul, era una persona muy maja, físicamente era bajo, flaco, y le gustaba mucho el deporte, sobretodo el waterpolo, la música y la lectura. A Brtolo le hacían bulling en el instituto, tenía “amigos”, con el tiempo se iban separando de él. Las razones por las que se separaban era porque nunca se enfadaba, no buscaba problemas y siempre se adaptaba a todo. Sus “amigos” le iban traicionando cada vez más porque era un chaval bueno. Un día sus “amigos” le habían dicho que no quedaban, como siempre le decían. Fue a una librería a comprarse un libro de poesía. Iba andando y vio en un sitio a sus “amigos”. Bartolo se puso triste, para el colmo estaban hablando mal de él e insultándolo. Se echó a llorar porque pensaba que eran sus amigos. Se dio cuenta de que no le valoraban. Pero se decía entre lágrimas -soy un buscador de historias. Pero el mundo ha olvidado la mía-. Decidió empezar a valorarse a sí mismo porque la vida solo le daba palos, compró el libro y se lo leyó esa misma noche. El lunes en el instituto no saludó a nadie, se dedicó a prestar atenci n en clase y a estudiar más seriamente. Sus “amigos” se metieron con él, un grupo de chicas se le acercó para ver qué le pasaba, estuvieron hablando un rato. Se hicieron amigos de Bartolo; sus antiguos amigos se morían de celos y volvieron a hablar con él, pero él paso de ellos. Empezó a quedar, a estar con sus nuevas amigas y cogieron mucha confianza. Al final, su grupo de amigas fueron esas chicas y Bartolo fue muy feliz. Era el único chico pero le daba igual porque todos se valoraban y se respetaban en ese grupo y era feliz. Además, ellas le apoyaron cuando sus antiguos amigos le traicionaron y le dejaron la puerta abierta para ir con ellas. Nunca más le traicionaron y aprendió a valorarse a sí mismo.

Mario Puerto, 1ºD

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El dragón de Mesinjarz Nadie sabía cuál era su verdadero nombre, pero todos sabían que iría a un pueblo llamado Mesinjarz. Una cuadrilla de jóvenes alquiló una gran casa con una piscina enorme y un jardín con unas porterías de futbol. Esos jóvenes venían para pasárselo bien, pero ellos no tenían idea que sobre esas fechas venía un dragón de las altas montañas al pueblo para alimentarse de la granja de Juan. Ese gran dragón ya había luchado contra muchos guerreros del pueblo y ninguno de ellos salió vivo. Ya estaba amaneciendo, se oía mucho ruido y entonces la cuadrilla de amigos se vistió súper rápido y se asomaron a la puerta a ver qué pasaba. Los ruidos salían de la cueva del dragón. Manolo, uno de los amigos, pensó que lo mejor de todo era hacerse unas cuantas lanzas, flechas y arcos. Con todas las armas terminadas se metieron a la cueva sin saber lo que iba pasar. Estaban dentro de la cueva y de repente las piedras empezaron a temblar. Los pasos cada vez se acercaban más y lo que hicieron fue ir a Mesinjarz a avisar a los habitantes de que se tenían que quedar en casa encerrados. Corriendo se fueron a buscar el drag n a la granja de Juan. Mario dijo: “ahí está el drag n, vamos a tirarle muchas flechas para que poco a poco se vaya haciendo más débil”. El drag n ya tenía unas cuantas flechas clavadas en el pecho, entonces reaccionó tirándoles muchas bolas de fuego. Manolo dijo que se escondieran detrás del muro para que no les afectarán las bolas de fuego. Cuando el dragón se puso a morder a una pobre vaca aprovecharon para clavarle flechas en los ojos y que no pudiera ver. el líder del grupo, diego, dijo aprovechar para sacar los cuchillos y matar al dragón. El dragón rugió muy fuerte, cosa que a la cuadrilla no le afectó y siguió tirando flechas y acuchillado. De repente el dragón cayó derrumbado al suelo, la cuadrilla se chocaron las manos y fueron corriendo a avisar al pueblo que el dragón estaba muerto y que ellos se iban a quedar a vivir ahí para siempre. Adrián Pallarés, 1ºD

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…Y volvieron los abrazos «iris despertó tumbada en medio de una gran avenida. la ciudad estaba desierta. su móvil centelleó iluminando el extraño mensaje de un desconocido: «yo tengo guardado tu último abrazo». Alzó la vista, y a lo lejos, un joven de su misma edad levantaba la mano tratando de llamar su atención». Iris estaba aturdida, no entendía nada de lo que estaba pasando. Corrió hacia el chico que llamaba su atenci n y este le ense

el mensaje de su m vil: ”juntos podréis

recuperarlo”. Los mensajes estaban enlazados, juntos tenían que descubrir que era lo que estaba pasando. Iris y Nico estaban desconcertados. De repente en el cielo empezaron a salir imágenes de la naturaleza con toda su belleza; cascadas, arboles, animales y personas felices cuidando de ella. Las imágenes desaparecieron y aparecieron otras mostrando incendios de bosques, mares llenos de basura, animales muertos y personas tristes y en soledad, incapaces de abrazarse y amar. En ese momento entendieron lo que les quería decir el espíritu de la naturaleza. Juntos empezaron a pensar cómo podrían llamar la atención de todo el mundo y así empezar desde cero una nueva vida, donde la naturaleza y la humanidad vivieran en armonía. Los jóvenes le pidieron por favor a la naturaleza que le diera otra oportunidad a la humanidad y si no eran capaces de hacer las cosas bien no les robaría un abrazo, sino todos. una niebla blanca les llevo hasta su cuarto, todo parecía un sueño, cuando de repente todos los móviles y teles del mundo se bloquearon y salieron las mismas imágenes que la naturaleza les había enseñado a Iris y a Nico. La gente empezó a comprender que si la naturaleza sufre la humanidad también y todos comprendieron que somos uno. La naturaleza sanó y los abrazos volvieron. Lucía Marco, 1ºD

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Estaba mirando por la ventana cuando vi a un perro muy sucio por la calle, no parecía tener rumbo ya que iba y volvía una y otra vez. Al día siguiente pasó exactamente lo mismo y así un par de semanas más, como no parecía tener dueño decidí acogerlo, se llamaría Doke. Doke era un perro muy cariñoso al que le gustaba jugar con los demás perros en el parque. Le intenté enseñar algunos trucos, como que se sentara cuando se lo indicase, que saltara por el interior de un aro… Todos los días le llevaba al parque para que pudiera jugar con los demás perros, la mayoría ya los conocía de veces anteriores que sus dueños los habían llevado allí y mientras ellos jugaban nosotros hablábamos de nuestras cosas. los perros se lo pasaban genial, a veces jugaban al pilla pilla o eso creo. Un día lo lleve con un conocido que tenía una perra de la misma raza de la que era Doke para que tuvieran cachorritos y así poder tener a alguien que acompañara a Doke mientras yo estaba en el trabajo, el nombre del hijo de Doke lo eligió el propio Doke. le puse un papel con todas las letras del abecedario y una chuche para perros en cada letra, las cinco primeras chuches que se comiera formarían su nombre. Primero escogió la letra s, después la a, la tercera letra fue la t, la siguiente fue la o, y por último Doke escogió la letra c. El día que la madre cuyo nombre era Rossy dio a luz Doke y yo estábamos allí presentes para escoger quien sería latoc. Rossy tuvo siete cachorros, tres de ellos eran blancos, otros dos eran negros, uno era marrón y el último era negro y blanco. Nosotros nos quedamos con este último ya que nos parecía el más bonito. Tardamos unas tres semanas en llevárnoslo a casa después de su nacimiento. No podíamos llevárnoslo antes porque tenía que ser amamantado por su madre. Al fin Latoc llegó a casa. Aitor Alegre, 1ºD

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El bandido Nadie sabía cuál era su verdadero nombre. Lo llamaban por el bandido de capa roja apareció de repente un día lluvioso en el que nadie salió de su casa. el bandido empezó a destrozar toda la ciudad, cuando al día siguiente todo el mundo se despertó y salió a la calle vieron el horrible desastre no sabían quién había sido así que la policía empez a investigar, a buscar huellas,… La policía recomendó no salir de su casa hasta que encontraran al responsable de todo este desastre, pero el bandido ya estaba preparado para esto, así que se escondió en una cueva del monte Masawe organizando todo para su siguiente diabólico plan. Estaba preparando una cápsula que la iba a mandar al espacio y así proyectara en el cielo de la ciudad Masue el día 9/5/2021, el mensaje que decía: preparaos, este solo es el inicio de una muy larga etapa. El día 9/5/2021 fue el momento en el que se proyectó la noticia, los ciudadanos quedaron impactados con el mensaje, así que unieron fuerzas con otros pueblos cercanos de Masue y empezaron a construir un barrera protectora contra todo tipo de mal mientras, que los adultos trabajaban los niños estaban recolectando comida para cualquier cosa que pudiera ocurrir. Al cabo de los días, trabajando día y noche sin parar la terminaron de construir así que la pusieron en marcha…. El bandido no estaba preparado para esto así que decidió lanzar miles y miles de bombas para destruir la barrera pero fue en vano así que el bandido decidió irse a intentar destruir otra ciudad. Fue a la cueva y recogió todas sus cosas para emprender su camino hacia otras ciudades, y en su lista de destrucción estaba la ciudad de fresque así que emprendió su camino hacia allí. Sandra Guillén Lafuente, 1ºD

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Todo lo que te propongas, lo puedes hacer. Había ocho jugadores, más los dos entrenadores. Se llaman... Camuñas y Anita, que eran los porteros, Tomeo y Angustias, que eran los defensas, Marilyn era la capitana del equipo y era medio, Toni, Helena y Franciso eran los delanteros y Felipe y Alicia eran los entrenadores. su equipo se llamaba El soto alto. Era viernes en la escuela de solto alto y tenían que jugar tres partidos para que no desapareciese el equipo. Cada año se celebraba una exposición. Se llamaba Dinópolis, dentro de dinópolis había unas cuantas atracciones y también había un parque. Hoy le tocaba al pueblo de francisco llamado Buenavista. Irian ellos este año con su instituto, que lo dirigía Andrés. Ese día se jugaba Soto Alto- Getafe. Había comenzado el partido y el Getafe iba ganando 0-1, pero el Soto alto lo había empatado 1-1 y en la segunda parte había conseguido ganar por 2-1. Pasaron días y se jugó el segundo partido. Soto alto empezó ganando 1-0 y en la segunda parte marcaron otro gol 2-0, entonces el Alavés marcó y no pudo empatar 2-1 y ganó el s.alto. Llegó el día de la exposición,

fueron a visitar Dinópolis, entonces pasó algo

inesperado. Al estar en las atracciones Camuñas se cayó de una de ellas y se rompió la pierna y no pudo jugar el siguiente partido. Después pasaron unos cuantos días desde lo ocurrido y llegó el partido S.alto R.Madrid y esto fue lo que ocurrió: empezó el partido, pasaron dos minutos y marcó el Real Madrid 1-0. Antes de que llegara la segunda parte marcaron otro gol el R.Madrid 2-0. Ya llegó la segunda parte y marcó un gol el S.alto 2-1 iba a dar final al partido, pero ocurrió algo increíble: marcaron el segundo gol el S.alto 2-2 llegaron a penaltis e iban empate y llegó Francisco. Si marcaba el gol, ganaban y si lo fallaba, perdían. Entonces fue a chutar y marcó gol y no desapareció el equipo Rubén Mor, 1ºD

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4ºESO

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Aquel día de marzo El día que se declaró el estado de alarma, yo estaba con mi abuela en su casa del pueblo, una casa pequeña, pero lo suficientemente amplia como para poder vivir. Aquella tarde, en la que el tiempo se detuvo, fui consciente de que nada volvería a ser como antes, por lo que le pregunté a mi abuela que escogiese cómo quería pasar la tarde. Supe que no iba a obtener respuesta de tan humilde mujer, me sugirió que eligiera yo, insistí y estuvimos jugando a las cartas. Observé con atención sus manos de anciana manejando los naipes con cierta estrategia y cortesía, ya que llevaba toda la vida jugando; la miré a los ojos y vi cómo se concentraba, haciendo como si sacaba su mejor naipe disimulando para que yo pudiera ganar. En ese momento, desee que el tiempo se parara para poder vivirlo una y otra vez. Las cartas, las risas eternas mientras preparábamos ese bizcocho tan bueno que comíamos para desayunar, los abrazos sin límite, los chistes tan malos que sólo por su manera de contarlos nos partíamos de risa, los bailes de tango que bailábamos en el salón sin vergüenza alguna, sus consejos de abuela y su voz, aquella que podría estar escuchando una y otra vez contándome anécdotas, sueños y penas. Se hizo de noche y vinieron mis padres a recogerme, el estado de alarma había comenzado. Durante ese tiempo, llamaba a mi abuela por videoconferencia, pero las cosas no eran igual que antes. Intentaba animarla interpretando canciones, enseñándole lo que aprendía cada día, aconsejándole películas de las de vaqueros que eran las que más le gustaban… Echaba de menos sus abrazos, y aunque a menudo solíamos llevarle la compra, el contacto había terminado. No podíamos darnos ni besos, ni abrazos, ni estar con ella mucho rato. Hoy sigo sin poder abrazarla, y solo quiero pasar tiempo con ella, que se ría de todo, que la vida está para disfrutarla, como en aquella tarde de marzo en la que todo esto parecía un juego. Mar Ruiz, 4ºA

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Cuando pierdo algo, mi madre siempre dice que piense en dónde lo dejé la última vez. Y eso es lo que voy a hacer: intentaré recordar dónde dejé aquel abrazo. Todo empezó un famoso 13 de marzo, yo estaba en casa de mi abuela comiendo, al igual que todos los jueves, y en las noticias empezaron a hablar sobre el COVID19, yo no entendía bien sobre lo que estaban hablando, pero comentaron que se iban a suspender las clases durante 15 días. Al enterarme me puse súper contenta ya que no iba a tener que hacer el examen de física y a los 15 días, todo volvería a la normalidad. Al acabar de comer me fui de casa de mi abuela y para despedirme le di un abrazo, ese abrazo. El confinamiento empezó y la tristeza fue con ella de la mano. A mí todos los días me parecían iguales, me iba a dormir pensando cuando podría volver a ver a mi abuela. Me despertaba con la esperanza de que en las noticias dijeran que el confinamiento acababa. Días y días después de estar pensando en ese abrazo, me di cuenta de que faltaba mucho para poder recuperar nuestra vida. Los jueves comiendo en casa de mi abuela, los domingos en familia, sus besos… Varios meses después, anunciaron que por fin iba a ocurrir una especie de desescalada, en esta poco a poco podríamos ir saliendo a la calle. Fase 3, en la cual los adolescentes de 12 a 16 años podríamos salir a la calle de 6 a 8 de la tarde, durante esas semanas nos dimos cuenta de lo valiosos que son pasar 5 minutos riéndote con tus amigos o visitando a la gente que más quieres y que consiguen sacarte una sonrisa con el simple hecho de existir. Yo aproveche y en cuanto pude salir fui a ver a mi abuela y a darle ese abrazo. El problema era, que si tenía mala suerte y no mantenía las distancias de seguridad podría acabar con su vida. Por mucho que me doliera, era mejor tener cuidado y esperar a volver a la normalidad para recuperar el poder de los abrazos. Un abrazo en una muestra de amor y cariño, te puede revivir por dentro. Iara Pérez, 4ºA

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Algo me decía que este no iba a ser un gran año. Tan sólo unas horas, y 2022 comenzaría, pero no estaba muy convencida de que este año fuera ser mejor que el anterior. Por otro lado, el país no andaba nada bien. Las elecciones habían causado mucho revuelo, pues decían que estas habían sido manipuladas y que el nuevo gobierno nos llevaría a la ruina. La cuestión es que la situación laboral no era buena, y la clase trabajadora esperaba un cambio. Sólo hicieron falta dos meses para que se hicieran públicas investigaciones que acusaban al tan criticado gobierno de fraude y corrupción. El caso es que los obreros no aguantaron más y salieron a la calle, manifestándose a través de todos los medios posibles. Entre estos revolucionarios, se encontraba Ana Soria, una mujer a quien siempre he admirado. Ella era fuerte, trabajadora, luchaba por el movimiento obrero y recientemente había fundado su propio sindicato. Su nivel de crispación era tal, que decidió tomar las riendas, para que un nuevo cambio fuera posible. Organizó huelgas y protestas, y en tan sólo unas semanas, estaba en boca de todo el país. Había que actuar. Ana propuso al gobierno un debate público y forzar unas nuevas elecciones tras él. Debido a la inmensa presión que sufrían, terminaron por aceptar. El gran día llegó. Ana entró en aquella sala bastante segura. El debate comenzó. Todo iba según lo previsto, hasta que el gobierno pidió a Ana pruebas concluyentes de sus supuestos fraudes. Ana empezaba a tensarse.

De repente, un policía entró en la sala con un papel en la mano y arrestó a los representantes del gobierno. -¡Aquí traigo la orden judicial!, dijo el policía. Acababan de encontrar una cuenta en Suiza que los incriminaba. El juez condenó a los inculpados a treinta años de prisión, el partido obrero ganó las elecciones, las condiciones de los obreros mejoraron, y el sindicato de Ana creció y se extendió por todo el país. Y yo que pensaba que este no iba a ser un gran año, ¡por fin vi a mi madre triunfar! Lucía Pallarés, 4ªA

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A pesar de que me advirtieron de que no estaba permitido, he decidido regresar a la tierra a ayudar a la policía a resolver mi asesinato porque como los que me conocen saben, si algo soy es terca. Era 15 de abril, y acababa de regresar a la tierra, todo el mundo se frotaba los ojos con asombro al verme, como si de ello se tratará que acabaran de ver a un muerto aunque… irónicamente, pensándolo bien, era justo lo que estaba sucediendo. Me dispuse camino a la comisaria pero tras haber visto la reacción de aquellas personas pensé que sería lo menos indicado ya que me expondría a que todo el mundo supiese acerca de mi existencia incluyendo a mi asesino, por lo que decidí que lo más conveniente era cambiar mi aspecto; fui a un par de tiendas de un barrio en el que nadie me conocía, y al salir de la última tienda vi que ya estaba anocheciendo así que decidí buscar un sitio donde poder refugiarme; al principio considere la idea de volver a mi apartamento, pero ¿y si el asesino ya sabía sobre mi existencia?, ¿y si volvía para terminar lo empezado?... una cosa estaba clara debía descubrir a mi asesino antes de que él me descubriera a mí; cada vez el sol estaba más bajo, apenas podía ver ya, lo único que iluminaba la calle era aquel letrero de un motel donde finalmente decidí entrar para pasar la noche. Me tumbe sobre la cama, estaba agotada y todavía podía sentir aquel disparo atravesando mi pecho, pero… ¿por qué no recordaba quién empu aba el arma?; era una cuesti n que llevaba horas rondando mi cabeza. Empecé a oír voces discutiendo en la habitación de al lado por lo que se hacía imposible pensar y me dispuse a escuchar: -¡te digo que la han visto! -ya bueno, y yo te digo que eso es imposible. -¿y qué pasa si es cierto?, ¿y qué pasa si está viva? - relájate, estás delirando como aquellas personas que dicen haberla visto, no está viva, y si lo estuviera solo tendríamos que ocuparnos del problema. - y ahora calla y duerme que mañana el taxi nos estará esperando temprano. ¿Sería eso un golpe de suerte?; de una cosa estaba clara aquellos hombres eran mis asesinos. Alba Górriz, 4ºA

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Algo me decía que este no iba a ser un gran año. Los rumores sobre un nuevo virus se extendían en los medios de comunicación. Todo comenzó en una ciudad lejana llamada Wuhan pero nunca pensamos que podía llegar a España. La sorpresa dio paso a la lucha y los contagiados se convirtieron en fallecidos. Todo ocurrió tan rápido que sin darnos cuenta, el gobierno dio la noticia de que iban a confinarnos, siendo esta la única forma de frenar los contagios. Vivimos las veinticuatro horas del día encerrados, sin poder salir. Hicimos el esfuerzo de no vernos para intentar luchar contra un enemigo invisible del que todos hablaban. Nos convertimos en luchadores contra un virus que mata sin sentimientos. Algunos eran afortunados y vivían en casas grandes, con jardín y piscina. Sin embargo, había familias que vivían en espacios muy reducidos; esas personas eran admirables, tanto como los sanitarios y los trabajadores de primera necesidad, poniendo su vida en riesgo tan solo por ayudar a los demás. Cerrados en nuestras casas, esperábamos a que nos dijeran que los contagiados disminuían y que ya no había fallecidos. Inesperadamente, nuestras vidas, hábitos y rutinas cambiaron por completo. Hablábamos con nuestros seres queridos únicamente a través de las pantallas. Echábamos de menos sus besos, sus abrazos, su energía... Notábamos la ausencia de cosas tan simples pero a la vez muy grandes. Cosas que jamás pensamos que nos quitarían, y que ahora estamos echándolas de menos. Pensamos que valoramos lo que tenemos hasta que llega algo como esto y nos hace abrir los ojos. Actualmente, esta pandemia parece una lucha interminable, pero pasará. Cuando menos lo esperemos las noticias nos sorprenderán con un mensaje positivo que nos indicará que el camino llegó a su fin. Pronto, todo esto será una anécdota más que contaremos a nuestros hijos como el año aquel que nos encerraron en casa. Esta situación quedará como un pequeño recuerdo borroso, pero habremos aprendido a valorar mucho más lo que tenemos.

Lucía Domingo, 4ºA

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Me quedaba la última hora de clase mirando por la ventana. Era el último día del curso y tocaba historia. Todos estarían viendo una película aburrida sobre la Guerra Civil, nadie se daría cuenta si no prestaba atención y pensaba en aquello que tanto deseaba. Yo ansiaba estar con él. Había estado en todos esos momentos a lo largo de mi vida. Y ahora… solo tengo fotos y recuerdos que me ayudan a no olvidarle, a no olvidar esos ojos con los que tantas miradas había compartido, esos brazos en los que me sentía tan protegida, ese cuerpo que tanto calor daba en la siesta. Nunca había imaginado nada tantas veces como el momento de reencontrarnos. Cuando la profesora por fin puso la película empecé a pensar en el peor día de mi vida. Fue el 5 de enero. No acudí a la cabalgata de reyes como todos los anteriores años. Esa tarde sólo quería llorar en mi cuarto. Él había tenido que irse antes de comer, al día siguiente zarpaba a un lugar secreto a una misión, es militar. Pensé en llamarle, pero no quería que me viera así de triste. Hasta el 16 de agosto no volvería a verle. “Será duro pero ese día merecerá la pena todo”, me repetía continuamente entre lágrimas. Por la noche mi madre me escuch y se tumbó en la cama conmigo sin decirme ni una palabra. Definitivamente, sí fue el peor día de mi vida. Minutos más tarde, en clase se seguían oyendo disparos de la Guerra Civil, no podía parar de pensar en él en cada segundo de esa película. En cada escena aparecían militares, él no salía de mi cabeza. Cuando nadie lo esperaba, mi profesor favorito tocó a la puerta y me propuso salir al pasillo. Me levanté nerviosa y con la mirada de todos mis compañeros clavada en mí. Al salir vi a varios profesores grabando y otros alumnos mirando desde sus clases. Al fondo, a 20 metros de mí, estaba él. No me lo creía, hacía un minuto que imaginaba que estaba a miles de kilómetros de mí y ahora estaba tan cerca. Corrí hacia él y ese abrazo hizo que todo mereciera la pena. Idoia López, 4ºA

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Joaquín contra los zombis Nadie imaginaba aquella mañana de Navidad que aparecerían en la plaza del pueblo monos y zombis del espacio. Era el 25 de Diciembre, en el cual Papa Noel debería haber repartido los regalos como hace todos los años. Los niños del pueblo, tristes y preocupados, salieron a los balcones a ver si a los demás les ocurría lo mismo. Les resultó muy raro ver zombis y monos saltando, todos los habitantes del pueblo se escondieron menos un niño de 11 años, el cual era muy valiente, se llama Joaquín. El niño adoptó a un mono del espacio ya que le gustaban mucho los animales y solo le faltaba por tener un mono tan especial. Esa noche llamaron a la puerta de su casa. Era un zombi que quería recuperar a su mono ya que era su mejor amigo. Joaquín le pidió una explicación de porqué estaban en el planeta Tierra, el zombi le dijo que era porque querían conquistar el planeta. A Joaquín le resultó muy raro que Papa Noel no haya traído la felicidad al pueblo así que decidió devolverle el mono al zombi y seguirle, sin que nadie se diese cuenta, hasta la nave donde estaban los zombis. Allí descubrió que los zombis habían secuestrado a Papa Noel, al Presidente, a los Reyes de España, y sobre todo a Leo Messi, un jugador del Barça, porque ellos veían el fútbol y eran del Real Madrid con lo cual así ganarían siempre. Eso a Joaquín le pareció muy mal porque era del Barça con lo cual se lo conto a sus amigos. Joaquín y sus amigos retaron a los zombis a un partido de futbol; si ganaban, los zombis se irían del planeta para no volver más. Empezó el partido, como Joaquín sabía que jugaban en desventaja porque los zombis eras muy grandes, pensaron en hacer trampas. Y lo que hicieron fue rescatar a Messi de la nave de los zombis y así ganarían sin problema. Al final del partido Joaquín y sus amigos ganaron y, en recompensa, Messi les invito a muchos partidos suyos en primera fila por haberle salvado a él y al planeta. Claudia Fandós, 4ºA

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Nunca se sabe lo que puede ocurrir dentro de un armario cuando cerramos la puerta; ni tampoco lo que pasó en cada casa durante la cuarentena. Cuando mis allegados hablan acerca de todas las cosas que descubrieron estando aislados, solo pienso en que estuve tan ocupada intentando descubrir a la persona que tenía en frente como para centrarme en el exterior. Aún recuerdo con intensidad aquel instante en el que el mundo se paralizó como quién pone su juego favorito en pausa mientras habla con un amigo para, más tarde, reanudar la partida. Así me sentí cuando por el grupo de clase escribieron: “se ha declarado el estado de alarma”. Quince días de vacaciones, pensó la mayoría. Por otro lado, ahí estaba yo, si mi tercer año de instituto había sido un sueño para mí, el Covid-19 me despertó con un balde de agua fría. Las primeras semanas de confinamiento todo me pareció tan irreal, como sacado de una película post apocalíptica se podría decir, que de pensar tanto, no pensé lo más mínimo en mí. Cuando me di cuenta de la situación, todo estalló. Yo, una persona acostumbrada a convivir con casi un centenar de personas al día, había pasado a ver a las mismas cuatro de siempre durante horas y semanas que parecían ser eternas y, lo que fue peor, tener que verme a mí misma, lo que en realidad era detrás de esa fachada formada por incontables actividades sociales y una agenda sumamente apretada. Fue duro, lo admito, pero tengo más cosas que agradecerle al virus que por las que culparle. Quizás si nada de esto hubiera pasado no sería yo, la persona que tantas horas y tanto entendimiento me ha costado construir. Aprendí que está bien echar de menos; que está bien estar mal a veces y, que no por ello, esos sentimientos durarán eternamente; que todo llega a su fin, sea bueno o malo, y que debemos estar listos para cuando eso ocurra. Rocío Buendía, 4ºA

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Ahora que tengo la impresión de que solo puedo contemplar el mundo a través de mi ventana, miro hacia la calle, con la mirada de un niño pequeño y pienso lo divertido que sería poder disfrutar de mis amigos una tarde cálida, soleada y todo lo larga que se puede esperar de una tarde de invierno como la de hoy. Pasó todo el día con esa maldita incertidumbre de si la prueba que le habían hecho a mi madre unas horas antes y por la que a mí me estaba tocando vivir tan cerca y tan lejos de ella, separada por unos pocos metros de pasillo y dos puertas a las que cuando me acercaba parecían insalvables. Sufriendo una soledad que cada hora que pasaba se hacía más fría y triste, la cual me quemaba por dentro, y una voz me gritaba desde lo más hondo de mi corazón, que abriera esa puerta y le diese un abrazo, pero bueno pese a lo que mi corazón dijese hice lo éticamente correcto y me quedé en mi habitación, esperando a que ese reloj que estaba colgado en la pared marcase las diez, para poder ir a visitar a mi madre en una cena la cual no iba a ser igual, ella sentada en la mesa principal, yo en una mesa plegable justo en la otra punta del comedor. Cuando terminamos, me voy a dormir y durante la noche pienso que podría haber hecho más cosas para no coger este maldito virus, que hay muchas más personas en el mundo pero bueno, mañana llegaría esa llamada que nos diría si de verdad mi madre tenía ese extraño virus que tenía tanta gente y del que no se sabía nada. Después de pensar tanto me quede dormido. A la mañana siguiente me desperté con una llamada, mi madre terminó la llamada casi sin fuerza dejando el móvil caer sobre el sillón y así era, nuestros peores presagios se habían cumplido. Mi madre se fue a su cama y se tumbó. Cómo una cosa tan extraña se había podido meter en mi casa sin que nadie se diese cuenta, pero ya era demasiado tarde para arrepentirse, esa noche me fui a dormir con el corazón en un puño pensando en la prueba. Mañana es el gran día. Enrique Hermano, 4ºA

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Sin infancia Mi infancia terminó de repente en ese año maldito, en el que el Covid-19 se llevó a mis abuelos y a millones de personas. Mi dolor por dentro era tan grande como la ciudad de Nueva York. Me sentía culpable de la muerte de mis abuelos, porque yo, después de haber estado jugando toda la tarde con un amigo que tenía el virus, fui a hacerles una visita y se lo pegué. La incertidumbre en ese periodo, de no saber nada de mis abuelos que estaban en la UCI me consumía por dentro; además, no nos daban casi información de cómo se encontraban, el tiempo pasaba muy despacio, ya que yo estaba confinado ,finalmente mis abuelos al cabo de dos semanas fallecieron solos, la peor muerte que puede tener un persona, sin nadie de su familia que les apoyara, ni siquiera pudimos enterrarlos dignamente, aunque yo sentía un gran orgullo hacía ellos por lo mucho que habían trabajado en el campo de sol a sol para conseguir que su familia viviera dignamente. El pensamiento de culpa fue tal que varias veces pensé en quitarme la vida, tuve que ir a psicólogos porque no estaba bien, tenía una depresión tremenda, después de eso mi infancia no fue buena, no tenía ganas de salir a jugar con mis amigos, no tenía nada en la vida que me motivase y no socializaba. Ahora, con veinte años más, me arrepiento de no haber disfrutado mi infancia, podríamos decir que el maldito Covid19 me quitó la mejor etapa de la vida. Actualmente me dedico a cuidar a personas mayores que están en la situación en la que estuvieron mis abuelos durante esas dos semanas, es lo que me llena y me motiva en esta vida, si algo he aprendido de lo que me pasó es que de todo se sale y que tiene mucho mérito levantarte cuando uno está hundido como yo lo estaba.

Carlos Pérez, 4ºA

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Cuando pasó por mi lado, supe que algo no iba bien, ni iba a ir bien. En otros países del mundo ya había atacado un virus mortal, que ahora también estaba afectando a nuestro país. Todo el mundo estaba asustado y desconcertado, ya que este virus podía acabar con muchas vidas. Tras varias semanas estuvimos viviendo pero sin vivir, aprendimos a convivir con este virus tan afectuoso. Desde entonces la gente veía el futuro cada vez más complicado, mientras tanto había gente luchando en primera línea contra el virus. Sin ver a penas a su familia, destrozados tanto física como psicológicamente, como es el caso de sanitarios, fuerzas y cuerpos de seguridad del estado… Desde ese momento reconocí lo afortunado que era al estar en mi casa con mi familia y sin padecer ningún infortunio. Cada vez que veía y escuchaba medios de comunicación era desolador oír las heladoras cifras de los fallecidos, que hasta el momento es lo que más impacta. Aunque por el otro lado, siempre hay ciudadanos que no son conscientes ni responsables de esta situación. Son esos abrazos perdidos los que en un próximo o lejano futuro llegaremos a recuperar, pero en cualquier caso serán los que llegaremos a valorar, puesto que esta situación nos ha hecho perder valores que igual que los abrazos también perdimos. Cuando pasó por mi lado, supe que algo había cambiado, llevaba mascarilla… equipo de protecci n, algo que ya habíamos conocido en otros países lejanos, y que nunca pensamos que iba a estar tan próximo a nosotros, pero en cuestión de días estaba en nuestra vida cotidiana. Siempre recordaré como me sorprendió la reacción de todo el mundo, como cuando ella pasó por mi lado, en cuesti n de días el llevar la mascarilla… era y es normal en todos nosotros Si algo he aprendido de esta pandemia es valorar lo que antes nunca pensé que necesitaría esos abrazos, abrazos perdidos. Pero que cuando recuperemos el tiempo perdido, seguro que serán mucho más intensos, más frecuentes, más valorados, más fuertes…, pero en cualquier caso nunca serán abrazos perdidos. Diego Alegre, 4ºA

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Me quedaba la última hora de clase mirando por la ventana. Mientras todos mis compañeros de filosofía debatían sobre la frase del dramaturgo, poeta y actor inglés, William Shakespeare ‘‘Ser o no ser, esa es la cuesti n’’, yo estaba más desconcentrada que nunca, mirando a la nada pensando en todo. Bueno, no en todo, en realidad, en algo en concreto. En cuanto acabara esa clase, algo que llevaba meses esperando iba a suceder. Hace unos meses, conocí a una joven y encantadora chica a través de una red social. Lo que no me imaginaba era que esta misma chica, que conocí jugando a un juego de muñequitos, se iba a convertir en una persona fundamental en mi vida. Fueron meses chateando, haciendo videollamadas de nueve horas seguidas, haciendo absolutamente todo juntas, consolándonos la una a la otra con nuestros problemas personales, y conociéndonos. Yo al principio pensaba que era una simple persona que llegaría, hablaríamos unos días, y se iría, pero me equivocaba... Con el paso de los meses, yo me iba sintiendo mejor con ella, pero a la vez, más confusa, no entendía lo que me estaba pasando, hasta que un día decidí contárselo a mi tía, esperando que me dijera lo que yo quería oír, pero afortunadamente no lo hizo. Ella me contó la primera vez que se enamoró, y casualmente era exactamente igual que lo que yo estaba sintiendo en ese entonces, lo cual me confundió más. Nada entre nosotras cambió, por el simple hecho de que lo estuvimos ignorando durante meses, hasta que llegó la tarde del viernes tan esperada en la que por fin nos conoceríamos en persona. Ahí decidí confesarle de una vez por todas mis sentimientos. Llegó la hora, estaba delante de mí, hermosa, tal y como me la había imaginado, mi estomago empezó a llenarse de mariposas, y sin pensarlo, le dije: - me gustas, ¿te gusto? Aurora se quedó estupefacta, sin palabras, pero pasados unos segundos, me miró a los ojos, y me besó. Es probable que ese fuera el beso más hermoso y significativo que jamás me darían.

Sheila Urmente Julián, 4ºA

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Aquella mañana, Martina se levantó de un salto. No en vano era el su día favorito del año. El día en que toda la gente de la ciudad tenía que ir vestido de pollo y había una gran fiesta en la plaza del pueblo, todos reían juntos mientras pasaban un gran rato disfrutando de la familia y amigos, lo que no sabía Martina era que dicha fiesta concluiría con el brote de un virus letal el cual afectó a todo el mundo, pero en especial a esta familia. Juana, la abuela de Martina, decidió no participar en la fiesta ya que había escuchado que un virus letal se propagaba desde China a Europa. En principio se decía que era como un constipado, pero se empezó a observar que su propagación era rápida y muy mortal para los ancianos, la semana después de la fiesta todo el mundo se encontraba parado y confinado para conseguir frenar un virus que desconocíamos. Los síntomas empezaron a aparecer en el pueblo y se empezó a hacer test masivos por todo el pueblo, con la mala suerte de que Juana y Javier padre de Martina estuvieran infectados, los primeros días empezaron sin síntomas y Martina empezó a echar en falta los abrazos de su padre y su abuela, a partir del quinto día empezaron a aparecer lo síntomas en ambos, y al séptimo ya estaban ingresados en el hospital Obispo Polanco de su ciudad. Silvia, la madre de Martina, se empezó a agobiar ya que no recibían casi noticias del estado de Juana y Javier. Al décimo día Javier se encontraba ingresado en la UCI del hospital, y Juana se mantenía en la planta, pero su estado empeoraba con el paso del tiempo, Martina, muy triste por los hechos sucedidos, tampoco podía ir a clase y no veía a sus amigos, lo que era muy duro para ella ya que no tenía con quién pasar el rato. Tras un mes en el que Javier había estado ingresado en la UCI, fallecía y Juana ya estaba en casa pero con graves secuelas. Esta familia ya no volvería a ser la misma. Silvia y Martina echaban de menos lo abrazos de Javier y Juana moriría al poco tiempo, y aunque acabara el virus, la normalidad jamás llegaría. Marcos Batuecas, 4ºA

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Algo me decía que no este año no iba a ser un gran año. Todo empezó con una nueva llegada de un virus extraño pero no lo dimos importancia y siguió con unos incendios en Australia, todos seguíamos nuestra vida normal, la que no pesábamos que acabaría cambiando radicalmente. Pasaron los meses, hasta que el coronavirus llegó a España. Nadie se preocupaba, primero nos reíamos y hacíamos bromas sarcásticas sobre el coronavirus, hasta que nos confinaron sin poder salir de casa. Solo salíamos para comprar y poco más. Pasaba el tiempo, pero lo que no sabíamos es que no volveríamos a la normalidad. Mientras estábamos en casa nos sentíamos solos pero también nos vino bien para conocernos a nosotros mismos y para aprender a disfrutar el momento sin importar lo que pueda pasar después, videollamadas con los familiares y amigos y con más ganas que nunca de vernos. Sufriendo por todos los que estaban pasando por un mal momento y aplaudiendo por los que nos dejaron y por toda la ayuda de los trabajadores imprescindibles. Era todo muy bonito, como entre nosotros nos ayudaban a llevar ese momento más ameno y también a que se nos hiciera más corta la espera de poder salir de casa, vecinos jugando al bingo, poniendo música desde sus balcones… Llego el día que todos esperábamos. Por fin podíamos salir de casa, al principio solo se podían dar paseos, pero al final acabamos saliendo totalmente. Recapacitando todo lo que pensábamos que iba a ser algo pasajero nos quitó los domingos de comida con los abuelos o personas de riego, darles esos abrazos a nuestros seres queridos que no viven en nuestra ciudad y poder visitarlos. Nunca me hubiera imaginado que un virus nos hubiera cambiado bruscamente nuestra vida ni que nos hubiera quitado todas esas cosas que hacíamos que ahora serian impensables de hacer. Esto ha sido una reflexión en nuestra vida que nada es imprescindible y que te puedes acostumbrar a todo, te puede costar pero al final te acostumbrarás, espero que esta pesadilla se acabe cuanto antes. Marta Ros, 4ºA

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Estaba mirando por la ventana cuando de repente me sentí observada por alguien, no sabía exactamente lo que era ni por donde me miraban, si era una persona humana o de otro planeta. Era todo muy extraño. La mañana siguiente me volví a asomar por la ventana y sentí la misma sensación que el día anterior, alguien me estaba observando. En ese momento me tumbé en la cama y empecé a escuchar música pero de repente vi una sombra fugaz pasar por mi ventana. Me levanté repentinamente de la cama para ver lo que era pero no supe descifrar su silueta. Estuve pensado durante todo el día sobre esa sombra y recordé que unos días atrás en una reunión familiar mi abuela comentó que sus antepasados también tuvieron la misma sensación que yo estaba teniendo en estos momentos. Mi abuela nos explicó que era una leyenda de la familia pero no se había vuelto a repetir. La leyenda decía que todas las personas tuvimos una vida anterior a la actual, esta vida se remonta 200 años atrás, en el pasado teníamos diferentes oficios pero éramos la misma persona y algún día ese fantasma del pasado aparecería en el presente. Al recordar toda esta historia me asusté porque no tenía a nadie cercano que le hubiese pasado lo mismo, yo era la primera después de muchas generaciones sin haberles ocurrido esa situación. A los minutos volví a ver esa sombra, está vez la vi de una forma más clara, pude deducir que era un tipo de instrumento lo más parecido a un violín. Según la leyenda, la sombra que te observaba era algo característico de tu vida anterior. Con todas estas conclusiones he deducido que en mi vida anterior fui una violinista con gran prestigio y no estaría nada mal dedicarme a ello. Autor de la frase inicial: PEPE SERRANO NATALIA GÓMEZ 4ºESO

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Soy un buscador de historias, pero el mundo ha olvidado la mía… Me llamo Sabrina y no he tenido una vida fácil, siempre he estado rodeada de miedo, mentiras y sangre. Os voy a contar un poco de mi historia que está atormentándome desde que nací. Comenzaré desde el principio de todo, mi madre murió en el parto, siempre he estado acompañada de mi padre que tristemente cayó en las drogas y en el juego, el cual hizo que nos arruináramos y no tuviéramos con que ganarnos la vida. Siempre tuvimos la ayuda de mis abuelos maternos hasta que se alejaron por los conflictos de mí padre, los paternos habían fallecido hace bastantes años. Mi infancia ha sido muy difícil debido a qué me he llevado muchos golpes, mi padre me maltrataba, con 10 años pasó el límite y me imagino que sabréis hasta qué punto llegó. Ese día marcó un antes y un después en mi vida. Tenía miedo, el miedo era mi compañero de vida, no tenía a nadie, ni amigos, ni familiares, solo aquel monstruo en el que se había convertido aquel hombre que se hacía llamar papa. Él hacía conmigo lo que quería, yo tenía tanto sufrimiento encima qué ni fuerzas tenía para defenderme. Mis días se basaban en sufrir, llorar y desear mi muerte para acabar con todo esto. Continué así años y años. Con 15 años decidí que mi vida no podía continuar siendo un martirio, tomé la decisión de intentar huir de esa maldita casa qué se había convertido en una prisión. Me tomo días decidir qué hacer, hasta qué di con la clave. No tuve ningún escrúpulo con mi padre y le golpeé con una botella de whisky qué tenía en su estantería. Aterrada por el miedo de qué no hubiera funcionado empecé a correr hacía la puerta buscando las llaves para salir, lo logré, sentía que había salido del sufrimiento para poder empezar a vivir sin miedo y buscar la felicidad que me habían quitado. Mi vida empezaba ese día, cada día trato de olvidar mí difícil pasado para poder pasar página y la forma de conseguirlo es sacar mi historia a la luz. FRASE: Sandra Andrés Sara Úbeda 4º ESO

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Enamorarse es la más clara señal de amar todas las cosas, de amarse y amar a todos los demás. Julia estaba interesada por un joven peculiar y curioso completamente diferente a los de su clase, él siempre estaba deambulando por los pasillos como si ese mundo no le perteneciese. Un día decidió acercarse y preguntar sobre su extraño comportamiento: -Hola- dijo Julia- tú eres Daniel, ¿verdad? Y ¡BOOM!, algo había pasado porque ninguno de los dos seguía en el instituto. Se encontraban en un tipo de cueva donde había una radio que no paraba de emitir molestos pitidos y un sillón viejo y desgastado donde el muchacho se hallaba. -¿Qué hago aquí?- preguntó Julia. A lo que él respondió: -Si no le importas a nadie en el mundo, ¿existes realmente? Julia no entendía nada en absoluto, estaba completamente desorientada. Sin embargo, hizo fuerzas con todo su ser para conseguir responderle: -No sé a que viene todo esto, pero si es por ti, a mi me importas y por eso fui a hablar contigo. -De eso se trata, nadie nunca lo ha hecho, y con razón, soy un bicho raro que nunca habla ni quiere que le hablen y de repente apareces tú y no podía dejar las cosas así.- Dijo Daniel. -Coincido con lo que dices pero, ¿cómo hemos llegado aquí?- contestó Julia. -Esa no es la cuestión, si te lo contase te estaría metiendo en graves problemas con una familia del instituto y no puedo comprometer mi misión.- añadió él. -Me parece bien pero, ¿y ahora qué hacemos?- contestó ella acercándose poco a poco. Julia sentía un nudo en la garganta y una emoción en su pecho que nunca antes había sentido, sentía como si un imán la estuviese atrayendo hacia la persona que tenía en frente y él la miraba fijamente con esos ojos de color miel que le encantaban. De repente, se encontraban a menos de cinco centímetros el uno del otro, sus labios se fundieron en uno de los más apasionados besos jamás vistos. Sus mundos se entrelazaron y se convirtieron en uno. Autor de la frase inicial: .- Ángel Guinda Alexandra Elena Ciric 4º ESO

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2º ESO

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Cuando pierdo algo, mi madre siempre dice que piense en dónde lo dejé la última vez. Y eso es lo que voy a hacer: intentaré recordar dónde dejé aquel abrazo. Por el año 2020, antes del 13 de marzo que fue la fecha de confinamiento que nos marcó a todos. Nadie sabía lo que estaba pasando en ese momento ni lo que nos quedaría por delante. Yo pensaba que sería un virus rápido y que en dos semanas, como nos dijeron al principio, volveríamos a clase y a la rutina del día a día. Antes de que pasara todo esto, todos nos divertíamos con nuestros amigos en la calle, con los familiares en casa e incluso nos dábamos besos y abrazos. Al llegar ese momento nadie sabíamos que hacer ni por dónde coger este virus que ha matado a sesenta seis mil setecientas cuatro personas en España, han sido amigos y también familiares. Todos hospitales llenos con las ucis saturadas y gracias a los médicos ha sido mejor de lo que podría haber sido sin ellos. Todos tenemos miedo por la situación dónde lo podríamos coger porque la mayoría de la gente ni lo sabe cómo ha podido cogerlo. Llevamos casi un año ya con este virus que nos ha ido torturando poco a poco, con las mascarillas, con medidas de seguridad, cierres perimetralmente…y todo esto por nuestra propia salud. Al fin ya han sacado la vacuna, pero va demasiado lento porque no hay ni suficientes dosis ni gente para ponerlo. En este momento pienso que ya queda menos pero creo que todo el mundo ahora mismo quisiera un abrazo con amigos y familiares y no con tan solo dar el codo o ni eso. Pero si nadie siguiera ninguna norma nunca llegaríamos a dar abrazos. Recuerdo el momento antes de la pandemia que les daba un abrazo todos días a mis amigas y a mi familia, lo hecho tanto de menos esas cosas y el celebrar cumpleaños, títulos, fiestas o cualquier alegría… Ojalá volvamos pronto a nuestra vida de siempre y no seguir con esto que poco a poco nos va cambiando como personas. Frase de inicio: Begoña Oro SARA ABRIL FUERTES / 2ºESO

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La puerta de las respuestas Cuando desperté supe que no era un sueño y que ellos me habían vuelto a traer aquí. Por alguna razón inexplicable, yo tenía que averiguarlo sin ayuda de nadie. Pero la cuestión fue por qué yo y no otro. Mil preguntas rondaban en mi cabeza pero ninguna me llevaba a la respuesta, hasta que meacorde de una Mitología antigua en la que se hablaba de una puerta que te mostraba todo lo que necesitabas saber si volvías a este mundo. Busque la puerta por todos los lugares pero no la encontré, hasta que me refleje en un lago y vi que yo era la puerta. Me habían vuelto a traer para que me diera cuenta de que la respuesta a tus problemas erestú mismo y no otros. Miguel Denia 2°ESO

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